Historia de Kathe - Espen Søbye - E-Book

Historia de Kathe E-Book

Espen Søbye

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Beschreibung

UNO DE LOS DIEZ MEJORES LIBROS ESCANDINAVOS DE NO FICCIÓN DEL NUEVO MILENIO.  «Kathe Lasnik, el sujeto de esta apasionante y desgarradora contribución a la literatura del Holocausto, demuestra una vez más que el horror indescriptible del genocidio nazi contra los judíos resulta más claro en el examen de las vidas individuales que en la demografía de masas, demasiado vasta como para poder asimilarlo verdaderamente en toda su extensión». The New York Review of Books Con sumo cuidado y una caligrafía impecable, Kathe Rita Lasnik, de quince años, estudiante de una escuela secundaria en Oslo, rellenó el «Cuestionario para judíos en Noruega». Y a la pregunta «¿Cuándo llegaste a este país?», respondió: «Siempre he estado en Noruega». El formulario está fechado el 16 de noviembre de 1942. Diez días después, ella, sus padres y una de sus hermanas fueron deportados junto con otros 528 judíos en el barco Donau. El 1 de diciembre Kathe moriría en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. A través de un minucioso rastreo de archivos, registros y censos, Espen Søbye realiza con ejemplar sobriedad un necesario y luminoso ejercicio de microhistoria para rescatar del olvido un malhadado destino individual, toda una vida sepultada por los violentas sacudidas del siglo XX europeo.

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Índice

Cubierta

Portadilla

Historia de Kathe

1. El expediente 84/1 está vacío

2. De Vilna a Kristiania

3. Oficial de hojalatero y obrera de la tabacalera

4. Wilses gate, 6

5. Declarado libre

6. Nacida sin derecho a nacionalidad

7. La familia Lasnik obtiene la nacionalidad noruega

8. Leyes sólidas y competencia germánica

9. Kathe Lasnik empieza en el colegio

10. Una pequeña israelita

11. La dama de honor

12. ¿Queréis jugar conmigo?

13. Los cadáveres de Blücher

14. Una extraña lógica

15. Kathe Lasnik se examina de primaria

16. Reconciliación anticipada

17. El sello de la letra jota

18. Un intermezzo en Jacob Aalls gate

19. Elias Lasnik y Leopold Bermann evitan el arresto

20. La protesta de Mellbye, abogado del Tribunal Supremo

21. Callando te conviertes en responsable

22. Kathe Lasnik rellena el cuestionario

23. Hablan los caseros

24. Arresto en el hospital

25. Un arresto humano

26. Instituto de Fagerborg, 26 de noviembre

27. De Oslo a Auschwitz-Birkenau

28. La diplomacia sueca hace un intento

29. Cámaras de gas provisionales

30. El letrado Haakon Høst defiende los intereses noruegos

31. Cena con Terboven

32. Nuestros caídos

Kathe Lasnik año a año

Epílogo

Epílogo, 2005

Epílogo, 2015

Fotografías

Notas

Créditos

Historia de Kathe

2

De Vilna a Kristiania

Cuando los padres de Kathe Lasnik rellenaron el «Cuestionario para judíos en Noruega», en el mes de marzo de 1942, y se encontraron con la pregunta: «¿Cuándo llegó usted a Noruega?», pusieron el 20 de junio de 1908.11 En la tarjeta del Registro Civil de Kristiania, expedida el 7 de abril de 1909, el funcionario anotó «08 de agosto» en la casilla «Cuándo se mudó a Kristiania (Noruega)».12 Elias Lasnik y Dora Meszansky huyeron de Rusia porque a él acababan de llamarlo a filas, y llegaron a Noruega en el verano de 1908.13 Pero no existe ningún amarillento escrito de reclutamiento escrito con letras cirílicas ni una carta en yiddish con signos hebraicos dirigida a ella, donde le ruegue que se fugue con él. Los dos eran jóvenes, él había nacido en 1887, y ella en 1888. Eludir el servicio militar se castigaba con pena de muerte o con el destierro de por vida.

Elias Lasnik y Dora Meszansky no fueron los únicos judíos que se marcharon. La emigración judía de Rusia a las grandes ciudades como Viena, Berlín, Londres, Amberes, París, Johannesburgo, Buenos Aires y Nueva York empezó en serio en 1881.14 La mayoría emigró a Nueva York: en 1908 llegaron allí más de 100.000 judíos procedentes de Rusia, Austria-Hungría y Rumanía.15 La mayor concentración de judíos de Rusia se encontraba en el llamado Lower East Side, de Manhattan.16

Es fácil entender por qué se fueron tantos. Seis millones de judíos vivían en una franja que iba desde Odesa, junto al mar Negro, hasta Riga y Danzig, junto al mar Báltico, región a la que se llamaba Yiddishlandia.17 Los judíos solo tenían permiso para establecerse en determinados lugares, y una serie de disposiciones legales limitaba sus derechos.18

Henry Beaumont, de la Embajada de Gran Bretaña en San Petersburgo, hizo un viaje por Yiddishlandia en el verano de 1905. Donde más pobreza encontró fue en Vilna, la ciudad natal de Elias Lasnik y Dora Meszansky. El comité de ayuda a los judíos de la ciudad informó al diplomático de que a una tercera parte de las familias judías se las consideraba indigentes. El gueto, con sus «calles estrechas, casas superpobladas, suciedad y repugnantes olores», daba cabida «a tanta miseria» que lo único con lo que el diplomático podía compararlo era con «el peor barrio de Whitechapel».19 La causa de la miseria en Vilna, era, según él, la superpoblación y una ruinosa competencia.

Elias Lasnik y Dora Meszansky cogieron el tren hasta Alemania, y desde allí a Kristiania.20La ciudad tenía solo 235.000 habitantes, no mucho más que Vilna. No es fácil determinar con exactitud cuántas personas vivían en Vilna antes de la Primera Guerra Mundial, pero, según una edición de casi cien años de antigüedad de la enciclopedia de Salmonsen, la mitad de los habitantes eran polacos; el 40 por ciento, judíos, y el resto rusos, lituanos y alemanes.21 Dora Meszansky tenía muchos parientes en Kristiania, y Elias Lasnik tenía un hermano y una hermana en Nueva York, pero, al parecer, también tenía parientes en Noruega.22 Quizá pensaban quedarse solo hasta conseguir dinero para viajar al otro lado del océano, como habían hecho muchos antes que ellos.23

El padre de Dora Meszansky se casó tres veces, y cinco de sus hijos (cuatro hijas y un hijo) vivían en Kristiania en 1908.24 Todos estaban casados, y tenían en total diecisiete hijos. El mayor de los hermanastros se había afincado en Kristiania en 1886, antes de que nacieran tanto Elias Lasnik como Dora Meszansky. Los parientes hablaban noruego y yiddish, por lo que pudieron ayudar a la joven pareja, que solo sabía yiddish, un poco de ruso y hebreo.25

Una de las hermanas de Dora Meszansky estaba casada con un «frutero»26 y vivía en Akersgaten, 73. El marido de la otra empezó de zapatero, pero en 1908 también tenía una tienda de fruta y tabaco,27 y residía en Thorvald Meyers gate, 26. El hermano de Dora Meszansky había sido «obrero del tabaco»28 antes de abrir la cristalería Hamburger Basaren, en Brogaten, 5. Vivía en Thorvald Meyers gate, 36, con su familia.29 La tercera hermana estaba casada con un carpintero que vivía en Seilduksgate, 9,30 mientras que la cuarta regentaba la tienda de ropa para caballeros Fønik, con su marido, y vivía en un edificio anexo en Eilert Sunds gate, 53.31

Cuando Isak Leimann, cuñado de Dora Meszansky, rellenó el cuestionario para el censo municipal el 1 de febrero de 1909, anotó que el hojalatero Elias Lasnik, soltero, vivía en su piso de Thorvald Meyers gate, 26.32 Ese cuestionario rellenado por Isak Leimann es la primera huella escrita en Noruega de lo que luego sería la familia Lasnik.

Ninguno de los demás parientes inscribió en su casa a Dora Meszansky. Tal vez olvidaran hacerlo. En 1908 todo el que quería podía instalarse en Noruega, de modo que el miedo a ser expulsado no pudo ser la razón para no inscribirla. Al contrario, conllevaba «castigo de multa» no inscribir a todas las personas residentes en la vivienda.33Según la ley de extranjería, Elias Lasnik y Dora Meszansky podían «instalarse permanentemente o buscar trabajo» sin tener la nacionalidad noruega, pero antes debían «presentarse ante la Jefatura de Policía del lugar». Luego la Policía revisaría «los documentos de identidad, siempre y cuando se poseyeran». Si parecía probable que el solicitante fuera a «encontrar trabajo legal en este país», se le daba una «libreta de residencia».34 Esta se mostraría cuando el titular cambiara de trabajo, domicilio o estado civil. La libreta de residencia concedía el derecho a residir mientras el titular tuviera un trabajo y fuera capaz de mantenerse a sí mismo y a los suyos, pero no concedía derecho a la nacionalidad.

3

Oficial de hojalatero

y obrera de la tabacalera

Elias Lasnik empezó a trabajar en la Fábrica Noruega de Metal, un taller de hojalatería en el patio trasero de Valdemar Thranes gate, 63,35 mientras que Dora Meszansky lo hizo en la Fábrica de Cigarros y Cigarrillos de Moritz Glott, en Storgaten, 24.36

El maestro hojalatero A. Halvorsen dirigía la fábrica de metal. Kristiania tenía 72 empresas de hojalatería con 203 trabajadores cuando Elias Lasnik empezó como oficial de hojalatería.37 En el verano de 1908, los oficiales hicieron huelga durante tres meses para conseguir una reducción del horario laboral de 10 horas a 9 y media al día, y una subida del salario mínimo de 35 a 40 céntimos por hora.38

La industria tabacalera de Oslo era por entonces considerable, con 13 fábricas de tabaco. En las 20 fábricas de la parte este de Noruega trabajaban 325 hombres, 572 mujeres y 248 menores de 18 años.39 Había 90 trabajadoras de la edad de Dora que ganaban 22 céntimos por hora, o unas 11 coronas por una semana de 50 horas de trabajo.40

La pareja de novios de Vilna estaría entre las personas de sueldo más bajo, pero había mucha gente obligada a apañárselas con ingresos parecidos,41 y en febrero de 1909 habían conseguido ya un piso, y pudieron casarse.

La boda tuvo lugar el 4 de marzo de 1909, en la Comunidad Israelita de Brogaten, 5, de Oslo. Dos de los padrinos fueron los cuñados de Dora Meszansky, Isak Leimann y Samuel Kazerginski, y el tercer padrino fue el profesor de religión Nochem Salomon Meirowitz.42 Se presentaron los certificados de vacunación de los novios. La novia y el novio declararon que no estaban «emparentados». El novio declaró que era hijo de un cestero, y la novia que era hija de un carpintero. Así se casó el hojalatero Elias Kalman Lasnik, «de la comunidad judía de Vilna, Rusia», con la obrera de la tabacalera, Dora Meszansky, de la misma comunidad. 43

Elias Lasnik fue admitido en la Comunidad Israelita el día antes de la boda.44 Él fue la última persona inscrita en esa comunidad, que había sido creada en 1893,45 y la boda, al día siguiente, fue el último acto antes de que la comunidad fuera clausurada o dejara de funcionar.46

Había más comunidades judías en Kristiania en 1909. Los judíos que llegaron a Noruega después de que se derogara la prohibición de la entrada de judíos en 1851 procedían de Dinamarca y Alemania. Estos dominaban, alrededor de 1910, la Comunidad Mosaica, junto con judíos procedentes de Rusia que llevaban ya mucho tiempo en Noruega. Al llegar a Kristiania una cantidad relativamente grande de judíos procedentes de Rusia en comparación con los que ya estaban establecidos, hubo problemas. Los judíos rusos y polacos recién llegados estaban descontentos porque los establecidos dominaban, pero los judíos que llevaban mucho tiempo viviendo en Noruega se defendían diciendo que los recién llegados no sabían la lengua, y eran incapaces de enterarse cuando se trataba de tomar decisiones y votar.47 Esas luchas llevaron a que algunas familias quedaran fuera de las comunidades. También había familias que no tenían recursos suficientes para pagar la cuota de miembro.48 Después de que la Comunidad Israelita fuera cerrada de manera definitiva, Elias y Dora Lasnik no se relacionaron con ninguna comunidad religiosa hasta 1921.

Los recién casados vivieron primero en Grünersgate, 5,49 pero ya el 1 de noviembre la pareja se mudó a la primera planta del edificio trasero de Markveien, 28.50 Nochem Salomon Meirowitz, que había sido padrino de la boda, vivía también allí. La vivienda constaba de habitación y cocina, y el alquiler costaba 15 coronas al mes.51 Justo nueve meses después de la boda, el 4 de diciembre de 1909, Dora Lasnik dio a luz a una niña, que recibió el nombre de Jenny. No pasó mucho tiempo desde el nacimiento hasta que la madre empezó a llevarse al bebé a la fábrica de tabaco.52

El Registro Civil de Kristiania expidió el 7 de abril de 1909 una tarjeta de registro a favor de Elias Lasnik y su familia.53 Fue actualizada con la información del censo anual, y, en febrero de 1910, Elias Lasnik rellenó por primera vez el cuestionario de su vivienda. El oficial de hojalatero de Vilna ya sabía bastante noruego como para hacerlo casi a la perfección. Las letras se parecen a las que hacen los niños justo cuando acaban de aprender a escribir. Escribió su nombre, Elias Lasnik, pero para su mujer e hija anotó: «Dure» e «Ini», que eran sus nombres en yiddish. Como lugar de nacimiento suyo y de su mujer puso Rusia, y de su hija, Kristiania. En la columna de profesión puso hojalatero.54

En 1890 había solo 136 judíos en Kristiania, y en 1910 ascendían a 688. La mayor parte de ellos provenía de Rusia, y 583 vivían en los barrios del este de Kristiania. En los barrios del oeste, Frogner, Uranienborg y Fagerborg, vivían 40 judíos.55 Mientras que en la misma época Nueva York contaba con 2,5 millones de judíos, numerosos diarios en yiddish, así como veinte teatros que ofrecían sus representaciones en esta lengua,56 los judíos rusos de Kristiania se reunían los domingos en la plaza de Olaf Rye para hablar yiddish.57

El letrado del Tribunal Supremo Eivind Saxlund publicó en 1910 un escrito antisemita en el que opinaba que habían llegado demasiados judíos a Noruega. El crítico danés, Georg Brandes, una figura prominente en la vida intelectual de los países nórdicos, se burlaba así del libro y del debate en Noruega: Saxlund «advertía a la pobre Noruega de la terrible opresión que ocasionarían esos judíos, uno y medio en total, que por fin, en el siglo XIX, habían logrado tener acceso al país».58 El mismo año, el periódico Aftenposten escribió que la policía inglesa opinaba que «en los países escandinavos hay un gran número de rusos revolucionarios y otros refugiados rusos que resultaban peligrosos para la seguridad pública». El periódico quiso investigar esa afirmación y envió a reporteros a darse una vuelta por la calle.

El artículo se publicó el 24 de enero de 1911, y afirmaba que en Copenhague y Estocolmo había considerables colonias rusas, sobre todo en Copenhague, donde se reunían nutridos grupos de judíos rusos y polacos». Pero según la policía eso no ocurría en Kristiania: «Aquí no llegan muchos rusos. Un total de 50 comunicó su traslado a Kristiania en 1910. Casi todos ellos son judíos procedentes de Polonia y las provincias bálticas». El número «de verdaderos rusos es casi nulo. No obstante, se tiene la impresión de que los forasteros que llegan de Rusia evitan a menudo inscribirse. Y es probable que esa gente no tenga la conciencia muy limpia».

¿Los rusos causaban muchos problemas a la policía? «No recuerdo haber tenido problemas con los verdaderos rusos. Los únicos que nos ocasionan problemas son algunos buhoneros judíos que llevan a cabo ventas ilegales por los pueblos del interior. Pero en general hay que decir que los inmigrantes rusos son tan buenos y decentes como los demás inmigrantes». La policía explicó a Aftenposten que «casi todos eran judíos y artesanos o comerciantes. Sobre todo, se han introducido en el mundo del comercio en esta ciudad. Regentan fruterías, bazares de diez céntimos y pequeñas tiendas de tabaco. De estos rusos tenemos ya aquí varios centenares, pero llevan una vida tranquila y pacífica. En los casos en que la policía tiene noticias de ellos, suele tratarse de discrepancias internas. Tienen poco trato con los noruegos, suelen estar solos o limitarse a relacionarse entre ellos. Son gente pobre, pero decente, muy contenta de tener la oportunidad de vivir en este país, y se cuidan de hacer algo que pueda crearles conflictos con la policía y ser expulsados por ello».

Aftenposten describía a los judíos que habían llegado de Rusia y que se dedicaban al comercio. «La mayor parte de estos inmigrantes viven en la zona en torno a Calmeyergaden y Hausmansgaden, y en el barrio de Enerhaugen. Muchos son bastante ignorantes. La mayor parte de ellos apenas sabe leer. Pero se trata de gente que, a pesar de ser pobre, es, no obstante, enérgica y trabajadora». Algo distinto es el caso, según el mencionado periódico, de los que «han llegado recientemente al país y no hablan el idioma», la mayoría de ellos llevaba «una vida miserable y pobre. Día a día luchan por sobrevivir mediante el trapicheo». Pero también esas personas estaban contentas y eran «profundamente felices por haber encontrado refugio en este país donde pueden vivir seguros». Sin embargo, algunas cosas no estaban del todo bien: «Esas familias judías rusas y polacas recién llegadas no contribuyen a dar al barrio en el que habitan un buen aspecto. Viven hacinados en poco espacio, y como tienen muchos hijos se entiende que el aire de su vivienda no es sano. A eso se añade que muchos son poco limpios y que su comida tampoco está bien preparada. No empiezan a llevar una vida más sana hasta después de algún tiempo, cuando aprenden las costumbres de este país».59

Una semana después, K. W., que firmó un artículo en el periódico Dagbladet, también se dio una vuelta por «la zona de Bernt Ankers gate, Calmeyergaten y Osterhausgaten». Quería investigar la veracidad de que hubiera allí un gueto.

«El primero con quien me encontré en Calmeyergaten fue un lívido noruego de ojos color agua de unos siete u ocho años, delgado y larguirucho que estaba agachado, con el gorro cubriéndole las orejas. Recordaba a uno de esos brotes, ya sin clorofila, que les salen a las patatas en primavera, cuando están en el oscuro sótano. Al pasar por su lado, le oí decir, como burlándose, con una frágil voz: “Judío, Israel”.

Miré hacia atrás y descubrí a un chiquillo robusto, con el pelo negro y los ojos marrones. Andaba deprisa, con un cubo de leche en la mano.

Me dirigí al niño delgaducho y le pregunté por qué había gritado al otro chico, pero, con una sonrisa tímida, se apresuró a meterse en un portal, por el que también había desaparecido el pequeño de ojos marrones.