Valentina es ilustradora y vive en Barcelona. Vivió la pandemia lejos de su familia, pero, por suerte, muy acompañada de su pareja. Con el tiempo invertido entre las cuatro paredes de su departamento, cocinó, vio películas, pero sobre todo ilustró. Y, a la distancia, la sincronía con su hermana hizo que los relatos del libro se complementaran con las ilustraciones de manera mágica. Trinidad es profesora de filosofía antigua y soportó el confinamiento de la pandemia gracias a la genialidad y amor de sus dos hijas, Amanda (7) y Martina (2), en su casa en Valparaíso. Las noches de desvelo y amamantamiento de su hija recién nacida junto con las conversaciones absurdas con su hija mayor hicieron que esos experimentos del pensamiento tomaran la forma de este libro.