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El 1940, moría en Moscú, Mijaíl Bulgákov, poco después de terminar esa extraordinaria novela que es El Maestro y Margarita; fue médico, sufrió la guerra civil, marchó a Moscú donde, siguiendo el ejemplo de Chejov, guarda en una gaveta su título de médico y, para ganarse la vida, escribe en un periódico moscovita. Mientras tanto, en tres años (1923-1925), crea importantísimas obras de la literatura soviética: Diabolada, Huevos funestos, Corazón de perro y La guardia blanca. En los últimos momentos de su vida, le dice a su esposa: "¡Que lo sepan! ¡Que las conozcan!". Se refería a sus obras inéditas, entre las que se cuenta esta novela.