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Hubo un grito vital al nacer que permitió abrir nuestros pulmones para que el aire se precipitara en ellos, fue el grito primal que nos salvó de ahogarnos. Así, el ser humano, para vivir, tiene como necesidad suprema el alimentar el hambre de ese grito inaugural del instinto: 'Así fue que seguí mi instinto', nos comparte el autor de Huelga de Hambre a Dios. Sucede, a veces, que del hambre se hace huelga para excavar y vaciarse de uno mismo. Aquí el grito se vuelve mudo para que el instinto se transfigure en carne espiritual y el ser humano se alimente 'con el Pan del Cielo vivo': porque como el humano está hambriento de Absoluto, así Dios está hambriento de seres que dejen encarnar su alma en esta tierra de grito y gracia.
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Huelga de hambre
a
Dios
Relato poético basado en una historia real
Gonzalo Ceroleni
Ceroleni, Gonzalo
Huelga de hambre a Dios / Gonzalo Ceroleni. - 1a ed . - Ciudad AutÛnoma de Buenos Aires : Suburbia, 2019. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-45828-7-4
1. Espiritualidad. I. TÌtulo.
CDD 158.1
© Gonzalo Ceroleni, 2019
de esta edición Pampia Grupo Editor Av. Juan B. Alberdi 872 (1424) C.A.B.A. - Buenos Aires, Argentina
E-mail: [email protected]
www.pampia.com
Primera edición
ISBN edición impresa: 978-987-45828-5-0
ISBN edición digital: 978-987-45828-7-4
Diseño de interior: Departamento editorial
Diseño de tapa: Cuatro quesos
Editado en Argentina - Edited in Argentina
Agradecimiento especial a Martín Orlando Marchi (Diseño), Gonzalo Acosta Tito (Prólogo) y Marcelo Caballero (Edición y Publicación) por haber sido nuevamente, como en Transformisión, pieza clave en la creación y publicación de una obra de mi autoría.
Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo.
Prólogo
Hubo un grito vital al nacer que permitió abrir nuestros pulmones para que el aire se precipitara en ellos, fue el grito primal que nos salvó de ahogarnos. Así, el ser humano, para vivir, tiene como necesidad suprema el alimentar el hambre de ese grito inaugural del instinto: ‘Así fue que seguí mi instinto’, nos comparte el autor de Huelga de hambre a Dios.
Sucede, a veces, que del hambre se hace huelga para excavar y vaciarse de uno mismo. Aquí el grito se vuelve mudo para que el instinto se transfigure en carne espiritual y el ser humano se alimente ‘con el Pan del Cielo vivo’: porque como el humano está hambriento de Absoluto, así Dios está hambriento de seres que dejen encarnar su alma en esta tierra de grito y gracia.
Gonzalo Acosta Tito
Introducción
Esta obra nace desde la muerte
Desde la muerte de la ilusión
Y de querer cambiar la suerte
Y vivir sin presión
Sólo el árbol cuya raíz
Ha tocado el infierno
Puede llegar a crecer
Hasta el cielo en invierno
Esta historia fue real
Fue una escapatoria
No de huir de la realidad
Sino cambiar la historia
Encontrar otro lugar
Nunca antes explorado
Buceando en uno mismo
Sin moverse a ningún lado
Y ¡ay!, si es cierto lo que dicen
El camino es interior
Basta sólo un pensamiento
Para sentirse mejor
Y ese sólo es el principio
Después es lo que cuenta
Sin pensar la vida existe
Y así uno no lamenta
El autor de esta obra
Ha vivido un mar de vidas
Al igual que quien lee
Esta letra tú anidas
Excavando en lo profundo
Desterrando idea falsa
Parece que me hundo
Pero soy mi propia balsa
Viendo todo lo que es
Inclusive lo que soy
Aceptando cuanto siento
Y así ya no me miento
Y la historia nace así
Fue un tesoro que encontré
Hurgando en el fondo
Del mar de ‘me acepté’
O fue ella en verdad
Quien me encontró a mí
O te encontró a ti
Es lo mismo si no juzgad
Ella es como un espejo
Que refleja cuanto enfrenta
No discrimina nada
Ni tampoco aparenta
Y las olas son distintas
Mas el fondo es el mismo
Del mar de la experiencia
Para toda la existencia
Por eso esa historia
Tiene autor ni lectura
Viene desde el fondo
Donde todo es cordura
La cordura de la vida
Que es una en general
No hay ‘la tuya y la mía’
Saberlo es primordial
Una sola que aparece
De infinitas maneras
Se vive a sí misma
Y se creó en toda era
A través de padre y madre
También nos creó a nosotros
La vida es la que crea
Y, por ende, no hay ‘otros’
También se puede decir
Apelando a analogía
Comparando con lo que sabemos
Esta otra poesía:
Nosotros somos los focos
“Dios”, la electricidad
Esa es la cordura
Verdadera identidad
Ya sabrá de qué le hablo
Aunque tenga usted carisma
Cambia el modo y la cara
Mas la esencia es la misma
Pero mucho si así vuelo
Poco firme piso el suelo
Sin mucho analizar
Simplemente observar
Y la muerte que ocurrió
Fue de tierra no arada
Ahora está abonada
Con verdad que sonrió
Y así comienza esto
Que no tiene pretensión
Con haber cobrado vida
Es completa su expresión