El Cambio Climático, una oportunidad de futuro. Reflexiones desde el liderazgo - Alberto Palomar Olmeda - E-Book

El Cambio Climático, una oportunidad de futuro. Reflexiones desde el liderazgo E-Book

Alberto Palomar Olmeda

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Beschreibung

Se trata de un trabajo que analiza la problemática jurídica y social de la transformación de las diferentes políticas para dar cobertura a la necesidad y al compromiso político de luchar contra el cambio climático y de conseguir que España cumpla con los objetivos y las obligaciones asumidas en el ámbito internacional y, específicamente, el papel que en esta transformación pude suponer el Fondo Europeo para la reconstrucción y la resiliencia

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FRANCISCO RUIZ RISUEÑOALBERTO PALOMAR OLMEDACoordinadores

 

EL CAMBIO CLIMÁTICO, UNA OPORTUNIDAD DE FUTURO. REFLEXIONES DESDE EL LIDERAZGO

 

 

PrólogoManuel Broseta

 

 

 

 

Primera edición, 2022

El editor no se hace responsable de las opiniones recogidas, comentarios y manifestaciones vertidas por los autores. La presente obra recoge exclusivamente la opinión de su autor como manifestación de su derecho de libertad de expresión.

La Editorial se opone expresamente a que cualquiera de las páginas de esta obra o partes de ella sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).

Por tanto, este libro no podrá ser reproducido total o parcialmente, ni transmitirse por procedimientos electrónicos, mecánicos, magnéticos o por sistemas de almacenamiento y recuperación informáticos o cualquier otro medio, quedando prohibidos su préstamo, alquiler o cualquier otra forma de cesión de uso del ejemplar, sin el permiso previo, por escrito, del titular o titulares del copyright.

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Aranzadi es una marca de Thomson Reuters (Legal) Limited

© 2022 [Thomson Reuters (Legal) Limited / Francisco Ruiz Risueño y Alberto Palomar Olmeda (Coords.)]

© Portada: Thomson Reuters (Legal) Limited

Editorial Aranzadi, S.A.U.

Camino de Galar, 15

31190 Cizur Menor (Navarra)

ISBN: 978-84-1390-740-6

DL NA 2635-2021

Printed in Spain. Impreso en España

Fotocomposición: Editorial Aranzadi, S.A.U.

Impresión: Rodona Industria Gráfica, SL

Polígono Agustinos, Calle A, Nave D-11

31013 – Pamplona

Relación de autores

MIGUEL ARIAS CAÑETE, ex Comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía y ex Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

ANA PALACIO, ex Ministra de Asuntos Exteriores y ex vicepresidenta del Banco Mundial.

ENRIQUE VERDEGUER, consejero coordinador de Economía de la Representación Permanente de España en Bruselas ante la Unión Europea.

JULIO CASTRO, consejero delegado de Iberdrola Renovables Energía.

ÍÑIGO FERNÁNDEZ DE MESA, vicepresidente de CEOE y presidente del Instituto de Estudios Económicos.

EVA CHAMIZO, directora de Asuntos Europeos y de la Oficina de Bruselas de Iberdrola.

Director de Sostenibilidad de Banco Sabadell.

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ, director general de Inversiones de MAPFRE.

MIGUEL ÁNGEL LASHERAS, economista y consultor de Mercados Energéticos y Regulación.

BLANCA LOZANO, Catedrática de Derecho Administrativo.

MANUEL BROSETA, presidente de BROSETA.

ROSA VIDAL, socia directora de BROSETA.

FRANCISCO RUIZ RISUEÑO, Of Counsel de BROSETA.

ALBERTO PALOMAR, socio de BROSETA. Magistrado y Profesor Titular (Acred) de la Universidad Carlos III.

ANTONIO J. NAVARRO, socio de BROSETA, director del área de Bancario y Financiero.

ANDRÉS CAMPAÑA, socio de Energía y Transición Ecológica de BROSETA.

Índice de contenidos

RELACIÓN DE AUTORES

PRÓLOGO

PRIMERA PARTECICLO DE CONFERENCIAS “EL CAMBIO CLIMÁTICO, UNA OPORTUNIDAD DE FUTURO: QUÉ HACER, POR QUÉ Y CÓMO”

LOS DESAFÍOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO A NIVEL GLOBAL Y DE LA UNIÓN EUROPEA

MIGUEL ARIAS CAÑETE

I.Introducción

II.¿Qué es en realidad el cambio climático?

III.El proceso seguido a nivel global para afrontar el cambio climático

IV.La evolución de las políticas climáticas en la Unión Europea

V.La situación de la lucha contra el cambio climático en las grandes economías mundiales

VI.Conclusión

MESA REDONDASOBRE ENERGÍA Y CLIMA

ENERGÍA Y CLIMA

ALBERTO PALOMAR

1.Contexto general

2.Vinculación de la energía con el cambio climático

3.La Mesa redonda: problemas diversos, enfoques diferentes en un marco común

REALIDAD Y PERSPECTIVAS DEL MERCADO EUROPEO DE DERECHOS DE EMISIÓN

BLANCA LOZANO

I.Introducción. La “ambición climática” de la Unión Europea

II.Concepto y regulación del régimen de comercio de derechos de emisión

III.Ámbito de aplicación del mercado europeo de derechos de emisión

IV.Como funciona el mercado europeo de derechos de emisión

V.Eficacia, problemas y perspectivas del régimen de derechos de emisión de la Unión Europea

Nota bibliográfica

PROMOCIÓN DE PROYECTOS DE ENERGÍAS RENOVABLES

JULIO CASTRO

1)Principales motores del crecimiento de la cartera

2)Principales motores de competitividad

3)Entorno regulatorio

4)Route to Market

5)Innovación

REALISMO CLIMÁTICO

ANA PALACIO

MESA REDONDASOBRE FINANZAS SOSTENIBLES

FINANZAS SOSTENIBLES

ANTONIO J. NAVARRO

1.El reto de la economía

2.Un ejemplo del compromiso de la actividad económica con los valores ambientales

3.La Mesa sobre el desarrollo económico sostenible

LAS FINANZAS SOSTENIBLES COMO PALANCA CLAVE DE MOVILIZACIÓN DE RECURSOS HACIA LA TRANSICIÓN VERDE

ÍÑIGO FERNÁNDEZ DE MESA

1.Introducción: el reto de la sostenibilidad

2.La aceleración del desarrollo de las finanzas sostenibles en datos

3.Finanzas sostenibles y cambio climático

3.1.Financiación directa de proyectos de inversión sostenible: bonos verdes y otros instrumentos

3.2.La Inversión Socialmente Responsable

4.El relevante papel del sector bancario en el desarrollo de las finanzas sostenibles

5.El liderazgo de la Unión Europea en finanzas sostenibles

6.Conclusión

FINANZAS SOSTENIBLES, UN LARGO CAMINO POR RECORRER

JOSÉ LUIS JIMÉNEZ

FINANZAS SOSTENIBLES: POSICIONAMIENTO Y RETOS DEL SECTOR BANCARIO

BANCO SABADELL

El ámbito global de la sostenibilidad y retos para el sector bancario

El foco de los bancos en los factores medioambientales

Exposición del sector bancario a los riesgos climáticos

Marco normativo y tsunami regulatorio de los próximos años

El reto de los datos ESG

El reto para los bancos del stress test climático del Banco CentralEuropeo de 2022

Las finanzas sostenibles y el proyecto de integración europeo:Green Capital Markets Union

El cambio climático en la política monetaria del Banco CentralEuropeo

Dinámicas actuales de la financiación bajo criterios ESG y perspectivas

Bonos

El mercado de deuda ESG está creciendo de forma exponencial en un contexto en el que el interés inversor se mantiene elevado

Préstamos

Los préstamos ESG han crecido significativamente en los últimos años

En 2021 los préstamos vinculados a sostenibilidad han superado a los verdes en España

Perspectivas

Las finanzas sostenibles en Banco Sabadell

Bibliografía

MESA REDONDASOBRE RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA

RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA

ROSA VIDAL

1.Ubicación del tema: el papel de las instituciones comunitarias

2.El Reglamento UE 2021/241, del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establece el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia

3.La Mesa Redonda

RECUPERACIÓN, RESILIENCIA Y CRECIMIENTO VERDE

EVA CHAMIZO

Conclusiones

LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA EN EL MECANISMO DE RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA

ENRIQUE VERDEGUER

¿Por qué es clave la transición ecológica en el RRF?

¿Cuáles son los principales retos que van a tener que afrontarse?

El Plan español y la transición ecológica

RECUPERACIÓN Y RESILIENCIA: EFECTOS SOBRE LA COMPETENCIA DEL PLAN DE RECUPERACIÓN

MIGUEL ÁNGEL LASHERAS

Introducción

La experiencia europea sobre gobernanza y mercado interior

Efectos de los planes de reconversión sobre la defensa de la competencia en el ámbito de la UE

Efectos del pacto verde sobre el diseño y funcionamiento del mercado interior de la energía

Regulación de redes energéticas y planes de reconstrucción y resiliciencia

Conclusiones

CLAUSURA

HUGO MORÁN

SEGUNDA PARTELEGISLACIÓN AMBIENTAL

REFLEXIONES SOBRE LA LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO Y TRANSICIÓN ENERGÉTICA

FRANCISCO RUIZ RISUEÑO

1.Introducción

2.Sobre los objetivos que se persiguen con el proyecto

3.Sobre los actuaciones y medidas previstas para conseguir los objetivos referenciados

a)Medidas para la reducción de emisiones tóxicas

b)Medidas para la implantación de fuentes de energía renovables (transición energética)

c)Medidas para la adaptación al cambio climático

d)Medidas para una transición justa

e)Medidas consistentes en la dotación de recursos para el cumplimiento de los objetivos perseguidos

f)Medidas educativas y de investigación e innovación

g)Medidas de gobernanza y participación pública.

4.Sobre la frecuente remisión a la posterior actividad normativa del gobierno y al ejercicio de la potestad reglamentaria

5.Sobre la posible dispersión legislativa que el proyecto propicio

6.Sobre la importancia de la contratación pública en la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático

7.Consideración final

EPÍLOGO: EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

ANDRÉS CAMPAÑA

1.Introducción. El marco internacional y europeo

2.La Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética. Planteamiento

3.Objetivos de penetración renovable. Punto de partida

4.Medidas de fomento de las energías renovables

4.1.Subastas para la asignación de un régimen retributivo específico

4.2.Hibridación de instalaciones renovables

4.3.Otras medidas de fomento de las renovables

5.Consecuencias y oportunidades de la descarbonización

5.1.Los riesgos en la seguridad de suministro. El mercado de capacidad

5.2.La participación de los consumidores en los mercados energéticos

5.2.1.La flexibilidad de la demanda. Los agregadores independientes

5.2.2.El autoconsumo con renovables. La generación distribuida

5.2.3.Las comunidades energéticas locales

5.2.4.Opciones y señales adecuadas para el consumidor

6.El almacenamiento

7.Adaptación de las redes eléctricas al nuevo modelo

8.Los gases renovables

9.Igualdad de condiciones de las distintas fuentes de energía. La competencia entre ellas

10.Conclusiones

Prólogo

I. CONTEXTO GENERAL

La sociedad mundial se encuentra en una profunda transformación, probablemente, la más aguda y rápida que se lleva vivida desde la revolución industrial. Con vocación de síntesis podríamos indicar que esta transformación tiene dos grandes ejes: la tecnología y el medio ambiente.

La transformación tecnológica se caracteriza esencial por su rapidez y por su intensidad. Muchas cosas cambian sus pautas de actuación y lo hacen con una rapidez e inmediatez que no habíamos ni imaginado.

Pero, sin duda, es el otro eje –el del medio ambiente– el que cuesta más explicar. La sociedad había asumido unos hábitos en los que la concienciación sobre la incidencia en relación con el legado generacional no formaba parte de los valores de aplicación ni de los valores reinantes.

De alguna forma podríamos decir que el ritmo de la historia ha puesto más énfasis en el crecimiento y en el desarrollo que en los efectos del mismo sobre el hábitat en el que se producía esta actividad desenfrenada.

Es cierto, sin embargo, que la sociedad moderna se ha visto paulatinamente comprometida con las repercusiones del crecimiento, pero, también, con las de los propios hábitos de consumo o de actuación. El medio ambiente ha pasado de la macroestructura a lo cotidiano, a lo humano, al quehacer de cada día no de quienes realizan una actividad económica sino de los hábitos y las pautas más comunes de los ciudadanos.

El alcance de esta transformación está por definirse en su configuración y, especialmente, en su intensidad. Lo que es evidente es que la concienciación social existe, forma parte de los programas políticos de cualquier nivel público y, sobre todo, se ha proyectado sobre la realidad económica y social de una forma que, claramente, es irreversible. En este tema, como en otros, se hace buena la frase de Lao Tsé cuando decía aquello de “no hay que ir para atrás ni para darse impulso”.

II. EL DERECHO, LOS JURISTAS, LA SOCIEDAD Y SUS EXIGENCIAS

Un reto como el que estamos planteando es de tal calibre que necesita el esfuerzo y el impulso de la sociedad en su conjunto. Más allá de esta obviedad es lo cierto que la ordenación social de la vida humana para la realización de la justicia que servía de definición del Derecho a Angel Latorre está, igualmente, en un proceso de transformación sin precedentes.

La transformación no es sólo el cambio de leyes. No es la sustitución de unas por otras. La esencia del Derecho es llevar a la realidad la transformación impuesta por la nueva ordenación. Es notorio el déficit ejecutivo de muchas normas en nuestro país. La tentación de transformar la realidad únicamente desde el cambio normativo es una tentación que a estas alturas se nos ofrece insuficiente para la satisfacción de las necesidades sociales. Las normas están llamadas a transformar la realidad, pero es la ejecución de las mismas la que produce esa transformación que se ampara en el principio democrático de la sustitución de los marcos legales.

Pero, al margen de esto, en el ámbito de la protección ambiental pronto nos hemos dado cuenta de la insuficiencia del modelo territorial normativo como palanca del cambio. La afección al medio ambiente no se para en la frontera ni responde únicamente a criterios territoriales. Esto ha obligado a un esfuerzo de internalización del problema, de concienciación colectiva y de reglas comunes con las que sumar los esfuerzos en una misma dirección.

Adicionalmente, la propia técnica legislativa y reguladora se ha transformado. Muchos mandatos, prohibiciones y determinaciones solo son reconocibles a partir de la asunción de estándares de medición o de control o, incluso, de valoración que soportan las denominadas “mejores soluciones técnicas disponibles”.

Estos cambios transforman la labor del jurista. Nos están “abriendo la mente”. Nos lleva a colaborar con otros profesionales a asumir sus planteamientos a intercambiar esquemas de operatividad funcional para que todos podamos cumplir nuestra labor. Esta labor es apasionante, uno más de los retos para los abogados y para los profesionales. También aquí podríamos volver al principio y decir que en plena sintonía con la transformación tecnológica. Ambos ejes nuclean nuestra necesidad de adaptación y transformación.

III. LA VISIÓN DESDE BROSETA

En el marco que, sucintamente, acaba de definirse, se sitúa la iniciativa que ahora presentamos y que es consecuencia del esfuerzo y de la imaginación de la Firma. BROSETA trata de ser una firma con vocación de inserción social. Los problemas de la sociedad son los nuestros no solo como profesionales sino como opción personal. Esto nos lleva a estar atentos a los cambios y las transformaciones sociales y a intentar estar en el conjunto de los debates que van nucleando esta transformación.

Queremos ser parte de los problemas sociales, queremos estar en los debates, tener opinión contribuir a modular las opciones sociales. Lo que ocurre en la sociedad es, por propia convicción, un elemento que nuclea nuestra actividad profesional. Tenemos que ser capaces de dar a nuestros clientes y a la sociedad una visión clara de lo que pensamos, de lo que hacemos, del contexto, de las formas y los medios de funcionalidad social.

En este contexto, con una plantilla muy joven, con muchos profesionales que han interiorizado en su vida y en su comportamiento el factor ecológico, creíamos importante ser capaces de vertebrar el pensamiento y ofrecer una línea de posición y contenido en el ámbito del medio ambiente y el cambio climático.

La iniciativa fue a recaer en uno de nuestros profesionales más veteranos y, por tanto, más comprensivo con los problemas sociales. Su comprensión y su altura de miras llevó a Francisco Ruiz Ruiseño a organizar y coordinar una Jornadas sobre el Cambio Climático poco antes de que entrara en vigor la normativa legal del mismo tenor. De aquellas jornadas esta obra que resume y amplia con algunas aportaciones adicionales, la reflexión que se hizo.

La organización de Paco nos ha permitido contar con ilustres personalidades de la vida social española. Exministros, catedráticos, altos directivos de empresas y del sector han compartido, con algunos de nuestros socios, unas jornadas ciertamente interesantes sobre aspectos que tienen que ver con la ordenación jurídica, la convivencia con el desarrollo y el crecimiento económico y los proyectos de resiliencia que tanto preocupan en este momento y que forman parte del compromiso europeo para salir conjuntamente de la crisis. El medio ambiente es una de las líneas estratégicas de estos Proyectos y, desde luego, de nuestra reflexión.

En nombre de todos cuantos componen BROSETA nuestra gratitud a quienes aceptaron las invitaciones, asistieron a las sesiones y asumieron, adicionalmente, el compromiso de escribir sus ponencias para esta publicación. Nuestra gratitud y nuestro reconocimiento porque nos sitúan ante un fuerte compromiso de bilateralidad con quienes lo son todo en el liderazgo social y han aceptado una obligación tan específica como esta. Este compromiso es especialmente ilusionante porque permite comprobar cómo la inquietud, la presencia y el debate son factores que acaban nucleando las relaciones sociales. Haber sido el cauce para que esto ocurra es motivo de orgullo y, sobre todo, de agradecimiento. Gracias a todos por la atención, el compromiso, la disponibilidad y el trabajo.

Esta Obra es, por tanto, fruto de un trabajo intenso en la celebración de las Jornadas, el seguimiento de las mismas y en su articulación como una publicación sistemática y ordinamentalmente ligada a aquellas.

A partir de aquí, y como conclusión, me gustaría indicar que esta iniciativa (algunas otras del mismo tenor en las que hemos participado) son, igualmente, parte del compromiso de BROSETA con la sociedad y con los profesionales de la abogacía. Queremos estar, queremos tener opinión y queremos ser cauce de los debates con pluralidad, intereses contrapuestos, y aproximaciones diferentes. Así es la forma en la que entendemos que debemos ejercer la profesión, desde el respeto y la máxima presencia y dedicación.

Manuel Broseta

Presidente de BROSETA

PRIMERA PARTE

Ciclo de conferencias “el cambio climático, una oportunidad de futuro: qué hacer, por qué y cómo”

Los desafíos del cambio climático a nivel global y de la Unión Europea

Miguel Arias Cañete

Ex Comisario europeo de Acción por el Clima y la Energía y ex Ministro deAgricultura, Alimentación y Medio Ambiente

I. INTRODUCCIÓN

Quisiera en primer lugar mostrar mi agradecimiento a la firma BROSETA por haberme invitado a participar en el Ciclo de Conferencias que han organizado sobre el Cambio Climático y en particular a su presidente Don Manuel Broseta.

Estructuraré mi ponencia en cuatro grandes bloques:

El primero tratará sobre que es el cambio climático y cuáles son sus causas.

En segundo lugar, abordaré el proceso que ha seguido a nivel global la forma de afrontar el problema del cambio climático.

Pasaré a relatar en tercer lugar la evolución de las políticas climáticas en la Unión Europea.

Y finalizaré con el análisis específico de la situación a día de hoy de la lucha contra el cambio climático en las grandes economías mundiales y en particular en la Unión Europea y trataré de transmitirles cual podría ser el impacto de las mismas en el horizonte 2050.

II. ¿QUÉ ES EN REALIDAD EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Cuando hablamos del clima tenemos que diferenciarlo del tiempo meteorológico. Se habla de tiempo meteorológico cuando nos referimos a las condiciones meteorológicas en un momento concreto

Hablamos de clima cuando nos referimos a las condiciones que son habituales en un lugar determinado, decimos que el clima de este o aquel lugar es frío, o cálido, que es húmedo o seco. A diferencia del tiempo el clima suele ser menos variable.

El clima sin embargo también cambia y a lo largo de la historia de nuestro planeta, la Tierra, ha sufrido cambios muy importantes por causas naturales. Las glaciaciones, han sido periodos de larga duración en el cual baja la temperatura global y da como resultado una expansión del hielo continental de los casquetes polares y los glaciares.

Hemos tenido periodos de glaciación, seguidos de periodos de calentamiento a lo largo de la historia de la humanidad. El clima cambiaba, y los cambios eran importantes, tenían lugar en periodos de tiempo muy largos (la primera glaciación, conocida como Huroniana tuvo una duración de 300 millones de años) y eran debidos a causas naturales.

Pero yo querría llamar su atención sobre un extremo muy importante; el actual cambio climático es diferente a cambios anteriores diferente por dos motivos fundamentales: por la causa del cambio y por la velocidad a que este cambio se está produciendo.

Sobre la causa la doctrina científica es hoy prácticamente unánime al decir que es antropogénica, es decir que se debe a la actividad del hombre que ha dado lugar a emisiones descomunales de los llamados gases de efecto invernadero. Dentro de estos los principales son el vapor de agua (H20) el dióxido de carbono (CO2) el óxido nitroso (NO2),el metano (CH4) y el ozono (O3).

A nivel mundial el Dióxido de carbono supone un 81% de las emisiones globales de gas de efecto invernadero, Le sigue el metano con un 11%, el óxido nitroso con un 5% y los hidrofluocarburos con un 2%

En la UE los sectores que emiten esos gases son la Energía (80,7%) la agricultura 8,72%, los procesos industriales (7,82%) y la gestión de residuos un 2,75%)

Se conoce como efecto invernadero a un fenómeno atmosférico que se produce cuando la radiación térmica (calor) de la superficie de la Tierra, que comúnmente es emitida hacia el espacio se encuentra, en cambio retenida, por los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera por la contaminación del aire. Esto ocasiona un incremento de la temperatura planetaria, ya que el calor no logra escapar, como pasa en un invernadero.

Si en la atmosfera no hubiese ninguno de estos gases la temperatura promedio del planeta sería de 18 grados centígrados bajo cero y nuestro planeta se volvería inhabitable.

Si existe un exceso de gases de efecto invernadero la cantidad de calor que recibe la atmósfera es superior a la cantidad que logra dispersar al espacio exterior produciendo un aumento progresivo de la temperatura global que puede llegar a ser enormemente dañino.

La emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero se aceleró radicalmente con la revolución industrial y el uso creciente de combustibles fósiles como el carbón el petróleo y el gas natural.

El segundo factor diferencial del cambio climático que estamos viviendo es su velocidad, el actual cambio climático está ocurriendo muy rápidamente, lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones.

El cambio del clima no es una ficción ni una entelequia, su impacto se puede apreciar en todo el planeta a través del ascenso de las temperaturas medias, el aumento del nivel del mar y el deshielo en los casquetes polares o el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. (Filomena).

El mundo está compuesto por 195 países, en todos ellos se producen emisiones de gases de efecto invernadero, pero sólo unos pocos países son responsables de lanzar a la atmósfera alrededor del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Son cinco los principales países o regiones que más emiten gases de efecto invernadero:

– China ocupa el primer lugar del ranking (26,8%) y además sus emisiones seguirán creciendo hasta el año 2030 en el que deberán tocar techo.

– Estados Unidos es el segundo país emisor (13,1%) y sus emisiones no se vienen reduciendo por la falta de estabilidad de sus políticas energéticas y climáticas que cambian en función de los resultados de las elecciones presidenciales.

– La Unión Europea y sus 28 Estados miembros serían los terceros (9%) si bien han venido reduciendo sus emisiones desde el año 1990 de modo continuado.

– India (7%) sería la cuarta y los compromisos de reducción sus emisiones son muy reducidas para un país que tiene en crecimiento demográfico tal que en pocos años le llevarán a ser el país más poblado del planeta delante de China. (India 1.356 millones de habitantes un 17,61% de la población mundial) 37 millones menos que China en la actualidad, pero con tasas de natalidad muy superiores.

– Rusia cierra el quinteto con un 4,6%

Estos cinco países, conjuntamente, suponen más del 60 % de las emisiones globales.

Además de este top de países hay que destacar que el G20 las principales potencias económicas el mundo emiten alrededor del 78% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

España es uno de los siete países con más emisiones de la UE con un 5%, delante de España esta Alemania (un 16,2%) Reino Unido (14,8%), Polonia (13,4%), Francia (10,5%) e Italia (7%).

Actualmente hay un reconocimiento a nivel global de que el cambio climático es uno de los grandes desafíos, si no el mayor, a los que la humanidad se va a ver enfrentada a lo largo del Siglo XXI, pero esta percepción no ha sido siempre un tema pacífico y universalmente compartido. Sólo a finales del siglo XX la humanidad empezó a dimensionar el problema y a poner en marcha los instrumentos necesarios para hacerle frente.

Hoy las cosas han cambiado y los ciudadanos, en la inmensa mayoría de los países del mundo, están concienciados sobre este problema.

En la Unión Europea, según el último euro barómetro realizado a finales del 2019, el 93% de los ciudadanos considera que el cambio climático es un problema grave y el 70% que es muy grave.

Cuando se les pregunta cuál es el problema más importante a escala global al que debe enfrentarse la humanidad un, 23% de los europeos consideran que es el cambio climático, sólo superado por la necesidad de erradicar la pobreza, el hambre y la falta de acceso al agua potable que un 27% de los europeos consideran que es lo más importante (el terrorismo y la situación económica seguían a continuación con porcentajes significativamente más bajos).

En el caso de España es curioso que un 97% de los ciudadanos considera el cambio climático como un problema muy grave, porcentaje muy superior a la media europea que es del 70 por ciento.

Sin embargo, preguntados sobre cuál sea el problema más importante a que debe enfrentarse la humanidad solo el 18% de los encuestados considera el cambio climático como el más importante (En la UE es del 23%). Al igual que el resto de los europeos los españoles consideran que la pobreza, el hambre y la falta de agua potable constituye el problema mun-dial más importante.

Por lo tanto, el cambio climático es una cuestión importante o muy importante en la Unión Europea y en España e incluso para un porcentaje significativo de los ciudadanos la cuestión más importante a la que debe enfrentarse la humanidad.

III. EL PROCESO SEGUIDO A NIVEL GLOBAL PARA AFRONTAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Pasaré al segundo bloque de mi intervención dedicado al proceso que ha seguido a nivel global la forma de afrontar el problema del cambio climático.

El cambio climático es un fenómeno global que afecta al conjunto del planeta y no conoce fronteras. El calentamiento se produce en todo el planeta y no importa donde se hayan emitido los gases de efecto invernadero a diferencia de otros problemas medioambientales que los padece quien los origina. Por ello es necesario actuar de forma concertada a escala internacional.

Esa reacción concertada ha tardado mucho en producirse. Durante mucho tiempo la doctrina científica estuvo muy dividida en torno al cambio climático, había científicos negacionistas tanto de la existencia de un fenómeno de calentamiento global como de la actividad del hombre como causa determinante del calentamiento, los enormes intereses en juego determinaban la existencia de lobbies muy poderosos que actuaban en este campo.

Y otros, la gran mayoría, alertaban sobre la gravedad del fenómeno, su carácter antropogénico y la necesidad de poner en marcha, a escala global procesos de reducción de emisiones.

En 1988 dos organizaciones de Naciones Unidas (la Organización Meteorológica mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para superar este problema establecieron en 1988 en su seno el Grupo intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, más conocido por su acrónimo en inglés como IPCC, Intergovernamental Panel on Climate Change, una organización intergubernamental cuya misión es facilitar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático, sus causas, posibles repercusiones y estrategias y proporcionar una información objetiva, clara, equilibrada y neutral sobre el cambio climático a los responsables políticos otros sectores interesados.

El IPCC no realiza investigación primaria, ni monitoriza el clima o fenómenos asociados. En su lugar evalúa la literatura publicada, incluidas las fuentes revisadas por pares y las que no. Miles de científicos y otros expertos contribuyen de modo voluntario escribiendo y revisando informes, que son a su vez revisados por representantes de todos los gobiernos.

El IPCC es una autoridad internacionalmente acreditada respecto al cambio climático y elabora informes que gozan del acuerdo de los científicos destacados y el consenso de los gobiernos participantes.

Publicó su primer informe en el año 1990 donde ya alertaba de que las emisiones producidas por la actividad humana aumentaban sustancialmente las concentraciones atmosféricas de los gases que producen efecto invernadero potenciando el efecto invernadero natural lo que daría lugar a un calentamiento adicional de la Tierra y apelaba a que se iniciaran las negociaciones internacionales para lograr un convenio que sirviera de marco de trabajo.

En 1992, países de todo el mundo adoptaron un gran acuerdo con el objetivo de “evitar interferencias peligrosas en el sistema climático ‘Era la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático’. Este acuerdo no aclaraba cuales deberían ser los objetivos a alcanzar ni como se repartirían los esfuerzos para frenar el cambio climático y adaptarse a sus consecuencias.

Por ese motivo, durante las décadas posteriores, sus firmantes, conocidos en el lenguaje jurídico como las ‘Partes’ de la Convención” se embarcaron en unas negociaciones largas y complejas dirigidas a concretar objetivos y compromisos específicos para lograr los objetivos últimos establecidos.

Las decisiones relativas a la Convención se toman en las “Conferencias de las partes” más conocidas por sus siglas en inglés: COPs. la COP1 se reunió en Berlín y la última, la COP25, se reunió en Madrid. Yo he participado en siete de estas Conferencias, tres al frente de la delegación española y cuatro al frente de la delegación de la Unión Europea y sus estados miembros.

Tres años después de que la Convención se aprobase el IPCC publicó su Segundo Informe de Evaluación en el que concluía que el clima ya había comenzado a cambiar a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Dando respuesta a este informe, los gobiernos acordaron incorporar una adición a la Convención, conocida con el nombre de Protocolo de Kioto, que establecía, por vez primera, objetivos de reducción netas de gases de efecto invernadero para los países desarrollados y economías de transición. El protocolo se adoptó en 1997 pero no entró en vigor hasta el año 2005. Bajo Kioto los países industrializados deberían reducir sus emisiones, al menos un 5% por debajo de los niveles de 1990, en el periodo 2008 2012.

La ambición del Protocolo de Kioto era muy limitada, no sólo por los reducidos porcentajes de reducción de emisiones acordados, sino, además, por el hecho de que sólo los países desarrollados asumían objetivos vinculantes.

Incluso, en el segundo periodo del Protocolo, tras el acuerdo plasmado en la llamada “Enmienda de Doha” en el año 2012, que dio lugar a la puesta en marcha de nuevos compromisos de reducción de emisiones hasta el 31 de diciembre de 2020, la ambición de los países desarrollados seguía siendo muy limitada. Los Estados Unidos de América no ratificaron Kioto, Canadá se retiró del Protocolo al final del primer periodo, y Japón, Nueva Zelanda y Rusia manifestaron que no asumirían nuevos compromisos vinculantes en esta segunda fase.

Sólo 37 países, que juntos eran responsables tan sólo de un 13 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, asumieron nuevos compromisos vinculantes de reducirlas, entre ellos, la Unión Europea y sus 28 Estados Miembros.

A Kioto, tras varias Conferencias de las partes con escasos progresos, le sucedió el Acuerdo de Paris acordado en la COP 21. Es el primer acuerdo climático multilateral vinculante de la historia.

En París entre otras muchas cosas se acordaron tres grandes objetivos:

1. Mantener el aumento global de la temperatura por debajo de los dos grados centígrados. Y realizar esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados.

2. Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático.

3. Orientar los flujos financieros para lograr un desarrollo resiliente al clima y de bajas emisiones.

Ha habido por lo tanto acción a nivel internacional para luchar contra el calentamiento del planeta a nivel global, pero las acciones y objetivos actuales son insuficientes para frenar el calentamiento global.

Para lograr estos objetivos, en el Marco del Acuerdo de París, las Partes de la Convención adoptaron compromisos de mitigación por medio de las llamadas “Contribuciones Previstas y Determinadas a nivel nacional” que proporcionan información sobre el nivel de ambición nacional en la reducción de gases de efecto invernadero, su horizonte de trabajo, estrategia de implementación, mecanismos de monitoreo e información cuantificada sobre mitigación.

En un reciente informe independiente titulado “La verdad sobre los compromisos climáticos”, se analizaron los compromisos de reducción presentados por 184 países en el Marco del Acuerdo de París.

El estudio señala que un 75% de los compromisos climáticos presentados son insuficientes total o parcialmente para alcanzar una reducción de emisiones del 50% en 2030.

De los 184 compromisos presentados solo 36 de ellos (un 20% del total) fueron considerados como suficientes, 12 (un 6%) como parcialmente suficientes, 8 parcialmente insuficientes y 128 (un 70%) claramente insuficientes, 130 países incluyendo cuatro de los cinco mayores emisores, con sus actuales compromisos tienen contribuciones insuficientes para conseguir el porcentaje de reducir sus emisiones un 50% en 2030 necesario para limitar el calentamiento global a un grado y medio sobre los niveles industriales objetivo de temperatura establecido en el Acuerdo de París. El informe destaca que la UE está en la senda de reducir sus emisiones por encima de dicho 50% (un 58% estima).

El Grupo Intergubernamental de expertos en materia de cambio climático, en Octubre de 2018, en su informe especial “sobre los impactos del calentamiento global de 1,5.° centígrado con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza” advertían a la comunidad global sobre los siguientes extremos:

– Que el calentamiento global ya ha alcanzado un grado centígrado sobre los niveles preindustriales y que un incremento de un grado centígrado y medio sobre los niveles preindustriales es muy verosímil que se alcance antes del año 2050 dados los actuales ritmos de calentamiento.

– Que las actuales contribuciones, previstas y determinadas nacionalmente, formuladas bajo el Acuerdo de París. sólo conducían a trayectorias hacia un calentamiento global de tres grados centígrados, claramente incompatible con los objetivos del Acuerdo de París.

– Que limitar el calentamiento global muy por debajo de dos grados centígrados requeriría tener un balance neto de cero emisiones de CO2 alrededor del año 2070 y un balance neto de cero emisiones de todos los gases de efecto invernadero al final de este siglo, mientras que limitar el calentamiento global a un grado centígrado y medio sería posible si se lograra a nivel global un balance neto de cero emisiones de CO2 en el año 2050 y un balance neto de todos los gases de efecto invernadero (neutralidad climática) alrededor del año 2070.

IV. LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS CLIMÁTICAS EN LA UNIÓN EUROPEA

La Unión Europea siempre ha estado a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático.

Cuando en la primera fase del Protocolo de Kioto se establecía para el periodo 2008-2012 un objetivo de reducción de gases de efecto invernadero del 5% respecto de los niveles de 1990 para los países desarrollados., la UE y sus estados miembros se comprometieron a reducirlas en un 8%.

Los líderes europeos acordaron en el año 2007, antes de que entrara en vigor la segunda fase del Protocolo de Kioto (2013–2020) tras la enmienda de Doha, un compromiso unilateral de conseguir al menos un 20% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 comparadas con las del año 1990, e incluso se mostraron dispuestos a que el porcentaje de reducción de emisiones alcanzase el 30% si otros países desarrollados pusieran en marcha reducciones de emisiones similares.

La UE ha cumplido sus compromisos de Kioto y sus emisiones de gases desde 1990 a 2019 las emisiones se han reducido un 25% y lo mejor es que en el mismo periodo el crecimiento económico en la UE ha alcanzado el 62%.

Pero los compromisos a nivel mundial seguían siendo insuficientes y por ello la Unión Europea, en el Consejo Europeo de octubre de 2014, instó a todos los países del mundo a presentar objetivos y políticas ambiciosas con vistas a la 21.ª Conferencia de las Partes que debía celebrarse en 2015 en París.

Predicando con el ejemplo, el Consejo Europeo además estableció el marco de actuación de la Unión Europea en materia de clima y energía hasta el año 2030.

Así, el Consejo Europeo refrendó el objetivo vinculante de la Unión Europea de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero por lo menos en un 40% para 2030 con respecto a los valores de 1990, porcentaje de reducción que debía conseguirse sobre la base de reducir las emisiones en los sectores sujetos al régimen de comercio de emisión en un 43% en comparación a 2005; sectores integrados por más de 11.000 grandes instalaciones de la UE, sobre todo las generadoras de electricidad y calor, la gran industria manufacturera y cerca de 500 aerolíneas en sus vuelos intracomunitarios; y en un 30% también respecto a 2005 las emisiones de los sectores no sujetos a dicho régimen los llamados sectores difusos que incluyen el transporte por carretera, la calefacción de edificios particulares y empresariales, la mediana y pequeña industria, la agricultura y las instalaciones de gestión de residuos.

Este objetivo se convirtió en la base de la Contribución Prevista y deter-minada a nivel nacional que la Unión Europea presentaría en el marco del Acuerdo de París.

Además del objetivo de reducción de emisiones, el Consejo Europeo adoptó otros tres grandes objetivos para el sector energético:

– El objetivo vinculante, a escala de la Unión Europea, de que la cuota de energías renovables dentro del consumo total de energía de la UE en 2030 fuera como mínimo del 27%.

– Un objetivo indicativo, a escala también de la Unión Europea, consistente en que la eficiencia energética mejorase en un 27% en 2030 con respecto a las previsiones de consumo energético futuro sobre la base de los criterios actuales.

– Y un último objetivo consistente en la realización del mercado interior de la energía alcanzando el objetivo existente de interconexión eléctrica del 10% y conectando las islas energéticas en particular los Estados del Báltico y la Península Ibérica.

Con estos compromisos la Unión Europea llegó con una gran credibilidad a la negociación del Acuerdo de París.

Además de ello, la Unión Europea, puso en marcha toda la compleja normativa necesaria para poner en marcha políticas ambiciosas y efectivas en materia climática y energética para alcanzar estos objetivos. La elaboración de las propuestas necesarias y la negociación de las mismas con los Estados Miembros y el Parlamento Europeo, hasta su aprobación definitiva, ocupó gran parte del tiempo de mi mandato como comisario europeo encargado de la Energía y la Acción por el Clima.

Con esta legislación, si fuera totalmente implementada y se consiguieran alcanzar los objetivos de un 32% de energía renovable y del 32,5% de eficiencia energética, (objetivos superiores a los propuestos por el Consejo Europeo y que fueron establecidos tras las negociaciones de las propuestas con el Parlamento Europeo) la reducción de emisiones en 2030 sería del 45, 5% respecto de los niveles de 1990 sin incluir las absorciones de gases de efecto invernadero resultantes del uso de la tierra y la silvicultura y de un 47% incluyéndolas.

Pero, aunque los objetivos de la UE eran ambiciosos comparados con otros países, y singularmente con los de las grandes economías mundiales, seguían siendo insuficientes también en la Unión Europea para alcanzar los objetivos climáticos de París.

Consciente de la necesidad de poner en marcha las acciones requeridas por la ciencia para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, la Comisión Europea lanzó a debate a final del año 2018 la idea de alcanzar la neutralidad climática (el balance de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero) en el año 2050.

Los Jefes de Estado y de Gobierno lo discutieron en varios Consejos Europeos y el Consejo respaldó finalmente en diciembre de 2019 el objetivo de alcanzar una Unión Europea climáticamente neutra de ahora a 2050 con la salvedad de Polonia que no podía comprometeré a aplicar tal objetivo.

Para alcanzar ese objetivo la nueva Comisión ha lanzado el Pacto Verde Europeo y la Ley del Clima Europea. para consagrar en la legislación el objetivo de neutralidad climática en 2050 y asegurar que todas las políticas de la Unión Europea contribuyan al objetivo de neutralidad climática y que todos los sectores desempeñen el papel que les corresponde para alcanzar tal objetivo.

Para ello, además, la Comisión Europea propuso, en septiembre de 2020. en una comunicación titulada “Aumentando la ambición climática en Europa en 2030” que en la Ley del Clima Europea el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero se estableciera en al menos un 55% respecto de las emisiones de 1990.

Esta propuesta de un nuevo objetivo vinculante fue refrendada por el Consejo Europeo de 11 y 12 de diciembre de 2020. El Parlamento europeo ha ido todavía más allá. Y en el marco de sus debates sobre la Ley Europea sobre el Clima, ha votado a favor de que el objetivo de reducción de emisiones se eleve al 60% como mínimo por una estrecha mayoría 352 votos a favor (socialistas, verdes y liberales) y 326 en contra (Partido Popular Europeo y otros). En muy corto plazo deberán concluirse las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento para lograr un acuerdo sobre la ambición climática futura de la UE plasmada en la Ley Europea sobre el clima.

Este nuevo objetivo de reducción de emisiones requiere revisar toda la legislación climática y energética de la Unión Europea. La Comisión Europea está revisando la legislación vigente y presentará en junio de 2021 las propuestas necesarias para posibilitar el cumplimiento de los nuevos objetivos para 2030.

El objetivo es muy ambicioso, posible de alcanzar, pero requerirá grandes esfuerzos e inversiones públicas y privadas.

En el periodo 2021-2030 la Unión Europea tendrá que invertir anualmente 350.000 millones de euros más que en el periodo 2011-2020, lo que supone un aumento de 90.000 millones de euros al año en comparación con las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos actuales en materia de energía y clima para 2030.

La participación de las renovables en el consumo final de energía, para alcanzar el 55% de reducción de emisiones debería estar situada entre el 38 y el 40%, porcentaje que es mucho más alto que los niveles actuales tanto del objetivo actual del 32% como de los niveles estimados en la evaluación de los planes nacionales.

Conseguir alcanzar el 55% de reducción de emisiones significa, además, poner en marcha esfuerzos de eficiencia energética adicionales que permitan alcanzar en 2030 ahorros de entre 36 y 37% en el consumo pri-mario de energía y del 39 al 41% en el consumo final.

V. LA SITUACIÓN DE LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS GRANDES ECONOMÍAS MUNDIALES

En la Unión Europea, como antes he destacado, está ya en vigor toda la legislación necesaria para alcanzar en 2030 el compromiso de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 40% respecto de los niveles de 1990 y los objetivos tanto de que la cuota de energías renovables en el consumo final bruto de energía de la UE alcanzara el 32% en 2030, objetivo de carácter vinculante, como el objetivo indicativo de que la eficiencia energética mejorase un 32,5% en 2030 con respecto a las previsiones de consumo energético futuro sobre la base de los criterios actuales.

Para ello los estados miembros han presentado Planes Nacionales Integrados energía y clima que han sido evaluados por la Comisión Europea llegando a la conclusión de que en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con la normativa en vigor y las medidas pre-vistas en los Planes se alcanzaría un nivel de reducciones en 2030 del 41% rebasando el objetivo actual del 40%.

En materia de energías renovables la cuota oscilaría en 2030 entre el 33,1 y el 33,7% en 2030 a escala de la Unión, superando así el objetivo en vigor de un 32% como mínimo para 2030.

En materia de eficiencia energética el panorama no es tan halagüeño y la evaluación de los Planes Nacionales arroja un claro desfase sobre el objetivo previsto de alcanzar una reducción del 32,5%, llegando apenas a un 29,7%.

A pesar de la irrupción en escena del Covid 19, las políticas climáticas y la transición energética no se han detenido en la Unión Europea. Se han elevado los objetivos de reducción de emisiones, se ha puesto en marcha el proceso para revisar el marco regulatorio de todas las políticas que deben contribuir a alcanzar los nuevos objetivos climáticos y se ha aprobado un nuevo Marco Financiero plurianual para el periodo 2021-2027 que contiene la obligación de que como mínimo el 30% del importe total del gasto del gasto con cargo Presupuesto de la Unión destine a políticas climáticas.

Además, para apoyar la recuperación tras la crisis del Covid 19 se estableció un Instrumento para la Recuperación Europea (Next Generación EU) dotado con una cuantía total de 750.000 millones de euros de los cuales 312.500 millones se destinarán a financiar con ayudas no reembolsables un programa de financiación de la recuperación y de la resiliencia económica y social a través del apoyo a las reformas e inversiones. serán desembolsados en forma de subvenciones y 360.000 millones de euros en forma de créditos reembolsables.

Respecto de este Instrumento el Consejo y el Parlamento en diciembre de 2020 llegaron a un acuerdo sobre el Instrumento de Recuperación y Resiliencia en virtud del cual no ya un 30% sino como mínimo un mínimo del 37% del gasto en inversiones y reformas contenido en cada plan nacional de recuperación y resiliencia tendría que destinarse a apoyar objetivos climáticos.

España con cargo a este Instrumento podrá recibir casi 60.000 millones de € en forma de subvenciones. Para hacernos una idea de la envergadura de estas ayudas son siete veces y medias superiores a las que España recibió en Fondos de Cohesión en el periodo 2014-2020. Y, Además, España podrá acceder a un volumen máximo de 70.000 millones de euros en préstamos.

Como pueden ver la Unión Europea ha puesto en marcha una política climática basada en objetivos muy ambiciosos, revisión de los marcos regulatorios, aprobación de un marco financiero con un porcentaje elevado de su gasto dedicado a políticas climáticas y un Plan de Recuperación que sitúa las políticas climáticas como elemento básico de los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia a las que deben destinarse como mínimo el 37% de las subvenciones o préstamos concedidos.