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Beschreibung

La más completa y rigurosa integración multidisciplinar de la neurociencia, la psicología y la psicoterapia de vanguardia con las artes y ciencias contemplativas de Oriente. Ahora que el mindfulness tiene un papel cada vez más importante como catalizador en la psicoterapia es hora no sólo de hacer un balance de cómo y por qué ha llegado este punto de inflexión, sino de expandir nuestros horizontes a lo que está por venir: la segunda y la tercera olas de ciencia y práctica contemplativas que están llevando las intervenciones basadas en el mindfulness al siguiente nivel. El propósito de esta obra es proporcionar una visión general de este prometedor hito en la psicoterapia, incluyendo no sólo una revisión retrospectiva de un campo de rápido crecimiento, sino también un estudio prospectivo de los desarrollos emergentes y los avances previstos. Avances en psicoterapia contemplativa ha sido editado por el equipo creador del reconocido Programa de Psicoterapia Contemplativa del Instituto Nalanda de EE.UU. —Joseph Loizzo, Miles Neale y Emily J. Wolfy— y la lista de colaboradores en este libro incluye académicos, investigadores y grandes profesionales: Tara Brach, Christine Braehler, Mariana Caplan, Diana Fosha, Paul Fulton, Christopher Germer, Roshi Joan Halifax, Rick Hanson, Pilar Jennings, Koncha Pinós-Pey, Jeffrey Rubin, Sharon Salzberg, Daniel J. Siegel y Robert Thurman. «Avances en psicoterapia contemplativa ofrece la visión más completa y autorizada de uno de los puntos más candentes de la psicoterapia actual: su fusión con la práctica contemplativa. Imprescindible para cualquiera en este campo».

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LIBRERÍAS:

THEMA: MKMT: Psicoterapia

BISAC: PSY028000. Psicología / Psicoterapia

TEMAS: Psicoterapia/Psicología budista/Mindfulness/Compasión/Psicoterapia corporal/

Título original:Advances in Contemplative Psychotherapy. Accelerating Healing and Transformation

Copyright © 2017 Joseph Loizzo, Miles Neale, & Emily J. Wolf

Originalmente publicado en inglés en Estados Unidos por Routledge, New York. Routledge is an imprint of the Taylor & Francis Group, an informa business

Imagen de cubierta: Elena Rego /Alamy Stock Photo

Copyright de la presente edición en español:

© 2021 EDITORIAL ELEFTHERIA, S.L.

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

EDITORIAL ELEFTHERIA, S.L.

Sitges, Barcelona, España

www.editorialeleftheria.com

Primera edición: Marzo de 2021

Diseño de cubierta: Juan Mauricio Restrepo

Maquetación: MI Maquetación S. L.

ISBN (papel): 978-84-121784-9-4

ISBN (ebook): 978-84-122674-0-2

DL: B 4296-2021

Para Jon, cuyo amor,

sabiduría y apoyo han hecho posible este libro.

Para mi madre, cuyo amor incondicional

Dedicamos este libro al ejemplo viviente

de Su Santidad el XIV Dalái Lama del Tíbet,

que ha hecho más que nadie para estimular el diálogo

abierto entre la ciencia física moderna y la antigua ciencia contemplativa,

que ha contribuido al nacimiento del prometedor campo de la neurociencia contemplativa,

y que nos inspira a todos como la viva encarnación

de la radical apertura de la mente y la compasión incondicional

que necesitamos cada día como psicoterapeutas, cuidadores, maestros y sanadores.

Conforme al espíritu de un gran maestro Nalanda del siglo VII,

ofrecemos uno de los versículos aspiracionales favoritos de Su Santidad

al heroico espíritu humano del altruismo:

Que yo sea el doctor

y la medicina

y también el enfermero,

¡hasta que todos los seres se curen!

(Shantideva, Guide to the Altruist’s Way of Life)

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Índice

Avances en psicoterapia contemplativa

 

Lista de ilustraciones

Acerca de los editores

Lista de los colaboradores

Prólogo a la edición en español por Javier García Campayo

Prólogo de Joan Jiko Halifax

Prefacio de Joseph Loizzo

Introducción. Joseph Loizzo

Primera parte. Mindfulness y sanación personal

1. Orígenes budistas de la meditación mindfulness. Miles Neale

2. Los cuatro pilares del mindfulness: Practicando la presencia y la resiliencia. Sharon Salzberg

3. Neuroplasticidad positiva: La neurociencia del mindfulness. Rick Hanson

4. Psicoanálisis meditativo. Jeffrey Rubin

5. Práctica del mindfulness como formación avanzada para el clínico. Paul Fulton

Segunda parte. Compasión y sanación social

6. La psicología social de la compasión y el altruismo. Koncha Pinós-Pey

7. La medicina en su máxima expresión: Cambiar el ensimismamiento por el altruismo. Robert Thurman

8. Conexión interpersonal, compasión y bienestar: La ciencia y el arte de las relaciones sanadoras. Daniel J. Siegel

9. La compasión en psicoterapia. Christine Braehler y Christopher Germer

10. La RAIN de la autocompasión: Una práctica sencilla para los clientes y clínicos. Tara Brach

Tercera parte. La corporeidad y la sanación natural

11. Tantra, visualización y terapia dinámica integral. Emily J. Wolf

12. Imaginería y trauma: El esfuerzo de la mente para sanar. Pilar Jennings

13. Práctica corporal, el vago inteligente y la integración mente-cerebro-cuerpo. Joseph Loizzo

14. Cómo ser un terapeuta transformacional: La AEDP aprovecha la sanación innata de los afectos para reconectar con la experiencia y acelerar la transformación. Diana Fosha

15. Yoga tántrico, psicología profunda y perspectiva femenina: Hacia un enfoque integrado del trabajo con la psique. Mariana Caplan

Referencias

Notas

Ilustraciones

IMÁGENES

El maestro sanador, Bhaishajyaguru

P1.1. El Buda histórico, Shakyamuni

  1.1. Origen condicionado

P2.1. Nagarjuna, adalid de la sabiduría profunda

  7.1. Shantideva, poeta de la compasión incondicional

P3.1. La madre sanadora, Noble Tara

  13.1. Mapa corporal sutil de los estados de conciencia

  13.2. Mapa corporal sutil de los cinco principales circuitos de energía neural

  13.3. Mapa corporal sutil del sistema nervioso autónomo

  13.4. Seis centros corporales sutiles y sus correspondientes mapas cerebrales

  14.1. La fenomenología del proceso transformacional

TABLAS

    1.1. Marco interdisciplinario e intertradicional

  13.1. Centros sutiles del cuerpo

Acerca de los editores

Joseph Loizzo, MD, PhD, es psicoterapeuta contemplativo, erudito budista y autor con más de cuatro décadas de experiencia integrando la ciencia de la mente indotibetana y las artes curativas en la neuropsicología moderna, la psicoterapia y la investigación clínica. Es fundador y director del Nalanda Institute for Contemplative Science, profesor adjunto de Psiquiatría en el Weill Cornell Medical College y ejerce de terapeuta privado en Manhattan.

Miles Neale, PsyD, es el director asistente del Nalanda Institute for Contemplative Science, codesarrollador del programa de certificación en Psicoterapia Contemplativa del Nalanda Institute e instructor clínico de Psicología en el Weill Cornell Medical College. Es psicoterapeuta budista y ejerce de terapeuta privado con veinte años de experiencia en el estudio e integración de la psicología budista y la meditación en la psicoterapia.

Emily J. Wolf, PhD, MSEd,es la directora del programa de certificación en Psicoterapia Contemplativa del Nalanda Institute e instructora clínica de Psicología en el Weill Cornell Medical College. Es psicóloga clínica y supervisora, ejerce en la práctica privada, y ha llevado a cabo una investigación pionera sobre la integración de métodos contemplativos de yoga hindú y meditación en la terapia psicodinámica occidental, la recuperación y la educación para la salud.

Lista de los colaboradores

Tara Brach, PhD, es psicóloga clínica, influyente profesora de meditación, autora y fundadora de la Insight Meditation Community de Washington D. C.

Christine Braehler, PsyD, PhD, es psicóloga clínica especializada en la autocompasión, capacitadora de maestros de autocompasión consciente y coordinadora internacional del Center for Mindful Self-Compassion.

Mariana Caplan, PhD, LMFT, es psicoterapeuta acreditada, autora de siete libros y desarrolladora del método Yoga y Psique que integra la psicología occidental, las prácticas yóguicas antiguas y el trabajo somático para la recuperación del trauma.

Diana Fosha, PhD, es psicóloga clínica, autora, desarrolladora de AEDP –un modelo de psicoterapia basado en la curación y orientado a la transformación– y directora del Instituto AEDP. Es profesora del Departamento de Psiquiatría y Psicología de la Universidad de Nueva York y de los Centros Médicos St. Luke’s/Roosevelt en Nueva York.

Paul Fulton, PhD, es psicólogo clínico, autor, consultor de meditación y cofundador del Institute for Meditation and Psychotherapy.

Christopher Germer, PhD, es autor y psicólogo clínico en consultorios privados, especializado en psicoterapia basada en el mindfulness y orientada a la compasión. Con Kristin Neff, PhD, desarrolló el programa de ocho semanas Mindful Self-Compassion.

Rick Hanson, PhD, investigador principal en el Greater Good Science Center de Universidad de California en Berkeley, es neuropsicólogo y autor de superventas, ha dedicado cuatro décadas a integrar la meditación, la investigación cerebral y la psicología clínica.

Pilar Jennings, PhD, es psicoanalista, autora y profesora del programa de psiquiatría y religión del Union Theological Seminary de la Universidad de Columbia y del Columbia Center for the Study of Science and Religion. Ha dedicado treinta años a estudiar e integrar el budismo tibetano con la psicoterapia psicoanalítica.

Koncha Pinós-Pey, PhD, directora de Estudios Contemplativos e investigadora principal en compasión, altruismo e inteligencia múltiple en la Universidad de Barcelona, es una profesora budista tibetana pionera a nivel internacional en el campo de la investigación y la educación compasiva.

Jeffrey Rubin, PhD, analista de formación y supervisión en el Westchester Institute for Training in Psychoanalysis and Psychotherapy, es psicoanalista, profesor de zen y autor de varios libros innovadores que integran el psicoanálisis, la filosofía y el budismo.

Sharon Salzberg es una profesora budista estadounidense de primera generación y reputada autora, cofundadora de la Insight Meditation Society y experta mundialmente conocida en mindfulness con más de cuarenta años de experiencia en la enseñanza.

Daniel J. Siegel, MD, profesor de psiquiatría en UCLA y director del Mindsight Institute, es psiquiatra pediátrico, consultor educativo y pionero mundialmente reconocido en el campo de la neurobiología interpersonal. Es autor de muchos libros y editor de la Serie Norton en Neurobiología Interpersonal.

Robert Thurman, PhD, el preeminente académico-traductor budista de Estados Unidos, es presidente de Tibet House, EE. UU., y tiene la primera cátedra subvencionada en budismo indotibetano en Occidente, la cátedra Je Tsongkapa de la Universidad de Columbia.

Prólogo a la edición en español

Dr. Javier García Campayo

Desde que mindfulness se iniciase como técnica psicológica gracias al médico norteamericano Jon Kabat-Zinn en la Universidad de Massachusetts a finales de los años 70 del siglo pasado, su influencia ha impregnado no solo los campos de la salud, la educación, el trabajo o el deporte, sino el funcionamiento de las sociedades desarrolladas en general. Las continuas investigaciones científicas sobre su eficacia, como por ejemplo los estudios que confirman su efecto preventivo en la depresión recurrente, patología en la que se considera la psicoterapia de elección, ha llevado a la expansión de su práctica y aprendizaje a nivel internacional.

Pero la expansión de mindfulness no sería un ejemplo aislado, sino que significaba la punta de lanza, la parte visible del iceberg de lo que vendría posteriormente. Esta apertura de la medicina, de la psicología y de toda la ciencia, hacia las tradiciones espirituales y que se inició con mindfulness, inauguraba un proceso de búsqueda del ser humano hacia las fuentes que podrían incrementar su felicidad y bienestar. Por esta razón se generó un movimiento científico para conocer qué podrían aportar las tradiciones de sabiduría al desarrollo humano. De esta forma, tras esta «primera ola», como ha sido denominado por algunos autores, que se inició con mindfulness en los años 80, siguió una «segunda ola» basada en la compasión que se produce a partir del año 2000. Y, actualmente se considera que estamos entrando en la «tercera ola» que inaugurarán técnicas meditativas denominadas deconstructivas y cuyo objetivo es repercibir de una forma adecuada un constructo tan complejo y distorsionado como es el «yo».

En esta eclosión de movimientos que relacionan lo psicológico con lo trascendente y espiritual, una corriente está identificándose con gran fuerza: la Psicología y Psicoterapia Contemplativa. Podría definirse como la utilización de forma individual de prácticas y aprendizajes tomados de las tradiciones contemplativas con una finalidad terapéutica. Este movimiento se inició con el maestro budista tibetano Chogyam Trungpa, cuando uno de sus discípulos, el psiquiatra y psicoanalista Edward M. Podvoli inauguró en 1978, en la Universidad Budista de Naropa en Denver (Colorado), el primer Departamento de Psicoterapia Contemplativa. Desde entonces, varias universidades americanas han desarrollado formaciones sobre este tema e incluso existe una revista científica denominada Journal of Contemplative Psychotherapy.

Pero ¿en qué consiste este concepto de Psicoterapia Contemplativa? Joe Loizzo, uno de los tres editores y principal impulsor del libro, nos la describe en el primer capítulo. Según él incluye cuatro disciplinas: la psicología y la psicoterapia contemplativas, así como la ciencia y la neurociencia contemplativas. Por esta razón, es un área del conocimiento tremendamente multidisciplinar, ya que están involucrados psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas que usen alguna técnica contemplativa en su trabajo terapéutico, así como científicos y neurocientíficos interesados en estas tradiciones milenarias. Es, por tanto, el estudio de lo que las tradiciones contemplativas de todos los tiempos y lugares pueden ofrecer al ser humano para intentar ser más feliz y generoso con el resto de seres vivos y con el entorno, en suma, para alcanzar la mejor versión de si mismos. De hecho, se considera que lo que la psicología y la ciencia moderna han podido incorporar de estas tradiciones de sabiduría es apenas el 5 % de todo lo que tendrían que ofrecernos para desarrollar el potencial humano. Por tanto, el camino que queda por seguir es aún largo y estamos sólo ante los inicios.

Interesa saber quienes son los autores de este libro para darnos cuenta de la relevancia de la obra. Joe Loizzo es psiquiatra entrenado en la Universidad de Harvard y erudito budista formado en la Universidad de Columbia. Desde siempre le interesó la confluencia entre ambos mundos, el de la psicoterapia y el del budismo, y por eso creó en 2005 en Nueva York el Instituto Nalanda de Ciencias Contemplativas junto a los otros dos editores del libro, Miles Neale y Emily Wolf. Esa fue la culminación de muchos años de formación tanto en psiquiatría como en budismo, así como el resultado de una larga experiencia de práctica terapéutica holística e integrativa, siempre conectada con departamentos médicos de hospitales y universidades de prestigio. Nalanda es un nombre emblemático ya que así se denominó a la primera universidad de la humanidad, construída en el siglo V dC en la India para la profundización de los conocimientos budistas, cuando esta religión se encontraba fuertemente asentada en el país. El Instituto Nalanda, fiel a su nombre, ha sido pionero a nivel internacional en el desarrollo de programas contemplativos. Por esa razón, todos los autores del libro son o han sido profesores de estos programas, lo que se traduce en una gran coherencia temática y estilística a la vez que en un profundo conocimiento sobre el tema.

El libro está estructurado en tres bloques temáticos que abordan tres tipos de sanación (la individual, la social y la natural), que corresponden a tres tipos diferentes de prácticas (mindfulness, compasión y corporeidad) y que se asociarían, según los autores, a las tres escuelas tradicionales del budismo, a saber, Theravada o «de los antiguos», Mahayana o «Gran Vehículo» y Vajrayana o del «Vehículo de diamante». En la primera parte del manual se analiza la terapia de mindfulness y en ella se reflexiona sobre los orígenes budistas de esta técnica o sobre cómo se puede practicar psicoanálisis con esta orientación, hasta aspectos de neurociencia de vanguardia como los cambios en la neuroplasticidad que produce la práctica contemplativa, escrito por el famoso divulgador Rick Hanson, o sobre cuáles son los pilares de mindfulness de la mano de Sharon Salzberg. En el segundo bloque, que trata de la terapia de la compasión, se describe la más noble conducta que puede realizar el ser humano, el altruismo, por el gran erudito Robert Thurman, maestro espiritual del propio Joe Loizzo; o la conexión interpersonal por el profesor Daniel J Siegel, una de las voces más autorizadas en mindfulness. Personalmente, me encantan los capítulos que describen la potente técnica meditativa RAIN para desarrollar la compasión que realiza Tara Brach y la reflexión sobre como utilizar la compasión en psicoterapia por Christopher Germer. Por último, el tercer conjunto de capítulos versa sobre la práctica de la meditación encarnada. En él se abordan temas apasionantes y poco tratados en psicoterapia como el uso de la visualización, la imaginería o el Yoga Tántrico en psicoterapia o cómo ser un terapeuta transformacional por autores como Pilar Jennings o Diana Fosha.

Lo que más llama la atención del libro es la novedad de los temas, la profundidad con la que se han tratado y la enorme calidad de los autores, auténticos referentes internacionales en mindfulness y compasión. No es fácil coordinar una obra con tantas plumas tan relevantes sin que parezca un “collage”, aspecto que suele ser la principal limitación de este tipo de manuales. En este caso, pese a que el libro está realizado por diferentes autores, se observa una gran coherencia entre los diferentes capítulos, sin discrepancias en puntos de vista y sin solapamientos, lo que seguramente se explica, como ya hemos dicho, por la intensa relación de todos los autores con el Instituto Nalanda. Existe también un orden lógico de modo que se va profundizando progresivamente en las enseñanzas quedando envuelto por ellas, como si fuesen capas de cebolla.

La única crítica que puede realizarse al libro, y a la que ya se anticipan sus autores, es que sólo se recoge una tradición contemplativa: el budismo, aunque eso sí, en sus tres escuelas principales. Según Joe Loizzo, la razón para focalizarse exclusivamente en las enseñanzas del Buda está basada en la especial relación de esta tradición con la psicoterapia y con la ciencia en general. Por un lado, porque en esta eclosión de técnicas del bienestar como mindfulness y compasión, las raíces budistas son evidentes. Pero, aún más taxativamente, porque como dice el Dalai Lama: “El budismo no es una religión, sino que es la ciencia de la mente”. Cuando en occidente religión y ciencia se separaron definitivamente, fenómeno que se inicia a partir del juicio de la Iglesia Católica a Galileo por su defensa del heliocentrismo, el budismo siempre se mantuvo relativamente al margen del resto de religiones por su escepticismo ante la fe y por su defensa de la razón. La máxima expresión es el discurso de Buda a los Kalamas “Es pertinente que estéis perplejos, es pertinente dudar. No aceptéis (las enseñanzas) por tradición oral, ni por linaje, …”. El budismo siempre ha estado más cerca de la ciencia y la razón que de la religión y la fé. Por otra parte, las analogías con la medicina en el budismo son continuas: A Buda se le considera el “Gran Sanador” de la enfermedad que penetra a la humanidad que es el sufrimiento y que se cura con la medicina de las enseñanzas budistas. ¿No es pues el budismo la primera psicoterapia de la Humanidad? Joe Loizzo reflexiona también, en esta línea, sobre el hecho de que este libro puede ser el inicio de otros que analicen la utilidad psicoterapéutica de otras tradiciones contemplativas como el cristianismo y otras grandes religiones.

En suma, no sólo estamos ante el primer libro sobre el tema de la Psicoterapia Contemplativa en español, sino ante un gran manual que abre un camino por el que transitaremos muchas personas en los próximos años. Estos capítulos nos pueden servir para abrirnos al conocimiento de la sabiduría milenaria de las tradiciones contemplativas y pueden constituir el estímulo para seguir investigando y acercando a los seres que sufren los remedios psicoterapéuticos de las tradiciones de sabiduría del mundo.

JAVIER GARCÍA CAMPAYO

director del Instituto Nalanda en España

Director del Máster de Mindfulness

de la Universidad de Zaragoza

Prólogo

Rev. Joan Jiko Halifax

Durante gran parte de mi vida, he trabajado con cuidadores en los entornos clínicos más desafiantes –cuidados paliativos terminales–, así como con activistas en la primera línea de la lucha por la justicia y la acción social. En el curso de este trabajo, he sido testigo de primera mano del insidioso impacto de la angustia empática en los cuidadores y activistas.

Como practicante y maestra de zen, a lo largo de los años he tenido la suerte de poder hacer más profunda mi confianza en las enseñanzas budistas sobre la compasión. No sólo la práctica de un cuidado sabio y especializado me ha ayudado, sino que pronto aprendí que mis estudiantes y los colegas que se enfrentan a desafíos similares lo encontraron igualmente útil para mantener su vida y su trabajo. Mi trabajo con clínicos y otros tipos de personal sanitario me impulsó a desarrollar un mapa heurístico de compasión basado en la psicología social y en la neurociencia y el desarrollo de un proceso llamado GRACE que es una manera de cultivar la compasión en el proceso de interactuar con otros. Este trabajo se ha expandido a los muchos programas de alcance compasivo que hemos desarrollado en el Upaya Zen Center, incluyendo Estar con los que mueren nuestro programa de formación para médicos de cuidados paliativos, y nuestra conferencia anual Neurociencia y cerebro zen.

Desde mi trabajo en la década de 1970 con el psiquiatra pionero Stan Grof y mi labor continua con la comunidad de neurociencia contemplativa del Mind Life Institute, he estado profundamente involucrada en la neurociencia contemplativa. Ver el creciente cuerpo de investigación sobre la meditación mostrando sus efectos beneficiosos en el cerebro, junto con la creciente evidencia de su eficacia práctica en salud y psicoterapia, ha sido inspirador para todos nosotros. Incluso creo que el último trabajo realizado por colegas como Richard Davidson y Tania Singer –en el que muestran los efectos beneficiosos del entrenamiento en la compasión en el procesamiento cerebral del sufrimiento humano– es aún más prometedor y potencialmente impactante para la salud y el bienestar mundial. La formación en la compasión claramente tiene el poder de proteger a los cuidadores del agotamiento y de hacerlos aún más efectivos en ayudar a otros a enfrentar los muchos y difíciles desafíos de la vida. Por eso me alegra la publicación de Avances en psicoterapia contemplativa.

Paralelamente a la investigación de laboratorio sobre la compasión realizada por mis amigos en Mind Life, y en sintonía con las aplicaciones prácticas de la compasión consciente que enseñamos en Upaya, se encuentra el programa de certificación en Psicoterapia Contemplativa del Nalanda Institute (CPCP, por sus siglas en inglés, Certificate Program in Contemplative Psychotherapy) desarrollado por Joe Loizzo y sus colegas en el Nalanda Institute for Contemplative Science. El CPCP de dos años del Nalanda Institute primero capacita a los profesionales en psicoterapia basada en mindfulness, y luego en la sabiduría y las artes de la compasión compartidas tanto por las tradiciones zen como por las tradiciones budistas tibetanas. Estoy muy contenta de saber que Joe y sus coeditores Miles Neale y Emily Wolf han editado un libro que incluye muchos de los trabajos de mis mejores colegas.

Es un placer para mí recomendar este libro, que ofrece a los terapeutas y cuidadores interesados una introducción a las enseñanzas budistas, neurociencia, psicología y la práctica clínica de integrar mindfulness, compasión y presencia corporal en la psicoterapia. Creo que la ampliación de la formación en habilidades de compasión consciente en los psicoterapeutas puede mejorar su capacidad para profundizar en el cuidado de sus clientes, extendiendo la mano sanadora de la bondad humana a los círculos cada vez más amplios de los más necesitados.

Rev. JOAN JIKO HALIFAX

Abbot, Upaya Zen Center

Santa Fe, Nuevo México

www.upaya.org

Prefacio

Joseph Loizzo

Como cuidadores, hoy en día nos encontramos en un momento crucial, en el que nuestras vidas personales y profesionales, los retos de nuestros clientes, nuestras instituciones y comunidades, incluso la tierra misma, se encuentran todos en un punto de inflexión. En los últimos siglos, nuestra civilización ha dado pasos de gigante. La ciencia y la tecnología modernas han puesto al alcance de poblaciones enteras normas de salud, riqueza, información y oportunidades, aunque muchas personas en todo el mundo siguen sin tener lo que les corresponde. Después de millones de años viviendo en grupos y sociedades aisladas, la mayoría de los seres humanos ahora tienen algún sentido de sí mismos como parte de una comunidad global de naciones. Muchas enfermedades pandémicas han sido curadas y erradicadas, aunque otras siguen afectando a los menos afortunados. Una parte cada vez mayor de nosotros vive más tiempo, más cómoda y conectada que cualquiera de nuestros antepasados. Cada día aprendemos más sobre el funcionamiento del genoma y el cerebro humanos, aunque las profundidades de la mente todavía eluden la ciencia normal.

Sin embargo, de modo creciente, en una era de cambios cada vez más intensos, todo el progreso exterior que hemos logrado constituye un telón de fondo descarnado que pone al descubierto una penosa constante. La causa fundamental que subyace al alarmante aumento de las enfermedades relacionadas con el estrés, la adicción, el trauma, los prejuicios raciales y de género, la desigualdad social, la violencia religiosa y la toxicidad ambiental hoy en día son una constante natural a la que se han enfrentado desde los albores de la civilización grandes sabios como Confucio, Mahoma, Jesús y Buda. Más recientemente, los fundadores de la psicoterapia moderna, Freud, Jung, Ferenczi y Reich, asumieron este desafío atemporal, exponiendo esa causa raíz como un vestigio de nuestro pasado evolutivo.

Esa penosa constante somos nosotros –más concretamente, nuestros instintos de protección contra el estrés– y los límites reales que ponen a nuestra capacidad interior para sanar, prosperar, comunicarnos y colaborar, por muy favorables que sean las condiciones externas de nuestra vida.

Enmarcando el duro problema en el lenguaje mítico de Empédocles, Freud propuso en El malestar en la cultura que «la evolución de la civilización […] debe presentar la lucha entre Eros y Tánatos, entre el instinto de la vida y el instinto de la destrucción, tal como se manifiesta en la especie humana» (Civilization and its Discontents, 2010, p. 77). Ahora que nuestra búsqueda moderna de dominar la naturaleza ha demostrado ser cada vez más destructiva, poniendo en peligro la tierra misma, cada día nos recuerda el trabajo interior que nuestra cultura moderna ha postergado durante demasiado tiempo. El creciente desequilibrio en nuestro modo de vida explica en gran medida el hecho de que si bien la ciencia y la tecnología para la salud y el bienestar mundiales compartidos están al alcance de la mano, lamentablemente falta la voluntad social de cumplir esa promesa. Creo que esta trágica carencia proviene de aferrarse a los prejuicios, los sesgos negativos, las reacciones al estrés y los traumas reflejos que encierran a nuestro genio viviente para el bienestar, la creatividad, la empatía y el amor. Hijo de la Ilustración, Freud veía la ciencia moderna y la psicoterapia como las únicas esperanzas para comprender y acabar con el recinto defensivo que nosotros mismos nos creamos. Sin embargo, Jung creía que no podíamos esperar a que estas disciplinas relativamente jóvenes nos ayudaran a conocernos y sanarnos plena y profundamente. Como hijo del Romanticismo, instó a que integráramos la ciencia física moderna con las artes y ciencias internas intemporales de nuestras tradiciones contemplativas de nuestro mundo.

Por supuesto, el futuro de la psicoterapia y su impacto en el mundo ya no está en manos de los herederos directos de Freud. Es hora de que cada uno de nosotros, como individuos y profesionales conscientes, como cuidadores del futuro de la humanidad y de nuestra tierra, nos posicionemos y tomemos medidas para ayudar a nuestras familias, nuestros clientes, nuestras sociedades y nuestro mundo a cambiar tan rápida y radicalmente como sea posible. Con esta clara y presente urgencia en mente, los coeditores Miles Neale, Emily Wolf y yo hemos reunido a nuestros colegas para ofrecer Avances en psicoterapia contemplativa.

Este libro ofrece una visión para el futuro de nuestro campo basada en el reconocimiento de que Freud y Jung tenían mucha razón y aboga por un renacimiento global en psicoterapia. Anunciando nuevos tiempos para el gran trabajo interior de la humanidad, destaca una confluencia de tradiciones que encierra una gran promesa para nuestro futuro en un momento crucial. ¿Cómo es esa confluencia? Es la cuenca formada por la unión de dos grandes corrientes de conocimiento humano surgidas en las civilizaciones vecinas sólo para fluir en sentidos opuestos. Me refiero a la corriente griega de la psicología evolutiva y la ciencia física –tardía en alcanzar la mayoría de edad en Occidente– y a la corriente india de la psicología evolutiva y la autocuración contemplativa, precoz pero notablemente preservada en las tradiciones meditativas y yóguicas de Oriente.

Sin embargo, contrariamente a nuestra idea provinciana de que Oriente y Occidente nunca se encontrarán, la unión de estas corrientes vecinas estaba destinada a hacerse realidad con la globalización. De hecho, el padre moderno de la historia del mundo, Arnold Toynbee, predijo que su convergencia sería el evento más prometedor e impactante de nuestra era. Creo que hablo en nombre de los colaboradores de este libro cuando digo que encontrarnos en el centro de esta confluencia histórica fue y es la fuerza más potente de nuestras vidas. Cuando amigos y colegas se sienten abrumados por los desafíos globales a los que nos enfrentamos hoy, a menudo comparto con ellos un preludio milenario de la predicción de Toynbee, que ofrece una visión radicalmente optimista de nuestro futuro. La enseñanza tibetana de la Rueda del Tiempo (Kalachakra) predice que los científicos contemplativos emergerán de la oscuridad en el escenario mundial cuando Oriente y Occidente choquen al principio de nuestro presente milenio, para ayudar a inaugurar una nueva era global de educación científica consciente, democracia igualitaria, felicidad sostenible y compasión universal.

Por supuesto, los recientes cambios de paradigma que han mejorado todas las estimaciones anteriores de nuestra capacidad de sintonización social y de integración cerebral consciente ayudan a galvanizar estas visiones esperanzadoras, haciéndolas mucho más cercanas que nunca de la realidad científica y de las posibilidades humanas. Como planteé en Sustainable Happiness (Routledge, 2012), la confluencia Oriente-Occidente que muchas grandes mentes previeron parece ser evidente aquí y ahora, alimentando el surgimiento rápido y la integración de campos tan inconcebibles como la neurociencia contemplativa y la psicoterapia contemplativa. El descubrimiento de que nuestros genomas son maleables y nuestros cerebros plásticos se ha fusionado con la evidencia de que la práctica contemplativa promueve la plasticidad, el compromiso social, la integración cerebral y el cambio epigenético. Siguiendo el curso esta nueva mezcla, la confluencia de la nueva ciencia y la práctica antigua está dando lugar a una creciente gama de intervenciones y psicoterapias contemplativas cada vez más eficaces. Por lo tanto, aunque los desafíos globales a los que nos enfrentamos ahora parecen no tener precedentes en escala y alcance, la raíz de todos ellos es tan antigua como nuestra especie. Y dada la fusión global de la ciencia física moderna con la ciencia contemplativa atemporal, la solución que necesitamos está a mano. Aunque no hay tiempo que perder para aplicar ese bálsamo a lo que nos aflige, cada día me pellizco ante la incredulidad de que vivimos un tiempo de cambio tan esperanzador.

Por supuesto, como todas las grandes transformaciones, ésta comenzó como un sueño improbable concebido independientemente por muchos individuos de ideas afines. Criado en el apogeo del psicoanálisis por un psiquiatra existencial y una profesora de Historia del Catolicismo, concebí el sueño que fue la semilla de este texto mientras me enfrentaba a los libros en los estantes de la oficina de mi padre, desde El malestar en la cultura de Freud y Los complejos y el inconsciente de Junghasta Acción y contemplación de Thomas Merton. El mundo que vi reflejado en esa oficina estaba dividido: con la ciencia moderna, la medicina y la psiquiatría del lado del escepticismo de Freud y nuestras antiguas tradiciones de contemplación y acción ética del lado de la mística de Merton. Cuando Jung trató de volver a unir estos dos lados de nuestra naturaleza y cultura –exterior e interior, material y espiritual–, el abismo resultó ser demasiado amplio y profundo. La falla parecía amenazar nuestra integridad y humanidad, y me llevó a soñar con una psicología y una vida en la que la ciencia, la sanación, la contemplación y la acción se entretejieran en un todo sin fisuras.

Sentí que podía hacer realidad ese sueño sólo cuando conocí a mi primer maestro de budismo, Robert (Bob) Thurman, en el Amherst College, en 1973. Aunque sabía entonces como ahora que el budismo por sí solo ya no era la respuesta, como no lo era el catolicismo en el que fui educado, tenía un ingrediente vital que sentí que podría ayudar a salvar nuestra división moderna: un enfoque riguroso y científico del autoconocimiento, la contemplación y la ética. A partir de entonces, mi camino sería intermedio entre la medicina moderna, la neurociencia y la psiquiatría por un lado, y la ciencia contemplativa budista de autocuración por el otro. Cuando fui con Bob a la India en 1979, me presentó a su santidad el Dalái Lama y a muchos de los maestros de más alto nivel de la comunidad de refugiados tibetanos, entre ellos los venerables Ling Rinpoche, Serkhong Rinpoche, Tara Tulku, Locho Rinpoche y Gelek Rinpoche. Ellos me iniciarían de primera mano en el legado vivo del budismo indio, que sus antepasados tibetanos trajeron de la primera universidad del mundo en Nalanda, en el norte de la India, y que se ha conservado fielmente a través de los siglos. Estos seres excepcionalmente puros y bondadosos serían mi inspiración a través de los largos años de educación médica y formación psiquiátrica, junto con mis mentores de psicoterapia Rolf Arvidson, Leston Havens, Myron Sharaff y Robert Rosenthal, y mis mentores de investigación Herbert Benson, Jon Kabat-Zinn, Bruce McEwan y Mary Charlson.

En el camino conocí a viajeros como Dan Brown, Chris Germer, Paul Fulton y Mark Epstein en Harvard, y Dan Goleman, Vesna Wallace, Richie Davidson y Thubten Jinpa en reuniones regulares con su santidad y científicos, clínicos y académicos interesados a partir de 1986. Sin embargo, los dos lados de mi camino, el occidental y el budista, comenzaron a fusionarse en uno solo diez años más tarde, en 1996. Ése fue el año en que comencé un programa de doctorado en Psicología Budista en Columbia, y al mismo tiempo mis nuevos colegas de psiquiatría me instaron a fundar un Centro de Meditación y Sanación (CMH, por sus siglas en inglés, Center for Meditation and Healing) en el Columbia Presbyterian Hospital. Ése fue el momento y el lugar en el que el mandala del Nalanda Institute for Contemplative Science comenzó a manifestarse en mi vida como parte del renacimiento global del legado de la Universidad de Nalanda y su tradición científica contemplativa de talla mundial. El Columbia CMH, fundado oficialmente en 1998 con mi colega Ina Becker, fue el primer centro médico de mente-cuerpo en un importante departamento académico de psiquiatría, y el primero en integrar la práctica de la compasión tibetana, las imágenes de modelos de conducta y las habilidades avanzadas de control de la respiración junto con mindfulness básico y el hata yoga. Fue allí donde conocí a un círculo de entregados estudiantes que me ayudarían a fundar el Nalanda Institute, incluyendo a dos –Miles Neale y Emily Wolf– que sirvieron como residentes de psicología, asistentes de investigación y que intervenían en estudios que aplicaban la formación Nalanda de vida contemplativa (NCLT, por sus siglas en inglés, Nalanda Contemplative Life Training) y el programa de autocuración contemplativa (CSHP, por sus siglas en inglés, Contemplative Self-Healing Program) a grupos mixtos de pacientes médicos y psiquiátricos, y a grupos de mujeres que se recuperaban del cáncer de mama.

En 2003, por invitación de mi colega Mary Charlson, entonces jefa de Medicina del Weill Cornell Medical College, trasladé el NCLT y el CSHP junto con nuestro Programa de Salud y Bienestar al Centro de Medicina Integral del Hospital de Nueva York. Al mismo tiempo, me di cuenta de que para expandir nuestro trabajo integrando la ciencia y la práctica afines a la psicoterapia y la educación en salud pública, el mejor vehículo sería una organización independiente sin fines lucrativos que pudiera crecer sin las presiones de las universidades y los hospitales. En 2005 fundé el Nalanda Institute for Contemplative Science, y comencé a trabajar con la inspirada colaboración de mi esposa Geri Loizzo, Miles, Emily y mis talentosos estudiantes Elazar Aslan, Peggy Neu, Elizabeth Rovere y su esposo Brian O’Kelley, David y Deborah Sonnenberg, Vance Lavelle, Tom Damrauer y su compañera Diane Bertolo, para desarrollar y poner en marcha todos los programas mandala del Nalanda Institute.

El programa de certificación en Psicoterapia Contemplativa del Nalanda Institute (CPCP) fue desarrollado en 2011 con la ayuda de Miles Neale y Emily Wolf. Su misión es enseñar a los psicoterapeutas y cuidadores de todas las esferas de los fundamentos de la ciencia, la psicología y la práctica contemplativa, y apoyarlos para que integren estos conocimientos y métodos tradicionales con los últimos avances de la neurociencia y la práctica clínica. El CPCP es un programa de dos años que comienza con un año de formación en psicoterapia basada en mindfulness y culmina con un segundo año de formación en psicoterapia basada en la compasión sensible a la tradición Nalanda de compasión universal, imágenes de curación y trabajo de energía respiratoria preservada en el Tíbet. Durante los últimos cuatro años ofreciendo el CPCP en la ciudad de Nueva York, Toronto, Barcelona y ahora en San Francisco, hemos reunido a una creciente comunidad internacional de profesores, estudiantes y graduados. Este libro presenta a muchos de nuestros distinguidos profesores y refleja muy de cerca el currículo completo del CPCP. Al ofrecerlo, los coeditores Miles Neale –subdirector del Nalanda Institute–, Emily Wolf –directora del CPCP– y yo esperamos abrir el mandala de este plan de estudios, profesorado y comunidad tan inusuales a la creciente red de cuidadores de ideas afines en todo el mundo que pueden encontrarlos edificantes y útiles.

Entre las contribuciones de Freud, quizás la más importante fue desarrollar toda una nueva disciplina de educación para la salud destinada a ofrecer un camino intermedio entre la ciencia moderna, la sabiduría curativa y las artes del humanismo griego y renacentista. A lo largo de los años, los institutos de psicoanálisis y psicoterapia han formado una vasta red mundial de profesionales dedicados a ayudar a otros a desarmar las defensas autoprotectoras y a potenciar sus capacidades sociales innatas de empatía, compasión, amor y altruismo. Dado nuestro creciente conocimiento de cómo el estrés y la atención moldean el cerebro, y la evidencia cada vez mayor de que las prácticas contemplativas pueden convertir rápidamente la reactividad al estrés en conexión social y presencia corporal prosocial, ha llegado el momento de una nueva generación de terapias que fusionen la nueva ciencia con los métodos de cambio más potentes de la humanidad. La disciplina de la psicoterapia ofrece una red preparada para la distribución fiel de esta mezcla de ciencia nueva con el arte intemporal. Junto con las disciplinas relacionadas con el cuidado de la salud, el asesoramiento, la formación y la educación, la psicoterapia ofrece una red preexistente de personas que ya comparten los objetivos, habilidades y valores requeridos, en un punto de inflexión en la historia en el que no hay tiempo para reinventar la rueda. Como editores, profesores y comunidad de aprendizaje y práctica de por vida, esperamos que este libro y la rigurosa capacitación multidisciplinaria que representa no sólo orienten e inspiren a los colegas interesados, sino que ayuden a crear conciencia de la manera en la que todos podemos aprovechar nuestra vida laboral para acelerar la transformación que toda la humanidad necesita personal, social, cultural y globalmente en este momento.

En nombre de los coeditores y de toda la comunidad del Nalanda Institute, me gustaría expresar nuestra profunda gratitud a todas las personas inspiradoras con las que hemos tenido el privilegio de trabajar, como docentes y estudiantes, durante estos años. Más específicamente, me gustaría agradecer a nuestros socios en Toronto, Barcelona y San Francisco, Marco Mascarin del Institute of Traditional Medicine, Koncha Pinós-Pey de Estudios Contemplativos de Barcelona y Fiona Brandon del Nalanda Institute de San Francisco. Estoy aún más profundamente agradecido a nuestros principales docentes, Robert Thurman, Sharon Salzberg, Miles Neale, Pilar Jennings, Jeffrey Rubin, y a todos nuestros increíbles profesores visitantes, en particular Tara Brach, Mariana Caplan, Richie Davidson, Mark Epstein, Diana Fosha, Paul Fulton, Chris Germer, Joan Halifax, Rick Hanson, Ethan Nichtern, Dan Siegel y Angel Kyodo Williams, la mayoría de los cuales han contribuido con capítulos a esta obra basados en sus enseñanzas en el CPCP del Nalanda Institute.

Por supuesto, este libro no habría llegado a buen término si no fuera por la paciencia, el entusiasmo y los dones especiales de todo un círculo de altruistas iluminados. Este círculo incluye a nuestra agradable editora en Routledge Anna Moore, nuestra editora de transcripciones Ruth-Anne Garcia y la consultora editorial Jennifer Ladonne (ambas graduadas del CPCP); nuestro dinámico dúo de artes gráficas, Diane Bertolo y Tom Damrauer de Lotus and Pixel; el extremadamente amable y talentoso artista Robert Beer; el entusiasmo de los nuevos amigos y asesores Kimberly Braswell y Tsewang Namgyal, y nuestra diligente y cuidadosa directora de administración Marlie McGovern.

Por último, pero no por ello menos importante, siempre estaré en deuda por todo lo que es bueno y verdadero en mi vida con mi alma gemela, socia en todas las cosas y directora de programación del Nalanda Institute, Gerardine Hearne Loizzo: estás siempre en mi mente, cariño, «llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)». Y, por supuesto, estoy infinitamente agradecido por la inspiración en esto y todo lo que hago a la presencia milagrosa de nuestros dos grandes amores y alegrías, nuestros notables hijos Maitreya Dante y Ananda Rowan.

Dedico cualquier idea o inspiración que este libro pueda suscitar al gran objetivo de que a través del espacio y el tiempo, todos los seres despierten su propio genio interior a la sabiduría profunda, la compasión natural y el altruismo encarnado. Asumo toda la responsabilidad de cualquier error que pueda quedar en las páginas que siguen. ¡Que el patrono budista de la ciencia interior, el discurso sanador y el arte empático, Manjushri, eterna juventud de pureza resplandeciente, me proteja a mí y a todos los que buscan la transformación! ¡Que todos los seres estén bien, que todas las mentes sean libres, que todos los corazones compartan la alegría, que toda la tierra viva en paz!

JOSEPH LOIZZO

editor ejecutivo fundador y director del

Nalanda Institute for Contemplative Science,

profesor asistente del Departamento de Psiquiatría

del Weill Cornell Medical College,

profesor adjunto de Estudios Budistas del

Columbia University Center

Manhattan, Nueva York, 30 de octubre de 2016

INTRODUCCIÓN

Psicoterapia contemplativa

El arte y la ciencia de la felicidad sostenible

Joseph Loizzo

PSICOTERAPIA CONTEMPLATIVA: EL FUTURO DEL MINDFULNESS

Ahora que el mindfulness tiene un papel cada vez más importante como catalizador en la psicoterapia (Germer et al., 2005) –ha sido incluso declarado como la próxima revolución en la salud pública (Baer, 2003)– es hora no sólo de hacer un balance de cómo y por qué ha llegado este punto de inflexión, sino de expandir nuestros horizontes a lo que está por venir: la segunda y tercera olas de ciencia y práctica contemplativas que están llevando las intervenciones basadas en el mindfulness al siguiente nivel. El propósito de esta obra es proporcionar una visión general de este prometedor hito en la psicoterapia, incluyendo no sólo una revisión retrospectiva de un campo de rápido crecimiento, sino también un estudio prospectivo de los desarrollos emergentes y los avances previstos. Esperamos que sirva como introducción de todos los aspectos y de la promesa de esta confluencia para los médicos e investigadores que son nuevos en ella, pero también como una actualización completa sobre el estado en este ámbito para aquellos que ya están familiarizados con algún aspecto de la ella.

El título de este libro, Avances en psicoterapia contemplativa, refleja este amplio objetivo y propósito. A medida que las terapias basadas en mindfulness se orientan a la autocompasión mental (Germer, 2009), y las técnicas de compasión dan lugar a terapias basadas en la compasión (Gilbert, 2014), parece claro que en este campo ya se ha superado el término «mindfulness» y necesita un marco más general. La «contemplación» ofrece uno de estos marcos, ya que abarca todas las formas de meditación y yoga, incluyendo prácticas de recitación como el mantra y la oración del corazón, la visualización, la respiración intensiva y el movimiento (Loizzo, 2009a). Esto puede explicar por qué, en un esfuerzo por nombrar el campo emergente vecino que surge de la interconexión entre la investigación de la meditación y la neurociencia, Richard Davidson acuñó el término «neurociencia contemplativa» (Davidson, 2013). La aplicación del término «contemplativo» a la familia de psicoterapias que incluyen mindfulness y técnicas relacionadas nos presenta un trasfondo retrospectivo que resalta nuestro progreso hasta la fecha y arroja luz sobre algunos cambios mayores que aún están en curso en la cultura moderna.

CIENCIA, PLASTICIDAD Y MINDFULNESS: EL RENACIMIENTO DE LA CIENCIA CONTEMPLATIVA

La idea misma de la psicoterapia «contemplativa» puede invocar cierta disonancia cognitiva. Los términos «contemplación» y «contemplativo», derivados del latín contemplatio, se han utilizado históricamente para describir una disciplina de reflexión crucial para el aprendizaje introspectivo, especialmente el aprendizaje meditativo practicado por laicos y profesionales en las instituciones y tradiciones religiosas occidentales. La psicoterapia, por otro lado, ha evolucionado como un método curativo de reflexión y aprendizaje introspectivo basado en puntos de vista científicos de la naturaleza humana y se practica por profesionales de la salud mental en instituciones médicas modernas y contextos clínicos.

En El malestar en la cultura, Freud presentó la mayor cantidad de casos posibles para una nueva ciencia y arte de la psicoterapia como respuesta moderna al viejo dilema descrito por el pensador presocrático Empédocles (Freud, 2010). Atrapados entre el instinto de autoprotección para la supervivencia y de autotrascendencia para la generatividad, los seres humanos debemos aprender a superar el estrés y a cultivar el amor y la compasión en su lugar a fin de adaptarnos gradualmente a las condiciones sociales de la vida civilizada. La idea central del argumento de Freud era contraponer los puntos de vista y los métodos de la psicoterapia con los de la religión –asiática y occidental– y ofrecer su nueva ciencia y arte como una alternativa moderna, secular y pragmática a las experiencias ancestrales de unidad y amor ilimitados cultivados por prácticas como el yoga y la meditación. Aunque su crítica de experiencias y métodos tales como el idealismo excesivo y la negación de la vida fueron cuestionados por algunos analistas –en particular Jung, Ferenczi, Binswanger y Kohut– dada la concepción reduccionista de la ciencia de la época, prevaleció el punto de vista de Freud, que determinó decisivamente el consenso y la práctica de la psicoterapia convencional. En el último medio siglo, sin embargo, muchas líneas de investigación dispares en biología, neurociencia, fisiología y psicología han convergido hacia un consenso más optimista sobre la plasticidad humana y el potencial social, un consenso que está transformando el paisaje en el que vivimos y ejercemos.

En biología, los evolucionistas han resuelto el viejo debate –¿somos naturalmente agresivos o sociales?– con una nueva visión de nuestro genoma como «maleable» y «educable» (Dobzhansky, 1982). Más recientemente, el campo de la epigenética ha comenzado a mostrar cómo la regulación genética impulsa el desarrollo y la adaptación diaria (Carey, 2013). Esta amplia visión de la fluidez genómica encaja naturalmente con el nuevo paradigma de la neurociencia –la plasticidad dependiente del uso–, lo que da una visión de nuestro cerebro más dinámica, funcional, constructiva y en constante evolución de lo que pensábamos anteriormente. La nueva ciencia de la plasticidad ha llevado a pioneros como Eric Kandel y Norman Doidge a proponer un paradigma más optimista y transformador para la psicoterapia del siglo XXI (Kandel, 1999; Doidge, 2016). Alineados con esta nueva dirección, los avances en nuestro conocimiento del córtex prefrontal, el sistema límbico y el tronco encefálico han revelado que el cerebro humano está mucho más orientado a la cognición social, el desarrollo emocional social y la regulación autónoma social de lo que se creía en los tiempos de Freud (Siegel, 2007). Estos avances han impulsado una nueva generación de enfoques relacionales a la psicoterapia, como los articulados por Daniel Siegel (2010a), Louis Cozolino (2006) y Stephen Porges (2011). Finalmente, dos líneas de avance relacionadas –a través de la neurociencia afectiva y la psicología positiva– han desafiado aún más las bajas estimaciones previas del potencial humano como la de Freud, al revelar nuestra robusta capacidad para las emociones prosociales, los beneficios de gran alcance de motivaciones como el amor, la compasión y el altruismo, y los beneficios que mejoran el rendimiento de las imágenes positivas y los estados de pico eufóricos como flujo (Lutz et al., 2008; Brown, 2009; Singer y Klimecki, 2014; Amihai y Kozhevnikov, 2014).

Estas líneas de influencia convergentes se han unido para fomentar un cambio radical en el enfoque de la ciencia convencional hacia las prácticas humanitarias, que durante mucho tiempo han sido descartadas por no ser científicas. El cambio comenzó cuando los primeros estudios de investigación sobre la meditación, en particular la meditación trascendental (TM, por sus siglas en inglés, transcendental meditation), inspiraron los paradigmas clínicos innovadores de los años setenta y ochenta: la respuesta de relajación de Herb Benson y la reducción del estrés basada en mindfulness (MBSR, por sus siglas en inglés, mindfulness-based stress reduction) de Jon Kabat-Zinn (Beary y Benson, 1974; Kabat-Zinn, 1982). A medida que se vio que estos paradigmas clínicos eran efectivos en la enfermedad cardíaca y el dolor crónico, desencadenaron el desarrollo de las primeras intervenciones basadas en el mindfulness para la salud mental: la terapia dialéctica conductual (DBT, por sus siglas en inglés, dialectical behavior therapy) y la terapia cognitiva basada en el mindfulness (MBCT, por sus siglas en inglés, mindfulness-based cognitive therapy) (Linehan, 1993; Teasdale et al., 1995).

Estos prometedores estudios clínicos, a su vez, redujeron el umbral para la primera fase de investigación seria de laboratorio sobre la neurofisiología de la meditación y el yoga. Esta fase llegó a su mayoría de edad en una serie de importantes avances que comenzaron muy recientemente, en 2004 y 2005. Dos equipos, uno dirigido por Richard Davidson en la Universidad de Wisconsin, y otro por Sarah Lazar en Harvard, fueron los responsables de trasladar su especialidad de su estatus marginal al centro del escenario de la nueva neurociencia. El estudio de Lutz y Davidson de 2004 muestra que los monjes tibetanos pueden autogenerar la sincronía gamma de alta frecuencia a voluntad, y el estudio de Lazar de 2005 muestra que los meditadores de mindfulness muestran un mayor grosor en el córtex prefrontal e insular, ambos relacionan directamente la meditación con la neuroplasticidad y la neurogénesis (Lutz et al., 2004; Lazar et al., 2005). Esto puso la meditación en el corazón de la nueva neurociencia como uno de los paradigmas más efectivos y reproducibles de la plasticidad neuronal y el único modelo para la autorregulación consciente de la plasticidad. Es esta confluencia multidisciplinaria de avances la que llevó a Davidson a describir el nuevo papel de la investigación meditativa renombrando el campo como «neurociencia contemplativa».

PSICOTERAPIA Y SANACIÓN CONTEMPLATIVA: DOS FORMAS DE UN SOLO ARTE HUMANO

En esta perspectiva a largo plazo, la convergencia de los avances en neurociencia, psicología positiva, investigación meditativa e intervenciones de mindfulness en las últimas dos décadas ha sido oportuna y efectiva. Fue lo suficientemente sólida como para despejar el camino hacia una integración más amplia de la psicoterapia con la contemplación, más en la línea de lo previsto por los defensores de las tradiciones contemplativas, como Jung (Moacanin, 1986). Mientras que la creciente confluencia de estos campos tan distintos todavía sorprende a muchos por improbable o novedoso, no se puede negar la profunda semejanza de los métodos y mecanismos de acción que subyacen a estas prácticas humanitarias.

En este libro, tendremos la oportunidad de revisar esas semejanzas en detalle en capítulos que presentan la psicología subyacente en tres formas de práctica contemplativa budista, en capítulos que exploran su neurociencia y en capítulos que desarrollan sus aplicaciones en psicoterapia. Pero primero puede ser útil abordar algunas semejanzas que han alimentado la convergencia de la psicología budista con la psicoterapia moderna, así como destacar algunos de los contrastes clave que hacen que estas dos prácticas culturales sean tan distintivas.

Al presentar Sustainable Happiness, expliqué la creciente confluencia de la psicología y la meditación budista con la psicoterapia moderna señalando tres semejanzas familiares en el objetivo y el método compartidos por las dos tradiciones (Loizzo, 2012): 1) ambas tradiciones basan su teoría y su práctica en la premisa de que toda actividad mental es causalmente efectiva y tiene consecuencias determinadas que moldean el desarrollo continuo; 2) ambas consideran que la mente está integrada en una continuidad evolutiva de formas de vida en constante adaptación, concibiendo el desarrollo como un proceso interactivo e intergeneracional basado tanto en la naturaleza como en la crianza; y 3) ambas basan sus intentos de aliviar el sufrimiento mental en una práctica de reeducación que combina la reflexión, el discernimiento y el cambio de comportamiento en una matriz de aprendizaje social enriquecida por la reparentalización consciente.

Al mismo tiempo, también expliqué las distinciones entre la psicología budista y la moderna, que a menudo los defensores modernos de la integración pasan por alto o minimizan, señalando tres diferencias básicas en el objetivo y el método que distinguen a las dos tradiciones: 1) las dos difieren en su base institucional y panorama disciplinario: la psicología budista se basa en la educación monástica en el contexto de la espiritualidad india y la ciencia contemplativa; la psicoterapia en la salud secular lo hace en el campo de la psicología moderna y la neurociencia; 2) difieren en su teoría de la evolución: el budismo asume un modelo lamarkiano de evolución, impulsado por hábitos aprendidos de la mente y la acción transmitidos a través de las generaciones por la impronta y el modelado social; la psicoterapia se basa en una visión darwiniana de la evolución, impulsada por la mutación aleatoria y la selección natural, transmitida por la herencia genética; 3) y difieren en su metodología de sanación: la pedagogía budista implica una estrategia multimodal que combina la tutoría individual, las clases grupales y el aprendizaje entre iguales, apoyándose en un camino progresivo de práctica contemplativa que altera la mente y el cerebro; la psicoterapia implica una estrategia más dirigida que se basa en vínculos intensivos de reparentalización individual y estados de relajación más suaves y limitados, a veces combinados con el aprendizaje cognitivo-conductual para individuos o grupos.

Por un lado, no es casualidad que estas dos tradiciones se encuentren ahora en un diálogo cada vez más profundo y de mayor alcance. Por otro lado, todavía hay razones de sobra para tener la precaución de respetar las distinciones entre ellas, de modo que podamos sopesar las similitudes y diferencias aparentes a la luz de los contextos culturales más amplios en los que evolucionaron. Por supuesto, evitar malentendidos o apropiación indebida de tradiciones contemplativas como el budismo y respetar su contexto cultural y sus raíces distintas no requiere que adoptemos un relativismo cultural extremo.

Al igual que la psicoterapia moderna, la psicología budista afirma ver y tratar el sufrimiento mental de maneras que son universalmente aplicables a los seres humanos a través de la historia y la cultura. Y de hecho, al igual que la psicoterapia, se ha encontrado útil en varias civilizaciones durante siglos desde su inicio. Así que, en lugar de pensar en la práctica budista y la psicoterapia como manzanas y naranjas, prefiero verlas como diferentes variedades de una y la misma especie de práctica humanitaria. Esto no parece totalmente contrario a la opinión de Freud, a juzgar por sus propios esfuerzos por encontrar raíces históricas en las antiguas tradiciones griegas de la pedagogía socrática y presocrática para la práctica moderna que él llamó psicoterapia.

PSICOTERAPIA CONTEMPLATIVA: RECONCILIAR LA CIENCIA Y EL ESPÍRITU HUMANO

El hecho de que Freud sintiera la necesidad de volver a los griegos para encontrar las raíces de la psicoterapia no es sorprendente dada la historia de la génesis de la ciencia moderna, que surgió en el siglo XV como un renacimiento de la ciencia griega previamente perdida. Lo que debería sorprender es que hayan tenido que pasar veinte siglos para encontrar otro caso de diálogo de sanación y reparentalización para citarlo como precedente para que se redescubra. Obviamente, no es cierto que la humanidad detuviera por completo esta práctica universal durante veinte siglos. Habiendo crecido como un joven judío en la Viena católica, Freud conocía muy bien dos de esas prácticas que están arraigadas en las tradiciones religiosas del Occidente judeocristiano: el rabinato y el confesionario. Así que su regreso a los griegos sugiere un movimiento para evitar cualquier asociación con ellos. En cambio, su otrora sucesor Carl Jung, hijo de un ministro protestante, no rehuyó la ambigüedad entre el papel de psicoterapeuta y el de consejero o guía espiritual. Así que el rechazo de Freud de estos precedentes, junto con sus análogos en los lazos de mentores hindúes y budistas explorados por Rolland y Jung, puede ser explicado más simplemente como una expresión de su firme intención de alinear la psicoterapia con el límite de la ciencia moderna en la grieta existente en la Ilustración europea entre ciencia y religión. Hay que reconocer que Freud interpretó correctamente el panorama de la cultura moderna y tomó una decisión táctica que permitió que la psicoterapia se convirtiera en una institución principal en una época en la que la modernidad científica nos obligó a dejar atrás la curación contemplativa y la pedagogía como artefactos del pasado religioso de la humanidad. Ahora que la brecha moderna entre la ciencia y la contemplación se está cerrando cada vez más, estamos en condiciones de volver a restablecer el diálogo entre la práctica contemplativa, la neuropsicología y la práctica de la psicoterapia.

Visto a través de la estrecha lente del pensamiento y la ciencia de la Ilustración, el diálogo entre la práctica reflexiva de la contemplación y la práctica clínica de la psicoterapia puede parecer disonante, incluso forzado. Sin embargo, visto a través de la lente gran angular de la antropología, parece ser sumamente razonable y perfectamente natural. A lo largo de la historia y en todo el mundo, las culturas han asociado la espiritualidad, la ciencia y la sanación con los estados contemplativos y los vínculos de mentoría. Los griegos no fueron una excepción a esta regla: Empédocles enseñó ciencia, contemplación y ética (O’Brian, 2009), Sócrates fue inspirado por el oráculo de Delfos (McPherran, 1999). Las yeshivás rabínicas, los monasterios cristianos y las madrasas islámicas del Occidente medieval fueron las cunas de la ciencia, la espiritualidad y la medicina del Renacimiento (Pederson, 2009). De hecho, en los siglos transcurridos desde que Descartes separó la materia de la mente y la ciencia de la reflexión, la cultura científica de Occidente ha sido una de las pocas excepciones flagrantes a la regla. Así que la reciente tendencia que describí hacia la reducción de esa división moderna y la unión de la contemplación con la ciencia y la sanación no es realmente nueva, sino un retorno a la visión de sentido común compartida por la mayor parte de la humanidad durante la mayor parte de la historia.

CUATRO DISCIPLINAS, TRES MÉTODOS Y DOS TRADICIONES: LA ARQUITECTURA DE ESTE TRATADO

Para promover el diálogo que está revitalizando la psicoterapia, hemos elegido en este libro acercarnos al nuevo escenario desde el punto de vista de las cuatro disciplinas que vemos como principales actores en el terreno emergente. El primero de ellos es la psicología contemplativa, es decir, la manera en que los puntos de vista contemplativos tradicionales de la mente interactúan y sirven de base a los avances actuales en la comprensión de la psique humana, la enfermedad y la salud (Loizzo, 2012). La segunda es la ciencia contemplativa, con la que nos referimos a la erudición tradicional y a las técnicas de autocuración meditativa que han aportado prácticas clave a la psicoterapia contemplativa (Wallace, 2007). La tercera es la neurociencia contemplativa, es decir, la convergencia entre los avances en nuestra comprensión básica del cerebro y la investigación de los efectos y mecanismos de la mediación y el yoga (Davidson, 2013). Finalmente, la cuarta es la psicoterapia contemplativa, es decir, la integración y aplicación de las otras tres disciplinas a los avances en la práctica clínica de la psicoterapia (Germer et al., 2005). Para integrar estos puntos de vista, cada parte del libro incluye contribuciones de voces líderes en psicología contemplativa, eruditos eminentes y maestros de la práctica budista, neuropsicólogos y neuropsiquiatras que trabajan en la materia y psicoterapeutas que trabajan para integrar nuevas teorías y métodos en la práctica clínica.