¡QUE VIDA... PARA VIVIRLA! - Pedro Accastello - E-Book

¡QUE VIDA... PARA VIVIRLA! E-Book

Pedro Accastello

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Beschreibung

Por sugerencia de mis amigos, escribo este libro. Por iniciativa propia, no me lo hubiera permitido, pero, como soy un hombre extrovertido, abierto, y me gusta comunicar lo que pienso y siento, y compartir vivencias, no pude sustraerme a la tentación de hacerlo.A mí, la vida, me ha enriquecido más que los libros, por eso creo que ella nos enseña, que es la mejor maestra. De ese aprendizaje, he recogido muchas experiencias que aquí expongo.Guardo en mi memoria casi todos los momentos vividos, y como no quiero perderlos, los he perpetuado en estas páginas.No soy un hombre letrado, pero soy observador, reflexivo, tengo sentido del humor y me gusta contar historias, en rueda de amigos, por lo tanto este libro no es para intelectuales, sino para hombres "comunes" como yo, para mis amigos y también para aquellos que no conozco y con los cuales espero podamos encontrarnos, algún día, en estas páginas.Creo haberle sacado jugo a la vida. Algunas de las cosas que cuento, pueden resultar demasiado simples, hasta banales, pero para mí, están cargadas de sentido, de experiencia, de vivencialidad.Por mi condición de viajero pertinaz, impuesto por razones de trabajo, o de placer, he andado caminos, he recorrido hoteles, hospedajes, posadas. Esto, me ha posibilitado ampliar mi horizonte personal, relacionarme, y frecuentar distintos ambientes, costumbres y experiencias de vida.En estas páginas, está eí resultado de mis observaciones, pasadas por el tamiz de mi espíritu inquieto, enamorado de la vida, para dejar constancia del camino transitado y sus alternativas, para demostrar que todo es posible, si uno se lo propone como meta. De esto doy testimonio yo, que, de vendedor ambulante he pa&ado a desempeñar funciones en una importante empresa.No soy político ni antipolítico. No pude frecuentar las aulas del colegio secundario, por lo tanto, no sé más de lo que sé, más que lo que me enseñó la vida. Tampoco sé si sé, por ejemplo, no sé si tengo la autoridad suficiente para escribir este libro, si todo lo que sale de mi mente desprolija y de mi mucha bohemia, es digno de ser leído por ustedes.He puesto en este libro toda mi pasión y lo he pergeñado, en mesas de café, o en el iiving de algún hotel, corrigiendo borradores, y los he vuelto a corregir, así como el mejor diseñador dibuja el modelo de un auto que va a salir al mercado. Pero en este caso, no pretendo deslumhrar, ni espero, en absoluto, el mínimo rédito económico. Mi intención, lo reitero, es pasar en limpio lo que guardo, como un tesoro, en mi memoria y que pretendo perpetuar en estas páginas. El autor.

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Seitenzahl: 140

Veröffentlichungsjahr: 2014

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¡QUE VIDA... PARA VIVIRLA!

La Vida es un Hotel de muchas estrellas Descubra las razones para vivir en él Y disfrutar de todas ellas...!!!

Pedro Accastello

Editorial Autores de Argentina

Accastello, Pedro      Qué vida para vivirla. - 1a ed. - Don Torcuato : Autores de Argentina, 2014.         E-Book.     ISBN 978-987-711-088-3               1. Narrativa Argentina. 2.  Relatos. I. Título

Índice

DedicatoriaAgradecimientosPresentaciónPrólogoRazones para vivir en un hotelDe cómo escribí este libroMi primer hotelLa verdadera riquezaVentajas de vivir en un hotelEl hotel y los negociosHoteles de mi infanciaEl tiempoLa vidaLa luz de la esperanzaAcerca del dineroEl vendedor de caracolesHistorias increíblesCarlos el linyeraUn "hotel" para los hijosA la adversidad... ¡coraje!Poderoso caballero "Don Dinero"El sembrador de monedasAcerca de la magiaEn todos los lugares.. un hotelRetiro "VIP"La vida como una fábricaA manera de agradecimiento

Para vos… GRACIELA, que te encantan los hoteles. A DAMIÁN y CRISTIAN, que ya transitan su propio camino en la vida.

Al recuerdo de mi PADRE, a quien traigo en este libro para regalárselo a mi MADRE.

2

Agradecimientos

A mis AMIGOS… A quien me hizo comprender que no hay que dudar para seguir, y que no existe diferencia entre el trabajo y la diversión. A quien creyó en mí, y me dio trabajo e identidad, más allá de cualquier distorsión o error que pude cometer en el afán de progresar… A quien me enseñó que sólo con coraje, se puede enfrentar a cualquier ser humano en eí mundo, por más poderoso que sea. A quien siempre está presente, y me dejó la chequera de la confianza en blanco para que la usara cuando la necesitara A quien se preocupa por mi salud y la de los míos, que es lo más importante en esta vida.

Agradezco a Dios por todos los amigos que me ha dado. Creo que en la amistad, como en el amor, existe una química impregnada de magia, que debemos alimentar día a día, porque sin amigos, ningún ser humano podrá alcanzar lo que se proponga.

3

Presentación

Por sugerencia de mis amigos, escribo este libro. Por iniciativa propia, no me lo hubiera permitido, pero, como soy un hombre extrovertido, abierto, y me gusta comunicar lo que pienso y siento, y compartir vivencias, no pude sustraerme a la tentación de hacerlo.

A mí, la vida, me ha enriquecido más que los libros, por eso creo que ella nos enseña, que es la mejor maestra. De ese aprendizaje, he recogido muchas experiencias que aquí expongo.

Guardo en mi memoria casi todos los momentos vividos, y como no quiero perderlos, los he perpetuado en estas páginas.

No soy un hombre letrado, pero soy observador, reflexivo, tengo sentido del humor y me gusta contar historias, en rueda de amigos, por lo tanto este libro no es para intelectuales, sino para hombres “comunes” como yo, para mis amigos y también para aquellos que no conozco y con los cuales espero podamos encontrarnos, algún día, en estas páginas.

Creo haberle sacado jugo a la vida. Algunas de las cosas que cuento, pueden resultar demasiado simples, hasta banales, pero para mí, están cargadas de sentido, de experiencia, de vivencialidad.

Por mi condición de viajero pertinaz, impuesto por razones de trabajo, o de placer, he andado caminos, he recorrido hoteles, hospedajes, posadas. Esto, me ha posibilitado ampliar mi horizonte personal, relacionarme, y frecuentar distintos ambientes, costumbres y experiencias de vida.

En estas páginas, está eí resultado de mis observaciones, pasadas por el tamiz de mi espíritu inquieto, enamorado de la vida, para dejar constancia del camino transitado y sus alternativas, para demostrar que todo es posible, si uno se lo propone como meta. De esto doy testimonio yo, que, de vendedor ambulante he pa&ado a desempeñar funciones en una importante empresa.

No soy político ni antipolítico. No pude frecuentar las aulas del colegio secundario, por lo tanto, no sé más de lo que sé, más que lo que me enseñó la vida. Tampoco sé si sé, por ejemplo, no sé si tengo la autoridad suficiente para escribir este libro, si todo lo que sale de mi mente desprolija y de mi mucha bohemia, es digno de ser leído por ustedes.

He puesto en este libro toda mi pasión y lo he pergeñado, en mesas de café, o en el iiving de algún hotel, corrigiendo borradores, y los he vuelto a corregir, así como el mejor diseñador dibuja el modelo de un auto que va a salir al mercado. Pero en este caso, no pretendo deslumhrar, ni espero, en absoluto, el mínimo rédito económico. Mi intención, lo reitero, es pasar en limpio lo que guardo, como un tesoro, en mi memoria y que pretendo perpetuar en estas páginas.

El autor

4

Prólogo

Hacer un alto en el camino de la vida, sin previas consideraciones, y dedicarse a escribir un libro, no es poca cosa para un hombre “común”, como el autor se considera.

Pedro Accastello, escribe estas páginas desde la intemperie, desde el desvalimiento, pero con el animo encendido de entusiasmo, con la fuerza de su espíritu gozante, como si al escribir, aspirara, en cada párrafo, una bocanada de aire puro, de agua fresca, dando rienda suelta a sus ensoñaciones librescas, a su deseo ancestral de ser mago, y transformar la realidad, de navegar ríos torrentosos, en un mundo sin sueños, y sin fantasías. Así surgen, como a borbotones, relatos, anécdotas, alternando episodios en prosa con reflexiones en verso. Hay una sorpresa en cada página, como un prestidigitador, que maneja a gusto su imaginación creadora.

La variedad de los temas, la sencillez del lenguaje, la diversidad de estilos y de tonos, imprimen al conjunto un dinamismo permanente, que mantiene al lector en vilo, para que la aventura de leer, no acabe hasta llegar a la última página.

Para un prologuista, deb confesarlo, no es fácil su abordaje, abrir el camino para su lectura, recorrer el libro en sus 24 capítulos, y luego emprender el viaje de regreso, para traer al lector el resultado de la travesía.

Pero   también   debo   confesarlo,   es   un   viaje fascinante, único, irrepetible.

El tema de los “hoteles”, es el hilo vertebrador de casi todas las historias, pero no en su sentido real, ni en su acepción corriente, sino en su función figurativa. Aquí el “hotel”, es un espacio metafórico, un lugar ideal. donde todo hombre desearía habitar, para lograr la plenitud de su vida, la paz y el sosiego interior, como decía Fray Luis de León, “Seguir ía senda por donde han ido, los pocos sabios que en el mundo han sido1‘. Huir del ruido que apabulla al hombre moderno, lo dispersa y lo enajena.

Más allá de este tema central, el libro se despliega como un rollo de sorpresas, donde se pasa, casi imperceptiblemente, de la ficción a la realidad, de la anécdota a la fábula y a los refranes, de los diálogos imaginativos, a los recuerdos de viaje y las travesuras de la infancia; y por fin el acento grave de las sentencias y sus particulares “frases célebres1*… Es más, entre lineas se esconde el temblor de la emoción y se asoma el candor de la ternura…

En los episodios más simple y cotidianos, se ponen en juego los grandes temas que atañen al hombre: la grandeza y la miseria, lo divino y lo humano, el tiempo y la eternidad, todo aparece como en un gran tablero, como en la vida misma, pero encarnados en los personajes y sus acciones.

Celebramos la aparición de este libro, sin t.onvencionalismo, ni retóricas, auténticamente personal.

Celebremos al autor, porque ha confiado en el poder milagroso de la palabra.

Dolly Pagani

5

Razones para vivir en un hotel

Aunque el título resulte extraño, quiero exponer ilgiinns razones y demostrar con ejemplos, anécdotas, giimcntarios, relatos, etc., las ventajas que nos depararía, Vivir en un hotel.

Esto no pretende imponerse como una verdad irrci’iHable, es simplemente el resultado de ciertas reflexiones sobre experiencias vividas por mí. Es casi un |ur.f»o de ingenio, una propuesta para ser considerada, una opción para tener en cuenta.

Es tan interesante dar vuelo a la imaginación, y encontrar soluciones prácticas y ventajosas, desde un punió de vista económico, entendiendo la economía, no sólo desde el aspecto material. Aquí hablamos de economizar no sólo dinero, sino también esfuerzo y tiempo, para poder disfrutar, más placenteramente, los momentos que la vida nos regala.

DISFRUTA DE TODA LA VIDA HOY…

QUE TODAVÍA ES TEMPRANO…

MAÑANA SERÁ OTRO  DÍA, Y QUIZÁS DIOS…

NO TENGA TANTO TIEMPO DE DARTE UNA MANO.

6

De cómo escribí este libro

Este libro, fue escrito, a vuelo de pluma, en el living de casi todos los hoteles que hemos recorrido. A ellos les debo mis mejores reflexiones, y mis mejores momentos.   Por  eso  los  nombraré,  oportunamente,  a manera de agradecimiento.

Un 24 de febrero del año 2006, me encontraba en uno de ellos, en el Hotel Riviera, en la ciudad de Mar del Plata, mirando detrás del vidrio del living, el pasar de la gente que iba y venía.

Mar del Plata se mueve de día, duerme poco de noche, y es auténtica, porque no cambió el alma por dinero.

La luz roja del semáforo detenía a los automóviles, la gente continuaba caminando. Seguro que algunos tenían ideas brillantes, otros no tanto, sólo ellos sabían   adonde   iban.   Yo   seguía  mirando   y  en   ese momento, saqué una hoja en blanco y una lapicera y ahí, en ese instante, comencé a hacer realidad esta idea, ya vieja, que daba vueltas en mi cabeza, y nunca me decidía a concretarla. Así comencé a escribir este libro.

Me dije: – ¡Qué lindo vivir en un hotel!, si, en definitiva, es nada más que una casa de otro, en donde tienes tiempo de mirar qué hacen otros seres humanos. Podemos ver cómo pasa la vida y no dejarla pasar en vano.

Afuera, retumbaba el sonido amenazador y cambiante del mar, con olas tan grandes, que hacían suponer que el agua sobraba en el mundo. Las olas cambiaban a cada instante, cada una era una nueva sorpresa, una nueva marioneta saltando en el aire y desvaneciéndose en la arena, como la vida, que nace y renace cada día. Pensaba: -¿A dónde irá la gente, qué mira, qué busca, qué compra, de que vivirán? Los turistas, ¿buscarán tan sólo un lugar distinto al de sus casas, o un refugio para el alma?

Estando de vacaciones, nos liberamos de las presiones del trabajo, de la rutina diaria. Los seres humanos, nacimos para corregirnos unos a otros y para corregir al mundo, por eso, cada uno debería pensar en dejar al mundo mejor de lo que lo encontró.

Simplemente, tenemos que vivir con alegría y felicidad, tratando, en la medida de lo posible, transformar un poco este mundo en el que nos toca vivir. ¡Nunca nos sintamos satisfechos, porque sería lo mismo que morir! Por eso, yo alimento esta idea de vivir en un hotel, que es un modo de estar de vacaciones todo el año. Vivir de vacaciones, no es vivir ociosamente, sino con la mente despejada, sin preocupaciones, con más posibilidades de ser feliz.

Quiero dejar en claro, como acabo de decirlo, que no se viaja de un hotel a otro sólo para ser más feliz. ¡No existe una receta mágica de la felicidad! Porque ella está dentro de nosotros, y la encontramos, cuando somos capaces de liberar la mente de problemas.

Viviendo en un hotel, es donde la mente comienza a liberarse de cosas negativas. Si cambiamos de hotel permanentemente, es para ver paisajes incomparables y no personas diferentes. ¡El andar nos regala vida!

En algún sentido, en más o en menos, todos somos iguales. No hay seres humanos exóticos.

 

SI LA SUERTE TE DEJA EL MENSAJE DE QUE LA LLAMES…NO TE VAYAS A QUEJAR DEL COSTO DE LA LLAMADA.

NO SE PUEDE JUZGAR LA CARA DEL OTRO…SIN  LLEVAR  UN  ESPEJO  EN  EL BOLSILLO.

LA MANERA MAS OPTIMISTA DE VER AL MUNDO…ES PENSAR QUE OTROS NO LO PUEDEN VER.

LAS PERSONAS NEGATIVAS SE ACUESTAN PARA DORMIR… LAS POSITIVAS SE ACUESTAN PARA SOÑAR.

EL DINERO ES UNA COSA QUE SE FABRICA… EL PROBLEMA SON LAS COSAS QUE NO SE FABRICAN.

7

Mi primer hotel

QUIERA O NO QUIERAEL SER HUMANO CUANDO EXISTE…

NECESITA HACERSE ATENDER CON ALGUIEN QUE SEA FIEL.

TODOS POR IGUAL GRACIAS A OTRAS VIDAS,

COMENZAMOS LA VIDA-HABITANDO PRIMERO NUEVE MESES…

EN UN MÁGICO “HOTEL”

 

LA MAYORÍA DE LAS VECES SE VIVE, Y SE SOBREVIVE,DEPENDIENDO DEL SÍ, Y DEL NO DE LA GENTE…EL ÉXITO SE ALCANZA, CUANDO LA RESPUESTA DEL OTRO,LA FABRICA UNO, Y EL OTRO NO V  SE DA CUENTA

 

Estoy seguro de que heredé de mi abuela, la cultura de los hoteles. Ella organizó, en aquellos tiempos, el primero y creo que también, el único viaje con toda la familia. Éramos cuarenta y seis en total, entre hijos y nietos, en la década del sesenta. El menor, apenas tenía meses. Este viaje, según decía ella, lo organizó para cumplir con una promesa a la Virgen del Lujan, aunque siempre buscaba un motivo, o un pretexto para viajar o para reunimos.

Alquiló, en esta oportunidad, un colectivo manejado por un señor Vadori , que trabajaba para la fábrica militar en Villa María y para que la travesía fuera más divertida, contrató a un señor llamado Domingo, que tocaba el acordeón.

Fue uno de los viajes más fabulosos que realicé. Todo era para nosotros, una experiencia única. Salimos después de una misa que se hizo en el pueblo. El colectivo partió desde el frente de la iglesia, por la fe que mi abuela tenía, y creo que también, para que el pueblo se enterara.

En efecto, todo el mundo en la zona, habló durante mucho tiempo de este viaje.

Mis abuelos cumplían las Bodas de Oro, y decidieron festejar el acontecimiento, con un viaje que duraría cinco días y sus noches, durmiendo en hoteles, hasta llegar a Buenos Aires y conocer la Basílica de Lujan, con los hermanos cantando en piamontés. Toda la gente que pasaba, y nos veían, se quedaba asombrada.

¡Tantas anécdotas risueñas recuerdo de ese viaje…!

Cuando nos sentábamos todos juntos a comer, y mi abuela pedía el menú, se armaba un lío tremendo. Uno quería un huevo revuelto, el otro huevo duro, otro huevo frito; entonces, un tío mío le dijo al mozo: – Mire, hágala más simple, ¿por qué no trae una huevada? Y… ¡ listo!-

El pobre mozo, estaba aturdido, no entendía nada.

Era la primera vez que íbamos a Buenos Aires. Estábamos totalmente descolocados, descubriendo un mundo nuevo, ajeno a nuestro paisaje cotidiano. Yo fascinado, preguntaba todo, y ésa fue mi mejor manera de aprender.

Cuando le dijeron a uno de mis tíos, que en esos edificios enormes que se veían, vivía gente, él les contestó:- Podrán tener mucha plata, pero ¡qué locura hacerse una casa tan grande…! Él, acostumbrado a vivir en el campo, en una casa amplia, nunca imaginó que allí vivían muchas familias, y que eso, era un edificio de departamentos.

Ah!!!! , ni qué contar, cuando salimos al centro. Las mujeres no querían que los hombres, se pusieran unos trajes grises, que se habían traído, porque estaban pasados de moda. En verdad eran muy antiguos, pero de todos modos se los pusieron, porque era la ropa más nueva que tenían, y así salieron del hotel.

Cuando estaban en el centro de la ciudad, en una larga galería, un tío, le dijo al otro:

- Mira aquellos tres, en la punta, también están vestidos como nosotros, ¡pobre gente!, seguro que son del interior, igual que nosotros; y mientras caminaban, se dieron cuenta de que eran ellos, porque al final de la galería, había un gran espejo.

Si no existía una fábula risueña, la inventaban Después, entre tanta gente, se perdió uno de mis tantos tíos. El hermano, pensando que era como en los pueblos, donde todo el mundo se conoce, le preguntó a un señor:

- Disculpe, ¿no vio usted a mi hermano? Recuerdo que casi le pegan…Él había preguntado con la “picardía” que usaban en los pueblos y sin afán de “charlar” a nadie.

Otro de mis parientes rezongaba: -Acá nadie respeta a nadie, toda la gente caminando por la calle, si viene algún auto puede llegar a hacer un desastre-. Pobre, él “no sabía”, que estaban caminando por una peatonal.

Mi abuela, en su afán de llevarnos a todos, había dejado solamente a Florencio, persona de su confianza, para que le cuidara la casa por cinco días.