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El maestro zen Thich Nhat Hanh nos guía a través de uno de los momentos más difíciles de la vida: la pérdida de un ser querido. Con su estilo compasivo, asequible y lleno de sabiduría, este libro ofrece herramientas prácticas para encontrar consuelo y sanación mediante la plena conciencia. A través de meditaciones, ejercicios de autocuidado y reflexiones profundas, descubrirás cómo reconectar contigo mismo, abrazar tus emociones y transformar el dolor en comprensión y amor. Estas enseñanzas no solo alivian el duelo, sino que también revelan la interconexión con aquellos que amamos, ayudándonos a sentir su presencia en cada instante. Ya sea que te enfrentes a una pérdida reciente o lleves años cargando el peso del duelo, Vivir cuando muere un ser querido te invita a encontrar paz, compasión y esperanza en medio de la tormenta.
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Seitenzahl: 106
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Thich Nhat Hanh
Vivir cuando muere un ser querido
Meditaciones sanadoras para el duelo y la pérdida
Traducción de la Sangha Luna Nueva-Burgos
Título original: How to Live when A Love One Dies
© 2021 by Plum Village Community of Engaged Buddhism
Todos los derechos reservados. No se puede reproducir ninguna parte de este libro, de ninguna manera, sin la autorización por escrito de Plum Village Community of Engaged Buddhism, Inc.
© de la edición en castellano:
2025 Editorial Kairós, S.A.
Numancia 117-121, 08029 Barcelona, España
www.editorialkairos.com
© de la traducción del inglés al castellano: de la Sangha Luna Nueva-Burgos
Revisión: Alicia Conde
Diseño cubierta: Katrien Van Steen
Composición: Pablo Barrio
Primera edición en papel: Mayo 2025
Primera edición en digital: Mayo 2025
ISBN papel: 978-84-1121-354-7
ISBN epub: 978-84-1121-381-3
ISBN kindle: 978-84-1121-382-0
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.
Unidad
Nota del editor
Duelo
Como un árbol en la tormenta
Escúchate
Cuando es difícil quedarse quieto
Meditación caminando
Santuario en la isla interior
Todos necesitamos ayuda a veces
La paz está en cada paso
Sobrevivir a nuestras emociones fuertes
Tomar una respiración
Somos más que nuestras emociones
Volver a casa, a la naturaleza
Tomar refugio en la tierra
Calmar nuestros sentimientos dolorosos
Cuando nos sentimos abrumados por el dolor
El milagro de la plena conciencia
Primero, nútrete
Nutrir nuestras emociones positivas
Detenerse y mirar profundamente
Sin barro no hay loto
Sanar el pasado en el presente
Dejar que las emociones fluyan a través de ti
El camino de salida es hacia dentro
Llama a tu emoción por su verdadero nombre
La segunda flecha del sufrimiento
Pedir perdón a un ser querido que ha fallecido
El regalo del perdón
Camino por ti
El sufrimiento no es suficiente
Una nube nunca muere
Una nube blanca y libre
Mira profundamente para ver a tu amado en otras formas
Nada muere, todo se transforma
Permitirnos sentirnos felices
Tocar la dimensión última
Tú y tu ser querido nunca estáis separados
Tu ser querido estará siempre contigo
Las dimensiones relativa y última de la realidad
El alivio más profundo
Cenizas a las cenizas
Somos vida
No estamos limitados a nuestra esperanza de vida
La muerte hace posible la vida
Una nube nunca puede morir
Nuestra verdadera naturaleza
Fallecer no significa haberse ido
Nuestros pensamientos, palabras y acciones perduran
Tocar las maravillas de la vida
Gratitud por la vida
Girasoles en abril
Vivimos por los que han muerto
Enviamos luz a nuestro alrededor
Nada se pierde
No se puede matar a nadie
El agua y la ola
Tocar el nirvana
Conectando con la vida
La naturaleza siempre está aquí para nosotros
El diente de león sonríe por ti
Ver lo bueno de nuestro ser querido
No sufrirás para siempre
No caminamos solos
La presencia de mi madre
Huellas en la arena
Liberarse de la desesperación
Sanar el sufrimiento de los pensamientos suicidas
Tus seres queridos siguen vivos en todos los que los conocieron
Nuestro verdadero legado
Somos como fuegos artificiales
No estoy aquí
Duelo y compasión: el arte del sufrimiento
Volver a la vida
Recursos
Libros
Recursos en línea
Cubierta
Portada
Créditos
Sumario
Comenzar a leer
En el momento en que muera
intentaré volver a ti
lo antes posible.
Te prometo que no tardaré mucho.
¿No es cierto
que ya estoy contigo
mientras muero a cada instante?
Vuelvo a ti
en cada momento.
Sólo mira,
siente mi presencia.
Si quieres llorar,
por favor, llora.
Y sabe
que lloraré contigo.
Las lágrimas que derrames nos sanarán a ambos.
Tus lágrimas son las mías.
He aquí algunas de las enseñanzas más profundas del maestro zen Thich Nhat Hanh sobre el duelo y la pérdida, junto con meditaciones y prácticas de autocuidado en la tradición de Plum Village recopiladas por los editores. Esperamos que estas meditaciones y prácticas te ayuden a encontrar alivio, consuelo y sanación ante el duelo y la pérdida, y te ayuden a reconectar contigo mismo, con tu ser querido y con toda la vida.
Nuestros seres queridos están en nosotros y nosotros en ellos. Cuando muere un ser querido, también muere una parte de nosotros.
A veces pensamos que nuestra pérdida es tan grande que nunca podremos volver a ser felices.
Cuando perdemos a un ser querido, nuestro corazón se llena de un profundo sufrimiento que no podemos expresar. Pero podemos expresar nuestro dolor con lágrimas. Podemos llorar. Cuando lloras, te sientes mejor.
Los hombres también pueden llorar. Yo quería llorar cuando veía llorar a otra persona. Llorar es propio de la naturaleza humana. Ser capaz de llorar aporta consuelo, alivio y curación.
Si quieres llorar, por favor, llora.
Sabes que lloraré contigo.
Las lágrimas que derrames nos curarán a ambos.
Tus lágrimas son las mías.
Pataleé y lloré en el momento
en que madre murió.
Aquella era una hermosa y rosada mañana,
pero a medianoche el viento sopló
con fuerza.
Cuando surja una emoción dolorosa, deja lo que estés haciendo y ocúpate de ella de inmediato. Lleva tu atención a lo que ocurre en tu cuerpo. La práctica es sencilla.
Pon tu mano en el vientre y siente el movimiento de tu respiración. Baja toda tu conciencia desde la cabeza hasta el ombligo y deja de pensar en lo que te ha alterado. En una tormenta, las hojas y las ramas de la copa del árbol se agitan violentamente. El árbol parece tan frágil y vulnerable como si pudiera romperse en cualquier momento. Pero cuando bajas tu atención al tronco del árbol, ves que el tronco está muy tranquilo y quieto. Ya no tienes miedo porque te das cuenta de que el árbol es fuerte y estable, que está profundamente arraigado en la tierra y puede soportar la tormenta.
Autocuidado
Respiración abdominal
Una emoción fuerte es como una tormenta, pero si sabemos practicar, podemos sobrevivir a la tormenta. Cuando nos vemos atrapados en una tormenta de emociones fuertes, tenemos que identificar qué es lo que está provocando nuestra respuesta emocional y desvincularnos de ello inmediatamente, suavemente. Ya sea un pensamiento, una imagen, un sonido, un olor, un tacto o una persona que habla, apartamos nuestra atención de ello durante un momento y volvemos a centrar toda la atención en nuestra respiración. Si seguimos prestando atención o pensando en lo que nos hace sufrir, sólo conseguiremos aumentar nuestras emociones fuertes.
Así pues, practiquemos la respiración abdominal profunda. Ya sea de pie, sentados o tumbados, tomamos conciencia de nuestra respiración. Si nuestra respiración es rápida y superficial, nos damos cuenta de ello y desplazamos nuestra atención desde la garganta y el pecho hasta el vientre y nos centramos en el subir y bajar del abdomen.
La práctica es sencilla:
Al inspirar, soy consciente de que mi abdomen sube.
Al espirar, soy consciente de que mi abdomen desciende.
Poco a poco la tormenta amainará, nuestra respiración y nuestro corazón se calmarán y nos sentiremos más en paz.
Cuando estás sufriendo mucho, si has sufrido una pérdida profunda, necesitas personas que sean capaces de sentarse y escucharte con compasión. Pero lo que es aún más importante es poder escucharnos a nosotros mismos con compasión. Para ello, necesitamos aprender el arte de la escucha profunda. Dejamos lo que estemos haciendo y volvemos a nosotros mismos. Miramos profundamente para reconocer y nombrar nuestro sufrimiento y abrazarlo con ternura. Escuchar profundamente nuestro propio sufrimiento es un acto de autocompasión.
Autocuidado
Respiración consciente
Cuando perdemos a un ser querido, especialmente si ha sido de forma súbita e inesperada, podemos tener la sensación de que hemos perdido el suelo bajo nuestros pies. Nos quedamos sin aliento.
Lo primero que hay que hacer es recuperar nuestros cimientos. La práctica de la respiración consciente puede ayudarnos a volver al momento presente y al cuerpo.
¿Cómo calmar un corazón acelerado y una respiración errática? En realidad, es muy sencillo: devolvemos toda nuestra conciencia a la respiración y nos centramos exclusivamente en ella. Dejamos de pensar en cualquier otra cosa y seguimos la respiración mientras entra y sale del cuerpo.
o o o
Continúa siguiendo tu respiración. Siente el aire frío entrando en tu cuerpo y nota que está más caliente cuando sale. Toma conciencia de qué partes del cuerpo se mueven al inspirar y espirar, y céntrate en el ascenso y descenso del abdomen.
Cuando mantenemos la conciencia de nuestra respiración, ésta se vuelve naturalmente más ligera, tranquila y apacible. Poco a poco, la tormenta amaina y nuestra mente y nuestro cuerpo se calman.
o o o
La respiración es tu balsa salvavidas en un océano tormentoso, el ancla que te mantiene en tu cuerpo. Sigue tu respiración y nota lo que ocurre en tu cuerpo. Siente cómo sube y baja tu abdomen. Cuando estamos muy alterados, nuestra respiración puede ser rápida y superficial y nuestro pecho puede agitarse. Concéntrate simplemente en esas sensaciones corporales. Toma conciencia de cualquier opresión en el cuerpo, cualquier tirantez o dolor, y haz lo posible por respirar en esos lugares y liberar la tensión. Mantén tu conciencia en las sensaciones corporales y en el flujo de tu respiración. No intentes cambiar ni forzar nada; limítate a ser consciente de lo que está ocurriendo. Tu respiración empezará a calmarse de forma natural, y tu mente y tu cuerpo también empezarán a relajarse y calmarse.
Estemos donde estemos, podemos practicar la respiración consciente, ya sea sentados, caminando, de pie o tumbados. El mero hecho de seguir tu respiración ya puede aportarte mucha paz y alivio. Siempre que nos sintamos abrumados por la aflicción, la desesperación o la tristeza, nuestra respiración es el terreno estable y sólido en el que podemos refugiarnos.
o o o
Para ayudarnos a mantenernos concentrados en nuestra respiración, con cada inspiración y espiración podemos decir en silencio:
Al Inspirar, sé que estoy inspirando.
Al espirar, sé que estoy espirando.
Inspirando.
Espirando.
Sigue suavemente la inspiración y la espiración con concentración y conciencia durante todo su recorrido, desde el principio hasta el final. No fuerces ni intentes cambiar tu respiración, simplemente obsérvala y síguela. Si tu mente vagabundea, invítala con suavidad a que vuelva a seguir a tu respiración. Nuestra respiración se calmará de forma natural y se volverá un poco más lenta y profunda.
Al inspirar, sigo mi inspiración durante todo su recorrido.
Al espirar, sigo mi espiración durante todo su recorrido.
Siguiendo mi inspiración,
Siguiendo mi espiración.
Mantén la concentración el mayor tiempo posible. Tomar conciencia de tu respiración devuelve tu mente a tu cuerpo y al momento presente. Toma conciencia de tu cuerpo; recuerda que tienes un cuerpo. Libera cualquier tensión –en la cara, los hombros, el diafragma– y permite que tu cuerpo se relaje. Éste es el primer paso para recuperar el bienestar.
o o o
Pon las manos sobre el abdomen y siente cómo sube y baja. Ahora, mientras sigues tu respiración, puedes decirte a ti mismo:
Al inspirar, tomo conciencia de todo mi cuerpo.
Al espirar, relajo todos los músculos de mi cuerpo.
Consciente del cuerpo.
Relajando el cuerpo.
Al inspirar, calmo mi cuerpo
Al espirar, sonrío
Calmo,
sonrío.
Una media sonrisa suave liberará todos los músculos de la cara. Si podemos sonreír a nuestro sufrimiento, ya sentiremos cierto alivio. No necesitamos esperar a tener ganas de sonreír para sonreír. A veces nos sentimos bien y sonreímos, pero otras veces sonreímos y esto nos hace sentir mejor. Las investigaciones neurocientíficas han demostrado que esto es así. Una sonrisa dice: «Esto no es el fin del mundo, aunque lo parezca».
Si te resulta más fácil, puedes repetir simplemente palabras cortas para cada inspiración y cada espiración, anclando tu conciencia con estas palabras clave u otras palabras que tú elijas:
Inspirando, espirando.
Profundo, lento.
Calmo, relajo.
Sonrío, suelto.
Sigue respirando con estas palabras. Observa que tu espiración suele ser más larga que tu inspiración. Saborea la pausa que sigue a la espiración; relájate y deja que toda la tensión de tu cuerpo se disipe lentamente.