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La luz difícil del autor colombiano Tomás González. En esta novela, el autor cuenta la historia de David, un viejo pintor que se está quedando ciego y que escribe sus memorias, entre las que destaca un trágico acontecimiento: la muerte por eutanasia de su hijo Jacobo, parapléjico tras un accidente. Entre el pasado y el presente, veremos el impacto de estos hechos en el artista y en su obra, además de conocer su historia, teñida de luz y oscuridad, de esperanza y de desesperación.
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Esta guía incluye:
• Un resumen completo del libro
• Un estudio de los personajes
• Las claves de lectura
• Pistas para la reflexión
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Seitenzahl: 34
Tomás González nació en Medellín en 1950, y es el penúltimo de ocho hermanos. González es sobrino del filósofo y abogado Fernando González, con quien tuvo una relación cercana, pues las fincas en las que vivían ambas familias eran vecinas. La manera como su tío interactuaba con los vecinos, con los mayordomos y con las demás personas que le ayudaban en la finca, así como la forma en la que trataba a los animales de la misma, hizo que pronto Fernando se convirtiera en un modelo a seguir para Tomás, tanto que uno de los personajes de La historia de Horacio está basado en él. Tomás aprendió de su tío a mirar el mundo con sus propios ojos.
Los padres de González eran grandes lectores; al padre le gustaban los escritores rusos del siglo XIX como Dostoyevski y, a la madre, los libros de Julio Verne, Emilio Salgari y todos los de aventuras, que leía con su hijo.
González viajó a Bogotá para estudiar Filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, donde cursó hasta el cuarto semestre, pues estaba decidido a conocer Europa y se retiró de la universidad para cumplir ese sueño . Estuvo allí un año y medio y regresó a Colombia porque le dio tristeza, Europa le pareció un continente viejo y apenado. En esa época de su vida no sabía cuál era su norte, trabajaba de barman y escribía la que sería su primera novela, Primero estaba el mar, basada en el asesinato de su hermano Juan, en el Urabá antioqueño. En 1983 González se fue a vivir a Nueva York con su esposa y su hijo, en donde pudo, finalmente, dedicarse a la escritura. En 2002, sin embargo, debido a la enfermedad de su esposa, la familia se vio obligada a volver a Colombia, lo cual el escritor consideró oportuno.
Aunque González lleva más de cuarenta años dedicado a la escritura, su reconocimiento literario se inició hace muy poco, sobre todo con la publicación de su novela La luz difícil, que fue bien recibida por la crítica y reseñada como una novela pura y de inalcanzable belleza, a pesar del dolor. Sin embargo, González nunca ha sido muy amante de la fama; considera que los escritores no deberían tratar de ser estrellas mediáticas para atraer a los lectores hacia sus libros o para hacer creer que lo que escriben es bueno.
¿Sabía que…?
En la obra de González hay dos elementos recurrentes: el campo y el mar. En una entrevista el escritor atribuye la presencia de ambos a su infancia. De los siete a los dieciocho años González vivió en fincas, una en Envigado y la otra, que era una hacienda cafetera que pertenecía a su abuela, en Risaralda. Además, las vacaciones las pasaba en una casa de pescadores que su padre había comprado en Tolú. Hoy en día González dice que le gusta vivir en Cachipay, donde escribe feliz, y que si le tocara de nuevo vivir en una ciudad, preferiría que fuera otra vez Nueva York antes que Bogotá o Medellín.
David es un viejo pintor que está perdiendo la vista y que escribe porque su enfermedad ya no le permite pintar. El mundo a su alrededor se está volviendo borroso y pronto se quedará ciego. Describe desde su presente, en el año 2018, cómo a la fuerza se está convirtiendo en escritor, para de alguna manera atrapar el dolor de lo sucedido hace dieciocho años, cuando su hijo Jacobo decidió viajar a Portland para recibir la eutanasia.
La luz difícil