James Hogg fue un poeta, novelista y ensayista escocés, ampliamente reconocido por su contribución a la literatura escocesa y por su exploración de temas como la identidad, el conflicto religioso y la dualidad de la naturaleza humana. Nacido en el Valle de Ettrick, en las Tierras Bajas escocesas, Hogg provenía de un entorno humilde y se hizo conocido como el "Pastor de Ettrick". Su obra más célebre, Las memorias privadas y confesiones de un pecador justificado (1824), es considerada una pieza fundamental de la ficción gótica y de la literatura psicológica. La producción literaria de Hogg abarcó poesía, prosa y ensayos. Aunque fue en ocasiones criticado por su estilo rústico, también fue elogiado por su originalidad y profundidad temática. Su obra maestra, Las memorias privadas y confesiones de un pecador justificado, es una narración compleja que mezcla lo sobrenatural con una introspección psicológica y una fuerte crítica religiosa. La novela cuenta la historia de Robert Wringhim, un joven influenciado por un misterioso personaje —que podría ser el diablo — y llevado al asesinato bajo la creencia de estar predestinado a la salvación. Aunque durante mucho tiempo estuvo a la sombra de figuras más refinadas del pensamiento escocés, la obra de Hogg ocupó un lugar único en el canon literario. Su uso del dialecto escocés y de tradiciones folclóricas ayudó a preservar aspectos culturales que eran frecuentemente ignorados por la literatura urbana. Las memorias privadas y confesiones de un pecador justificado ha sido revalorizada por la crítica moderna como precursora tanto de la literatura gótica como de la ficción psicológica, destacada por su ambigüedad inquietante y su tratamiento profundo del conflicto moral y espiritual. La manera en que Hogg entrelaza debates teológicos con innovaciones narrativas le permitió cuestionar las nociones tradicionales del bien y del mal, del libre albedrío y de la identidad. En este sentido, anticipó técnicas y temas que serían centrales en la literatura del siglo XX.