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Esta obra contiene los resultados cualitativos de la investigación denominada "Encuesta nacional de los factores determinantes del embarazo adolescente (ENFaDEA). Hacia la comprensión de los elementos sociales, familiares y personales asociados al embarazo adolescente y la elaboración de propuestas de intervención", financiada por la Fundación Gonzalo Río Arronte (FGRA).
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Seitenzahl: 570
Veröffentlichungsjahr: 2025
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SERIESOCIEDAD, CULTURA Y EDUCACIÓN
Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. Enrique Graue WiechersRector
Dr. Leonardo Lomelí VanegasSecretario General
Dr. Luis Agustín Álvarez Icaza LongoriaSecretario Administrativo
Dr. Alberto Ken Oyama NakagawaSecretario de Desarrollo Institucional
Lic. Raúl Arcenio Aguilar TamayoSecretario de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria
Dra. Mónica González ContróAbogada General
Mtro. Néstor Martínez CristoDirector General de Comunicación Social
Escuela Nacional de Trabajo Social
Mtra. Leticia Cano SorianoDirectora
Mtra. Carmen G. Casas RatiaSecretaria General
Mtro. Jorge Hernández ValdésSecretario Académico
Lic. José Armando Hernández GutiérrezSecretario Administrativo
Lic. Fernando Cobián CoronadoSecretario de Planeación y Vinculación
Lic. Humberto Isaac Chávez GutiérrezSecretario de Apoyo y Desarrollo Escolar
Lic. David Martínez DorantesJefe de la Oficina Jurídica
Dra. Julia del Carmen Chávez CarapiaCoordinadora del Programa de Maestría en Trabajo Social
Lic. Juliana Ramírez PachecoJefa de la División de Estudios de Posgrado
Lic. Norma Angélica Morales OrtegaJefa de la División de Estudios Profesionales
Dr. Pedro Isnardo de la Cruz LugardoCoordinador de Investigación
Lic. María Eunice García ZúñigaCoordinadora del Sistema Universidad Abierta y Educación a Distancia
Mtra. Rubria Mónica Fernández RiveraCoordinadora del Centro de Educación Continua
Lic. Gabriela Gutiérrez MendozaCoordinadora del Centro de Información y Servicios Bibliotecarios
Mtra. Araceli Borja PérezCoordinadora de Comunicación Social
Lic. Mónica Escobar EscobarJefa del Departamento de Fomento Editorial
Mtra. Adriana Hernández MoralesJefa del Departamento de Publicaciones
A Noé Manuel Montañopor su amoroso acompañamiento, apoyo y escucha.
Fabiola
AGRADECIMIENTOS
INTRODUCCIÓN
Aproximaciones cualitativas al estudio y a la comprensión del embarazo, la maternidad y la paternidad en la adolescencia
Fabiola Pérez Baleón, Irma Romero Pérez y Ángeles Sánchez Bringas
I.
LUCES Y SOMBRAS EN TORNO AL EMBARAZO, LA MATERNIDAD Y LA PATERNIDAD EN LA ADOLESCENCIA
Desigualdad, género y sexualidad: la especificidad del embarazo en mujeres menores de 15 años
Fabiola Pérez Baleón y Ángeles Sánchez Bringas
Relaciones de pareja, embarazo y maternidad en mujeres adolescentes de Campeche, Ciudad de México y Zacatecas
Nelly Rosa Caro Luján y Betsabe Ivette Morán Alcántara
Embarazo en la adolescencia y vulnerabilidad en el curso de vida: algunas experiencias de madres y padres adolescentes en Campeche, Ciudad de México y Zacatecas
Gloria Elizabeth García Hernández, Irma Romero Pérez y Elizabeth Trujillo Jiménez
El tránsito a la vida adulta en la adversidad. El caso de algunos varones mexicanos y los embarazos durante su adolescencia
Olga Rojas
Fue sin querer queriendo. Hombres adolescentes y embarazo
Luis Botello Lonngi
Violencia comunitaria y relaciones sexo-eróticas-afectivas: posibles precursores del embarazo durante la adolescencia
Mayra Lilia Chávez Courtois, Irma Romero Pérez y Elizabeth Trujillo Jiménez
II.
PROPUESTAS PARA PREVENIR EL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA
Elementos para elaborar intervenciones enfocadas en la prevención de embarazos en la adolescencia
Fabiola Pérez Baleón y Esther Rincón Reyna
Modelo de intervención para la prevención de embarazo adolescente en contextos rurales: “Yo importo, yo aprendo, yo decido”
Lourdes Campero, Lizeth Cruz-Jiménez, Fátima Estrada y Guillermo González
PreB. Un modelo innovador para la prevención de embarazos en la adolescencia
Arturo Aguilar Ye, Lourdes Campero y Hortensia Reyes Morales
ANEXO 1
ANEXO 2
Notas al pie
Aviso legal
Deseamos agradecer el apoyo de una infinidad de personas e instituciones que desde un inicio creyeron en el proyecto que dio origen a esta obra. Sin ser exhaustivas en su enumeración, destacan las autoridades educativas y administrativas, así como el personal de comunicación social de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): Mtra. Leticia Cano Soriano, Directora de la ENTS; Mtra. Carmen G. Casas Ratia, Secretaria General; Dr. Pedro Isnardo de la Cruz Lugardo, Coordinador de Investigación; Lic. José Armando Hernández Gutiérrez, Secretario Administrativo, Lic. David Martínez Dorantes, Jefe de la Oficina Jurídica; Lic. María Eugenia Valladares Sánchez, Jefa del Departamento de Contabilidad y Presupuesto; Mtra. Adriana Hernández Morales, encargada del Departamento de Publicaciones, y Oscar Benicio Guzmán, fotógrafo. De igual manera reconocemos la participación de las alumnas y tesistas involucradas en este proyecto.
Por supuesto, este proyecto no hubiera sido posible sin el compromiso decidido, la sororidad y el apoyo constante del equipo que lo conformó: Mtra. Mariana Lugo Arellano, coordinadora de la investigación cuantitativa, así como las Trabajadoras Sociales Esther Rincón Reyna y Gabriela Rodríguez Olivarez, quienes fungieron como encargadas de la investigación cualitativa.
Asimismo, resulta destacable la participación de las y los investigadores de las distintas universidades, colegios, institutos e instituciones públicas que participaron en cada uno de los momentos del proyecto, desde su propuesta hasta su conclusión.
Nuestra gratitud a las distintas autoridades de los hospitales, comités y consejos estatales de ética y bioética, así como al Instituto Mexicano de la Juventud y a los institutos estatales de la juventud, además de las instancias educativas y de seguridad que nos permitieron trabajar con la población objetivo.
Agradecemos a aquellas mujeres y hombres que nos brindaron sus testimonios. También a nuestras familias por su paciencia y comprensión por el tiempo que nos cedieron para dedicarlo al desarrollo del contenido del libro.
Nuestro reconocimiento especial por su apoyo y participación a:
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS)
Fundación Gonzalo Río Arronte, IAP (FGRA)
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)
Universidad Veracruzana (UV)
EL Colegio de México (Colmex)
El Colegio Mexiquense
Instituto Nacional de Salud Pública (INSP)
Instituto Nacional de Perinatología (INPer)
Hospital de la Mujer Zacatecana
Hospital General Dra. María del Socorro Quiroga Aguilar, Ciudad del Carmen, Campeche (HGDMSQA)
Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve)
Instituto de la Juventud de la Ciudad de México (Injuve CdMx)
Instituto de la Juventud del Estado de Zacatecas (Injuve Zacatecas)
Instituto de la Juventud del Estado de Campeche (InjuCam)
Comité de Investigación y Ética en Investigación y Bioseguridad del INPer
Consejo Estatal de Bioética de Zacatecas
Comités Estatales de Investigación y Ética en Investigación de Campeche Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de Zacatecas Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Campeche (Cecytec)
Clínica del Adolescente del Instituto Nacional de Perinatología
A la Fundación Gonzalo Río Arronte, Institución de Asistencia Privada, le expresamos nuestra gratitud por el financiamiento otorgado, así como por el seguimiento continuo al desarrollo de esta investigación.
Fabiola Pérez Baleón1
Irma Romero Pérez2
Ángeles Sánchez Bringas3
Esta obra contiene los resultados cualitativos de la investigación denominada “Encuesta nacional de los factores determinantes del embarazo adolescente (ENFaDEA). Hacia la comprensión de los elementos sociales, familiares y personales asociados al embarazo adolescente y la elaboración de propuestas de intervención”, financiada por la Fundación Gonzalo Río Arronte (FGRA).
El estudio se desarrolló de 2017 a 2018 en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM y fue propuesto y coordinado por Fabiola Pérez Baleón, con la asesoría, en el diseño teórico-metodológico, de Ángeles Sánchez Bringas. El objetivo de la investigación fue realizar un acercamiento a la complejidad social y cultural del embarazo, la maternidad y la paternidad de personas menores de 20 años en México. Se buscó conocer y analizar las experiencias sexuales y reproductivas que se desarrollaron en torno a estos fenómenos, así como la construcción subjetiva de los mismos y las condiciones socioeconómicas desde las cuales surgieron estos eventos reproductivos. El propósito de profundizar con un enfoque cualitativo en estas problemáticas fue contribuir al tema con material rico en diversidad de condiciones, experiencias y elaboraciones simbólicas que coadyuve al diseño de políticas públicas y programas adecuados a esta población, que puedan incidir en su prevención.
El trabajo de campo se realizó en contextos urbano-marginales de tres estados de la República mexicana, uno del norte, otro del sureste y uno más del centro, con la finalidad de contar con experiencias que provinieran de tres contextos distintos y que dieran cuenta de la riqueza del fenómeno dentro de un país tan diverso como México. Los estados fueron Zacatecas, Campeche y la Ciudad de México (CdMx); se acudió a tres hospitales, uno por cada estado.4 Por la particularidad de la CdMx, como centro de la megalópolis, fue común que las personas que acudían al hospital en donde se trabajó procedieran tanto de la Ciudad como del Estado de México; sin embargo, este último no se consideró como un cuarto espacio de trabajo, más bien, la información de sus participantes se incluyó dentro de la CdMx.5 Los estados en los que se realizó el análisis son importantes ya sea porque ocupan los primeros lugares en tasas de fecundidad adolescente (TFA) o por su ubicación geográfica, poblacional y política.
La mayor fortaleza de este estudio consiste en haber entrevistado en profundidad a mujeres de distintos rangos de edad (de 13 a 14, de 15 a 19 y de 20 a 24 años) que habían vivido un embarazo antes de los 20 años, así como a hombres que reconocieron haber procreado cuando ellos se encontraban en la adolescencia.6 La selección del universo de estudio nos permitió, por un lado, reconocer importantes diferencias de género en la problemática y, por otro, acceder a una visión longitudinal compleja del fenómeno. En particular, fue muy relevante haber obtenido información de dos grupos: mujeres de 13 a 14 años y varones con algún antecedente de embarazo en la adolescencia, sobre todo porque sobre estos grupos existe muy poca investigación producida en las ciencias sociales.
Otra contribución importante de la investigación es presentar un panorama amplio que levanta varios cuestionamientos sobre las categorías con las que se ha etiquetado esta problemática: embarazo infantil, embarazo adolescente y embarazo juvenil; utilizadas en la literatura académica y política. Por lo general, desde estas categorías los investigadores y quienes diseñan las políticas públicas se refieren tanto al embarazo como a la maternidad y la paternidad de menores de 20 años a partir del supuesto de que todo embarazo, en esta etapa, tiene las mismas repercusiones y termina en el nacimiento de una hija o un hijo o de que todo aborto resultará inseguro. Por eso en esta obra hablamos tanto de embarazo como de maternidad y paternidad, buscando diferenciar el fenómeno de la gestación de aquel todavía más complejo que implica el ejercicio del trabajo reproductivo que fundamentalmente realizan las mujeres —en este caso adolescentes—, la mayoría de las veces en condiciones adversas, con ello pretendemos evitar que se etiqueten de forma indiferenciada experiencias reproductivas distintas.
El fenómeno lo hemos delimitado con base en el rango de edad que corresponde a la etapa de vida reconocida como adolescencia: entre 10 y 19 años (Organización Mundial de la Salud, 2019). Esta etapa biográfica se ha definido como un periodo de transición entre la niñez y la adultez, en el que las personas todavía dependen de su familia de origen y dedican esos años a su maduración biológica, principalmente sexual, afectiva y social para llegar a ser adultos; pero, como señala Saldaña (2017: 21-22), esta fase vital no sólo está definida por transiciones dinámicas, no necesariamente lineales, sino que también está diferenciada por marcadores sociales (edad, clase y género).
Desde esta consideración planteamos que el proceso de formación educativa y laboral, el establecimiento de relaciones sexo-afectivas y de amistad, la independencia económica y la autonomía residencial establecen una relación constitutiva con las condiciones socioeconómicas y de género. Así, en diferentes contextos (urbano, rural o indígena) varían los rangos de edad y la forma en cómo se vive esta categoría biográfica, ya que, como lo documenta esta investigación, aun en contextos en los que impera la desigualdad, la pobreza y la violencia se dan diferencias significativas que hacen de estas transiciones fenómenos no homogéneos.
El material recopilado muestra entornos en los que el embarazo, la unión conyugal y la reproducción ocurren a temprana edad; en donde las responsabilidades, los roles y las identidades rebasan la categoría de adolescente y lo que se espera de esta población al efectuar dichas transiciones y asumir compromisos, obligaciones y actividades de cuidado de sus hijos desde muy corta edad, cuando en otros grupos sociales tales eventos se retrasan hasta pasados los 20 años.
En sus nueve capítulos el libro ofrece un panorama de diferentes aspectos del embarazo, la maternidad y paternidad en la adolescencia, así como de su prevención, elaborados desde diversas disciplinas (antropología, sociología, demografía, psicología social, trabajo social, pedagogía y medicina) y entidades académicas mexicanas. Las autoras y autores que colaboran en esta publicación son: Olga Rojas de El Colegio de México; Nelly Rosa Caro Luján de El Colegio Mexiquense; Mayra Lilia Chávez Courtois del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes; Lourdes Campero, Lizeth Cruz-Jiménez, Fátima Estrada, Guillermo González y Hortensia Reyes Morales del Instituto Nacional de Salud Pública; Gloria Elizabeth García Hernández de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa; Luis Botello Lonngi y Ángeles Sánchez Bringas de la UAM, Unidad Xochimilco; Arturo Aguilar Ye de la Universidad Veracruzana; Irma Romero Pérez de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, así como Esther Rincón Reyna y Fabiola Pérez Baleón de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México. También participan Betsabe Ivette Morán Alcántara y Elizabeth Trujillo Jiménez como investigadoras independientes.
La elaboración de la obra se desarrolló en el marco del seminario cualitativo denominado “Comprensión del embarazo, la maternidad y la paternidad en la adolescencia: una mirada interdisciplinaria”, realizado en las instalaciones de la ENTS-UNAM a lo largo de tres sesiones durante 2018. Se invitó a las y los investigadores que en el año previo habían participado en el “Foro sobre embarazo adolescente”, también efectuado en la ENTS; evento que se realizó con la finalidad de discutir el diseño metodológico y los instrumentos de la investigación (véanse en línea los instrumentos en la página de la ENFaDEA); todos ellos aceptaron proseguir en esta segunda fase.
El seminario constituyó un espacio de discusión e intercambio desde la perspectiva de cada disciplina, con el objetivo de analizar la información recabada en el campo para presentar, como producto final, este libro. De igual forma, el seminario permitió tanto problematizar el fenómeno del embarazo, la maternidad y la paternidad en la adolescencia desde distintos ángulos —de acuerdo con la disciplina de procedencia de cada participante, sin que predominara alguna en particular—, como profundizar en algunos aspectos de la temática que ya otros investigadores han explorado, además de desarrollar nuevos ejes de análisis y áreas de estudio derivadas de los hallazgos de esta investigación. En él se acordaron las temáticas y grupos poblacionales que cada autor o grupo de autores(as) abordaría.
Para la elaboración exclusiva de los capítulos de este libro a los autores se les ofreció el material transcrito de las entrevistas y grupos focales, para ello se guardó la información en Dropbox y se les compartió una liga. Por lo acotado del tiempo la información no estaba codificada, por tanto cada uno debió establecer sus propias categorías de trabajo, así como la teoría y el software que emplearía. La elección de tales herramientas se efectuó de acuerdo con sus intereses y líneas de investigación.7 En las sesiones se presentaron los avances de cada capítulo y se realizaron observaciones y comentarios por parte de los participantes.
Antes de invitar al lector a la revisión de los capítulos que integran esta obra es necesario ofrecerle los elementos que funcionarán como coordenadas para una mayor compresión de la investigación y de los textos que muestran los resultados. Comenzamos con una revisión de los estudios cualitativos sobre dichos temas, con base en la cual resaltamos los debates, contribuciones y líneas por investigar sobre los mismos. Luego se presentan los lineamientos teórico-metodológicos que guiaron la investigación; en seguida se muestra el diseño de la investigación cualitativa, se ahonda en los casos de estudio, así como en las técnicas e instrumentos de investigación y se incluye el modo en que se sistematizaron los materiales. Al final del libro, en el Anexo 1, se incorporan algunos cuadros con información de las y los participantes y, en el Anexo 2, algunas características sociodemográficas de los estados seleccionados.
Gran parte de la literatura ha considerado al embarazo durante la adolescencia como el precursor de las desigualdades sociales a las que se enfrentan las adolescentes, pues se vincula con la morbimortalidad materna, los partos prematuros, el bajo peso al nacer, la deserción escolar, la falta de oportunidades laborales y los ingresos insuficientes de las mujeres de este grupo etario, así como con la posibilidad de vivir en uniones conyugales tempranas, tener mayor descendencia y continuar perpetuando los círculos de pobreza (Alatorre y Lucille, 1998; Buvinic, 1998; Buvinic, Valenzuela, González y Molina, 1998; Consejo Nacional de Población, 2015; Furstenberg, Levine y Brooks-Gunn, 1990; Moore y Doreen, 1995; National Research Council (US) Committee on Population, 1989; The Alan Guttmacher Institute, 1998; The Population Reference Bureau, 1996; Welti, 1997, 1995; Wolfe y Perozek, 1997).
Sin embargo, nuevas investigaciones hechas desde otros supuestos teóricos y metodológicos han permitido visibilizar que el embarazo antes de los 20 años es resultado de las desigualdades en las que ellas y ellos viven y nacen. No por eso el fenómeno resulta menos preocupante, pero esta otra perspectiva permite ampliar el panorama desde el que se observa y comprende la situación. Además, se ha señalado que esta problemática debe enmarcarse en el contexto cultural, social, histórico, político y económico en donde acontece, a fin de lograr su comprensión, prevención y atención (Climent, 2003; Conapo, 2015; García, 2016; Llanes, 2016; Stern, 2012).
En México, el embarazo y la maternidad en la adolescencia son considerados un problema social y de salud pública. Un indicador es la tasa específica de fecundidad (TFA) que se incrementó en los años recientes, al pasar de 69.2 nacimientos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años en 2009 a 77.04 nacimientos en 2014 (Conapo, 2016). Asimismo, la TEF del grupo de 12 a 14 años se situó en 2016 en 3.55 nacimientos por cada mil mujeres de esa edad (Meneses y Ramírez, 2018).
Investigaciones cuantitativas previas han señalado que el embarazo y la descendencia en la adolescencia es un fenómeno que se presenta más entre las mujeres que entre los varones, pues ellas entablan relaciones con adolescentes, pero también con hombres mayores de 20 años, quienes promueven una iniciación sexual temprana, no siempre protegida. Además, las diferencias entre varones y mujeres (así como entre la maternidad y la paternidad en la adolescencia), lejos de ser complementarias, se derivan de relaciones de género enmarcadas por mayores desigualdades y por un menor poder de negociación en la pareja, en perjuicio de ellas. Asimismo, existen diferencias importantes entre el grupo de madres o gestantes de 14 años y menos y el de 15 a 19 años (Sánchez y Pérez Baleón, 2016).
También se ha encontrado que la salida de la escuela y la unión conyugal suceden antes del nacimiento del primer hijo; en la mayoría de los casos, el embarazo y la maternidad adolescente se dan en el marco de la relación de pareja y dicha unión conyugal se mantiene por lo menos hasta los 19 años (Sánchez y Pérez Baleón, 2016).
Sin embargo, cuando nos acercamos a la complejidad del tema, los trabajos cualitativos han mostrado que el embarazo, la maternidad y la paternidad en la adolescencia son fenómenos con amplios matices dados por el inicio de la actividad sexual, el uso de métodos anticonceptivos, la presencia de uniones conyugales tempranas, la escolaridad lograda, la participación en el mercado laboral, la condición étnica, el tamaño de la localidad y el grado de marginación de los adolescentes (Conapo, 2015).
Algunos estudios los explican a partir de factores o condiciones de riesgo presentes en los distintos ámbitos de la vida de los adolescentes: personal, familiar, social y cultural. Así, estos trabajos han encontrado diferentes aspectos asociados, como por ejemplo: una subjetividad y autoestima poco fortalecida, escaso poder de decisión sobre su salud sexual y reproductiva y la visualización de un proyecto de vida vinculado con la maternidad y la paternidad, más que con una alta escolarización o con la incursión en un empleo bien remunerado. Asimismo han señalado otros aspectos: dinámicas familiares no solidarias, violencia intrafamiliar, separación o abandono de los padres, presencia de adicciones en los adolescentes o en los miembros de sus familias, deserción y maltrato escolar, adquisición de responsabilidades en el trabajo doméstico a edades tempranas, inicio laboral en condiciones de precariedad, violencia en la pareja, violencia sexual, normas de género que priorizan la maternidad y la conyugalidad, así como políticas públicas ineficientes dirigidas hacia este sector poblacional (Ávila, 2016; Caro, 2012; Climent, 2002, 2003, 2009; Conapo, 2015; García, 2016; Llanes, 2016; Negrete y Viveros, 2016; Pérez Baleón, 2012; Sánchez y Pérez Baleón, 2016; Stern, 2012).
Es importante tener en cuenta que el embarazo, la maternidad y la paternidad adolescente adquieren connotaciones y significados diferenciales, en ocasiones problemáticos, según el contexto en que se elaboran y las condiciones en las que se encuentran los adolescentes. Desde la política pública pueden ser vistos como situaciones que truncan el curso de vida, mientras que, en determinados entornos, pueden resultar eventos que si bien la mujer, su pareja y su familia no esperaban que ocurrieran a temprana edad, tampoco vienen a ser una situación catastrófica, ya que se encuentran en concordancia con las normas sociales del contexto, las cuales promueven un rápido inicio de la vida sexual, conyugal y reproductiva, lo que facilita a las personas transitar a la adultez y obtener un lugar social reconocido dentro del grupo de parientes e incluso incrementar o fortalecer sus redes familiares de apoyo (Ávila, 2016; Caro, 2012; Climent, 2002, 2003, 2009; García, 2016; Llanes, 2016; Mora y Oliveira, 2009b, 2009a, 2014; Negrete y Viveros, 2016; Pérez Baleón, 2012; Sánchez y Pérez Baleón, 2016; Stern, 2012).
Por tal razón es necesario ahondar, de forma específica, en los aspectos personales, familiares, sociales y culturales que propician que determinadas mujeres y hombres vivan un embarazo antes de cumplir los 20 años, así como precisar el contexto de socialización de los adolescentes fuera del ámbito familiar, explorar las relaciones erótico-afectivas que se generan en espacios de convivencia alternos al hogar, conocer la percepción de seguridad e inseguridad de ellas y ellos en tales lugares de socialización y revelar los elementos en los que es necesario incidir desde la educación, la salud y el trabajo para prevenir los embarazos no planeados en esta etapa de la vida.
Este estudio se realizó desde el enfoque teórico-metodológico del curso de vida y la perspectiva de género que pugna por los derechos sexuales y reproductivos. El curso de vida desarrollado por Glen Elder (1985, 1987) ofrece una perspectiva de análisis longitudinal de la experiencia de vida filtrada por el contexto histórico y sociocultural en el que surge. El análisis se centra en la relación dinámica entre el curso de vida del individuo y el escenario socio histórico, para dar cuenta del cambio tanto en la biografía de la persona como en el ámbito macro-social. En dicha interrelación macro-micro nace la identidad, parte central de la experiencia de vida: experiencia e identidad van surgiendo de un proceso en constante cambio, cuya configuración temporal emerge de la interacción social que se desarrolla en situaciones específicas (Elder, 1985; Elder, Johnson y Crosnoe, 2003; Hockey y James, 2003).
Tal enfoque proporciona dos categorías claves para el análisis: la trayectoria y la transición; en ambas la edad y el género son códigos centrales que regulan la experiencia. La trayectoria consiste en un esquema global (longitudinal) de la vida de los individuos que organiza cronológicamente los cambios y el paso de las personas por distintos lugares sociales, roles e identidades. Este concepto introduce distintas dimensiones de tiempo: biográfico (edad), proceso sociocultural y coyuntura socio-histórica (Elder et al., 2003; Hockey y James, 2003). Además, en el curso de vida se distinguen diferentes dimensiones de la persona que pueden considerarse como trayectorias referidas a los entornos escolar, laboral, sexual, reproductivo, conyugal y residencial, interrelacionadas entre sí (Blanco, 2002; Camarena, 1999).
Por su parte, la transición registra los eventos decisivos y las transformaciones en la vida de los individuos, marca el paso de un lugar social a otro y denota los distintos roles sociales que va asumiendo la persona de acuerdo con su edad y género. Este concepto es clave para comprender el cambio en las identidades, así como la compleja reproducción de procesos sociales y la ocurrencia de cambios y continuidades en el nivel microsocial y en la cotidianidad de los individuos (Elder, 1985, 1987; Elder et al., 2003; Elder y O’Rand, 1995; Modell y Hareven, 1978).
Las transiciones han sido diferenciadas de acuerdo con los principales lugares socialmente reconocidos. Las investigaciones sociodemográficas han privilegiado aquellas comúnmente asociadas al tránsito hacia la adultez, como son el inicio de la vida laboral, de una vida residencial independiente de los padres, la unión conyugal, la conclusión de los estudios o el abandono escolar, el debut sexual y el embarazo y nacimiento del primer hijo. La investigación cualitativa, por otro lado, ha denotado que las transiciones de roles y estatus no son lineales y están conformadas o delimitadas por condiciones estructurales, así como por la interacción en el ámbito microsocial (Ariza, 2000; Coubès, Solís y Zavala-Cosio, 2017; Tuirán, 1999; Berrio, 2013; Elizondo, 2015; García, 2016).
En nuestro estudio optamos por el enfoque del curso de vida con perspectiva de género, porque nos permite un acercamiento crítico a la compleja configuración de relaciones de poder y normatividades de género y heterosexualidad desde una mirada diacrónica. El género lo entendemos como el entramado de relaciones de poder que coloca a las mujeres y a otros grupos sociales en una posición subordinada, derivada, en primera instancia, de la percepción de la diferencia sexual, pero que realmente se produce a partir de entramados de desigualdad social basados en jerarquías de clase, edad, racialización, capacidades, entre otras, que, articuladas con el género, afectan de manera específica las experiencias de embarazo, maternidad y paternidad de los adolescentes (Collins, 2015; Viveros, 2016). Con esta mirada buscamos delimitar el peso del género, la edad y el estrato socioeconómico en las condiciones de subordinación y vulnerabilidad de las y los entrevistados durante su curso de vida.
Planteamos que, en las transiciones a nuevos estatus y roles, hombres y mujeres asumen y desarrollan identidades de género socialmente convenidas, a partir de las cuales se orienta y resignifica el propio curso de vida. En este proceso intervienen mecanismos de subjetivación regulados por las normas de género y heterosexualidad imperantes en el contexto, las cuales definen lo que es y no es una forma de vida viable, es decir, socialmente reconocida (Butler, 2006). Desde estos supuestos nos acercamos a la forma en que las condiciones estructurales fueron condicionando los lugares y roles sociales de las y los entrevistados. Ello nos llevó a indagar sobre la subordinación, formas de autoafirmación o resistencia y procesos de subjetivación que desarrollaron las y los adolescentes en sus experiencias sexuales, de gestación, maternidad y paternidad.
Con este enfoque pudimos comprender, desde la desigualdad de género, la dificultad que las mujeres enfrentan para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. Por otro lado, las narrativas de género y heterosexualidad —imaginarios, valoraciones e ideaciones— fueron analizadas de acuerdo con las situaciones sociales con las que las y los adolescentes las asociaron y con el momento del relato; es decir, se enmarcaron en la trayectoria de vida y se examinó la resignificación que realizó la persona al momento de la entrevista.
De acuerdo con el enfoque anterior fue necesario acercarnos al fenómeno del embarazo en la adolescencia desde la mirada de los actores que participaron como informantes en este proyecto: las y los adolescentes y jóvenes8 que estuvieron embarazadas o que fueron padres o madres durante la adolescencia, pues mediante su experiencia y su subjetivación —entendida esta última como el proceso basado en significados e imaginarios que dieron sentido al embarazo, a la maternidad y paternidad y al proyecto de vida familiar, educativo y laboral— pudimos llegar a comprender las implicaciones de este fenómeno. En este sentido, la metodología cualitativa retoma la voz de los actores y permite acceder a la subjetividad y a los significados que los guían en la interacción social y en la vida cotidiana (Castro, 1996; Schutz, 1974; Taylor y Bogdan, 1986).
La estrategia metodológica de la investigación parte de tres ejes de indagación: 1) las configuraciones de los cursos de vida, de los tránsitos, de los lugares sociales, los roles y las identidades de las personas participantes que tuvieron al menos una gestación durante la adolescencia; 2) las características y entramados de las condiciones socioeconómicas, las relaciones de subalternidad y las normas de género y heterosexualidad que delimitaron el lugar, los roles y la identidad de madre/padre; 3) las experiencias y los procesos de subjetivación que desarrollaron las y los participantes referidos a sus relaciones amorosas, de pareja y familiares, así como a la vida sexual, el embarazo y la maternidad/paternidad.
La investigación se llevó a cabo en tres estados de la República mexicana y para seleccionarlos se tomó en cuenta la facilidad en el acceso a instituciones de salud donde entrevistaríamos a las y los informantes. Pero más importante fue que mostraran una alta incidencia de fecundidad adolescente y presentaran una heterogeneidad en su nivel de desarrollo. Para ello se consideraron dos indicadores: la TFA y el índice de desarrollo humano (IDH).
En 2014 Zacatecas ocupó el tercer lugar nacional en incidencia de embarazos adolescentes, Campeche el noveno lugar y la CdMx el último, pero, por su importancia como capital del país, se decidió incluirla (el Estado de México se posicionó en el décimo lugar). En desarrollo humano la Ciudad de México mostró un alto nivel, de acuerdo con dicho índice, mientras que los otros estados se ubicaron en un nivel medio (cuadro 1).
Cuadro 1. Tasa de fecundidad adolescente (TFA) e índice de desarrollo humano (IDH) para los estados seleccionados de la República mexicana
Fuente: elaboración propia a partir de las estimaciones del Consejo Nacional de Población (2016) sobre la “Encuesta nacional de la dinámica demográfica” (Enadid, 2009, 2014) y del “Índice de desarrollo humano para las entidades federativas” (PNUD, 2015).
Las técnicas utilizadas para recabar la información fueron: a) la entrevista en profundidad, b) la revisión de expedientes clínicos y c) el grupo focal. Las dos primeras se efectuaron en tres instituciones de salud, mientras que los grupos focales se realizaron por medio de instituciones que atienden a la juventud en cada uno de los tres estados.
Los hospitales a los que ingresamos para captar a la población objetivo ofrecen atención gineco-obstétrica de segundo y tercer nivel, en específico a mujeres no derechohabientes que viven en zonas urbano-marginales, ya que los sanatorios pertenecen a la Secretaría de Salud. En menor medida se recuperaron los casos de personas específicas, principalmente los participantes de los grupos focales con antecedentes de embarazo en la adolescencia.
El acceso a los nosocomios se dio mediante la presentación del protocolo de investigación y las cartas de consentimiento y asentimiento informado9 ante los Comités Estatales de Investigación y de Ética en Investigación u organismos similares, que son instancias encargadas de revisar las propuestas de investigación y de aprobar o rechazar la realización de estudios en instituciones específicas de salud.10
Una vez que se contó con la aprobación del protocolo las gestiones de acceso continuaron con las autoridades de las instituciones hospitalarias, en particular, con el director y el jefe del departamento de Enseñanza e Investigación, así como con los investigadores interesados en colaborar en el proyecto. Ante ellos se presentó el protocolo y se elaboró una propuesta de trabajo avalada por el jefe del Departamento de Enseñanza e Investigación o por el investigador responsable.
En específico se realizó el trabajo de campo en el Hospital de la Mujer Zacatecana (HMZ), que es un hospital de segundo nivel de atención y de referencia que atiende a población con embarazos considerados de alto riesgo, entre los que se incluyen aquellos que se presentan antes de los 20 años. Se ubica en el municipio de Guadalupe, zona conurbada de la capital del estado, y presta servicios a la población que proviene de los municipios de Guadalupe, Zacatecas, Calera y Ojocaliente, entre otras zonas aledañas. El trabajo en Zacatecas comenzó formalmente el 31 de julio y concluyó el 30 de agosto de 2017.
De igual forma se logró el acceso al Hospital General Dra. María del Socorro Quiroga Aguilar (HGDMSQA) de Ciudad del Carmen en Campeche; éste es un hospital de segundo nivel de atención y de referencia que atiende a población con embarazos considerados de alto riesgo. Presta servicios a la población que proviene de los municipios de Ciudad del Carmen, Escárcega y Champotón. La estancia en este estado se realizó del 11 de septiembre al 5 de octubre de 2017. Es importante precisar que las entrevistas y la revisión de expedientes se efectuaron en Ciudad del Carmen, mientras que los grupos focales se llevaron a cabo en San Francisco Campeche, capital del estado.
El tercer hospital fue el INPer, que es un establecimiento de tercer nivel que atiende a población con embarazos de alto riesgo, así como otras afecciones perinatales. Se ubica en la alcandía de Miguel Hidalgo y presta sus servicios a población que proviene, sobre todo, de la CdMx y de municipios aledaños pertenecientes al Estado de México; también acceden a él personas residentes de otros estados de la República, sin embargo, a ninguna de estas últimas se le entrevistó. La estancia ahí se efectuó en los primeros tres meses de 2018. Para la realización de las entrevistas en profundidad se contemplaron dos grupos por cada uno de los estados seleccionados:
•Mujeres de 13 a 24 años que estaban embarazadas o que ya habían sido madres durante la adolescencia.
•Hombres de 15 a 24 años que habían embarazado y que fueron padres durante la adolescencia.
Reconocemos que en el desarrollo de la investigación se entrevistaron exclusivamente a personas que estaban embarazadas o que habían sido madres o padres en la adolescencia. No se abordó a aquellas cuyo embarazo hubiera concluido en un aborto o pérdida, pero que al momento de la entrevista no tuvieran hijos o embarazos, excepto en los grupos focales, cuya finalidad de investigación fue distinta.
Se lograron realizar 64 entrevistas: 51 con mujeres y 13 con hombres. En cada una de ellas se aplicaron los cuatro instrumentos que componían la entrevista (mismos que se explican en el siguiente apartado); se les hizo entrega de las cartas de consentimiento o asentimiento informado, según aplicara en cada caso.
La entrevista en profundidad permite explorar tanto las acciones del sujeto y sus relaciones sociales, como el proceso de subjetivación; facilita el acercamiento con el otro o la otra por medio de una conversación acotada por líneas concretas de indagación (Sierra, 1988; Valles, 1999). En la sesión de la entrevista realizada a mujeres y hombres se utilizaron cuatro instrumentos: a) la cédula de identificación; b) el formulario de trayectorias de vida; c) el guión de entrevista en profundidad, y d) el familiograma.
a) La cédula de identificación recabó los datos personales de los participantes, referidos a la condición socioeconómica y a la disponibilidad y acceso a servicios públicos como establecimientos de salud, además de aquellos lúdicos y educativos existentes en la localidad de residencia, así como información sobre la conformación familiar y los datos de la pareja actual.
b) El formulario de trayectorias de vida fue una herramienta central en la investigación. Se adaptó este instrumento de aquel propuesto por el proyecto de la “Encuesta demográfica retrospectiva” (Eder) de 1998 (Coubès, Zavala y Zenteno, 2005: 481). Con éste se obtuvo información acerca de los trayectos que realizó la persona a lo largo de su vida en los ámbitos residencial, escolar, laboral, sexual, conyugal y reproductivo; la información se desplegó en años-persona. Su uso permitió examinar la forma en cómo se intercalaron las distintas trayectorias de vida, conocer sus principales transiciones, así como los recursos acumulados por cada una de las personas entrevistadas. En él se registraron las diferentes categorías de relaciones vinculadas con la vida sexual y con el uso de anticonceptivos, los embarazos, abortos e hijos. Se buscó identificar la centralidad de la vida reproductiva en relación con otras dimensiones, así como explorar otros proyectos de vida o expectativas. Al aplicar este formulario, además de los otros instrumentos, se grabó la sesión para registrar cómo la persona le iba dando sentido a la configuración de su curso de vida. A partir de esta narración se priorizaba la temática a explorar.
c) Una vez concluido el llenado del formulario de trayectorias de vida se continuaba con el guión de entrevistas en profundidad. Con él se pretendió conocer y entender las prácticas, imaginarios, ideas, valoraciones y marcos explicativos utilizados en los procesos de subjetivación del embarazo, la pareja, las prácticas amorosas y eróticas, la maternidad o paternidad y los proyectos de vida: escuela, trabajo y familia. Aspectos que empezaban a delinearse desde la aplicación del instrumento anterior.
Se preguntó sobre la significación de la primera relación sexual, de otras relaciones erótico-amorosas, del uso de anticonceptivos, de la primera unión, el embarazo, el parto y el puerperio; se indagó sobre la valoración del aborto, la familia, los hijos, los empleos y los estudios; además de inquirir sobre las expectativas a futuro. En el caso de este instrumento se hicieron adecuaciones según el género de los informantes y su vivencia en relación con la maternidad o la paternidad, por tanto se contó con dos guiones de entrevista: uno para mujeres y otro para hombres, los cuales, al aplicarse, se iban adaptando a las particularidades de la trayectoria de vida de cada persona entrevistada.
d) El familiograma permitió ubicar a la persona dentro de su núcleo familiar y su red de parientes, así como establecer las relaciones de género dentro de éste. Se registró información sobre la conformación familiar y el tamaño de la red familiar y de apoyo; se indagó sobre la cualidad de las relaciones de parentesco antes y después del nacimiento del primer hijo y las formas en que se concretaban los apoyos, conflictos y relaciones de poder dentro de sus familias.
Las entrevistas en profundidad y la aplicación de los instrumentos de investigación se realizaron en diversas áreas de las tres instituciones de salud: sala de espera en consulta externa de los servicios de ginecología y obstetricia, pediatría, vacunación, área de tamizaje y urgencias, el servicio de psicología en el HMZ, el servicio de Módulo Mater y Triage Obstétrico11 en el HGDMSQA, alojo conjunto12 en el HMZ y en el HGDMSQA, así como en la Clínica del Adolescente en el INPer, además de efectuar distintas visitas domiciliarias con algunas entrevistadas de la CdMx y del Estado de México.
El trabajo de campo en las instituciones de salud tuvo la ventaja del acceso a la población de estudio de forma directa y garantizó la afluencia de ésta. Sin embargo, se enfrentaron diversas dificultades para la aplicación de los instrumentos de investigación, lo que repercutió en la duración de las sesiones y, por ende, en la calidad y profundidad de la información.
Entre las limitantes destacan el tiempo escaso para realizar la entrevista, por lo que se procuró agotar los instrumentos en una sesión, con duración de entre 40 y 60 minutos; éstas se efectuaron en espacios que no siempre garantizaban la privacidad, ya que durante algunas sesiones se tuvieron interrupciones por parte del personal médico. Ante estas complicaciones se generaron dos estrategias para garantizar la calidad de la información: determinar los horarios pertinentes para establecer contacto con la población y establecer acuerdos con el personal de salud, quienes relacionaron al equipo de trabajo con las mujeres que cubrían los criterios de inclusión.
Durante las estancias en las instituciones de salud se revisaron expedientes clínicos de mujeres menores de 15 años, que fueron atendidas por un evento obstétrico en el semestre previo al trabajo de campo en los servicios de gineco-obstetricia de los tres hospitales que permitieron el acceso. Para ello se implementaron los lineamientos de la investigación documental que versan en torno a esta técnica (Sierra, 1988).
En total se examinaron 79 expedientes clínicos de mujeres menores de 15 años: 35 en el HMZ en Guadalupe, Zacatecas, 16 en el HGDMSQA en Ciudad del Carmen, Campeche, y 28 en el INPer en la Ciudad de México. Para ello se tuvo acceso al Área de Archivo Clínico de cada una de las instituciones o al expediente electrónico.
De los expedientes clínicos se recuperaron datos sociodemográficos, la trayectoria sexual y reproductiva, la anticoncepción, el cuidado prenatal, la resolución del embarazo, las complicaciones durante el parto, los datos sociodemográficos de la pareja y el perfil socioeconómico de las menores embarazadas. Se buscó cubrir con la información de los expedientes los elementos contenidos en la cédula de identificación y en el formulario de trayectorias de vida que se utilizó en las entrevistas. Es importante señalar que esta actividad fue muy limitada porque el registro de la información no era uniforme, no todos los expedientes contaban con datos completos en cada uno de los rubros mencionados e incluso se observaron diferencias en la rigurosidad del llenado en cada institución.
La razón de acercarnos a los expedientes de esta población se debió a lo escaso de la información existente en torno a este grupo y al cuestionamiento, con implicaciones éticas, que en principio se tuvo sobre si debíamos entrevistarlas o sólo aproximarnos a ellas mediante los expedientes. Finalmente se realizaron ambas técnicas, pues las condiciones y la población así lo permitieron, cuidándose en todo momento la integridad emocional de las participantes.
La tercera técnica de investigación empleada fue el grupo focal; con esta técnica se busca conocer, a través de la conversación o discusión de los participantes, las opiniones y representaciones sociales sobre un fenómeno (Sierra, 1988; Valles, 1999). Por sus características permite indagar sobre las distintas percepciones, dudas, interrogantes, acuerdos y certezas, así como establecer el discurso que se genera dentro del grupo de asistentes en torno a ciertos temas.
Estos grupos se dirigieron a personas de entre 14 y 22 años, sin importar sus antecedentes reproductivos, puesto que el eje de indagación no era el embarazo, sino el contexto de socialización en el cual se desenvuelve actualmente la gente joven y la adolescente, por lo que se exploraron temas como los vínculos eróticosexuales y amorosos, el consumo de sustancias adictivas, la fiesta y la inseguridad. En los grupos focales se podía contar o no con la presencia de madres o padres adolescentes; cuando éstos se presentaban se les hizo la invitación para colaborar en las entrevistas en profundidad. Para su conducción se generó un guión de grupo focal; al finalizar se les aplicaba a todos los participantes la cédula de identificación. Se organizaron seis grupos focales, dos por cada estado, tres de varones y tres de mujeres. En total participaron 41 jóvenes de entre 14 y 28 años.
Algunas limitantes que se enfrentaron con esta técnica fueron, por un lado, que varios de los adolescentes o jóvenes convocados no cubrían la edad necesaria para participar, eran menores de 14 o sobrepasaban los 22 años, por el otro, no siempre se cubrió el mínimo de asistentes fijado por el equipo de investigación (seis participantes, siguiendo la recomendación de la literatura para la implementación de esta técnica), por lo que este criterio se ajustó en un mínimo de cinco asistentes.
Se recurrió al Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), quien nos vinculó con las instancias estatales. En Zacatecas se sumaron al proyecto de investigación el Instituto de la Juventud del Estado de Zacatecas (Injuve Zacatecas) y el Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana (CEPDyPC). El primer grupo focal se llevó a cabo en el Centro de Desarrollo Humano en la localidad de El Orito y el segundo en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) del municipio de Zacatecas; en esta última institución se trabajó con población escolarizada.
En Campeche se contó con la colaboración del Instituto de la Juventud del Estado de Campeche (InjuCam) y por medio de ellos participó el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Campeche (Cecytec), ubicado en la capital, quien facilitó la realización de dos grupos focales con su población estudiantil. El de mujeres estuvo conformado enteramente por adolescentes que ya habían sido madres; en el de hombres sólo uno era padre. En la capital del país se tuvo el apoyo del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México (Injuve CdMx); mediante esta instancia se convocó a los participantes y se contó con los espacios para la integración de los dos grupos.
Reconocemos la colaboración del Imjuve, Injuve Zacatecas, CEPDyPC, CBTIS, InjuCam, Cecytec e Injuve CdMx, pues a través de su mediación y la implementación de sus recursos y vínculos institucionales se logró convocar, en corto tiempo, a la población de interés y se contó con los espacios necesarios para realizar cada una de las sesiones. Antes de cerrar este apartado se ofrece un resumen del proceder metodológico (cuadro 2).
Cuadro 2. Concentrado de la investigación cualitativa por grupo de población, institución, técnica e instrumentos empleados
Fuente: elaboración propia.
Para procesar la información recabada en los tres estados se transcribieron las entrevistas en profundidad y los grupos focales,13 y se generaron cuatro bases de datos en SPSS. Una base concentra los datos recuperados en los expedientes clínicos de las adolescentes que presentaron un embarazo antes de los 15 años;14 la segunda contiene las cédulas de identificación y algunos datos del formulario de trayectorias de vida de las y los entrevistados;15 una tercera con la información de las trayectorias obtenidas en el formulario, que se encuentra sistematizada en años-persona,16 y una cuarta base incluye las cédulas de identificación de las personas que participaron en los grupos focales.17 El familiograma, como producto gráfico, no se contempló dentro de la sistematización.
Por otro lado, de las 64 entrevistas que se realizaron durante el trabajo de campo se seleccionaron 45 para su transcripción íntegra;18 para ello se tomó en cuenta la calidad de la información, la potencialidad del caso para el análisis y que todas las interrogantes hubieran sido cubiertas. Asimismo, se procuró que por cada estado, en general, y por cada grupo etario, en particular, se tuviera un número más o menos homogéneo de entrevistas transcritas (cuadro 3).
Cuadro 3. Número de entrevistas transcritas por cada estado y edad del grupo de informante al momento de la entrevista
Fuente: elaboración propia con base en la información recabada mediante entrevistas realizadas en 2017 y 2018 dentro del proyecto ENFaDEA.
La conformación de este libro enfrentó dos retos, por un lado, la entrega de resultados a la FGRA, quien financió la investigación, y, por otro, establecer una estrategia que permitiera analizar la información obtenida en campo. Para el trabajo operativo se contrató a personal para que realizara la recolección de los datos, así como la transcripción y limpieza de las entrevistas; a la par, tesistas y prestadoras de servicio social de la ENTS también contribuyeron con estas actividades. Para el análisis de la información se optó por invitar a especialistas en el tema con la finalidad de que escribieran un capítulo que girara en torno a aspectos que eran de su interés y que contribuyera a la difusión científica de los resultados de esta investigación. De esta manera, se acordó con ellas y ellos la elaboración de un trabajo exclusivo para esta obra.19
El libro se divide en dos secciones. La primera consta de seis capítulos que muestran las condiciones de vulnerabilidad, precariedad y adversidad que enfrentaron las y los adolescentes en el tránsito a la adultez y dentro de su familia, en las relaciones de pareja y en los ámbitos escolar y laboral previas al embarazo; así como la valoración de la maternidad y la paternidad, la feminidad y la masculinidad que priva en su medio social, aunado a la violencia a la que estuvieron expuestas las personas que participaron en este estudio, contexto en el que muchas veces se enmarcó el inicio de su vida sexual, conyugal y reproductiva.
La segunda sección tiene como propósito reflexionar en las acciones concretas que se pueden emprender para prevenir tanto primeros embarazos, como subsecuentes. En principio, a partir de la revisión de algunos trabajos que han focalizado sus esfuerzos en el tema de la prevención del embarazo en la adolescencia, se exploran los elementos mínimos necesarios a tomar en cuenta y que debe contener una intervención social enfocada en este tema. Asimismo, se cuenta con dos propuestas de intervención ya probadas y evaluadas en campo. Para ello se invitó a dos equipos de especialistas que han abordado la educación sexual con alumnos de secundaria y bachillerato, para que sistematizaran sus propuestas y las difundieran por este medio: una es de tipo presencial y contiene distintas técnicas para acercarse a la población y para trabajar con ella, incluyendo a la no escolarizada, y la otra hace uso, además, de las aplicaciones informáticas (Apps, por sus siglas en inglés) para asesorar en tiempo real a los usuarios de tal aplicación. Se debe señalar que estos tres trabajos no se derivaron de la investigación del proyecto de la ENFaDEA.
En resumen, las y los 17 autores hicieron contribuciones críticas para entender el embarazo, la maternidad y paternidad en la adolescencia, así como para reflexionar en su prevención.
En el capítulo denominado “Desigualdad, género y sexualidad: la especificidad del embarazo en mujeres menores de 15 años”, Fabiola Pérez Baleón y Ángeles Sánchez Bringas realizan un análisis de las experiencias amorosas, sexuales, anticonceptivas y reproductivas de las adolescentes en los ámbitos escolar, familiar y de pareja. Las autoras analizan los entramados de relaciones de poder, articulados con el género, que inciden en sus vivencias erótico-sexuales y reproductivas, así como las normas de género y heterosexualidad presentes en sus ideales, imaginarios y emociones asociados a las experiencias. El estudio encontró, entre otros hallazgos, que las adolescentes compartieron formas de desigualdad derivadas de su estrato socioeconómico y de su edad, por lo que iniciaron su vida sexual activa con una corta experiencia afectiva y sexual, dependencia económica, escasa experiencia laboral, baja escolaridad y poco acceso a métodos anticonceptivos; estas condiciones incidieron en el sometimiento a la pareja y en su dificultad para tomar decisiones respecto del inicio de las relaciones sexuales, el uso de métodos anticonceptivos y el embarazo. Sin embargo, el apoyo familiar resultó muy importante para la forma en cómo las jóvenes vivieron y dieron sentido al embarazo.
Otro hallazgo importante del estudio se refiere al entorno de la secundaria, el cual, además de otorgar formación académica a las y los adolescentes, constituye un espacio de socialidad en el que se desarrollan vínculos de amistad, amorosos y erótico-sexuales y se inicia, en algunos casos, el consumo de alcohol, tabaco y drogas. En ese contexto, las menores empezaron las relaciones sexuales, aparentemente sin conflicto, pero desde reglas de género que reprodujeron vínculos de sometimiento con sus parejas. También se observó que si bien las menores no siempre buscaban la gestación y vivieron el embarazo con sorpresa y ambivalencia, con el apoyo familiar lo pudieron visualizar como la posibilidad de abandonar prácticas nocivas y de ejercer el cuidado de ellas, de sus parejas y de sus descendientes; asimismo, destacaron la necesidad de continuar con sus estudios o conseguir un empleo para modificar su condición de dependencia y precariedad.
Por su parte, Nelly Rosa Caro Luján y Betsabe Ivette Morán Alcántara, con su estudio “Relaciones de pareja, embarazo y maternidad en mujeres adolescentes de Campeche, Ciudad de México y Zacatecas”, exploran la relación entre las representaciones de género, las trayectorias escolares y el comportamiento sexual y reproductivo de 21 madres adolescentes de los tres estados analizados, insertas en condiciones socioeconómicas desiguales y en contextos donde privan valores tradicionales. Para ello, las autoras analizan las relaciones familiares, en particular, las relaciones intergeneracionales femeninas, la inserción en la escuela, las relaciones de pareja, el inicio sexual, el uso de métodos anticonceptivos, la violencia de género, el embarazo y las valoraciones de la maternidad y el uso de las redes sociales.
En este segundo capítulo se argumenta que en la vida de las entrevistadas se reproducen normas sociales y culturales del género tradicional que las llevan a experimentar la maternidad como un evento positivo. Las autoras señalan que el género regula la dinámica de las relaciones de pareja, la prevalencia de la división sexual del trabajo y la existencia de violencia en la pareja, la que es aceptada como parte natural de la vida conyugal. De ahí se infiere que existen continuidades entre la generación anterior y la de las adolescentes, excepto por el uso de las nuevas tecnologías en sus relaciones amorosas y para informarse sobre la maternidad. También las autoras observan que algunos varones participaban en el trabajo doméstico y el cuidado de los hijos, especialmente cuando no vivían con la familia de él.
Gloria Elizabeth García Hernández, Irma Romero Pérez y Elizabeth Trujillo Jiménez, en el capítulo “Embarazo en la adolescencia y vulnerabilidad en el curso de vida: algunas experiencias de madres y padres adolescentes en Campeche, Ciudad de México y Zacatecas”, examinan el grado de vulnerabilidad de 27 mujeres y siete varones de los tres estados que tuvieron un embarazo o fueron madres y padres antes de los 20 años. La vulnerabilidad se exploró en el ámbito de la familia, en las trayectorias escolar, laboral, sexual y reproductiva, en la relación de pareja y en el ámbito de la salud de las y los adolescentes entrevistados. Además plantean, a diferencia de lo que se señala en otros estudios, que tanto hombres como mujeres comparten un perfil de vulnerabilidad, el cual inicia muy temprano en su vida.
Las autoras muestran que algunos marcadores —la separación de los padres, la deserción escolar, el inicio temprano en el trabajo, la violencia y el conflicto dentro de la familia y los problemas de salud, entre otros— son compartidos por las y los adolescentes de los tres estados. De las diferencias por género y por grupo etario destaca una mayor vulnerabilidad entre las adolescentes menores de 15 años, condición que las expone a mayor violencia por parte de su pareja y de la familia política. En contraste, los hombres tienen menos marcadores de vulnerabilidad, que luego de la unión de pareja y del embarazo de la misma pueden, incluso, resultar en factores de protección que los redireccionan de forma positiva para apropiarse de su vida y para encontrarle sentido a ésta.
Siguiendo en la misma línea, Olga Rojas, autora de “El tránsito a la vida adulta en la adversidad. El caso de algunos varones mexicanos y los embarazos durante su adolescencia”, pone en evidencia la fuerte asociación de las condiciones socioeconómicas desventajosas en las que transcurre el pasaje a la adultez de los entrevistados. Con un análisis de curso de vida la autora aporta elementos analíticos para comprender el porqué estos varones experimentan las diversas transiciones que conforman el tránsito a la vida adulta de manera precoz. Sin embargo, el embarazo durante la adolescencia no siempre pareció afectar negativamente su vida, toda vez que permitió afianzar la unión con su pareja, además de otorgarle sentido a su existencia, a su actividad laboral y a la posibilidad de comenzar a vislumbrar planes laborales, educativos y residenciales para ellos y sus familias recién creadas. Para poder enfrentar los retos que implican los embarazos de sus compañeras y los nacimientos de sus hijos, los varones contaron con sus familias, quienes en muchas ocasiones asumieron un papel fundamental en la conformación de redes de apoyo y solidaridad.
Mientras que Luis Botello Lonngi, en el capítulo “Fue sin querer queriendo. Hombres adolescentes y embarazo”, se aproxima a las razones del porqué determinados hombres en México continúan repitiendo prácticas sexuales y reproductivas que parecen ser estables por generaciones, tales como el no uso o el empleo inconsistente de métodos anticonceptivos, lo que deriva en embarazos de sus parejas antes de que ambos alcancen los 20 años de edad.
Para analizar este fenómeno el autor propone entender algunos de los comportamientos de los hombres, relacionados con el embarazo en estas edades, desde la intersección de dos dimensiones preponderantes. Por una parte, la masculinidad dominante tradicional que marca normas a las que los varones deben adherirse para ser validados socialmente por sus grupos de referencia —tales como un inicio temprano de la vida sexual, escasa preocupación por el autocuidado de la salud y del cuerpo y la demostración de la masculinidad mediante el embarazo de la pareja— y, por otra, los factores estructurales marcados por la precariedad económica y laboral, que estrechan oportunidades de desarrollo, generando limitaciones para vislumbrar y vivir un horizonte amplio de opciones que incluyan alta escolaridad y la posibilidad de conseguir un empleo que les facilite su inserción a la sociedad y el disfrute pleno de la ciudadanía.
Esta interrelación entre género y precariedad crea escenarios donde la prevención de infecciones de transmisión sexual y embarazos, la negociación y el uso sostenido en el tiempo de métodos anticonceptivos, así como un mayor involucramiento en las relaciones afectivas con la pareja y en la crianza de los hijos(as) son dimensiones sexuales y reproductivas, pero también sociales difíciles de modificar para los adolescentes, en especial para quien no cuenta con herramientas emocionales y cognitivas que le faciliten el imaginar dichas transformaciones.
En el capítulo titulado “Violencia comunitaria y relaciones sexo-eróticasafectivas: posibles precursores del embarazo durante la adolescencia”, Mayra Lilia Chávez Courtois, Irma Romero Pérez y Elizabeth Trujillo Jiménez examinan las condiciones asociadas a la violencia comunitaria y de género en los espacios de convivencia social de las y los adolescentes y jóvenes que participaron en los grupos focales de Zacatecas, Ciudad de México (Estado de México) y Campeche, con la finalidad de analizar los posibles elementos predecesores en la presencia del embarazo adolescente.
Las autoras muestran algunas reglas de convivencia social entre adolescentes y jóvenes, en particular centran su interés en las relaciones sexo-eróticas-afectivas que se desarrollan en los espacios de socialización: bares, antros, fiestas en casas de amigos y parques. También documentan el ambiente de violencia comunitaria que impera en estos espacios. Argumentan que en ámbitos empobrecidos, donde es común la falta de oportunidades de desarrollo educativo, laboral y social para los adolescentes y jóvenes, dichas situaciones tienen implicaciones directas en su vida cotidiana, así como en sus lugares de socialidad, que muchas veces conllevan prácticas de riesgo, tales como el consumo de alcohol o drogas, además del uso ineficaz de métodos anticonceptivos. En estos escenarios son las mujeres las que se ubican en una posición de mayor vulnerabilidad, pues se enfrentan a la estigmatización de su sexualidad y a la objetivación de sus cuerpos, lo que genera expresiones de violencia de tipo sexual. Mientras que para los varones la vivencia de la violencia comunitaria los interpela con mayor énfasis, pues no sólo son espectadores, sino víctimas o participantes activos, ya que algunos llegan a recibir invitaciones para participar en pandillas a cambio de su seguridad o la de sus familias.
Los seis capítulos que componen la primera sección de este libro precisan que la mayoría de las adolescentes y algunos de los varones entrevistados experimentaron las transiciones que conforman el pasaje a la vida adulta prácticamente sin pausa y en contextos de pobreza y marginación, en los que fue habitual la violencia y conflicto en la familia y el grupo de parientes —alcoholismo, drogadicción y abandono del padre—. En ambos sexos fue común que desertaran de la escuela antes de que el embarazo ocurriera. Los varones iniciaron inmediatamente la actividad laboral. En el caso de las mujeres, a las dificultades experimentadas dentro de los planteles educativos, se sumó la compleja situación económica de sus hogares de origen y la dificultad de compaginar el estudio con la unión conyugal y con sus primeros trabajos extradomésticos; una vez que su vida reproductiva comenzó la posibilidad de retomar los estudios se debilitó.
El embarazo temprano, la maternidad y la unión en pareja fueron el camino para transitar a la adultez entre estas adolescentes; sin embargo, este trayecto lo efectuaron en condiciones difíciles. Con este panorama se aprecia cómo la desigualdad económica, de género y de edad se intersectan en mayor o menor medida, dando lugar a situaciones de vulnerabilidad asociadas a la separación de los padres, la deserción escolar, el inicio laboral temprano y precarizado y la vivencia de diversos tipos de violencia.
En la segunda sección, que concierne a las estrategias para prevenir dichas situaciones, Fabiola Pérez Baleón y Esther Rincón Reyna, en el capítulo denominado “Elementos para elaborar intervenciones enfocadas en la prevención de embarazos en la adolescencia”, establecen algunos aspectos a tomarse en cuenta para prevenir primeros embarazos y embarazos subsecuentes antes de los 20 años. Destacan la importancia de trabajar con cada actor involucrado en este fenómeno social mediante la creación de puentes de comunicación; de igual forma enuncian los temas a tratar y las posibles técnicas de intervención a utilizarse con cada población.
En el capítulo titulado “Modelo de intervención para la prevención de embarazo adolescente en contextos rurales: ‘Yo importo, yo aprendo, yo decido’”, de Lourdes Campero, Lizeth Cruz-Jiménez, Fátima Estrada y Guillermo González, se muestra el diseño de una estrategia de bajo costo enfocada en la prevención del embarazo adolescente en contextos rurales; para ello los autores explican una serie de actividades educativas que incluyen ejercicios reflexivos, interactivos y lúdicos a desarrollarse con adolescentes de ambos sexos en tiempos cortos. Su propuesta de educación sexual integral pretende mejorar entre los receptores los conocimientos, las intenciones y la autoeficacia en la prevención de este tema. Además, proponen una metodología para evaluar el impacto del proyecto.
Finalmente, Arturo Aguilar Ye, Lourdes Campero y Hortensia Reyes Morales, en el capítulo “PreB. Un modelo innovador para la prevención de embarazos en la adolescencia”, presentan una intervención de bajo costo, ya probada en 12 planteles de bachillerato ubicados en el estado de Morelos. Esta estrategia utilizó herramientas digitales para atender las necesidades de información sobre salud reproductiva de los adolescentes; su finalidad última fue modificar comportamientos asociados al problema que nos ocupa. Para ello exponen detalladamente el proceso de construcción teórico y empírico del modelo y de la herramienta digital, así como de la eficacia de la intervención, mediante una aplicación para teléfonos inteligentes llamada PreB. Uno de los logros significativos del proyecto fue el retraso de la edad a la primera relación sexual en los adolescentes participantes, lo cual es importante, sobre todo si se considera que ésta es un indicador asociado a la presencia de los embarazos adolescentes. Sin más, invitamos al lector(a) a conocer el contenido de esta obra.
Alatorre, J. y L. Atkin (1998), “De abuela a madre, de madre a hijos: repetición intergeneracional del embarazo adolescente y la pobreza”, en B. Schmukle (coord.), Familias y relaciones de género en transformación. Cambios trascendentales en América Latina y el Caribe, Nueva York: Population Council, pp. 419-450.
Ariza, M. (2000), Ya no soy la que dejé atrás... Mujeres migrantes en República Dominicana, México: Instituto de Investigaciones Sociales/Plaza y Valdés Editores.
Ávila, G. (2016),