Días de Rugby - Darío Salluzzi - E-Book

Días de Rugby E-Book

Darío Salluzzi

0,0
4,99 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Días de Rugby es un libro donde el lector se encontrará con diferentes relatos, todos referidos al rugby. Iniciando en la mística y tradición del deporte, pasando por hechos históricos y propios del autor, incursionando en el proceso de formación de entrenadores, adentrándonos en los aspectos de la planificación, para finalizar desarrollando la enseñanza de las técnicas. El libro repasa y revisa los diferentes temas en relatos cortos y simples, permitiendo la lectura del mismo por capítulos, por relatos, o todo de corrido, según la intención del lector. Por último, el libro pretende que con cada relato el lector pueda viajar a ese momento, sentirse identificado con la situación que o le genere una nueva idea para el Rugby.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 167

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



DARÍO SALLUZZI

Días de Rugby

Salluzzi, DaríoDías de Rugby / Darío Salluzzi. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4607-4

1. Deportes. I. Título.CDD 796.33309

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

A modo de introducción

Prólogo

Capítulo I - La presentación

Mística y tradiciones

Transmitiendo una mística

Carta de presentación

Círculo de confianza

3er tiempo

Capítulo II - Un poco de historia y reflexión

Amores de junio

Corría el 99

Por hobby, por herencia

Pequeñas historias familiares con el rugby

Reloj solar

Hagamos algo por nuestro rugby

Capítulo III - Formador de formadores

Del otro lado de la línea

Soy entrenador, ¿y ahora qué hago?

Cuál es la función del entrenador

Sí acepto, pero ¿qué tengo que hacer?

Formador de Entrenadores

Rugby, enseñando a enseñar, enseñando a jugar

Maestros del rugby

Potenciando jugadores

Las cosas por su nombre / lenguaje común

Hablando claro como entrenadores

El deporte, la enseñanza y el software

El joystick no funciona

Espacio de los jugadores

Capítulo IV - Analizando el juego

Enseñando a jugar al rugby

Jugando a jugar en el rugby

El aprendizaje es un proceso de ida y vuelta

Cambios que se producen en el proceso de formación de los jugadores

La autoestima como formadora del jugador

Algunos aspectos para la planificación de ejercicios

La toma de decisión desde un punto de vista fisiológico

Entrenamiento de situaciones de ataque

El entrenamiento de la defensa

La creatividad del niño / jugador

¿Cómo formamos a nuestros jugadores?

Capítulo V - Planificación

Estrategia, táctica y técnica en el rugby

Planificación a largo plazo

Analizando el rugby

El ritmo en el movimiento general de juego

El juego y sus variantes

Hacia el rugby del futuro

Hacia el rugby del futuro (segunda parte)

Entrenando la toma de decisión

La mejora constante - Ser más eficaces y efectivos

Capítulo VI - Técnica

El pase en el rugby

Enseñanza del pase (primera parte)

Enseñando a pasar la pelota

Enseñanza del pase (segunda parte)

Jugando el ruck

Interpretación reglamentaria

Disputa del ruck en rugby infantil

Juego con el pie

Cierre de los relatos

A todos los que disfrutan de este deporte dentro y fuera de la cancha.

A todas las personas, alumnos, colegas, amigos, familia, esposa e hijos a los que les saqué el tiempo que le doy al rugby.

A modo de introducción

“Abrazado a la pasión que me condena”.

Pierre

Siempre es una muy buena idea dejar asentado en un papel, precisamente, las ideas, los pensamientos, los proyectos y también algunos relatos. Esos papeles no son para uno, sino que son para que otra persona los pueda leer y sean los disparadores de una nueva idea o proyecto. O también que sirvan para trasladarse a un mundo irreal, donde sólo se hable del deporte que nos gusta, por ejemplo, con un relato.

Esto es lo que busca este libro, en un formato fuera de un manual o de un libro técnico, con artículos escritos, algunos por ideas que pasaron por mi cabeza, otros por necesidad de transmitir a entrenadores y futuros docentes un concepto, o por el simple hecho de relatar algún momento significativo del rugby.

Durante la lectura usted podrá o bien seguir el orden de los diferentes capítulos o decidir arrancar por aquél que más le guste. Si bien encontrarán un hilo conductor, no es necesario respetarlo.

En el primer capítulo el lector encontrará relatos referidos a la mística y tradición de nuestro deporte. Como para que, si lo lee alguien que no conoce el juego, pueda darse una idea.

En el segundo capítulo hablamos un poco de historia y hay algunos relatos referidos a situaciones particulares del devenir propio del autor.

El tercer capítulo nos permite ingresar el proceso de Formador de Formadores (FDF o TTT por sus siglas en inglés), espacio donde hablamos del camino que recorre un jugador que decide pasar del otro lado de la línea y comenzar a formar futuros jugadores.

El capítulo cuatro nos lleva a desarrollar la planificación en la enseñanza del rugby, donde encontraremos diferentes artículos que hablan de los aspectos de necesarios para llevar adelante una puesta en común de objetivos a corto, mediano y largo plazo.

En el capítulo cinco comenzamos a hablar de la técnica en el rugby, cómo enseñarla y cómo llevarla al juego.

Claramente, los diferentes artículos y relatos reflejan mi paso por diferentes momentos del rugby, de mi rugby y mi proceso como capacitador y docente.

Pero más allá de esta realidad, no puedo dejar de agradecer de forma silenciosa (no creo que se enteren) a las siguientes personas:

A Jorge Valdano y sus libros sobre el fútbol y el miedo escénico, fueron disparadores de algunos artículos y relatos.

Al Negro Fontanarrosa, porque siempre envidié la capacidad del el para poder relatar cualquier situación y que fuese muy, pero muy divertida.

A Juan Villoro y su libro Yo soy Fontanarrosa, que me hace reír cada vez que pienso en él y recomiendo el libro Dios es Redondo.

A Eduardo Galeano y a su libro El fútbol a sol y a sombra, que con sus relatos mundialistas aportaron a este libro.

A Osvaldo Soriano, que más allá de que soy de Ferro, hay un relato que realiza en referencia al Viejo Gasómetro, que a mí me emociona.

A Jorge Búsico, porque con su libro El Rugido en referencia a Los Pumas del 65, me permitió viajar al inicio del nombre Puma, en tierras Sudafricanas.

Dejo para el final el agradecimiento a Sebastián Sciancalepore, por no sólo aceptar escribir el prólogo, sino el tomarse el trabajo de dar su mirada de algunos relatos. Cada conversación con Seba, es un aprendizaje.

Prólogo

Era un diciembre caluroso, yo me encontraba juntando los materiales luego de un entrenamiento de preparación física de postemporada de juveniles. Se me acerca alguien que no conozco, se presenta, me cuenta que será el preparador físico del Plantel Superior del club el año siguiente. Intercambiamos información, conceptos, maneras de ver el entrenamiento, el deporte, la vida. Ahí con los pies en el pasto, conversamos sobre maneras de entender la preparación de un deportista de club, amateur, abnegado, con algunas carencias y mucha actitud, hablamos de sistemas de entrenamiento, de fuerza, resistencia, velocidad, etc.

No recuerdo bien, pero luego de esa conversación y sin conocernos tanto en ese entonces, me invitó a ser parte de la preparación física del plantel superior. Un acto de generosidad profesional que me enseñó, de entrada, lo importante de abrir puertas. Era Darío Salluzzi.

El mismo que meses después, antes que empiece un entrenamiento cuando todos los jugadores se van juntando al borde la cancha y empieza a crecer el murmullo, las voces, las risas, y tantas cosas que suceden en esa socialización tan singular, se aproxima un jugador “X” y le consulta cómo podía hacer para tener “más aire en los partidos”. La respuesta de Darío fue tan elocuente como contundente: “primero, bajate del parlante, luego hablamos”, en un tono jocoso. Estallaron risas y cargadas. En una simple frase marcó una realidad: no podemos alejar la práctica profesional del contexto de quienes nos toca entrenar; las decisiones, la planificación y la forma de liderar, no pueden estar ajenos a la realidad de cada deportista, de cada club. “La cabeza piensa donde los pies pisan” dice Paulo Freire.

Darío gestionaba y gestiona su quehacer docente con los pies en el pasto, la lectura, la observación, la escucha, la comunicación y una tremenda sensibilidad para empatizar con el entorno. Todas cuestiones que verán reflejadas en este libro que integra lo académico con lo empírico, lo real, lo de todos los días, eso que hacemos tan naturalmente que a veces no lo vemos, con lo normativo. Esta obra alumbra esa cotidianeidad con palabras desde la simpleza y valorando lo mejor que tiene este deporte: el juego, los vínculos, la búsqueda de superación, el ir hacia delante, avanzando, junto con otros.

Asimismo, en las próximas páginas usted será invitado/a a participar de una ronda propia de este deporte, donde todos se pueden mirar las caras, donde se abrazan unos con otros, y donde la mística aparece. En esa ronda, le mirarán de frente y le contarán de espíritu, de filosofía, de conceptos de juego y de historia. Los días de rugby esconden una magia de la cual es necesario tomar distancia y perspectiva, para valorar y enaltecer este hermoso deporte. Este libro explora, describe, alumbra y descubre eso que sucede a diario, desde un tercer tiempo hasta el rol del entrenador, pasando por anécdotas y vivencias reales, cercanas. Sea que usted conoce o no este deporte, métase en la ronda y déjese llevar por el espíritu del rugby, podrá extrapolarlo a otro deporte, a su trabajo y a su vida.

Capítulo I - La presentación

“Tu vida siempre fue así”

Mancha de Rolando

Mística y tradiciones

El rugby es un deporte rodeado de muchas de tradiciones, que como tales perduran en el tiempo. Esa suma de tradiciones genera una mística alrededor de la pelota ovalada.

Las tradiciones más la mística hacen que el rugby sea un deporte difícil de entender en su forma de actuar. Difícil, porque escapa al común denominador general de todos los deportes. Acá esto no quiere decir que un deporte es mejor que otro, ni mucho menos. Simplemente señalo que la forma en que el rugby resuelve ciertas situaciones cotidianas es diferente a otros deportes.

En el rugby planteamos que se juega con el contrario y no contra el contrario. Cuando les pregunto a mis hijos con qué club juegan en el fin de semana, si me dicen contra, yo les remarco que juegan con otro club. Que, si ese club no viene a jugar, nos quedamos sin partido. Si nos quedamos sin partido, nos perdemos lo más divertido que tiene el rugby y el deporte.

A la cancha entran dos equipos y los réferis. Ellos también son parte del juego y sin ellos, no podríamos jugar. Imaginemos un partido de rugby sin réferi. Es imposible.

Cuando el partido finaliza nos saludamos, no porque haya que saludarse, sino porque es una forma de agradecer al contrario y a los réferis la posibilidad de haber compartido ese espacio y momento.

Tenemos el 3er tiempo que es un momento para compartir con todos los artífices del juego y al mismo tiempo un espacio, donde tomamos y comemos algo y generamos nuevos vínculos. Remarco que el réferi también participa del mismo, haya sido cual haya sido el resultado.

Tenemos en rugby una frase (que al mismo tiempo es un credo) que dice que la camiseta del club no se usa para entrenar, porque si yo uso la misma camiseta para entrenar que para jugar, quiere decir que me da lo mismo entrenar que jugar y claramente no es lo mismo. La camiseta de rugby de tu club es muy especial y hay que cuidarla y mucho. Por eso sólo la usamos el día del partido.

La cancha número uno de cada club en lo posible sólo se usa para jugar; claro que por necesidades se usa también para entrenar, pero tratamos de que no sea así. Poder utilizar la cancha uno significa una gran responsabilidad, no juega cualquier equipo. Generalmente juegan los Planteles Superiores y algún juvenil. Es una cancha que debe ser respetada. Ahí se juegan los partidos más importantes, los cuales muchas veces determinan si el club mantiene la categoría, asciende, desciende o sale campeón. Particularmente, me cuesta aceptar que algunas personas salgan a correr y utilicen el perímetro de esta cancha. Para mí son espacios sagrados, que deben respetarse.

Transmitiendo una mística

El rugby tiene en su ADN, una mística. Como todo lo místico, es muy difícil de explicar qué es, qué significa, a qué se parece, etc. Es casi imposible ponerlo en palabras. Definirlo, más todavía.

La sumatorias de conductas, actitudes y respuestas ante las situaciones que se presentan, van generando esa mística. La enseña con el ejemplo, no se dice lo que hay que hacer, sino que lo hace primero uno mismo, y eso sirve para que el otro entienda cómo se debe actuar.

En el rugby esa transmisión la realizan desde hace muchos años los más viejos, que le enseñan a los no tan viejos, y éstos a los más jóvenes, que a su vez lo hacen con los más chicos. Esta cadena que se retroalimenta constantemente mantiene vivo al club y al rugby.

Nadie dentro de esta cadena viene a decir qué hacer, sino que con el ejemplo de la acción comienza la transmisión de la mística.

Una mística que habla de respeto a los más grandes, entrenadores, réferis, rivales y compañeros.

Donde todos somos una 1/15va parte del equipo y que necesitamos de todos, en la cancha y fuera de ella.

Donde no jugamos contra nadie, sino que jugamos con los amigos del otro club. Si ellos no vienen, nosotros no podemos jugar.

Que, a esta fiesta, que es el partido, invitamos al réferi. Sin él, sería imposible poder jugar un partido de rugby.

Que nos puede tocar ganar, perder, empatar. El resultado es importante pero no es lo primero. Lo primero es disfrutar de este juego y cuando el partido termina, lo que pasó en la cancha, quedó en la cancha.

Carta de presentación

Todos los deportes tienen sus diferentes características. Desde si son individuales o de equipo, según cómo sea la competencia, diferenciándose por aspectos técnicos, tácticos o estratégicos. Están también los biotipos de cada deporte y los de cada puesto. Se suman a todo esto las diferentes costumbres o tradiciones, que resaltan más las diferencias entre los deportes, pero que no quedan englobadas en clasificaciones.

Si analizamos el rugby solamente desde sus costumbres o tradiciones, nos encontramos con los siguientes aspectos:

Empezamos y terminamos los entrenamientos en una ronda por puestos. Participan todos los que estuvieron en el entrenamiento (jugadores, jugadores lesionados, cuerpo técnico, cuerpo médico) y de esta manera todos los presentes están en igualdad de condiciones en cuanto a la ubicación, todos podemos escuchar y todos nos miramos a los ojos. Esta ronda es significativa y nadie puede estar en un segundo plano. Se está en la ronda o no se está. Y lo que se diga en esa ronda queda en esa ronda. Por eso la ronda es cerrada.

La ronda previa al entrar a una cancha, donde sólo están los jugadores que van a participar de ese momento tan especial, que es representar al club. Antiguamente se hacía y muchos la hacen todavía, debajo de los palos. El lugar de realización se fue modificando, algunos clubes la hacen en mitad de cancha, otro en el sector de ingreso a la cancha, etc. Sea donde sea, tiene la importancia de ser el momento previo al partido y donde sólo participan los que juegan.

Ronda de entretiempo y final. Finalizado el primer tiempo o el partido, nos volvemos a ubicar en ronda, momento de reflexiones rápidas y concisas si es en entretiempo y de reflexiones y análisis un poco más extenso cuando terminó el mismo. Nuevamente están todos los partícipes del partido o de la jornada (cuando finaliza el partido de primera, donde se suman el resto de los jugadores del plantel superior). En algunos casos, esa ronda se hace más extensa y llegan exjugadores, juveniles, infantiles, etc.

Cuando termina el partido y se sucede el saludo entre jugadores, entrenadores, cuerpos técnicos y réferis. Este saludo no es un mero trámite. Simboliza un agradecimiento al otro por habernos dado la posibilidad de jugar un partido de rugby. Nada más y nada menos.

Finalizando la jornada, se celebra el 3er tiempo. Es el momento en el que el dueño de casa agasaja al visitante y éste devuelve esa atención en el próximo partido que jueguen. Esto es un agradecimiento mutuo, ya que, si el equipo visitante no viene a jugar, no hay juego.

Círculo de confianza

La historia siempre ha demostrado que las reuniones de grupo ya sean laborales, de consorcio, de club, de familia, muestran la típica imagen de una mesa rectangular con la persona más importante sentada en la cabecera. Esta estructura plantea que hay un jefe, líder, gerente, etc. Es quien manda y dirige.

En el deporte muchas veces pasa esto. Analice cada uno cuando hay reuniones, cómo se da la distribución de las personas. Seguramente los más allegados a esta persona estén como laderos cerca de esta ubicación privilegiada.

Analizado desde la ubicación espacial, la cabecera da la posibilidad de ver a todos y hasta permite sentirse en una situación de superioridad. Sucede lo mismo cuando se maneja, quien suele ser el jefe, el que manda, es quien conduce y su mano derecha es el copiloto. Los de atrás acompañan, pero están atrás. Sólo pueden opinar. Los que van adelante uno maneja el auto y el otro elije la música y da indicaciones. Se genera una situación de orden verticalista.

Estas situaciones planteadas no están mal, durante años esto ha sucedido y seguirá sucediendo. Pero en la evolución de las relaciones humanas podemos utilizar otra figura geométrica para las reuniones, algo más contenedor y donde sin perder los escalafones, todos estamos en igualdad de condiciones geométricamente. Ni muy lejos, ni muy cerca.

Desde mi visión el círculo es la figura geométrica ideal para dejar a todos los participantes en igualdad de condiciones. Los escalafones siguen estando, pero la ubicación de la persona permite una simetría entre los participantes.

En el rugby utilizamos mucho la ronda, que claramente adopta una forma circular. Es un espacio para interactuar, recibir información o dar una opinión. Todo lo que se dice en la ronda les llega a todos por igual y todos son partícipes. Inclusive muchas veces estamos abrazados para que esa ronda sea más fuerte, más compacta y la información quede entre los participantes del círculo de confianza.

Este círculo de confianza genera el sentido de pertenencia, a un equipo, a un club, a una camiseta. Uno puede estar o no estar en ese el círculo de confianza. Lo que no puede suceder nunca es estar a mitad de camino.

3er tiempo

Ya explicamos en la nota anterior, CARTA DE PRESENTACIÓN, qué es el 3er tiempo en el rugby. Para que se dé esta situación donde los dos equipos se reúnen a compartir un momento, primero tiene que haber un 1ro y un 2do tiempo. Estos se dan en la cancha, mientras que el 3er tiempo se da fuera de ella.

Es una característica saliente de nuestro deporte por la cual mucha gente se sorprende. Les cuesta entender que finalizado un partido, donde te tocó ganar o perder, te juntás con el rival. Remarco con el rival, a compartir y conversar tomando y comiendo algo. También participa el réferi.

Como expuse en el primer párrafo, debo poner el foco en qué pasa durante el tiempo que estoy en la cancha, pero una vez finalizado el partido, lo que realmente importa es jugar ese 3er tiempo.

En el jugar el 3er tiempo me refiero a que todos los partícipes de ese partido, jugadores, réferis, cuerpo técnico, etc., se reúnen y nuevamente remarco, comparten entre todos.

Es un momento para recordar viejas anécdotas, charlar del partido, intercambiar ideas, opiniones, sistemas de entrenamiento y para forjar las futuras amistades que este deporte te da. Estas amistades, van más allá de la rivalidad, quedan enmarcadas en amistades que perdurarán en el tiempo y que cuando ya los pantalones cortos no estén nos encuentre siendo dirigentes o entrenadores o managers o médicos, etc.