Manuel Avilés ha sido funcionario del Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias, desempeñando entre otros puestos de trabajo la Dirección de los Centros Penitenciarios de Nanclares de la Oca, Valencia y Palma de Mallorca. Se ha dedicado muchos años a combatir el terrorismo etarra y ha recibido entre otras distinciones la Medalla al Mérito Penitenciario, la Medalla al Mérito de la Policía y la Medalla al Mérito de la Guardia Civil. Tras cuarenta años de servicio, descreído de muchas cosas —la Justicia, la Administración y alguna otra estructura estatal—, se jubiló, convencido de que la vida se vive solo una vez, para dedicarse a su familia, sus perros, las motos y la literatura. Con este libro rinde homenaje a las mujeres honestas, sacrificadas y buenas personas, que son escasas y silenciosas pero nos sirven de ejemplo permanente en este mundo plagado de fantasmas, mentiras y postureo.