Incluso antes de saber leer, Lourdes Ureña (Jaén, 1997) ya pedía historias a sus padres, quienes con cariño y amor se las iban brin - dando; así fue como poco a poco se introdujo en el universo de la literatura de fantasía. Ella tiene claro que la magia existe, pero no como nos la han contado. Para Lourdes, la magia está en la naturaleza, en el amor y, por supuesto, en el don de la escritura. Una vida y un día es el culmen de su amor por las letras, un amor que ahora ofrece para que deje de pertenecerle a ella sola.