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Es un mundo nuevo y riesgoso. No está de más ser inmune, ni tampoco tener mi propio hotel personal de 5 estrellas. A pesar de mi buena fortuna, no me atrevo a dejar que mi imaginación deambule demasiado. Se acercan días oscuros, obra de las manos crueles de nuestros amos. Tal vez debería haber hecho más para prevenir el brote, pero tampoco yo soy la persona que solía ser. A la vista de todo, ¿por qué me salvó el destino? Porque soy la perra con la bazooka, lista para volarle la polla a un zombie a una milla de distancia si se atreve a poner un pie en mi castillo. El día de ajustar cuentas se aproxima rápidamente, pero hasta entonces soy la reina del Black Diamond Regency. ACERCA DE LA CORRIENTE INFERIOR La Saga de la Corriente Inferior es una serie en curso. Cada episodio tiene aproximadamente de 10.000 a 20.000 palabras.
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S.E. Gordon
Enura (Coming Soon!)
Literary Dynamite
Netherstream - Episode 1: Jane Doe (English, Spanish)
On the Bloodstained Shore of Dreams (Lord Vangley's Nightmare) (English, Spanish)
The Christmas Spirit
The Key of Neverhence
© 2016 S.E. Gordon. Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida por cualquier medio (electrónico, mecánico o cualquier otro) sin el expreso consentimiento escrito del autor.
Ésta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares y situaciones son o bien producto de la imaginación del autor o usados ficcionalmente. Cualquier semejanza con acontecimientos, lugares o personas reales, vivas o muertas, es completamente casual.
Composición, formato y diseño del E-book por S.E. Gordon.
Imágenes © Ana Fagarazzi.
Primera Edición (v1.0)
Publicado el 10 de abril de 2016
Última actualización el 11 de enero de 2019
ISBN-13: 9781386777359
Página del Título
Libros de S.E. Gordon
Derechos de Autor
Dedicación
Capítulo 1: Patio de recreo
Capítulo 2: Lavada
Capítulo 3: Incursión
Capítulo 4: Aventura
Capítulo 5: Refugio
Capítulo 6: Vengativa
Episodio 1: Mini Diario
Jueves 8 de noviembre de 2012
Viernes 9 de noviembre de 2012
Sábado 10 de noviembre de 2012
Domingo 11 de noviembre de 2012
Lunes 12 de noviembre de 2012
Martes 13 de noviembre de 2012
Miércoles 14 de noviembre de 2012
Viernes 16 de noviembre de 2012
Sábado 17 de noviembre de 2012
Sobre el Autor
¡Gracias!
¿Por qué tiene que ser así? No importa cuánto lo intente, siempre hay algo esperando para dármela por el culo. Me he cambiado de nombre varias veces sólo para despistar a la mala suerte, pero al final siempre parece dar conmigo.
Este lío. Mi vida. Una.
Y ahora esta mierda...
No soy la cura, y por cierto no soy una salvadora. Sólo soy una humilde botones. Aquí están sus valijas, señor. Gracias por la generosa propina. Discúlpeme mientras le pongo una bala al zombie que está al final del pasillo. ¡Disfrute su estadía en el Black Diamond Regency!
Quizás habría sido más fácil cruzar al otro lado y unirme a las hordas sin cerebro que se escurrían por las calles a la noche. Pero el destino tenía otros planes para mí, y al final me concedería mi deseo.
Tres meses. Eso es todo lo que había trabajado en este agujero infecto. Era la primera y la única botones mujer, y puedes apostar el culo a que estaba orgullosa de eso. Con 98 libras, los empleados del hotel me miraban divertidos mientras acarreaba valijas que tenían el doble de mi tamaño. Mi poco temperamento y mi lenguaje descarado ciertamente no hacían que mis críticos se encariñaran conmigo, pero todos me respetaban, de lo contrario les patearía el culo.
“Llegaste a la nómina a fuerza de encanto”, decían las chicas, pero sólo era una manera amable de decir que creían que me estaba tirando al jefe en el armario. Estaban celosas, por supuesto, y nunca admitirían que una idea tan original hubiera cruzado sus cráneos vacíos. Podían ser chicas botones también, si querían. Era conveniente para ellas sentarse detrás de la recepción y verse bonitas, pero había que tener pelotas para estacionar en doble fila el Mercedes de un rico imbécil en un estacionamiento público cuando se llenaba el garaje.
Todas las asistentes eran implacables, incluida yo. Dejabas tu puesto y perdías. Todo el mundo lo sabía, pero a los muchachos no les importaba. Pero a mí sí, y no esperaba que me regalaran nada por mi cuerpo atlético y mi complexión delgada. Me rompía el culo para ganar cada centavo y no hubiera aceptado ninguna otra cosa. Y aunque la gente solía subestimarme, eso me daba una ventaja significativa al tratar con ellos. ¡Esos bobos!
Agarré la barra y me levanté una docena de veces. Maldición, ya me estaba cansando. Solía ser capaz de hacer veinte sin problemas, pero en estos días apenas llegaba a las diez. Peor aun, había pasado una semana entera desde la última vez que había hecho mi característica vertical sobre el carrito de las valijas. En algún punto del camino había perdido el empuje.
Hoy, sin embargo, era mi día de suerte. Hice a un lado la barra y enderecé mi cuerpo hasta ponerlo recto. Me mantuve así durante un minuto antes de ceder. “Todavía lo tienes, niña.” Me hice sonar el cuello y salté del carrito.
Maldición, me sentía vieja. Debía ser la veinteañera más vieja del planeta. Aunque aún no tenía edad para beber legalmente, a nadie parecía importarle. Un shot de tequila y unas cuantas margaritas ya no me hacían el efecto de antes. En estos días tenía que descargar un cartucho completo de mi M16 para excitarme un poco.
Al menos ya no era tan requerida. Está bueno que te ignoren, especialmente tus hermanos zombies. Los comedores ya no buscan nutrirse con mi carne, aunque en ese tiempo no estaba segura de por qué. Habían aprendido su lección, y ahora ya casi no reparaban en mí.