Sueños en acción - Mauricio A. Irigoyen - E-Book

Sueños en acción E-Book

Mauricio A. Irigoyen

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Beschreibung

¿Cuántas veces pusiste un freno en la vorágine diaria y pensaste si estás encaminado a cumplir tus sueños? ¿Cuánto tiempo dedicás a trabajar por tus proyectos y pasiones? Sueños en Acción surge de las ganas de Mauricio por ir en busca de su destino, lo que le apasiona y lo que lo hace realmente feliz: Descubrirse a si mismo en el viaje, a través de la gente que se cruza en su camino. Es así como encuentra historias para contar en su paso por Europa, hospedándose en casas de personas que deseen brindarle un lugar, conviviendo con ellos y compartiendo aventuras de todo tipo, mientras ofrece información útil y valiosa sobre aquellos lugares donde estuvo. El autor logra cautivar a quien lo lee invitándolo a viajar a través de sus palabras, haciendo hincapié en su cuenta regresiva para el encuentro con Luciana, el amor de su vida, y así continuar juntos este camino. El libro plantea, además, la idea de viajar sabiendo que se puede volver al lugar de origen, pero con el objetivo de preparar una próxima escapada, sabiendo que esa es su máxima pasión: Activar los sueños viajeros.

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Seitenzahl: 259

Veröffentlichungsjahr: 2016

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Ähnliche


mauricio alejandro irigoyen

Sueños en acción

Editorial Autores de Argentina

Irigoyen, Mauricio A.

Sueños en acción : despertando Europa en 90 días / Mauricio A. Irigoyen. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2016.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-711-662-5

1. Crónica de Viajes. 2. Diario de Viajes. 3. Crónicas. I. Título.

CDD 910.4

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail:[email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Inés Rossano

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Índice

Relatos en mochila

La elección de ser

Activando sueños

¡Bienvenido a casa, viajero!

Y el viaje cobró vida…

ESPAÑA

Mi puerta de entrada a la inmensidad del mundo

Madrid

Los primeros pasos, como cuando un chico aprende a caminar

Una casa blanca llena de historias

Barcelona

Estoy en europa y yo soy el dueño de mi destino

Donde la caprichosa se siente a gusto. ¡Que viva el fútbol!

Vestigios de un pasado olímpico

INGLATERRA

La fascinante sensación de palpar aquello que solo era una imagen en mi cabeza

Londres

Del miedo y la desilusión al asombro y el disfrute en cuestión de horas

Quedarte en casa ajena no siempre sale como lo esperabas…

Flotando sobre la calle mas famosa del mundo

Manchester

La ciudad que me mostró un camino a seguir

Old Trafford, un fuerte rojo amurallado

Liverpool

El lugar de mis sueños se hizo realidad

Los acordes mas pegadizos de la historia

Alcanzar la felicidad era mas fácil de lo que pensé

El misterio se hizo magia: the magical mystery tour

Londres

El regreso, pero esta vez en familia

BÉLGICA

Y las experiencias se apoderaron de mi viaje

Brujas

La calidez de su gente y el encanto del paisaje

Preparado para la aventura

Bruselas

En los viajes también se viven momentos difíciles

Chau Bruselas… chau pareja. Todo es un aprendizaje

Antwerpen

El alivio y el confort aligeraron una mochila que llevaba encima

HOLANDA Y ALEMANIA

El estallido de mi mente. Ya no había vuelta atrás

Amsterdam, Holanda

Y despertaste al fin...

Berlin, Alemania

El lugar donde pisás historia en cada paso que das

Cuando la historia te da un cachetazo de realidad

Amsterdam, Holanda

La ciudad que me obligó a regresar

Suplicando por anestesia

REPÚBLICA CHECA Y AUSTRIA

Los países que me hicieron descubrir la otra Europa

Praga, República Checa

Atravesando los vestigios del pasado en una ciudad que enamora

El deseo de tenerla a lu conmigo en ese lugar

Viena, Austria

El placer de encontrar un lugar maravilloso sin buscarlo

Munich, Alemania

Un regreso con cuenta regresiva

Navegando el mundo del bayern en un bote inflable

ITALIA

Como en casa, pero del otro lado del charco

Roma

El momento más esperado en un lugar de ensueño

Firenze

Aprendiendo a aprender

La spezia / cinque terre

Disfrute en vivo y en directo. Belleza natural

Cinco tierras de un pueblo en pausa

Génova

El lugar que aparentó pero no fue

Verona

El paso fugaz por una ciudad que enamora hasta a los despistados

Venecia

Buenos días, gondolieri

Bari

Un rato de descanso

Potenza/Sant´Arcangelo

La famiglia unita

Un pueblo entero para nosotros solos

Arena / Reggio Calabria

La casa eterna y el encuentro con mi pasado

Revivir tu historia puede hacerte cambiar para siempre

El adios a la tierra del nonno

Patti

La calidez de su gente creó un momento único e irrepetible

Palermo

Huyendo despavoridos

Siracusa

Respirando aires de la antigua Grecia

¿Quién dijo que viajar a la costa es una odisea?

Nápoli /Pompeya

Vestigios de un pasado caudaloso

El incidente que pudo haber arruinado el viaje

Roma

Fin de un viaje, continuidad de un sueño

This is the end…

Epílogo

AGRADECIMIENTOS

A Luciana, mi compañera de viaje y correctora de este libro.

A mi familia, por los consejos únicos y el apoyo incondicional.

A mis amigos, que siempre esperan mi regreso.

A Fausto y a Hernán por el aporte en diseño y fotografía.

A los que forman parte de Couchsurfing, ofreciendo su hogar y su tiempo para que esta comunidad siga creciendo.

RELATOS EN MOCHILA

¿Para qué escribe uno? ¿Para contar algo que siente? ¿Para contar algo que vivió? ¿Para enseñar? ¿Para demostrar? Todas esas opciones son más que válidas y verdaderas, pero más bien creo que escribo para hacer hablar a los silencios. La palabra es la conexión entre mis pensamientos y el manifiesto. La birome, la herramienta. Y el papel, el miedo. El resto forma parte del contexto.

Pasaron casi dos años hasta que decidí agarrar mis apuntes de este viaje y mutarlos hasta ser un libro. En este caso, la necesidad de volver a viajar con ellos y las ganas de sumergirme nuevamente en ese momento de éxtasis emocional son el motor que mueve estas palabras.

Nunca supe, cuando escribía mis anotaciones viajeras que en algún momento podrían cobrar vida y transformarse en libro. Agarraba la lapicera de mañana, de tarde y de noche. En una casa, en un café, en una plaza, en un banco, recostado en el pasto, arriba del tren o del bus. Viajando de una ciudad a otra o, inclusive, en el baño.

Era contar con detalles sensaciones, vivencias, acciones, traslados, pero sobre todo, era expresar el sentimiento de estar cumpliendo un sueño y que no quedara solamente en recuerdos que, a la larga, se volverían más y más difusos en mi cabeza. A medida que fueron pasando los días, esa escritura se volvería una rutina viral que abarcaría los noventa días de kilómetros recorridos.

Y fue el viaje a Europa el motivador de este libro, no por casualidad. Lugares que soñaba visitar desde chico, cuando estudiaba en mis clases de idiomas, de los cuales escuchaba hablar en crónicas y documentales por televisión, y rincones que imaginaba en mi cabeza cuando mi abuelo me cebaba un mate contándome sus aventuras, una y otra vez, sobre su Italia natal.

De esta manera surgió este libro. De las ganas de contar y contagiar a otros que, como yo, tienen ese virus que se acrecienta día tras día, de tomar su amada mochila en busca de nuevos caminos, nuevos aromas, nuevos sabores, nuevos paisajes, nuevas compañías y nuevas sensaciones. En conjunto, una mixtura que finaliza en la expansión del color del alma, que permite cargarse los sueños para hacerlos realidad, y que cambia para siempre la forma de sentir el mundo.

LA ELECCIÓN DE SER

Soy un tipo que labura 8 horas en una oficina. Un trabajo monótono pero del cual no puedo quejarme por los beneficios que me trae. Tengo la posibilidad de acomodar mis horarios y mi trabajo si necesito hacer cualquier cosa personal, por más pequeña que sea. Cuento con una obra social que me cubre cualquier problema de salud que pueda tener, y por si lo nombrado fuera poco, el pasar económico trabajando para esta empresa no está nada mal.

El único gran problema de trabajar en este lugar no está adentro de la empresa, sino dentro de mí. Las ganas de tomar mi mochila y conocer nuevos lugares, sus curiosidades, sus costumbres y su gente dieron lugar a encaminar mi rutina en forma de Mapamundi, sabiendo que regresaría a casa pero que ya nada sería igual. Cada día me levantaría sintiendo que es una nueva oportunidad para seguir disfrutando de hacer lo que me gusta. Y como somos nosotros los artífices de nuestro propio destino, de a poquito ese deseo se fue gestando. Esas ganas tomaron forma de libro y hoy son una realidad junto al blog de viajes que llevo adelante, la planificación de nuevos destinos y los borradores de futuras páginas. Mi lema es confiar en uno mismo, tener perseverancia y trabajar día tras día para alcanzar los sueños, proyectos y pasiones. Porque la realización de ellos será el resultado de la disciplina y la constancia. Esa es mi forma. No sé si existe otro método, pero te aseguro que este es eficaz y te llena el alma.

La sensación de estar haciendo lo que te hace feliz y sentir que podrías hacerlo las 24 horas del día es impagable y, sin dudas, es una tarea para todos aquellos que se animen a cumplir sus sueños dando rienda suelta a la pasión. Y sino imaginate, simplemente, qué sería de nosotros sin la fuerza que da origen a la poesía, a la música, a la escritura, al teatro, a la pintura o a cualquier otra obra que logre deleitarnos e inspirarnos. Nuestra vida sería muy triste. Te propongo, entonces, sumergirte en estas páginas sabiendo que encontrarás a un joven en busca de su destino, portando la bandera de la pasión en cada lugar que visita.

Y en ese nuevo camino siempre vas a encontrar aquellas personas que van a admirarte por lo que haces, porque van a ver en vos un Ser que irradia alegría porque realmente has cumplido un sueño. Y a partir de ese momento, solo queda vivir, con malos momentos seguro, pero con muchos más buenos momentos eternos. Y esa gente que te admira es la que te empuja cuando te quedás, te estancás, cuando el miedo te quiere ganar o cuando te quedás sin fuerzas para remar. ¿Qué mejor que escuchar a esos animales de poder que se te cruzan dándote aliento, ayudándote a seguir? Al que se anime a despertar y ponerse de pie, nada ni nadie podrá detenerlo. Porque habrá encontrado un sueño por el que luchar y despertarse día a día sin importar la adversidad, dando rienda suelta a la libertad de Ser.

ACTIVANDO SUEÑOS

Comencé a planificar el viaje con dos años de antelación. Tenía que empezar a averiguar sobre los pasajes aéreos y, sobretodo, encontrar la forma de ausentarme tres meses del trabajo.

La cantidad de tiempo de viaje también tuvo un por qué. En una de las tantas reuniones con amigos surgió (como siempre) el tema del viaje, y dio la casualidad de que un amigo de mi amigo había recorrido Europa durante tres meses, un tiempo razonable, según contó, para descubrir la Vida (sí, con cuatro letras) de cada lugar que deseara ir. Ese fue el punto de partida para estipular una fecha de retorno a mi Argentina natal. Al principio, vi bastante utópico el poder alcanzar los 90 días de viaje, dadas las obligaciones que te presenta la vida cotidiana. Pero con el correr de la organización, me fui dando cuenta de que tres meses viajando eran posibles, y que si las energías estaban enfocadas en ese objetivo, el resto vendría solo.

Claro que cada uno va descubriendo su propio viaje a medida que se van sucediendo los días. Pero es inevitable buscar información, investigar, leer todos los Blogs de viajeros que aparecen en el buscador y principalmente, hablar con fuentes de primera mano: la gente que ya estuvo allí. Pilas y pilas de fotocopias impresas para leer sobre los lugares adonde iba a estar, resaltadores de diferentes colores y mapas por doquier abundaban en mi mochila.

En ese momento pensaba que para poder estar tanto tiempo viajando, y en un continente que no me pertenecía, necesitaría contar con un pasaporte europeo. Fue entonces cuando decidí que comenzaría el trámite de la ciudadanía italiana, ya que no sabía a ciencia cierta, lo que me depararía el destino viajero. Por otro lado, la muerte de mi abuelo aceleró mi voluntad de obtener esa ciudadanía, como un símbolo de unión eterna con él. Fue así que hablé con mi abuela, le pedí toda la documentación y fui en busca de un gestor que me guiara en la burocracia.

Un año duró el tortuoso mundo de trámites, hasta que al fin obtuve mi pasaporte italiano, ¡¡justo un mes antes de partir hacia el viejo continente!! Imaginate mi felicidad cuando lo tuve en mis manos. Era una meta cumplida para lograr el gran objetivo del viaje. Pero además, era la conexión con mis antepasados. Sentí que entendía un poco más acerca de los pequeños hechos que a uno lo hacen feliz y lo ayudan a cumplir sus sueños.

Dio la causalidad que un amigo estuvo viviendo durante un año en Londres. Para mi, él estaba tocando el cielo con las manos. Había logrado lo que tanto planeamos en diferentes encuentros a lo largo de nuestra adolescencia. Fausto fue mi fuente de primera mano, y gracias a él descubrí Couchsurfing. En uno de los encuentros posterior a su retorno, me comentó que había una página Web donde te postulabas y podías conseguir un hospedaje gratuito en la casa de otro miembro de la comunidad. Entré, y me inscribí sin entender bien lo que estaba haciendo. Con dudas, temores y demás, empecé a descubrir ese mundo también.

Con ocho meses de antelación al viaje conseguí el pasaje y, como todo lo que pasó en este camino, también tiene su anécdota. En ese entonces el boleto de avión Buenos Aires – Madrid / Madrid – Buenos Aires costaba $7800.-. Conseguí una oferta gracias a un amigo, Hernán, que tiene a su cargo una Agencia de Turismo. La única cláusula era que si por algún motivo debía cambiar la fecha del viaje, esa modificación me saldría tanto como un pasaje nuevo.

Como la decisión estaba tomada y Lucíana, mi novia, viajaría conmigo los tres meses, me apresuré por acercarme a la oficina de Hernán con la tarjeta de crédito y reservar los dos pasajes, desde el 02 de junio hasta el 30 de agosto de 2013, ida a Madrid y vuelta desde Roma. Redondito.

El problema surgió cuando empezamos a dilucidar lo que gastaríamos allá los dos, siendo que Luli recién se había independizado laboralmente y no contábamos con el suficiente dinero para los tres meses. (Más vale tarde que nunca: Peor hubiera sido estar allá y darnos cuenta que no llegaríamos con el dinero). Luego de una extensa charla, y siendo que el mayor interesado en conocer Europa era yo, acordamos que pagaríamos el cambio de su pasaje y que ella viajaría el último mes para recorrer Italia juntos.

De esta forma, lo que había sido una buena oferta de viaje terminó por ser el abono de casi un pasaje más, ya que lo que tuvimos que pagar como diferencia fueron $5000.- porque, además, el destino de Luli ya no sería Buenos Aires – Madrid, sino Buenos Aires – Roma.

La enseñanza, sin dudas, es que investiguen, lean, pregunten sobre los lugares y costos antes de sacar los pasajes. Tengan en cuenta que siempre hay destinos más baratos que otros y en todo momento aparecen oportunidades de abaratar comidas, excursiones y estadías. No tomen una decisión en caliente, la información previa es vital para sacarle el jugo al lugar donde te dirigís.

A partir de ese momento, cuando tenía los tickets en mis manos, comenzó una doble cuenta regresiva. La primera, para el 2 de junio, día del comienzo de mi aventura. Y la segunda, no menos importante, para nuestro encuentro en Roma, con el objetivo de compartir sentimientos, sensaciones, experiencias y un viaje que nos marcaría para siempre en nuestra forma de ver el Mapamundi.

Ya no había fronteras que no se pudiesen traspasar y el mundo sería uno solo, con diferentes matices según para donde uno lo mirase. A partir de allí nuestra casa nos quedaría chica y serían los kilómetros recorridos los que marcarían la experiencia adquirida. Una aventura que estaríamos dispuestos a afrontar con el alma llena de felicidad y un mundo por descubrir.

¡BIENVENIDO A CASA, VIAJERO!

Muchos utilizan el Couchsurfing como

una oportunidad para ahorrar dinero en

los viajes. Pero para mi este espacio es,

mas bien, un estilo de vida.”

Elsje Mulier, host de Brujas. Bélgica.

Los prejuicios son los primeros que salen a la luz cuando alguien desea explorar un lugar desconocido. Y justamente eso era Couchsurfing, tanto para mí como para mi familia, amigos y conocidos que me rodeaban en ese momento. ¿Cómo vas a ir a parar a la casa de un flaco que ni conocés? Mirá si te roban las cosas… Pero, ¿comen en la misma mesa? ¿Comparten el baño? Preguntas como estas y varias más son las que recibía cuando les contaba de mi plan de hacer Couchsurfing en el viaje. Claro, en parte era entendible porque nunca habían oído hablar de ese tipo de turismo, y resultaba extraño encontrarlo en una familia de clase media de Buenos Aires, sumida en hechos de violencia y delitos contados por la televisión, pero que muchas veces también les tocaba vivenciarlos en carne propia.

Cuando comencé a mandar solicitudes de hospedaje en las distintas ciudades donde iba a estar, me sorprendió la rápida contestación de los host (tanto aceptando mi estadía, como declinándola por diversos factores), como si fuese algo totalmente normal ese estilo de experiencia.

Con el correr de los días fui poniéndome más ducho1 en el tema y ya había armado una carta de presentación donde contaba brevemente quien era y cual era mi objetivo del viaje. Adjunté, además, un saludo coloquial y personal para la persona que recibiría mi pedido de “ayuda”.

Dicen los que saben, que para sentirse mas pleno, el ser humano necesita relacionarse con los demás, conocer nuevas costumbres y lugares que lo sorprendan con gratos momentos. Nada mejor que el Couchsurfing para eso. Esta cultura supera la posibilidad de hospedarse en diferentes lugares sin pagar un solo centavo. Es una comunidad. Es un mundo nuevo. Es una forma de vida.

Una de las tantas anécdotas que nos dejó marcada a fuego esta forma de viajar se dio en Verona, Italia. Habíamos solicitado que Michael nos hospedara por una o, a lo sumo, dos noches. Pasado el mediodía, nos recogió en la estación de trenes con su motocicleta y nos llevó a su casa. Con Luli no teníamos idea acerca de la ciudad y su historia, pero afortunadamente él se cruzó en nuestro camino.

Cerca de las 8 de la noche, luego de descansar, bañarnos y hablar un rato, nos propuso ir a conocer la ciudad de Verona nocturna. La pasión que le puso a su relato sobre cada punto escondido de la ciudad (escondido para el turista regular) me hizo reflexionar sobre la importancia de este formato que llamamos Couchsurfing. Totalmente desinteresado, y solo por el hecho de sentirse pleno compartiendo momentos con viajeros que vienen a conocer su ciudad, Michael nos dio una cátedra de historia, pero mucho más de vivencias y formas de ver la vida. Estaremos agradecidos por siempre por haberlo encontrado en nuestro camino, a Michael y a tantas otras personas que nos abrieron las puertas de su conocimiento, generosidad y amabilidad en este viaje.

1 Hábil.

Día 1 – Domingo 02 de Junio

Y EL VIAJE COBRÓ VIDA…

Ese 2 de junio me levanté cerca de las 10 de la mañana. Tomamos unos mates con los viejos y después vendría el asado. Ultimando detalles del viaje, armé mi mochila (la Ilusionista) acompañado de Lucíana. Poca ropa incluída, preparación de documentos y bolso de mano.

Comimos el tradicional sabroso asado de domingo y al rato vinieron a despedirme los amigos de siempre. Con Chiqui, Nico y Lu, café de por medio, charlamos sobre las expectativas del viaje, mientras de fondo se escuchaba la radio AM transmitiendo el partido de Gimnasia y Esgrima de La Plata vs. Rosario Central, por el campeonato B Nacional. Ambos ya habían ascendido a la primera división la fecha anterior.

Los chicos se fueron alrededor de las 16.30 y, obviamente, Lu se quedó haciéndome el aguante hasta el final. En ese momento me di la última ducha y al rato llegó Mariano, mi hermano de la vida, contando sus aventuras con el Televisor 46” que acababa de comprar. Se levantaron los viejos de la siesta y mientras ellos hacían mate, acomodé la mochila de mano junto a Tavo y Pato, que habían tocado el timbre hacía un rato. Eran las 19.30 y con los bártulos preparados, pispeabamos el partido de Boca, que jugaba con Velez por ver quien estaba peor (Boca había quedado afuera de la Copa Libertadores, eliminado por Newells y estaba último en el campeonato con Carlos Bianchi a la cabeza). Van a notar que a lo largo del libro hago diferentes alusiones a cuestiones o situaciones deportivas. Es que las pasiones no se pueden ocultar, y el periodista deportivo que llevo adentro es una de las cosas que más disfruto ser.

Se acabó lo que se daba en casa. Luego de alistar a la Ilusionista, a las 20.15 partimos al Aeropuerto Internacional de Ezeiza con Lu, mis viejos, Mariano y Tavo. Allá nos esperaban mis tios y la familia de Lu también. El Check-In fue rapidísimo, no había nadie, pero el vuelo estaba demorado una hora, y en lugar de salir 23.55, saldría 00.50. ¡Se hizo eterna la espera! Por suerte, pudimos amainarla comiendo Paninnis con gaseosa en el restaurante del Aeropuerto. Se formó una mesa larga que me dejaría el último recuerdo de las comidas en familia antes de partir.

Se hicieron las 23.00, dos horas habíamos estado esperando. Nos dirigimos a la Terminal “C” y ahí averiguamos si ya se podía embarcar. Declaré la cámara de mi viejo y, con el triunfo de Argentinos Juniors que condenaría a Independiente al descenso 2013-2014 en la primera división del fútbol argentino, llegó el momento. La despedida, que creí iba a ser mucho más emotiva, no lo fue tanto. Creo que la espera apaciguó un poco el momento. Saludé a todos con un abrazo fuerte, mi viejo me dio un beso único y me despedí de Lu. Sin lágrimas, la abracé fuerte y le dije que la amaba y que la esperaría del otro lado del charco. Atravesé el pasillo, el scanner todo bien, migraciones en dos minutos y un rato de Free Shop. A las 00.50 ya estaba arriba del avión, partiendo 01.10. Comí un rico menú y me dormí la vida.

El recorrido realizado por el avión fue algo que me llamó bastante la atención. Cruzó Uruguay y bordeó toda la costa brasilera. A la altura de la ciudad de Brasilia, cruzó el Océano Atlántico rumbo al continente Africano y en diagonal pasó cerca de Dakar, Marrakech y las Islas Canarias. Al rato, sobrevoló Sevilla, y Lisboa también. Esa satisfacción única que te da saber que estás uniendo fronteras en pocos minutos, y haciendo del mundo un solo lugar. “Desayuné” en el avión y a las 18.00, hora local, arribé a la ciudad de Madrid.

ESPAÑA

Mi puerta de entrada a la inmensidad del mundo

MADRID

Los primeros pasos, como cuando un chico aprende a caminar.

Luego del arribo del avión en Madrid a las 18.00, realicé el trámite de ingreso en Barajas en muy poco tiempo y esperé un buen rato para tomar la mochila. En la oficina de turismo del aeropuerto conseguí algunos mapas y compré el pasaje a Barcelona para dentro de algunos días, con un ofertón de 20 Euros. ¡El primer gran acierto del viaje!

Al rato, tomé el Bus que te traslada de T2 a T4 en el aeropuerto y me esforcé por entender la metodología de los tickets de Metro, optando por comprar el pase por tres días a 18 Euros y a otra cosa. Vale aclarar que el de Barajas es el aeropuerto con mayor superficie en terminales de todo el mundo y cuenta con la pista civil más larga: la 18R-36L. Esta pista se puso en marcha en 1998 y ha sido usada, sobre todo, por los aviones de gran peso, por lo cual necesita constante supervisión y mantenimiento.

El primer viaje en Metro fue fácil y sin complicaciones. Bajé en la calle Fuencarral (como si fuese Florida en Buenos Aires), caminé 3 o 4 cuadras por esa peatonal y llegué a la casa de Julen, mi primer host de Couchsurfing. Amable como pocos, tomamos un refresco con un amigo más, avisé a casa que había llegado sin problemas, y fuimos en busca de un amigo atravesando Puerta del Sol. Ese ícono de Madrid, que ha tenido varias murallas defensivas y cercados, no es únicamente una plaza, sino que originalmente aquí se encontraba la Entrada Este de la cerca en el siglo XVI que, al estar en el lado Este de la ciudad, era la que primero recibía los rayos del sol del amanecer. La Puerta del Sol es también el kilómetro cero y el origen de los números de las calles de Madrid en toda su extensión.

Volvimos cerca de la 1 a la casa de Julen y nos fuimos a descansar. Había sido un viaje largo.

Al otro día nos levantamos cerca de las 10, café con leche y a recorrer la ciudad. Gran Vía, Cibeles2, Puerta de Alcalá3 y Parque del Retiro4 en primer lugar. Luego, seguimos con el Museo Nacional del Prado (solo por afuera), y Plaza Mayor5, donde comimos unos calamares fritos, receta exclusiva de la Taquería de la Plaza.

Como un chico en la Plaza Mayor.

Al rato, para bajar la comida, seguimos con el Palacio Real y su Iglesia, el monumento a Cervantes y vuelta a casa a lo largo de la Gran Vía. Llegamos a media tarde y, luego de descansar, me había propuesto recorrer lo más posible del Museo del Prado. Una particularidad es que se puede ingresar gratuitamente de 18 a 20 al Museo, pero es tan enorme, que dos horas no alcanzarían para recorrer ni un cuarto del lugar.

La vuelta la realicé apreciando la belleza del centro de Madrid al anochecer. Al llegar al departamento, me encontré con otro viajero, Phil, de Manchester, que viajaría por España sin rumbo ni tiempo determinados. Intercambiamos experiencias, y nos preparamos para salir a conocer el bar de una amiga de Julen, cerca de las 23.00. Con unas cervezas de por medio, pasamos un gran momento descubriendo el color de la noche madrilense y los llamativos nombres que ponen a las bebidas alcohólicas. Volvimos cerca de las 2 de la mañana y, previa charla por Skype con Lu, me fui a descansar. Sin lugar a dudas, la importancia de la tecnología en este viaje fue vital. Era mi conexión con la gente que amo en Argentina y mi puerta de ingreso a un mundo sin igual, como es Couchsurfing.

Día 4 – Miércoles 05 de Junio

UNA CASA BLANCA LLENA DE HISTORIAS

Cerca del mediodía tomé el Metro hacia el Estadio del Real Madrid, desde la estación Tribunales hasta la estación Santiago Bernabeu. La primera sensación fue de asombro ante su inmensidad en el medio de la ciudad. El corazón me latía más y más fuerte con cada paso porque, finalmente, estaba cumpliendo uno de mis sueños: Visitar la casa del club que vió crecer a los mejores artistas con botines, y que tuvo en su seno grandes hitos del fútbol mundial. El Santiago Bernabeu acogió cuatro partidos de la Copa Mundial de la FIFA de 1982, incluyendo la gran final entre Italia y Alemania Federal (3-1). El 14 de noviembre de 2007, un mes antes de la celebración de su 60º aniversario, la UEFA le otorgó la categoría de ‘Estadio de Élite’.

Compré los Tickets en las taquillas y comenzó la sesión de fotos. El tour está armado de manera tal que te fascines a cada paso. Primero subís las escaleras hasta la vista panorámica del estadio, desde lo más alto de la cabecera visitante. Luego, al bajar, comenzás con las diferentes salas del museo, que te deslumbran con copas, camisetas y diplomas enfrentados a una pantalla gigante que te sumerge en las mejores jugadas de todos los tiempos para que se te erice la piel si sos simpatizante del merengue. Un poco más adelante se abren las puertas de la sala Alfredo Distéfano, con las Copas UEFA logradas por el club, con la posibilidad de fotografiarse con ellas y la sala de jugadores, como si formaras parte del equipo. Luego viene, a mi criterio, la parte más linda de la visita. Las plateas bajas y campos VIP, una caminata emocionante bordeando el campo de juego y las mejores fotos que podrás conseguir cerquita del banco de suplentes local. Para finalizar el paseo, entrás por el túnel (¡¡sisi, ese mismo túnel por el que han pasado las mejores figuras del fútbol mundial!!), los vestuarios local y visitante con su sala de confort y su jacuzzi, y por último, la sala de prensa donde podés fotografiarte como si fueras vos quien da la charla a los periodistas.

La majestuosidad de la Casa Blanca, desde uno de los puntos más altos del estadio Santiago Bernabeu.

Tomé el metro de vuelta hasta Puerta del Sol y caminé hasta Parque El Descanso, donde aproveché a sacar algunas fotos.

Luego empezó la caminata. Rodeando el parque me fui hasta Atocha y tomé el metro en dirección al Palacio Real. Con el súper ticket de tres días me perdí y me bajé en la estación equivocada. Eso hizo que llegara tarde al Palacio y no me dejaran entrar porque las taquillas ya estaban cerradas. Algo para tener en cuenta es que también se puede ingresar de forma gratuita entre las 19 y las 21 horas. Igualmente, fue una gran caminata porque después me fui a la estación Ópera, tomé el metro hasta Gran Vía y llegué a la casa de Julen. Llegó la hora de relajar en Facebook, y después a comprar pan para comer la sopa de camarones de mi host. Al rato nos fuimos a tomar unos tragos al bar. Fue una linda noche. Tomamos unas fotos por las calles madrileñas y regresamos. Como nos agarró hambre Julen volvió a cocinar, esta vez un revuelto de verduras buenísimo.

Algunas cosas que me llamaron la atención en Madrid y me dejaron boquiabierto:

• Los cajeros están a la calle, absolutamente todos. (Lo cual comprendí después que era algo normal en toda Europa).

• Si un auto te ve cruzando la calle, frena hasta que cruces.

• Caminás tranquilo por la calle, no mirás para atrás o a los costados a ver quién viene (tanto de día como de noche).

• La gente es amable cuando le preguntas una indicación y sin dudas harán todo lo posible para ayudarte.

Al día siguiente nos despertamos 11.30 así que la mañana se fue volando. Intercambio de opiniones de Couchsurfing, café con leche, pan y mermelada. Y a caminar. Destino: el río Manzanares, que pasa por detrás del Palacio Real y que desemboca en el Vicente Calderón del Atlético de Madrid6. Como verán, iban cinco días de viaje y yo ya había visitado dos estadios. El fútbol y el viaje se habían fundido en una sola pasión en ese momento, creando un éxtasis emocional difícil de alcanzar en otras circunstancias.

Realicé una sesión de fotos con el estadio, recorrida y vuelta caminando también. Tomé algunas fotos en la Plaza Mayor y como ya tenía un hambre de la ostia, me comí una hamburguesa con queso por un euro (¡Mc Donald’s cómo te quiero!). Luego de 4 horas de caminata sin parar me hizo muy bien.

Como toqué el timbre en lo de Julen y no contestaba, me fui a la plaza más cercana a ver la gente pasar y disfrutar ese momento único. Media hora después volví a lo de Julen, quién me invitó a merendar a un bar. Café con leche y Muffins. Luego fuimos al súper y volvimos al departamento donde nos esperaba Philip. Como se acercaba la hora de la despedida, porque mi viaje a Barcelona era inminente, en mis últimos momentos con ellos tuvimos una linda charla que afianzó más la amistad. Pero la hora se pasó volando, subí algunas fotos al Facebook, preparé todo y a las 21.30 salí a tomar el metro hacia Avenida América, donde se encontraban los buses Alsa.