Papel en blanco - Josu Díaz García - E-Book

Papel en blanco E-Book

Josu Díaz García

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Beschreibung

Papel en blanco es diferente al resto de habitantes de Mundo de Papel: es el único que no lleva nada escrito en su cuerpo y, por tanto, el único que no sabe qué hacer con su vida. Por eso emprende un largo viaje; una aventura que le llevará a conocer distintos personajes y distintos mundos: el de plástico, el de madera, el de fuego... ¿Encontrará su destino?

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...porque más allá del Desierto Blancosolo encontraréis el fin del mundo,

la Gran Oscuridad.

Final de una leyenda oralde Mundo de Papel

escrita aquí, por primera vez,en tinta sobre papel.

1 Un mundo de papel

De un mundo y sus habitantes

EN Mundo de Papel, todo era de papel. Las casas eran de papel, las calles eran de papel y por el cielo volaban pajaritas de papel. Cuando en Mundo de Papel llovía, caían pequeños trocitos de papel. Caía confeti.

Sus habitantes, por supuesto, eran monigotes de papel, y muchos se desplazaban volando en aviones de papel. Estos aviones no volaban demasiado, por lo que sus pasajeros tenían que montar en otros al poco tiempo para poder continuar sus viajes.

Había monigotes hechos de papel de periódico. Algunos estaban hechos de páginas de sucesos y eran tristes; otros estaban hechos de tiras cómicas y eran alegres. Algunos tenían un poco

de sucesos y otro poco de tiras cómicas. Estos eran muy raros y nadie conseguía entenderlos.

Había monigotes hechos de páginas de libros: monigotes que querían matar ballenas blancas de papel, monigotes que luchaban contra molinos de papel creyendo que eran gigantes de papel,

monigotes que querían dar la vuelta a Mundo de Papel en ochenta días... Entre ellos había muchos conflictos. Unos se sentían muy cultos y despreciaban a otros, más divertidos. Pero cuando uno de un tipo se juntaba con uno del otro, daba gusto estar con ellos, hablar con ellos, aprender de ellos.

Había monigotes hechos de libros de texto. Los de lengua eran grandes conversadores, y los de música, grandes cantantes. Los de matemáticas estaban siempre nerviosos. Tenían demasiados problemas.

Había monigotes hechos de prospectos de medicamentos y se sentían continuamente enfermos sin estarlo. Se pasaban el día en los hospitales de papel, donde eran atendidos por monigotes hechos

con tratados de medicina, que alardeaban de sus conocimientos aunque su trabajo se limitase a saber utilizar la cinta adhesiva.

Había monigotes hechos de pasatiempos. Los que estaban hechos de crucigramas solían quedarse en blanco. Los que estaban hechos de unir puntos eran misteriosos. Los que estaban hechos de sopas de letras hablaban muy raro.

Había monigotes hechos de publicidad, y se sentían más o menos importantes según el número que aparecía en ellos. Las publicidades de coches miraban con desprecio a las demás, aunque en Mundo de Papel no existía el papel moneda.

Había monigotes hechos de panfletos que se pasaban todo el día peleando, aunque en Mundo de Papel no había elecciones ni partidos políticos.

Había monigotes hechos de papel reciclado. Se hacían llamar ecologistas, aunque en Mundo de Papel no había nada en peligro de extinción.

Había monigotes hechos de todos los colores: rojos pasionales, verdes tranquilos, azules soñadores...

En Mundo de Papel, todos eran diferentes pero todos eran de papel. En Mundo de Papel, nadie se salía nunca de su papel.

2  Papel en Blanco

De cómo nuestro héroeno decidió empezar su aventura

PERO había un monigote que era un papel en blanco. No tenía ninguna fotografía, ni una simple letra. Ni siquiera una hache. Nadie sabía si era un folio nuevo, o la primera o la última página de una novela. Olía a libro recién comprado. Se sentía diferente, dudaba de todo, no se sentía seguro de nada. Todos lo llamaban Papel en Blanco.

Su padre estaba hecho de las páginas de deportes de un periódico y de joven había sido un muy buen futbolista. Ahora su cuerpo empezaba a volverse amarillo y se limitaba a ir a ver el fútbol al estadio de papel. Su madre estaba hecha de un

libro de recetas y tenía que tirar toda la comida de papel que hacía, porque en Mundo de Papel nadie necesitaba alimentarse.