3,99 €
La esencia de este libro fue exponer una presentación sencilla en el plano de la tragedia, ahora bien, la mayor dificultad fue en situar al personaje dentro de un estado poético, y lo hice porque creía firmemente que en su alma acuno siempre la poesía, sin dejar de pensar en el mayor miedo universal, el miedo a morir.Sea bajo el conocimiento de los que estudian la moral y la ética, más allá de todo el condicionamiento, el miedo a morir es uno solo.por ello que decidí dejar de lado estos conceptos y entrar de lleno en la necesidad de la intuición emocional, de esa manera trabaje, es fácil continuar cuando no hay nada que detenga un alma agitada hacia su propio fin.Me quedo con dos frases del personaje llamado marfil y dicen ¿Quién puede escapar de su destino?El destino le tiene temor al azar. La vida y la muerte son nada mas que un misterio para vivir dentro de un espectáculo que es la vida misma, por eso quizás entre el camino de ida y el camino de vuelta, tendremos que filosofar, sobre el derecho, a como vivir y como morir.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 51
Veröffentlichungsjahr: 2018
Sergio Omar Bossio
YO Y EL UNIVERSO
Editorial Autores de Argentina
Bossio, Sergio Omar
Yo y el universo / Sergio Omar Bossio. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-761-337-7
1. Novela. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
DEDICADO A LA MEMORIA MI MADREDORA PILAR MARTINENGO.
DEDICADO A LA MEMORIA DE MI HIJOBRUNO ANGEL PABLO BOSSIO.
PRÓLOGO
La esencia de este libro fue exponer una presentación sencilla en el plano de la tragedia, ahora bien, la mayor dificultad fue en situar al personaje dentro de un estado poético, y lo hice porque creía firmemente que en su alma acuno siempre la poesía, sin dejar de pensar en el mayor miedo universal, el miedo a morir.
Sea bajo el conocimiento de los que estudian la moral y la ética, más allá de todo el condicionamiento, el miedo a morir es uno solo.
por ello que decidí dejar de lado estos conceptos y entrar de lleno en la necesidad de la intuición emocional, de esa manera trabaje, es fácil continuar cuando no hay nada que detenga un alma agitada hacia su propio fin.
Me quedo con dos frases del personaje llamado marfil y dicen
¿Quién puede escapar de su destino?
El destino le tiene temor al azar.
La vida y la muerte son nada mas que un misterio para vivir dentro de un espectáculo que es la vida misma, por eso quizás entre el camino de ida y el camino de vuelta, tendremos que filosofar, sobre el derecho, a como vivir y como morir.
EL AUTOR
¿Quién puede escapar de su destino?
¿Acaso la muerte tiene secretos?, la muerte tiene garras.
YO Y EL UNIVERSO
Mi costumbre es levantarme temprano.
Aprovecho ciertas horas del día, entonces
encuentro las cosas que me agradan de esta vida, que, a propósito, las que necesito para vivir son tres o cuatro.
Despertar temprano por las mañanas es una de esas cosas agradables, encontrar los fósforos y encender la lámpara es otra.
Y preparar mi pipa para fumar entre el amanecer me dejaba una sensación de placer todo el día.
Les cuento sobre mis costumbres, porque me anima a describirles dónde vivo.
Mi casita está en un alto, es de madera, muy pequeña, desde allí puedo ver el estrecho río, donde apenas corre el agua, y parece que silenciosamente desaparece entre piedras y entre una vegetación que lo rodea, asfixiándolo con un verde que nace desprolijo a su costado.
Aunque también es cierto que me regala, eso sí, un delicado aroma a hierbas frescas, que sube por un estrecho caminito de tierra, existente solamente porque los perros bajan y suben por él.
Es muy grato fumar con mi pipa y ver la estela del humo navegar entre la brisa, desde mis labios, hacia abajo tumbándose, para perderse entre la niebla de la mañana, y sepultarse sobre aquel pequeño hilo de agua.
Para mí eso era parte de un pequeño acto cotidiano natural fantástico.
Hablaba sobre las horas de la mañana.
A diferencia de las tardes, donde son muertas.
En este lugar la impresión es que en su mayoría la gente necesita reinventar el mundo en que vive, y esto concluye en que la realidad monótona es la más cruel de todas y termina atacándolos sin piedad.
En la rinconada era alto el índice de suicidios, y todos se preguntaban por qué, sin encontrar respuestas, el censo el último año había presentado un total de diez muertes por suicidio, lo que en una población de trescientos habitantes era exagerado.
Todos se alarmaban frente a esta situación de los últimos tiempos, pero seguían el rumbo normal de la vida.
La costumbre le gana a todo.
Entre esto tenía un pasatiempo, salir a caminar, fumar y mirar el amanecer de la rinconada.
Era maravilloso, como esas cosas que les nombré al principio, cuando hablaba de mis gustos personales.
Sentir el perfume de este lugar me provocaba también una serie de pensamientos futuristas, en pocas palabras me alejaba de ese estado negativo de la gente.
Sin embargo, en cierta parte del año las horas también lograban amenazarme y mis días silenciosamente se alteraban, del principio al final.
Aunque no me afectaba directamente en mis quehaceres principales de vida, yo notaba que en mis creaciones artísticas me insidiaba y eso sí me enfadaba.
Influía anímicamente en mis trabajos.
No podía vivir en lo cotidiano y mucho menos por fuera de lo que se llama “creativo”, todo para mí era motivo de creación, y cuando digo todo es precisamente todo, desde comer hasta dormir.
Era mi forma de vivir, sentía la necesidad de estar constantemente en un proceso de creación, y eso adormecía y reconfortaba mi espíritu.
Ahora bien, cuando ciertos días me acechaban, o sea que perdía la capacidad, inmediatamente se transformaban en mediocres, porque mis pensamientos se transformaban en mediocres.
Y no estaba dispuesto a entrar en lugares donde en otras etapas de mi vida había entrado, en el desgano, en el resentimiento, y de ahí al miedo.
Necesitaba alguna técnica de contención para librar mis pensamientos de la oscuridad.
A propósito, tengo tiempos como todo el mundo, malos y buenos momentos.
Aunque nunca nada delineaba mi vivir,
excepto estos días mundanos y asquerosos de hoy.
A la inversa de cualquier pensamiento normal de cualquier persona de este planeta, la vida no me condicionaba, yo lo hacía con ella, yo iba hacia la vida y hacia la muerte, yo soy el comandante de mi propia existencia.
Por eso aquellos días denominados “días negros”, eran los peores, son aquellos donde pierdo toda capacidad de creación.
Y crear era indispensable para vivir, ahí encontraba la paz de mi espíritu en momentos atormentados.
Crear me hacía sentir un astronauta en el espacio mientras estaba sentado, me sentía el más habilidoso del mundo.
La creación es el alimento de mi vida, y por nada del mundo dejaría mis lógicas capacidades, simplemente no era de mi agrado que unas horas de un día cualquiera se presentara en proponerme desestabilizar mis emociones.