Beneto - Miguel Antonio - E-Book

Beneto E-Book

Miguel Antonio

0,0
3,99 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

El mesero regresa con su pedido, el cual se dispone a disfrutar, todo va bien hasta que un sujeto capta su atención, el tipo lleva un maletín luce nervioso, mira a todas partes como sí se escondiera de algo, o alguien Luis decide ignorarlo y continuar disfrutando de su comida, de pronto aquel sujeto se acerca a Luis se sienta justo enfrente de él y comienza hablar como si lo conociera.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.


Ähnliche


© Miguel Antonio

© Beneto

ISBN digital: 978-84-686-4452-3

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

 

 

 

Beneto

 

 

Restaurante beneto, un restaurante italiano como cualquier otro, vemos a un tipo común y corriente sentado leyendo el menú mientras piensa en lo aburrida que es su vida, de su casa al trabajo, del trabajo a su casa siempre lo mismo, pero también piensa, que al menos hoy después de mucho tiempo ha podido interrumpir la rutina su nombre Luis, el mesero regresa a atenderlo y muy amablemente le pregunta.

― ¿Disculpe ya va a ordenar?

―Sí, por favor tráigame un fettuccini al pesto.

― ¿Y de beber?

― ¿Que me recomienda?

―En beneto tenemos una gran variedad de bebidas, desde agua, pasando por jugos preparados con fruta fresca, hasta una importante selección de los mejores vinos, pero si me permite, le aconsejo acompañar este platillo con un vino rosado.

―Está bien.

―En un momento le traigo su orden, con su permiso.

A los pocos minutos el mesero regresa con su pedido, el cual se dispone a disfrutar, todo va bien hasta que un sujeto capta su atención, el tipo lleva un maletín luce nervioso, mira a todas partes como sí se escondiera de algo, o alguien Luis decide ignorarlo y continuar disfrutando de su comida, de pronto aquel sujeto se acerca a Luis se sienta justo enfrente de él y comienza hablar como si lo conociera.

―Menos mal que te encontré aquí.

Luis tan solo se dedica a escucharlo y mirarlo confundido con la boca llena.

―Toma este maletín cuídalo no lo abras, nos vemos en media hora en el callejón que da a la cocina.

antes de que Luis pudiera decir algo el sujeto se marcha dejando a Luis confundido, repentinamente se aparecen otros dos tipos con lentes oscuros y cara de pocos amigos, miran a todas partes como si buscaran algo a alguien al igual que el otro solo que ellos no lucen nerviosos de hecho todo lo contrario, lucen como lobos al acecho, Luis mira todas partes preguntándose si es el único que nota lo que está sucediendo, curiosamente así es cada quien se encuentra en su propio mundo ignorando lo que pasa a su alrededor, el tiempo pasa y el otro sujeto no ha regresado por el maletín, algo le dice que algo no anda bien pero su curiosidad es más fuerte, también piensa si el maletín podrá tener algo peligroso después de mucho pensarlo Luis finalmente se decide a salir al callejón, su corazón late rápidamente mientras su mano aprieta la manija del maletín, repentinamente Luis escucha algo parece un pleito o un asalto Luis sale del callejón, sigilosamente asoma su cabeza esperando no ser visto, lo que mira es al sujeto discutiendo con los otros dos que recientemente había visto, uno de los de traje empuja a quien le entrego el maletín, los ánimos se calientan quien le entrego el maletín responde con un golpe el otro de traje lo intenta sujetar por la espalda pero quien le entrego el maletín lo evade y lo empuja contra el otro con una patada, quien le entrego el maletín tiene ventaja pese a que se está enfrentando contra dos, Luis observa escondido detrás de un par de botes de basura, repentinamente se escucha un estruendo al parecer alguien disparo, ¿pero quién? ¿ninguno de los tres ha sacado un arma? de pronto quien le entrego el maletín cae al suelo mientras los otros dos simplemente observan mostrándose indiferentes, instantes después llega un tercer sujeto de traje blanco con un rifle en la mano, Luis se esconde cuando le da la impresión de que voltean hacia donde se encuentra el, sin quererlo mueve los botes lo que llama la atención de aquellos sujetos, Luis continua escondido escucha los pasos aproximándose hacia él, tembloroso y con el corazón acelerado le ruega a dios por qué no lo encuentren ahora ellos se encuentran a tan solo unos pasos, el corazón de Luis late aún más rápido justamente cuando se disponían a mirar un gato se aparece frente a ellos, uno de ellos dice.

―Menos mal tan solo era un gato.

―Vámonos.

El recién llegado pregunta

― ¿Que ahí del maletín?

―Seguramente lo debió haber escondido dudo que deje algo tan peligroso al alcance de cualquiera.

―Creo que se precipito al matarlo señor.

El de traje blanco lo sujeta del cuello de la camisa lo acerca hacia él y en tono amenazante le dice.

―El jamás habría hablado fue entrenado para morir antes de confesar además, de no ser por mí él los hubiera matado, vámonos tenemos que encontrar el maletín.

Mientras esos sujetos se alejan Luis piensa si debería entregarles el maletín y librarse de problemas, pero teme que lo maten, después de unos instantes de no escuchar nada Luis se asoma cuidadosamente, al ver que no hay nadie cerca decide acercarse al sujeto que le dio el maletín y que ahora al parecer está muerto, pero al sentir su mano en su tobillo se da cuenta que aún sigue con vida al principio se asusta pero rápidamente comienza a buscar en sus bolsillos en busca de su celular.

―Descuide todo estará bien si tan solo encontrara mi celular.

Luis se quita la camisa y la pone sobre la herida del sujeto haciendo presión sobre la misma.

―Pero que te paso te has descuidado vez lo que pasa cuando no llegas a tiempo pero que más se podría esperar de ti siempre llegas tarde.

―Señor por favor no hable mantenga la calma.

Luis al no encontrar su celular o algún modo de comunicación cercano comienza a gritar por ayuda.

― ¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude! ¡Alguien quien sea! ¡Ayuda auxilio!

Pero sus esfuerzos son en vano.

― ¡Maldita sea!

El sujeto empieza a hablar otra vez.

―Escúchame, yo ya no tengo remedio, necesito que.

―Por favor no hable.

―Cuida el maletín, ve con Vanneza.

―Pero señor usted.

―Tu siempre tan respetuoso.

―Usted me confunde.

El sujeto finalmente muere sin escuchar lo último que le dijo Luis, dejándolo bastante confundido, repentinamente logra mirar a una señora asomarse por una ventana esta inmediatamente se esconde, Luis no sabe que más hacer, minutos después llega una ambulancia y dos patrullas los policías le apuntan con sus armas y con voz firme le dicen.

― ¡Quieto ahí!

― ¡Pero oficial yo no hecho!

― ¡Silencio! ¡Tírese al suelo y ponga sus manos en la nuca! esta arrestado.

― ¿Pero porque yo que hice solo quería ayudar?

― ¡Obedezca!

Luis no le queda más alternativo que seguir las indicaciones del oficial, este le coloca las esposas mientras le dice sus derechos.

―Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga podrá y será utilizado en su contra, tiene derecho a un abogado si no cuenta con uno la corte se lo asignara.

Una vez en la jefatura es llevado al cuarto de interrogatorios en una silla frente a él se sienta un detective.

―Señor Luis, ¿sabe por qué está aquí?

―La verdad no.

―Lo trajeron aquí como sospechoso de asesinato.

― ¡Asesinato! ¿Pero porque? yo solo.

―Tranquilícese, tan solo es sospechoso, eso no quiere decir que demos por hecho que usted sea el asesino, solo quiero saber su versión de los hechos.

Luis al principio le quiere decir todo tal cual pero después piensa en lo descabellado que resultan algunos detalles por lo que decide omitirlos.

―Vera yo estaba en el restaurant italiano beneto fui a comer ahí para alejarme de la rutina.

―Valla al punto.

―El punto es que después de comer y pagar la cuenta, salí a tomar aire fresco de pronto mire aquel tipo tirado en el suelo, me acerque para ayudarlo, intente hablar por mi celular pero lo olvide grite por ayuda y nadie contesto y para colmo me traen aquí.

―Señor Luis tranquilícese, estamos haciendo la averiguaciones correspondientes, si lo que nos dice es verdad y usted tan solo es víctima de las circunstancias, saldrá pronto de aquí.

Luis con resignación recarga su espalda en el asiento y cruza los brazos.

―Eso espero.

El detective se retira minutos después llega una señorita la cual también actúa como si lo conociera.

―Usted ¿pero que hace aquí?

―Disculpe nos conocemos.

―Maestro ¿acaso no me recuerda?

―No, lo siento pero me debes estar confundiendo con otra persona.

La señorita aparentemente confundida frunce el ceño, se sienta justo enfrente de él y extiende sus manos en la mesa.

―Si me permite sus manos.

Luis atiende a la petición, ella coloca sus dedos en las muñecas de Luis.

―Se lo preguntare una vez más y quiero que me vea a los ojos ¿usted sabe quién soy yo?

―No señorita lo siento, pero no la había visto, hasta ahora.

― ¿En serio no me recuerdas? soy yo Vanneza.

― ¿Vanneza? me suena ese nombre.

―Hasta ahora nadie me ha podido engañar, ni siquiera usted a menos que…

Vanneza se levanta y revisa la nuca y la espalda de Luis.

―Ha ya veo con que eso es.

Con una actitud de resignación se sienta con la mirada agachada.

―Disculpe señorita ¿se encuentra bien?

―Sí, es solo que lo confundí con alguien más.

―Si la entiendo, ya me ha pasado, aun que curiosamente usted no es la primera que me confunde el día de hoy, ¡ahora recuerdo donde escuche su nombre! un sujeto me dio un maletín y me pidió que se lo diera a una tal Vanneza.

― ¿De casualidad sabe lo que contiene ese maletín?

―No, me lo quitaron apenas entre aquí.

―Espere un momento ahora vuelvo.

Vanneza apenas asoma la cabeza logra mirar a los tipos que mataron al otro sujeto asustada regresa y abre las esposas de Luis con un pasador, mientras murmura.

―No puede ser, no puede ser, no puede ser están aquí no entiendo cómo, acaso nunca se cansan.

― ¿Señorita de que está hablando? ¿Qué le pasa?

Vanneza con un suspiro le explica.

―Venga conmigo.

Luis aunque confundido sede a la petición de Vanneza.

― ¿Señorita me podría decir que está pasando?… ¿por qué no uso una llave? ¿Porque nos escondemos?

Las insistentes preguntas de Luis irritan a Vanneza.

― ¡Hagh! no haga tantas preguntas a la vez quiere, vera no soy policía ni detective.

― ¿Entonces que eres?

―A eso voy, yo nosotros, somos agentes independientes expertos en combate logística y planificación.

― ¿Y yo que tengo que ver?

―Tu nada, es el maletín, mi compañero Alex te lo entrego por error, seguramente al igual que yo te confundió con otro agente, se supone que nos veríamos aquí cuando te mire por la ventana me sorprendí y bueno tu sabes.

― ¿Que tiene el maletín?

―Es confidencial.

―Me dices que eres una agente de no sé qué y ahora no me quieres decir que tiene un simple maletín.

―Por el simple hecho de que nadie le va creer que se encontró con una agente además, ni siquiera yo sé lo que contiene ese maletín.

Luis se molesta se pone derecho y da la media vuelta

― ¡Sabes que! ¡Estoy harto de esto! ¡Yo no tengo nada que ver! ¡Así que yo me largo!

― ¡Luis espera es peligroso!

Luis ignora a Vanneza pensando en que no le va pasar nada, después de todo él nunca fue visto con el maletín así que decide caminar normal para no levantar sospechas, todo parece ir bien pero al llegar al final del corredor mira a la distancia a los mismo sujetos que mataron Alex Luis se pone nervioso y su nerviosismo se convierte en pánico cuando uno de ellos saca una pistola con silenciador, Luis queda paralizado, repentinamente es empujado por Vanneza, el sujeto dispara pero gracias a la maniobra de Vanneza Luis se libra de salir herido el tipo del arma quiere disparar otra vez pero su compañero se lo impide.

―Espera aquí no.

Su compañero guarda el arma e inmediatamente después sale un oficial su rostro expresa confusión.

― ¿Que está pasando aquí? ¿Quién es usted? ¿Tiene una identificación?

al preguntar tan solo esta uno de ellos, el oficial se le acerca y repite la pregunta, luego llega el otro por detrás y le rompe el cuello, este mismo sujeto grita por ayuda mientras que el otro se le queda viendo con el cejo fruncido, a lo que el otro contesta.

―Ve por ellos, tengo un plan.

Mientras uno va detrás de Luis y Vanneza, el otro se queda junto al oficial muerto inmediatamente llegan otros dos oficiales.

― ¡Rápido se fueron por allá, ellos lo mataron!

Los oficiales al unisonó exclaman.

― ¿Que ha dicho? ¿Quién es usted?

―Soy Brando de asuntos internos, venia en una investigación de rutina cuando mire como un tipo mataba a este oficial, trate de detenerlo pero no pude, por suerte mi compañero fue tras él.

―Podría describírmelo.

―Si vera él era.

Mientras tanto Luis y Vanneza salen de la jefatura, Vanneza con el maletín en mano y una pistola en la otra, sale abriendo fuego contra el otro sujeto que los persigue, Luis se encuentra junto a ella siguiendo sus pasos muy de cerca apenas salen ella le dice.

―Rápido sube al deportivo negro.

Detrás del sujeto que los persigue salen varios policías abriendo fuego contra Luis y Vanneza.

―Hagh qué le pasa a esos imbéciles.

― ¿Quiénes son esos sujetos? ¿Porque nos persiguen?

―Quieren el maletín, ellos son Verón y Maximus pertenecen a una organización llamada los inmortales.

― ¿Quién era el que me disparo?

―Él es Verón, el siempre dispara primero y después pregunta, en cambio el otro, Maximus es el más listo, no dudo que el haya puesto a la policía en nuestra contra.

― ¿Por qué me dispararon? yo nunca los había visto ni siquiera cuando tu compañero me entrego el maletín.

―Por el mismo motivo que me acerque a ti.

Vanneza conduce su deportivo a toda velocidad, dejando a la policía atrás, por un momento los pierde, se mete a un callejón baja del auto mientras Luis espera adentro, Vanneza saca un extraño cilindro de la maletera el cual contiene una substancia blanca.

―Hey tu baja del auto necesito que me ayudes.

―Me llamo Luis y ¿qué es esa cosa?

―Es pintura.

― ¿Pintura? pero si se mueve sola.

―Es pintura simbiótica, ya lo veras, mientras ve cambiando las placas, están en la guantera.

Una vez que Luis cambia las placas al deportivo Vanneza coloca el cilindro en el capacete gira la parte de arriba liberando la substancia Luis queda impresionado al ver como la extraña substancia se adhiere y expande en el auto haciendo que este cambie de color.

― ¿Pero cómo le hizo esa cosa para?

―Sube en el camino te explico.

Luis sube al auto intentando reflexionar y asimilar todo lo que le está pasando, cuando repentinamente recuerda su trabajo.

―No puede ser tengo que ir a trabajar ya es tarde.

―Escúchame Luis tu vida como la conoces a dejado de existir.

Luis se altera y confunde.

― ¿Qué? ¡Pero no entiendo!

―Ellos ya vieron tu rostro y con eso les basta para manipular tu imagen pública y hacerte ver como un criminal.

― ¿Ya te lo hicieron a ti?

―A mí no, a uno de mis compañeros.

Vanneza sintoniza en su radio el canal policial.

Atención a todas las unidades se busca un deportivo negro con placas 26M45A22.

―Menos mal que cambiamos la apariencia del auto y las placas a 20H13A06.

―Espere señorita quiero escuchar.

―El sospechoso anteriormente descrito se le considera altamente peligroso es sospechoso de 2 asesinatos entre ellos un oficial de policía.

El disgusto de Luis no se hace esperar.

―Pero que les pasa, como puede ser posible que los engañen tan fácilmente.

―Así es como trabajan, como dije antes le hicieron lo mismo a uno de mis compañeros, afortunadamente me dieron información de su posible paradero.

― ¿Posible? eso quiere decir que no lo ha visto en mucho tiempo.

―Sí, así es.

―Supongo que con tantas misiones…

Vanneza no dice nada solo mantiene la mirada fija en el horizonte, hasta que vuelve en sí.

―He perdón ¿dijiste algo?

―Nada, dime, ¿a qué se dedican?

―Nos dedicamos, mejor dicho nos dedicábamos a brindar apoyo a cualquier gobierno que quisiera mantener la paz.

―Espera, dijiste dedicábamos, entonces ¿ahora a que se dedican?

―A sobrevivir.

― ¿Sobrevivir? no entiendo.

―Eso no te lo puedo explicar.

― ¿Qué? ¿Confidencial?

―No, no es eso, mi compañero él te explicara.

Vanneza observa algo que la disgusta.

― ¡Maldita sea!

― ¿Qué ocurre?

―Hay policías en ese departamento.

Luis se sorprende.

― ¡Pero si ese es mi departamento! ¿Cómo supieron donde vivo?

―Así trabajan ellos, el cómo consiguen tanta información lo desconozco.

― ¿Qué hay de tu compañero?

―Va ser complicado encontrarlo, escuche que se encuentra por esta área pero no especificaron donde.

― ¿Y ahora qué?

―Esconderemos el auto unas cuadras adelante después vendremos a vigilar.

―Como es tu compañero.

―La verdad es difícil de decir él es el amo del disfraz.

― ¿Qué tan bueno es para disfrazarse?

―Vez a esa ancianita en andador.

―Sí.

―Podría ser el.

― ¿En serio? ¿Porque no vas y le preguntas?

―No.

― ¿No? ¿Porque no?

―Nosotros detrás del cuello tenemos un tatuaje el cual nos identifica.

― ¿Puedo verlo?

―No podrías verlo por más que quisieras, para poder verlo se requiere de lentes especiales.

―Ya veo, es por eso que me revisaste la nuca y la espalda, pero no te mire usando lentes.

―Los míos son de contacto, será mejor que esperes aquí, si la policía te mira habrá dificultades.

Luis espera impaciente fuera del auto de pronto ve a un vagabundo pasar por la acera en aparente estado de ebriedad, Luis tiene la intención de regresar al auto pero justo cuando se disponía a abrir el auto alguien se lo impide al principio solo mira el brazo pero al voltear se da cuenta de que se trata de Verón, Luis se asusta y su corazón empieza latir de forma acelerada, Verón lo toma por el cuello le pone una pistola en la barbilla Luis cierra los ojos y asustado ruega por su vida mientras Verón le pregunta.

― ¿En dónde está el maletín?

Luis está apunto de indicarle que se encuentra dentro del auto pero el vagabundo se les acerca con botella en mano y su andar tambaleante.

―He amigo una moneda.

Verón lo empuja mientras le dice.

―No molestes

El vagabundo cae de espaldas y se levanta otra vez.

―He amigo por qué tanta violencia si no tiene dígame, no tengo dinero, a ver échese un traguito.

El vagabundo le acerca la botella a Verón pero este se enfada y redirige su pistola a la cara del vagabundo se escucha un disparo, Luis se asusta piensa que Verón ya mato al vagabundo, pero no es así, tal parece que el vagabundo corrió con suerte.

―Así con que muy valiente con tu pistola he.

El vagabundo le quita la pistola, Verón no puede creer la facilidad con que le quitaron la pistola.

―A ver ahora.

― ¿Pero qué?… ¿Cómo?… ¡deme eso!

Verón intenta golpearlo en el rostro pero el vagabundo cae hacia atrás antes de que Verón logre conectar el golpe, también intenta patearlo, pero el vagabundo lo esquiva, Verón ataca con una serie de patadas, pero el vagabundo las esquiva mientras se tambalea, el vagabundo le pisa el pie a Verón y se deja caer hacia el golpeándolo, Verón intenta golpearlo en el rostro pero el vagabundo cae hacia atrás una vez más, Verón se le acerca y el vagabundo le da un golpe con la cabeza justo en la cara, Verón se hace hacia atrás sosteniéndose la nariz.

―Lo siento señor fue sin querer.

― ¡Maldito seas! ¡Quédate quieto!

Verón intenta golpearlo otra vez pero en esta ocasión su puño va dar contra una pared lastimándose seriamente la mano.

—Lo ve, la violencia no lleva a nada bueno mi turno a ver que sale.

―A que te refieres con que…

Antes de que Verón terminara de hablar el vagabundo lo golpea, el golpe es tan fuerte que derriba a Verón.

―Vez por eso no me gusta la violencia alguien… siempre termina herido… échese un traguito.

Verón enfurecido reclama.

― ¡Pero como mierdas me hizo esto maldito imbécil! me las va a pagar.

Verón comienza a atacar estrepitosamente el vagabundo esquiva sus golpes y le da unos aunque de forma torpe, pero efectiva repentinamente se escuchan dos disparos el vagabundo y Verón se detienen en seco después se escucha una voz que dice.

―No pierdas tu tiempo Verón el tan solo es jugando contigo.

Se trata de Maximus.

―No entiendo porque no simplemente lo matas donde está tu pistola.

El vagabundo alza la mano.

―Yo… yo la tengo.

Deje de fingir para mi es evidente que está usando el Suijiuquan.

Verón confundido pregunta.

― ¿El suiji que?

―Suijiuquan, boxeo del borracho, se trata fingir estar hebreo, a habilidad de combate se divide en ocho estilos, borrachera, doble borrachera, borracho con botella, borracho con jarra, pierna de hierro, son algunos que recuerdo.

El vagabundo deja de tambalearse se yergue comienza aplaudir lentamente y habla normal.

―Bravo veo que has hecho la tarea.

El vagabundo dirige la mirada hacia Luis.

Tú qué haces ahí parado vete.

Luis sube al auto, Maximus le apunta con su pistola, el vagabundo intenta usar la pistola de Verón pero esta no funciona toma la tapa de un bote de basura y se la arroja a Maximus pegándole en la mano que tenía la pistola, haciendo que falle, Maximus se frota la mano para disminuir el dolor Luis pone el auto en marcha pero justo cuando se dispone a irse tres patrullas le cierran el paso, los policías salen apuntando sus armas contra Luis.

― ¡Salga del auto!

Verón aprovecha que el vagabundo esta distraído para recuperar su arma el vagabundo intenta quitársela otra vez pero dos policías se dan cuenta y le apuntan.

― ¡Quieto ahí al suelo!

Otros policías le insisten a Luis.

― ¡Salga del auto!

el vagabundo se tira al suelo lentamente mientras mira fijamente a Luis diciéndole que no con la cabeza, Luis está confundido, no sabe qué hacer, los policías, Maximus y Verón les apuntan con sus armas Luis está dispuesto a salir del auto, cuando repentinamente un destello llama su atención, es Vanneza con un espejo y un letrero que dice “auto blindado” Vanneza arroja bombas de humo Luis acelera empujando una de las patrullas, abre la ventana el vagabundo salta dentro mientras los inmortales y los policías abren fuego, dentro de auto el vagabundo abre el quema cocos y dice.

―Vamos por Vanneza.

―Estoy en eso la mire por aquí cerca.

―Mira allá arriba en ese techo.

― ¡Como llego ahí tan rápido!

Luis conduce cerca del inmueble Vanneza salta dentro de auto confundida pregunta.

―Luis ¿quién es este vago?

― ¿No lo conoces? él a ti sí.

―Vamos Vanneza, ¿no me reconoces?

― ¿Mario?

―El mismo.

―Esperen un minuto, yo lo conozco.

Vanneza y Mario miran a Luis con el cejo fruncido.

―Sí, casi siempre lo veo cerca de mi departamento, eso quiere decir que un agente secreto a estado merodeando cerca de mi departamento.

―He, no necesariamente, el vagabundo que estaba cerca de tu departamento no era yo, tan solo me disfrace de el por qué me informaron que Vanneza estaría por aquí.

―Yo vine porque me dijeron que tú estarías aquí.

― ¿Sabes quién te contacto?

―No y tú

―Tampoco, pero quien quiera que haya sido quería que nos encontráramos.

De pronto el radio comienza a escucharse una voz claramente modificada.

―Valla, veo que mi plan funciono.

― ¿Quién habla? ¿Es usted quien nos dijo dónde estaría nuestro compañero?

―No, solo les llamo para ofrecerles pizza gratis… claro que los contacte.

― ¿Y cómo sabe que ellos están juntos?

― ¿Con quién tengo el gusto?

―Luis.

― ¿Luis? ¿Qué raro? no recuerdo a ningún Luis, no sé quién seas pero respondiendo a tu pregunta la radio de Vanneza funciona en una frecuencia oculta la cual funciona en ambas direcciones.

― ¿Quién es usted?

―Lo sabrán muy pronto, de momento desháganse de esos inmortales.

― ¿Cómo supo que estamos siendo perseguidos por los inmortales?

―Simple los escucho acelerando, eso quiere decir que persiguen a alguien o están huyendo, la primera es poco probable ya que no hemos tenido ninguna misión y los únicos que nos persiguen son ellos, además de que intervine las cámaras de seguridad de varias calles y los estoy viendo gusto ahora.

―Eso suena interesante no hay algo que pueda hacer para ayudarnos ¡además de hablar!

―Tranquila Vanneza, tan agresiva como siempre ya cásate, oh es cierto no podemos.

― ¡Hagh déjate de bromas y haz algo!

―Ya voy, ya voy que carácter, denme dos minutos.

―Que sea en uno.

Luis en tono preocupado dice.

―Señorita Vanneza el tanque está casi vacío.

―Ya lo escuchaste, sea lo que sea que hagas, hazlo hoy.

―Muy bien doblen a la derecha.

La misteriosa voz que se escucha en la radio los guía hasta un puente elevadizo.

― ¡Señorita el puente se está elevando!

― ¡No importa acelera!

― ¡He estado acelerando y aun así nos están pisando los talones!

―Hazte a un lado.

―No puedo soltar el acelerador, nos darían alcance.

― ¡Hagh solo inclínate!

Luis se inclina y Vanneza toca el clacson en clave Morse, del volante sale un tablero alfanumérico en el que ingresa una clave, la cual hace acelerar el auto bruscamente, haciendo que el auto prácticamente vuele, después de un brusco aterrizaje se toman un respiro, pero el alivio es interrumpido por el rugir de un motor.

― ¡Hagh maldita sea acelera Luis acelera!

―Eso intento pero el auto no arranca.

―Debió ser por el impacto nos queda poco tiempo antes de que nos alcancen Vanneza, Luis salgan con el maletín sigan su camino, tengo un plan.

Mientras Vanneza y Luis se marchan, Mario toma de la cajuela los cables pasa corriente los une al tanque de gasolina y posteriormente a la computadora del auto, toma las llaves y se aleja del auto, una vez que el puente empieza a descender los inmortales aceleran y una vez que están por encima del deportivo, Mario activa la alarma haciendo explotar el auto junto con el de los inmortales, la explosión es tal que la onda expansiva hace caer hacia atrás a Mario, se reincorpora y se acerca a donde se encuentran los restos de los autos, en su rostro se dibuja una enorme sonrisa al ver los cuerpos calcinados de Verón y Maximus, en su festejo se entremezclan la alegría con la burla.

―En su cara desgraciados, en su cara, inmortales asma el favor, tan solo esperen a que se lo diga a Vanneza, no me lo va a creer.

Repentinamente la celebración de Mario se ve interrumpida por el sonar de las sirenas, Mario toma una foto de los cadáveres y se esconde de la policía varias patrullas se detienen al ver los autos destrozados, unos oficiales siguen su camino otros se quedan a investigar en los alrededores, un par de policías se encuentran con un tipo vestido de forma muy elegante.

―Disculpe señor, no ha visto algo sospechoso recientemente.

―No… esperen un momento acabo de recordar mire a unos sujetos corriendo, no los mire bien.

―Hacia donde se dirigían.

―Hacia halla y si no le importa me retiro, es hora de comer.

Una vez que los policías se alejan este se sonríe, saca su celular y mira la foto, por su parte Vanneza y Luis caminan y miran a todas partes atentos a la llegada de algún policía o de algún escondite, repentinamente en su caminar escuchan un teléfono público sonar, lo cual llama curiosidad de Luis.

―Luis que haces tenemos que ocultarnos.

―Pero está sonando, podría ser para nosotros.

―Y como sabrían que estamos aquí.

Un sujeto se acerca a contestar.

―Lo ves no debe ser nada.

Vanneza y Luis siguen su camino y el teléfono vuelve a sonar Luis se regresa a contestar.

―Sí, bueno.

―Valla por fin alguien se digna a contestar, ¿esta Vanneza contigo?

―Si espere ¡Vanneza es el de la radio!

―Hagh no grites no podemos llamar la atención.

―Perdón.

―Dame eso, si diga.

―Escúchame con atención necesito que suban al autobús que está a punto de pasar.

― ¿Quién eres?

―Sí te lo digo no me creerías, confía en mí, además no tienes nada que perder.

Vanneza mira el autobús aproximándose duda por la falta de información pero al mismo tiempo la curiosidad la impulsa.

―Luis vamos hay que subir a ese autobús.

―Vanneza antes de que subas te informo que deberás bajarte un kilómetro y medio ahí veraz otro teléfono público.

Luis se encuentra subiendo al autobús y al ver que Vanneza sigue al teléfono le llama.

―Vanneza vas a subir o no.

―Te dejo el autobús a llegado.

 

Vanneza sigue al pie de la letra las instrucciones de este misterioso personaje, las cuales se repiten en varias ocasiones hasta llegar a un callejón sin salida, Luis confundido pregunta.

― ¿Y ahora qué?

―No entiendo, seguí las instrucciones al pie de la letra, esto tiene que ser una broma, a menos que… Luis rápido busca en las paredes.

― ¿Qué cosa? o ¿cómo qué?

―Cualquier cosa que resalte, algo fuera de lo normal.

Vanneza y Luis comienzan a buscar entre los botes de basura, revisan las paredes Vanneza empieza a desesperarse, inclusive patea un bote de basura, hasta que Luis observa algo en lo alto de una pared.

―Vanneza, mira allá arriba.

Vanneza trepa la pared ágilmente para encontrarse con un simple bote de soda, Vanneza decepcionada se dispone a bajar cuando nota que uno de los ladrillos es diferente de los demás, sujeta el ladrillo y comienza a darle vuelta lo que activa un mecanismo que revela unas escaleras en espiral en el suelo Luis y Vanneza descienden hasta encontrarse con un cuarto lleno de monitores teclados basura electrónica y un plato de papas fritas con crema batida.

― ¿Papas con crema batida? ¿A quién se le ocurre?

―Solo conozco a una persona capaz de hacer tal combinación y lo peor de todo es que no es la única mira en este plato se comió hot cakes con… pescado cajeta y acompañados de refresco.

Vanneza y Luis continúan explorando el sitio cuando repentinamente de entre las sombras alguien atrapa a Luis.

― ¿Quién eres?

Luis asustado le contesta.

― ¡Luis! ¡Me llamo Luis!

De pronto se escucha el mecanismo de un arma.

―Suéltalo.

―Primero baja la pistola.

―Bajo el arma si tú bajas el cuchillo.

―Quita la pistola de mi sien ¡ahora!

La tensión se respira en el ambiente Luis tiene un cuchillo en su cuello, Vanneza le apunta con una pistola al sujeto que atrapo a Luis un movimiento en falso y todo se acaba para Luis o para el sujeto.

― ¿Que hacen aquí? ¿Cómo entraron?

―Nos llamaron y nos guiaron hasta aquí.

― ¿Cuál es tu nombre?

―Ya te lo dije.

―No el tuyo el de ella.

―Vanneza ¿cuál es el tuyo?

― ¿Vanneza? ¿Dijiste Vanneza? pero como…

―Si Vanneza y tú aun no me has dicho tu nombre.

―Mi nombre es Cecilio.

―No tú no puedes ser Cecilio, Cecilio está muerto.

―No, yo soy, Cecilio y estoy muy vivo, tú eres la que debería estar muerta.

―No, tu deberías de estarlo, yo mire cuando te disparaban.

―Si me dispararon pero sobreviví, yo mire como esos tipos arrastraban tu cuerpo antes de que yo perdiera el conocimiento.

― ¿Por qué dudas de mi si tú me citaste?

―Si eso es cierto solo quería probar que realmente fueras tú, sin embargo a este no lo conozco.

De pronto llega Mario con el mismo disfraz que uso para engañar a los policías.

―Bueno días señoras y señores vengo a hablarles de la palabra.

Rápidamente Cecilio empuja a Luis y le arroja el cuchillo a Mario, Mario lo esquiva.

―Con un no habría sido suficiente.

― ¿Quién eres?

―Válgame, sí que soy bueno, acaso no me reconoces, soy yo Mario.

―No, claro que te reconocí es que así recibo a las visitas.

Vanneza confundida pregunta.

― ¿Cómo hiciste para encontrarnos?

―Simple te puse un rastreador.

Mientras Vanneza, Mario y Cecilio hablan entre sí, Luis se levanta y reclama.

― ¡Ya basta estoy harto de esta situación no me interesa quienes sean ustedes o aquellos tipos yo me largo, de haber sabido que todo esto pasaría jamás habría roto la rutina, jamás lo habría hecho o lo habría hecho después!

Luis se dirige hacia las escaleras y comienza a forcejear con la puerta.

― ¿Cómo se abre esta maldita cosa?

―Y ¿qué le pasa a ese?

―Es un civil con mala suerte.

― ¡Espera! ¿Dijiste un civil?

―Sí, Verón y Maximus trataron de matarlo al confundirlo con un agente algo que… ¡hagh Luis deja de estar golpeando la puerta! como decía Alex también le paso lo mismo.

― ¿Qué hay de Alex? ¿Por qué no está contigo?

―Alex… el… el murió…

― ¡Murió! ¿Cómo?

―No lo sé, no fui testigo pero se bien que debieron ser Verón y Maximus.

Mario comienza a reírse, Vanneza molesta y confundida le pregunta.

― ¿Mario qué te pasa?

―Nada, es solo que les traigo magnificas noticias, los inmortales, resultaron no serlo.

― ¿De qué estás hablando, explícate?

―Simple, los mate a ambos.

Vanneza se exalta

― ¿Que has dicho?

―Tal y como escuchaste, mate a los disque inmortales.

― ¡Hagh no! ¡No puede ser! ¡Cómo pudiste!

― ¿Tranquila? ¿Qué te pasa?

Mario se le acerca a Vanneza y ella le da un cabezazo en la cara a Mario, rápidamente Cecilio la sujeta, Mario se levanta y enfurecido intenta atacar a Vanneza, pero Cecilio se le interpone.

― ¡Tranquila Vanneza! ¿Qué te pasa? ¿Por qué agredes así a Mario?

―El mato a Maximus, él era mío yo misma lo quería matar, sabes, no te creo ya los habíamos baleado dado por muertos y nos lo volvimos a encontrar.

―Yo no estuve el día del ataque, pero se bien lo que hice, y si no me quiere creer, aquí tengo las pruebas.

Mario saca su celular y se lo arroja a Vanneza, Vanneza al ver las imágenes se niega a creerlo.

― ¿Cómo sé que realmente son ellos? ¿Cómo hiciste para?…

―Simple, hice estallar el deportivo junto con el auto de ellos.

― ¡Qué has dicho! ahora si te mato.

―Anda a ver si puedes.

― ¡Mario basta! no estés provocando a Vanneza, Vanneza contrólate lo hecho, hecho esta.

― ¡Pero mi auto!

Cecilio está al borde de un colapso nervioso, por un lado quiere evitar una pelea entre sus compañeros Mario y Vanneza, por otro lado los constantes forcejeos de Luis con la puerta le taladran los oídos, en un acto desesperado Cecilio golpea a Vanneza en el estómago sacándole todo el aire, Vanneza cae de rodillas sosteniéndose el estómago tratando de recuperar el aliento, Mario le pregunta confundido.

― ¿Qué te pasa? ¿Porque la golpeas?

Cecilio contesta de forma agresiva.

―Acaso no era eso lo que querían, lastimarse en un pleito sin… ¡Luis deja de estar golpeando la puerta!

―será mejor que lo dejemos ir, después de todo ya no tenemos de que preocuparnos por Verón y Maximus.

Repentinamente Luis deja de forzar la puerta.

―Qué hay del otro tipo.

Mario y Cecilio preguntan al unisonó.

― ¿Cual tipo?

―El que mato a su compañero.

Vanneza se levanta lentamente y mira a Cecilio clavándole la mirada.

―Imbécil.