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El Picnic del Abecedario E-Book

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Beschreibung

¡Acompaña a todas las letras del abecedario en una aventura divertida y colorida! En "El Picnic del Abecedario: Una Aventura ABC para Niños Pequeños", cada letra trae una comida u objeto que comienza con su misma letra. Descubre cómo trabajan en equipo y celebran lo que cada una aporta al picnic especial.
Cada letra, desde la A hasta la Z, es un personaje único con una apariencia simpática y reconocible, diseñado para captar la atención de niños y niñas de entre 2 y 6 años. Este libro no solo ayuda a los pequeños a aprender las letras, sino que también enseña valores como la cooperación, la amistad y el respeto.
Con ilustraciones brillantes y un estilo visual ideal para los más pequeños, "El Picnic del Abecedario" es perfecto para aprender jugando, explorar el mundo de las letras y disfrutar de una historia encantadora.
¡Ven al picnic más divertido del abecedario!

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Veröffentlichungsjahr: 2025

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EL PICNIC DEL ABECEDARIO

Una Aventura ABC para Niños Pequeños

Giò Drive

DESCRIPCIÓN

¡Acompaña a todas las letras del abecedario en una aventura divertida y colorida! En "El Picnic del Abecedario: Una Aventura ABC para Niños Pequeños", cada letra trae una comida u objeto que comienza con su misma letra. Descubre cómo trabajan en equipo y celebran lo que cada una aporta al picnic especial.

Cada letra, desde la A hasta la Z, es un personaje único con una apariencia simpática y reconocible, diseñado para captar la atención de niños y niñas de entre 2 y 6 años. Este libro no solo ayuda a los pequeños a aprender las letras, sino que también enseña valores como la cooperación, la amistad y el respeto.

Con ilustraciones brillantes y un estilo visual ideal para los más pequeños, "El Picnic del Abecedario" es perfecto para aprender jugando, explorar el mundo de las letras y disfrutar de una historia encantadora.

¡Ven al picnic más divertido del abecedario!

ÍNDICE

 

1 Un Día Brillante de Letras

2 La Gran Llegada de la “B”

3 La Fiesta Colorida de la “C”

4 La Dulce Fiesta de la “D”

5 La Deliciosa Sorpresa de la “E”

6 La Fiesta Jugosa de la “F”

7 El Regalo Sorprendente de la “G”

8 La Helada Sorpresa de la “H”

9 La Idea Brillante de la “I”

10 La Aventura Juguetona de la “J”

11 El Divertido Desafío de la “K”

12 El Refrescante Postre de la “L”

13 La Melodía Alegre de la “M”

14 La Nueva Idea Divertida de la “N”

15 La Sorpresa Sabrosa de la “O”

16 El Postre Festivo de la “P”

17 La Pregunta Curiosa de la “Q”

18 La Gran Celebración Final

 

1Un Día Brillante de Letras

1.1 Las letras se encuentran bajo el árbol mágico

Una a una, las letras comenzaron a llegar al picnic, cada una con su propia chispa de personalidad y un regalo delicioso en sus manos. La “A” fue la primera en aparecer, trayendo manzanas frescas que hacían agua la boca. Eran rojas como rubíes y brillaban bajo el sol radiante del día. “¡Miren qué ricas son!” exclamó emocionada mientras mostraba sus jugosas manzanas a los demás.

La “B” llegó saltando de alegría, balanceándose con su cesta llena de bollos recién horneados que aún desprendían vapor humeante. “¡Hola amigos! ¡Quiero compartir estos deliciosos bollos!” gritó alegremente, provocando risas entre todos cuando sus barriguitas rugieron al unísono pidiendo comida.

A medida que las letras se reunían bajo el gran árbol frondoso, el aire se llenó de risas y emoción vibrante. La “C”, siempre creativa e ingeniosa, decidió que era hora de hacer algo especial: “¡Voy a decorar nuestro mantel con caramelos de colores!” anunció entusiasmada. Todos la animaron mientras ella comenzaba a colocar dulces brillantes por todo el mantel.

“¡Qué bonito queda!” exclamó la “C”, maravillándose al ver cómo los colores vibrantes transformaban el picnic en un lugar mágico lleno de alegría. Las letras no podían dejar de sonreír al observar cómo cada dulce hacía que todo pareciera más festivo y encantador.

De repente, apareció la “D”, danzando alrededor con una cesta repleta de donuts espolvoreados: “¡Hola a todos! ¡He traído algo delicioso para compartir!” anunció con entusiasmo desbordante. Sus ojos brillaban tanto como los donuts redonditos cubiertos de azúcar glas que llevaba consigo.

“¿Quién quiere uno?” preguntó la “D”, mientras todos corrían hacia ella emocionados por probar esos manjares tan tentadores y dulces. El aire estaba impregnado del aroma cálido y azucarado de las golosinas recién horneadas.

Cada letra compartió historias sobre lo que había traído para el picnic; algunos hablaban sobre frutas jugosas y refrescantes, otros sobre postres irresistibles o juegos divertidos planeados para esa tarde mágica llena de sorpresas.

Con cada llegada, la alegría crecía más entre ellos; sabían que este picnic prometía ser un evento espectacular donde trabajar juntos haría todo aún más especial. Era solo el comienzo de una aventura mágica donde cada letra brillaría con su propia luz resplandeciente.

1.2 La “A” trae manzanas rojas y relucientes

Con gran alegría, la “A” presentó a sus amigos un tesoro de manzanas brillantes que resplandecían bajo el sol. “¡Miren qué ricas son!” exclamó emocionada, mientras las letras se acercaban con curiosidad para probarlas. Las manzanas eran tan rojas como el sol al atardecer, con un brillo que parecía susurrar: "¡Prueba de mí!" Cada letra tomó una manzana, sintiendo la suavidad de la piel bajo sus pequeñas manos.

“¡Son deliciosas!” gritó la “E”, dando un mordisco que hizo crujir la fruta fresca. Todos comenzaron a reírse cuando escucharon el sonido alegre del bocado. La “A” se sintió orgullosa de compartir su regalo; era como si cada bocado llenara el aire con risas y alegría.

A medida que disfrutaban de las jugosas manzanas, empezaron a hablar sobre lo que traerían para el picnic. La emoción crecía en cada uno de ellos; cada letra quería sorprender a las demás con algo especial. La “B” pensaba en llevar bollos recién horneados, mientras que la “C” soñaba con decorar todo con caramelos coloridos.

“¿Y tú qué traes?” preguntó curiosa la “D”, observando cómo los ojos de todos brillaban por anticipación.

“Voy a traer donuts espolvoreados,” respondió entusiasmada la “D”. Sus palabras resonaron entre las letras como campanitas alegres llamando a más sorpresas.

“Yo quiero hacer algo diferente,” dijo entonces la “F”, pensando en fresas dulces y jugosas para complementar los sabores del picnic. Mientras tanto, todos compartían ideas locas e imaginativas sobre lo que podían aportar: desde empanadas hasta helados refrescantes.

Las letras estaban tan emocionadas por colaborar juntas que comenzaron a imaginar cómo sería ese día mágico lleno de colores y sabores variados. Con cada nueva idea surgía una ola de risas; incluso comenzó una pequeña competencia amistosa sobre quién podía pensar en el mejor plato o postre.

“Esto va a ser increíble,” murmuró felizmente la “G”, ya visualizando galletas brillantes decorando el mantel del picnic.

A medida que compartían ideas, comprendieron lo importante que era trabajar juntos para hacer este picnic inolvidable. Era solo el comienzo de una aventura mágica donde cada letra brillaría con su propia luz.

1.3 ¡Es hora de un picnic lleno de sorpresas!

Con el mantel desplegado y las letras emocionadas, llegó el instante mágico de iniciar el picnic. “¡Es hora de disfrutar!” exclamó la “A”, mientras todos se acomodaban alrededor del mantel colorido. Las letras compartieron cuentos y risas, creando un ambiente rebosante de amistad y alegría. ¡El picnic apenas comenzaba, y las sorpresas estaban por deslumbrar!

La “B” sonrió radiante al ofrecer sus bollos recién horneados. “¡Prueben estos! Son tan suaves como una nube esponjosa”, dijo, provocando que todos se relamieran los labios imaginando su sabor delicioso.

“Y no olviden mis manzanas rojas relucientes”, interrumpió la “A” con entusiasmo, mostrando sus frutas brillantes que parecían brillar bajo el sol resplandeciente. Cada letra tomó una manzana y disfrutó del crujido fresco al morderlas.

Mientras tanto, la “C” había decorado el mantel con caramelos coloridos que danzaban alegremente en la luz del día. “¡Miren qué bonito queda!” exclamó felizmente mientras colocaba dulces azules junto a galletitas amarillas crujientes.

Las risas llenaron el aire cuando la “D” apareció danzando con su cesta repleta de donuts espolvoreados: “¡Hola a todos! ¡He traído algo delicioso para compartir!” Todos corrieron hacia ella emocionados por probar esos dulces redondos.

A medida que cada letra compartía su comida especial, comenzaron a contar historias divertidas sobre cómo habían preparado sus platos favoritos. La alegría era contagiosa; cada bocado venía acompañado de carcajadas sinceras y miradas cómplices entre amigos.

De repente, la música comenzó a sonar gracias a la melodiosa voz de la “M”. Con un brillo en los ojos dijo: “¡Vamos a cantar juntos!” Y así lo hicieron; las letras se unieron en una canción alegre que resonaba entre los árboles frondosos.

“¿Quién quiere bailar?” preguntó entusiasmada la “N”, moviendo sus brazos como si estuviera invitando al viento mismo a participar en su danza mágica. Todos comenzaron a moverse al ritmo festivo mientras las luces titilantes del atardecer empezaban a aparecer entre las hojas verdes.

A medida que caía el sol, cada letra sintió una calidez especial en su corazón: sabían que este picnic no solo era sobre comida deliciosa sino también sobre crear recuerdos inolvidables juntos. El espíritu de amistad llenaba cada rincón del lugar mientras esperaban ansiosos descubrir qué más les traería esta maravillosa aventura. "Hoy hemos aprendido lo importante que es compartir", reflexionó sabiamente la "R".

2La Gran Llegada de la “B”

2.1 La “B” llega con bollos recién horneados y humeantes

Con un salto alegre, la “B” apareció en el parque, llevando una cesta rebosante de bollos recién horneados que exhalaban un aroma tan delicioso que hacía agua la boca. “¡Miren estos bollos humeantes!” exclamó, mientras sus amigos se relamían los labios, llenos de ansias por probarlos. El sol brillaba radiante sobre el césped verde, iluminando cada rincón del picnic que las letras habían preparado con tanto cariño.

Las letras se acercaron curiosas a la cesta de la “B”, cuyos ojos centelleaban como estrellas al contar su historia: “Los hice esta mañana en mi cocina mágica. Utilicé harina dorada y un toque de miel dulce para hacerlos aún más especiales.” Todos escuchaban embelesados, maravillándose de cómo la magia podía convertirse en golosinas tan ricas.

“¡Quiero uno! ¡Yo también!” gritó emocionada la “C”, saltando hacia adelante con alegría desbordante. Las risas estallaron como fuegos artificiales cuando las letras comenzaron a elegir sus bollos favoritos; algunos estaban cubiertos de chispas de chocolate brillante, otros espolvoreados con azúcar glas que parecía nieve fresca. Era un festín visual tan encantador como sabroso.

A medida que disfrutaban de los bollos calientes, las barriguitas de las letras empezaron a sonar como instrumentos musicales: "¡Rugido feliz!" rió la “D”. Todos se sumaron a esa risa contagiosa al escuchar esos sonidos divertidos provenientes de sus pancitas satisfechas. La felicidad burbujeaba entre ellos como refresco chispeante.

“Esto es lo mejor que he probado,” dijo la “E”, mordiendo su bollo favorito lleno de frutas frescas. La emoción crecía entre todas las letras; cada bocado era una explosión deliciosa que hacía sonreír hasta al más serio del grupo.

Impulsadas por el entusiasmo desbordante de la "B", otras letras comenzaron a compartir ideas sobre lo que podrían traer para enriquecer el picnic especial. La "A" sugirió manzanas caramelizadas; la "C" propuso galletitas coloridas decoradas con glaseado brillante; incluso la "F" pensó en fresas jugosas para complementar aquel banquete exquisito.

“¿Qué tal si hacemos esto todos juntos?” preguntó entusiasmada la "G". Así fue como el picnic comenzó a transformarse en algo aún más mágico: no solo sería una celebración individual sino una fiesta donde cada letra aportaría su propia chispa especial.

Bajo el gran árbol frondoso donde todo había comenzado, los corazones latían fuertes y felices porque sabían que este día sería inolvidable. El picnic apenas estaba comenzando y ya prometía ser una aventura deliciosa llena de sorpresas mágicas.

2.2 Todos ríen al ver sus barriguitas felices

Mientras saboreaban los bollos, un sonido curioso comenzó a llenar el aire: ¡los ruidos que hacían las barriguitas de las letras! Era como si cada una tuviera su propia melodía, un concierto de risitas y rugidos alegres. “¡Escuchen eso!” exclamó la “C”, riendo a carcajadas. “¡Esos son los sonidos de la felicidad!”

Las letras no pudieron contenerse y comenzaron a reír también. La “A” se sacudió con alegría, mientras la “B” saltaba emocionada alrededor del mantel. Cada uno de esos ruidos era una pequeña celebración, un recordatorio de lo mucho que estaban disfrutando juntos.

“¿Quién diría que nuestras barriguitas podrían ser tan divertidas?” preguntó la “D”, mientras todos asentían con complicidad. Las risas eran contagiosas; pronto, hasta la más seria de las letras se unió al festín sonoro. La atmósfera estaba llena de energía positiva y amor fraternal.

A medida que continuaban comiendo bollos humeantes, algunos empezaron a hacer sonidos graciosos intencionalmente para provocar más risas entre ellos. La “E” hizo un ruido cómico imitando el rugido de su barriga: "¡Ruuuuuug!" Y todos estallaron en carcajadas nuevamente.

La diversión crecía sin parar; era como si cada bocado compartido hiciera crecer aún más su amistad. En ese momento perfecto, decidieron hacer algo especial para celebrar esa alegría colectiva.

“¡Vamos a jugar!” propuso entusiasmada la “F”. Las letras se miraron unas a otras con curiosidad e interés. ¿Qué tipo de juego podría mantener viva esta chispa? Entonces fue cuando la brillante idea surgió en mente:

“Hagamos una carrera divertida por el mantel,” sugirió la “G”. Todos acordaron rápidamente y comenzaron a prepararse para correr alrededor del mantel lleno de deliciosas sorpresas.