Pepitas de oro - OSHO - E-Book

Pepitas de oro E-Book

OSHO

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  • Herausgeber: Prana
  • Kategorie: Ratgeber
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2023
Beschreibung

Pepitas de oro es un libro lleno de sabiduría en el que conviven la tradición milenaria oriental y la ideología de Occidente. En estas confluencias de mundos, aparentemente distantes, el autor invita a reflexionar sobre las potencialidades humanas para transformar el entorno, mirar hacia nuestro interior, descubrir en él la capacidad de construir sociedades más armoniosas y enfocarnos en el desarrollo de actos creativos para el bien común, son algunas de las propuestas de OSHO, quien pone en manos de los lectores unas Pepitas de oro que simbolizan los tesoros espirituales que todos podemos alcanzar.

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Seitenzahl: 148

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Pepitas de Oro

Título original: Gold Nuggets

Pepitas de Oro© Osho International Foundation, Suiza (www.osho.com), 1998.Todos los derechos reservados.

OSHO ® es una marca registrada de Osho International Foundation

D. R. © Editorial Lectorum, S. A. de C. V., 2005Batalla de Casa Blanca Manzana 147 Lote 1621Col. Leyes de Reforma, 3a. SecciónC. P. 09310, México, D. F.Tel. S581 [email protected]

ISBN: 978-607-457-820-1

D. R. © Traducción: Osho International Foundation

Los textos aquí incluidos son fragmentos seleccionados de varios discursos de Osho, pronunciados ante diversos auditorios. Las versiones completas de dichos discursos se encuentran disponibles en libros y discos, y pueden ser encontrados en Internet en la Biblioteca OSHO en la página web: www.osho.com

Características tipográficas aseguradas conforme a la ley.Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.

Índice

·

Sobre el autor

Sobre el OSHO International Meditation Resort

·

Vive totalmente y vive intensamente, para que cada momento se vuelva de oro y tu vida entera se convierta en una serie de momentos dorados.

Una persona así nunca muere porque tiene el toque del rey Midas: todo lo que toca se convierte en oro.

*

La única auténtica responsabilidad es la que tienes con tu propio potencial, tu inteligencia y conciencia... y actuar en concordancia.

*

Cuando naces no lo haces ya como un árbol, naces sólo como una semilla. Tienes que crecer hasta el punto en que florezcas y ese florecimiento será tu contentamiento, tu plenitud.

Ese florecimiento nada tiene que ver con el poder, con el dinero, con la política. Tiene que ver sólo contigo, absolutamente; es un proceso individual.

Tienes que ser la celebración de ti mismo.

*

El anhelo por una utopía es básicamente el anhelo de la armonía individual y social. La armonía nunca ha existido, siempre ha habido un caos.

La sociedad ha estado dividida en diferentes culturas, diferentes religiones, diferentes naciones; todas basadas en supersticiones. Ninguna división es válida.

Pero estas divisiones muestran que el hombre está dividido dentro de sí mismo. Estas son proyecciones de su propio conflicto interior: no es uno consigo mismo, por eso no ha podido crear una sociedad, una humanidad única.

La causa no está en el exterior.

La causa es sólo el reflejo del hombre interno.

*

Nadie ha prestado mucha atención al individuo, y esa es la raíz causante de todos los problemas.

Pero puesto que el individuo parece ser tan pequeño y la sociedad tan grande, la gente piensa que hay que cambiar la sociedad y entonces los individuos cambiarían.

Esto no va a suceder porque «sociedad» es sólo una palabra; sólo existen individuos, la sociedad no existe.

La sociedad no tiene alma, no podrías cambiar nada en ella. Puedes cambiar sólo al individuo, no importa lo pequeño que parezca.

Y en cuanto conozcas la ciencia de la transformación individual, ésta es aplicable a todos los individuos, dondequiera que estén.

Siento que algún día vamos a lograr una sociedad armoniosa, mucho mejor que las ideadas por los utópi-

cos en miles de años.

La realidad será inmensamente más hermosa.

*

Tú nunca estás satisfecho con lo que eres ni con lo que la existencia te ha dado, porque te han distraído. Te han dirigido hacia donde la naturaleza no había previsto. No te estás dirigiendo hacia tu propio potencial.

Estás tratando de ser lo que otros han querido que seas, pero esto no puede darte satisfacción. Y si esto no te satisface, la lógica dice: «Quizá no es suficiente, hay que hacer más.» Entonces empiezas a buscar más a tu alrededor.

Y todos aparecen con una máscara sonriente, de apariencia feliz, así es que todos se engañan unos a otros.

Tú también te pones la máscara, y así otros piensan que eres más feliz, tal como tú piensas que los otros lo son.

El césped se ve más verde al otro lado de la valla. Ellos ven tu césped y lo creen más verde. Realmente parece más verde, más tupido, mejor. Esta es la ilusión que crea la distancia.

Cuando te acercas te enteras de que no es así. Pero la gente se mantiene a distancia. Incluso los amigos, los amantes, guardan las distancias; demasiada proximidad es peligrosa, podrían ver tu realidad.

Y te han orientado mal desde el principio, así es que, hagas lo que hagas, siempre sufres. Cuando ves a alguien que tiene mucho dinero piensas que quizá el dinero trae la felicidad. Fíjate en esa persona, cuán feliz parece. Por eso corres tras el dinero. Ves a alguien más sano que tú, por eso persigues la salud. Otra persona está haciendo algo y parece muy satisfecha, síguela.

Pero siempre son los demás.

*

La sociedad se las ha arreglado para que nunca pienses en tu propio potencial. Y todo el sufrimiento se debe a que no eres tú mismo. Simplemente sé tú mismo y no habrá sufrimiento, no habrá competencia ni malestar porque alguien tenga más que tú.

Si quieres que tu césped sea más verde, no hace falta que mires al otro lado de la valla. Haz que tu propia hierba crezca mejor; es tan simple hacer que el césped sea más verde.

El hombre tiene que estar arraigado en su propio potencial, cualquiera que éste sea. Y el mundo estaría tan contento que no te lo podrías creer.

*

Estar vivo significa tener sentido del humor, tener una profunda calidad amorosa, ser juguetón.

Yo estoy totalmente en contra de las actitudes que niegan la vida; y respecto a lo divino, la actitud ha sido negativa. Para tener una actitud afirmativa hacia l vida, tienen que unirse el sentido del humor, el amor y el respeto.

La reverencia por la vida es el único respeto por lo divino, puesto que no hay nada más divino que la vida misma.

*

El hombre ha nacido con enormes tesoros, pero también con toda la herencia animal. De alguna manera, nos tenemos que limpiar de esta herencia animal y crear espacio para que el tesoro se haga consciente y pueda compartirse, porque ésta es una de las cualidades del tesoro: cuanto más lo compartes, más tienes.

*

Muchos de nuestros problemas existen porque nunca los hemos contemplado, nunca hemos enfocado la visión en ellos para saber lo que son.

*

Da vida a cosas que sean hermosas; no des vida a cosas feas. No tienes demasiado tiempo, demasiada energía para desperdiciar. En tan corta vida, con recursos tan limitados de energía, es estúpido desperdiciarla en tristeza, ira, odio, celos.

Úsala para amar, úsala en actos creativos, en la amistad, en la meditación. Haz algo con tu energía para elevarte. Cuanto más alto llegues, mayores recursos de energía se pondrán a tu alcance.

Está en tus manos.

*

Ningún hombre es una isla. Esto debe ser recordado como una de las verdades fundamentales de la vida. Lo enfatizo porque tendemos a olvidarnos de ello.

Somos todos parte de una fuerza vital, parte de una existencia oceánica. Básicamente porque somos uno en nuestras raíces, surge la posibilidad de amar. Si no fuéramos uno, no habría posibilidad de amar.

*

El hombre carga aún con mucho del instinto animal: su ira, su odio, sus celos, su posesividad, su astucia. Todo lo que ha sido condenado en el hombre parece venir del inconsciente profundamente arraigado. Y todo el trabajo de la alquimia espiritual consiste en eliminar el pasado animal.

Sin eliminar el pasado animal, el hombre permanecerá dividido. Su pasado animal y su humanidad no pueden coexistir, porque lo humano tiene cualidades precisamente opuestas. Así es que todo lo que el hombre puede hacer es volverse hipócrita.

En lo que concierne a su comportamiento, él sigue los ideales de la humanidad: amor, verdad, libertad, desapego, compasión. Pero esto permanece como una delgada envoltura, y en cualquier momento el animal oculto puede surgir; cualquier accidente lo pone de manifiesto. Y surja o no esto, la consciencia* en su interior permanece dividida.

Esta consciencia dividida ha venido creando la aspiración y la pregunta: ¿cómo convertirse en un todo armónico en lo que concierne al individuo? Y lo mismo sucede con la sociedad: ¡cómo podemos convertir la sociedad en un todo armónico, donde no haya guerra, ni conflicto, ni clases, ni divisiones de color, casta, religión o nación?

En lugar de pensar en términos de revolución y cambio de estructuras sociales, debemos pensar más en la meditación y en el cambio individual.

Esa es la única forma posible para que algún día puedan ser descartadas todas las divisiones sociales. Pero primero deben descartarse en el individuo, y es posible hacerlo.

*

No hay nada que pueda denominarse «verdad» que un día puedas encontrar al abrir una caja cuyo contenido te haga exclamar: «¡He encontrado la verdad!»

No existe esa caja.

Está clara la razón por la que la gente habla de la verdad y continúa viviendo en un mundo de mentiras. Hay un anhelo de verdad en su corazón; están avergonzados por su falta de verdad, así es que hablan acerca de la verdad. Pero es sólo palabrería. Vivir de acuerdo con ella es demasiado peligroso, no se pueden arriesgar.

Y lo mismo sucede con la libertad. Todos quieren libertad, en cuanto a hablar de ella se refiere, pero nadie en realidad es libre. Y nadie realmente quiere ser libre porque la libertad trae consigo responsabilidad, no viene sola. Y ser dependiente es sencillo, la responsabilidad no te toca, la responsabilidad es de aquel de quien dependes.

Así pues, la gente ha creado un modo de vida esquizofrénico. Se habla de la verdad, de la libertad... y se vive en la mentira y en la esclavitud, esclavitud de muchos tipos, puesto que cada esclavitud libera de alguna responsabilidad.

El hombre que realmente quiere ser libre tiene que aceptar inmensas responsabilidades, no puede echárselas a nadie más. Haga lo que haga, o sea lo que sea, él es el responsable.

*

Una persona realmente no violenta es aquella que no mata ni hace daño a nadie porque está en contra de matar y hacer daño. Pero si alguien le hace daño, también está en contra de ese daño, y si alguien quiere matarlo, él no lo permitirá.

Nunca iniciará ninguna violencia, pero si la violencia se ejerce en contra suya entonces luchará cuerpo a cuerpo. Sólo así la gente no violenta puede permanecer independiente, de otra manera serían esclavos, pobres, y les robarían constantemente.

*

El ser tú mismo te da todo lo que necesitas para estar satisfecho, todo lo que puede hacer que tu vida tenga sentido, significado. Sólo el ser tú mismo y crecer conforme a tu naturaleza traerá el cumplimiento de tu destino.

*

Sé impredecible y cambiante. Nunca ceses de cambiar ni de ser impredecible, sólo así la vida puede ser disfrutada.

En cuanto te vuelves predecible te conviertes en máquina.

De una máquina se pueden hacer pronósticos, era la misma ayer, es la misma ahora y será la misma mañana.

El cambiar en cada momento es sólo prerrogativa del hombre.

El día que dejes de cambiar, en una forma sutil, habrás muerto.

*

Apuesta todo, sé un jugador. Arriesga todo porque el momento próximo es incierto, así que para qué preocuparse? ¿Qué te puede importar?

Vive peligrosamente, gozosamente. Vive sin temor, sin culpa. Vive sin miedo del infierno ni codicia por el cielo. Simplemente vive.

*

Cada error es una oportunidad para aprender. Simplemente no cometas el mismo error una y otra vez. Eso es una estupidez. Pero comete tantos nuevos errores como te sea posible; no temas, porque esa es la única forma en que la naturaleza te permite aprender.

*

Religiosidad significa sólo un estímulo para crecer, un desafío a la semilla a fin de que ésta alcance su máximo punto de expresión, que estalle en miles de flores y libere la fragancia que llevaba escondida.

A esa fragancia la llamo religiosidad.

*

Todo el mundo está sufriendo tanto que necesita encontrar una razón cualquiera para explicarse a sí mismo el porqué de su sufrimiento. Y la sociedad te ha dado una buena estrategia: juzga.

Primero, naturalmente, te juzgas a ti mismo en todo.

No hay hombre perfecto y no lo puede haber —la perfección no existe—, así que juzgar es muy fácil. Eres imperfecto, por tanto hay cosas que lo demuestran. Y entonces te enfadas, te enfadas contigo y con el mundo entero. ¿Por qué no soy perfecto? Y entonces miras con una única idea: buscar en los demás las imperfecciones.

Y entonces quieres abrir tu corazón, naturalmente, pues a menos que abras tu corazón no puede haber celebración en tu vida, ésta estará casi muerta. Pero no puedes hacerlo directamente. Tienes que arrancar tus condicionamientos de raíz. Así pues, la primera cosa es dejar de juzgarse uno mismo.

En lugar de juzgarte, empieza a celebrarte con todas tus imperfecciones, tus fragilidades, errores, fallas. No te exijas ser perfecto. Eso es simplemente pedir lo imposible, y luego te sentirás frustrado.

Después de todo, eres un ser humano.

*

Mira simplemente a los animales, a los pájaros: ninguno está preocupado, ninguno está triste ni frustrado. No ves un búfalo con ataques de ira. Está perfectamente a gusto masticando la hierba, al igual que todos los días.

¡Parece casi un iluminado! No tiene tensiones, está en perfecta armonía con la naturaleza, consigo mismo y con todo tal como es.

Los búfalos no forman partidos para revolucionar el mundo, para convertir a los búfalos en superbúfalos, para hacer a los búfalos religiosos y virtuosos. Ningún animal está interesado en las ideas humanas.

Y todos ellos deben estar riendo: ¿qué es lo que te ha sucedido? ¿Por qué no puedes ser simplemente tú mismo tal como eres? ¿Cuál es la necesidad de ser otro? Así es que lo primero es una profunda aceptación de ti mismo.

*

No condenes la sensualidad. Ésta ha sido condenada por todo el mundo, y por eso la energía que podría haberse canalizado a través de la sensualidad se vuelve perversión, celos, ira, odio... un tipo de vida seca, sin jugo.

La sensualidad es una de las más grandes bendiciones de la humanidad. Es tu sensibilidad, es tu consciencia.

Es tu consciencia filtrándose a través del cuerpo.

*

Los padres han cargado con la idea, a través de las eras, de que los hijos les pertenecen y éstos tienen que ser fotocopias. Una fotocopia no es algo hermoso, y la existencia no cree en copias, ella se regocija en la originalidad.

Tienes que ayudarles a superarte sin que te imiten.

Este es en realidad el deber de los padres, pues los niños imitan y, naturalmente, a quién van a imitar sino a los padres, que son los más cercanos.

Hasta ahora, los padres han disfrutado mucho el que los niños traten de ser como ellos. El padre se siente orgulloso de que su hijo sea como él. Pero así una vida se desperdiciará; el hijo entonces no sería necesario, bastaría con el padre.

Por este erróneo concepto de orgullo en la imitación de los hijos a los padres hemos creado una sociedad de imitadores.

*

La obediencia no necesita inteligencia. Todas las máquinas son obedientes, no se han conocido máquinas desobedientes.

La obediencia es también simple, te aligera de toda responsabilidad. No hay necesidad de reaccionar, sólo tienes que hacer lo que se te ordena. La responsabilidad es de aquel de quien viene la orden. De cierta manera tú quedas libre, no puedes ser condenado por tu acto.

*

La religiosidad no es algo en lo que se deba creer, sino algo que tiene que vivirse, que tiene que experimentarse. No una creencia para tu mente, sino el sabor de tu ser total.

*

La mente no puede dejar de juzgar. Si la quieres obligar a que deje de hacerlo, tu inteligencia sufrirá un bloqueo. Entonces dejaría de funcionar bien.

Dejar de juzgar no es cosa que esté dentro de las posibilidades de la mente. Sólo el hombre que ha trascendido la mente puede dejar de juzgar; de otro modo, lo que te parece un hecho y un juicio válido, es solamente apariencia.

Todo lo que la mente decide y manifiesta está contaminado por sus condicionamientos, sus prejuicios... es por esto que juzga.

Por ejemplo, ves un ladrón. Es un hecho que ha estado robando —no hay duda— y haces un juicio acerca de él. Y es cierto, robar no es bueno, por lo que cuando llamas a un hombre «ladrón», tu mente dice: «Tienes razón, tu juicio es válido.»

Puede ser un gran pintor, un buen carpintero, un buen cantante o bailarín, puede tener mil y una cualidades. El hombre en su integridad es muy vasto y el robo corresponde a una sola acción.

Y sobre la base de un acto no puedes lanzar un juicio acerca de todo el hombre; no conoces a la persona ni tampoco conoces el acto, en qué condiciones se realizó.

Quizá en las mismas condiciones tú hubieras robado también. Quizá en tales condiciones robar no sea malo, porque todo acto está relacionado con las condiciones.

Si observas el mundo y ves los condicionamientos de las diferentes personas, sus ideas sobre el bien y el mal, correcto o incorrecto... por vez primera te percatarás de que tu mente es también parte de cierta sección de la humanidad, no representa para nada la verdad, sólo representa aquella sección.

Y a través de la mente, cualquier cosa que veas, la enjuicias.

*

La existencia es una; sus expresiones, millones; pero el espíritu expresado es el mismo. Es una divinidad con infinita variedad de creaciones.

*

El dinero es una cosa extraña. Si no lo tienes es asunto simple —no lo tienes—, no hay complejidad. Pero si lo tienes, ciertamente se crean complejidades.

Uno de los más grandes problemas que el dinero acarrea es que no sabes si eres deseable o tu dinero es el deseable. Y es tan difícil distinguirlo que uno preferiría no tener dinero. Al menos, la vida sería simple.

Ahora, algo como el dinero, que podría ser un gran placer, se torna en una gran angustia. Pero no es el dinero, es tu mente.

El dinero es útil, no hay pecado en tenerlo; no es necesario sentirse culpable.

*

Así es como la mente crea sufrimientos. Si tienes dinero, disfrútalo. Y si alguien te ama no plantees el problema, porque pones a la persona en una situación realmente difícil. Si te dice que te ama no le vas a creer, y si dice que ama tu dinero sí le creerías. Y si ama tu dinero el asunto termina. Pero en el fondo siempre sospechas que ama tu dinero y no a ti.