La escritora de Arroyito (Córdoba) vuelve a llenarse de tinta las manos escribiendo para un público muy especial: los niños. Por eso en su segunda obra pone en pausa las novelas románticas, y nos invita a viajar con la imaginación de las infancias, donde no hay barreras de tiempos ni de espacios. Es la creatividad de crear mundos paralelos sin imposibles, sin límites. Asimismo, desea que este material narrativo sirva como herramienta para aprendizaje, para que los niños por medio de la lectura descubran personajes históricos que tanto le han aportado a nuestro país.