El ADN del innovador
Jeff Dyer, Hal Gregersen y Clayton M. Christensen
Leader Summaries
Capítulos
IntroducciónHabilidad de descubrimiento 1: asociaciónHabilidad de descubrimiento 2: cuestionamientoHabilidad de descubrimiento 3: observaciónHabilidad de descubrimiento 4: ‘networking’ o creación de redesHabilidad de descubrimiento 5: experimentaciónConclusiónIntroducción
La innovación es la savia de nuestra economía global y una prioridad estratégica para casi todos los directivos de las empresas. El poder de las ideas innovadoras para revolucionar la industria y generar riqueza ha sido una constante en la economía: el iPod de Apple; el Walkman de Sony, el café y la atmósfera de los Starbucks que han desbancado las cafeterías tradicionales; el Skype que utiliza la estrategia "es gratis" para derrocar a compañías como AT&T, etc. En todos estos casos, las ideas creativas de empresarios innovadores generaron poderosas ventajas competitivas y una tremenda riqueza para la compañía pionera. La pregunta del millón es la siguiente: ¿cómo lo hicieron? Y la pregunta de los diez millones: ¿cómo podríamos hacerlo nosotros?
El ADN del innovador es el libro que aborda estas cuestiones fundamentales y otras muchas. Es el resultado de un estudio conjunto que realizaron sus autores durante ocho años y que nos brinda una mayor comprensión sobre los innovadores disruptivos, quiénes son y el tipo de compañías que crean.
Sus historias son a la vez seductoras e intuitivas, y sorprendentemente similares. De ellas emergen sistemáticamente los mismos patrones de actuación. Los empresarios y directivos innovadores se comportan de un modo similar cuando descubren ideas pioneras. Todos cuentan con cinco habilidades fundamentales que componen lo que los autores llaman "el ADN del innovador": los innovadores "piensan diferente". Sus mentes destacan por asociar ideas que, a priori, no guardan relación para producir ideas originales. También "actúan diferente": todos son grandes interrogadores que a menudo plantean preguntas que ponen en tela de juicio el statu quo imperante. Algunos observan el mundo con una agudeza fuera de lo común. Otros trabajan en colaboración con las personas más diversas que se pueden encontrar en la faz de la tierra. Otros, sin embargo, colocan la experimentación en el centro de su actividad innovadora. Cuando se mezclan de manera sistemática, estas acciones —preguntar, observar, colaborar y experimentar— desencadenan el pensamiento asociativo que engendra nuevos negocios, productos, servicios o procesos. Esto nos dice que la creatividad no es solo un atributo genético y tampoco una mera habilidad cognitiva. Las ideas creativas parten de habilidades conductuales que también nosotros podemos adquirir para catalizar ideas innovadoras en nosotros y en los demás.
Habilidad de descubrimiento 1: asociación
Los innovadores piensan diferente porque relacionan lo que aparentemente no está relacionado. La asociación —o la habilidad para hacer conexiones inesperadas entre distintas áreas de conocimiento, distintos sectores industriales e incluso geografías— es una habilidad que suele darse por sentada entre los innovadores.
Los líderes innovadores de conocidas compañías como Apple, Amazon y Virgin hacen una polinización cruzada de ideas en sus cabezas y en las de los demás. Conectan alocadamente ideas, objetos, servicios, tecnologías y servicios y disciplinas radicalmente diferentes para crear nuevas e inusuales innovaciones. Las personas creativas son capaces de conectar sus experiencias pasadas y de sintetizarlas creando otras nuevas. Esta habilidad de asociación está en el núcleo del ADN del innovador.
¿Cómo funciona la asociación? Para entender mejor cómo funciona la asociación y por qué algunas personas sobresalen en esta actividad más que otras, es importante comprender cómo funciona el cerebro.
El cerebro no almacena la información alfabéticamente como si fuera un diccionario, con la palabra teatro bajo la letra T, por ejemplo. En su lugar, además de asociar la palabra teatro con la letra T, el cerebro crea tantas asociaciones como el conocimiento que tenga almacenado. Algunas asociaciones con la palabra teatro parecen lógicas, como Broadway o intermedio, mientras que otras pueden ser menos obvias, como besar o ansiedad