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[DE] Möchten Sie, dass Ihr Kind zweisprachig aufwächst? Bezaubern Sie es mit unseren Geschichten in zwei Sprachen [ESP] ¿Quieres que tu hijo crezca bilingüe? ¡Embrújalo con nuestros cuentos de hadas en dos idiomas! Renni y sus valientes compañeros se embarcan en encantadoras aventuras a través del emocionante mundo del automovilismo. Juntos, superan emocionantes aventuras y aprenden la importancia de la amistad, el compañerismo, el valor y la disposición a ayudar. Esta encantadora edición le llevará a un mundo de diversas aventuras y secretos. Sumérjase en esta fascinante serie compuesta por cinco historias completas: 1. Renni, el pequeño coche de carreras 2. La Primera Gran Victoria de Renna 3. La Carrera de la Amistad 4. La Carrera Misteriosa 5. La Carrera contra el Tiempo Estas historias son más que entretenimiento. Son un puente hacia valores importantes como la amistad, la perseverancia y la confianza en uno mismo. Aquí, los sueños cobran vida y se fortalece el vínculo entre padres e hijos. Cada libro es un cofre lleno de valiosas narraciones que fortalecen la autoestima y estimulan la imaginación.
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Seitenzahl: 89
Veröffentlichungsjahr: 2024
(Deutsch - Spanisch)
5 Cuentos de Buenas Noches para Dormir
Renni y el emocionante mundo del automovilismo
Ilya Glamazdin
© 2023 Ilya Glamazdin
ISBN
Paperback978-3-384-13684-8
e-Book978-3-384-13685-5Impresión y distribución por cuenta del autor:
tredition GmbH, Heinz-Beusen-Stieg 5, 22926 Ahrensburg, Alemania
Esta obra, incluyendo sus partes, está protegida por derechos de autor. El autor es responsable del contenido. Cualquier utilización está prohibida sin su consentimiento. La publicación y distribución se realizan en nombre del autor, quien puede ser contactado en: Ilya Glamazdin, Lauffener Straße 5, 74199 Untergruppenbach, Alemania.
E-Mail: [email protected]
CONTENIDO
Prólogo
i
Renni, el pequeño coche de carreras
1
La Primera Gran Victoria de Renna
9
La Carrera de la Amistad
17
La Carrera Misteriosa
25
La Carrera contra el Tiempo
34
Epílogo
43
Prólogo
Queridos padres,
Les agradezco de corazón por abrir la puerta a los maravillosos mundos de mis cuentos de buenas noches para sus hijos. Es un gran placer y honor para mí crear historias que estimulen la imaginación de sus hijos y los acompañen al país de los sueños.
La inspiración y los deseos de sus hijos son el corazón de mis narraciones. Por lo tanto, les invito cordialmente a enviarme sus ideas y conceptos para personajes y aventuras. Integrar estos elementos personales no solo enriquece las historias, sino que también hace que la experiencia antes de dormir sea aún más encantadora para sus seres queridos.
Por favor, compártanme los pensamientos y comentarios de sus hijos por correo electrónico a [email protected]. Sus contribuciones son valiosas y ayudan a crear historias que no solo entretienen, sino que también conmueven.
Espero sus mensajes y ansío crear juntos con sus hijos muchos más mundos de historias maravillosas.
¡Disfruten de la lectura y la vivencia de las aventuras mágicas!
Renni, el pequeño coche de carreras
Había una vez en el colorido mundo del automovilismo, donde los autos no solo corrían rápido, sino que también hablaban y se reían. En este mundo vivía un pequeño coche de carreras llamado Renni. Renni era rojo como un camión de bomberos y rápido como el viento. Su sueño más grande era ganar la gran carrera que se celebraba cada año en su ciudad.
Renni entrenaba todos los días. Giraba en las curvas, practicaba arranques y frenadas, y aprendía cómo acelerar mejor. Sus amigos, el coche azul Bello y el coche verde Grinsi, lo ayudaban en esto. Sabían cuánto deseaba Renni la victoria.
Renni era más que solo un coche de carreras, era un sueño sobre ruedas, una maravilla roja con un corazón lleno de esperanza y determinación. Cada día era una oportunidad para acercarse a su sueño de la victoria.
Cada mañana, antes de que saliera el sol, Renni comenzaba su entrenamiento. Comenzaba con vueltas de calentamiento para poner en marcha sus motores. Luego practicaba arranques precisos, un momento clave en cada carrera. Renni sabía que un buen arranque a menudo hacía la diferencia entre la victoria y la derrota. Practicaba una y otra vez hasta sentir que se fusionaba casi con la señal de inicio.
Después de los ejercicios de arranque, se centraba en los detalles del manejo de carreras. Renni tomaba curvas cerradas, aprendía cómo tomarlas de manera suave y rápida sin perder el control. Experimentaba con diferentes velocidades y ángulos para descubrir qué funcionaba mejor.
Por la tarde, Bello y Grinsi se unían. Bello, el coche azul, era especialmente hábil en las curvas cerradas, mientras que Grinsi, el coche verde, era un maestro en carreras de larga distancia. Daban vueltas, desafiaban a Renni a ser más rápido y hábil. También simulaban situaciones de carreras para preparar a Renni para cualquier eventualidad.
El entrenamiento fue agotador, pero Renni no se dio por vencido. Entrenaba bajo el abrasador calor del mediodía y a la luz fresca de la luna, siempre con el objetivo de mejorar. Aprendió a usar su combustible de manera más eficiente y practicó cómo realizar paradas en boxes de manera rápida y efectiva.
Por las noches, cuando sus amigos se iban a casa, Renni a menudo se quedaba en la pista para entrenar solo. Conducía bajo las luces, practicaba maniobras difíciles y perfeccionaba su técnica. En esas horas silenciosas y solitarias en la pista, se sentía más cerca de su sueño.
Renni comprendió que las carreras no se trataban solo de velocidad, sino también de resistencia, precisión y la capacidad de mantener la calma y la concentración bajo presión. Cada hora de entrenamiento lo convirtió no solo en un piloto más rápido, sino también en un piloto más inteligente.
A medida que se acercaba la gran carrera, Renni sintió que todo su arduo trabajo comenzaba a dar sus frutos. Se sintió listo para competir con los mejores, seguro de que había hecho todo lo posible para prepararse para ese momento. Ya no era solo un coche de carreras, era un símbolo de dedicación, resistencia y una creencia inquebrantable en sí mismo.
El día de la gran carrera, Renni se despertó antes del amanecer, su motor lleno de emoción y nerviosismo. Podía sentir la tensión en el aire mientras se dirigía hacia el circuito de carreras. Las calles estaban en silencio, pero los pensamientos en la mente de Renni corrían descontrolados. "¿Puedo realmente ganar? ¿Estoy lo suficientemente preparado?" se preguntaba una y otra vez.
Cuando llegó al circuito de carreras, el lugar ya estaba lleno de colores y sonidos. Las gradas estaban llenas de fans entusiastas agitando pancartas y animando a sus coches de carreras favoritos. Renni miró a su alrededor y vio los otros coches de carreras, todos brillantes y listos para mostrar su fuerza.
En medio de esta emocionante atmósfera, Renni sintió cómo crecía la nerviosidad en él. Empezó a dudar si podría soportar la presión. Pero entonces, en ese momento de incertidumbre, escuchó voces familiares. Se volvió y vio a sus amigos Bello y Grinsi, que venían con un gran cartel que decía: "Renni, ¡nuestro campeón!"
No solo ellos, sino también la familia de Renni y muchos otros fanáticos de su ciudad natal habían venido para animarlo. Gritaban su nombre y le hacían señas. Renni sintió cómo el calor de su apoyo llenaba su corazón y disipaba las dudas. Recordó todas las horas de entrenamiento, el apoyo de sus amigos y el amor de su familia.
En ese momento, Renni se dio cuenta de que no estaba solo. Todos los que creían en él le daban fuerza. Con un profundo rugido de su motor, sacudió los nervios y los convirtió en determinación. Estaba listo para dar lo mejor de sí mismo, no solo para él, sino también para todos aquellos que creían en él.
"¡En sus marcas, listos, fuera!", resonó la voz del árbitro en el circuito de carreras. En ese mismo momento, Renni salió disparado con un rugido poderoso, impulsado por un corazón lleno de valentía y determinación. Ya no era el coche de carreras tembloroso de antes; era un símbolo de determinación, listo para enfrentar cualquier desafío en el camino hacia la línea de meta. La carrera había comenzado, y Renni estaba más que dispuesto a enfrentar el desafío.
Las primeras vueltas de la carrera fueron un torbellino de velocidad y adrenalina. Renni conducía como un rayo, sus ruedas giraban sobre el asfalto. Adelantaba un coche tras otro, con sus ojos fijos en la pista. Los fanáticos vitoreaban cuando tomaba la delantera. Renni se sentía invencible, como si estuviera volando en lugar de conduciendo.
Sin embargo, cuando la carrera se acercaba a su punto culminante, ocurrió lo inesperado. En la última y más difícil curva, Renni perdió repentinamente el control. Su corazón latía más rápido mientras se deslizaba y finalmente aterrizaba en la hierba junto a la pista. "¡Oh no!", exclamó. Por un momento, yacía allí, rodeado de silencio, su motor tosiendo.
Pero Renni no era el tipo de persona que se rindiera fácilmente. Con un profundo rugido de su motor, luchó por volver a la pista. Ahora estaba en tercer lugar, detrás de otros dos autos rápidos. Renni sintió cómo sus neumáticos volvían a agarrar el asfalto y, con un nuevo espíritu, continuó su persecución.
La meta ya estaba a la vista, pero Renni no se dio por vencido. Recordó las muchas horas de entrenamiento, el apoyo de sus amigos y familiares, y la fe que todos tenían en él. "Puedo lograrlo", pensó mientras seguía de cerca al segundo auto.
En la recta final, Renni movilizó todas sus fuerzas restantes. Con una velocidad increíble, adelantó al segundo auto a solo unos metros de la línea de meta. El público se puso de pie, los gritos y los aplausos llenaron el aire.
Cuando Renni cruzó la línea de meta en segundo lugar, su motor aulló triunfalmente, pero en su interior sintió una pizca de decepción. Había entrenado duro y soñado con ganar la carrera. Por un momento, parecía que había fallado en su objetivo. Pero luego, cuando miró a la multitud de espectadores que vitoreaban, su decepción comenzó a desvanecerse.
Allí estaban sus amigos Bello y Grinsi, con los ojos brillando de orgullo. "¡Eres nuestro héroe, Renni!", le gritaron. Y luego vio a su familia, aplaudiendo y vitoreando emocionados, llenos de amor y admiración. En ese momento, Renni se dio cuenta de lo que realmente había logrado.
No fue el primer lugar, pero fue algo mucho más valioso. Se había enfrentado a desafíos, había vuelto fuerte después de un revés y no se había rendido hasta el final. Esa realización llenó a Renni de un profundo sentimiento de orgullo y satisfacción. Puede que no haya ganado la carrera, pero había demostrado el espíritu de lucha y la determinación de un verdadero campeón.
Renni sonrió, una sonrisa que venía del fondo de su corazón. Ahora entendía que en la vida no siempre se trata de ser el primero. Lo que realmente importa es dar lo mejor de uno mismo, nunca rendirse y aprender una valiosa lección de cada carrera, ya sea ganada o perdida. A los ojos de sus amigos, su familia y los fans, él era más que un automóvil de carreras en segundo lugar, era un verdadero ganador, un héroe que encarnaba el coraje y la perseverancia.
Después de que la carrera terminó y las emociones se calmaron, Renni sintió una nueva emoción creciendo en su interior. Ya estaba deseando las próximas sesiones de entrenamiento. Ahora que sabía en qué áreas tenía que trabajar, se sentía más motivado que nunca. Renni había comprendido que cada desafío era una oportunidad para aprender y crecer. Estaba decidido a perfeccionar sus técnicas y regresar aún más fuerte.
Sin embargo, lo que más fortaleza le daba a Renni era saber que no estaba solo. Sus amigos Bello y Grinsi, su familia y sus numerosos seguidores, todos lo apoyarían en su camino. Ese apoyo era su verdadero impulso, su motor invisible que lo impulsaría hacia adelante.
En la noche de este día lleno de eventos, Renni y sus amigos celebraron su éxito. No hubo una gran fiesta, pero para Renni fue una noche perfecta. Se rieron y compartieron historias, reflexionaron sobre la carrera y planearon para el futuro. En esos momentos de alegría y compañía, Renni se sintió más rico que cualquier ganador en el podio.