Cómo Dejar de ser un Hombre Tímido - Ferris Becker - E-Book

Cómo Dejar de ser un Hombre Tímido E-Book

Ferris Becker

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Beschreibung

¿Alguna vez te has preguntado porqué algunos hombres son inexplicablemente magnéticos con los miembros del sexo opuesto? ¿Porqué estos mismos hombres tienden a tener mucho más sexo que el hombre promedio? ¿Porqué algunos individuos se ganan el respeto y la admiración de los demás con poco esfuerzo? Entonces sigue leyendo..
Todos conocemos a alguien que parece tener una personalidad extremadamente atractiva e irresistible. Las mujeres quieren estar con ellos, y los hombres tienden a admirarlos y a querer ser como ellos
La mayoría de las personas ven el concepto del macho alfa como una cualidad innata. Están convencidos que la única manera de ser un macho alfa es nacer siendo uno y que esto no es algo que se pueda aprender. Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la verdad.
Se han identificado los elementos clave en los hombres que demuestran atributos de alfa que han sido analizados para que estos puedan ser utilizados por el hombre promedio. El ser un macho alfa o un macho beta depende del tipo de comportamientos que uses día a día, y esto puede ser moldeado y modificado.
He aquí un poco de lo que aprenderás en este libro:
-Descubre a detalle los atributos más importantes de un macho alfa, y cómo desarrollarlos con poco esfuerzo.
-Cómo eliminar tus inseguridades para empezar a desarrollar un carácter inquebrantable.
-Cómo obtener el respeto de los que te rodean sin dejar de ser tu mismo.
-Porqué el portarte bien siempre te hace menos atractivo en los ojos de las mujeres, y cómo evitar caer en los juegos de los demás.
-Descubre las cualidades que te harán más deseado por las mujeres y que harán que estas se sientan biológicamente atraídas hacia ti.
-Cómo tener una presencia magnética en cualquier situación social.
Debido a la combinación de autoconfianza y el aura de respeto que poseen los machos alfas, estos tienden a tener más puertas abiertas que el promedio en el trabajo, los negocios, lo social y en sus vidas románticas.
Aparte de seguir los consejos incluidos en esta guía, no requieres de ningún conocimiento especial para empezar a desarrollar las cualidades de un macho alfa. Olvídate de volver a sentirte excluido u olvidado por los miembros del sexo opuesto y deja una huella inolvidable en los demás.
Empieza a desarrollar una personalidad completamente irresistible y cambia tu vida para siempre. ¡No esperes más, y conviértete en el alfa de tu círculo social hoy mismo!

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Cómo Dejar de ser un Hombre Tímido

Aprende cómo desarrollar una identidad más respetable, atractiva e interesante. Compilación 2 en 1 - Estableciendo Límites, La Guía del Macho Alfa

Ferris Becker

Índice

Volumen 1

Estableciendo Límites

Introducción

1. Entendiendo la asertividad

2. Desarrollando un lenguaje corporal asertivo

3. Asertividad en el lugar de trabajo

4. Asertividad para mujeres

5. Asertividad en las relaciones

6. Cómo lidiar con la hostilidad y la manipulación

7. La asertividad es una elección

Conclusión

Volumen 2

La Guía del Macho Alfa

Introducción

1. Los opuestos se atraen: las fuerzas de atracción entre lo masculino y lo femenino

2. El hombre que ella necesita podrías ser tú

3. El camino hacia una masculinidad sana: cómo deshacerte de tus inseguridades

4. Hombre es sinónimo de líder capaz y seguro de sí mismo

Conclusión

Volumen Uno

Estableciendo Límites

Cómo Ganarte el Respeto y la Admiración de los Demás al Establecer Límites Saludables con las Personas que nos Rodean

© Copyright 2020 – Ferris Becker - Todos los derechos reservados.

Este documento está orientado a proporcionar información exacta y confiable con respecto al tema tratado. La publicación se vende con la idea de que el editor no tiene la obligación de prestar servicios oficialmente autorizados o de otro modo calificados. Si es necesario un consejo legal o profesional, se debe consultar con un individuo practicado en la profesión.

- Tomado de una Declaración de Principios que fue aceptada y aprobada por unanimidad por un Comité del Colegio de Abogados de Estados Unidos y un Comité de Editores y Asociaciones.

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Todas las marcas comerciales dentro de este libro se usan solo para fines de aclaración y pertenecen a sus propietarios, quienes no están relacionados con este documento.

Introducción

¿Alguna vez has sentido que antepones las necesidades de los demás antes que las tuyas? Tal vez piensas que si todos a tu alrededor te perciben como una persona amable, generosa y gentil podría abrirte muchas puertas hacia encontrar tu propia felicidad. La lógica detrás de este modo de vivir es que todos te vean como una persona tranquila y cero conflictiva; entonces la vida te recompensará eventualmente.

Sin embargo, puede que lleves esperando mucho que eso suceda y solo sigue dando los resultados contrarios o simplemente nada pasa. La triste realidad es que las personas que están complaciendo a los demás constantemente se sienten no valoradas y frustradas, afectando sus niveles de autoestima y confianza. Esto es debido a que su extrema amabilidad y gentileza hacia los demás extrañamente venga de un lugar de bondad pura o una moral inquebrantable.

De hecho, este tipo de personas en la mayoría de los casos, son así por miedo a ser rechazados y que las personas a su alrededor tengan pensamientos negativos hacia su personalidad.

Si en el pasado hubiese puesto en palabras mi personalidad, “asertivo” definitivamente es un adjetivo que no encajaría conmigo. A pesar de ser consciente de esa parte de mi manera de ser, reunir el valor de ejercitar la asertividad y hacer un viaje introspectivo me tomo tiempo. Comencé a recordar momentos de mi vida donde quería decir mis opiniones o pensamiento pero era por temor a la burla o el rechazo que simplemente prefería guardar silencio.

Incluso solía decir que si a todo mundo y eso al final solo me dejaba exhausto. La gente me percibía como una persona introvertida y gentil pero en realidad era una persona con baja autoestima y seguridad deficiente.

Me parecía una mejor opción guardar mis opiniones y pensamientos que comunicárselos a los demás por lo difícil que esto era para mí. Esto solo me llevo a tener una autoestima por los suelos.

Si te sientes identificado con todo lo anterior, es decir, eres una persona que constantemente guarda sus opiniones, se te dificulta dar un “no” como respuesta y antepones las necesidades de los demás ante las tuyas, es probable que las personas a tu alrededor (amigos, familia, compañeros de trabajo, etc.) esperen una respuesta positiva a cualquier petición que puedan hacerte porque te perciben como una persona gentil. Con el paso del tiempo esto te hará sentir en deuda contigo mismo por no defender tus opiniones.

Pensaba que al asumirme como una persona introvertida, la timidez, ser callado y guardas mis pensamientos u opiniones, era simplemente parte de mi personalidad. Siempre me ponía a reflexionar sobre con qué cualidades contaban las personas que defendían sus opiniones ante los demás, pues que era algo que yo envidiaba.

Se cree que uno nace con ciertas cualidades, lo que se conoce como “innato”, es decir, para ser extrovertido debiste haber nacido de esa manera porque no hay otra manera de serlo o aprenderlo.

Pero este paradigma de pensamiento es completamente erróneo, existen muchas herramientas y estrategias para desarrollar –con la práctica constante- rasgos nuevos en nuestra personalidad. Reconocer esto en mí fue todo un reto, cuestionaba todo lo que me habían enseñado desde la infancia y derrumbaba el estereotipo de lo que es ser una persona introvertida.

El camino para desaprender ese “buen” comportamiento que has llevado por años no es fácil y principalmente, cuando las personas que te rodean esperan eso de ti.

En esta guía podrás encontrar un equilibrio adecuado entre ser demasiado amable y ser agresivo, podrás adquirir herramientas que te permitirán expresar tu verdadero yo.

Poner en práctica los siguientes consejos evitara que te sientas frustrado con las acciones y decisiones en tu futuro.

Espero que tu viaje, como el mío, hacia una vida más asertiva sea satisfactoria para cuando finalices esta guía. Uno de los mejores beneficios que podrás encontrar al final de tu lectura, es la felicidad, no hay nada que se compare con la sensación de sentirte seguro para hablar y defender tus opiniones antes los demás de una manera respetuosa.

Si esperas encontrar una serie de “tips” o un instructivo paso a paso para superar la timidez, es probable que te sientas muy decepcionado. Poder aprender nuevos hábitos que le adjunten a tu personalidad valores y principios, y capacidad de defender tus opiniones, es un viaje de practica constante y no un cambio que suceda de la noche a la mañana. Es un compromiso y esfuerzo que traerá a tu vida beneficios permanentes.

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Entendiendo la asertividad

¿Qué Es La Asertividad?

Muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida hemos escuchado la expresión “Tienes que ser más asertivo”. Pero realmente tenemos una vaga o errónea idea de lo que es y no exactamente en qué consiste ser una persona asertiva. De manera breve, podemos definir la asertividad como un modo de comunicación que te permite expresar tus ideas, emociones, necesidades y opiniones de una manera que no dañe la integridad de las personas a tu alrededor. Antes de profundizar en el concepto de asertividad, echaremos un vistazo de otros modos de comunicación: el agresivo, el pasivo y el pasivo-agresivo, que en muchos escenarios son modos que terminan haciendo daño a nosotros mismos y/o a otras personas.

Echemos un vistazo profundo a los cuatro estilos principales de comunicación:

Comunicación pasiva. Este modo de comunicación se caracteriza en evitar expresar ideas, necesidades y opiniones. Las personas que han adoptado la comunicación pasiva tienden a rechazar situaciones de conflicto, permitiendo a menudo que los sentimientos negativos y consecuencias se vayan acumulando con el tiempo a lo largo de su vida. El cumulo hacia una conducta reprobable tiene un límite especifico, que conlleva a arrebatos de ira que tienden a ser bastante desproporcionados con el evento que lo provoco. Luego, viene un sentimiento de mucha culpa y arrepentimiento, así que rápidamente regresan a su forma pasiva como remedio y culpa al arrebato anterior.

Las personas que adoptan el modo de comunicación pasiva encuentran complicado expresar sus necesidades, ideas y emociones, permitiendo que los demás no respeten sus derechos. Incluso, suelen ser gentiles en su manera de hablar y se disculpan constantemente al expresar sus opiniones o tienden a calificar de forma negativa sus declaraciones. Además, su lenguaje corporal refleja falta de confianza, evitando el contacto visual y encogiendo los hombros por ejemplo.

Las personas que se identifican como introvertidas, como en mi caso, comienzan por adoptar este modo pasivo de comunicación que tiende a ser un reflejo de nuestra baja autoestima, y el miedo a expresar nuestras opiniones y recibir una respuesta negativa o de rechazo.

Una expresión común de una persona pasiva podría ser: “Disculpa, tal vez mi pregunta es tonta, pero ¿has intentado solucionar el problema de otra manera?” La constante disculpa y calificación viene desde un lugar de poca confianza en uno mismo y la raíz podría ser un sentimiento de ansiedad por ser visto como alguien impertinente o grosero.

Este modo de comunicación pasiva tiene varias consecuencias a corto y largo plazo:

Las personas pasivas no la pasan tan bien interactuando con otras personas, porque casi todo se siente fuera de su control.Sus necesidades y deseos no son cubiertas, ocasionando sentimientos de frustración.Suelen no darle fin a sus problemas, creando una acumulación de los mismos y sentimientos de frustración.Las personas con un modo pasivo de comunicación son más propensos a desarrollar trastornos de ansiedad social.

Si te sientes identificado con varias de las siguientes afirmaciones, es probable que te inclines por usar un modo pasivo de comunicación:

- “Defender mis derechos no me resulta natural”

- “No conozco mis derechos”

- “Es muy común que me sienta invisible o pisoteado por los demás”

- “No me creo capaz de cuidarme a mí mismo”

- “No siento que los demás me valoren lo suficiente”

Comunicación agresiva. Este modo de comunicación resulta ser el otro extremo del espectro. Las personas que usan comunicación agresiva se caracterizan por decir siempre lo que piensan, comunicar sin miedo sus emociones y necesidades; sin embargo, no consideran ni respetan los derechos de los demás al comunicarse. Una persona con este modo de comunicación agresivo, siempre pone como primer prioridad sus propios intereses, incluso si esto significa pasar por encima de otros para conseguir lo que quieren o que la manera de expresarse podría apagar opiniones e ideas de diferentes puntos de vista.

Las personas de comunicación agresiva suelen apuntar al hacer declaraciones y buscar culpables en lugar de expresar de manera neutral sus necesidades. Por ejemplo, usan expresiones como “siempre hablas demasiado” o “eres un conductor muy imprudente”.

En el pasado, solía admirar a la gente que usaba este modo de comunicación agresiva. A simple vista, siempre parecían conseguir sus metas.

Generalmente las personas que están en una posición de poder, como los gerentes, líderes de equipo y jefes, se perciben como personas inflexibles, egoístas y exigentes.

Los comunicadores agresivos a menudo hacen lo siguiente:

Usan tácticas de manipulación y humillación para controlar a los demás.Actúan sin pensar.Abusan de las afirmaciones acusatorias de “tú”.Interrumpen a otros frecuentemente.No escuchan de manera activa.Tratan de controlar a los demás.Hablan con una voz mandona y exigente.Raramente hacen preguntas, ya que no están interesados en las necesidades e ideas de los demás.Son incapaces de hacer compromisos.

Si te identificas con las siguientes afirmaciones, es probable que te inclines por usar el modo agresivo de comunicación:

“Siento que mis ideas y necesidades son más importantes que las de los demás.”“Siempre que estoy negociando, trato de buscar el resultado que mejor me beneficie.”“Disfruto el culpar a los demás y hacerlos sentir mal por sus errores.”“Tiendo a reaccionar por impulso sin pensar mucho en las consecuencias.”“A menudo soy percibido como ruidoso y mandón por los demás.”“Me han dicho que me creo acreedor de muchos privilegios.”

Comunicación pasivo-agresiva. Este tercer modo de comunicación no es tan escuchado como los dos modos anteriores, y es una combinación de ambos.

Las personas que adoptan este modo de comunicación pueden aparentar ser pasivos a primera vista pero actúan de acuerdo con su ira de forma sutil o indirecta. Aquellos que han desarrollado un modo de comunicación pasivo-agresiva tienden a sentirse de la misma manera que los comunicadores pasivos; se sienten pisoteados, frustrados y resentidos por su incapacidad de lidiar directamente con sus problemas. Expresan su enojo de manera muy sutil, y evitan ver lo que realmente causa su resentimiento.

Los comunicadores pasivos no suelen ser claros al comunicarse y pueden dar mensajes ambiguos e incluso provocar malos entendidos con sus acciones.

Los comunicadores pasivos-agresivos pueden ser identificados por las siguientes acciones:

- Se les complica reconocer su enojo.

- Usan mucho sarcasmo.

- Niegan que hay un problema.

- Tienen una imagen cooperativa pero hacen cosas que sabotean la situación a propósito.

- Actúan de manera sutil o indirecta.

- Usan comunicación no verbal que no encaja con la forma en la que se sienten. (Por ejemplo, sonreír cuando están molestos por algo).

Si te sienten identificado en las siguientes afirmaciones, es muy probable que estés ejerciendo un modo de comunicación pasivo-agresiva:

“A menudo saboteo e interrumpo a los demás, porque no me siento capaz de defender mis propias ideas y necesidades”.“No me gusta tratar con la gente directamente, y prefiero usar tácticas y estrategias para conseguir lo que quiero.”“A simple vista parezco ser muy cooperativo, pero en realidad no lo soy.”

Los tres estilos de comunicación anteriormente presentados (agresivo, pasivo, y pasivo-agresivo) son modos que traen más desventajas que ventajas. Y las respuestas mayormente recibidas son negativas. Entonces, ¿cuál es el modo de comunicación que mejoraría mis interacciones sociales?

Si, seguramente ya tienes una idea: La comunicación asertiva.

Las personas que emplean una comunicación asertiva no tienen dificultad en expresar sus necesidades, ideas y sentimientos al mismo tiempo que defienden sus derechos y obligaciones sin interrumpir o violar los de otros. Tienen la capacidad de priorizar sus emociones, tiempo y necesidades, sin que pasen por encima de los derechos de los demás. No podemos asegurar que este modo de comunicación solo recibirá respuestas positivas, pero si es la más efectiva y trae mucho más ventajas a largo plazo.

Los comunicadores asertivos suelen hacer lo siguiente:

Expresan sus ideas, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa.Usa frases de “yo” en lugar de “tú”.Es inusual que sientan que no tienen ningún control u opinión sobre alguna situación.Se les hace más fácil conectarse con los demás.Mantienen un buen y equilibrado contacto visual.Hablan en un tono de voz muy calmado y claro.Son muy respetuosos con los demás.

Si te sientes identificado con las siguientes afirmaciones, entonces es probable que estés empleando una comunicación asertiva:

“Me gusta hablar con honestidad y directamente al grano.”“Siento que aporto mucho valor a los demás.“Soy consciente de que mi vida está llena de opciones, y que muchas cosas están en mis manos.”“Es mejor controlarse a uno mismo que tratar de controlar a los demás.”“Respetar mis derechos es una de mis principales prioridades.”“La mayor parte de mi felicidad está bajo mi control.”“Respeto los derechos de los demás tanto como los míos.”

Es fácil ver como el modo de comunicación asertiva nos abre las puertas para practicar y trabajar el amor propio, mejorar nuestra salud mental, y a construir relaciones sociales más fuertes.

Los mitos más comunes sobre la asertividad

Muchas personas no tienen claro las acciones que se deben poner en práctica para ser una persona más asertiva, eso ocasiona que existan muchas malinterpretaciones a su alrededor. El uso de los tres anteriormente mencionados modos de comunicación suele servir de excusa para evitar ser más asertivos.

Te invitamos a conocer algunas de las formas más comunes de pensar que podrían estar poniendo obstáculos para ser más asertivos, y luego te haremos sugerencias sobre qué acciones puedes tomar para cambiar.

Mito: No hay mucha diferencia entre asertividad y agresividad.

Realidad: Personas que usan el modo comunicativo agresivo suelen pensar que son asertivas por tener la capacidad de expresar sus necesidades a los demás.

Es cierto que, tanto la comunicación agresiva como la asertiva, comparten la habilidad de poder expresar tus necesidades hacia los demás, pero en realidad existen varias discrepancias en las maneras de hacerlo. Son las palabras que usamos, el tono de voz y el lenguaje corporal que hacen la diferencia entre ambos modos.

Mito: Al ser firme, obtendré lo que quiero.

Realidad: emplear la comunicación asertiva no es sinónimos de conseguir siempre lo que quieres, no es una garantía de un resultado positivo. Sin embargo, el mostrarte como una persona firme si genera una respuesta positiva la mayoría de las veces. El objetivo de la asertividad es un equilibrio entre respetar tus necesidades y respetar la de los demás, entonces esto si hará posible que consigas lo que deseas, mientras que en otras esto no será posible.

Sin embargo, si te llegas a encontrar en una situación donde no consigas lo que querías en un principio, la comunicación asertiva te ayudará a conciliar, negociar o encontrar un punto medio para ambas parte.

Mito: Uno tiene que cambiar su yo central para volverse asertivo.

Realidad: Este mito es muy común y completamente falso. La asertividad no se trata de cambiar completamente tu personalidad, sino de añadirle más elementos y mejorar tu interacción social. Las personas asertivas son completamente conscientes de sus derechos y ponen como primera prioridad sus necesidades, pueden visualizar sus límites y dejarlo claro con los demás sin ser agresivos.

Mito: No hay necesidad de ser asertivo con los amigos y la familia.

Realidad: Lamentablemente, ni las personas más cercanas como nuestros amigos y familia pueden leer nuestra mente y adivinar nuestras necesidades. Así que, debemos comunicarles a menudo nuestros sentimientos y necesidades para que estén enterados de ellas y también estar atentos al momento de escucharlos.

Mito: Ser pasivo es la mejor manera de ser amado por la mayoría de las personas.

Realidad: Completamente falso. Las personas que usan el modo pasivo de comunicación suelen estar de acuerdo con los demás, ignorando sus necesidades y emociones individuales. Este tipo de comportamiento no te garantiza que los demás te respeten o admiren, debido a que haces a un lado tus necesidades y no defiendes tus propias opiniones.

Al contrario, las personas se pueden frustrar contigo por no poder establecer una conexión debido a la ausencia de tu presencia y voz.

Mito: Si empiezo a actuar con firmeza, tendré que ser firme en cada situación que se me presente.

Realidad: La comunicación asertiva te da mucha libertad y opciones. Podrás seleccionar en cuales escenarios puedes ser asertivo o no, te podrás encontrar en situaciones en la que la asertividad tal vez no sea la más adecuada. Por ejemplo, imagina que tienes que confrontar a una persona que está ejerciendo violencia. Racionalizar con esa persona y comunicarte de modo asertivo, puede resultar peligroso para ti, tal vez debas intentar otro modo de comunicación que podría dar un mejor resultado y mantenerte a salvo.

Los efectos adversos de no ser asertivos

Uno de los efectos secundarios de no ser una persona asertiva, es una baja autoestima. Al comunicarte de una manera pasiva, no pones tus necesidades y opiniones como prioridad. Esto te puede llevar a estar de acuerdo con cosas que no te gustan y que en realidad te hacen sentir incómodo. Si esto se convierte en un hábito, eventualmente te sentirás fuera de control.

Seguir este camino de comunicación pasiva, a menudo te llevara a tener sentimientos de tensión, frustración, ansiedad y resentimiento. Tu falta de expresión y ocultar tus ideas, también te puede generar muchos conflictos en las relaciones. Sentir que ni tus amistades más cercanas ni tu familia te conoce, no es una sensación muy agradable.

Si nos vamos por el lado opuesto, una comunicación agresiva, provocara que eventualmente comenzaremos a perder amistades y el respeto de las personas a nuestro alrededor. Aunque parezca extraño, muchas personas que emplean la comunicación agresiva igual tienden a tener baja autoestima, incluso son más propensos a desarrollar trastornos del ánimo y fobias. Mientras que las personas asertivas casi no sienten frustración y gozan de una mejor salud en general.

¿La asertividad es algo innato?

Te sorprenderá saber que todos nacemos siendo asertivos. Solo piensa en cómo llora un bebé para expresar que alguna de sus necesidades –comida, malestar, emoción, etc.- no están siendo cubiertas. Conforme vamos creciendo, vamos adaptando nuestro comportamiento con las reacciones recibidas a nuestro contexto. Nuestras reacciones son influenciadas por nuestra familia, compañeros, figuras de autoridad, amigos, entre otros.