Cuentos que parecen ciertos - Edgar Allan Poe - E-Book

Cuentos que parecen ciertos E-Book

Edgar Allan Poe

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Beschreibung

Una antología de cuentos realistas en sus versiones originales que incluye "La ventana abierta", "El corazón delator", "El viejo guardarropa de roble", "Nuestro primer cigarro" y "Una historia desgraciada".

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Cuentos que parecen ciertos

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Saki, Edgar Allan Poe, Charles Dickens, Horacio Quiroga y Anton Chéjov

Traducción  -  Laura Pizzi

Ilustraciones  -  Cristo Camba

COLECCIÓN La Puerta Secreta REALIZACIÓN: Letra Impresa AUTORES: Saki, Edgar Allan Poe, Charles Dickens, Horacio Quiroga y Anton Chéjov TRADUCCIÓN: Laura Pizzi EDICIÓN: Patricia Roggio DISEÑO: Gaby Falgione COMUNICACIÓN VISUAL ILUSTRACIONES: Cristo Camba

Cuentos que parecen ciertos / Edgar Allan Poe... [et al.].- 1a ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Letra Impresa Grupo Editor, 2021. Libro digital, EPUB Archivo Digital: online ISBN 978-987-4419-79-8 1. Cuentos. I. Poe, Edgar Allan. CDD 863.9283

© Letra Impresa Grupo Editor, 2021 Guaminí 5007, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Teléfono: +54-11-7501-1267 Whatsapp +54-911-3056-9533contacto@letraimpresa.com.arwww.letraimpresa.com.ar Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total, el registro o la transmisión por un sistema de recuperación de información en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin la autorización previa y escrita de la editorial.

Esta colección se llama La Puerta Secreta y queremos invitarlos a abrirla.

Una puerta entreabierta siempre despierta curiosidad. Y más aun si se trata de una puerta secreta: el misterio hará que la curiosidad se multiplique.

Ustedes saben lo necesario para encontrar la puerta y para usar la llave que la abre. Con ella podrán conocer muchas historias, algunas divertidas, otras inquietantes, largas y cortas, antiguas o muy recientes. Cada una encierra un mundo desconocido dispuesto a mostrarse a los ojos inquietos.

Con espíritu aventurero, van a recorrer cada página como si fuera un camino, un reino, u órbitas estelares. Encontrarán, a primera vista, lo que se dice en ellas. Más adelante, descubrirán lo que no es tan evidente, aquellos “secretos” que, si son develados, vuelven más interesantes las historias.

Y por último, hallarán la puerta que le abre paso a la imaginación. Dejarla volar, luego atraparla, crear nuevas historias, representar escenas, y mucho, mucho más es el desafío que les proponemos.

Entonces, a leer se ha dicho, con mente abierta, y siempre dispuestos a jugar el juego.

Están a punto de leer algunos cuentos realistas. Seguramente antes han leído otros: de hadas, de misterio, de terror, hasta de ciencia ficción, y se preguntarán ahora, antes de la lectura, qué será esto de cuentos realistas. Se trata de otra clase, no solo de cuentos, sino también de películas, de programas de televisión, de videojuegos, y también de pintura y de escultura. Porque hay cuadros realistas y otros que no lo son. También hay estatuas absolutamente realistas, tanto que parecen estar a punto de cobrar vida. Pero otras no comparten en nada esta característica.

Aunque les parezca que no, ustedes están muy familiarizados con lo que es real, lo que es realista y lo que no es ni uno ni otro. Y si no lo creen, veamos otros ejemplos.

Al comienzo de algunas películas y programas de televisión suele aparecer esta leyenda: “Todos los hechos y personajes de la siguiente historia son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia”. ¿Tendría sentido esta aclaración en el inicio de Lost o de Shrek? Planteemos la pregunta al revés, o mejor aún, a modo de comparación: ¿Por qué podría aparecer la leyenda al comienzo de Hanna Montana, la película y no de Alicia en el país de las maravillas? La diferencia parece ir aclarándose. Por sus características, en algunos casos podría creerse que la historia representada en una película o serie sucedió realmente, mientras que en otros, esa confusión sería imposible. Basta con recordar las novelas y las películas que tienen como protagonista a Harry Potter para darse cuenta de que nadie podría experimentar esta confusión.

Realidad y ficción son palabras que empleamos muy frecuentemente. Y también los adjetivos realista y ficticio. Nos cuentan algo insólito y preguntamos: –¿Pero eso es real, pasó de verdad? Y hace poco tiempo los actores de la televisión aparecieron ante las cámaras gritando: “Aguante la ficción”. Estaban luchando contra la invasión de los reality shows, y por eso oponían ficción a realidad. Porque reality es un sustantivo del inglés que en español significa realidad. Por lo tanto, reality show puede traducirse como “show o espectáculo de la realidad”.

Existe una gran variedad de estos programas de TV, también llamados programas de telerrealidad, y en Argentina sabemos bastante de ellos. Están los de supervivencia, como Expedición Robinson; las academias artísticas, como Operación triunfo y Popstars; los que proponen mejorar la salud, como Cuestión de peso y los artísticos, como Bailando, Cantando, Patinando o Nadando por un sueño. Pero sin duda, el más famoso es uno de encierro: Gran hermano. Desde que el primero de estos programas salió a la pantalla, las preguntas que generó fueron las mismas: ¿es realmente real lo que pasa en “la casa”? ¿No está todo armado, guionado? ¿Los participantes se muestran tal cual son o están actuando para las cámaras que los filman día y noche? ¿No será todo ficción?

El show de Truman (The Truman show), una película protagonizada por Jim Carrey que les recomendamos, trata el tema de este tipo de programas y lo que pasa cuando la televisión intenta mostrar la vida cotidiana de una persona real.

Está claro que la realidad no es un show. Sabemos que la vida real no es una novela. Y aunque algunas veces nos encantaría ser los protagonistas de una, también sabemos que las personas reales no somos personajes. Sin embargo, hay historias de ficción que llegan a parecerse mucho a lo vivido por algunas personas. Y hay personajes que parecen personas reales, o viceversa. La cuestión es poder detectar la diferencia. Los invitamos a leer estos cuentos para descubrir cómo, en algunos casos, la ficción hace trampas para parecerse a la realidad.

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La ventana abierta

De Saki

~

–Mi tía bajará pronto, señor Nuttel –dijo con mucha seguridad una señorita de quince años–. Mientras tanto, deberá tratar de soportarme.

Framton Nuttel se esforzó por decir algo correcto y halagador sobre lo agradable de su compañía, sin olvidar, convenientemente, a la tía, que iba a llegar de un momento a otro. Dudó más que nunca de que esas visitas formales a personas totalmente desconocidas fueran de alguna ayuda para la cura de sus nervios.

–Ya sé lo que va a pasar –le había dicho su hermana cuando se disponía a emigrar a este retiro campestre–. Apenas llegues, te encerrarás y no hablarás con nadie. Entonces tus nervios estarán peor que nunca a causa de la depresión. Por eso te daré cartas de presentación para todas las personas que conocí allá. Recuerdo que algunas eran bastante simpáticas.

Framton se preguntó si la señora Sappleton, la dama a quien había llevado una de las cartas de presentación, estaría entre las simpáticas.

–¿Conoce a mucha gente de este lugar? –le preguntó la sobrina, cuando consideró que entre ellos ya había habido suficiente comunicación silenciosa.

–A casi nadie. Mi hermana estuvo aquí, en la rectoría, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para algunas personas –respondió Framton e hizo esta última declaración en un tono que expresaba arrepentimiento.

–Entonces usted no sabe prácticamente nada acerca de mi tía –continuó la señorita, siempre muy segura de sí misma.

–Solo su nombre y su dirección –admitió el visitante, mientras se preguntaba si la señora Sappleton sería casada o viuda. En la habitación, algo difícil de definir sugería la presencia masculina.

–Su terrible tragedia sucedió hace tres años –dijo la niña–; justo después que su hermana se fue.

–¿Su tragedia? –preguntó Framton. En ese sitio tan apacible, las tragedias parecían algo fuera de lugar.

–Se preguntará por qué dejamos esa ventana completamente abierta en una tarde de octubre –continuó la sobrina, señalando una gran ventana abierta hacia el jardín.

–Hace bastante calor para esta época del año –respondió Framton y agregó–: pero ¿qué tiene que ver esa ventana con la tragedia?

–Por esa ventana, hace exactamente tres años, su marido y sus dos hermanos menores salieron de cacería. Pero nunca regresaron. Cuando atravesaban el páramo rumbo a la zona preferida para tirar, quedaron atrapados en una ciénaga traicionera. Fue durante ese verano tan lluvioso, ¿recuerda?, y los terrenos que hasta ese momento eran firmes, de pronto cedían sin previo aviso. Nunca encontraron sus cuerpos. Eso fue lo peor.

En ese momento del relato, la voz de la niña perdió el tono seguro y se volvió vacilantemente humana.