Autoliderazgo - Stedman Graham - E-Book

Autoliderazgo E-Book

Stedman Graham

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Para liderar a otros, primero lidérate a ti mismo

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AUTOLIDERAZGO

Copyright © 2022 - Taller del Éxito

Título original: Identity Leadership: To Lead Others You Must First Lead YourselfCopyright © 2019 by Stedman Graham

This edition published by arrangement with Grand Central Publishing, New York,

New York, USA. All rights reserved.

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida por ninguna forma o medio, incluyendo: fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la Ley de Derechos de Autor.

Publicado por:

Taller del Éxito, Inc.

1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210

Sunrise, Florida 33323

Estados Unidos

www.tallerdelexito.com

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo y crecimiento

personal, liderazgo y motivación.

Diseño de carátula: Diego Cruz

Diagramación: Joanna Blandon

Traducción y corrección de estilo: Nancy Camargo Cáceres

ISBN: 9781607386735

01-202207

Contenido

Introducción

1. El llamado a ser líderes con identidad propia

2. Por qué la identidad importa

3. Líderes, no etiquetas

4. Los líderes con identidad de hoy en día

5. Oprah: Una verdadera líder con identidad

6. Cómo lideran los líderes con identidad

7. Alcanzando todo tu potencial como líder

8. La historia en nueve pasos

9. Paso 1: Buscar tu identidad

10. Paso 2: Construye tu visión

11. Paso 3: Desarrolla tu plan de viaje

12. Paso 4: Domina las reglas del camino

13. Paso 5: Avanza hacia límites exteriores

14. Paso 6: Afrontando los vientos del cambio

15. Paso 7: Construye el equipo de tus sueños

16. Paso 8: Gana por decisión

17. Paso 9: Comprométete con tu visión

18. Conviértete en un líder con identidad

Un comentario final

Expresiones de gratitud

Notas

Sobre el autor

A mi hermano, James Graham, un hombre especial por quien me preocupo profundamente y de quien tanto he aprendido

Introducción

Hablar del liderazgo con identidad es muy importante para mí. Se trata de un tema relevante para los 7.7 billones de personas que hoy habitan el planeta. Hablar de liderazgo con identidad es hablar de autoliderazgo, basándonos en la filosofía de que, si no puedes liderarte a ti mismo, menos podrás liderar a nadie más.

Tanto la capacidad de liderazgo como la falta de ella determinan el éxito o el fracaso de una organización. La identidad, la verdadera comprensión de sí mismo, es la mayor riqueza que puede tener todo líder. Ten la absoluta seguridad de que los emprendedores capaces de alcanzar éxito duradero se conocen a sí mismos. Cada uno sabe quién y cómo es. Por tanto, ellos tienen claro lo que les importa y saben generar valor tanto en ellos como en quienes los rodean.

Resulta incuestionable que el liderazgo con identidad te hace responsable de tu desarrollo propio. Por esa razón, los líderes con identidad nunca dejan de crecer y desarrollarse. Ellos son estudiantes de por vida y nunca dejan de recibir y escudriñar nueva información.

Con esto en mente, te contaré que mi vida cambió drásticamente para bien cuando comencé a enfocar todo lo que hago en torno a mis talentos, fortalezas y motivaciones. Fue así como llegué a entender cada vez más mi identidad y mi propósito de vida. Tal claridad me sirvió para darme cuenta del enorme valor que existe en la educación, la información y el conocimiento. Fue así como decidí comenzar a hacer que la información recibida fuera relevante para mi desarrollo personal y profesional, pues de esa manera sería más fácil definir mi vida y tomar el control de ella. Es obvio que el antiguo sistema de memorización de información para presentar un examen, solo para después terminar olvidándola, hace que sea difícil crecer más allá de nuestras circunstancias.

Por lo tanto, de lo que se trata el liderazgo con identidad es de comprender cómo aplicar tus conocimientos y tu propio aprendizaje en beneficio de desarrollar tu potencial y de mantenerlo actualizado. Para mí es un hecho que los nueve pasos del proceso hacia el éxito que te presento en este libro funcionan. Te ayudarán a revertir el arcaico e ineficaz proceso de aprendizaje tradicional y te guiarán de tal modo que hagas todo lo necesario en cuanto a ser quien en verdad eres.

Todos tenemos 24 horas al día. La pregunta es, ¿qué hacemos con esas 24 horas para empoderarnos? ¿Qué estamos haciendo para desarrollar nuestros dones y talentos, junto con nuestras fortalezas?

Mi objetivo con este libro es mostrarte qué hay que hacer para mejorar tu desempeño en cada nivel, cómo incrementar tu capacidad de aprendizaje permanente y cuáles estrategias implementar para cambiar tu forma de pensar, llevándote de la mentalidad de seguidor hasta convertirte en un líder hecho y derecho —primero, liderándote a ti mismo y después sí a otros—. He dedicado mi vida a la labor de enseñarle a la gente alrededor del mundo sobre lo que hay que hacer para renovar uno mismo su potencial como ser humano. Me siento agradecido y bendecido de haber descubierto por mí mismo quién soy y cuál es mi propósito y mi misión en la vida, y de poder compartir lo que sé al respecto con tanta gente como sea posible.

Si quieres que tu vida mejore, entonces, toma el control de ella. Hacerlo depende de ti y de nadie más. No esperes a que otros definan quién eres, ni cuál es tu potencial. Eso, amigo mío, es un viaje de por vida que solo tú puedes emprender.

Stedman GrahamChicago, Illinois

CAPÍTULO 1

El llamado a ser líderes con identidad propia

El desarrollo de tu identidad cambia tu forma de pensar sobre todo lo que es posible.

Para ser una madre soltera con ocho hijos, que vivía en las zonas marginales de la ciudad de Chicago, Carrie Ponder tenía una visión elevada con respecto a sus hijos: ella quería que todos desarrollaran su potencial al máximo y que prosperaran en los que habrían de ser sus campos de acción preferidos. Muchos en su condición no se atreverían a soñar con tal felicidad, ni con semejante satisfacción, pues asumirían que aquellas eran metas inalcanzables.

Pero Carrie Ponder se aferró a su visión y enfocó su vida en lograrlo. Lo que encajara con esa visión, ella lo hacía; lo que no le sirviera, ni la impulsara a avanzar, no lo hacía.

Así las cosas, Carrie decidió inscribir a sus hijos en centros juveniles, en organizaciones eclesiásticas y en cuanto programa de biblioteca existiera1. Era así como ella lograba conseguir entradas de fácil acceso a obras de teatro, a museos e incluso a la ópera. Hasta se convirtió en una experta de amplio conocimiento en las rutas de autobús de la ciudad, aprovechando los largos recorridos para mostrarles a sus hijos la diversidad de arquitecturas e involucrarlos en conversaciones al respecto de lo que estuvieran aprendiendo.

Durante 10 años, Carrie Ponder y sus ocho hijos vivieron en un apartamento de tres habitaciones. Luego, se mudaron a otro edificio y, una semana después, este se quemó hasta los cimientos. Allí perdieron la mayor parte de sus posesiones.

Sin embargo, Carrie Ponder no dejó que la vida, ni el fuego la derrotaran a ella, ni a sus hijos. El fuego les había quitado sus bienes materiales, pero no les había quitado su mente, ni su espíritu, ni su visión, ni mucho menos su potencial. Ella les enseñó a sus pequeños que, aunque sus bolsillos estuvieran vacíos, su mente y su espíritu seguían siendo ricos y plenos.

Carrie Ponder envió a sus hijos a Princeton, a University of Chicago, a Northwestern University y a University of Pennsylvania. Uno se graduó de abogado, otro se convirtió en ejecutivo en el campo de la publicidad, otro es en un maestro y otro está haciendo un doctorado.

Los educó de tal manera que ellos cumplieran su visión: alcanzar su máximo potencial y prosperar en sus campos de interés.

Carrie Ponder sabía quién era ella. También sabía quiénes eran sus hijos. Por tanto, no dejó que las circunstancias de la vida la definieran ni a ella, ni a ellos. Más bien, les abrió la puerta a una vida plena y enriquecedora. Eso es comprender tu verdadera identidad y mostrar que tienes gran capacidad de liderazgo.

Carrie Ponder personifica en qué consiste el liderazgo con identidad propia.

“El punto no es que te conviertas en un líder. El punto es conviertas en ti mismo”.

—Warren Bennis

Definiendo el liderazgo con identidad propia

Durante más de 30 años, he estado escribiendo libros, enseñando en universidades, trabajando en comunidades, liderando organizaciones sin fines de lucro, dictando conferencias y dirigiendo talleres por todo el mundo. Y ese tiempo me ha servido para concluir lo siguiente: el liderazgo lo es todo.

Las necesidades del Siglo XXI no serán cubiertas por aquellos con mentalidad de seguidores. Las oportunidades que brinda este siglo tampoco serán para seguidores. El mundo no mejorará por causa de quienes sienten y piensan como seguidores. Son los líderes quienes tendrán la capacidad de satisfacer esas necesidades, aprovecharán esas oportunidades y cambiarán el mundo.

El liderazgo con identidad propia es el nivel más alto de liderazgo. Es un hecho que el Siglo XXI requiere de un tipo diferente de liderazgo —uno fundamentado en personas conscientes de sus propósitos y de su identidad, capaces de liderarse a sí mismas, encaminadas responsablemente hacia superar los obstáculos que surjan en su propia vida y, como resultado, llevando a otros a tener éxito impulsando el crecimiento organizacional.

Sin una identidad bien fundamentada es más probable que nos dejemos llevar por la influencia de nuestro entorno y hacia un futuro que requiera de muy poca reflexión o desarrollo. A lo largo de mi carrera, he estado ayudándoles a las organizaciones a abordar la brecha existente en cuanto a la falta de liderazgo en todos los niveles, puesto que llenar esa brecha es fundamental en el éxito de toda organización. Pero para cerrar tal brecha, tienes que entender la naturaleza del verdadero liderazgo. Los verdaderos líderes no buscan ocupar una posición; los verdaderos líderes buscan marcar la diferencia y cumplir su misión en la vida y en los negocios.

El liderazgo con identidad propia es el nivel más alto de liderazgo. Es un hecho que el Siglo XXI requiere de un tipo diferente de liderazgo.

Vinculando identidad con liderazgo

Durante la mayor parte de mi carrera, les he ayudado a las personas a explorar y comprender su identidad, guiándolas a través del proceso de aclarar cuáles son sus fortalezas, propósitos y planes para luego alinear su visión de vida con su realidad.

Ahora, estoy dando un paso más allá, vinculando la identidad con el concepto de liderazgo. Estos dos conceptos, cuando se sincronizan entre sí, se funden en una entidad poderosa que transforma la vida de la gente. De eso es de lo que tanto este libro como mi programa de liderazgo con identidad se tratan: de transformar tu vida, de abrirles puertas a tu potencial y a magníficas oportunidades que ni siquiera sabías que existían.

Te ayudaré a convertirte en un líder con identidad, algo que creo que el mundo necesita desesperadamente.

La pregunta es: ¿qué es un líder con identidad?

Definición de un líder con identidad

Los líderes con identidad se conocen a sí mismos por dentro y por fuera.

Están en paz con quienes son.

No ponen excusas para no ser fuertes en todas las áreas posibles o para no trabajar en busca de la perfección. Ellos conocen sus puntos fuertes y buscan formas de utilizarlos en beneficio propio y en el de la organización.

Saben qué es lo que les importa y lo que los apasiona e invierten sus energías en eso.

Saben cómo formar equipos y ser parte de ellos.

Saben liderar, fortalecer y motivar a otros —y motivarse a sí mismos.

Son líderes auténticos que dirigen a otros utilizando las habilidades que han desarrollado.

No se rinden.

Se mantienen firmes en sus principios.

No se rigen por el miedo, ni por otras emociones negativas.

Son solucionadores de problemas.

Ven soluciones donde otros solo ven obstáculos.

Son constructores de puentes y conectores de personas.

Ven el potencial no solo en ellos mismos, sino en los demás y saben nutrirlo.

Tienen energía y entusiasmo inquebrantables por su trabajo.

Aprenden del fracaso y tienden a ser mejores a causa de él.

Esperan cada día con ansias, convencidos de las posibilidades que les ofrece.

Atraen naturalmente a los demás, dados su vitalidad, su optimismo y el valor que le aportan a cualquier grupo al que pertenecen.

Permanecen imperturbables ante las dificultades de la vida.

Saben quiénes son, hacia dónde van y cómo llegar allí. Y como saben estas cosas, la gente los sigue y los respeta. La gente les presta atención a quienes tienen una visión y saben convertirla en realidad, paso a paso, día a día, decisión tras decisión.

La necesidad del liderazgo con identidad en medio de un mundo cambiante

Si hay una constante en el mundo, esa es el cambio. Te daré algunos ejemplos recientes de cambios sísmicos que han ocurrido en algunas industrias, generados por la innovación disruptiva —la cual sucede cuando una empresa introduce una innovación que perturba un mercado existente y crea uno nuevo, desplazando así mercados líder ya establecidos, así como a otras firmas y productos:

Durante la década de 1990, Blockbuster fue la empresa dominante en el mercado del alquiler de videos. En 2004, tenía una nómina de más de 80.000 empleados y más de 9.000 tiendas en todo el mundo. Sin embargo, para 2010, tuvo que declararse en bancarrota. ¿Qué pasó? Netflix, una startup en esta industria, creció hasta dominar con su nuevo sistema de servicio y su innovador modelo de negocio. Irónicamente, Blockbuster rechazó múltiples oportunidades que se le presentaron para comprar Netflix por solo $50 millones de dólares en el año 2000. En 2017, Netflix tenía activos totales de más de $19.000 millones.Cuando Amazon apareció en escena en 1995, la librería Borders generaba alrededor de $1.6 mil millones de dólares en ventas anuales. La compañía empleaba a unas 19.500 personas en más de 600 tiendas en todo los Estados Unidos. En 2011, Borders se declaró en quiebra. El consenso fue que Borders llegó demasiado tarde a la web (las ventas online de Borders redirigían a Amazon y esto terminó dañando la marca de Borders) y a los libros electrónicos; además, tenía demasiadas tiendas y contaba con exceso de inventario en libros cuando la gente ya se estaba cambiando a hacer compras online. Borders tenía deudas por montones y había invertido demasiado en el campo de la música al ingresar en la venta de CDs justo en el momento en que el intercambio de archivos de música se estaba volviendo popular. En cuanto a Amazon, es la empresa de ventas por internet más grande del mundo y en 2018 generó unos ingresos de $232.000 millones de dólares.Uber es la empresa de transporte en automóvil más grande del mundo —y no genera gastos adicionales para los dueños de los autos—. En cambio, la empresa de viajes compartidos, fundada en 2009 y valorada en $72.000 millones de dólares, utiliza software para atraer clientes. Así las cosas, a principios de 2017, la participación de Uber en el mercado de EE. UU. fue del 84%.

Vivimos en un mundo en constante cambio

Detrás de cada una de estas innovaciones disruptivas había personas con grandes ideas que no temían contradecir los estándares de la industria. Dichos movimientos cambiaron la vida de innumerables empleados y clientes pertenecientes a esas empresas innovadoras. Además, abrieron nuevos mercados, estimularon el pensamiento creativo y generaron movimientos en otras industrias, demandando un estándar óptimo en cuanto al tipo de líderes, requiriendo de individuos visionarios que sean capaces de manejar no solo los cambios que se les presenten, sino que también los produzcan, dirigiendo a las empresas hacia donde no hayan ido antes.

Evidentemente, debido a los avances tecnológicos, el cambio es desenfrenado en todas las industrias y también en la vida profesional y personal de la gente. A continuación, te daré algunos ejemplos de cambios que ya se han producido o que es probable que se produzcan en un futuro próximo, provocados por la tecnología:

Watson, el sistema informático de respuesta automática desarrollado por IBM, tiene un amplio y profundo alcance en el campo de las aplicaciones relacionadas con la salud, los negocios, la educación y muchos otros sectores.La impresión 3D ha revolucionado lo que construimos y la forma en que lo construimos. En China, un edificio de cinco pisos, diseñado para oficinas, fue construido a través de impresión 3D. Y la misma empresa que construyó ese edificio también construyó 10 casas en 24 horas utilizando impresión 3D. Y todas las principales empresas de calzado han comenzado a imprimir zapatos mediante impresión 3D.En 2014, unos médicos en China le practicaron un implante de columna a un niño utilizando una impresa en 3D. Esto significa que, en el futuro, los pacientes no tendrán que esperar al trasplante de órganos, pues los hospitales podrán bioimprimirlos.En ese mismo futuro, la gente no tendrá automóviles. La gente tendrá la opción de llamar con su teléfono inteligente a un servicio de automóvil sin conductor, que aparecerá y conducirá a cada quien a su destino y el usuario pagará por la distancia recorrida.En menos de 10 años, se espera que los procesadores de computadoras alcancen el poder de procesamiento del cerebro humano. De acuerdo a dos investigadores de Oxford, casi la mitad de los trabajos estadounidenses están en alto riesgo de automatización.

Podría seguir y seguir dando ejemplos, pero el punto es claro: el mundo está cambiando y lo está haciendo a gran velocidad. Y la velocidad de esa transformación, impulsada por la tecnología, será cada vez mayor.

Entonces, ¿qué tiene eso que ver con el liderazgo con identidad propia?

Todo que ver.

Son los líderes con identidad propia quienes están marcando el comienzo de estos cambios y quienes se están adaptando más rápido a ellos. Son ellos quienes saben cómo aprovechar al máximo las nuevas oportunidades que están proliferando a través del pensamiento disruptivo que tiene lugar en las industrias y en los cambios en las ventas al por mayor que se están produciendo en casi todos los sectores del mundo. De hecho, son ellos quienes están cambiando la forma en que vivimos.

“Todo lo que quieres está al otro lado del miedo”.

-—Jack Canfield

Los líderes con identidad no le temen al cambio

Muchos se resisten al cambio, porque los hace sentir incómodos y los saca de su zona de confort. Por eso, se preocupan y se inquietan por lo que el cambio les traerá y por cómo los afectará. Temen perder los beneficios de las viejas formas de hacer negocios y de vivir la vida, incluso si el cambio promete mejores perspectivas.

En cambio, los líderes con identidad no le temen al cambio. De hecho, le dan la bienvenida y siempre están evaluando por qué es necesario hacerlo, cuándo es el mejor momento para hacerlo y cuál es la mejor manera de lograrlo.

A veces, es el mismo cambio el que contribuye a que surjan líderes con identidad y sean reconocidos como tales. Porque incluso cuando el mundo está cambiando, ellos, en su interior —en lo referente a su verdadero ser, a sus anhelos, a sus habilidades, a su enfoque en la vida—, no cambian. Los líderes con verdadera identidad saben evaluar el cambio que se está produciendo a su alrededor y se adaptan, viendo cómo encajan en medio de él —e incluso buscan la forma de liderarlo—. Ellos ven que, en medio del cambio, su rol también cambia y están dispuestos a asumir un nuevo rol.

Las tareas, los roles y los entornos cambiarán. Las culturas, las organizaciones y las circunstancias cambiarán. Pero la esencia en la identidad del líder no cambia.

En pocas palabras, eso es ser un líder con identidad.

Entiende esto: tú puedes ser un líder con identidad. Tú puedes ser esa persona que acabo de describir. A medida que avances en esta lectura, te iré presentando el contenido, las ideas y el proceso que te ayudarán a adoptar y optimizar las habilidades propias del líder con identidad y a dar cada vez más pasos en tu camino hacia el desarrollo de todo tu potencial.

Los líderes con identidad no le temen al cambio. De hecho, le dan la bienvenida y siempre están evaluando por qué es necesario hacerlo, cuándo es el momento más indicado para hacerlo y cuál es la mejor manera de lograrlo.

El liderazgo con identidad es autoliderazgo

Al comienzo de este libro, hablé sobre Carrie Ponder y de cómo ella ejemplificó el tipo de liderazgo al que nos estamos refiriendo a medida que se abría paso en medio de la pobreza hasta lograr que sus hijos sobresalieran en diversos campos profesionales. Sin embargo, para que ella allanara el camino para sus hijos, logrando sacarlos de la pobreza hasta llevarlos a un mundo donde ellos lograran desarrollar todo su potencial, primero, ella tuvo que liderarse a sí misma.

El autoliderazgo es el aspecto más crucial del liderazgo con identidad. En otras palabras, si quieres liderar a otros, tienes que aprender a liderarte a ti mismo primero.

Le digo eso a la gente y, muchas veces, recibo una mirada burlona a cambio. La pregunta que leo en sus ojos suele ser: “¿Liderarme? ¿No es eso algo que ocurre de manera automática, que simplemente pasa? ¿Qué significa semejante cosa?”.

Conozco a muchas personas talentosas que están llamadas a ser líderes. Se trata de individuos que cuentan con las habilidades necesarias para liderar. Tienen el deseo y la motivación, la visión, la experiencia necesaria y muchos otros atributos que deben poseer los verdaderos líderes. Y aun así, a menudo, se encuentran estancados en su llamado a serlo. Ellos saben que hay algo que los detiene, pero no identifican qué es. Entonces, invierten aún más energías procurando aprender sobre liderazgo y acerca de emprendedores en todos los campos que saben liderar. Esto significa que su enfoque es hacia afuera, externo, puesto tanto en el liderazgo como en la gestión de otros.

Sin embargo, su propia experiencia de liderazgo es frustrante para ellos y para aquellos a quienes ellos dirigen. Su experiencia termina consistiendo en dar dos pasos hacia adelante y un paso hacia atrás y otras veces es un paso adelante y dos atrás. ¿Qué les falta? Bueno, en su prisa por ascender en el mundo del liderazgo se han saltado el elemento fundamental: su autoliderazgo.

El autoliderazgo es el aspecto más crucial del liderazgo con identidad. En otras palabras, si quieres liderar a otros, tienes que aprender a liderarte a ti mismo primero.

El poder de la autoconsciencia

Green Peak Partners y Cornell University estudiaron a 72 ejecutivos de empresas públicas y privadas con ingresos de $50 millones a $5 mil millones2. Tal estudio los llevó a descubrir que el predictor más fuerte del éxito es un alto nivel de autoconsciencia. Aquellos que lo tienen cuentan con la base suficiente para:

Mejorar su desempeñoAclarar su propósito y direcciónSuperar etiquetas (de raza, género o circunstancia)Crecer y aprenderDesarrollar habilidades de liderazgoMejorar su nivel de inteligencia emocional

Cada líder de sí mismo es una persona autoconsciente. ¿Eres tú consciente de ti mismo?

Definiendo autoliderazgo

Autoliderazgo es, en esencia, comprender quién tú eres.

Es conocer tus habilidades, pasiones y metas.

Los líderes consciente de sí mismos saben a dónde van y cómo llegar allí.

Viven, piensan y actúan de manera intencional.

Saben de qué son responsables.

Se conocen por dentro y por fuera.

Son auténticos y están siempre atentos.

Viven en función de desarrollar su autoconsciencia, su autoconfianza y su autoeficacia.

Su autoconfianza proviene del profundo conocimiento que tienen de sí mismos.

Su autoeficacia —la confianza que tienen en que sabrán manejar lo que sea que se les presente en el camino— les ayuda a evaluar con calma las diversas situaciones, a recibir los comentarios de los demás sin sentirse por cualquiera que sea la observación que reciban y a ajustarse para manejar cada desafío de la mejor forma posible.

Quienes saben liderarse a sí mismos son pensadores disruptivos y no tienen miedo de romper las estructuras, ni de hacerle caso a su pensamiento creativo e innovador.

Cuatro aspectos del autoliderazgo

John Ng es el apasionado Director de Meta Consulting, una empresa que les ofrece servicios de consultoría a las principales corporaciones internacionales. Ng escribe sobre autoliderazgo y afirma que hay cuatro aspectos de este tipo de liderazgo3:

Autoconsciencia. Eres autoconsciente cuando conoces y comprendes tus propios valores, tus verdaderas perspectivas, fortalezas, debilidades y tendencias con respecto al liderazgo y a tus necesidades emocionales.Autoliderazgo. Cuando sabes cómo y cuándo nutrir y aprovechar tus pasiones, habilidades, emociones y capacidades de liderazgo en la toma de tus decisiones, eres el líder de ti mismo.Consciencia de los demás. Cuando sabes ver y reconocer las pasiones, los dones, las fortalezas, las debilidades, el potencial y las necesidades ajenas, entonces, eres consciente de los demás.Líder de los demás. Cuando tienes la capacidad de ayudarles a crecer a otras personas y las motivas a que desarrollen su potencial y a satisfacer las necesidades de la organización a la que ellas pertenecen, entonces, eres líder de los demás.

Esos cuatro aspectos del liderazgo están puestos en ese orden por una razón. Tienes que ser consciente de ti mismo antes de aprender a ser tu propio líder y de poder nutrir tus habilidades, emociones y capacidades de liderazgo. Y necesitas de ambos, autoconsciencia y autoliderazgo, antes de poder ser consciente de las necesidades y del potencial de los demás. A su vez, necesitas ser consciente de los demás antes de lograr hacer crecer su potencial.

También es importante comprender que esos cuatro aspectos deben permanecer activos y dinámicos. No se trata de un juego de relevos durante el cual pasas el bastón y después de haber andado ese primer tramo del proceso te dedicas a descansar en el banquillo. Más bien, es como si la primera antorcha estuviera encendiendo la siguiente y así sucesivamente hasta haber encendido las cuatro antorchas. En este camino hacia el liderazgo, los cuatro aspectos están siempre activos; todos están interactuando unos con otros. Esas antorchas no se queman por sí solas, sino colectivamente y de forma más brillante.

“Una persona que nunca ha cometido un error, nunca ha intentado nada nuevo”.

—Albert Einstein

Importancia del autoliderazgo

Muchas personas y corporaciones exitosas comprenden la importancia del autoliderazgo. Por ejemplo, Christopher Avery, Director Ejecutivo de Partnerwerks, Inc., y popular conferencista enfocado en el tema del liderazgo ágil, afirma: “Los trabajadores de hoy responden a líderes auténticos, reales, con principios, responsables, inspirados y valientes. Esas son cualidades propias del autoliderazgo. Liderarte a ti mismo equivale al 95% de tu capacidad de liderar a otros4”. Por lo tanto, él recomienda que, quienes quieran liderar, antes que todo, deben desarrollarse y creer en sí mismos y luego encontrar oportunidades que les generen el valor agregado que les sirva de inspiración para liderar como debe ser.

Qué hace por ti el autoliderazgo

El autoliderazgo hace mucho por ti, pero quiero señalar solo algunos de sus beneficios:

El autoliderazgo transforma tu manera de ver a los demás. Cuando aprecias tus propias fortalezas y debilidades, tus aspiraciones y tu potencial, estás en capacidad de apreciar estos mismos aspectos en la vida de otra gente.El autoliderazgo te ayuda a alcanzar tu potencial. Los líderes de sí mismos tienen una longevidad que otros líderes no tienen, porque tienden a desarrollar un mayor nivel de inteligencia emocional que ellos. Estudios comparativos entre quienes prosperan en su rol de liderazgo y quienes apenas sobreviven a él indican que la inteligencia emocional —más que las capacidades cognitivas— fue un factor clave en su éxito.El autoliderazgo te mantiene enfocado en lo que es importante. Dado que tienes mayor conciencia y conocimiento de ti mismo, no te dejas influenciar cuando se trata de sacrificar tus resultados a largo plazo en aras de obtener una ganancia inmediata, pero probablemente fugaz.El autoliderazgo te ayuda a dejar el legado que estabas destinado a dejar. Quienes saben ser líderes de sí mismos son aquellos que se levantan por encima de las circunstancias, que dejan un impacto positivo en las personas y organizaciones, que sobreviven a los buenos y a los malos tiempos, porque están cimentados en quiénes son ellos y en cómo liderar.

Qué hace el autoliderazgo por una empresa

Ken Blanchard, consultor de gestión y autor de más de 60 libros, incluido The One Minute Manager, dice que cuatro cosas suceden cuando una empresa sabe formar gente que se lidera de sí misma5:

La empresa es testigo de un desarrollo acelerado a medida que los líderes de sí mismos toman el control de su propio desarrollo.La empresa ve un mayor rendimiento en los líderes de sí mismos que están más comprometidos con ellos mismos y con la organización.La empresa obtiene los beneficios de los líderes de sí mismos que se mantienen en su responsabilidad de lograr sus objetivos y de ejecutar las iniciativas de la empresa.La empresa experimenta una mayor innovación a medida que los líderes de sí mismos desarrollan una mentalidad enfocada en brindar soluciones creativas y avanzadas.

Es tu hora de actuar

Con suerte, a estas alturas, ya ves el valor del autoliderazgo. No se trata solo de una cualidad agradable que complementa tu capacidad de liderazgo. El autoliderazgo es esencial; es fundamental. Tratar de liderar sin ser un líder fuerte de sí mismo es como meterte en un auto sin motor y preguntarte por qué no logras hacerlo funcionar.

El mundo clama por más y más líderes de sí mismos y con identidad propia. Es este tipo de liderazgo el que es duradero e impactante. El que cambia vidas —tanto la tuya como la de quienes están en tu esfera de influencia—. Este es el tipo de liderazgo que deja verdaderos legados.

La buena noticia es que todo aquel que se lo proponga puede aprender a ser un líder con identidad. Esta no es una opción para unos pocos elegidos. Es para cualquiera que se interese en adentrarse y dominar el tipo de liderazgo que marcará la diferencia en el Siglo XXI.

Si quieres incursionar en este tipo de liderazgo y aprender a manejarlo, sigue leyendo. Te mostraré cómo lograrlo.

Tratar de liderar sin ser un líder fuerte de sí mismo es como meterte en un auto sin motor y preguntarte por qué no logras hacerlo funcionar.

“Liderar a los demás es una fortaleza. Pero el dominio de sí mismo es verdadero poder”.

—Lao Tzu

Hablando de líderes

Un líder es mejor cuando la gente apenas sí sabe que él existe.

No es tan bueno cuando la gente lo obedece y lo aclama.

Es todavía peor cuando lo desprecian.

Pero un buen líder es aquel que habla poco.

Que cuando hace su trabajo, cumple con su objetivo.

Entonces, su equipo de trabajo dirá:

“Lo hicimos nosotros”.

—Lao Tzu,

filósofo chino del Siglo VI A. C.

Claves del liderazgo con identidad

El mundo es impactado y transformado por líderes, no por seguidores. El liderazgo con identidad es el nivel más alto de liderazgo —el tipo de liderazgo requerido en el Siglo XXI.El autoliderazgo es un aspecto crucial del liderazgo con identidad. Es necesario que aprendas a liderarte a ti mismo antes de aprender a liderar a otros.Los líderes con identidad son solucionadores de problemas, constructores de puentes y conectores de personas. Ellos saben identificar y nutrir el potencial que hay en sí mismos y en otros.Los líderes con identidad saben quiénes son, a dónde van y cómo llegar allí.Los líderes con identidad están mejor preparados para aprovechar al máximo las nuevas oportunidades que proliferan a través del pensamiento disruptivo que tiene lugar en las industrias y en todos los sectores alrededor del mundo.

CAPÍTULO 2

Por qué la identidad importa

No hay viaje fácil hacia un gran destino.

Nací en Whitesboro, Nueva Jersey. Soy uno de un total de seis hijos. Mi padre, Stedman Sr., era pintor, carpintero y contratista. Y mi madre, Mary, trabajaba como empleada doméstica y auxiliar de enfermería. Siempre hubo comida en nuestra mesa, regalos debajo de nuestro árbol de Navidad y amor en nuestro hogar.

Nunca noté que fuéramos pobres. En cambio, sí notaba que algunos de mis amigos comían sándwiches preparados solo con mayonesa —sin jamón, ni queso—. Otros compartían una cama individual con tres hermanos y había casos en que dormían hasta cuatro. Algunos tenían agujeros en las paredes de sus viviendas.

Mis dos hermanos menores tienen discapacidades de desarrollo. Los niños en la escuela se burlaban de nosotros y nos insultaban, y eso dolía. Entonces, comencé a desarrollar sentimientos de vergüenza y de baja autoestima. Me metía en peleas y me exigía perfección para demostrarles que yo también valía.

Whitesboro era una ciudad negra dentro de un condado blanco. El decir de la región era: “Nunca ha salido nada bueno de Whitesboro”. Eso también dolía. Estábamos orgullosos de que un pariente nuestro, George Henry White, fue un inversor líder que ayudó a fundar esta ciudad y por esa razón lleva su nombre en homenaje a él. George fue abogado y congresista. Había hecho algo valioso con su vida. Pero esa conexión con él y ese orgullo familiar nuestro no significaban nada para mis compañeros de escuela. Cuando pasé a sexto grado, fui a una escuela integrada en la que tuve que adaptarme a una cultura principalmente blanca y lidiar con la idea de que muchos blancos pensaban que eran mejores que yo solo por el color de su piel.

La raza y el color de la piel fueron grandes problemas para mí. Eran una espada afilada de doble filo que me cortó muchas veces.

Fue por eso que decidí que demostraría que yo también tenía mi propia valía y que la probaría por medio del baloncesto. Con eso en mente, trabajé duro, marqué más de 1.000 puntos durante mis años de escuela secundaria y recibí muchos halagos de equipos universitarios.

Quizá, algo bueno saldría de Whitesboro, después de todo.

UCLA, una potencia perenne del baloncesto, me incorporó a su equipo. El equipo venía de ganar 10 campeonatos de la NCAA en cuestión de 12 años —un hazaña asombrosa— liderados por su legendario entrenador, John Wooden. El mejor equipo y el mejor entrenador de la nación querían que yo jugara para ellos.

Te diré que aquello fue algo embriagador para mí en ese entonces. Me llevaron en un vuelo directo a California. Me reuní con los entrenadores y jugadores y me llevaron a Disneylandia. En el campus de UCLA vi por primera vez una cafetería con toda clase de buenas comidas y me dijeron que tomara toda la que quisiera. Por supuesto, eso fue lo que hice.

Recuerdo que pensé: “Está bien. Esto sí que es vida. ¡Por fin, tengo la vida que quiero!”. Tuve que pellizcarme para asegurarme de que no estaba soñando.

El plan consistía en que me inscribiera en UCLA después de haber cursado dos años de universidad. Ese plan nunca resultó.

Fui a Weatherford Junior College, en Weatherford, Texas. Allí empecé un viaje atravesando todo el país. Luego, viajé al extranjero y regresé.

Weatherford abandonó su programa de baloncesto después de un año, así que fui transferido a University of Detroit, pero nunca encajé allí, nunca me gustó la escuela, no veía que hubiera mucho tiempo dedicado al baloncesto y quise salirme de allí.

Harvey Catchings era un ex compañero de equipo en Weatherford. Él hizo una carrera de 11 años en la NBA. Su consejo fue que me uniera a Hardin-Simmons University, en Abilene, Texas. Así que lo hice. Terminé jugando el resto de mi carrera universitaria allí y me gradué de una Licenciatura en Trabajo Social.

El hecho es que, aunque tenía un título, no sabía a ciencia cierta lo que quería hacer con mi vida, además de jugar baloncesto. Entonces, me uní al ejército y fui enviado a Alemania, donde trabajé como administrador de un hospital —y estando allí, me integré al equipo de baloncesto.

Algunos alemanes me dijeron que les encantaría que jugara en su equipo. Terminé jugando a nivel profesional en Europa durante cuatro años. Gané algo de dinero, me divertí un poco y viajé por toda Europa. Al menos, por un corto tiempo, estaba disfrutando la vida.