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Continuan las aventuras de Tito Liviano iniciadas en episodios anteriores. Asiste en Cartagena al asedio de la ciudad por las tropas centralistas. De vuelta a Madrid, recibe la noticia de la rendicion del canton, y asiste a la caida del ultimo gobierno republicano, asi como al asalto del congreso por las tropas de la guardia civil. Benito Perez Galdos.
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Veröffentlichungsjahr: 2017
BENITO PÉREZ GALDÓS
EPISODIOS NACIONALES 45
Arriba otra vez, arriba, Tito pequeñín de cuerpo y de espíritu amplio y comprensivo; sacude la pereza letal en que caíste después de los acontecimientos ensoñados y maravillosos que te dieron la visión de un espléndido porvenir; vuelve a tu normal conocimiento de los hechos tangibles, que viste y aprecias-te en la vida romántica del Cantón cartaginés, y refiérelos conforme al criterio de honrada veracidad desnuda que te ha marcado la excelsa maestra DoñaClío. Abandona los incidentes de escaso valor histó-
rico que han ocurrido en los días de tu descanso soñoliento, y acomete el relato de las altas contiendas entre cantonales y centralistas, sin prodigar alabanzas dictadas por la amistad o el amaneramiento retórico.
Obedezco al amigo que me despabila con sacudi-miento de brazos y tirones de orejas, cojo mi estilete y sigo trazando en caracteres [6] duros la historia de estos años borrascosos en que, por suerte o por desgracia, me ha tocado vivir. Lo primero que sale a estas páginas llegó a mi conocimiento por los ojos y por el tacto: fue la moneda que acuñaron los cantonales para subvenir a las atenciones de la vida social. Consistió la primera emisión en duros cuya ley superaba en una peseta a la ley de los duros fabrica-dos en la Casa de Moneda de Madrid. Las inscripciones decían: por el anverso, Revolución Cantonal.
-Cinco pesetas; por el reverso, Cartagena sitiadapor los centralistas. -Septiembre de 1873.
Elogiando yo la perfección del cuño ante los amigos don Pedro Gutiérrez, Fructuoso Manrique, el Brigadier Pernas y Manolo Cárceles, éste, con su optimismo que a veces resultaba un tanto candoro-so, me dijo: «Fíjese el buen Tito en que ese trabajo lo han hecho los buenos chicos que en nuestro presidio sufrían cadena por monederos falsos». Puse yo un comentario a esta declaración, diciendo que los tales artífices fueron maestros antes de ser delin-cuentes, que en la prisión afinaron su ingenio, y que la libertad les habilitó para servir a la República con diligente honradez, cada cual según su oficio. «Así es -dijo Cárceles-, y da gusto verles por ahí tan tranquilos, sin hacer daño a nadie, procurando aparecer como los más fieles y útiles auxiliares del naciente Anfictionado español». Antes de la emisión de la moneda se pagaban los servicios con cachos de plata que luego se canjearon por los flamantes y [7]
bien pronto acreditados duros de Cartagena.
En los mismos días me enteré por los amigos de la nueva organización que se había dado a los altos Poderes Cantonalistas. Dimitió el Gobierno Provisional, incorporándose a la Junta Soberana, que se fraccionó en las siguientes Secciones: De Relaciones Cantonales: Presidente Roque Barcia, Secretario Andrés de Salas. - De Guerra: Presidente General Félix Ferrer, Secretario Antonio de la Calle. - DeServicios Públicos: Presidente Alberto Araus, Secretario Manuel F. Herrero. - De Hacienda: Presidente Alfredo Sauvalle, Secretario Gonzalo Osorio.
- De Justicia: Presidente Eduardo Romero Germes, Secretario Andrés Lafuente. - : Presidente Brigadier Bartolomé Pozas, Secretario Manuel Cárceles Sabater. Los cargos de Presidente y Secretario de estas Secciones equivalían a los de Ministro y Subsecretario de los diferentes ramos.
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