La trilogía del éxito - Wallace D. Wattles - E-Book

La trilogía del éxito E-Book

Wallace D. Wattles

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Beschreibung

De acuerdo con Wallace D. Wattles, "hay una ciencia para ser próspero y alcanzar la felicidad —tan exacta como el álgebra o la aritmética—. Ciertas leyes rigen el proceso de adquisición de riquezas, salud y felicidad; una vez las aprendas y las obedezcas, te volverás próspero con certeza matemática en todas las áreas de tu vida". La ciencia de ser grandioso: es un resumen sobre sabiduría que el autor seleccionó después de estudiar líderes religiosos y grandes filósofos del mundo. Aquí, Wattles argumenta que el poder del pensamiento y la autoestima positiva son la verdadera medida de la grandeza del ser humano. Como dice el propio Wattles: "Este libro es para hombres y mujeres, jóvenes y viejos que desean sacarle partido a la vida aprovechando sus posibilidades al máximo". La ciencia de estar bien es para aquellos que quieren disfrutar de salud teniendo a mano una guía práctica que les ayude a lograr esta meta y no un tratado filosófico sobre el tema. A lo largo de estas páginas, el autor les explica a sus lectores el camino a seguir de manera tan simple y sencilla que, aunque ellos no hayan estudiado sobre desarrollo personal, comprendan fácilmente cada uno de sus conceptos hasta alcanzar un nivel de salud óptimo. La ciencia de hacerse rico está dividida en 16 secciones cortas y directas que explican cómo superar las barreras mentales y cómo la creación —y no la competencia— es la clave oculta para atraer riqueza. La ciencia de hacerse rico te guiará hacia desarrollar visión y fuerza de voluntad; te mostrará cómo cultivar la gratitud y recibir los abundantes regalos de la vida. El secreto detrás de "El secreto": Rhonda Byrne afirmó en un reportaje para Newsweek que la inspiración para realizar su película "El secreto", así como para escribir el posterior libro con el mismo título —el cual ha vendido hasta la fecha más de 30 millones de ejemplares—, fue su acercamiento hacia La ciencia de hacerse rico, de Wattles. Rhonda confiesa que, con el fin de ayudarla a recuperarse de su depresión, su hija Hayley puso en sus manos una copia de este título.

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La trilogía del éxito

Copyright © 2019 - Taller del Éxito

Título original: The Science of Being Great, The Science of Being Well,

The Science of Getting Rich, How To Get What You Want.

Traducción al español: Copyright © 2019 Taller del Éxito, Inc.

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de Derechos de Autor.

Publicado por:

Taller del Éxito, Inc.

1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210

Sunrise, Florida 33323

Estados Unidos

www.tallerdelexito.com

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo y crecimiento

personal, liderazgo y motivación.

Corrección de estilo: Diana Catalina Hernández

Diseño de carátula y diagramación:Joanna Blandon

Director de arte: Diego cruz

9781607385844

05-201908

Contenido

La ciencia de ser grandioso

La ciencia de estar bien

La ciencia de hacerse rico

Cómo obtener lo que quieres

La ciencia de ser grandioso

El origen del poder

En este capítulo introductorio explicaré de dónde viene el poder que hace a las personas geniales, grandiosas y llenas de éxito. Una vez entiendas de dónde proviene el poder, estarás listo para obtenerlo.

Cada persona tiene en sí misma un principio de poder. Cuando este poder se utiliza de forma inteligente y con intención clara, la persona es capaz de desarrollar sus propias facultades de la mente. No parece haber un límite en lo que respecta a cuánto es posible crecer o en cuál dirección. Aunque es cierto que nadie ha llegado a desarrollar todas sus facultades inmensamente, sin duda es posible para alguien el hacerse grandioso. La posibilidad ya se encuentra en cada quién. En realidad, ser genial es canalizar la omnisciencia en uno mismo. La genialidad es más que talento. El talento puede ser una facultad que se desarrolla más que otras, pero el verdadero genio es simplemente resultado de la unión entre la persona y lo supremo. Los grandes hombres y mujeres son siempre más grandes que sus actos. Ellos están en conexión con una reserva de poder que no tiene límites. No sabemos dónde están los límites de los poderes mentales de una persona; no sabemos siquiera si hay un límite.

El poder del crecimiento consciente no es dado a los animales inferiores, es únicamente de la especie humana y puede ser desarrollado y aumentado por la persona misma. El animal inferior puede, hasta cierto punto, ser entrenado, pero el ser humano puede entrenarse y desarrollarse a sí mismo. Solo las personas tienen ese poder, y lo tienen hasta un punto aparentemente ilimitado.

El propósito de la vida para el ser humano es el crecimiento, así como el propósito para los árboles y plantas es el crecimiento. Los árboles y plantas crecen automáticamente y a lo largo de líneas fijas. El ser humano puede crecer como lo desee. Los árboles y plantas únicamente pueden desarrollar ciertas posibilidades y características. La persona puede desarrollar cualquier poder que sea o haya sido demostrado por cualquier otro en cualquier lugar del mundo. Nada que sea posible en la mente es imposible en carne y hueso. Nada que el ser humano pueda pensar es imposible de llevar a la acción. Nada que la persona pueda imaginar es imposible de realizar. El ser humano está formado para el crecimiento y está bajo la necesidad de crecer. Es esencial para su felicidad que deba estar continuamente en progreso.

La vida sin progreso se hace insoportable, y la persona que detiene el crecimiento, carece de visión. Cuanto más grande, más armonioso y más libre sea su crecimiento, más feliz será el ser humano.

No hay posibilidades en una persona que no estén en todas; pero si proceden naturalmente, dos personas no crecerán hacia la misma cosa o serán parecidas.

Todos los hombres y mujeres vienen al mundo con una predisposición a crecer a lo largo de ciertas líneas, y el crecimiento es más fácil a lo largo de esas líneas que en cualquier otro sentido. Este es un suministro sabio, porque brinda una variedad interminable. Es como si un jardinero arrojara todas sus semillas en una canasta; para el observador superficial, se verían similares, pero el crecimiento revelaría una diferencia tremenda. Entonces, en cuanto a los hombres y mujeres, son como una canasta de semillas. Alguien puede ser una rosa y agregar brillo y color a algún rincón oscuro del mundo. Alguien puede ser una azucena y enseñar una lección de amor y pureza a cada ojo que vea. Otro puede ser una enredadera trepadora y esconder los contornos rugosos de alguna piedra oscura. Alguien puede ser un gran roble, y entre sus ramas harán nido y cantarán los pájaros, y bajo su sombra descansarán los rebaños al mediodía. Todos serán algo que valga la pena, algo poco común, algo perfecto.

Estas son posibilidades impensadas en las vidas comunes alrededor de nosotros. En un gran sentido, no hay personas “comunes”. En tiempos de estrés y contingencia nacional, el haragán del almacén de la esquina y el borracho del pueblo se convierten en héroes y las personas que dirigen el Estado buscan un aceleramiento del principio de poder dentro de ellos. Hay un genio en cada hombre y mujer esperando ser llevado al frente. Cada pueblo tiene su gran hombre o mujer, alguien al cual todos acuden por consejo en tiempos de problemas, alguien que sea reconocido instintivamente por ser magnifico en sabiduría y percepción. A tal persona, se dirigen las mentes de toda la comunidad en tiempos de crisis local. Esa persona es reconocida tácticamente como una persona grandiosa, porque hace pequeñas cosas de una manera magnífica. Esta persona podría hacer cosas magníficas si las emprendiera; también lo puede hacer cualquiera; también tú puedes hacerlas.

El principio de poder nos brinda simplemente lo que le pedimos. Si solo emprendemos cosas pequeñas, nos da poder para cosas pequeñas. Si intentamos hacer cosas grandes en una manera grande, nos da todo el poder que hay. Ten cuidado de emprender cosas grandes de una manera pequeña; de eso hablaremos más adelante.

Hay dos actitudes mentales que una persona puede tomar. Una lo hace como si fuera una pelota de fútbol: tiene elasticidad y reacciona fuertemente cuando se aplica fuerza sobre ella, pero no origina nada, nunca actúa por sí misma. No hay poder dentro de ella. Las personas de este tipo son controladas por las circunstancias y el ambiente, sus destinos son decididos por cosas externas a ellas. El principio de poder dentro de ellas nunca está realmente activo en absoluto. Nunca hablan o actúan desde adentro. La otra actitud hace a alguien como un manantial fluyente. El poder surge del centro. Tiene dentro una fuente de agua brotando hacia una vida eterna. Esta persona irradia fuerza, se siente en su ambiente. El principio de poder en ella actúa constante. Es autoactivo. “Tiene vida en sí mismo”.

Ningún bien mayor ni más importante puede llegar a cualquier hombre o mujer que hacerse autoactivo. Todas las experiencias de la vida están designadas para forzar a la actividad, para obligar a dejar de ser criaturas dominadas por las circunstancias y dominar su ambiente. En su más baja representación, el ser humano es un niño de coincidencias, circunstancias y es esclavo del temor. Sus actos son todas reacciones resultantes de las imposiciones de las fuerzas del ambiente sobre él. Actúa solamente en el modo en que se actúa sobre él. Pero sin importar quién sea, todas las personas tienen dentro un principio de poder suficiente como para dominar todo lo que se teme. Si se aprende esto y la persona se convierte en autoactivo, se convierte en uno de los dioses.

El despertar del principio de poder en el ser humano es la conversión real, el pase de la muerte a la vida. Es la resurrección y la vida. Cuando es despertado, el ser humano entra en contacto con lo supremo y todo el poder le es brindado en el cielo y la tierra. Nada estuvo alguna vez en algún ser humano que no esté en ti. Ninguna persona tuvo alguna vez más poder espiritual o mental que el que tú puedes obtener o hizo mejores cosas de las que puedes lograr. Tú puedes convertirte en lo que quieras ser.

Herencia y oportunidad

Tú no estás limitado para lograr grandeza debido a la herencia. No importa quién o qué hayan sido tus ancestros o qué tan ignorantes o bajo haya sido su estatus, el camino hacia arriba está abierto para ti. No existe eso de heredar una posición mental fija; no importa qué tan pequeño haya sido el capital mental que recibimos de nuestros padres, puede ser aumentado; ninguna persona nace incapaz de crecer.

La herencia cuenta para algo. Nacemos con una tendencia mental subconsciente, por ejemplo, una tendencia a la melancolía, a la cobardía o al mal carácter, pero todas estas tendencias subconscientes pueden ser superadas.

Cuando una persona real se despierta y va hacia adelante, puede arrojar los obstáculos fuera muy fácilmente. Nada de este tipo tiene por qué mantenerla decaída. Si tú has heredado tendencias mentales indeseables, puedes eliminarlas y colocar tendencias deseables en su lugar. Una cualidad mental heredada es un hábito de pensamiento de tu madre o tu padre impresionado sobre tu mente subconsciente.

Puedes sustituir la impresión opuesta formando el hábito opuesto al pensamiento. Puedes sustituir un hábito de alegría en donde había una tendencia al desaliento, puedes sobreponerte a la cobardía o al mal carácter.

La herencia puede contar para algo, también, en una conformación heredada del cráneo. Es cierto que las diferentes facultades están localizadas en el cerebro y que el poder de la facultad depende del número de células cerebrales activas en esa área. Una facultad cuya área cerebral es grande, es probable que actúe con más poder que aquella cuya sección craneal es pequeña. Por lo tanto, las personas con cierta conformación del cráneo muestran talento como músicos, oradores, mecánicos, etc. Ha sido discutido esto de que la conformación craneal de una persona debe, en gran medida, decidir su estado en la vida. Esto es un error.

Se ha descubierto que una pequeña sección del cerebro, con muchas células excelentes y activas, le da tan poderosa expresión a las facultados como lo hace el cerebro más grande. Y ha sido descubierto que, por dirigir el principio de poder hacia cualquier sección del cerebro, con la voluntad y el propósito de desarrollar un talento en particular, las células cerebrales pueden ser multiplicadas indefinidamente.

Cualquier facultad, poder o talento que poseas, no importa qué tan pequeño o rudimentario, puede ser aumentado. Tú puedes multiplicar las células cerebrales en esta área en particular hasta que actúe poderosamente como deseas. Es cierto que puedes actuar más fácilmente a través de aquellas facultades que están ahora más grandemente desarrolladas. Puedes hacer, con el menor esfuerzo, las cosas que “surgen naturalmente”. Sin embargo, es también cierto que, si realizas los esfuerzos necesarios, puedes desarrollar cualquier talento.

Tú puedes hacer lo que desees hacer y convertirte en lo que quieres ser.

Cuando te fijas un ideal y procedes como se indicará a continuación aquí, todo el poder de tu ser será dirigido hacia las facultades requeridas en la realización de ese ideal, más fuerza de sangre y nervio dirige a las secciones correspondientes del cerebro, más células serán agilizadas, aumentadas y multiplicadas en número.

La utilización correcta de la mente construirá un cerebro capaz de hacer lo que la mente quiera hacer.

El cerebro no hace al ser humano, el ser humano hace el cerebro. Tu lugar en la vida no está fijado por la herencia.

Tú no estás condenado a niveles inferiores por las circunstancias o por la falta de oportunidad. El principio de poder en el ser humano es suficiente para todos los requerimientos de tu alma. Ninguna combinación posible de circunstancias puede mantenerte abajo si tienes una correcta actitud personal y determinas elevarte.

El poder que ha formado al ser humano y le ha dado el propósito para el crecimiento también controla las circunstancias de la sociedad, de la industria y del gobierno. Este poder nunca es dividido en contra de sí mismo. El poder que está en ti está en las cosas alrededor tuyo, y cuando comienzas a moverte hacia delante, las cosas se acomodarán para tu ventaja, como se describe en los capítulos posteriores de este libro.

El ser humano fue formado para el crecimiento. Todas las cosas externas fueron diseñadas para promover su crecimiento. Tan pronto como despierta su alma, la persona ingresa en el camino del progreso al encontrar que no solo lo supremo está para ella, sino también lo están la naturaleza, la sociedad y sus pares. Todas las cosas trabajan juntas para su bien si obedece la ley. La pobreza no es obstrucción para la grandeza, porque la pobreza siempre puede ser eliminada.

Martín Luther, cuando era niño, gritó en las calles por pan. Linnaeus, el naturalista, tenía solamente cuarenta dólares con los cuales educarse. Él reparaba sus propios zapatos y comúnmente tenía que mendigar comidas de sus amigos. Hugh Miller, aprendiz de un albañil de piedras, comenzó a estudiar geología en una cantera. George Stephenson, inventor de la máquina locomotora y uno de los más grandes ingenieros civiles, era un minero de carbón que trabajaba en una mina cuando se despertó y comenzó a pensar. James Watt era un niño enfermo y no era lo suficientemente fuerte como para ser enviado al colegio. Abraham Lincoln era un niño pobre. En cada uno de estos casos, vemos un principio de poder que eleva a la persona sobre cualquier oposición y adversidad.

Hay un principio de poder en ti. Si lo utilizas y aplicas en un CIERTO MODO, puedes superar toda herencia, dominar todas las circunstancias y condiciones, y convertirte en una personalidad magnífica y poderosa.

La fuente de poder

El cerebro, el cuerpo, la mente, las facultades y los talentos del ser humano son los meros instrumentos que utiliza para demostrar grandeza. Estos, en sí mismos, no lo hacen grande. Una persona puede tener un cerebro grande y una mente buena, facultades potentes y talentos brillantes y, aun así, no ser alguien grandioso, a menos que utilice todos estos atributos en un gran modo. Esa cualidad que permite que el ser humano utilice sus habilidades en un gran modo es lo que lo hace grande; y a esa cualidad le damos el nombre de sabiduría. La sabiduría es la base esencial de la grandeza.

La sabiduría es el poder para percibir los mejores fines a los cuales aspirar y el mejor medio para alcanzar esos fines. Es el poder de percibir cuál es la acción correcta. Quien sea lo suficientemente bueno como para desear hacer únicamente lo correcto y sea capaz y suficientemente fuerte, esta persona es verdaderamente grande.

Aquella persona será marcada instantáneamente como una personalidad de poder en cualquier comunidad y todos se deleitarán y le harán honor. La SABIDURÍA es dependiente del conocimiento. Donde hay completa ignorancia, no puede haber sabiduría ni conocimiento de la acción correcta.

El conocimiento del hombre es comparativamente limitado y entonces su sabiduría debe ser pequeña, a menos que pueda conectar su mente con un conocimiento mayor que el propio y tomar de este, por medio de la inspiración, la sabiduría que sus propias limitaciones le niegan. Esto se puede hacer, es lo que los hombres y mujeres realmente grandes han hecho.

El conocimiento del hombre es limitado e incierto; por lo tanto, no puede tener sabiduría en sí mismo. Solamente lo supremo conoce toda la verdad. Solamente aquello puede tener sabiduría real o conocer la acción correcta en todo momento. La buena nueva es que el ser humano puede recibir sabiduría de aquello supremo y divino. Procedo a brindarles un ejemplo.

Abraham Lincoln tenía educación limitada, pero tenía el poder para percibir la realidad. En Lincoln, vemos eminentemente el hecho de que la sabiduría real consiste en saber hacer lo correcto en todo momento y en todas las circunstancias, en tener la voluntad para hacer lo correcto, y en tener talento y habilidad suficiente para ser competente y capaz de hacer lo correcto. Tiempo atrás, en los días de la agitación de la abolición y durante el período de compromiso, cuando todos los otros estaban más o menos confundidos en cuanto a qué era correcto o qué debía ser hecho, Lincoln nunca estuvo inseguro. Él vio a través de los argumentos superficiales de la proesclavitud; él vio, también, la impracticabilidad y fanatismo de los abolicionistas; él vio los fines correctos a los cuales aspirar y los mejores medios para lograr esos fines. Fue porque él reconoció que percibía la verdad y sabía lo correcto para hacer, por lo que lo hicieron presidente. Cualquier ser humano que desarrolle el poder para percibir la realidad y pueda demostrar que siempre sabe lo correcto para hacer y que pueden confiar en él para hacer lo correcto, será honorado y avanzará. El mundo entero está buscando ávidamente a tales personas.

Cuando Lincoln se convirtió en presidente, fue rodeado por una multitud de, así llamados, “consejeros capaces” y difícilmente dos de estos estaban de acuerdo. Por momentos, todos estaban opuestos a sus políticas; por momentos, casi todo el Norte estaba opuesto a lo que él proponía. Sin embargo, Lincoln vio la verdad cuando otros fueron engañados por las apariencias, su juicio rara vez era errado. Era, a la vez, el mejor hombre de Estado y el mejor soldado del período. ¿Dónde, un hombre comparativamente ignorante, consiguió su sabiduría? No se debía a alguna formación peculiar de su cráneo ni a alguna excelente textura de su cerebro. No se debía a alguna característica física. No era siquiera una calidad de mente debida a un poder de razonamiento superior. La sabiduría de la verdad no se alcanza comúnmente por el proceso de la razón. La sabiduría era debida a una percepción espiritual. Él percibía la verdad, pero ¿dónde la percibía y cuándo llegó esta percepción?

Vemos algo similar en Washington, cuya fe y coraje, debidos a su percepción de la verdad, mantuvieron a las colonias juntas durante la larga y aparentemente desesperanzada lucha de la Revolución.

Vemos algo de lo mismo en el genio fenomenal de Napoleón, quien siempre supo, en temas militares, los mejores medios a adoptar. Vemos que la grandeza de Napoleón estaba en la naturaleza más que en Napoleón, y descubrimos detrás de Washington y Lincoln algo mayor que ambos. Vemos lo mismo en todos los grandes hombres y mujeres.

Ellos perciben la verdad, pero la verdad no puede ser percibida hasta que exista; y no puede haber verdad hasta que haya una mente para percibirla. La verdad no existe apartada de la mente. Washington y Lincoln estaban en contacto y comunicación con una mente que sabía todo el conocimiento y contenía toda la verdad. Este es el caso para todos los que manifiestan sabiduría.

La sabiduría se obtiene al leer la mente de lo supremo y divino.

La mente superior

Hay una inteligencia cósmica que está en todas las cosas y a través de todas las cosas. Esta es la sustancia real única. De ella proceden todas las cosas. Es sustancia inteligente o materia de mente. Es lo divino y lo supremo.

Donde no hay sustancia, no puede haber inteligencia. Donde no hay sustancia, no hay nada. Donde hay pensamiento, debe haber una sustancia que piense.

El pensamiento no puede ser función, porque la función es movimiento y es inconcebible que el solo movimiento piense.

El pensamiento no puede ser vibración, porque la vibración es movimiento, y que el movimiento sea inteligente es impensable.

El movimiento no es nada más que el movimiento de sustancia. Si hay demostración de inteligencia, debe ser en la sustancia y no en el movimiento.

El pensamiento no puede ser el resultado de movimientos en el cerebro. Si el pensamiento está en el cerebro, debe estar en la sustancia del cerebro y no en los movimientos que hace la sustancia cerebral. Con todo, el pensamiento no está en la sustancia cerebral, ya que la sustancia cerebral, sin vida, es bastante ignorante y muerta. El pensamiento, entonces, está en el principio de la vida que anima al cerebro, en el espíritu de la sustancia que es el hombre real. El cerebro no piensa, el ser humano piensa y expresa sus pensamientos a través del cerebro.

Hay una sustancia espiritual que piensa. Al igual que la sustancia espiritual del hombre hace permeable su cuerpo y piensa y conoce en el cuerpo, también la sustancia espiritual original hace permeable toda la naturaleza y piensa y conoce la naturaleza.

La naturaleza es tan inteligente como los humanos y conoce más que el hombre. La naturaleza conoce todas las cosas. La mente del todo ha estado en contacto con todas las cosas desde el comienzo y contiene todo el conocimiento. Las experiencias del ser humano cubren unas pocas cosas, y estas cosas el hombre las conoce, pero la experiencia de lo supremo cubre todas las cosas que han sucedido desde la creación, desde la destrucción de un planeta o el pasar de un cometa hasta la caída de un gorrión. Todo lo que es y todo lo que ha sido están presentes en la inteligencia que está envuelta alrededor nuestro y que nos circunda y nos presiona de todos lados.

Todas las enciclopedias que el ser humano ha escrito son sobre temas triviales comparados con el vasto conocimiento sostenido por la mente en la cual los seres humanos viven, se mueven y tienen su ser.

Las verdades que el ser humano percibe por inspiración son pensamientos sostenidos en su mente. Si no fueran pensamientos, la persona no podría percibirlos, porque no tendrían existencia. Estos pensamientos no podrían existir como pensamientos a menos que haya una mente para que ellos existan en ella. Y, finalmente, una mente no puede ser otra cosa que una sustancia que piensa.

Nosotros somos sustancia pensante, una porción de la sustancia cósmica, pero el ser humano es limitado, mientras que la inteligencia cósmica de la cual surgió es ilimitada. Toda la inteligencia, poder y fuerza proviene de aquello superior.

En la religión cristiana, por ejemplo, Jesús reconoció esto y lo especificó de forma muy sencilla. Una y otra vez, él adscribía toda su sabiduría y poder a su unidad con el padre y a su percibir los pensamientos de Dios. “Mi padre y yo somos uno”, decía. Este era el cimiento de su conocimiento y poder. Jesús les demostró a las personas la necesidad de convertirse en espiritualmente despiertos, de escuchar su voz y hacerse como él. Jesús comparó al hombre sin pensamiento que es presa de las circunstancias con el hombre muerto en una tumba, y le suplicó que escuchase y viniese al frente. “Dios es espíritu”, dijo: “Nace nuevamente, despiértate espiritualmente y podrás ver el reino. Escucha mi voz, mira lo que soy y lo que hago, ven adelante y vive. Las palabras que hablo son espíritu y vida: acéptalas y causarán que una fuente de agua brote dentro de ti. Entonces, tendrás vida dentro de ti”. Jesús dijo: “Hago lo que veo que hace el Padre”, queriendo decir que él podía leer los pensamientos de Dios. “El Padre muestra todas las cosas al hijo”. “Si algún hombre tiene la voluntad para hacer la voluntad de Dios, él sabrá la verdad”. “Mi enseñanza no es mía propia, pero de Él que me mandó”. “Tú sabrás la verdad y la verdad te hará libre.” “El espíritu debe guiarte hacia toda la verdad”.

Estamos inmersos en la mente y la mente contiene todo el conocimiento y toda la verdad. La mente superior está buscando brindarnos este conocimiento, porque se deleita en dar buenos regalos a sus hijos.

Los profetas, adivinadores y grandes hombres y mujeres en el pasado y presente fueron hechos grandes por lo que recibieron de aquello superior y divino, no por la enseñanza que recibieron de otros. Esta reserva sin límites de sabiduría tiene poder y está abierta para ti. Tú puedes extraer de esta tanto como desees de acuerdo a tus necesidades. Tú puedes hacer de ti mismo lo que deseas ser.

Estas son las buenas noticias que tengo para ti. Tú puedes hacer lo que deseas. Tú puedes tener lo que quieras.

Para lograr esto, debes aprender a convertirte en uno con lo supremo. Así, podrás percibir la verdad, y tendrás la sabiduría y el conocimiento de los fines correctos para buscar los medios que se deben utilizar para obtener esos fines. Entonces, podrás asegurar poder y habilidad para utilizar esos medios.

Al cerrar este capítulo, resuelve que ahora dejarás de lado todo lo demás y te concentrarás en la obtención de la unidad consciente con lo superior y divino.

“Oh, cuando estoy a salvo en mi lugar selvático,

transito en el orgullo de Grecia y Roma.

Y cuando estoy estirado debajo de los pinos,

donde la estrella de la noche brilla tan sagrada,

me río del saber y orgullo del hombre,

de las escuelas Sofistas y el clan de eruditos.

¿Qué son todos en su alta presunción,

Cuando, en el matorral,

el ser humano se puede encontrar

con Dios?”.

Preparación

“Acércate a lo divino y lo divino se acercará a ti”.

Si te vuelves uno con lo divino, podrás leer sus pensamientos. Si no lo haces, encontrarás imposible la percepción inspiradora de la verdad.

En realidad, nunca podrás convertirte en un gran hombre o una gran mujer hasta que hayas superado la ansiedad, la preocupación y el temor. Es imposible para una persona ansiosa, preocupada o temerosa percibir la verdad. Todas las cosas son distorsionadas y arrojadas de sus propias relaciones por tales estados mentales, y los que están dentro de ellos no pueden leer los pensamientos de lo divino. Si eres pobre o estás ansioso por los negocios o temas financieros, se te recomienda estudiar cuidadosamente el volumen de esta serie La ciencia de hacerse rico. Este presentará para ti una solución a tus problemas de esa naturaleza, no importa qué tan grandes y complicados parezcan ser. No hay la menor causa por la cual preocuparse acerca de asuntos financieros. Todas las personas que deseen hacerlo pueden elevarse sobre lo que quieren, tener todo lo que necesitan y hacerse ricos. La misma fuente sobre la cual propusiste extraer la revelación mental y el poder espiritual está a tu servicio para el abastecimiento de todos los requerimientos materiales. Estudia esta verdad hasta que esté fijada en tus pensamientos y hasta que la ansiedad se haya desvanecido de tu mente. Ingresa al modo adecuado que conduce a las riquezas materiales.

Nuevamente, si estás ansioso o preocupado acerca de tu salud, reconoce que es posible para ti lograr una salud perfecta y poder tener fuerza suficiente para todo lo que deseas hacer y más. Esa inteligencia que está lista para darte tu riqueza, poder mental y espiritual se regocijará en darte también tu salud. La salud perfecta es tuya si la pides, si solo obedeces las leyes simples de la vida y vives correctamente. ¡Derrota a la enfermedad y elimina el temor!

Con todo, no es suficiente elevarte sobre las ansiedades físicas, financieras y tu preocupación. Tú debes elevarte también sobre la maldad moral. Haz sonar tu conciencia interna ahora, en cuanto a los motivos que lo hacen actuar, y asegúrate de que son correctos. Debes expulsar la lujuria y terminar de ser regido por el apetito; debes comenzar a gobernar tu apetito. Debes comer solo para satisfacer al hambre, nunca por el placer de la glotonería. En todas las cosas, debes hacer que la carne obedezca al espíritu.

Igualmente, debes dejar de lado la avaricia y no tener ningún motivo indigno en tu deseo de hacerte rico y poderoso. Es legítimo y correcto desear riquezas si las quieres por el bien del alma, pero no si las quieres para la lujuria de la carne.

Rechaza el orgullo y la vanidad. No pienses en tratar de imponerte sobre los otros o de superarlos. Este es un punto vital. No hay tentación tan insidiosa como el deseo egoísta de gobernar sobre otros. Nada en el mundo tiene tanto encanto para el hombre o la mujer promedio que sentarse en los lugares más altos en las fiestas, ser saludados respetuosamente en el mercado y ser llamado maestro.

Ejercitar algún tipo de control sobre otros es el motivo secreto de cada persona egoísta. La lucha por el poder sobre otros es la batalla del mundo competitivo, y tú debes elevarte sobre ese mundo y sus motivos y aspiraciones, y solamente buscar la vida. Rechaza la envidia. Tú puedes tener todo lo que quieres y no necesitas envidiarle a nadie lo que tiene. Sobre todas las cosas, intenta no sustentar maldad o enemistad; hacer esto te aleja de la mente cuyos tesoros buscas hacer propios. “Aquel que no ama a su hermano o hermana, no ama a Dios”. Deja de lado toda ambición personal y determina buscar el bien más alto y no ser persuadido por ningún egoísmo indigno.

Repasa todo lo anterior y coloca estas tentaciones morales fuera de tu corazón una a una. Determina mantenerlas fuera. Luego, resuelve que no solo abandonarás todo pensamiento perverso, sino que renunciarás también a todas las acciones, hábitos y cursos de acción que no se encomienden a tus ideales más nobles. Esto es supremamente importante. Efectúa esta resolución con todo el poder de tu alma y estarás listo para el próximo paso hacia la grandeza que encontrarás explicado en el capítulo siguiente.

El punto de vista social

“Sin fe, es imposible complacer a lo divino”. Sin fe es imposible que te hagas grande. Las características distinguidas de todos los hombres y mujeres realmente grandes es una fe decidida. Vemos esto en Lincoln durante los oscuros días de la guerra; lo vemos en Washington en Valley Forge; y lo vemos en los misioneros inválidos en Livingstone, enhebrando los laberintos del oscuro continente, su alma en llamas con la determinación de echar luz sobre el comercio de esclavos que su alma aborrecía; lo vemos en Luther, y en Frances Willard, en cada hombre y mujer que ha obtenido un lugar entre los más grandes del mundo.

Se trata de una fe no solo en uno mismo o en los poderes propios de uno, sino fe en el principio, en algo grande que sostiene lo correcto y en quien podemos confiar para que nos dé la victoria en el debido tiempo. Sin esta fe, no es posible para nadie elevarse a la grandeza real. Quien no tiene fe en el principio siempre será pequeño. Tener esta fe o no depende de tu punto de vista. Debes aprender a ver el mundo como un producto de la evolución, como algo que está evolucionando y convirtiéndose, no como un trabajo terminado. Millones de años atrás, aquello superior trabajó con formas de vida muy elementales y bajas, pero, aunque elementales y bajas, aun así, cada una perfecta en su tipo. Organismos más complejos y elevados, animales y vegetales, aparecieron a través de las edades sucesivas. La tierra pasó etapa tras etapa en su revelación. Cada etapa perfecta en sí misma y lista para ser superada por una más alta. Lo que deseo que notes es que los llamados “organismos inferiores” son tan perfectos a partir de su tipo como los más elevados, y el mundo en el período del Eoceno era perfecto para ese período. Todo era perfecto, pero el trabajo no estaba terminado. Esto es cierto también en el mundo de hoy. Físicamente, socialmente e industrialmente, todo es bueno y todo es perfecto. Sin embargo, no está completo en ningún lado ni en ninguna parte. Este debe ser tu punto de vista: que el mundo y todo lo que contiene es perfecto, pero no ha sido completado.

“Todo está correcto en el mundo”. Este es un gran hecho. No hay nada equivocado. No hay nada malo con nadie. Debes contemplar todos los hechos de la vida desde este punto de vista. No hay nada malo con la naturaleza. La naturaleza es una gran presencia progresiva, trabajando beneficiosamente para la felicidad de todos. Todas las cosas, por naturaleza, son buenas, no hay maldad. La naturaleza no está completa, porque la creación todavía no ha terminado, pero ella continúa para darle al ser humano incluso más abundantemente lo que le ha dado en el pasado. La naturaleza es una expresión parcial de lo divino y lo divino es amor. La naturaleza es perfecta, pero no está completa.

Así también la sociedad humana y el gobierno. Aunque haya confianza y combinación de capital, pero también paros y cierres forzosos, etc., todas esas cosas son parte del movimiento hacia delante, son incidentales al proceso de evolución de la sociedad en vías de plenitud. Cuando la evolución esté completa, no habrá más de estas inarmonías. Te invito a contemplar la idea de que todo es bueno. Observa a la sociedad, al gobierno y a la industria como los pasos a la perfección, avanzando rápidamente hacia ser completas. Entonces, entenderás que no hay nada que temer, ninguna causa para la ansiedad, nada por qué preocuparte. Nunca te quejes de ninguna de estas cosas. Son perfectas. Este es el mejor mundo posible para el estado de desarrollo al que el hombre ha llegado.

Lo que estoy diciendo puede sonar como un montón de tonterías para muchos. ¡Qué!, dirán, ¿acaso el trabajo infantil y la explotación de los hombres y mujeres en fábricas sucias e insalubres no son cosas malas? ¿Quieres decir que debemos aceptar todo esto y llamarlo bueno?

Nada mejor es posible en las industrias y los negocios hasta que dejemos de ser inferiores mentalmente y nos convirtamos en hombres y mujeres dignos de algo diferente y mejor. Y esto solo puede surgir por la elevación de tales individuos de aquí y de allá, a medida que estén listos para un punto de vista más alto. La cura para todas estas inarmonías yace en los maestros y empleadores, y en los trabajadores mismos.

Cada vez que estas personas lleguen a un punto de vista más alto, cada vez que ellos deseen hacerlo, podrán establecer hermandad y armonía completa en la industria, y tendrán los números y el poder. Ellos estarán obteniendo ahora lo que desean. Cada vez que deseen más en el sentido de una más alta, más pura y más armoniosa vida, recibirán más. Es cierto, desean más ahora, pero solo quieren más de las cosas que hacen para conseguir un regocijo animal, y entonces la industria permanece en el estado inferior, brutal, animal. Cuando las personas comiencen a elevarse al plano mental de vivir y pidan más cosas que hacen a la vida de la mente y el alma, la industria inmediatamente se elevará sobre el plano de la brutalidad.

Si una mayoría de las personas desean estas cosas inferiores, las obtienen. Cuando una mayoría desee un mundo sin tales discordias, crearán dicho mundo. Mientras los hombres y mujeres estén en el plano del pensamiento bestial, mientras el orden social sea en parte desorden y demuestre manifestaciones bestiales, las personas harán de la sociedad lo que es. Cuando las personas se eleven sobre los pensamientos bestiales, la sociedad se elevará sobre lo bestial en sus manifestaciones.

Todo esto no te impide trabajar para cosas mejores. Tú puedes trabajar para completar una sociedad sin terminar, en lugar de hacerlo para renovar una decadente. Tú puedes trabajar con un mejor corazón y un espíritu más colaborador. Esto hará una inmensa diferencia con tu fe y espíritu, ya sea que tú contemples la civilización como una cosa buena que se está haciendo mejor o como una cosa mala y perversa que está decayendo. Un punto de vista te dará una mente progresiva y expansiva, y el otro te dará una mente decadente y diminutiva. Un punto de vista te hará crecer más grande y el otro te causará inevitablemente que te haga más pequeño. Uno te permitirá trabajar por las cosas eternas, hacer grandes trabajos en un gran modo hacia la plenitud de todo lo que está incompleto e inarmónico; y el otro te hará un mero reformador, reparando casi sin esperanzas para salvar unas pocas almas perdidas de lo que creerás que es un mundo perdido y condenado. Entonces, te darás cuenta de cuenta cómo hace una gran diferencia este tema del punto de vista social. “Todo está bien con el mundo. No es posible que nada pueda estar mal excepto mi actitud personal, y haré eso bien. Veré los hechos de la naturaleza y todos los eventos, circunstancias y condiciones de la sociedad, política, gobierno e industria desde el punto de vista más alto. Todo está bien, aunque incompleto”.

El punto de vista individual

Es importante el tema de tu punto de vista sobre los hechos de la vida social. También lo es tu punto de vista sobre tus pares, conocidos, amigos, parientes, familia inmediata y, más que todo, sobre ti mismo. Debes aprender a no mirar al mundo como una cosa perdida y decadente, sino como a algo que está encaminado hacia la más bella plenitud. Debes aprender a ver al hombre y a la mujer no como cosas perdidas y malvadas, sino como seres progresando para hacerse completos. No hay personas “malas” o “perversas”, hay personas buenas que están fuera del sendero. Ellas no necesitan condenación o castigo, solo necesitan colocarse en las vías nuevamente.

Aquello que es incompleto nos parece generalmente maligno por la manera en que nos hemos entrenado para pensar. La raíz de un bulbo que producirá una azucena blanca es una cosa invisible, uno puede mirarla con disgusto. Pero qué tontos seríamos en condenar al bulbo por su apariencia, cuando sabemos que la azucena está dentro de él. La raíz es perfecta dentro de su clase, es una azucena perfecta pero incompleta. Así debemos aprender a mirar a cada hombre y mujer sin importar qué tan desagradables sean en su manifestación externa. Ellos son de acuerdo con su etapa de ser y están completándose. Sostén la idea de que todo es bueno.

Una vez que arribamos a la comprensión de este hecho y llegamos a este punto de vista, perdemos todo deseo de encontrar fallas en las personas, de juzgarlas, de criticarlas o de condenarlas. No trabajamos más como aquellos que están salvando almas perdidas, pero sí lo hacemos como aquellos que están entre los ángeles, trabajando en la compleción de un paraíso glorioso.

Nacemos del espíritu y vemos el reino de lo divino. No vemos más al ser humano como un árbol que camina, pero nuestra visión es completa. No tenemos nada excepto buenas palabras para decir. Todo es bueno, una humanidad convirtiéndose en plena. Y en nuestra asociación con el ser humano, esta idea nos coloca en una actitud mental expansiva y creciente, nos permite ver a los demás y a nosotros mismo como grandes seres y comenzamos a tratar con los demás y sus temas en un gran modo.

Sin embargo, si caemos en el otro punto de vista y vemos una humanidad perdida y degenerada, nos encogemos en la mente contraída, y nuestro trato con los demás y sus asuntos será en un modo pequeño y contraído. Recuerda sostener firmemente este punto de vista. Si lo haces, no puedes fracasar en comenzar inmediatamente a tratar a tus conocidos y vecinos y tu propia familia como una gran personalidad trata con el ser humano. Con este mismo punto de vista, tú te puedes respetar a ti mismo. Siempre debes verte a ti mismo como una gran alma en progreso. Aprende a decir: “En mí se encuentra aquello de lo cual yo estoy hecho, que no conoce imperfección, debilidad o enfermedad. El mundo está incompleto, pero lo supremo en mi propia conciencia está perfecto e incompleto. Nada puede estar mal, excepto mi actitud personal, y mi actitud personal puede estar mal únicamente cuando desobedezco a lo que está dentro. Soy una manifestación perfecta de lo divino hasta donde he llegado, y seguiré insistiendo para estar completo. Confiaré y no estaré asustado”. Cuando seas capaz de decir esto habiéndolo entendido, habrás perdido todo el temor y estarás muy avanzado en el camino del desarrollo de una personalidad grande y poderosa.

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