La brigada de Cienfuegos en la guerra de independencia - Orlando F. García Martínez - E-Book

La brigada de Cienfuegos en la guerra de independencia E-Book

Orlando F. García Martínez

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Beschreibung

El autor presenta los resultados de una investigación—documentada profundamente en fuentes históricas atesoradas en instituciones cubanas y del extranjero—, sobre la Revolución de 1895-1898, y en específico, las acciones colectivas de individuos de diversas clases y sectores sociales que integraron la Brigada de Cienfuegos del Ejército Libertador. La clave de la propuesta es la dinámica de la participación de estos grupos en la movilización y configuración del cuerpo militar independentista en la región, y su accionar combativo, que dio sentido a la lucha armada contra el colonialismo español para alcanzar la Independencia.

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Seitenzahl: 117

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Edición: Alexis García Somodevilla

Corrección: Marianela Fonseca Fernández

Diseño de cubierta y diagramación: Roberto C. Berroa Cabrera

Diseño y emplane digital: Grupo Creativo de RUTH Casa Editorial

Coordinadora Editorial: Saray Alvarez Hidalgo

Foto de cubierta: Jefes de la Brigada de Cienfuegos al terminar la Guerra, en 1898/Biblioteca personal del autor

© Orlando Félix García Martínez, 2024

© Sobre la presente edición:

Ediciones Mecenas, 2024

ISBN 9789592204416

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización de RUTH Casa Editorial y de Ediciones Mecenas. Todos los derechos de autor reservados en todos los idiomas. Derechos reservados conforme a la ley.

EDICIONES MECENAS

Centro Provincial del Libro y la Literatura

Avenida 50 No. 3904 e/ 39 y 41, Cienfuegos

Teléfonos 43556955 - 43518210

e-mail: [email protected]

Sinopsis

El autor presenta los resultados de una investigación —documentada profundamente en fuentes históricas atesoradas en instituciones cubanas y del extranjero—, sobre la Revolución de 1895-1898, y en específico, las acciones colectivas de individuos de diversas clases y sectores sociales que integraron la Brigada de Cienfuegos del Ejército Libertador. La clave de la propuesta es la dinámica de la participación de estos grupos en la movilización y configuración del cuerpo militar independentista en la región, y su accionar combativo, que dio sentido a la lucha armada contra el colonialismo español para alcanzar la Independencia.

Datos de autor

Orlando F. García Martínez (Cienfuegos, 1951). Historiador, miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba, expresidente de la Uneac en Cienfuegos, es un autor con vasta trayectoria editorial, avalado por publicaciones con editoriales nacionales —Unión y Ciencias Sociales, principalmente—; así como con casas de los Estados Unidos y Alemania, muchas veces junto a prestigiosos intelectuales que han colaborado en su ámbito de especialización de la investigación histórica.

A mis nietos Luighi, Lucía, Julio César y Helena.

A mis hijos Alina, Anabel y Orlando José.

A mis padres Orlando y Violeta.

A mi esposa Ileana.

El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor,

sino de qué lado está el deber.

José Martí Pérez

Agradecimientos

Agradezco a los trabajadores del Archivo Histórico Provincial de Cienfuegos, de los archivos nacionales de Cuba y Estados Unidos; de las bibliotecas de Cienfuegos, la Biblioteca Nacional “José Martí”, las Universidades de Michigan, Harvard y Carolina del Norte, y el colectivo fundador del Museo Histórico Provincial de Cienfuegos.

A Violeta Rovira, Hernán Venegas, Rolando Álvarez, Florentino Morales, Andrés García, Rina Alfonso, María Herminia Cortés e Iraida Castillo, por alentarme a escribir el texto.

A Michael Zeuske, Rebeca J. Scott, Ada Ferrer, Fernando Martínez Heredia, Jorge Ibarra, Alejandro de la Fuente, Francisco Pérez Guzmán, Tomás Fernández Lobaina, Fe Iglesias, John H. Coatsworth, Fernando Coronil, Alejandra Bronfman, Louis Pérez Jr., Oscar Zanetti, Pedro Pablo Rodríguez, Ibrahim Hidalgo, José A. Piqueras, Miguel Barnet, Víctor Fowler, José Abreu Cardet, David Sartorius, Olga Portuondo, Fe Iglesias, Gloria García, Raúl Ruiz, Marcos Rodríguez, Migdalia Cabrera, Francisca López, Blancamar León Rosabal, Joel Cordoví, Marial Iglesias, Oilda Hevia Lanier, José Díaz Roque, Doris Era González y Bonnie Lucero, por compartir trabajos, intercambiar ideas y reflexionar sobre los temas vinculados al texto.

Mi gratitud, además, para los trabajadores y miembros del Comité Provincial de la Uneac en Cienfuegos, por la comprensión y el respaldo permanente a nuestra labor intelectual. A los familiares de los patriotas cienfuegueros y, especialmente, a los de Cayetano y Ciriaco Quesada, Trino Tellería, Benigno Najarro, Manuel González Oliva, Rafael Iznaga, Sixto Roque, Eduardo Benet, Joaquín Oropesa, Tomás Leyva, Avelino López, Simón Armenteros, Joaquín Rodríguez del Rey, Eduardo Guzmán e Higinio Esquerra.

Índice

Prólogo

Los tiempos iniciales del independentismo

La Brigada de Cienfuegos y la lucha hacia Occidente

El apoyo sin límites a Gómez y Maceo

La resistencia insurrecta en los tiempos difíciles

El renacer de la Brigada

Libros consultados

Publicaciones seriadas

Fuentes documentales

Prólogo

El movimiento independentista en la región de Cienfuegos dejó una huella indeleble a lo largo de los treinta años que corren entre 1868 y 1898. Los diversos estudios históricos caracterizados por eslabonar historia local, regional, nacional y mundial al abordar temas políticos, económicos, sociales y culturales, han permitido una mejor comprensión del pasado y aportado nuevas perspectivas de análisis sobre el alzamiento independentista del 6 de febrero de 1869, el proceso de abolición de la esclavitud, las problemáticas relaciones de clases y de “raza” en el último tercio del siglo xix, la llamada “Guerra Chiquita” (1879-1881), el desarrollo de los ingenios centrales y las colonias cañeras, la organización de la Revolución anticolonial en el territorio del centro del país por José Martí, Antonio Maceo, Juan Gualberto Gómez y el Partido Revolucionario Cubano y la cruenta Guerra de 1895 a 1898, fecha en que culmina la transición del dominio colonial español con la instauración de fuerzas militares de ocupación estadounidenses, antesala de la rápida y controlada instauración del capitalismo neocolonial dependiente del imperialismo norteamericano.

El texto aborda el estudio de la Brigada de Cienfuegos del Ejército Libertador de Cuba durante la última gesta libertadora en la región histórica de Cienfuegos, una de las principales productoras de azúcar; primero con el fomento de las plantaciones azucareras esclavistas y después, durante la década del ochenta del siglo xix, con la concentración y centralización azucarera vinculada al mercado mundial capitalista, que provocó profundas transformaciones en la organización económica, la estructura de clases y las relaciones sociales. De esa manera nos acercamos, moviéndonos en diversas escalas analíticas e incorporando nuevas fuentes históricas a la insurrección armada independentista de 1895, encabezada por los nacionalistas cubanos dirigidos por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. A los patriotas cienfuegueros integrados a la Brigada —en su mayoría provenientes de sectores populares, de trabajadores agrícolas y campesinos—, los aglutinaba en la acción colectiva de combatir militarmente el colonialismo español los principios de igualdad jurídica, confraternidad étnica y libertad política que dan sentido a la libertad en una República Cubana Independiente y Soberana.

A lo largo del texto emergen la voz y los rostros de importantes patriotas invisibilizados por la historia tradicional junto a actores centrales de la epopeya independentista que organizaron los núcleos independentistas en el territorio, siguiendo instrucciones de José Martí y el Partido Revolucionario Cubano, entre los que me permito citar a Alfredo Rego, Benigno Najarro, José González Planas, Juan B. Castellanos, Rafael Cabrera López Silvero y Mariano Pino, y que luego salieron a combatir el ejército español en tierras cienfuegueras y del resto del país. No solo estos luchadores independentistas aparecen enfrentando a los colonialistas hispanos junto a los destacados jefes militares Máximo Gómez, Antonio Maceo, Serafín Sánchez, Francisco Carrillo, Juan Bruno Zayas, José María Rodríguez, Mayía, José Rogelio Castillo, José Lacret Morlot, Francisco Pérez, Pedro Díaz, Enrique Loynaz del Castillo y José de Jesús Monteagudo, sino también mambises de reconocido prestigio como Joaquín Rodríguez del Rey, José Braulio Alemán, Alejandro Rodríguez, Higinio Esquerra, Juan López del Campillo, Rafael Cañizares, Martín Gallart, José Álvarez, Juan Pedro de la Rosa Quijano, José Camacho Viera, Isidro Acea, Arturo Aulet, Valentín Sosa, Benigno Arbolay, Valentín Menéndez, Benigno Ortiz, Juan Ramírez Olivera, Claudio Sarria, Antonio Machado, Víctor Acea, Sixto Roque, Aniceto Hernández, Carlos T. Trujillo, Severino Enríquez, Joaquín Oropesa, Tomas Leyva, Juan F. Cabrera, Anastasio Ramírez, Bernardo Matos Luis Orizondo, Eduardo Guzmán, Lorenzo Catasús y otros que ascendieron en los escalones de mando de la Brigada de Cienfuegos por su méritos militares. A estos patriotas corresponde el mérito de superar tensiones, contradicciones, numerosas pérdidas humanas y colosales carencias de alimentos, medicinas y pertrechos militares, hasta alcanzar la salida del último soldado colonialista español por el puerto de Cienfuegos en febrero de 1899.

El autor

Cienfuegos, 2024

Los tiempos iniciales del independentismo

El 24 de febrero de 1895 estalló la Guerra de Independencia en Cienfuegos, una rica región azucarera del centro sur del archipiélago cubano.1 Ese día el grupo de patriotas de la zona de Aguada de Pasajeros que encabezaba el hacendado Joaquín Pedroso se lanzó a la manigua redentora, en los Charcones, barrio de Jagüey Chico, para hacer cumplir el plan de alzamiento propuesto por José Martí, máximo dirigente del Partido Revolucionario Cubano.2 A través del líder de piel mestiza Juan Gualberto Gómez y en estrecha coordinación con los patriotas Martín Marrero, Pedro Betancourt, Antonio López Coloma, Mariano Alberich y otros conspiradores matanceros, conocieron la fecha de alzamiento general en diversos lugares de Cuba.

Ese día los algo más de treinta patriotas de la zona de Aguada de Pasajeros que se pronunciaron en armas contra el gobierno colonial español vieron pronto frustradas sus esperanzas de unirse al núcleo principal del alzamiento en Matanzas. Son ellos los únicos que en el territorio cienfueguero se levantan bajo la bandera de la estrella solitaria, pues el líder de los independentistas de Yaguaramas y sus alrededores, Antonio Curbelo, resultó asesinado por los españoles un día antes, el 23 de febrero, en las cercanías de Jagüey Grande, cuando llevaba las últimas órdenes a los conspiradores de la parte cienfueguera.3 Lo cierto es que el plan previsto por Juan Gualberto Gómez y otros jefes es desarticulado al no poder concentrarse en el lugar previsto: Corral Falso.4

Una incesante persecución de las fuerzas militares colonialistas obligó al grupo insurrecto de Pedroso a desplazarse continuamente en las llanas y rojas tierras comprendidas entre Aguada de Pasajeros y Jagüey Grande. El maestro de azúcar Avelino Sanjenis, recordando el ambiente de esos días escribió:

«Uno de estos días estando reclinado al barandaje del tacho de punto a mi cargo, en el Central San Lino, de los hermanos Montalvo, en Cienfuegos, donde estaba aquel año colocado, y debido a que la situación que en aquella soberbia casa de caldera ocupaba dicho tacho, me permitió mirar hacia el batey, observé cierto movimiento extraordinario entre las gentes de la estera; no dejó de llamarme la atención y a la primera oportunidad hube de enterarme de lo que ocurría. Llegaba la alarmante noticia de la proximidad a la finca del tristemente célebre bandido Matagás, con una gruesa partida a su mando, que venía con dirección a ella, y con el propósito de robar y matar a todo el mundo.

» Te confieso que me alarmó lo bastante, para preocuparme algo, la tal notición; no al extremo de asustarme. Seguía el correr de gentes de un lugar para otro y en los rostros de todos se veía que algo extraño ocurría. En aquel recinto de hombres del trabajo no había un político, y nadie adivinaba que pudiera tratarse de algo relacionado con la guerra, en la que te aseguro, no pensaba ninguno por aquellos momentos […]».5

A juzgar por Sanjenis, muchos de los partidarios de la independencia en esa zona rural de la región cienfueguera, desconocían lo concerniente a la organización del alzamiento encabezado por Pedroso en Aguada de Pasajeros y Antonio Curbelo en Yaguaramas.6 Lo mismo ocurría con los grupos conspirativos, que respondían a las orientaciones del José Martí y el Partido Revolucionario Cubano (PRC), encabezados por Antonio Reguera,7 Rafael Cabrera López Silvero,8 Indalecio Salas, Arturo Aulet, en Cienfuegos, Palmira y el área rural del central Manuelita; Benigno Najarro y Juan Ramírez Olivera, en la zona de Arimao, Las Moscas y Guaos; Juan B. Castellanos y Antonio Machado, en Cumanayagua; Alfredo Rego, José González Planas, Nazario Rodríguez Feo, Marino Pino, Enrique Barnet y Joaquín Caneda, en Lajas, por solo citar los núcleos independentistas más numerosos.9

Desde su puesto en el Central San Lino, Sanjenis prosigue dando detalles de lo que estaba ocurriendo con el alzamiento y la confusión creada entre los trabajadores por la partida insurrecta:

«[…] Hubo quien trepado en lo más alto de los edificios y en los miradores de la finca, divisara allá, a lo lejos, un enorme grupo de hombres montados, que en revuelta masa se movían, sin dirigirse a punto fijo.

» Pasaron dos, tres y cuatro horas, y en tanto el teléfono no cesaba de trasmitir partes. En esto, veo que se sacan de la casa de vivienda un sinnúmero de Remingtons mohosos […] y repartir en distintos lugares, y más tarde nos sorprende la llegada de un tren expreso que nos trajo como cuarenta voluntarios y diez guardias civiles del poblado del Lechuzo. Venía a su frente el comandante Bonet del Ejército español. “A perseguir a esos bandidos”, era sólo lo que se oía […]».10

El 4 de marzo los independentistas sostienen combate en los Conucos de Santiago con fuerzas hispanas de la Guardia Civil y el Escuadrón Tiradores del Damuji.11 Los insurrectos hieren y matan a varios colonialistas españoles. El resultado del enfrentamiento militar marcó la suerte del grupo insurrecto. Una versión de lo ocurrido apareció en la prensa española:

«El señor Jerez salió para Las Villas comisionado por el Capitán General para lograr la presentación de los sublevados […] en los primeros días de marzo. Llego a la Aguada de Pasajeros y después de algunos días de inútiles pesquisas por montes y sabanas, logró hallar a la partida de Pancho Gerardo, compuesta de ocho hombres, los que consiguieron presentar. Volvió y consiguió la presentación de los hermanos Aguirre (Charles y Jorge), la del titulado jefe de la zona Don Joaquín Pedroso, como asimismo la de los dos Torres, hermanos Quintero y el negro Sarduy. Todos armados y montados […]».12

Sólo quedaron combatiendo a los colonialistas españoles los que le infringieron una derrota y «[...] se escondieron en la Ciénaga a esperar mejores tiempos junto con Matagás [...]».13 Entre los acompañantes del jefe insurrecto estaban los hombres del otro jefe, al margen de la ley, nombrado Regino Alfonso y los suyos, entre los cuales estaban: Desiderio Matos —su segundo al mando—, Bernardo Matos, Eustaquio Morejón, Ignacio Fundora, el abanderado Miguel Parra, Leopoldo Ramos y otros.14