Cicatrices De Heridas - Aldivan  Teixeira Torres - E-Book

Cicatrices De Heridas E-Book

aldivan teixeira torres

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Beschreibung

”Todos llevamos importantes marcas de dolor y desánimo frente a los acontecimientos de la vida. Qué hacer con esto es lo que mucha gente se pregunta. ”Las cicatrices de las heridas” viene a traer un guión y al mismo tiempo responden a sus preguntas más perturbadoras. Es muy recomendable para aquellos que aún no han encontrado el camino de la felicidad”.

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CICATRICES DE HERIDAS

Aldivan Teixeira Torres

Cicatrices de heridas

____________________________

Por: Aldivan Teixeira Torres

Copyright © 2018—Aldivan Teixeira Torres

Todos los derechos reservados

E—mail:[email protected]

Traductor: Arturo Juan Rodríguez Sevilla

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Este libro, incluyendo todas sus partes, está protegido por derechos de autor y no puede ser reproducido sin el permiso de Autor, revendido o transferido.

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Breve biografía: Aldivan Teixeira Torres, nacido en Arcoverde (Brasil), creó la serie El vidente, las series Los hijos de la luz, y también ha publicado libros de poesía y guiones. Su carrera literaria comenzó a finales de 2011 con la publicación de su primera obra romántica Opposing forces. Por razones que no han trascendido, dejó de escribir sólo para reanudar su carrera en la segunda mitad de 2013. Desde entonces no ha parado. Espera que su escritura contribuya a la cultura pernambucana y brasileña, despertando el placer de la lectura en aquellos que aún no tienen el hábito. Su lema es: "Por la literatura, la igualdad, la fraternidad, la justicia, la dignidad y el honor del ser humano para siempre".

Nota para el editor:

«Cicatrices de heridas» es una locución que suena extraña en español, puesto que todas las cicatrices son de heridas, incluso las metafóricas. Se usa mucho en la novela, revisar la elección de traducción.

En este caso, por coherencia, la narración arranca en pasado, y cuando se empieza a contar esta nueva historia, se vuelve a los tiempos en presente, por unificación y coherencia en este texto y en

Yo soy

, el anterior. También se suprimen las comillas de apertura ya que todo el libro estaría contenido en ellas.

Nombre de los personajes: Messias y Emmanuel quedan unificados así por consistencia con la versión española de

Hijos de la Luz.

«Padre», cuando se refiere a Dios, está escrito con mayúscula por unificación.

Las cantidad de dinero que pagan por el taxi se ha revertido a reales, porque en dólares no tenía sentido.

Los diálogos están mal puntuados. Cuando se incluye algún verbo dicendi, se ha corregido la acotación con raya de diálogo, cuando sólo aparece el nombre del personaje entre paréntesis se ha dejado así, aunque debe corregirse.

El texto está corregido para una versión castellanizada. Esto quiere decir que se mantienen formas como «vosotros queréis» en lugar de «ustedes quieren». El uso del «usted» se ha limitado a un trato de especial educación cuando los personajes no tienen mucho trato, por consistencia. En cuanto a palabras o expresiones, se ha tratado de mantener un equilibrio con vocabulario latinoamericano. Es decir, se usa «auto», pero también «coche». Se han mantenido formas como «jugo» o «felicitaciones».

Para las fechas se ha unificado el formato de día y mes escrito en letra y el año en número, por ejemplo: uno de enero de 2011. Para las horas también se ha unificado el formato escrito de doce horas: Las «18.00 h» son «las seis de la tarde»

Índice

Cicatrices de heridas

Dedicatorias y agradecimientos

Introducción

Capítulo 1: El retorno

Capítulo 2: Hacia Catimbau

Capítulo 3: Sendero de la piedra del perro y Torres

Capítulo 4: El rastro de la cueva

Capítulo 5: El rastro de la tradición

Capítulo 6: Sendero por la caatinga

Capítulo 7: Camino de Caiana

Capítulo 8: El camino de la pequeña montaña

Capítulo 9: Sendero del cañón

Capítulo 10: El rastro de la gran muralla

La visión

Pesqueira, septiembre de 1974

Infancia y preadolescencia

La rebelión

La vida en el refugio y las primeras citas

La primera cita oficial y el matrimonio

La tragedia

Volver a la realidad

El regreso a casa

Dedicatorias y agradecimientos

Dedico este trabajo a todas las personas que viven la vida de la mejor manera posible. Todos sufrimos con las desgracias, caemos en el sufrimiento, pecamos, luchamos, nos rendimos o persistimos. Lo que es diferente de uno a otro es la forma en que lo enfrentamos. Igualmente, la vida debe ser vivida y, ya que estamos en esta nave llamada Tierra, transformemos este momento en un período de reflexión, gozo y superación. Debemos superar nuestras "cicatrices de heridas" que son inevitables.

Doy gracias a mi Padre espiritual, a mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de trabajo, a mis conocidos, a mis parientes, a mis vecinos, a mis compatriotas, a mis queridos lectores y a todos los que se han animado a leer. Hagamos del país del carnaval y del fútbol también el país de la cultura. Valoremos la literatura brasileña, con tanto talento escondido ahí fuera.

"¡Libérame, oh Dios, Señor, date prisa en ayudarme! Que aquellos que intentan quitarme la vida se avergüencen y se confundan. Que los que anhelan mi desgracia se retiren y queden atónitos; que retrocedan, cúbranse de vergüenza los que dicen: ¡Ah! ¡Ah! Que todos los que te buscan se regocijen y sean felices; y los que aman tu salvación repitan incesantemente: ¡Dios es grande! En cuanto a mí, pobre e indigente, ven pronto, ¡oh Dios! ¡Tú eres mi apoyo, mi salvador, Señor, no te demores!"

Salmo 70, 69

Introducción

"Cicatrices de heridas" es un libro destinado a todos los mortales. A través de la línea temporal de la aventura, es posible verse reflejado en las dificultades de cada personaje y, a través de las lecciones aprendidas, proyectar una nueva dirección en la vida.

Al final, espero que haya reflexión y un verdadero recomienzo de la vida. Porque no debemos permitir que las "cicatrices" y nuestro propio miedo tomen el control de nuestra existencia, sino que debemos ser más proactivos. Disfruten de la lectura y espero sinceramente que se beneficien mucho de ella.

Capítulo 1: El retorno

El vidente había vuelto. Después de un largo e intenso viaje junto a los arcángeles, Renato y trece personas increíbles, volvía a casa. Poco a poco regresó a la rutina normal: su trabajo como servidor público, los constantes viajes de ida y vuelta a la ciudad, el contacto con la familia, con los vecinos y con los lectores; y la escritura, que necesitaba dedicación, publicidad, persistencia y mucha fe. Finalmente estaba inmerso por completo en su "Yo soy", cada día. Sin embargo, era consciente de que podía ir más allá y tomó la decisión de no detenerse.

Sólo entonces volvería a suceder algo importante su vida. Permítanme compartirlo con ustedes:

El vidente se encuentra en Arcoverde, cerca del distrito de negocios, cuando un hombre aparentemente en apuros se acerca a él. Le dice que vive en Sertania (Pernambuco) y que su madre está gravemente enferma en el hospital de la ciudad. Menciona que ni tiene dinero para cuidarla ni puede pedir ayuda a sus familiares. Pide ayuda en el nombre de Dios, porque no tiene esperanza ni salvación.

Sintiendo pena por el hombre angustiado y conmovido en lo más profundo de su alma por la situación, Aldivan decide ayudarlo. Toma algunos billetes de su cartera y se los da, diciendo: "ve a ayudar a tu madre, compra algo de comida y vete a casa". Sonriendo, el hombre guarda el dinero sin siquiera dar las gracias y desaparece en medio de la multitud. Se queda allí, solo.

Lo más gracioso es lo que pasa a continuación. Después de su gesto de amabilidad, continúa caminando por la avenida principal del pueblo, Coronel Antonio Japiassu, y en cinco minutos algo espectacular le sucede. En medio del camino están sus dos grandes amigos y maestros de la anterior aventura de la serie "Hijos de la Luz". Llevan mochila y comen unos sándwiches comprados en la tienda de la esquina. Cada vez más cerca y antes de que pueda sorprenderlos, se dan cuenta. Se producen saludos y abrazos. La felicidad del reencuentro lo inunda todo. Inevitablemente, la conversación comienza:

―Emmanuel, Messias, qué bueno veros. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Cómo estáis? ―pregunta Divino.

―Estoy bien, maestro, todo sigue como de costumbre. (Emmanuel)

―Sí, ¿y cómo te sentiste ayudando a ese hombre? (Messias)

―Me sentí bien. Ayudar a otros despierta nuestros mejores sentimientos. La caridad es una forma de redimir las faltas del ser humano ―predica el hijo de Dios.

―Lo sé, lo sé. Y en caso de que te haya engañado, ¿estás enfadado con ese hombre? (Messias)

―Ni siquiera pienso en esa posibilidad. Lo que importa es mi acto. Si mintió o no, es su propia responsabilidad. Muchas personas no ayudan por miedo. El miedo muchas veces también hace que se rindan, se aíslen, se sientan incapaces. Yo, sin embargo, les diré: "ayuda y ama a tu prójimo, porque esa actitud puede cambiar la vida de muchas personas". (El vidente)

―Es lo que quería oír, maestro. Doy gracias al Padre por haberte puesto en nuestro camino. Tu luz nos da una vida plena y creo que el mundo también merece ser iluminado por esa luz. (Messias Escapuleto)

—Estoy de acuerdo. Desde que te salvé de aquella tragedia fatal, comprendí su importancia. Te echaba mucho de menos. (Emmanuel Melkin Escapuleto)

—Yo también os echaba de menos. Vosotros fuisteis los ángeles que entraron en mi vida y la transformaron. ¿Qué hacéis aquí en la ciudad? (Aldivan)

—Estamos de camino a la estación de autobuses. Uno de nuestros mejores amigos está en problemas y vamos a tratar de ayudarlo a recomenzar. (Messias)

—¿Quieres unirte a nosotros, hijo de Dios? ¿Quién sabe si con tu presencia no se sentirá mejor? (Emmanuel)

—¿A dónde vamos? ¿Cuánto tiempo? (el hijo de Dios)

—Vamos a Buíque. (Messias)

—Por un tiempo indeterminado ―añade Emmanuel.

—Oh, sí. Me encanta Buíque. Esperad un momento. (Aldivan)

Aldivan se aleja un poco de sus compañeros, se alisa la ropa, el pelo, se coloca las gafas de sol y habla por el móvil. Le pide permiso a su jefe para mantenerse alejado del trabajo durante algún tiempo, alegando un grave peligro. Conmovido, el jefe le da su permiso. Después llama a su familia y les informa de un viaje de trabajo como escritor. Les dice que estará fuera por un tiempo indeterminado. A pesar del shock, su familia lo entiende. Bien. Ahora es libre de cumplir su misión: ayudar a una persona a restablecer sus sueños más profundos. "El vidente" está de nuevo en acción, en este caso en la serie "Hijos de la luz" con sus compañeros de la estirpe italiana Emmanuel y Messias.

Terminada la llamada, regresa con sus amigos y todos parten hacia el destino mencionado. Los tres caminan a lo largo de la avenida, doblan la esquina, pasan la catedral de la Liberación, un supermercado, el distrito de negocios de la ciudad y doblan otra esquina. La estación oficial de autobuses de Arcoverde se encuentra unos cien metros más adelante, la capital de los bosques de Pernambuco.

Nuestros estimados amigos hacen esta última parte de la ruta con entusiasmo y dedicación. En este preciso momento el sentimiento predominante es el de ansiedad, nerviosismo, junto con el deseo de nuevas aventuras y el miedo a lo desconocido e impredecible. Como por arte de magia van a dejar la monotonía de la rutina, que para el hijo de Dios consiste en viajar de su casa al trabajo y para los otros, la plácida vida en Jeritacó (Ibimirim, Pernambuco), un pueblo perdido en los bosques del noreste, caracterizado por una constante sequía y olvidado por la mayoría de las autoridades.

Llegan a la estación de Buíque y, como esta localidad está cerca del centro de operaciones de Arcoverde y su industria y comercio están ligados, el movimiento de personas es constante en todo momento. Por lo tanto, no tienen que esperar mucho antes de que el autobús (una bestia plateada de doce asientos) se estacione.

El vehículo llega rápidamente al centro de la ciudad, a San Cristóbal y a otros barrios. Poco después de llegar a la tercera rampa de salida de la ciudad, cruzan la carretera BR-232 y por el otro lado llegan a la carretera estatal PE-270. Viajando por esta última, aprovechan el viaje para relajarse y reflexionar sobre los últimos acontecimientos.

Por parte del vidente había una aventura muy clara en la que había reunido a los apóstoles y descubierto una gran parte de los condados del estado. Les enseñó acerca de su Padre y cómo despertar el "Yo soy" interno de cada uno de ellos. Del lado de los hijos de la luz (Messias Escapuleto, el padre, y Emmanuel Melkin Escapuleto, el hijo), habían estado planeando todo este tiempo una reunión con su amado maestro, que ni siquiera sospechaba. Como dice el viejo dicho, todo a su tiempo.