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En el corazón de la desolación urbana yace una pequeña alma, abandonada entre los desechos. "Caminos de Esperanza" teje una historia conmovedora que transcurre desde el oscuro abandono hasta el renacer lleno de amor y promesas. Cada página es un viaje de resiliencia, donde el perdón se convierte en la clave maestra que desbloquea la redención. Descubre la magia de un amor destinado a brillar en los lugares más oscuros y cómo la luz de la esperanza puede surgir incluso en medio de la desesperanza. Esta novela corta es un recordatorio poderoso de que, en cada rincón sombrío, la vida puede tejer caminos de esperanza, amor y renacer. Sumérgete en esta narrativa emotiva que invita a explorar los intrincados senderos de la redención, donde las heridas del pasado se transforman en la promesa de un futuro lleno de posibilidades.
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Seitenzahl: 46
Veröffentlichungsjahr: 2024
AMANDYS Y. RIERA MEDINA
Riera Medina, Amandys Y. Caminos de esperanza : relatos de amor, sanación y renacer / Amandys Y. Riera Medina. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-4879-5
1. Novelas. I. Título.CDD A860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Ilustración de portada: Ariadna P. González Riera
Agradecimientos
Capítulo 1 - El abandono
Capítulo 2 - La luz en la oscuridad
Capítulo 3 - La enfermera de corazón noble
Capítulo 4 - Un nuevo comienzo
Capítulo 5 - Revelaciones del pasado
Capítulo 6 - El sueño cumplido
Capítulo 7 - El encuentro inesperado
Capítulo 8 - Revelaciones y redención
Capítulo 9 - Vínculos del corazón
Capítulo 10 - Renaciendo entre heridas y amores
Capítulo 11 - Celebración de amor y sanación familiar
Capítulo 12 - El regalo de la vida
Queridos lectores:
Al emprender el viaje a través de Caminos de Esperanza: Relatos de Amor, Sanación y Renacer, deseo tomar un momento para expresar mi sincero agradecimiento a aquellos que han sido los pilares fundamentales en la creación de esta historia vibrante y llena de emociones.
A Dios, el arquitecto supremo de nuestras vidas, le agradezco por guiar mis palabras y por infundir cada línea con su divina gracia. En cada capítulo veo su mano orientadora, recordándonos que la esperanza es una constante, incluso en los momentos más desafiantes.
A mi amado esposo, Jean, mi cómplice en esta travesía literaria, a mi querida hija, Ariadna, por colorear mi vida y alimentar mi imaginación.
A mis hermanos y amigos, cuyo apoyo y amistad han sido como un viento suave que ha impulsado esta travesía literaria.
A cada lector que se embarque en esta odisea literaria, gracias por permitirme compartir con ustedes estos “Caminos de Esperanza”. Con la atención y conexión con estos personajes y sus historias dan vida a la esencia misma de este relato.
Amandys Y. Riera Medina
La noche se sumía en una desolación profunda, como si hubiera caído en las garras más oscuras del abandono. El cielo, cubierto por nubarrones que oscurecían su esplendor, arrojaba una lluvia implacable sobre la ciudad. En un rincón olvidado, entre callejones oscuros y edificios deshabitados, se erigía un basurero que más parecía un campo de batalla abandonado por la esperanza.
Las luces de la ciudad titilaban débilmente en la distancia, apenas visibles a través de la cortina de agua que caía del cielo plomizo. Los sonidos de la urbe se desvanecían en la oscuridad, dejando solo el eco apagado de la lluvia golpeando superficies desgastadas. En ese lugar olvidado, la desesperanza colgaba en el aire, impregnando cada rincón con su presencia melancólica.
En este desolado escenario, una pequeña figura yacía rodeada de desechos que contaban historias desgarradoras, la niña, apenas un susurro de vida, estaba envuelta en una manta que intentaba proteger su frágil cuerpo del goteo constante de la lluvia que caía sin piedad. Sus ropas se adherían a su piel, empapadas por la implacable tormenta que parecía no reconocer límites ni piedad.
La niña, de una ternura que resaltaba en contraste con el cruel entorno que la rodeaba, se fundía con la oscuridad del lugar. Su piel, en la penumbra creada por la mezcla de lluvia y sombras, adoptaba un tono grisáceo que reflejaba la desesperanza impresa en su pequeño ser.
Las lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, formando un rastro salado por sus mejillas. Sus labios, apenas un susurro de súplica, intentaban emitir llantos que nunca encontrarían oídos compasivos en ese lugar olvidado por la humanidad. La niña, abandonada a su suerte, era un eco triste en medio de la tormenta.
El sonido de las pisadas furtivas de las ratas rompía la quietud de la noche, un coro siniestro que acompañaba el abandono. Las criaturas nocturnas se movían entre los desechos, ignorando la presencia de la niña como si su sufrimiento fuera una melodía que no merecía ser escuchada. Aún más inquietante resultaba la presencia de un enjambre de diminutas pero voraces hormigas que, con minuciosidad, exploraban cada centímetro de la piel de la niña en busca de cualquier indicio de vida.
Su pequeño cuerpo, indefenso ante la naturaleza y las fuerzas oscuras que lo rodeaban, estaba marcado por las mordeduras de estos diminutos depredadores. Cada picadura era un testimonio silencioso de la lucha que la niña sostenía contra un destino que le había negado incluso la compasión de la soledad.
En ese basurero, bajo la lluvia que lavaba las esperanzas caídas, la niña comenzaba su trágico viaje hacia la vida. La oscuridad de esa noche solo sería el preludio de una historia marcada por la adversidad, pero también por la fuerza inquebrantable de la voluntad de sobrevivir. Entre los desechos y la desolación, un destello de luz se materializaba en la forma de una linda pulsera que adornaba la pequeña muñeca de la niña. La medalla de la Virgen del Socorro, delicadamente engarzada en la pulsera, destacaba como un símbolo misterioso de protección divina en medio de la crudeza del abandono.