FC Mezzi 5: Nueve contra nueve - Daniel Zimakoff - E-Book

FC Mezzi 5: Nueve contra nueve E-Book

Daniel Zimakoff

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Beschreibung

El fútbol no se trata de la vida o la muerte, ¡es mucho más importante! Juan y sus amigos han formado su propio equipo, el FC Mezzi. En esta serie para niños, seguimos sus partidos de entrenamiento, los torneos y todas las viejas y nuevas amistades. Ilustrado por Jan Solheim.-

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Daniel Zimakoff

FC Mezzi 5

Nueve cuentra nueve

SAGA

FC Mezzi 5: Nueve contra nueve

Original title: FC Mezzi 5: Ni mod ni Translated by: Nicolas Gallardo

Copyright © 2014, 2020 Daniel Zimakoff and SAGA Egmont, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788711865941

1. E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

FC Mezzi 5

Nueve cuentra nueve

Juan: Le encanta jugar a la pelota. Viene antes que todo lo demás. Sabe leer bien el juego, es rápido y muy hábil. No le gusta ser tacleado. Sueña con jugar profesionalmente en el FC Barcelona, como Messi.

Nicolás: Practica a menudo con el balón en su jardín. Tiene una patada izquierda salvaje. Siempre es optimista y risueño. Es muy fuerte, tiene mucha energía, y además es el hermano pequeño del mejor jugador, Kingo.

Emilio: Súper buen portero. Salva la mayoría de las pelotas. Conoce todo sobre el fútbol, todos los equipos y sus tácticas. Su único problema es que odia correr y rápidamente se queda sin aliento.

Úrsula: Es una de las dos chicas en FC Mezzi. La otra se llama Ana. Úrsula es una jugadora veloz. Está acostumbrada a jugar por el costado derecho. Es buena haciendo jugadas ganadoras y no le tiene miedo a ser tacleada. Úrsula (es un secreto) está loca por Juan.

Capítulo 1

Me puse mi ropa interior térmica, y después los shorts de invierno. Hoy sería nuestro último partido de entrenamiento en gravilla, contra Beasain. El invierno en el Norte de España se siente largo cuando lo único que quieres es jugar en pasto, pero ya era Marzo y un nuevo torneo estaba por comenzar.

Me despedí de mi mamá de un grito, agarré mi bolso y mi casco y me encaminé a mi bicicleta. Era una sensación especial sentir los pedales en mis zapatos de fútbol.

Aguardaban muchas cosas nuevas este año. Estaríamos jugando partidos de nueve por lado pronto, e inauguraríamos nuestra nueva casa de club. Era un antiguo cuartel. Hace años, la escuela lo utilizaba como salón de clases, cuando estaban renovando el resto de la escuela. Había sido una despensa por un tiempo, pero ahora la escuela lo había remodelado para FC Mezzi. Fui con Emilio a ver como lo renovaban una vez.

El viernes lo inauguraríamos con una noche de películas de terror.

Me encontré con Nicolás en el camino al entrenamiento. Se subió a su bici y seguimos en nuestro camino.

“Hola Juan. Que frío, ¿no?”

“Si, y se supone que ya es primavera en marzo.”

“Díselo a los dioses del clima. Será bueno jugar en pasto el próximo fin de semana. ¿Crees que ganaremos hoy?”

“Más nos vale. Nos dará la confianza que necesitaremos cuando las cosas vuelvan a ser en serio.”

Habíamos jugado puertas adentro en el gimnasio de la escuela desde noviembre a febrero. En febrero entrenamos una vez por semana en una cancha de gravilla y jugamos dos partidos de entrenamiento, para acostumbrados a jugar nueve por lado. No era tan malo jugar en gravilla, mientras no hubiera escarcha en la cancha, pero sería mil veces mejor jugar en pasto artificial. Solo los clubes muy adinerados y las municipalidades más ricas tenían el dinero para tener esas canchas. Podían jugar en pasto todo el año, sin que importara la lluvia, la nieve, o el hielo. Marco llegó a la cancha en su bicicleta y derrapó sobre la escarcha.

“Hace demasiado frío,” suspiró. “En Barcelona hay catorce grados, y no uno bajo cero.”

“¿Extrañas Barcelona?” preguntó Kingo.

“Solo durante el invierno, pero pareciera como si eso fuera la mitad del año.”

###

Un poco más tarde, éramos diez presentes. Ambos chicos nuevos, Eric y Sebastián habían llegado. Estuvieron presentes para cada sesión de entrenamiento durante el invierno. Todos debían presentarse para los partidos de entrenamiento. Ya no habían límites a cuantos jugadores podían estar en la banca. Jaime, Christian y Alberto estaban todos enfermos… y ninguna de las chicas había llegado. Habían venido a la escuela… ¿será que simplemente no querían venir?

“Hace demasiado frío para las chicas,” dijo Marco.

“Si, las chicas se enfrían más que los chicos,” dijo Emilio.

“Mentira,” dijo Kingo. “Las chicas también pueden ser muy cálidas.” Sonrió como un tonto.

Diez.

Solo habría una persona en la banca. Beasain tenía a tres jugadores en la banca.

Ayudamos a Kingo a mover los arcos para que quedaran al borde del área de penales. Una cancha para nueve contra nueve era igual de ancha que una para once contra once, pero un poco más corta. Sería un estilo de juego totalmente diferente a lo que estábamos acostumbrados con una cancha de siete contra siete.

“Comenzarás en la banca, Sebastián, pero tendrás bastante tiempo de juego. Jugaremos 4-3-1 hoy, asique Zlatan será el único delantero. Recuerden mantener un frente parejo y hacer que cometan un offside. No aleguen por el árbitro. Hará lo mejor que pueda.”

El árbitro de hoy era… Kingo.

###

Fue un partido bastante fácil. Ganamos la batalla por el medio campo. Nicolás y yo dominamos el balón e hicimos un pase hondo a Zlatan. Podía correr más rápido que la mayoría de los jugadores oponentes, y el portero tampoco era muy bueno.

para Zlatan.

Nicolás anotó el 2-0 con un cabezazo.

Zlatan empujó a un defensa que mandó el balón de vuelta al portero.

Levantó el balón con las manos.

Era ilegal que el portero levantara el balón luego de un pase de su propio equipo en juegos de nueve u once por lado. Obtuvimos un tiro libre desde un par de metros dentro de la mitad de la cancha oponente.

Nicolás y Zlatan se miraron el uno al otro. ¿Quién patearía?