La Contienda de García de Paredes y el Capitán Juan de Urbina - Lope de Vega - E-Book

La Contienda de García de Paredes y el Capitán Juan de Urbina E-Book

Лопе де Вега

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Beschreibung

La Contienda de García de Paredes y el Capitán Juan de Urbina es un texto teatral de corte histórico del autor Lope de Vega. Narrada en tono de comedia, se articula en torno al hecho histórico de la disputa del García de Paredes y el capitán Juan de Urbina sobre la adjudicación de las armas del Marqués de Pescara.-

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Lope de Vega

La Contienda de García de Paredes y el Capitán Juan de Urbina

 

Saga

La Contienda de García de Paredes y el Capitán Juan de UrbinaCopyright © 1868, 2020 Lope de Vega and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726617528

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

PERSONAS QUE HABLAN EN ÉL

DON DIEGO GARCÍA DE PAREDES JUAN DE URBINA ÁLVARO DE PAREDES ZAMUDIO PIZARRO CLARINDA ALFERIO LAMBINO FULVIO UN AMIGO SUYO UN ALGUACIL UN CORREO TANSILO, caballero TOSCANELO } HORACIO }, criados suyos DURINO EL GRAN CAPITÁN EL DUQUE DE URBINO CÉSAR }, capitanes EL GENERAL DEL PAPA SOLDADOS [ROBERTO], [centinela francés] [RIDOLFO], [tudesco] [BAYARDO], [tudesco] [LUCRECIA], [dama peregrina] [DOÑA EMILIA], [mujer de Urbina] [EMILIO], [capitán] [LIDIA], [criada de doña Emilia] [DON HUGO DE MONCADA], [virrey de Nápoles] [EMBAJADOR DE FERRARA] [EMBAJADOR DE FLORENCIA] [EMBAJADOR DE ROMA] [EMBAJADOR DE SENA] [EMBAJADOR DE URBINO] [EMBAJADOR DE VENECIA] [MARQUÉS DE PESCARA] [SECRETARIO] [SALCEDO], [coronel] [TANCREDO], [tudesco] [MARQUÉS DEL BASTO] [DON PEDRO], [hermano de doña Emilia] [FELISENA], [cortesana]

Esta comedia presenta un elenco para cada una de las jornadas.

LICENCIAS

Véase esta comedia, cantares y entremeses de ella. –El Secretario, Tomás Gracián Dantisco, y de su censura. –En Madrid, a 28 de etc. –Por orden del señor Gonzalo Guerrero, canónigo y provisor de la santa Iglesia de Jaén, he visto esta comedia de La contienda de Diego García de Paredes y no hallo en ella cosa por la cual no se pueda dar licencia para representarse. –En Jaén, a 16 de enero de 1614. –Fray Juan de Jesús. Por visto. –Doy licencia a becerra, autor de comedias en esta ciudad y obispado, para que represente esta comedia de Diego García de Paredes. –Fecho en Jaén a 17 de enero de 1614. –Gonzalo Guerrero. –Por su mandado, Sebastián de Mata.

Corregida y concertada con su original, corrección y censuras y licencias. –Madrid y junio 20 de 1781. –Miguel Sanz de Pliegos.

Acto I

Salen huyendo ALFERIO y LAMBINO, romanos, y JUAN DE URBINA y DIEGO GARCÍA DE PAREDES tras ellos, con las espadas desnudas.

ALFERIO

Si por la capa lo habéis,

nunca tuve mejor capa

que la que la vida escapa.

 

URBINA

Huélgome que lo entendéis.

 

ALFERIO

5

Aquí del Dios y del Papa...

 

DIEGO

El Papa estará acostado,

y Dios, que en los cielos mora,

no hará milagros ahora

porque os hayamos quitado

10

la capa.

 

URBINA

¡El belitre llora...!

 

ALFERIO

¿Queréis también el dinero?

 

URBINA

Las capas solas quitamos.

 

ALFERIO

Pues tomad, que ya os las damos.

 

URBINA

Esas, yo y mi compañero

15

hoy doy mi fe que partamos.

 

ALFERIO

¿Esa maldad se usa en Roma?

 

LAMBINO

Alferio, el camino toma

y no repliques palabra.

 

DIEGO

¿Descalabro?

 

URBINA

Descalabra.

 

LAMBINO

20

¡Ay!

 

DIEGO

Juro a Dios que no os coma...

 

Huyendo vanse.

URBINA

¿Son de Pedro o de Pelayo?

 

DIEGO

En la tierra de san Pedro

pero alcanza todo sayo.

 

URBINA

Yo con ese Pedro medro,

25

y con Pelayo desmayo.

 

DIEGO

Ya viene Zamudio aquí.

 

ZAMUDIO

En la voz os conocí.

¿Ha caído algún pescado?

 

URBINA

Dos habemos desollado.

 

ZAMUDIO

30

¿Luego falta para mí?

 

URBINA

Retírate, que no hará.

 

FULVIO con una DAMA.

DAMA

¿Y es muy lejos la posada?

 

FULVIO

No, mi vida; cerca está.

 

URBINA

¡Buena viene la empanada!

 

FULVIO

35

Gente suena...

 

URBINA

¿Quién va allá?

 

FULVIO

Un hombre y una mujer.

 

ZAMUDIO

Sin duda deben de ser

estos dos Eva y Adán.

 

URBINA

Después lo parecerán,

40

que en cueros han de volver.

 

FULVIO

¿Pasaremos?

 

DIEGO

No, señor.

 

FULVIO

Pues ¿por qué?

 

ZAMUDIO

La mujer vaya,

Paredes, con todo honor.

 

DIEGO

Agradézcate la saya.

 

URBINA

45

Suelta la capa, hablador.

 

FULVIO

Veisla ahí.

 

ZAMUDIO

Caminen, pues.

 

FULVIO

Valedme, ligeros pies.

¡Ah, marranos españoles!

 

Huye.

URBINA

No se os dé dos caracoles.

 

DIEGO

50

¿Cómo no?

 

FULVIO

¡Para uno, tres...!

 

ZAMUDIO

¡Mira qué gentil galán...!

¡Aquí deja la mujer...!

 

DIEGO

¿Qué mujer no dejarán?

 

URBINA

¿Qué es lo que habemos de hacer?

 

ZAMUDIO

55

Aquí tres capas están.

 

URBINA

Tome esta Diego García,

esta es vuestra y esta es mía.

 

ZAMUDIO

¡Y la mujer, cúya es?

 

DIEGO

Uno escoja de los tres

60

para pasar hasta el día.

 

DAMA

No os quiero, españoles fuertes,

agraviar, pues que sois tales.

 

ZAMUDIO

Pues ¿qué haremos?

 

DAMA

Echad suertes,

para que quedéis iguales.

 

DIEGO

65

Cortesanamente adviertes.

Mas ¿qué suertes se verán

si no aguardamos al día?

Porque ahora no podrán.

 

DAMA

La lengua hacerlas podría.

 

ZAMUDIO

70

Di.

 

DAMA

De esta suerte serán:

al que de vosotros diga

mayor encarecimiento,

seré esta noche su amiga.

 

DIEGO

Yo lo acepto.

 

URBINA

75

Yo consiento.

 

ZAMUDIO

¿Quién hay que lo contradiga?

 

URBINA

Pues, ¡sus!, comience Zamudio.

 

ZAMUDIO

Digo que naturaleza

os hizo con tanto estudio,

80

que cifró en vos su belleza

y dio a las demás repudio.

Fueron Lucrecia y Elena

borrones de vuestra cara;

la comparación más buena,

85

cuando con vos se compara,

está de vos más ajena.

Si un ángel, que no sabemos

con qué beldad le hizo Dios,

que espíritus no los vemos,

90

quisiera ver, viera en vos

de su gracia los extremos.

Y si Apeles le pintara

y este rostro retratara,

aquel que después os viera,

95

por ángel os conociera

y el no visto imaginara.

Y si ha de ser conocido,

primero que ser querido,

lo que llega al sentimiento,

100

y antes que al entendimiento

ha de tocar al sentido,

con haberos visto a vos,

la gracias que puso en Dios

en un ángel le imagina.

105

Diga ahora Juan de Urbina.

 

URBINA

Mas rindámonos los dos.

 

DIEGO

¡Acabad, decid!

 

URBINA

Yo digo

que sois dama tan discreta,

y en todas ciencias perfeta,

110

que enseñáis, y sois testigo,

a Roma, a Atenas y Creta,

a Carmenta, a la Sibila

vuestra excelencia aniquila;

Casandra y Safo son locas,

115

y las tres Gracias son pocas

con las que esa voz destila.

Si Aristóteles os viera,

por necio se confesara;

si Platón os escuchara,

120

que era ignorante escribiera

o por su dios adorara;

que, en fin, como era gentil,

viendo ese ingenio sutil,

dijera que solo dios

125

pudo saber lo que vos,

y os hiciera de marfil.

 

DIEGO

Por Dios, que la habéis subido

donde no puedo alcanzarla,

pues con haber presumido

130

que un gentil pudo adorarla,

la habéis en dios convertido.

Y es cosa para creer

que Aristóteles, gentil,

hizo un dios de una mujer,

135

mas cierto que a un dios tan vil,

fue ignorancia y no saber.

Y digo, señora mía,

que sois tan mala, aunque os pese,

que si por suerte algún día

140

cuanto es maldad se perdiese,

cifrado en vos se hallaría.

No fue Faustina tan mala;

la gran Thais no os iguala,

ni la que enseñó a poner

145

precio al gusto en la mujer,

que ya se tiene por gala.

Sois más fea que Thersite,

y tan necia como vos,

porque no hay quien os imite;

150

y si algo no hizo Dios,

sois vos, si esto se permite.

Si disparate no fuera

que el demonio hacer pudiera,

como se dice, personas,

155

y por ellas hizo monas,

en vos su hechura se viera.

 

DAMA

No digáis más, bellacón,

que a vos os escojo y quiero,

por gallardo y fanfarrón.

 

Vanse DIEGO y la DAMA, dándose la mano.

DAMA

160

¿Dónde vamos?

 

DIEGO

A un mesón.

[..........................]

 

ZAMUDIO

¿Hay mayor bellaquería,

que a Paredes fue a escoger?

 

URBINA

Sí, porque la aborrecía,

165

que es condición de mujer.

 

ZAMUDIO

No, sino ventura mía.

 

URBINA

Las mujeres van con quien

mejor las conoce, y creo

que el retratarla más bien

170

pudo encender su deseo

y engendrar nuestro desdén.

Gente viene.

 

ZAMUDIO

Estoy de suerte,

que a mil Aquiles y Pirros,

Urbina, daré la muerte.

 

Sale un ALGUACIL con su gente, y los capeados, todos con rodelas.

URBINA

175

Vara es esta.

 

ZAMUDIO

Y con esbirros.

 

URBINA

¿Si nos buscan...?

 

ZAMUDIO

Eso advierte.

 

ALFERIO

Aquí digo que quedaron.

 

ALGUACIL

Aguardad, que aquestos son.

 

ZAMUDIO

Basta, que aquellos llamaron

180

todo este armado escuadrón.

 

URBINA

¡Tal miedo de aquí llevaron!

 

ALGUACIL

¿Qué gente?

 

ZAMUDIO

Dos hombres solos.

 

ALGUACIL

¿Españoles?

 

URBINA

¿Pues hay hombres

sino españoles? Temiolos

185

el mundo.

 

ALGUACIL

Decid los nombres.

 

URBINA

¿Pide los nombres?

 

ZAMUDIO

Pidiolos.

 

URBINA

Yo me llamo Fierabrás.

 

ZAMUDIO

Yo Rodamonte.

 

ALGUACIL

¡Muy bien!

 

URBINA

Bien o mal, esto hay no más.

 

ALGUACIL

190

¡Ea, las armas me den!

¡Vuelvan las manos atrás!

 

URBINA

¡Español, fuera de España

a rendir armas...! No creas

esa afrenta ni esa hazaña.

 

ALGUACIL

195

¡Oh, traidor! ¡Morir deseas!

 

URBINA

¡Y tú medir la campaña!

 

ALGUACIL

¡Muestra la espada, villano!

 

URBINA

¿Zamudio?

 

ZAMUDIO

¿Qué?

 

URBINA

Bien pregunta.

 

ZAMUDIO

Dásela, que esto está llano.

 

URBINA

200

Bien dices; asga la punta.

 

ZAMUDIO

¿Meto mano?

 

URBINA

¡Mete mano!

 

ALGUACIL

¡Aquí del Papa!

 

URBINA

Ese adoro,

que ni soy indio ni moro.

 

ALGUACIL

¡Muerto soy!

 

ZAMUDIO

Vete a curar.

 

URBINA

205

Más capas pienso llevar

que quita en la plaza un toro.

 

Vanse. Sale un CORREO.

CORREO

No sé si con la priesa que he traído,

aunque el cansancio toda fuerza doma,

puede nadie primero haber venido

210

a dar mis nuevas al Pastor de Roma.

Ya parece que el carro esclarecido

por los balcones del Oriente asoma,

y que el sol, madrugando por guiallos,

pisar estrellas hace a sus caballos.

215

Los siete montes que la cercan veo:

el Celio, Viminal y el Aventino;

del sacro Tibre el círculo, y rodeo

donde la loba por los hijos vino.

Mas, ¿para qué también llegar deseo,

220

después de la aspereza del camino,

que la que traigo, en fin, es mala nueva,

y de los males poco bien se lleva?

Estos son de la guarda, o yo me engaño,

de la persona y majestad del Papa.

 

Salen ÁLVARO DE PAREDES, hermano de Diego, y PIZARRO, con dos ALABARDEROS.

ÁLVARO

225

Por no vivir, Pizarro, de hacer daño,

y de quitar de noche espada y capa...

 

PIZARRO

En fin, gozan sus plazas, ¡caso extraño!

 

ÁLVARO

El no ser conocido cubre y tapa

cualquier acto en un hombre de bajeza.

 

PIZARRO

230

Bien sé vuestro valor y mi nobleza.

 

CORREO

¿Podré entrar, caballeros?

 

ÁLVARO

¿Es correo?

 

CORREO

A[l] cardenal Guidón traigo un recado

que importa al Papa, a quien decir deseo

cómo Montefrascón se ha levantado.

 

ÁLVARO

235

¿Contra Su Santidad? Delito feo.

 

PIZARRO

El de Urbino, por dicha, lo ha causado.

 

CORREO