Nació en Capital Federal, pero vivió en muchas otras ciudades. Fue exiliado a Europa. Cuando regresó, terminó la secundaria y estudió música, mientras luchaba contra su locura. Luego de sus tantos viajes, aterrizó en San Marcos Sierras (Córdoba) donde encontró un amor, una casa y un oficio: teje prendas y mantas de lana. No cree en la violencia ni en las manifestaciones sociales. Le gusta pintar y hacer música devocional. Sigue buscando a Dios.