Hambre De Lobo - Carrie Jones - E-Book

Hambre De Lobo E-Book

Carrie Jones

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Hambre De Lobo

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Hambre de Lobo

Carrie Jones

––––––––

Traducido por Maria Laura Curzi 

“Hambre de Lobo”

Escrito por Carrie Jones

Copyright © 2016 Carrie Jones

Todos los derechos reservados

Distribuido por Babelcube, Inc.

www.babelcube.com

Traducido por Maria Laura Curzi

“Babelcube Books” y “Babelcube” son marcas registradas de Babelcube Inc.

Tabla de Contenidos

Página de Titulo

Página de Copyright

Hambre de Lobo

Fin

Hambre de Lobo

por

Carrie Jones

Lilian paró delante de las puertas del gran edificio, y sintió que su mentón se caía. El edificio era de Wolfe Enterprises. Desde el momento en que había llegado a los Estados Unidos para obtener su Maestría en Psicología, nunca imaginó tener una chance de trabajar para una gran empresa. Menos aún la megaempresa de la familia Wolfe, que controlaba la ciudad, también el estado, como comentaban todos sus colegas psicólogos cuando hablaban en el almuerzo de las noticias de los periódicos.

Hacía tres semanas, Annete Simpson, su profesora de facultad, la llamó y le dijo que había una vacante para un psicólogo graduado para el área de Recursos Humanos de una empresa del rubro comercial y contabilidad, y que no sería una mala idea mandar su currículo, aunque sus chances de ser llamada fuesen casi mínimas y no tenía muchas esperanzas, porque había muchos psicólogos más capaces. Lilian se sorprendió tanto con el comentario, que, viniendo de quien venía: “la Bruja del Área de Humanas”, probablemente era el mayor elogio que algún alumno podría recibir de ella, que en seguida envió su currículo a la dirección nombrada.

Las semanas pasaron, y Lilian se esforzó al máximo para no molestarse con el rechazo. Al final, como bien había dicho la Bruja, otros profesionales serían más capaces, más experimentados y, claro, también estaba el inconveniente de que era mujer y extranjera, con un diploma de una estupenda facultad pública brasileña, pero todavía el sexo y la xenofobia pesaban mucho en la decisión de los contratos. No importa lo bueno que seas, siempre hay alguien mejor.

Y por todas estas razones, la sorpresa de una entrevista para el empleo, marcada para el viernes a la tarde, fue tan grande. Pero no tan grande como al descubrir para cual empresa era la entrevista.

Cuando alguien la empujó y siguió su camino rápidamente hacia adentro de las puertas de vidrio oscurecido, fue que Lilian se arregló los cabellos castaños, que llegaban casi hasta su cintura, y decidió enfrentar el único obstáculo entre el éxito o el fracaso profesional destacado en su vida.

La entrevista.

Alec Wolfe se pasó las manos con irritación por los cabellos negros que le caían en la cara, pegando en los hombros. Sus ojos, tan diferentes, el derecho era grisáceo y el izquierdo azul verdoso, brillaron con impaciencia.

“¿Me estás diciendo que la incompetente de tu secretaria marcó cinco entrevistas de empleo con Recursos Humanos en el mismo día y horario de la reunión mensual de negocios con los inversores?” — gruñió, la rabia cruda en su voz, mientras se sentaba en la poltrona de la antigua oficina de su padre, fallecido hacía ya cinco meses en un accidente de auto. La oficina ahora le pertenecía, así como la mitad de la empresa y de todas las ganancias y cuentas.