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¿Sientes que tu mente suele ser tu peor enemigo? ¿Alguna vez has sentido que tus propias dudas te están frenando? ¿Te has preguntado cómo sería tu vida sin la carga constante de la autocrítica? Entonces sigue leyendo…
“Las personas exitosas tienen miedo, dudas y preocupaciones. Simplemente no dejan que estos sentimientos los detengan.“ - T. Harv Eker
Nuestras creencias son formadas desde muy temprana edad gracias a nuestros padres y otras figuras de autoridad que forman o formaban parte de nuestra vida.. Es por eso que lamentablemente hay quienes sufrieron experiencias negativas que conlleva a ideas y creencias limitantes que pueden sabotear el progreso que has creado para tener éxito en tu vida adulta.
Estas limitantes son una fuente de dudas, un estado en el que la mayoría encuentra familiar. Tener dudas de uno mismo, de lo que uno puede lograr es contraproducente para el bienestar propio y conlleva a la ansiedad, depresión y procrastinación.
Entonces nos preguntamos, ¿Cómo nos podemos deshacer de esta idea que no somos suficientes, si desde siempre la hemos creído?
No te preocupes, este libro es una guía que tiene ciertos pasos y consejos que te ayudarán a volver a confiar en ti.
En este libro, descubrirás:
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Veröffentlichungsjahr: 2024
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Introducción
1. Entendiendo la naturaleza de creer
2. Identificando creencias limitantes
3. Superar las creencias limitantes
4. Avanzando
5. Dominar el poder del pensamiento a largo plazo y la inteligencia emocional
Conclusión
El poder de creer en algo o en alguien (especialmente en uno mismo), es lo que usualmente inspira a las personas al momento de tomar una decisión para lograr las metas que se hayan planteado. Es lo que hace que lo imposible, se vuelva posible. Todo lo que puedas observar a tu alrededor, comenzó como una “idea” para alguien más que fue impulsada gracias a que creyó en el potencial de esa idea, porque creyó que todo lo que se propusiera lo podía lograr.
A pesar de ello, este poder juega un doble rol. Así como es fundamental propulsar las ideas y creer en ellas, también existen aquellas que nos limitan de otras formas, lo que resulta contraproducente ya que nos aferrarnos a ellas y nos desviamos de lo que es importante, ignoramos nuestro verdadero potencial y las metas que deberían ser prioridad.
Nuestras creencias son formadas desde muy temprana edad gracias a nuestros padres y otras figuras de autoridad que forman o formaban parte de nuestra vida.
Claramente, no todos tienen la fortuna de ser acompañados por padres o tutores que formen parte de su red de apoyo. Es por eso que lamentablemente hay quienes sufrieron experiencias negativas que conlleva a ideas y creencias limitantes que pueden sabotear el progreso que has creado para tener éxito en tu vida adulta.
Estas limitantes son una fuente de dudas, un estado en el que la mayoría encuentra familiar. Tener dudas de uno mismo, de lo que uno puede lograr es contraproducente para el bienestar propio y conlleva a la ansiedad, depresión y procrastinación.
Lo bueno, es que podemos trabajar en ello, en todas las ideas, creencias y pensamientos para que luego se elimine todo lo que nos limita a ser exitoso. Bien puedes reemplazar las limitantes con creencias y/o pensamientos que te empoderen y te den la confianza para cambiar tu vida a una más acorde a tus metas.
Cuando superas esas creencias que te limitan, no hay manera de volver atrás. Debes confiar en que serás capaz de vivir la vida que siempre has deseado y eliminar cualquier rastro de pensamiento negativo que te impida lograrlo. Además, reemplazando estas ideas te ayudará a mejorar la confianza que tienes en ti mismo y lograr grandes cosas en tu vida privada y profesional.
Para ello, durante el capítulo 1 podrás explorar de dónde surge y de donde toma poder el “creer” y su relación con dudar y confiar en uno mismo.
En el capítulo 2, aprenderás a identificar cuales son las creencias que limitan tu ser, poder seleccionar las que son de ayuda de las que no e identificar cuales deben ser eliminadas.
En el capítulo 3, descubrirás una estrategia para reemplazar las creencias que te limitan y dejar entrar creencias fundamentales que te empodera. En el cuarto capítulo, conocerás técnicas y estrategias que te ayudarán a seguir adelante, así como encontrar la manera de mantener nuevas creencias que contribuyan a tu crecimiento.
Finalmente, en el capítulo 5, vas a descubrir el gran poder que tienen los pensamientos a largo plazo que te ayudan a lograr metas también a largo plazo; también conocerás cómo usar y desarrollar inteligencia emocional para que las puedas usar como ventaja.
De esa manera, al finalizar el libro serás capaz de superar los pensamientos y/o creencias que te constantemente te limitan y conocerás las herramientas que podrás usar para superar la idea que tienes al dudar de ti mismo, mejorar la confianza y que puedas tener éxito en la vida personal y profesional.
¿Te has preguntado lo que realmente es una creencia?
Podrá sonar simple, sin embargo el concepto de creencia puede ser un concepto difícil de comprender. En simples términos, una creencia es una aceptación de que algo es verdad, especialmente sin pruebas. Podrá sonar un poco extraño, pero veámoslo desde un punto evolucionado y descubramos que son realmente las creencias, y por qué puede ser común demasiado difícil cambiar las creencias existentes.
Nuestro cerebro usa las creencias para darle sentido a nuestro mundo complejo y navegar de manera eficiente. Las creencias representan los conceptos de la manera en la que nuestro cerebro espera que las cosas trabajen y cómo deben estar relacionadas.
Nuestro cerebro usa las creencias como plantilla para el aprendizaje y conforma los patrones formados por ellas.
Nuestro cerebro tiene que tomar decisiones sobre próximas acciones rápidamente. Eso puede explicar por qué las creencias están formadas rápidamente y muchas veces en ausencia de evidencia. Una creencia no evoluciona para indicar una verdad, ya que una creencia es una guía poco confiable hacia la verdad. Es más probable que el propósito de la creencia sea guiar la práctica.
Es por eso que una persona es capaz de creer en sus metas y tomar acción para hacerlas realidad, mientras que otros están abrumados al dudar de sí mismos y no tener voluntad para continuar. Las buenas noticias son que, tus creencias no representan la realidad. Además, es posible reemplazar las creencias que te limitan con nuevas que te empoderen. Ahora, echémosle un vistazo a qué es lo que causa que una persona produzca creencias en primer lugar.
Las causas de las creencias
Existen muchos factores que pueden contribuir a que una persona forme una creencia particular. Pueden estar divididas en factores externos e internos.
Los factores externos incluyen cualquier tipo de aporte que recibas del mundo externo a través de una valoración de evidencia, aceptación de la autoridad, aceptación de la asertividad, y de la dimensión social.Los factores internos incluyen tu experiencia previa, creencias previas y personalidad.Veamos más de cerca estos factores y cómo afectan la formación de tus creencias.
Factores externos
La mayoría de las creencias son formadas durante la niñez.
Aprendemos de ellas desde una temprana edad de nuestros padres y otras figuras de autoridad. Muchas creencias son productos de años y milenios de evolución de la historia de la cultura humana. Como niños, estamos inclinados a creer en nuestros padres. Y ya como adultos, tendemos a creer en varias figuras de autoridad.
Considerando esto, no es una sorpresa que nuestro cerebro haya evolucionado para fácilmente aceptar y creer las cosas que nos han dicho, en lugar de ser escépticos.
Toma sentido desde un punto evolutivo como estrategia para un aprendizaje eficiente por parte de nuestros padres.
También promueve la cohesión de un grupo, ya que los humanos son especies sociables.
Ser carismáticos persuade a los individuos así como las ideas convincentes pueden cambiar las creencias de la gente. A veces puede ser racional. Pero otras veces, no lo es. La gente a menudo puede ser fácilmente influenciada por líderes carismáticos y movimientos sociales. Es especialmente verdad cuando ofrecen una sentido de validación y propósito más fuerte, una afiliación más poderosa, u ofrecer nuevas identidades y apegos que una persona tuvo previamente en su vida.
Factores internos
Experimentamos el mundo rodeandonos completamente de nuestros sentidos. Como resultado, nos parece difícil de entender que esas percepciones pueden a veces ser subjetivamente distorsionadas y que no necesariamente representan la realidad objetiva. Las personas tienen la tendencia de creer en sus sentidos físicos y creer en sus percepciones incluso cuando están alucinando, no importa que tan distorsionada pueda estar su percepción.
La gente siempre defiende su percepción de la realidad e intenta explicar las contradicciones.
Le damos a nuestra experiencia subjetiva, nuestras creencias, demasiada credibilidad. Siempre trataremos de explicar cualquier cosa que contradiga nuestras creencias. Añadiremos capa sobre capas de explicaciones distorsionadas en lugar de abandonar o reestructurar las creencias equivocadas.
La resistencia al cambio de nuestras creencias vienen del hecho de que nuestras creencias están a menudo ligadas a cómo nos definimos a nosotros mismos como personas - nuestra identidad. Queremos sentir que somos consistentes, y que nuestro comportamiento está alineado a nuestras creencias. Tendemos a racionalizar nuestras acciones y creencias para preservar la imagen de consistencia, en lugar de admitir y aceptar el hecho de que fundamentalmente estamos equivocados. Es vergonzante y a veces puede resultar bastante costoso de diferentes maneras.
Como las creencias afectan nuestras vidas
Existe una variedad de diferencias entre el mundo de los humanos y el mundo animal. Pero hay una diferencia mayor que tiene una influencia significativa en nuestras vidas.
Nosotros, como humanos, necesitamos darle significado a nuestras acciones y a los eventos que suceden a nuestro alrededor. Los animales, al contrario, funcionan por puro instinto. Por ejemplo, a un perro no le importa por qué mordió el tapete de la casa. Y un gato no tiene necesidad de entender por qué le gusta rodar bajo el sol. Pero los humanos tienen una inherente necesidad de cuestionarse todo: su comportamiento, las acciones de otros, y el mundo que los rodea en general. Tenemos la constante necesidad de ponerle significado a nuestras experiencias, y este proceso empieza desde el momento en que existimos.
Cuando le damos un significado, llegamos a conclusiones.
Cuando tenemos que darle significado muchas veces a una experiencia repetida es cuando este significado se convierte en una creencia. Esto es especialmente cierto si la experiencia fue traumática o cuando no tenemos información nueva o contradictoria para comparar nuestro significado.
Además, mientras menos información tenemos, es más probable que nuestras creencias estén equivocadas y probablemente bastante limitadas.
Las creencias crean realidad
Nuestros cerebros tienen un algoritmo interesante al clasificar información.
Los eventos que suceden a nuestro alrededor siempre están unidos a nuestras creencias para ayudarnos a darle sentido a la vida. Como consecuencia, nuestro cerebro escanea cada experiencia en busca de algo que pueda coincidir con nuestras creencias existentes. Toda la información que nuestro cerebro recibe es escaneada en busca de algo que nos traiga confirmación de nuestras creencias existentes. Cuando se encuentra una coincidencia, el cerebro lo almacena y lo acepta como una verdad. La información que no encaja en el marco de creencias existentes es distorsionada o descartada.
Las creencias limitadas o equivocadas son creadas, verificadas y sostenidas de la misma manera que las creencias empoderadoras y útiles. Si tienes la creencia de que no mereces felicidad, entonces la felicidad siempre te parecerá fuera de tu alcance. Las creencias positivas trabajan de manera opuesta, donde la vida parece repartir buena suerte, a diestra y siniestra. La vida nos está dando lo que creemos, y nuestras creencias están creando buena o mala suerte haciéndonos notar las cosas que coinciden con nuestras creencias y descartando el resto. Nuestra realidad está creada por nuestras creencias, así que esencialmente, estamos creando nuestra propia suerte, felicidad y todo lo demás.
Por ejemplo, si tienes la creencia de que no eres lo suficientemente bueno, entonces cada crítica, no importa que tan grande o pequeña sea, inmediatamente es tomada como una verdad absoluta en lugar de solo una opinión de alguien más. Como resultado, cada error es entonces visto como evidencia de no ser lo suficientemente bueno, en lugar de ser una oportunidad para aprender y mejorar.
Las buenas noticias son que el cerebro trabaja con las creencias positivas de una manera similar. Así que, por ejemplo, si tienes una creencia positiva acerca de que eres exitoso, el cerebro buscará cualquier cosa que pueda encajar con esa creencia. Como consecuencia, cualquier afirmación positiva como “Puedes alcanzar tus metas” o “Puedes lograr éxito” coincidirá con tu creencia positiva. Además, cualquier comentario positivo será también reconocido por el cerebro como una coincidencia. Es por eso que es importante introducir y mantener creencias fundamentalmente positivas.
La creación de una creencia y una coincidencia
Veamos con más detalle como las creencias y las coincidencias trabajan. Imaginemos que hubiera un niño llamado Pablo.
La mamá de Pablo tenía muchas presiones en su vida, y como resultado, tenía poca paciencia. Ella le gritaría a Pablo repetidamente: “¡Mira lo que has hecho!”; “¿Por qué diablos lo hiciste?”; “¿No puedes hacer algo bien?”. Como adultos, con nuestra visión y experiencia, podemos decir que la madre de Pablo estaba probablemente sacando sus frustraciones con cualquier error común que todo niño pequeño comete, además de demostrar su propia falta de armonía interna o habilidades paternas útiles. Desde el punto de vista de un adulto, podemos ver un caso de mala crianza y que la madre de Pablo está cometiendo un error.
Pablo es un niño pequeño, solo tiene tres años y no posee el conocimiento disponible para los adultos. Él no puede pensar que su madre podría estar mal. Entonces, le da el significado que puede a esta experiencia. Pablo probablemente podría pensar, “Tal vez no puedo hacer nada bien”.