Calle línea: patrimonio cubano de la comunicación urbana. Tomo II - Avelino Víctor Couceiro Rodríguez - E-Book

Calle línea: patrimonio cubano de la comunicación urbana. Tomo II E-Book

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

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Beschreibung

La preocupación por preservar la historia local y por popularizarla a partir de los libros, no es tarea nueva. Los distintos Historiadores de la Ciudad han insistido en tan noble empeño. Sin embargo, la labor de escudriñar en todos los resquicios de la historia de una calle es la novedad del material que ponemos a su disposición. Motivado por el amor a su localidad y por el deseo de comentar y generalizar su historia el Dr. Avelino Couceiro Rodríguez examina cada rincón de la memoria, investiga cada uno de los lugares y las personas que los habitaron para establecer un retrato de lo que conocemos como la calle Línea en el Vedado capitalino. Ya desde tan temprana fecha como 1963, Emilio Roig de Leuchsenring en sus Apuntes históricos sobre la Habana menciona la calle Línea como "la más importante del barrio del Vedado", y esto es lo que nos propone el autor: mostrar esa supremacía a través de la arquitectura, de las instalaciones y servicios, de sus pobladores. En definitiva, revelar lo que la ha convertido en una arteria principal del urbanismo habanero.

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Seitenzahl: 324

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Calle Línea:

patrimonio cubano de la comunicación urbana

Tomo II

Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

La Habana, 2024

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España. Este y otros libros puede encontrarlos en ruthtienda.com

Título: Calle Línea: patrimonio cubano de la comunicación urbana

© Avelino Víctor Couceiro Rodríguez, 2024

© Sobre la presente edición:

Ediciones enVivo, 2024

ISBN: 9789597276623

ISBN: 9789597276616

Tomado del libro impreso en 2023 – Edición: Norma Gálvez Periut / Corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diseño de cubierta y diagramación: Damaris Rodríguez Cárdenas

E-Book – Edición: Norma Gálvez Periut / Corrección: Ilaín de la Fuente Guinart / Diagramación pdf interactivo y conversión a ePub y Mobi: Damaris Rodríguez Cárdenas / Diseño interior: DamarisRC

Ediciones enVivo

Instituto Cubano de Radio y Televisión

Edificio N, Calle N, entre 23 y 21, Vedado,

Plaza de la Revolución, La Habana

CP 10400

Teléfono: +53 78384070

Correo electrónico: [email protected]

www.envivo.icrt.cu

Avelino Víctor Couceiro Rodríguez (La Habana, 17 de mayo de 1957). Licenciado en Historia del Arte y Licenciado en Historia General. Doctor en Ciencias sobre Arte, Máster en Antropología, Diplomado en Historia General Contemporánea. Investigador Titular. Guionista. Profesor Titular de la Universidad de La Habana y en decenas de otros centros de educación superior. Integra múltiples asociaciones artísticas, científicas, ambientalistas, profesionales, órganos científicos, asesores, académicos. Tiene en su haber abundantes notas a programas, catálogos e inauguración de exposiciones y más de un centenar de premios y otros reconocimientos, como discípulo, profesor o copartícipe al innovar, investigar, publicar, promover e impartir estos y otros temas en numerosos cursos, conferencias, tribunales, y entrevistas, en más de 500 eventos y asimismo al publicar otros tantos artículos científicos y de ficción y 27 libros en docenas de países. Ha sido traducido a otros idiomas y transcripto al Braille.

La preocupación por preservar la historia local y por popularizarla a partir de los libros, no es tarea nueva. Los distintos Historiadores de la Ciudad han insistido en tan noble empeño. Sin embargo, la labor de escudriñar en todos los resquicios de la historia de una calle es la novedad del material que ponemos a su disposición.

Motivado por el amor a su localidad y por el deseo de comentar y generalizar su historia el Dr. Avelino Couceiro Rodríguez examina cada rincón de la memoria, investiga cada uno de los lugares y las personas que los habitaron para establecer un retrato de lo que conocemos como la calle Línea en el Vedado capitalino.

Ya desde tan temprana fecha como 1963, Emilio Roig de Leuchsenring en sus Apuntes históricos sobre La Habana menciona la calle Línea como “la más importante del barrio del Vedado”, y esto es lo que nos propone el autor: mostrar esa supremacía a través de la arquitectura, de las instalaciones y servicios, de sus pobladores. En definitiva, revelar lo que la ha convertido en una arteria principal del urbanismo habanero.

Índice de contenido
Le Potín: La Maison Française
El Palacio de los deportes
La Escuela Municipal Valdés Rodríguez
Línea: impacto desde La Rampa
Lucha contra el batistato en torno a Línea
El cine Rodi, y los bancos en torno a Línea
La comunidad hebrea de Cuba y Montecatini: las pizzerías en torno a Línea
El Centro Vasco
El Focsa, el Someillán, el Altamira, el Gato Tuerto, el Naroca y el Habana-Riviera
De los túneles al puente de hierro en Calle 11
Impacto del triunfo revolucionario en Línea y sus inmediaciones
El monumento a Calixto García
EL 1830
Entre la Embajada y la Oficina de Intereses
La Casa de las Américas y la Lincoln
Galería Color-Luz: diez pintores concretos
El Hotel Nacional de Cuba durante la Revolución
El Teatro Mella
El parque deportivo José Martí
Teatro Estudio y la sala teatral Hubert de Blanck
El Avioncito
Línea y sus inmediaciones: cambios tras el I Congreso del PCC
La Casa de Cultura Municipal: Calzada y 8
El Museo Histórico Municipal: 13 y 8
Teatro Político Bertolt Brecht
Sabotajes en hoteles en torno a Línea
La Colmenita del Vedado
Museo Nacional de la Danza
La IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno: de Bolívar a la Avenida de los Presidentes (Latinoamericanos)
Teatro El Público
La Tribuna Antimperialista y el Monte de las Banderas
Siglo xxi: cotidianidad en Línea y sus inmediaciones
Atención Línea… llegaron las tribus urbanas
Johann Strauss y el Jardín vienés en Línea
Sala de Teatro Raquel Revuelta
Un tradicional restaurante deviene cooperativa: El Jardín y “Baby” Lores
Fábrica de Arte Cubano (FAC)
El Ciervo Encantado
Ludi Teatro
Acosta Danza
Centro Fidel Castro Ruz
Línea: corredor cultural
A manera de epílogo: Línea corredor cultural en la estrategia Plaza Distrito Cultural
Fuentes básicas:

Le Potín: La Maison Française

El Potín, conocido como La Maison Française, desde 1903 había iniciado en Obispo hacia los Muelles en la (hoy) Habana Vieja, y en 1943 se traslada para el edificio de Línea # 715 esquina Paseo, donde en la década anterior todavía había una vieja casa, con platos que aporta, algunos de ascendencia francesa sobre todo la pastelería en su merendero, y se llega a identificar por recetas como la jambalaya, especie de medianoche como la que habría en 12 y 23, pero más grande, según Chaviano.

La Casa Potín en Obispo (1903): “Oferto todo tipo de pan y dulces” (Marín, 2015).

No obstante, se reconoce como jambalaya un plato de arroz, lejanamente similar a la paella, además con pollo, jamón crudo, langostinos y mucha pimienta, a veces con bastante chile, sabor típicamente fuerte por cualquier combinación de carne de vaca, cerdo, pollo, jamón, chorizo ahumado o pescado, normalmente con tomate, plato muy típico cajun, etnia descendiente de los franco-canadienses, expulsados de Acadia (antiguas colonias de Nueva Francia) al incorporarse los territorios franceses en Canadá a la Corona Británica, la mayoría desplazados hacia el Estado de Luisiana, en el sur de los Estados Unidos; en todos los casos reconoce la raíz francesa, y la palabra “jambalaya” se dice que viene del francés “jambon” (jamón), “a la” (también francés) “ya”, que en varios lenguajes del África significa “arroz”.

Otro plato francés que identificó al Potín era el zeppelín, suerte de éclaire grande, crema de leche con leche según Chaviano, e incluso las tartaletas y las cremas, tan relacionadas en su origen y desarrollo inglés, proceden del croustade francés, un tipo de pastel.

Todo esto tipifica aquel momento en que el Potín viene a Línea, que en la cultura culinaria cubana se dio por llamar “proceso de restauración”, o sea: muchos negocios venían de la hoy Habana Vieja al Vedado, con la ética de servir comidas francesas “a la (forma) rusa” en todos los restaurantes de lujo.

Edificio del Potín; en los bajos, el restaurante-cafetería-bar.

También se conoció la Casa Potín como comercio gastronómico distribuidor de los bombones italianos Perusina, de los suizos Tobler, de los franceses Marquesa de Sevigne, y los estadounidenses Maillard; tenía su logotipo en las vidrieras que la fechaban 1908, con otros distintivos que la identificaban. Lamentablemente la puerta de cristal del Potín que abría a calle Paseo con estos mismos emblemas, ya no existe.

Publicidad que aún resta en las vidrieras de La Casa Potín, Maison Française, 1908, con su logotipo y otros distintivos que le identificaban.

Publicidad que aún resta en las vidrieras de La Casa Potín, Maison Française, 1908, con su logotipo y otros distintivos que le identificaban.

Sin lugar a duda alguna, se imponía la moda lógica y necesaria del buen complemento que implicaba un lugar así para alimentar el cuerpo frente a donde se alimentaba el alma, en este caso el cine Trianón, frente por frente, a lo que se añadiría desde 1952 el cine Rodi donde desde 1961 está el teatro Mella, a una cuadra; como El Carmelo de 23 alejado al sur está al lado del cine Riviera, y de nuevo en las inmediaciones de Línea, a cien metros al norte, El Carmelo de Calzada está frente al Auditorium, que así prácticamente, aseguraban su público sobre todo tras cada función, o en espera de la próxima, como complemento de los fiambres y otros atractivos gastronómicos que ofrecían cines y teatros entonces.

El Potín llegó a ser antaño, un símbolo de la calle Línea, con su alto edificio fechado en 1957 según sus residentes, cuyos bajos ocupa.

El Palacio de los deportes

El Palacio de las Convenciones y los Deportes desde su inauguración el 10 de abril de 1944 con un tope boxístico sensacional (véase: Jácome, 2013) afamó Paseo y Mar (como algunos llamaban entonces donde luego llegaría el Malecón) hasta la década siguiente, donde hoy se encuentra la Fuente de la Juventud, frente al ulterior Hotel Habana–Riviera.

Alcanzó gran celebridad, sobre todo por sus famosas exhibiciones de boxeo y de circos con compañías internacionales como Blakamán, así como de patinaje sobre hielo, para lo cual habían preparado óptimas condiciones, con espectáculos como el de Holiday On Ice, citado según Rojo (1951) entre Malecón y 1era. y entre Paseo y B.

Allí se disfrutó de los famosos circos Ringling Brothers o King American Circus, y el Canal 6 de la televisión transmitió dentro de un programa de lucha libre, la exótica bailarina mexicano-estadounidense Tongolele y el cantante mexicano Tito Guizar, presentados por Rolando Ochoa. Entre sus últimas actividades, el 17 de noviembre de 1955, Ernest Hemingway recibió la medalla de San Cristóbal de La Habana, por sus méritos como escritor y su larga residencia en esta ciudad (véase: Jácome, 2013).

Foto en Jácome, 2013; por Ross Rooss Ross.

Las obras para este Palacio habían comenzado en marzo de 1940 bajo las órdenes de Jaime Mariné, militar de origen catalán que había acompañado a Batista en el golpe de Estado del 4 de septiembre de 1933, y a quien como Presidente, Batista le otorgó el grado de Coronel y lo nombró Director General de Deportes. Ya Mariné había auspiciado el Campeonato Mundial de Béisbol Aficionado, desde 1939 hasta 1943, que le abrió una nueva época al béisbol cubano, y en el III de esos Campeonatos en La Habana, en 1940, fue elegido Presidente de la Asociación Internacional de Béisbol Aficionado.

Foto en Jácome, 2013; por Ross Rooss Ross.

Este Palacio de los Deportes tenía instalaciones destinadas a celebrar fundamentalmente peleas de boxeo, lucha, baloncesto, voleibol, y otras disciplinas, incluida una piscina bajo el tabloncillo. Fue un proyecto arquitectónico de José Pérez Benito en su estilo monumental moderno; se ha considerado un error construirlo en Paseo, cerca de la costa, ignorando el futuro desarrollo urbanístico de La Habana, por lo que se demolió en 1955 bajo el Batistato, para poder continuar el Malecón desde G hasta la calle 8 y construir, colindante al mar, una importante cadena de hoteles y casinos de juego.

Foto cortesía de la Academia Cabrales del Valle.

Pedro Gómez recuerda de 1950 o 1951, una pelea de boxeo de Kid Gavilán, que se decía que había sido “arreglada” y el gran favorito fue derrotado, lo que llevó a una trifulca pública con armas de fuego, y el humor popular calificó de “velocistas” en el Palacio de los Deportes, a muchos que huyeron al oír los disparos (véase: Jácome, 2013).

Del Ringling, Lourdes Alonso Corbett rememora los trapecistas, las “divinas mujeres” sentadas en columpios entre los colmillos de los elefantes, y lo recuerda frente a la Embajada de Estados Unidos, en su memoria a tantos años.

También se presentaron rodeos estadounidenses, los famosos Ken Maynard, Hoot Gibson y Bob Steele, Barnum and Bailey, y otros (según Fernando L. Prego en Jácome, 2013), así como danzas y bailes folklóricos, y de ahí salían a tomar batidos de fruta y sobre todo de chocolate en El Recodo, y perros calientes, y croquetas con pan, y fritas (según Jorge Pucheux Padrón); José Ramón Sánchez recuerda a Portela, instructor de esgrima allí; la entrada era por 3era. y 2 frente al hotel FrenMar donde vivía Fidel Castro con su esposa, que tenía que refugiarse en el Cuerpo de Ingenieros cuando la policía lo iba a buscar (véase: Jácome, 2013).

Cerca estaban el Baño, El Encanto en Malecón y 6, y el Cuartel Miguel Ángel Hernández entre Paseo y 6 y entre 1era y 3era, donde hoy están los hoteles Habana Riviera y Meliá Cohiba, y los edificios de viviendas de trabajadores del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt), en cuya construcción participaron los mismos trabajadores que los habitarían (como hacían estas Microbrigadas), entre otros.

Sus funciones pasarían a la ulterior Ciudad Deportiva, alejado al sur en los límites del Cerro, ya dispuesto por decreto presidencial desde 1953, llamado inicialmente Palacio de los Deportes y Campos Deportivos de Cuba, hoy Coliseo de la Ciudad Deportiva en Rancho Boyeros y Vía Blanca, que se inauguraría el 26 de febrero de 1958, aunque continuaría realizando obras del resto de las instalaciones previstas.

Esta Ciudad Deportiva dio continuidad al Palacio de los Deportes, y trató de alguna manera de cubrir aquel espacio cultural, incluso para las más fastuosas funciones de circo que nos visitaran durante la Revolución, como el circo soviético con el payaso Popov, y las malabaristas que parecían descoyuntadas (véase: Jácome, 2013), y exhibiciones deportivas en general, hoy sede del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y de la Universidad de Deportes y Cultura Física Comandante Manuel “Piti” Fajardo, cuya raíz había estado aquí, en Paseo y Malecón, con acceso principal por Línea.

La Escuela Municipal Valdés Rodríguez

El 9 de julio de 1949 se coloca a 200 metros al norte de la calle Línea, en 5ta. y 6, una tarja en la Escuela Municipal Valdés Rodríguez en el centenario del nacimiento de este gran pedagogo cubano, cuyo nombre mostraba ya entonces y hasta la actualidad este importante centro docente, con toda su historia y cultura propias, que lo identifican en la comunidad y el país, “Escuela Municipal”, como se le ha llamado popular y tradicionalmente. En la inscripción en la tarja se lee:

El Municipio de La Habana a Manuel Valdés Rodríguez. Educador y Pedagogo. Propugnador de la escuela popular cubana con sentido práctico, social y humano. En el centenario de su nacimiento. 1849-Julio 9-1949.

Esta Escuela Municipal Manuel Valdés Rodríguez, data de los años 30, en 5ta. y 6, años del apogeo constructivo del área, no habitado precisamente por las más altas capas sociales como ha dogmatizado la imagen general, ni mucho menos; sino que presentó siempre desde sus mismas raíces una gran heterogeneidad y predominio de sectores medios y humildes con multiplicidad de zonas y focos, incluso, marginados, aunque también los había de las mejores posiciones en disputa por la comunidad.

Fue siempre primaria durante toda la República. Ya entonces tal escuela se afamó, entre otras, por las condiciones que creó para el desarrollo de la cultura física y deportiva de sus educandos, aunque el ciclón de 1944 destruyó la gradería de madera y terreno de basketball que habían logrado, e hizo estragos en su terreno de pelota que llamaban Víctor Muñoz.

Al periodista habanero Víctor Muñoz Riera, le llamaban “Vitoque”, (1873-New York, Estados Unidos, 25 de julio de 1922), independentista y apasionado al béisbol que se le atribuye “la jerga de la pelota” con sus crónicas beisboleras, aunque escribió mucho más que de deportes, textos humorísticos y la crónica sobre el primer vuelo de un aeroplano en Cuba el 7 de mayo de 1910 por el francés André Bellot, y en 1910 publicó su novela deportiva Match, el pitcher, y promovió cuando el 27 de abril de 1921 en Santiago de las Vegas, Francisco Montoto proponía el segundo domingo de mayo el Día de las Madres en Cuba, inspiración exitosa de Ann Harvin en Estados Unidos, (véase: Depestre, 2022), y sin pretensiones políticas, llegó a ser concejal por el municipio de La Habana.

Esta escuela apenas se podía recuperar de aquellos embates; nótese la cercanía al mar y las tradicionales afectaciones por las inundaciones, como respuesta marina a los robos de terrenos al mar. También ha sido vinculada a la formación artística, posible confusión con el célebre crítico y profesor José Manuel Valdés Rodríguez y la Academia de Artes Dramáticas (Adad) con sede en Belascoaín, hoy Instituto Superior de Diseño Industrial, en apogeo sobre todo entre 1940 y 1951.

En los años 60, en esta escuela se incorporaron dos o tres cursos que funcionaron también como secundaria, pero luego retornó a su régimen inicial de primaria exclusivamente, como siempre había sido, según las necesidades de cada momento histórico por las nuevas generaciones, explosiones demográficas, etcétera; es la época en que asume el nombre oficial de Manuel Valdés Rodríguez, aunque popularmente siempre se conserva en la memoria histórica de la comunidad como la Escuela Municipal.

En 1976 comenzó a funcionar aquí en horas de la noche un Instituto Politécnico de Economía, que en el curso 1987/1988 pasaría a funcionar en la secundaria básica Guido Fuentes alejada al sur, en 23 y B. También en los años 80 ya sesionaban aquí los Cursos de Superación Político-Ideológica de la Escuela Municipal del Pcc, y en horas vespertinas aquí funcionó la Carlos Hernández Chiqui, donde impartían cursos como Ateísmo Científico.

En el curso 1984/1985, es la segunda primaria en transformarse en Pre-Eide, o sea: especializada para iniciar a sus educandos en las diversas disciplinas deportivas para promoverlos luego a niveles superiores de cada deporte, lo cual en esta escuela en particular, se avenía muy bien a sus antecedentes deportivos.

La Pre-Eide, aquí instalada, estaría vinculada con el vecino Centro Deportivo Recreativo Camilo Cienfuegos, para desarrollar desde pequeños los interesados en el volleyball, baloncesto, judo, ajedrez, gimnasia, balonmano, atletismo, tennis de mesa, natación, clavados…

Aun en 1988, era una de las tres primarias en el municipio Plaza de la Revolución, especializadas como Pre-Eide Deportivas, junto con la primaria Carlos Hdez. Chiqui que le antecedió en Calzada entre H e I, también al norte cercano de la calle Línea, desde el curso 1979/1980 y, luego, en 1980/1981, a continuar estudios en la secundaria Guerrilleros de América; y la José Luis Arruñada en el Nuevo Vedado, mucho más alejada al sur. Como otras escuelas, esta también incorporó gabinete dental y otros servicios similares.

Línea: impacto desde La Rampa

Si antes de 1914 Línea había sido durante siglos la vía de comunicación por excelencia en estas áreas, y este papel se lo discutió fuertemente la calle 17 entre 1914 y 1947, es a partir de 1947 cuando se empieza a imponer la calle 23 y la nueva barriada de La Rampa a ambos lados de 23 hacia el mar, al construirse el Radiocentro como primer edificio racionalista polifuncional en L y 23, donde además en 1950 se desarrolla la televisión nacional.

Todo ello, antecedido por los tantos visitantes al Hotel Nacional de Cuba, da rienda suelta a la vida nocturna y la bohemia implícita de los artistas, cuyas huellas buscaba la juventud y toda la población flotante determinada sobre todo por intereses recreativos, que es la identidad esencial de La Rampa, subiendo y bajando la rampita que por calle 23 daba al frescor del Malecón contra los calores cotidianos y con su paisaje cautivante, donde ya el hotel Nacional y otros valores desplegaban sus atractivos.

Así cuaja definitivamente La Rampa, que desde el propio Hotel Nacional en el extremo norte oriental con el monumento al Maine hasta el edificio López Serrano y el obelisco a los chinos que habían luchado por la independencia de Cuba hacia el norte, y ahora el Radiocentro y otros y cada vez más, apuntarían a su otra identidad rampera básica, sobre todo en la Rampa costera y luego, la central, más al sur: el edificio en altura, y en particular, la calle que ya era toda una avenida, 23, que será la que se impone ahora entre las vías locales impulsada por el sistema tranviario que le antecedía desde Línea y luego, desde 17, por lo que trasciende también de toda y para toda La Habana, y el resto del país, incluso como símbolo nacional para todo visitante extranjero, a lo que apoyaría mucho el sólido sistema institucional y de servicios de todo género con que muy pronto, tanto se enriquecería.

Era más fácil desplazar a 17 que a Línea, la cual pronto se consolidaría definitivamente con sus túneles (Calzada y Línea) bajo el río Almendares al oeste de La Habana, y del país. Aun hoy queda en el gracejo popular habanero, sentenciar, “te fuiste por Línea en vez de por 23”, o sea errar, lo que explicita la comparación consciente y en el subconsciente colectivo, de ambas calles en todas las identidades, no así con la calle 17, que ya iba siendo desplazada y cuyo esplendor de antaño no irradiaba ya tanto como antes, ni como 23, ni siquiera como Línea, que sí sigue conservando su valor en tanto vía rápida de comunicación urbana, explícito en la sentencia citada.

El Hotel Nacional de Cuba se retroalimentaba en el sureste de Línea con su sistema tranviario del resto de la ciudad, multiplicado ahora por los tranvías de calle 17 y más aún, por los de la avenida 23. Ya entre 1947 y 1958, se le vincularon como huéspedes o visitantes, en orden cronológico y algunos de ellos repitiendo en este hotel, el Barón Thyssen Steplen Boonemiza (descendiente de Maximiliano de Austria) con su esposa e hijos; los Duques de Windsor, que así pretendìan dejar atrás el escándalo de la abdicación en el trono británico apenas once meses del mismo año 1936 cuando lo ocupó, de Eduardo VIII de Gales; “La Doña” o “María Bonita” (como la canción que le dedicara Agustín Lara) la actriz mexicana María Félix; el descendiente de la dinastía persa nacido en Italia de padre indio británico, Ali-Khan, con su esposa la actriz estadounidense y máxima diva de Hollywood entonces, “diosa del amor” por su belleza pelirroja, Rita Hayworth; y el actor estadounidense Gary Cooper, invitado por su coterráneo Ernest Hemingway.

También este hotel recibió aquí esos años al trío romántico (dos mexicanos y un puertorriqueño) Los Panchos; los compositores musicales de Guanabacoa, el intérprete Ernesto Lecuona y el cantante y pianista Bola de Nieve; el escritor y periodista Premio Pulitzer y Nobel Ernest Hemingway; Tito Guizar; el actor, cantante y comediante mexicano Germán Valdés “Tin Tan”; el bolerista cantante, compositor y actor mexicano Agustín Lara; el director de orquesta italiano Ferrucio Burcó, el cantante y pianista estadounidense Nat King Cole; el Presidente de Cuba por el Partido Revolucionario Cubano Auténtico Carlos Prío Socarrás, quien dadas las presiones, concede aumento cíclico de los salarios durante los meses de temporada turística; el actor mexicano Pedro Armendáriz; Meyer Lansky; la cantante, bailarina y actriz francesa considerada primera vedette y estrella internacional Josephine Baker, nacida en Estados Unidos de raíces africanas, indoamericanas y españolas, a quien se le niega el hospedaje por el color de su piel, por lo que es trasladada al Hotel Sevilla.

Otros relevantes entonces en este hotel fueron el hijo del ex-Presidente de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial que había vencido al crack bancario, Franco Delano Roosevelt; José Iturbide y todos sus hermanos; y el reconocido actor estadounidense Spencer Tracy, mientras filmaba en Cojímar El Viejo y el mar, sobre la obra literaria original de Ernest Hemingway.

En noviembre de 1952 en el Hotel Nacional se exhiben las joyas del joyero de lujo estadounidense Harry Winston Inc. de Nueva York, y en el Salón Vedado se expuso el célebre brillante azul Hope; eran los años en que visitaron al hotel el médico escocés Alexander Fleeming, que había descubierto la penicilina; los estadounidenses, actores de cine y teatro Marlon Brando, Frank Sinatra y Ava Gardner (célebre por sus amores), y los peloteros Mickey Mantle y Stan Musial; Libertad Lamarque; el boxeador estadounidense de origen italiano Rocky Marciano, el único de pesos pesados que se retiró invicto; el músico catalán Pablo Casals; y Los Chavales de España, que habían debutado en 1948 en Tropicana, donde se mantuvieron cuatro años con pequeñas presentaciones en países cercanos.

Igualmente revisitaron este hotel entonces, Errol Flynn, Jack Dempsey y Johnny Weistmüller “Jim de la Selva”; y vino el diplomático, playboy, jugador de polo y piloto automovilístico Porfirio Rubirosa, a quien sorprende en Cuba la Revolución; la actriz, bailaora y cantante del sur andaluz Lola Flores; el acaudalado que sería vicepresidente de Estados Unidos Nelson Rockefeller; la actriz y cantante hispanomexicana Sara (Sarita) Montiel; el músico y artista de televisión estadounidense George Liberace, con su fama de excéntrico; y de la “Época de Oro del Cine Mexicano”, actrices como la cantante María Elena Marqués, y de origen italiano Martha Rooth Pizzo.

En 1950, “El Príncipe Negro de la Canción”, el estadounidense Nat King Cole, se hospedó en el cercano hotel Capri en protesta contra el Hotel Nacional, donde por obvio racismo, lo habían ubicado en el piso 2 (de la Mafia), hasta que la administración lo fue a buscar al día siguiente (véase: Ramos y col, 1999).

En efecto: en entrevista a Nathalie Cole referiría que su padre Nat King Cole estuvo en Cuba en marzo de 1956 y febrero de 1957; la primera vez le negaron hospedaje en el Hotel Nacional por estar “a plena capacidad” (lo cual era incierto), y en 1957 lo quisieron enmendar y alojaron con su pequeña hija Nathalie en una modesta habitación del segundo piso. Fue entonces cuando frecuentó los muy cercanos Club 21 y el Monseigneur, y en ambos escuchó la canción Tú, mi delirio, de César Portillo de la Luz, en el primero por Las D’Aida (fundado en 1952) y en el segundo por los violines que allí amenizaban.

El 16 de diciembre de 1956 en el Hotel Nacional de Cuba se inaugura el Casino Parisién, nombre que por supuesto, aludía a las noches parisinas, uno de los cabarets más emblemáticos de la historia de la cultura cubana, que refleja en este entorno donde está situado, el cosmopolitismo que ya identificaba a La Rampa, incluida esta zona costera hacia Línea; en la inauguración tocó la conocida orquesta española Los Chavales de España, con un disco en cuya portada aparecen con el Hotel Nacional de fondo.

Cabaret Parisien.

Mientras tanto, se le pensaba edificar al hotel un muelle con 30 radas en el Malecón y un paso peatonal como un puente de mar al hotel, que permitiría la entrada al Casino de Juegos.

El Hotel Nacional al extremo oriental de la calle Línea antecedía a la mayor y más importante cadena hotelera cubana que identificaría a La Rampa con sus cabarets, personalidades de todo el orbe, eventos internacionales, aportes en la culinaria, las artes y en todas las manifestaciones de la cultura, patrimonio de todos y cada uno de ellos, exitosos y célebres, por tanto la máxima población flotante en Cuba, en especial aquella de intereses recreativos, vida bohemia de artistas, jóvenes y vida nocturna, con su consecuente repercusión en la calle Línea en los centros y clubes de vida cultural nocturna, como Amanecer, en calle 15 # 112 casi Línea (La Rampa), todo lo cual se extiende por Línea hasta El Vedado (club Tropical, Línea a F) y El Carmelo, en Línea y 10: Saturno, entre otros.

Club Amanecer.

Otro club famoso y con historia en los alrededores de Línea fue Los Violines, en Paseo entre 3era. y 5ta.

Club Tropical en Línea y F. En la primera foto, se distinguen 350 metros al norte, el edificio de F y Malecón al oeste, y al este el Edificio de becados Lázaro Cuevas, en F y 3era.

Rascacielo cubano, en F y 3era., que en la Revolución sería el edificio de becados universitarios de Ciencias Sociales, Idiomas y Periodismo Lázaro Cuevas. Vista desde 100 metros al este, desde G y 3era.

Dos fotos del mismo edificio Lázaro Cuevas y desde su misma esquina de F y 3era.

Foto a su entrada de este edificio, desde la acera del frente.

A todo lo anterior confluye desde el sur por la Avenida de los Presidentes (calle G), que en tanto vía rápida de comunicación que conducía directamente a Línea se potencia mucho más ahora, cuando desde 1949 la Terminal Nacional de Ómnibus es tránsito obligado para los viajes a cualquier lugar del país, y aún antes (1929) por la misma Avenida Boyeros pero más al sur, los aeropuertos, con el resto de Cuba y del mundo; ya el desarrollo de los medios de transportación determinaba agilizar esa comunicación directa en la calle Línea por G, realzada como vía importante de acceso en la ciudad.

Es en 1949 cuando Agustín Batista González de Mendoza, dueño de The Trust Company of Cuba (una de las 500 entidades bancarias más importantes del mundo), trajo de Francia a Sylvain Brouté, quien había trabajado para celebridades como los Rotschild, la Princesa de la Tour D´Auvergue, el Conde de Vianne y el perfumista Jacques Gerlain; con el tiempo, Brouté rescindió el contrato con el matrimonio Batista-Falla Bonet y abrió su negocio en Cuba, Sylvain Patisserie, repostería y buffet de comida fina francesa en Línea y 8.

Sylvain original (años 50), Línea y 8, Vedado. Vigente.

Ya entonces se desarrollaban en Línea algunos de los principales negocios gastronómicos del país, y aquí continuó trabajando hasta su muerte, a pesar de que el negocio había pasado a manos del Estado, y al morir su fundador, originó la exitosa cadena de panes y dulces Sylvain, que se ha expandido (casi como una prestigiosa marca de postres cubanos de raíz francesa) y fusionado con otras como la originalmente La Suiza, en 12 y 23.

El 12 de enero de 1951 se inaugura en Línea entre N y 15 el busto de bronce sobre pedestal de piedra de Jaimanitas dedicado al santiaguero Enrique Collazo Tejada, hermano del referido pintor Guillermo Collazo Tejada, con la inscripción ya borrosa:

General Enrique Collazo y Tejada. 20.5.1848-13.3.1921, bravo aladid de la guerra libertadora de los 30 años, gobernante y ciudadano ejemplar en la República.

Inaugurado el 12 de enero de 1951. Iniciativa y donación de doña Regla Socarrás viuda de Prío.

Enrique Collazo Tejada.

A fines de siglo, sería clasificado con grado de protección 3, regular estado de conservación, accesible, uso conmemorativo, valor histórico y ambiental, propiedad estatal; obra del relevante escultor Domingo Ravenet.

En efecto, ya de la Guerra de los Diez Años había ganado el grado de Comandante, y en la “guerra necesaria” (1895-1898) fue ascendido a General de Brigada, mientras su otro hermano Tomás, alcanzó grados de Brigadier. Se destacó en la oposición a la intervención militar de Estados Unidos y luego, contra el anexionismo frente al presidente Estrada Palma; representante a la Cámara por La Habana, e intendente general de la República, fue miembro fundador de la Academia de Historia de Cuba (1910), desde la cual narró la gesta independentista cubana.

En 1952 desaparecen totalmente los tranvías eléctricos de La Habana, cuyos rieles se levantan y la calle Línea pierde la configuración de paseo central donde corrían en ambas direcciones las líneas de los tranvías, bien separados de la doble vía a cada lado para el transporte automotor;1 así se modifica la calle Línea tal como hoy la conocemos, con un separador central y tres vías asfaltadas a cada lado. De aquellos rieles de tranvías solo quedó su línea… como el nombre de la calle.

Sustituidos los tranvías por los ómnibus y dada la esencia raigal de la calle Línea para la comunicación entre puntos de la ciudad, incluso como punto medio de trasborde, es importante detenernos en este nuevo sistema de ómnibus, que siempre la ha mantenido en transportación a puntos diversos y distantes, como aun hoy está el P1 entre Playa y la Virgen del Camino, el P5 entre La Lisa y Habana Vieja, la 37 que cruza el Túnel y regresa hacia Diez de Octubre, la 20 que cruza el túnel y regresa al Cerro, la 34 entre La Lisa y Centro Habana, la 27 entre el Cerro y la Habana Vieja, la 174 entre Boyeros y Vedado, el P2 entre Boyeros y G, el rutero 8 hacia La Habana, entre los nuevos el A3 entre Nuevo Vedado y La Lisa, además de los metrotaxis o “gacelas” hacia La Habana Vieja o al menos, hasta La Rampa.

Son más si incluimos las inmediaciones, como la primera parada del P3 de 11 entre 24 y 26 hacia Diez de Octubre al sur y Alamar al este, y regresa, recorrido de los camioncitos que por mayor precio, refuerzan. En la memoria histórica está, además, la 68 hacia Diez de Octubre, la 57 que allende el túnel subía por 24 hacia la Habana Vieja, y otras.

En 1953 se termina proyectando el túnel que sustituye al puente que facilitaba el pase de los tranvías hacia Marianao. El puente es trasladado hacia la calle 11, convertido al servicio automotor. Hoy lo conocemos como “el puente de hierro”.

También de 1953 data otro rascacielos, que fue la última obra de Angel de Zárraga y de Moya, quien fallecería en abril 1956; es el edificio de diez plantas con penthouse en Línea # 53 entre M y N, de marcado acento racionalista, amplios balcones-terraza, que ocupan todo el frente de la fachada y se asoman al malecón para disfrutar toda esa brisa, luz y vistas espectaculares, fachadas laterales medianeras que pueden quedar ocultas pero enlazan en su diseño global, el pretil lateral de los balcones es continuo y visto a lo largo de toda esta fachada, que balancea la verticalidad frontal del edificio.2

Durante el siglo xx, con los booms económicos como había sido la Danza de los Millones en 1920, que tanto nuevo rico propició, la barriada crecía y se modernizaba, y en estos años el gobierno dio un nuevo nombre a la calle Línea: Doble Vía General Batista, quien era el Presidente de turno que llegó a ser tan mal visto tras el Cuartelazo de 1952 hasta su derrocamiento por la Revolución de enero de 1959; pero igual que pasó cuando bajo la presidencia de García-Menocal se le quiso llamar Wilson en 1918, el pueblo nunca le aceptó más nombre que el tradicional popular harto conocido y reconocido hasta hoy: Línea; entre la fuerza de la inercia de las tradiciones y la escasa simpatía popular de aquellos con cuyos nombres querían llamarla (Wilson y Batista).

Línea y 12. Foto gentileza de la Academia Cabrales del Valle.

Según Basterrechea (2022, citando el Diario de la Marina, 1953),

...faltando unos minutos para que el sol incidiera perpendicularmente sobre la cinta asfáltica recién estrenada, el domingo 13 de diciembre de 1953 se efectuó la inauguración de la impecable Avenida Línea, o Avenida Presidente Wilson en honor al presidente Woodrow Wilson de los Estados Unidos durante el periodo 1913–1921, pero que a partir del otro día lunes por voluntad de los comerciantes, industriales y vecinos del Consistorio habanero, organizados por la Asociación de Comerciantes e industriales del Vedado llevaría el nombre de “Avenida General Batista”.

Acompañaron hasta la tribuna construida en el cruce de esa avenida y la de Paseo, al presidente Fulgencio Batista, su señora esposa Martha Fernández Miranda, y el jefe del Ejército Mayor General Francisco Tabernilla y Dolz.

A los acordes del Himno Nacional ejecutado por la Banda de Música de la Beneficencia dio inicio el programa. Luego desfiló una brigada mixta del Ejército, la Marina y la Policía bajo el mando del general Pedro Rodríguez Ávila con la Banda de Música de la Marina de guerra. Aviones F-47 y B-25 de las Fuerzas Armadas del Ejército volaron en formación e hicieron evoluciones durante el desarrollo del acto.

Seis batallones integrados por 600 niños del Instituto Cívico Militar de Ceiba del Agua, dirigidos por el doctor Gustavo Adolfo Bock, desfilaron también acompañados por la Banda de Música del Instituto.

La Calle Línea o General Batista, comenzaba en el Parque del Maine y terminaba en el recién inaugurado Túnel de Línea. Todos los rieles se desenterraron y desapareció la enmarañada “cablería” de los tranvías, dando paso a una nueva ciudad. (sic)

En Línea # 304 y 306 radicarían los Estudios Armand, reconocido como “El fotógrafo de las estrellas”: son suyas varias de las históricas fotos de Rosita Fornés, y de muchas estrellas más de nuestros espectáculos y audiovisuales. Armando Hernández López (Matanzas, 1906-Miami, 1992) llegó a La Habana en 1939, y a fines de los años 50 traslada acá su estudio, hasta entonces en la calle San José, donde lo había inaugurado en 1943; al iniciar los años 60 se fue a Estados Unidos, y en Miami inauguró un estudio fotográfico.

De 1957 es el edificio que Alberto Beale3 construyó para Pedro Villoldo en calle 12 entre Calzada y Línea; tiene ocho plantas más semisótano, es un desconocido pero magnífico ejemplo de arquitectura moderna, en una parcela orientada a poniente. En su fachada se asoman pequeñas ventanas horizontales que evitan el fuerte sol de la tarde, a su vez contrapuestas por una ventana vertical de suelo a techo y una terraza balcón en el otro extremo; logra equilibrio en la composición a pesar de la asimetría y sencillez del diseño.

En Línea y A se hallaba la embajada de México hasta que el arquitecto Nicolás Arroyo aprovechó el espacio para construir el edificio alto que lleva el nombre de Camilo Cienfuegos, hoy perteneciente al Ministerio del Interior.

Edificio en Línea y A, hoy del Ministerio del Interior.

Edificio Camilo Cienfuegos.

Desde el 18 de marzo de 1958 cuando fue detenido, no se supo más del revolucionario Ifraín Alfonso Liriano, “Cheché”, cuyo nombre ostenta en calle 4 # 102 esquina a 5ta., la Escuela de Educación Especial “Cheché” Alfonso; donde había vivido la poetisa portorriqueña Lolita Rodríguez de Tió.

Edificio hoy de becados de Ciencias Médicas en Línea e I.

Vista desde Paseo hacia el este de los rascacielos cubanos extendidos a lo largo del Malecón y a ambos lados de la calle Línea, entre los impactos de La Rampa al oeste.

Edificios en Línea entre E y F, esquina a F, desde 300 metros al este (foto tomada desde Línea e I hacia F).

Edificios en Línea entre E y F, esquina a F, desde 100 metros al este (foto tomada desde Línea y G hacia F).

Edificio “rascacielos cubano” de Línea y F.

Edificio Retiro Radial; y en los bajos la Galería Habana. Línea entre E y F.

Edificio Ireluc; Línea entre E y F.4

Otro “rascacielos cubano” casi excepcional, pues está en una vía rápida de comunicación perpendicular al mar, no paralela como Línea, pero sí está a unos cien metros al sur de Línea y que se ha promovido como el único (o al menos, el primer) rascacielos cubano anti-sísmico, es el que está situado en G esquina a 13.

1 Las llamadas guaguas ya se conocían en La Habana desde mediados de los años 1920 del siglo xx, y desde antes de la década de los años 1940, existían varias empresas organizadas que se dedicaban al transporte de pasajeros empleando ese medio. En 1952 el transporte urbano en la capital, ya muy consolidado, se lo disputaban dos grandes compañías: La Cooperativa de Ómnibus Aliados (COA) y los Autobuses Modernos S.A. (AMSA). Al respecto se profundiza en el tomo I, capítulo XVI, “El sistema de tranvías”.

2 El arquitecto Evelio Pina Iglesias decoró y diseñó el mobiliario del apartamento que en este edificio adquirió Manuel Vigil; Pina ya entonces había construido varias viviendas y en 1960 convirtió una vivienda en restaurante en el Gato Tuerto. Recientemente se autorizó alquilar las viviendas de este # 53, aunque en la inflación, los precios son inaccesibles. Ángel fue inversionista y propietario de este edificio con su hermano Fernando de Zárraga, autor de la sede del Colegio de Arquitectos en Infanta y Humboldt, alejándose al sur oriental de Línea, 1947 (véase: RCI, 2018).

3 Autor con Antonio Quintana del edificio de 23 y 26.

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