Tu Mentor de Negocios - Raimon Samsó - E-Book

Tu Mentor de Negocios E-Book

Raimon Samsó

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Beschreibung

SOLO IRÁS MÁS RÁPIDO PERO ACOMPAÑADO LLEGARÁS MÁS LEJOS Voy a ser tu mentor para acompañarte en tu emprendimiento y ahorrarte errores previsibles. Este libro es para las personas: motivadas, responsables, guiadas por valores, amables, compasivas, valientes, disruptivas, que se forman continuamente, que aman leer libros de mejora personal y profesional, que viven por un sueño, que cambian vidas… y que promueven un estilo de vida libre y autónomo. Está escrito para los emprendedores: la humanidad del futuro. En esta lectura descubres: Los mini hábitos para super resultados Seis actitudes ganadoras Claves de influencia inevitable Cómo acelerar tus ventas y automatizarlas La duplicación de resultados Cómo llevar un negocio con menos esfuerzo Raimon Samsó, director del Instituto de Expertos, y autor de 28 libros de desarrollo personal y profesional te mostrará el camino de los negocios bendecidos "made in heaven". SI HAS APLAZADO TU EMPRENDIMIENTO, ESTE LIBRO TE LLEVARÁ AL PUNTO DE NO RETORNO

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Tu Mentor de Negocios

Despega en tu Emprendimiento

Raimon Samsó

“Tu mentor de Negocios” 1.ª edición: noviembre 2019

© 2019, Raimon Samsó (Reservados todos los derechos para la edición en audiolibro, e-book y papel)

Ningún fragmento de este texto puede ser reproducido, transmitido ni digitalizado sin la autorización expresa del autor. La distribución de este libro a través de Internet o de cualquier otra vía sin el permiso del autor es ilegal y perseguible por la ley.

Foto autor contracubierta: Berta Pahissa

Corrección: Lorena Morales / Enrique Fuentes

Diseño cubierta: Ryan Lause

Impreso por: Amazon

Editado: Ediciones Instituto Expertos®️ C/ Príncipe de Vergara 109 2º2º Madrid 28002, España.

ISBN (versión de papel): 9781697303070

La transformación es superior a la información.

Escribo y publico libros que transforman vidas.

No me conformo con libros que informen en lo que se olvidará -en su mayor parte- a los pocos días. Pretendo la transformación del lector que, al convertirse en lo aprendido, nunca olvidará lo leído.

No porque lo recuerde, sino porque lo es.

Raimon

“Si quieres ir rápido, camina sólo,

si quieres llegar lejos, ve acompañado”.

Proverbio africano

ÍNDICE

Introducción del autor

1. Aplicar lo aprendido para… ¡hacer negocios!

2. Mini-hábitos para grandes resultados

3. Seis actitudes ganadoras en los negocios

4. El poder de influir positivamente en los demás

5. Cómo crear contextos de compra automática

6. Preguntas que aceleran la decisión de compra

7. Duplicar resultados

8. Liderar negocios desde la consciencia

9. Negocios bendecidos por el éxito

10. El punto de no retorno: negocios “made in heaven”

Mentoría con el autor

Conoce al Autor

Otras Obras de Raimon Samsó

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Te pido un favor

Introducción del autor

He tenido la fortuna de mentorizar a infinidad de emprendedores de diferentes sectores en el Instituto de Expertos. En los últimos años, he conocido a muchas personas que emprenden; y me siento feliz por haberles hecho prosperar en su emprendimiento.

Me refiero a personas inteligentes y sensibles con las que me siento muy próximo en cuanto a mentalidad y visión de vida. Personas corrientes que se atreven a lo extraordinario. Para mí son los héroes y las heroínas de nuestro tiempo.

¿Cómo podría definirlas mejor? Son personas: motivadas, guiadas por valores, educadas, amables, valientes, disruptivas, que se forman continuamente, que aman leer libros de mejora personal y profesional, que viven por un sueño (o muchos), que cambian vidas… y que promueven ante todo un estilo de vida libre y autónomo.

¿Se puede pedir más? Para mí son la humanidad del futuro. Tal vez por eso es por lo que, en nuestro tiempo, aún no son comprendidas plenamente.

Yo también encajo en esa definición, compartimos la misma visión y hablamos el mismo lenguaje. Nos dedicamos a lo mismo: proyectos que cambian vidas. Por eso me siento muy próximo a quienes se atreven a emprender cualquier tipo de negocio.

Todos nosotros formamos la tribu de los emprendedores, con nuestros diferentes modelos de emprendimiento, y somos el futuro de la economía (y de la humanidad). Hemos llegado para quedarnos y deseamos inspirar a todo aquel que quiera liberarse de las cadenas de un empleo público o privado.

Como autor e info-emprendedor siempre he preferido un negocio propio que uno franquiciado. En este último el emprendedor es, en cierto modo, “dueño” de su propia franquicia, pero no controla las reglas del juego, ni los precios, ni los productos que distribuye, etc.

Cuando te asocias con una marca de franquicia puede ocurrir, por ejemplo, que la empresa cambie de pronto las reglas de juego, a mitad de partido, y cuando uno ya realizó toda la inversión. Y tal vez las nuevas reglas no sean de la conveniencia de todos. Este es el riesgo que hay que afrontar siempre que uno está en el negocio de otro.

Algo parecido me ocurrió después de abandonar mi empleo en un banco. Abrí una “franquicia financiera” (filial de un banco español), pero abandoné después de tres años, cuando cambiaron las reglas de juego en un sentido que coartaba mi libertad y mi dedicación. Renuncié a una importante cartera de clientes que generaba ingresos pasivos mensuales elevados. Preferí la libertad al dinero. En ese momento, me conjuré conmigo mismo para crear mi propio negocio tal y como es hoy.

Lo que más me gusta de establecerme por cuenta propia es:

Trabajar con valores y normas éticas clarasCrear un medio de vida y un estilo de vidaRomper el límite en el nivel de beneficiosPromover el cambio y el desarrollo personalNutrir la autoestima y el carácterTransformar la vida de las personas

Te voy a hacer una confidencia. Ya no acepto encargos de motivación para empleados de empresas convencionales, pero sí de empresas donde la energía es máxima. Sólo acepto dar conferencias de inspiración a personas automotivadas. Por esta misma razón, cuando tú busques colaboradores para tu negocio, evita trabajar con personas desmotivadas. ¿Sabes por qué? Porque no quieren cambiar, se resisten a superarse. Han abandonado.

En el pasado, trataba de mentorizar a equipos de empleados desmotivados, pero me di cuenta de que era perder el tiempo. En mis conferencias a empresas convencionales, a menudo, la sala albergaba una atmósfera enrarecida donde se percibía rechazo, negatividad, escepticismo, caras largas… Yo veía desde el escenario a personas distraídas, ausentes, manejando su celular, desinteresadas en mi charla, agolpadas al fondo de la sala para pasar desapercibidas. Gente forzada a estar allí, aguardando la hora de acabar para salir corriendo. También percibía la inexistente conexión entre los directivos y sus empleados, y mucho recelo mutuo. Mal rollo.

Tras esos eventos, volvía a casa con la energía muy baja, con la sensación de que había sido una pérdida de tiempo para todos. Hasta que dije basta. No me gusta ser cómplice de farsas corporativas y nunca he tratado de motivar a nadie, sólo trabajo para gente automotivada. Mentorizo únicamente a los que se han comprometido con el éxito.

Prefiero inspirar a los motivados, que motivar a los desmotivados.

Trabajo para los emprendedores que buscan aprender, mejorar, superarse. Para aquellos que derrochan aprecio por los conferenciantes y valoran sus contenidos. Es otra atmósfera, otra actitud, otro nivel de conciencia; más aún, diría que se trata de otra “humanidad”. Y como profesional, cuando comparas ambas audiencias, te aseguro que tienes muy claro donde poner tu tiempo y esfuerzo, y donde no.

No voy a decirte qué has de hacer y que no, ya hay en el mercado muchos másteres de emprendimiento, libros, conferencias, blogs… Yo seré tu mentor de negocios para tu desarrollo personal como emprendedor; tu empresa es cosa tuya. Yo no voy a meter la nariz ahí, porque lo que ocurre en tu empresa no es tan relevante como lo que sucede en tu mente. Te ayudaré con algo muy exclusivo, que muy pocos pueden ofrecerte. Si quieres conseguir lo que aún no tienes, deberás ser quien no eres (vuelve a leerlo, grábalo en tu mente, y díselo a tres personas para no olvidarlo nunca).

Es obvio que no hay ningún negocio seguro ni perfecto. El éxito no está garantizado. Sé que la mayoría de las personas que se inician en un negocio no perseveran, o no llegan a los resultados deseados. También sé que el 85% de los empleados dejarían su empleo si pudieran… pero, entonces ¿por qué ser críticos con el emprendimiento cuando las alternativas dejan mucho que desear?

Nada es seguro. Nada es fácil ni rápido. Nada tiene garantías.

Todo negocio requiere mucho esfuerzo y tiempo para prosperar. La alternativa de un empleo no es mejor. La mayoría de las personas que se emplean en una compañía nunca llegan a formar parte del equipo directivo. También los funcionarios tienen diferencias abismales en sus ingresos. Y así es todo.

Lector, despierta, olvida el sueño de una vida fácil, o de dinero fácil. Es un sueño flojo. Sé duro contigo mismo y pídete más, mucho más. Atrévete con lo difícil y sórbete las lágrimas cuando broten. Saca pecho, y aguanta el chaparrón.

Nuestra civilización se viene abajo debido a la sobreprotección, la queja fácil, la sobrevaloración de los derechos, y a la flojera mental de una parte de la sociedad que vive de espaldas al valor del esfuerzo (parásitos que pretenden vivir a costa del Estado o de los demás).

No quiero entrenar a cualquiera. Un buen mentor debe replantearse seriamente el modo de seleccionar a sus candidatos. No todo el mundo vale para emprender (un día creí que sí, pero ahora sé que no). Mentorizar a los inmentorizables es una pérdida de tiempo para todos.

Yo imagino la selección de mentorizados de la misma manera que la NASA selecciona a sus astronautas (sólo los más confiables tienen cabida en sus vuelos espaciales). Pienso que la gente que se lamenta ante las dificultades es mejor que se quede en casa viendo el lanzamiento en su TV.

No importa el camino que elijas para tu transformación, lo que es innegociable es tu transformación para trascender tus supuestas limitaciones. El cómo, o vehículo, es irrelevante. Sirve y cambia vidas, empezando por la tuya. Y emprender, en pequeña o gran escala, es un buen punto de partida para conseguirlo.

Antes de terminar esta introducción, permíteme compartir una hermosa historia.

Un día recibí el siguiente mensaje, en Instagram, de una persona que no conozco personalmente, pero que sin duda admiro. Omitiré su nombre, aunque diré que es un joven argentino y que es distribuidor asociado de una compañía de MLM que también omitiré. Su mensaje de agradecimiento fue exactamente este:

“Gracias a vos, gané mi primer millón de dólares a los 23 años. Mirando todos tus videos y leyendo tus libros y siguiendo todos tus consejos me enseñaste: a enfocarme en aumentar mi nivel de consciencia para manifestar, a negar mis sentidos, a recoger la emoción futura y a vivirla como presente. Aprendí que el agradecimiento es el botón de la abundancia. Me mostraste que yo soy la abundancia y me desvelaste quien soy realmente. Y lo más loco es que me enseñaste todo gratis. Muchísimas gracias mentor”.

Me considero su mentor en la distancia y ahora seré también el tuyo.

Como puedes imaginar, me emocionó leerlo. Por su juventud, por su gratitud. Por mi parte, me hace sentir útil tener el privilegio de cambiar vidas con un libro o un programa online de mentoría.

Amo a la gente que ha decidido crear su vida ideal, que no espera que alguien le solucione sus problemas. Para mí, las personas que emprenden son héroes y heroínas, la humanidad del futuro, valientes con valores (¡cómo me gusta esta expresión!). Personas que han entrado en “el negocio de la transformación personal”, al cual yo también pertenezco.

Y algo más, si pude mentorizar a una persona a distancia (¡y sin conocerla!) seguro que podré ayudar a muchas más con este libro y mi programa de mentoría online. Esta es la razón por la que decidí escribir este libro y mentorizar a personas para que ganen su primer millón de dólares sirviendo a otros con un negocio bendecido.

Espero que cuando termines este libro, tu motivación sea tal que lo cierres, lo tires por los aires, y salgas corriendo para poner en pie tu propio negocio.

Raimon Samsó, autor emprendedor.

Uno

Aplicar lo aprendido para… ¡hacer negocios!

Uno de los hábitos comunes entre los emprendedores es la pasión por la formación.

Amamos las librerías y las formaciones.

Aprender dignifica… pero ¿dónde está el límite, si lo hay? ¿Cuándo es momento de parar de aprender para pasar a aplicar lo aprendido? ¿No podemos incurrir en un exceso de aprendizaje que nunca se aplicará?

Me preocupan las inversiones (incluso las de tiempo) que no dan rendimiento. A fin de cuentas, saber más ha de conducir a unos mejores resultados. Lo que no quisiera es que nadie caiga en la adicción de…

Aprender por aprender

Aprender no tiene nada que ver con conseguir información. Va más allá, tiene que ver con transformación.

Se confunde información con transformación. Si el principio del sociólogo y economista Vilfredo Pareto no falla, al menos el 80% de quienes reciben una información no la aplicará en su vida. Pero el resto, un 20% o menos, sí lo hará, experimentará con ella, y ocasionalmente la convertirá en transformación. Y su vida nunca será igual en algún aspecto.

Si lo que sabes no te cambia es que no lo sabes.

En las últimas décadas, el volumen de información se ha multiplicado de manera exponencial. La "información" está disponible en todos lados y, por sí misma, tiene un valor muy pequeño, hasta que no se revela cómo aplicarla y usarla.

Deja las lecturas informativas, y mejor procura lecturas transformadoras. ¿Percibes la diferencia? Cada una de tus acciones debe convertirse ahora en una acción que facilite tu transformación.

Vamos a examinar tres verdades:

Verdad 1: La información crea adicción a nueva información. De este modo un libro lleva a otro libro. Un curso a otro. Se llega a una parálisis por el análisis o a una sobredosis de información. Es frecuente encontrar un libro que contradice a otro libro, y autores con opiniones contrarias. Al final, uno ya no sabe qué pensar. Y la mente entra en un bucle sin salida en el que aprende y olvida, aprende y olvida… Todo lo que se aprende será olvidado porque lo que no se usa se pierde. Dentro de este bucle de adicción por el conocimiento, uno acaba siendo víctima de una sobredosis de datos que conduce al bloqueo.

Verdad 2: A medida que aumenta la sobre información, aumenta el abismo entre saber y hacer. Es un gap que crece y crece: la diferencia entre lo que se cree saber y lo que se hace es inmensa. Este abismo es cada vez más grande, y cuanto más sabe uno menos acaba haciendo. Termina confundido en un mar de información y no sabe ni por dónde empezar. Las personas creen que para empezar lo que sea, antes deben dominarlo. ¿Cómo, si sólo se sabe lo que se hace?

Verdad 3: Lo que impide a las personas tener éxito no siempre es lo que no saben, sino lo que saben y no es verdad. Tal vez fue verdad alguna vez, pero quizá ya no está vigente. Las verdades de ayer son las mentiras de hoy. Es como estar preparado para un mundo que ya no existe. Todos necesitamos desaprender para seguir aprendiendo. Sí, desaprender lo que ya no es válido, lo que ya no sirve, lo que ya no está vigente… Y una vez que nos deshacemos de información chatarra, obsoleta, podemos reaprender.

Toma conciencia de que en este momento hay una sobrevaloración de la información (pero no del conocimiento), y se abre una enorme brecha entre el saber y el hacer (procrastinación). A la vez, existe una gran necesidad de desaprender para reaprender.

Vamos a profundizar en este problema.

Problema: saber y no aplicar

¿Dónde empieza el problema? En la “mentalización de contenidos”. Es decir, en aceptar información como materia teórica pero no como experiencia práctica. Hay muchas personas que buscan “entender el mundo”. Tratan de “entender la vida” cuando no hay nada que entender. En realidad, sólo quieren entender, pero no comprobar. No desean aplicar lo que dicen haber aprendido. Es fácil reconocerlas, porque te dirán cosas como: “eso ya lo sé”, “eso ya lo oí”, “ya leí ese libro”…

En alguna ocasión, cuando hablo con alguno de mis lectores, escucho algo parecido: “Raimon, he leído todos tus libros…”. Y yo pienso: ¿sólo los leyó?, ¿le habrán servido?, ¿hizo algo con ellos? No es que lo dude, es que yo me enfoco más en la práctica que en la teoría. Otras personas me dicen: “Raimon, tengo todos tus libros”. Y yo pienso: “perfecto, los tiene, los compró… pero ¿los ha leído?”. Lo cual es aún más inquietante.

Lector, la vida no es para entenderla es para vivirla, no existe un mundo teórico y otro práctico. Por ejemplo, ¿a alguien se le ocurriría tomar un curso de natación por correspondencia? ¿O un curso de esquí alpino con un audiolibro? Seguramente no, aunque no pondría la mano en el fuego por esto. La vida es 100% práctica, cuando alguien te hable de teoría, date la vuelta y huye porque te está hablando de algo que no existe. No busques conceptos, mejor busca comportamientos; y mejor aún, busca los resultados de esos comportamientos.

Sucede que cuando “mentalizamos los contenidos” y no nos exigimos comprobarlos, los olvidamos y no hemos aprendido nada. Es una pérdida de tiempo y un auto engaño. Es lo que ocurre por preferir las creencias a las experiencias. Como autor de este libro, me gusta experimentar y compartir lo que aprendí en base a lo vivido.

He comprobado que muchas personas se conforman con saber, porque se dicen a sí mismas: “no lo hago, pero al menos lo sé”. Parece reconfortarles. Se sincero, ¿cuántas veces has leído en un libro algo con lo que estás de acuerdo pero que olvidas aplicar?

Saber implica responsabilidad. No aplicar lo aprendido te recuerda que no te quieres a ti mismo: pues no te das lo que deseas o no te das lo que aprendiste. No te das lo que puede cambiar tu vida. Creo que es peor saber y no hacer, que no saber. Por lo menos, la ignorancia está excusada de aplicar el conocimiento que no tiene (pero no está excusada de salir de ella).

Lo que no haces te lo robas a ti mismo. Saber y no hacer es un acto de deslealtad contigo mismo. Y un atentado a tu autoestima.

Por encima de todo, saber y no hacer es un síntoma de baja autoestima. Porque una persona que se ama a sí misma está dispuesta a aplicar lo que sabe y darse el mejor de los regalos que puede hacerse: el conocimiento aplicado. La transformación.

Antes dije que hay un enorme abismo entre saber y hacer. Y si te has preguntado a qué se debe esta brecha o, mejor dicho, cuál es la razón de que cada vez sepamos más, pero hagamos menos, tenemos una respuesta para ti. En pocas palabras, se debe a que es más fácil aprender algo nuevo que aplicarlo. Sí, estar de acuerdo es fácil, pero comprobarlo ya no lo es tanto. Dicho de otra forma, es más fácil ir a la escuela a aprender que a un empleo a trabajar.

Las preguntas que deberías hacerte a diario son: ¿qué hago con lo que sé? y ¿cómo me aplico lo que he aprendido? Las preguntas ante un nuevo aprendizaje son: ¿cómo puedo usar esto?, ¿cómo bajarlo a tierra? y ¿qué hay en esto para mí?

Es fácil diferenciar el conocimiento de la información. El conocimiento implica un cambio de comportamiento (transformación), y el conocimiento es sólo una anécdota a nivel mental. En el mundo hay gente muy bien informada pero no les sirve de mucho, y sus logros son mediocres. Esta es una de las razones por las cuales en el mundo hay más sabihondos que sabios.