Aprende cómo vencer tus miedos de forma eficaz - Prince Gamaliel - E-Book

Aprende cómo vencer tus miedos de forma eficaz E-Book

Prince Gamaliel

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Beschreibung

¿Tus miedos no te dejen avanzar?, ¿Necesitas mejorar tu vida?, ¿Quieres aprender cómo superarlos?
Imagina una vida en la cual decidas y actúes con total libertad mental. Donde pudieras dedicarte a hacer lo que más te gusta sin obstáculos en el camino. O en caso que hubiera obstáculos, les harías frente con asertividad y confianza en ti mismo. Suena bien, ¿no?, Así es como luciría una vida donde el miedo está dominado y superado.
¡Superar el miedo es posible!, para ello necesitas un conglomerado de conocimientos que te brinden el soporte para hacerlo eficientemente; está demostrado que aquellas personas que superan sus miedos, son las que destacan sobre las demás.
Al terminar la lectura de este libro podrás:
◆ Utilizar 4 estrategias infalibles para enfrentar tus miedos con éxito.
◆ Obtener una seguridad indestructible que venza cualquier tipo de situación.
◆ Realizar un análisis introspectivo – situacional que te permita utilizar tu mente de forma efectiva contra los miedos y paradigmas que te detienen.
◆ Empoderar tu inteligencia emocional con fortalezas que posees, pero desconoces, para así manejar tus emociones a tu favor.
◆ Obtener una mentalidad como los grandes líderes del mundo, libre de inseguridades y listo para lograr el éxito.
◆ Conseguir un crecimiento personal de forma inmediata utilizando los conocimientos brindados en el libro.

Los beneficios que obtendrás son:
◆ Mejorará tu autoestima.
◆ Explorarás oportunidades fuera de tu zona de confort.
◆ Serás capaz de asumir cualquier reto que aparezca.
◆ Podrás controlar y superar tus miedos.
◆ Trasmitirás tranquilidad y seguridad ante los demás.
◆ Tomarás decisiones sin limitarte.
¿Te sientes listo para mejorar tu vida?
Para comenzar tu proceso de desarrollo personal  ¡dale clic y compra este libro!

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Aprende cómo vencer tus miedos de forma eficaz

Consigue todos tus objetivos mediante la superación personal

Gamaliel Prince

Primera edición

Año 2020

Prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por cualquier medio o método, sin previa autorización del autor.

TABLA DE CONTENIDO

Introducción

Capítulo 1: Conociendo el miedo

1.1 Definiendo el miedo

1.2 El origen

1.3 Etapas del miedo

1.4 Principal problema del miedo

1.5 Dos formas de ver el miedo

1.6 Tipos de Miedo

1.7 Consecuencias negativas del miedo

Capítulo 2: Factores que nos hacen tener miedo

Capítulo 3: Superando el miedo

3.1 Etapas para superar el miedo

3.2 Factores que ayudan a superar el miedo

Capítulo 4: Beneficios de superar el miedo

Capítulo 5: Los Paradigmas

5.1 ·¿Qué es un paradigma?

5.2 Relación entre los paradigmas y el miedo

Capítulo 6: Ejercicios para superar los miedos

Capítulo 7: Conseguir el éxito superando el miedo

7.1 Relación entre el miedo y el éxito

Capítulo 8: Preguntas frecuentes

Capítulo 9: Conclusiones

Introducción

¿Cuántas veces te has sentido paralizado por el miedo? ¿Cuántas veces has dejado pasar oportunidades que no tuvieron retorno por no haber actuado con valor? ¿Cuántas veces no pudiste expresarte con sinceridad por temor a lo que pensaran de ti?

Por mucho que tratemos de ignorarlo, el miedo es el factor que más nos separa de vivir una vida plena y feliz, de alcanzar nuestros objetivos, de ser una libre expresión de nosotros mismos; hemos crecido con tantas barreras mentales, que el miedo se ha vuelto parte de nosotros. Como un compañero inseparable, y si no aprendemos a desprendernos de él a tiempo, gobernará nuestras vidas inevitablemente.

Algo que debes tener en cuenta, es que el problema nunca es el miedo en sí, sino lo que el miedo te haga sentir. Cuanto más te enfoques o habites esos sentimientos, más se agravarán.

Si alguna vez has reflexionado durante mucho tiempo sobre algo que temes, sabes el efecto que puede tener. Es cuestión de segundos para que la irracional sensación de temor tome el control. Cuanto más tiempo pases pensando en lo negativo, mayor desesperación vas a sentir.

Piensa en esto, ¿qué tan malo puede ser realmente? ¿qué crees que pasaría si todo ese tiempo pensando en el obstáculo lo usaras pensando en una solución constructiva? ¿Qué tal si lo que te hizo temer realmente es una oportunidad para demostrar el poder que tienes? Tu crecimiento personal está al otro lado de tu miedo, esperando a suceder, y un cambio de actitud y perspectiva podría ser la solución perfecta.

Con el pensamiento apropiado, el miedo es solo un desafío. De hecho, puede llevarte a un desarrollo personal que te dará una mayor felicidad y bienestar.

¿Te gustaría tener ese bienestar personal y vivir sin miedo? Si tu respuesta es sí, y realmente deseas llegar a algún lugar en la vida, necesitas cuantificar tus niveles de miedo.

Perder el miedo puede significar cosas diferentes para diferentes grupos de personas. Para un niño podría significar ser capaz de dormir toda la noche sin la luz encendida. Para un ejecutivo de empresa puede significar poder presentar un informe empresarial al Consejo de Administración, con total confianza y seguridad. Para una persona asalariada puede ser la capacidad de hacer un cambio de su trabajo seguro a una nueva empresa independiente, y así sucesivamente. Para llevar a cabo sus respectivas tareas, estas personas necesitan saber en qué grado dejan que el miedo los controle.

A continuación, te presentamos un simple cuestionario que te ayudará a determinar el grado en que el miedo controla tu vida. Sólo tienes que responder a las preguntas con un SÍ o un NO.

1. ¿Con frecuencia te cuesta tomar decisiones por ti mismo y optas por buscar a tus colegas, amigos, o pareja para que resuelvan el asunto en tu lugar?

2. ¿Necesitas permanentemente un sistema de apoyo con el que te sientas seguro?

3. ¿En las reuniones de trabajo, te quedas sentado y escuchando todo el tiempo a los otros?

4. ¿Sientes dificultad en informar asuntos a tu jefe o tienes una idea excelente que puede mejorar la eficiencia de la empresa, pero no puedes reunir el coraje suficiente para comunicarla?

5. ¿Tienes miedo de conocer a alguien nuevo? ¿Hablar en público es tu peor pesadilla?

6. ¿Aceptas tímidamente órdenes de tu superior, aunque sepas que ya estás sobrecargado de trabajo y necesitas decir que no?

7. ¿Estás excesivamente preocupado por lo que otras personas piensan de ti?

8. ¿Temes tomar riesgos?

9. ¿Te sientes insatisfecho con tu apariencia?

10. ¿Te sientes incómodo en las reuniones sociales?

Si respondiste con un Sí a estas preguntas, es muy probable que el miedo esté convirtiéndose en un obstáculo que no te permite ejecutar con éxito tus tareas. No te preocupes, ahora que te enteraste y eres consciente de que tienes un problema potencial en tu vida, sabes que tienes que hacer algo al respecto para solucionar la situación. El hecho de que seas consciente del grado en que permites al miedo controlar tu vida y en qué áreas te está afectando, te ayudará a tomar las medidas y trabajar para eliminar estos efectos negativos de una vez por todas y eso es justo lo que este libro quiere ayudarte a conseguir.

Capítulo 1: Conociendo el miedo

1.1 Definiendo el miedo

El miedo puede definirse de muchas maneras: como una respuesta que activa nuestro cerebro ante una posible amenaza, como ignorancia de uno mismo, como una barrera mental. Pero, en resumidas cuentas, el miedo es el principal enemigo para alcanzar nuestros objetivos y los anhelos más profundos de nuestro corazón.

A pesar de que el miedo es universal, porque todos lo experimentamos, cada persona teme a algo diferente, ya sea una cosa, una situación, otras personas, sentimientos, etc., todos percibimos el miedo a nuestra manera. ¿Cómo es posible que algunas personas sienten pánico por las arañas, mientras que otros disfruten teniéndolas como mascotas?

El miedo es un estado mental. Cuando naciste no tenías miedo. Observa el modo de actuar de un niño pequeño, se acercaría fácilmente a jugar con una serpiente si se le permitiera. No existe el miedo en esa etapa. ¿Dónde aparece entonces? Se desarrolla más tarde en la vida. Nuestros padres, la sociedad, nuestras experiencias nos van condicionando.

Si de pequeños nos mordió un perro, eso nos hizo pensar que los perros son malos y pueden hacernos daño. Probablemente esa creencia nos acompañe inconscientemente a lo largo de los años, generando un miedo y un rechazo a estos animales. Cada miedo proviene de la forma en que nos condicionamos a pensar. O puede ser que esto no te sucediera a ti directamente, sino a alguien cercano y has escuchado esa historia tantas veces que te apropiaste el miedo a la situación.

El miedo reside en nuestras mentes. La buena noticia es que, es posible para todos, condicionar nuestras mentes de tal manera que podamos superar ese miedo. Es posible evitar los miedos e incluso eliminarlos de nuestra mente por completo para que podamos vivir una vida más plena y equilibrada. El primer paso para conseguirlo es identificar esos miedos.

Deshacerte de los bloqueos que te ocasionan los miedos, aprender a reaccionar de otro modo, usando ciertas herramientas que te permitan hacerle frente, puede aportar grandes beneficios a tu vida. Incluso, aunque el miedo no desaparezca por completo, serás capaz de actuar de un modo distinto, avanzando paso a paso. El proceso no es fácil, pero si estás dispuesto a intentarlo, sigue leyendo y aprenderás cómo enfrentarlos y superarlos de manera exitosa.

1.2 El origen

Para la mayoría de las personas, los miedos se originan por factores externos a ellos. Por las circunstancias o las personas que los rodean, o por el ambiente donde viven. Por ejemplo, el miedo a perder un empleo porque el país está pasando por una recesión económica. O el miedo a que les pase algo a nuestros hijos porque hay mucha delincuencia en las calles.

Y no te mentiré, puede ser que estos miedos tengan un fundamento completamente válido, sin embargo, tomamos estos factores externos como excusa para no reconocer el verdadero origen de nuestros miedos. El origen está dentro de ti. Vive dentro de nosotros. Somos nosotros quienes nos apoderamos de esos miedos, los acrecentamos y los dejamos controlar nuestras vidas.

Y por mucho miedo que tengamos, es posible que ninguno de esos trágicos escenarios que nos hemos imaginado, lleguen a materializarse. Que ese peligro que pensamos está a la vuelta de la esquina, no sea real. Pero dentro de tu mente es más que real. Es importante reconocer nuestra responsabilidad, nosotros somos la causa de nuestros miedos.

Una vez que asumamos esto, podremos hacernos cargo del problema y encontrar una solución. Este paso puede ser muy difícil, pero mientras no lo hagamos, la respuesta siempre estará fuera de nuestro alcance.

1.3 Etapas del miedo

Para poder controlar una emoción, es importante saber cómo funciona y cómo se desarrolla. El miedo se presenta en cuatro fases principales:

Fase 1. La imaginación.

De acuerdo a estudios científicos, diario cada persona tiene alrededor de 60,000 pensamientos en su mente, y un gran porcentaje de estos, son negativos, repetitivos y de situaciones pasadas. Nuestra imaginación es ilimitada. Tanto para lo bueno, como para lo malo.

Es aquí donde nace el miedo, cuando nos creamos ideas de situaciones hipotéticas que podrían llegar a ocurrir, cuando creemos que el peor escenario posible es la realidad.

Esta situación no es del todo negativa, de alguna manera estamos generando estos pensamientos en nuestra mente, para en caso de que estas situaciones se llegaran a presentar, podamos estar preparados para enfrentarlas de la mejor manera. En ocasiones esto podría llegar a salvarnos la vida.

El problema es que muchas veces nos obsesionamos tanto con estas ideas negativas, que pasamos a la segunda fase del miedo.

Fase 2. Miedo.

Aquí estamos hablando de la emoción en sí, cuando se presenta una reacción fisiológica. Ya no se trata de un asunto mental, sino que se hace visible y se siente físicamente. Es cuando experimentamos sensaciones como nervios, temblores, sudoración, enrojecimiento e hiperventilación.

En esta fase, es difícil pensar con claridad. Es cuando las sensaciones se apoderan de nuestro ser y no sabemos qué hacer para controlarlas. Actuamos de forma instintiva, como un reflejo de lo que está pasando a nuestro alrededor.

Fase 3. Paralización y aceleración.

Si la sensación de temor es más fuerte que nosotros, puede llegar a paralizarnos o acelerarnos. La alarma en nuestro cuerpo se activó, y si no tenemos los recursos para desactivarla, seremos incapaces de actuar.

Podría decirse que es un método de autodefensa. En estas situaciones, lo recomendable es esperar a que pase, realizar respiraciones profundas para hacernos conscientes de la situación y tomar el control de vuelta.

Fase 4. Recuerdos.

La mayoría de las experiencias desagradables por las que pasamos se quedan grabadas en nuestra mente. Entre más dolorosa o difícil haya sido, se quedará con más fuerza.

Aunque se trata de la última fase del miedo, no representa un final, sino que abre la puerta a un nuevo ciclo de más temor y bloqueos futuros. En esta fase el miedo ya ha quedado arraigado en nuestra mente, por lo que generará nuevos posibles escenarios de cómo puede volver a presentarse la situación, creando problemas inexistentes que limitan nuestras vidas.

1.4 Principal problema del miedo

Imagina una vida donde pudieras expresarte, actuar y sentirte con total libertad. Donde no importara lo que otras personas pensaran de ti. Donde pudieras dedicarte a hacer lo que más te gusta sin obstáculos en el camino. O en caso de que hubiera obstáculos, pudieras hacerles frente con total asertividad y confianza en ti mismo.

Suena bien, ¿no?, Así es como luciría una vida donde no existiera el miedo. Y es que el principal problema del miedo, no es el miedo en sí. Si no el hecho de que nos separa de alcanzar nuestras metas. Metas en todos los aspectos de nuestra vida.

Podemos tener miedo a volar en un avión. Pero no será un problema hasta que tengas que realizar un viaje. No te afecta en tu día a día. Pero qué tal si tienes que asistir a una entrevista de trabajo en otra ciudad. Es la oportunidad de tu vida. Y por dejarte dominar por ese miedo, optas por dejarla pasar. El miedo solo se convierte en un problema cuando permites que controle y dirija tu vida.

El miedo es el principal causante de que no logremos cumplir nuestros deseos. Lo peor es que cuanto más tiempo pase sin trabajar esos miedos, este va tomando fuerza e intensificándose. Así que, nos mentimos a nosotros mismos y nos decimos que no necesitamos esto o aquello. Pero si es algo que realmente deseamos, el deseo siempre volverá a nuestras mentes, acompañado de un miedo cada vez más grande.

Por eso hay que ser conscientes de que siempre tenemos elección. Por muy difícil o intimidante que parezca una situación, hay dos opciones: enfrentarla o huir de ella. Si decides enfrentarla, empezarás a ejercer control sobre tus miedos, y a partir de esto, tu confianza y seguridad crecerán enormemente.

La decisión es tuya. ¿Enfrentarse o salir corriendo?

1.5 Dos formas de ver el miedo

Si nos remontamos a la época de nuestros antepasados, comprenderemos como ellos hacían uso del miedo como método de supervivencia, y es que vivían en ambientes hostiles y de peligro constante, por lo que, si no se activaba ese mecanismo del miedo, no había forma de que sobrevivieran. Era una lucha diaria entre la vida y la muerte. Es así como el ser humano, se acostumbró a vivir.

Sin embargo, la situación en nuestros días es muy diferente. La amenaza de muerte no es algo a lo que nos tengamos que enfrentar diariamente. ¿Entonces porque el miedo no se ha ido? Nos acompaña día y noche, en nuestros asuntos familiares, laborales, románticos y existenciales. El miedo sigue ahí, latente en nuestro interior, obstaculizando nuestras vidas.

Lógicamente nuestro entorno ha ido evolucionando, pero nuestro cerebro sigue trabajando de esta manera. Existe una región cerebral conocida como amígdala, que es donde se enciende la alarma que da origen al miedo. Esta envía señales neuronales a otras partes del cerebro, lo que provoca cambios en nuestro cuerpo, mente y forma de actuar.

El miedo comienza en el cerebro y afecta nuestra conducta. Esta es la razón por la que nos enrojecemos en situaciones vergonzosas, nos palpita fuertemente el corazón o la sudoración se hace presente.

Esta parte de nuestro cerebro interpreta ciertas situaciones como amenazantes, y al sentir ese malestar, nuestro cuerpo reacciona intentando evadir ese sentimiento.

Tomemos un ejemplo en concreto, las personas que tienen miedo a las alturas, probablemente hayan experimentado alguna situación relacionada en el pasado, donde sintieron que su vida corría peligro, por lo que activando el miedo ante estas situaciones les ha supuesto una respuesta útil, porque han aprendido que si se activa ese miedo van a sentirse seguros.

El problema empieza cuando la amígdala se activa en situaciones donde no hay peligro, o donde se anticipa un hecho negativo en una situación hipotética.

1.6 Tipos de Miedo

Además de los factores que dan origen al miedo, también hay muchos tipos de ellos. No obstante, existen tres miedos principales: externo, interno o subconsciente.

De los tres, el tipo de miedo subconsciente es el más difícil de vencer, porque es necesario que la persona reconozca la fuente del miedo y así, tomar las medidas necesarias para superarlo. Reconocer la categoría en la que encajan tus miedos, te ayudará a saber cómo lidiar con ellos.

Miedo externo.

Entre los tipos de miedo, este es el más fácil de diagnosticar y manejar. Es similar a las fobias que son provocadas por una fuente externa, causando un miedo o ansiedad en un nivel manejable. Por ejemplo, el miedo a las arañas o el miedo a las alturas se encuentran entre las fobias más comunes que comparten varias personas. La persona con ese miedo particular experimenta un sentimiento de miedo, ansiedad o incomodidad, cuando confrontan estas situaciones. Debido a que la fuente del miedo se identifica fácilmente, se pueden buscar formas para enfrentar ese desencadenante y superar el miedo.

Dado que los miedos externos a menudo son causados por experiencias negativas del pasado, se pueden utilizar algunas técnicas como la hipnosis u otros métodos psicológicos para borrar cualquier asociación negativa previa.

Miedo interno.

Este tipo de miedo está estrechamente asociado con bajos niveles de autoestima o confianza. Pero al igual que con el miedo externo, los desencadenantes provienen de una fuente externa que produce una emoción negativa. Este desencadenante producirá reacciones internas o temores, como dudas sobre uno mismo o cuestionar la capacidad propia para conseguir algo. Las personas con baja autoestima pueden identificarse con estos miedos, al no ser capaces de hablar en público, hacer amistades, tener éxito en entrevistas de trabajo. Muy a menudo, cuando las personas comienzan a cuestionar sus propias habilidades, el fracaso es inevitable. Este tipo de miedo a menudo afecta la capacidad de interactuar en el entorno social.

Para vencer este tipo de miedo, es necesario realizar una introspección analítica de nuestra infancia, etapa en donde se desarrolla la personalidad y los miedos. Algunas personas buscan ayuda profesional que les permita adaptar una nueva perspectiva en la vida, y cambiar cualquier comportamiento que produzca tales inseguridades y miedos.

Miedo subconsciente.

Este tipo de miedo es producido por creencias aceptadas en tu mente que limitan tu potencial y, lo que es peor, podrían terminar en auto sabotaje. El diálogo interno negativo y la tendencia a la duda, son los factores que lo alimentan, provocando que continuamente cuestiones tu capacidad para lograr algo. Este miedo requiere que tomes medidas activas para revertir esas creencias y permitirte maximizar tu potencial.

Como puedes ver, el miedo tiene muchas caras. Es por eso que es tan difícil desprenderse de él. Una sola persona puede padecer diversos tipos de miedo sin saberlo.

Sería imposible listar todos los tipos de miedo que existen, de manera que te mostramos una selección de los más comunes. Esto te servirá para que empieces a identificar si eres víctima de alguno de estos tipos de miedo.

Miedo al Fracaso.

“No te preocupes por lo que otros piensen de ti ... ¡Ellos no lo hacen! Están demasiado ocupados preocupándose por lo que piensas de ellos ". Rich DeVos

El miedo al fracaso es común por razones obvias. Todos queremos alcanzar el éxito y, sin embargo, solo aquellos que son lo suficientemente valientes como para enfrentar este tipo de miedo, son los que pueden superar los obstáculos y alcanzar cualquier objetivo que se hayan fijado. La mayoría de las personas son superadas por este miedo, por lo que nunca consiguen alcanzar su máximo potencial.

El elemento más destructivo que conlleva el miedo al fracaso, es nuestra incapacidad para tomar bien las críticas o comentarios de los demás. En cambio, solemos magnificar los errores que hemos cometido a lo largo del camino, hasta que se apoderan de nuestra mente y se vuelve muy difícil deshacerse de ellos. Existen casos en los que el miedo al fracaso es tan inmenso, que las personas tienden a limitarse al punto de dejar de intentarlo, simplemente se rinden y se conforman con una vida a medias.

Tenemos tanto miedo a fallar o no conseguir nuestras metas, que nos volvemos ansiosos. Sin embargo, es mejor al menos haberlo intentado que no intentarlo en absoluto. O acaso ¿quieres pasar el resto de tu vida sin saber si hubieras podido lograrlo? No lo creo. Por lo menos si lo intentas, sabrás con certeza el resultado.

Otro beneficio de intentarlo, es que puedes aprender de tus errores. Si al primer intento no funciona, sabrás en dónde te equivocaste. Si decides volver a hacer esa tarea, sabrás qué hacer, esta vez desde la experiencia, lo que aumentará tus posibilidades de éxito.

Si eso no es suficiente incentivo para hacer el esfuerzo de intentarlo, puedes desarrollar algún tipo de plan de respaldo, en el que puedas confiar en caso que las cosas no salgan como esperabas. Por ejemplo, digamos que tienes miedo de no aprobar cierta clase en la escuela. Desarrolla un plan B en caso de no pasar, como negociar con tu maestro, realizar alguna asignatura extra. Esto reducirá tu estrés y asumirás con más valentía la presión de tomar el examen y aprobarlo. Si no lo logras, tienes algo a lo que recurrir.

Acepta que es imposible tener éxito en todo en la vida, con esta mentalidad abierta podrás reducir tu ansiedad y estrés.

Hay varios factores que contribuyen al por qué de nuestros fracasos o nuestros éxitos. Sea lo que sea, lo más importante es nunca asociar tu fracaso contigo mismo. Siempre puedes volver a intentarlo y hacer las cosas de manera diferente, ya que los métodos que utilizaste podrían ser la razón por la que fracasaste en primer lugar.

Aprender del fracaso es lo mejor que puedes sacar de la experiencia “negativa”, y también es una de las formas más efectivas para deshacerse del miedo. Cada vez que las cosas no salgan como tenías previsto puedes preguntarte lo siguiente:

¿Dónde cometiste errores?

¿Cómo podrías haber evitado que ocurriera el error?

¿Dónde puedes hacer mejoras?

Evita culparte a ti mismo. Las fallas siempre deben traducirse en una experiencia de aprendizaje. De esta manera, tendrás más oportunidades de aprender y mejorar. Después de todo, si no has experimentado ningún tipo de falla, entonces nunca tendrás los medios para crecer y ser mejor. Es importante aprender a enfrentar y superar nuestros miedos, de lo contrario, podrías terminar repitiendo el mismo error o peor aún, que tu miedo al fracaso no te permita seguir tus objetivos.

Miedo Al Éxito

El miedo al éxito también puede ser un gran obstáculo, ya que hace que las personas se sientan estresadas y abrumadas, pensando en lo difícil que conlleva el camino al éxito. El no poder manejar esas responsabilidades les hace sentir miedo, o que se preocupen demasiado con la presión de querer alcanzar el mismo nivel de éxito en el futuro.

Estos miedos son con frecuencia, razón suficiente para hacer que las personas saboteen sus propios esfuerzos, incluso cuando sinceramente desean ser exitosos. Este miedo es lo suficientemente fuerte como para paralizar a la mayoría de nosotros, sin importar si las cosas que tememos sean verdaderas o imaginarias.

Es bien sabido que muchas personas no logran sus objetivos en la vida, debido al fenómeno conocido como "miedo al fracaso" que acabamos de estudiar, pero ¿sabías que un factor importante que a menudo se pasa por alto es un estado conocido como "miedo al éxito"?

El miedo al fracaso suele llevar a las personas a la inercia: la incapacidad de tomar decisiones. Este estado mental es bastante fácil de identificar y hay muchas herramientas en la industria del desarrollo personal para ayudar a combatir este miedo y reprogramar la mente para el éxito. Sin embargo, el miedo al éxito es mucho más sutil, más difícil de detectar y también más difícil de erradicar.

Quizás alguna de estas situaciones te resulte familiar, son indicaciones de una mentalidad de miedo al éxito.

● Estudiar e intentar implementar técnicas de superación personal y / o herramientas de desarrollo personal, pero tu vida no mejora o incluso puede empeorar.
● Te conformas con menos de lo que mereces o lo que eres capaz de lograr.
● Comienzas nuevos proyectos llenos de entusiasmo y optimismo, pero disminuyes tus esfuerzos o te detienes antes de completarlos.
● Esperas que las cosas salgan mal, no importa qué tan bien parezca estar la situación.

¿Puedes identificarte con alguna de las declaraciones anteriores?

El miedo al éxito también puede hacer que te comportes de una manera que te frene. Esto se debe a que tendemos a postergar lo que tenemos que hacer, o no hacemos algo que sabemos que nos acercará al resultado deseado. Todos sufrimos de este "demonio" interno en algún momento de nuestras vidas (aunque algunos más que otros).

La procrastinación es el asesino del éxito, ¿cómo puedes esperar llegar a tu destino si no tomas acción para llegar a él? Intenta esforzarte por hacer pequeñas cosas cada día que te acerquen más a tu objetivo.

Otro de los errores más comunes que cometemos, es quedar atrapados en nuestros planes, creyendo que son más importantes que el objetivo final.

¿Alguna vez te has quedado esperando el momento perfecto antes de comenzar un proyecto? ¿O has esperado hasta tener toda la información sobre un plan mejor? Nuevamente, la ACCIÓN es la llave de la puerta para el éxito. Dar pequeños pasos hacia adelante es mejor que no dar ninguno. Incluso si tus acciones te alejan del objetivo, al menos has obtenido información y conocimiento sobre lo que no funciona.

Miedo a la muerte

La muerte no es algo en lo que mucha gente quiera pensar. Sin embargo, la muerte es parte de la vida. Al menos, nuestro nivel actual de ciencia y tecnología reconoce que la muerte es inevitable.

El miedo a la muerte o la tanatofobia es un fenómeno bastante natural. Ninguno de nosotros sabe lo que nos sucederá después de morir. Pero tener un miedo excesivo a la muerte no es saludable y perjudica nuestras vidas.

Temer a la muerte en exceso, puede evitar que disfrutemos de la vida. A menudo asociado con la hipocondría, el miedo a la muerte puede causar ansiedad innecesaria.

La mayoría de nuestras imágenes y percepciones de la muerte en el mundo moderno, han sido distorsionadas con noticias diarias de tiroteos, secuestros y atentados suicidas. Películas y juegos de computadora brutalmente violentos. Así como también, las historias sobre tipos de alimentos que son nocivos para la salud, nos llenan la mente con ideas terroríficas de cómo puede llegar a ser nuestra muerte

Todo este enfoque negativo conduce a consecuencias poco saludables, al miedo exagerado a la muerte y a las fobias a envejecer.

Miedo a lo desconocido

Existen ocasiones en donde sabemos que tenemos que enfrentar un cambio, pero no sabemos cómo. En momentos como estos, la preocupación y la anticipación se apoderan de nosotros, y con toda razón, estamos tan acostumbrados a vivir en nuestra zona de confort donde nos sentimos seguros, que la presencia de algo nuevo, desbalancea nuestros sentidos.

Tendemos a vivir en patrones repetitivos y predecibles. Estamos acostumbrados a tener vidas rutinarias, sin pensar mucho en eso, la repetición se siente cómoda y familiar. Es una sensación de seguridad.

Cuando el patrón se interrumpe, llega el estrés y la ansiedad. Si el cambio sucede por fuerzas externas e impredecibles, puede ser muy difícil alcanzar una comprensión. Nos sumergimos en una conmoción que puede ser abrumadora.

Por ejemplo, una persona que queda viuda sorpresivamente después de toda una vida compartida. Es muy probable que esta persona se sienta desbalanceada por no saber qué será de su vida sin su ser querido. Igualmente les sucede a las personas que, de la noche a la mañana, pierden su trabajo. La incertidumbre de no saber cuándo ni de dónde obtener nuevos ingresos, puede ser devastadora y estresante.

Miedo a la soledad

Vivimos en una sociedad de normas establecidas, donde si adoptas un estilo de vida diferente a lo que está estipulado, es muy probable que llegues a sentirte juzgado y rechazado. El miedo a la soledad tiene su origen principalmente en lo que dirán las otras personas de nosotros si estamos solos.

Es más común encontrar este tipo de miedo en las mujeres, ya que, por lo general el sexo masculino tiene la creencia de que estar solo es un sinónimo de libertad e independencia, mientras que, para algunas mujeres, erróneamente es un recordatorio de que no son lo suficientemente buenas para que alguien quiera compartir su vida junto a ellas.

Cuando nos sentimos solos y abandonados, buscamos compañía sin muchas exigencias. Todo con tal de no experimentar esa sensación de vacío. Esto también se conoce como dependencia emocional y las personas con baja autoestima son más propensas a padecerla.

Miedo al Rechazo.

Para comprender el miedo al rechazo, presentaremos una historia ficticia pero basada en hechos muy reales y demasiado frecuentes en la actualidad. Rodrigo es un hombre de negocios atractivo, creativo, brillante y exitoso de unos 30 años. Sin embargo, por más que lo intenta, no consigue obtener la relación de sus sueños. No tiene problemas para que las mujeres se interesen por él. Pero sus relaciones nunca pasan de las primeras citas.

Rodrigo se siente desconcertado. Parece estar siempre tenso. Le cuesta mucho trabajo compartir sus sentimientos, siempre está en su cabeza, muy plano y sin emociones al hablar. Como si cada palabra fuera cuidadosamente planificada antes de ser entregada.

El temor a decir lo incorrecto y hacer el ridículo, le hacen creer a Rodrigo que será rechazado por las mujeres, que no es digno o suficiente para ellas.

La realidad es que, al querer controlar todas sus interacciones y sus sentimientos, con tal de no ser rechazado, está impidiéndose a sí mismo, mostrar su verdadera esencia, la cual es muy especial.

Así como el caso de Rodrigo, muchas personas viven con miedo al rechazo, por sentirse inadecuadas para otras personas. Por creer que no son lo suficientemente buenos. Gastan tanta energía tratando de ocultar lo que realmente son, que no consiguen obtener lo que desean. Si dejaran de preocuparse por el rechazo, esa energía podría ser mejor direccionada hacia la felicidad y el éxito.

1.7 Consecuencias negativas del miedo

“Entre más miedo tengas, más se apaga tu sistema.” Bruce Lipton – Biólogo Celular

El miedo es capaz de afectar a todas nuestras células del cuerpo, de manera que, si constantemente estamos generando miedo en nosotros mismos, nuestro sistema empieza a fallar.

El miedo es causante de muchas enfermedades en el mundo: problemas cardiovasculares, gastrointestinales como úlceras, acelera el envejecimiento, y afecta la memoria.

Y eso no es todo, el miedo no sólo afecta físicamente a las personas, sino también mental y emocionalmente, provocando desórdenes psicológicos como los siguientes:

El fracaso

¿Te has encontrado en una situación en la que, independientemente de lo mucho que lo intentes y lo que hagas, parece que sigues fracasando? Tal vez "fracaso" es una palabra demasiado fuerte. Tal vez simplemente no puedes dar en el blanco o parece que, siempre estás constantemente decepcionado.

Si este es el caso, pueda deberse al hecho de que no estás identificando y analizando tus propias emociones. Específicamente la emoción del miedo. Es por eso que, independientemente de la cantidad de dedicación y recursos que inviertas en algo, eventualmente terminas por sabotearte. Esto es más común de lo que piensas cuando se trata del miedo.

Dependencia

La dependencia emocional es cuando las personas tienen la necesidad de llenarse desde afuera en lugar de desde adentro. ¿Quién o qué crees que es el responsable de tu bienestar emocional?

Existen numerosas formas de dependencia emocional:

•Dependencia a sustancias, como alimentos, drogas o alcohol, para llenar el vacío y eliminar el dolor.

•Dependencia al dinero y bienes materiales.

•Dependencia a recibir amor, aprobación o atención para sentirse digno, amado y seguro.

Cuando tenemos miedo, no reconocemos nuestro valor propio y no tenemos un sentido interno de seguridad, buscamos esos sentimientos en el exterior. Sin embargo, lo que no te des a ti mismo, no podrás encontrarlo o recibirlo de alguien más.

Por ejemplo, digamos que alguien que te importa se enoja contigo. Si eres emocionalmente dependiente te sentirás rechazado, herido, asustado, ansioso, inadecuado, avergonzado, enojado, culpable o muchos otros sentimientos difíciles, en respuesta a la ira de la otra persona. Por el miedo a perderla, lo más probable es que intentes de todo para hacer que la otra persona no se enoje, incluso poniendo de lado tu dignidad y amor propio, con tal de recuperar a esa persona.

Cuando te des cuenta que tus sentimientos son tu responsabilidad, podrás salir de la dependencia emocional. Por muy difícil que pueda parecer soltar los apegos, esto hará una gran diferencia dentro de ti y en todas tus relaciones. Las relaciones prosperan cuando cada persona abandona la dependencia emocional, y la convierten en responsabilidad emocional.

Pensamientos negativos

Imagina tener una idea de algo que quieres hacer con tu vida, que te produce mucha emoción, puede ser cualquier cosa, desde unirte a un equipo deportivo, comenzar una nueva carrera, una nueva relación, cambiar de imagen o perder peso. Esto te entusiasma por un momento, pero de pronto, sin ser llamados, aparecen en tu mente una serie de pensamientos negativos: “eso es ridículo”, “deja de soñar”, “¿y si no funciona?”

Las declaraciones negativas pueden crear miedo al fracaso y al rechazo. Esta situación deja al individuo sintiéndose impotente. Las actitudes negativas crean barreras hacia el éxito. Estos pensamientos se presentan como cuando alguien inesperadamente llega a tu casa sin ser invitado. La clave está en no dejarlos pasar. Puedes ignorarlos y verlos por lo que realmente son: mentiras.

El miedo siempre va a llenar tu cabeza de pensamientos sobre cómo no eres lo suficientemente fuerte, bueno, exitoso, próspero, feliz, inteligente y talentoso. ¿Vas por la vida sin involucrarte al cien por ciento? Tal vez sea porque crees que podrías fallar, o incluso tener éxito, en lo que te propusiste lograr. ¿Te preparas para el fracaso y saboteas tu éxito diciéndote que no puedes desempeñarte bien? ¿Es posible que permitas que el vocabulario improductivo y negativo domine tus pensamientos? El diálogo interno negativo es el principal ladrón de la motivación, y es una barrera interna que debe eliminarse.

Los pensamientos van y vienen. No importa cuántos de estos sean negativos. Siempre tendrás la libertad de creer o no en ellos.

Además, si has estado en compañía de pensadores negativos, sabrás que, si no se controla su influencia, puede llegar a ser muy poderosa y destructiva. Mira lo que sucede si colocas un pedazo de fruta podrida en un tazón de fruta fresca.

Por esta razón es primordial que, si quieres tener éxito en la vida, empieces a rodearte de personas positivas y con ideas afines a las tuyas, para que puedas compartir tus pensamientos libremente y crecer juntos.

La timidez

La timidez es un tema muy importante, ese nerviosismo que nos supera en ciertas situaciones sociales. Puede ser definido como tener dificultades para crear una amistad o incluso comenzar una conversación con una persona que conocemos, así como tendencia a esconderse. Todas estas dificultades son originadas por el miedo.

Las personas tímidas tienen creencias irracionales sobre lo que otras personas piensan de ellos. Se consideran menos amigables, no interesantes e incluso aburridos. Por lo tanto, la soledad puede provenir de la timidez.

El problema con la timidez es que construimos creencias negativas sobre nosotros mismos basadas en la falta de habilidades.

Si eres una persona tímida, probablemente te sientas incómodo y paralizado ante la idea de conocer gente nueva, hasta el punto en que interfiera con tu objetivo de salir y finalmente tener una relación íntima.

¿Eres tímido? ¿Tienes dificultades para hacer frente a personas o situaciones? Entonces tengo buenas noticias para ti. No tienes que sufrir de timidez y no debes sentirte inseguro ni temer a ser juzgado con cada paso que des.

Ganar la guerra con la timidez requiere práctica, pero definitivamente vale la pena el esfuerzo, ya que, el resultado es aumentar la confianza y la autoestima.

Puedes empezar al despertar, sintiéndote bien contigo mismo, mentalizándote que eres capaz de enfrentar al mundo con confianza y seguridad, y sabiendo que ningún sentimiento de timidez puede interponerse en tu camino, para lograr tus deseos.

El pánico y estrés

El pánico está relacionado con el mecanismo de "lucha o huida". Es una reacción provocada por un estímulo externo y es producto del sistema nervioso simpático. El pánico en general es un miedo repentino que puede dominar o reemplazar nuestro pensamiento. Generalmente ocurre en una situación que se percibe como peligrosa para la salud o la vida.

El estrés es una reacción psicosocial. Está relacionado con la forma en que una persona filtra los eventos externos no amenazantes. El filtro se basa en las suposiciones, ideas y expectativas de la persona.

El pánico y el estrés no son siempre negativos, juegan un papel importante en el instinto de supervivencia natural y, nos permiten estar preparados para cualquier curso de acción que sea necesaria para preservar la vida, la salud o lo que esté en peligro.

Ansiedad

Es normal que una persona esté ansiosa. La ansiedad a menudo se desencadena cada vez que un individuo encuentra experiencias o eventos angustiantes y agravantes en su vida. Básicamente, es parte de la respuesta más común de una persona a los problemas y preocupaciones de la vida.

La ansiedad también es una forma de indicar posibles peligros que podrían ocurrir. Sin embargo, ya no es normal si la condición de ansiedad viene con extrema preocupación y miedo, que le impide a la persona vivir una vida normal. Cuando esto sucede, esa persona puede haber desarrollado un trastorno de ansiedad.

Hoy en día, tener o experimentar trastornos de ansiedad, es bastante común entre las personas que sufren de estrés constante. El trastorno de ansiedad generalmente cubre diferentes tipos de fobias, miedos y preocupaciones, que consisten en tener ataques repentinos y alarmantes sin razón alguna y sin previo aviso.

La ansiedad también puede venir en forma de compulsiones y obsesiones, o puede desarrollar una fobia a una situación, evento u objeto, que normalmente no molesta a otras personas.

Uno de los aspectos más importantes de la ansiedad, es conocer los síntomas y signos de esta afección. Los trastornos de ansiedad se caracterizan por los siguientes síntomas físicos y emocionales:

· Pánico e inquietud.

· Irritabilidad

· Fuerte deseo de escapar

· Confusión

· Nerviosismo

· Inseguridad

Ansiedad social

¿Te sientes incómodo a menudo en entornos sociales? ¿Prefieres la seguridad y soledad de tu hogar a una gran reunión de personas? ¿Sueles sudar o te pones nervioso cuando otras personas ponen su atención en ti o en lo que dices? Si alguna de estas situaciones te suena familiar, probablemente seas una de las muchas personas que sufren de trastorno de ansiedad social.

Muchos de nosotros anhelamos poder estar frente a grandes multitudes de personas y ser el centro de atención. Vemos a otros a nuestro alrededor sentirse cómodos siendo el centro de atención y el respeto que se ganan por hacerlo. Sin embargo, cuando llega el momento de subir al escenario o ser nosotros los protagonistas, a menudo nos sentimos enfermos o inquietos por la situación. El miedo nos paraliza.

Si bien, algunos pueden pensar que esto es solo la forma de ser de cada quien, que no tiene consecuencias, excepto por nuestra vergüenza, la verdad del asunto es que, las personas que se sienten incómodas consigo mismas, o que reaccionan mal en las reuniones sociales, tienden a ser ignoradas en situaciones como promociones laborales, aumentos de salario, o simplemente solo ser uno más del montón.

Los malos hábitos

Una de las razones por las que las personas no tienen éxito, o tienen experiencias alternando el éxito y el fracaso, es por sus malos hábitos. Esas cosas que nos hemos acostumbrado a hacer por tantos años, pueden ser las causantes de nuestra eterna lucha.

Se podría decir que el miedo en sí es un mal hábito. Tememos a cosas y eventos sin siquiera comprobar si son reales o ficticias.

Ya hemos hablado sobre el pesimismo y los malos pensamientos, pues este es un hábito muy común ocasionado por el miedo. El pesimismo solo conduce al fracaso, de manera que estas personas, siempre encontrarán una razón para perder, incluso si la situación es beneficiosa para ellos.

Si comienzas tu día negativamente, todo lo demás parecerá malo, por lo que te concentrarás más en las pequeñas cosas que no importan y, dejarás que te molesten, en lugar de concentrarte en tus objetivos.

Malos hábitos como la pereza, la procrastinación, llevar un estilo de vida sedentario, tener una mala alimentación, son resultados de nuestros miedos. Una persona con miedo al éxito inconscientemente postergará todas las actividades necesarias para tener un mejor ingreso. No enviará el curriculum, llegará tarde a la entrevista de trabajo, no hará la solicitud de crédito o se convencerá de que su idea de negocio es absurda.

El problema de los malos hábitos es como dice la canción “los viejos hábitos difícilmente mueren”. Esto es porque durante años hemos sido programados subconscientemente, de manera que eliminar esos programas que rigen nuestro día a día, es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y dedicación.

Seguro alguna vez has empezado alguna dieta, la verdadera pregunta es: ¿Cuántas veces la has terminado satisfactoriamente? Probablemente la respuesta se pueda contar con los dedos de una sola mano. Todos los procesos que requieren un cambio y un esfuerzo de nuestra parte, rápidamente son apagados por esa vocecilla en nuestra mente desmotivándonos. Esa voz es el miedo.

Si consigues apagar esa voz, te aseguro que podrás empezar a eliminar hábitos nocivos para tu persona, y pronto empezarás a llenar esos espacios con actividades que disfrutes y te hagan sentir pleno.

La depresión

La depresión se caracteriza principalmente por la tristeza o pérdida de placer en casi todas las actividades. Además, puede haber síntomas como cambios en el apetito, patrones de sueño y actividad psicomotora (cambios en la capacidad de respuesta y / o actividad mental y física). Una persona deprimida puede luchar con sentimientos de baja autoestima, pensamientos recurrentes de morir, así como dificultades para concentrarse o tomar decisiones.

En niños y adolescentes, el estado de ánimo a menudo se manifiesta como irritabilidad en lugar de tristeza. Algunas personas pueden no experimentar sentimientos de tristeza; en cambio, se sienten estancados y se muestran inexpresivos. Si el nivel de funcionamiento de las personas se ha visto significativamente afectado, es decir, tienen dificultades para realizar su rutina diaria, es importante buscar ayuda profesional de inmediato.

¿Qué tiene que ver esto con el miedo? El miedo es la causa, la depresión es el efecto. Una persona con miedo no puede enfrentar los desafíos de la vida con inteligencia emocional, con una completa comprensión de los eventos, es vulnerable y débil emocionalmente, los pensamientos negativos desbordan su mente envolviéndolo en un ciclo vicioso de pesimismo, ansiedad, falta de motivación y tristeza.

El objetivo aquí es eclipsar esos pensamientos negativos con una dosis de positivismo. Claro está, cada caso de depresión es diferente, al igual que su respectivo tratamiento. Pero una de las alternativas con las que se puede comenzar, es cambiando los hábitos de pensar y hablar sobre la vida y los desafíos. Cambiar un simple “no puedo” a “yo puedo, yo quiero y voy a conseguirlo”.

Es inevitable encontrarnos con problemas, pero para superarlos y evitar entrar en un estado depresivo, debemos pensar con una mentalidad de éxito y victoria. Siempre buscar el bien de cada situación, recuerda que todo pasa por algo, quizá exista una lección que tengamos que aprender para ser mejores. Analiza los problemas con la mente fría, y algo sumamente importante, cuando no puedas más nunca tengas miedo de pedir ayuda.

La tristeza

Las emociones son interacciones químicas, llamadas neurotransmisores que conducen información por nuestro cerebro de neurona a neurona. Podemos sentir diferentes emociones de acuerdo a los estímulos que recibamos.

Que sentirías si alguien te llamara hoy y te diera este mensaje: ¡Acabas de ganar un viaje gratis a París todo pagado!

Cuando recibimos buenas noticias, generamos dopamina y serotonina y éstas nos producen felicidad.

Al contrario, la falta de estos neurotransmisores provoca tristeza. Una persona que se deja controlar por sus miedos, no producirá con regularidad estos químicos, por lo que se inclinará más hacia un estado de tristeza y depresión.

Además, como ya sabes, el miedo es un constante limitante. Si nos sentimos incapaces de obtener lo que deseamos, ¿Cómo vamos a alcanzar la felicidad? Nos sentiremos frustrados, estancados, insuficientes, y por consecuencia, tristes.

Una vida sin logros o metas, sin motivación o dirección, es una vida vacía. Un vacío así tiene que ser llenado, y desafortunadamente se llena de tristeza.

Capítulo 2: Factores que nos hacen tener miedo

Baja autoestima

La autoestima es la evaluación o aprobación que tenemos hacia nosotros mismos. La forma en que te evalúes determinará los niveles de confianza que tienes. La autoestima se compone de creencias como "Soy competente en ...", "Sé que no puedo ...", "Sé que ... es mejor que yo en ...", "Soy digno ...", etc.

Hay personas con muy alta autoestima que saben que son mejores que otros en algunos aspectos. Mientras que las personas con baja autoestima, piensan que sus capacidades no tienen ningún valor y no sienten respeto por sí mismos. Además, suelen vivir con emociones como el miedo, la vergüenza, la desesperación, la tristeza, etc.

Hay muchas cosas que no nos gustan de nosotros mismos cuando tenemos baja autoestima, es común sentir odio y rechazo hacia nuestras acciones y pensamientos, sentir frustración y enojo hacia nosotros mismos y no ser capaces de perdonarnos cuando cometemos algún error, por muy pequeño que sea.

El perfeccionismo también es un indicador de baja autoestima. Estas personas viven con un latente miedo al fracaso, es por eso que cada acción que realizan les parece que no es suficiente, que tienen que esforzarse más hasta que sea perfecta.

Sin duda para reconocer a una persona con baja autoestima tan sólo basta con escucharla hablar de su imagen física. Si una persona no se acepta por su forma de lucir en el exterior, probablemente también sentirá rechazo interiormente. Como es afuera es adentro. Son comunes aquí los casos de bulimia y anorexia, en donde la personas por miedo a ser rechazadas por su aspecto físico, ponen en peligro su salud sin importar las consecuencias.

Aceptar las críticas de los otros cuesta mucho trabajo cuando se sufre de baja autoestima, sobre todo porque se carece de fuerza de carácter. Se trata de personas muy sensibles y frágiles emocionalmente, que fácilmente se derrumban cuando reciben un comentario negativo.

Las personas que no tienen amor propio, suelen tener muchas dificultades en sus relaciones de pareja. Debido a su baja autoestima, piensan que merecen ser tratados de mala manera, creen que sus parejas son superiores a ellos, de modo que tienen que soportar cualquier maltrato, no son capaces de expresar lo que realmente piensan por miedo a ser abandonados. En muy poco tiempo, sus relaciones se vuelven tóxicas y dependientes, llenas de conflicto, dolor y frustración.

La verdadera clave para ganar autoestima es amarse y aceptarse completamente. Para algunas personas esto es muy difícil, especialmente si crecieron en un entorno sin una pizca de amor y apoyo emocional. Este tipo de personas no sabe cómo dar amor. No puedes dar lo que no tienes.

Otra clave es determinar en qué áreas eres experto. Centrar y desarrollar las áreas en las que estás fuerte te permitirá creer plenamente en tus habilidades. Poco a poco encontrarás más aspectos en los que eres bueno, y finalmente podrás apreciarte y sentirte orgulloso.

Ponerte a prueba y desafiarte lenta y gradualmente. Cuantos más desafíos vayas superando, mejor te sentirás contigo mismo.

No necesitas esperar, puedes comenzar a desarrollar tu autoestima en este momento, todo el mundo espera por aquellos que creen y se aman a sí mismos.

Recuerda que la práctica hace al maestro. Cuando se trata de lidiar con ansiedades o miedos; práctica, paciencia y persistencia son la clave. Si no obtienes los resultados deseados la primera vez, continúa intentándolo hasta que lo logres. A través de la práctica, mejorarás en la tarea en cuestión y aumentará la confianza en ti mismo.

En cada situación donde experimentes miedo o ansiedad, comienza a aprender qué funciona, qué no funciona y qué necesitas mejorar para controlar esos miedos y ansiedades. Por ejemplo, sientes mucha ansiedad y decides dar un paseo para sentirte mejor. La próxima vez que te sientas ansioso, puedes recordar que lo superaste dando un paseo. Esto te dará la confianza a futuro para manejar la ansiedad, y crecerá tu autoestima.

A veces, podemos sentirnos ansiosos por una tarea que tendremos que realizar en el futuro cercano. Cuando esto sucede, visualízate haciendo la tarea en tu mente. La auto-visualización es una excelente manera de reducir el miedo y el estrés en situaciones inciertas.

Falta de confianza

El miedo a lo que pueda pasar y, la duda de si conseguirás o no lo que te propones por creer que los demás son mejores que tú, son un impedimento para convertirte en una persona segura y con confianza en sí misma.

La confianza en uno mismo es la creencia de que saldrás victorioso en cualquier tarea que desees emprender. Si una persona tiene confianza en sí misma, podrá enfrentar la mayoría de los desafíos de la vida.

Sin embargo, cuando se carece de esta cualidad, sucede todo lo contrario, provocando que las personas pierdan muchas oportunidades. En ocasiones esto es, porque son incapaces de interactuar, hablar o comunicarse con los demás. Todo por miedo al rechazo o al qué dirán.

La falta de confianza afecta en todas las áreas de tu vida, por ejemplo, en el trabajo una persona no será capaz de cumplir con sus deberes y obligaciones diarias por miedo a equivocarse, evitará a toda costa tareas difíciles o desafiantes, ya que, las ve como una amenaza, dudará de sus capacidades y conocimientos constantemente, se cuestionará si lo está haciendo bien o mal y rara vez buscará puestos de alto rango, porque piensa que no lo merece y que nunca lo obtendrá. Como puedes ver, es un factor muy frustrante y limitante.

Las personas que carecen de confianza, tienen la idea de que no valen nada, y que son inferiores a los demás. Esto es muy peligroso ya que puede ocasionar pensamientos suicidas, estrés, depresión, ansiedad y adicciones.

Otra característica que nos indica la falta de confianza, es cuando no se tiene compromiso en el alcance de objetivos, o simplemente no se tienen objetivos en la vida. Este tipo de personas se rinden fácilmente por miedo a fracasar.

Están programados para el fracaso, lo cual los lastima una y otra vez, haciéndoles perder su esperanza de vida. Sin embargo, hay que recordar que el mejor momento para actuar es cuando las cosas no están saliendo bien. Actuar y esforzarse al doble, ya que es en estos momentos donde muchos se rinden, y si tú sigues intentando, al final quedaras victorioso.

La creencia individual de que uno no puede hacer frente a las adversidades, afecta los niveles de estrés y depresión, así como a la motivación. Las personas creen que no tienen control sobre la situación, lo cual les genera más ansiedad sobre el futuro.

Abordar los aspectos de la vida con miedo, amplificar la gravedad de las posibles amenazas y la constante preocupación de lo que sucederá, afecta los niveles de funcionamiento de las personas.

Los beneficios de tener una confianza inquebrantable son ilimitados, pero la falta de ella puede encerrarte en una celda oscura. La gente podrá pasar por encima de ti y serás fácilmente ignorado. Es posible que nunca te des cuenta del alcance de tu potencial.

Los prejuicios

Cuando actuamos de la forma en que los demás esperan que actuemos, puede decirse que somos víctimas de los prejuicios. La sociedad está llena de estereotipos, y muchas personas basan sus vidas en ellos, intentando llenar esas expectativas. Ya sea sobre cuestiones físicas, si son más aceptadas las personas delgadas, o los de tez blanca. O cuestiones de preferencia sexual, o simplemente de comportamiento.

Estar dentro de todas estas normas o prejuicios es una tarea que muchas personas se han auto asignado por miedo al rechazo, a ser atacadas o a quedarse solas.

Quedar expuesto al ridículo o a la discriminación puede llegar a ser muy estresante, además de afectar directamente en la autoestima de las personas. Los prejuicios pueden volver a una persona insegura y generar resentimiento, no sólo hacia las personas que les juzgan, sino hacia ellos mismos, ya que se sienten culpables por no poder encajar en la sociedad.

¿Cuántas veces no has querido probar algo nuevo, pero algo te detuvo? Practicar un nuevo hobbie, hacerte un corte de cabello diferente, un cambio en tu estilo de vestir o empezar un negocio de algo que te apasiona.

El miedo a las críticas que podríamos recibir de otros puede llegar a ser más fuerte que nuestros deseos. Hemos crecido pensando que las opiniones de terceros tienen más peso que nuestros propios sentimientos. Nadie quiere ser juzgado.

Una de las consecuencias de los prejuicios de la sociedad es que estos condicionan tu vida, es un impedimento para que puedas mostrar con libertad tu verdadero ser en total plenitud y, por ende, ser feliz.

Las personas afectadas suelen tener problemas de salud, como ataques cardíacos, diabetes, cáncer, entre otros, ocasionados por el constante estrés que se vive. Este problema no sólo afecta la salud física, sino también mental. El estrés, la depresión y la ansiedad son un blanco fácil en esta situación.

Como sabes en la actualidad aún existen muchos prejuicios sobre cómo debe comportarse una mujer, en comparación con un hombre. No es de extrañar que según estadísticas las mujeres presenten más casos de ansiedad y estrés postraumático.

Sin embargo, nunca es tarde para romper viejos paradigmas o creencias, para dejar de ser controlado por personas externas. Reconoce que no hay nada malo con una pequeña crítica, sobre todo si viene de una idea sin fundamento. Se fiel a ti mismo y acepta solo las opiniones que hablen con la verdad.

La zona de confort.

Seamos realistas, siempre habrá cosas que temamos en la vida. Algunos de nosotros tenemos miedo a cosas obvias como las alturas, arañas, incendios o volar. Sin embargo, muchos de nosotros desarrollamos miedos en torno a cosas que no deberían detenernos, pero que a menudo lo hacen. ¿Temes el rechazo? ¿Tomar riesgos? ¿Fracaso? ¿Éxito? Todos tenemos la tendencia a crear una "zona de confort" a nuestro alrededor: límites entre lo que nos hace sentir cómodos e incómodos.

La zona de confort no siempre es mala. A veces puede evitar que hagamos algo imprudente. Sin embargo, la mayoría de las veces, nuestra zona de confort se basa en una creencia que puede o no ser cierta. Si has experimentado un rechazo particularmente doloroso en el pasado, puedes generar una zona de confort que te impedirá volver a intentarlo y ser rechazado nuevamente. En este caso, la zona de confort en sí no es el problema. La creencia profunda de que serás rechazado nuevamente es el problema. Mejor conocido como miedo al rechazo.

Sin embargo, el hecho de que hayas sido rechazado en el pasado no significa que esta situación vuelva a presentarse. Pero una vez que estás dentro de tu zona de confort, será más difícil que consigas salir, lo cual puede ser contraproducente para tu propio éxito en la vida.

Vas a tener miedo de conocer gente nueva, involucrarte en relaciones o incluso solicitar nuevos empleos. En el fondo, una parte de nosotros espera ser rechazado nuevamente, y hará todo lo posible para aumentar la posibilidad de que así sea. El dolor no es divertido de experimentar, por lo que no es de sorprender que nuestras mentes lo eviten a toda costa.

Es posible que ni siquiera tengas consciencia de cuál es tu zona de confort. Echa un vistazo a tu vida tal como es ahora. ¿Estás ganando el dinero que deseas? ¿Eres feliz con tu trabajo? ¿Te encanta conocer gente nueva? ¿Eres capaz de establecer nuevas metas para ti y alcanzarlas? Si respondiste afirmativamente a estas preguntas, es probable que tu zona de confort no te obstaculice de ninguna manera. Al contrario, si respondiste no a cualquiera de estas preguntas, es posible que tengas algunos asuntos por resolver.

Aquí hay una manera simple de descubrir si tus miedos te están frenando: haz una lista de las peores cosas posibles que puedas imaginar que sucedan. ¿Cuáles son tus miedos más profundos? ¿Qué aspectos de tu vida no disfrutas? ¿Y por qué? Si no te gusta conocer gente nueva, pregúntate por qué. ¿Qué es lo peor que te puedes imaginar que pase al conocer a alguien nuevo? Se honesto contigo mismo. No tienes que mostrar esta lista a nadie.

Una vez que identifiques a que le tienes miedo realmente, puedes preguntarte cuáles serían las consecuencias si tu peor temor se hiciera realidad. Usando el ejemplo de rechazo nuevamente, ¿cuáles serían las consecuencias de ser rechazado? ¿Serías capaz de vivir con eso? Creo que te sorprenderá lo pequeñas que son la mayoría de las consecuencias y de la facilidad con que podríamos vivir con ellas si tuviéramos que hacerlo.

¡El miedo tiene una forma de hacerse mucho más grande en nuestras mentes de lo que es en realidad! Nos ponemos a sudar, aterrorizados por el "qué pasaría si", cuando en realidad, el resultado no sería nada del otro mundo. Como con la mayoría de las otras cosas, cuando tropezamos simplemente nos levantamos y continuamos nuestro camino.

Una vez que sepas cuáles son tus miedos, comprendiendo y aceptando las consecuencias, te sugiero hagas lo que más miedo te dé. Sí, es cierto, ¡te animo a que salgas de tu zona de confort! Rehúsa dejar que el miedo te controle un día más. Exprésale a tu miedo: "Gracias por tratar de protegerme, pero lo haré de todos modos". Y luego solo hazlo. Entonces hazlo de nuevo. Y otra vez. Las primeras veces que salgas de tu zona de confort, te sentirás incómodo. El miedo no desaparecerá de la noche a la mañana. Pero será controlado después de que tu mente comprenda que el miedo no tiene fundamento.

Ahora, solo porque conquistes sus miedos y expandas tu zona de confort, no significa que debas ser imprudente. Hay una gran diferencia entre saltar ciegamente a lo desconocido y tomar un riesgo calculado. Antes de actuar, toma unos minutos para pensar en la acción que deseas tomar, considera las consecuencias y pregúntate si estás dispuesto a aceptarlas. Si es así, adelante. Si no lo estás, ¡está bien! No creas que tienes que esforzarte más de lo necesario. Puedes dejar el problema en un segundo plano y reconsiderarlo más tarde.

El punto es no permitir que el miedo tome las decisiones por ti y, comenzar a tomarlas tú mismo. Tomará algún tiempo que te acostumbres a esta nueva forma de pensar, pero en poco tiempo comenzarás a cuestionar automáticamente tus miedos y dejarás de permitir que te controlen. Cuando esto suceda, ¡no te imaginas los niveles de éxito y felicidad que alcanzaras!

La autosugestión

Este fenómeno de la mente humana ocurre cuando la persona consigue convencerse a sí mismo de que una idea es real, aun cuando no sea así. Por lo general se observan estos casos en situaciones negativas, por ejemplo, cuando nos duele el estómago y empezamos a buscar en internet las posibles causas de nuestro mal, terminamos por convencernos de que padecemos una enfermedad más grave de lo que es.

Inevitablemente, estos pensamientos negativos dan como resultado la aparición del miedo. Si nos repetimos una y otra vez “no me valoran, no me valoran”, es muy probable que nos sugestionemos a tener malas relaciones interpersonales, nos condicionamos a que así es nuestra vida y pensamos que no tenemos control sobre eso.

La sugestión tiene un gran poder sobre nosotros mismos, afectando nuestra manera de actuar y de percibir la realidad. Esto es porque nos convencemos de que las cosas son de cierta manera e incluso conspiramos para que así sea. Con esto me refiero a que nos enfocamos tanto en sólo ver ese lado malo de las cosas, que es imposible ver la imagen completa. Vemos sólo lo que queremos ver.

Estas creencias sin fundamento, se van creando en la mente y como consecuencia se vuelven costumbre en nuestra vida. No nos detenemos a cuestionarlas, simplemente las hemos aceptado y adoptado involuntariamente.

Cuando se vive con miedo, es muy fácil sugestionarnos y pensar que todo el mundo está en nuestra contra, quedándonos mentalmente solos, tomamos un papel de víctimas y de seres incomprendidos. Por eso es muy importante tomar consciencia de nuestros pensamientos, hacer una introspección profunda para descubrir todas las mentiras que nos decimos cada día. Sólo así podremos comenzar el cambio que necesitamos en nuestra vida.

Ser negativo o pesimista

¿Alguna vez quisiste encontrar un buen lugar de estacionamiento, pero terminaste conformándote con el último y más lejano lugar disponible? Apuesto a que el pensamiento de: “No voy a encontrar un lugar, hay mucha gente”, pasó muchas veces por tu cabeza.

Se podría decir que obtuviste lo que pediste. Probablemente hayas experimentado más de esto en tu vida. Quisieras una casa o un automóvil nuevo, pero por alguna razón las cosas no cambian.