Die Kinder der Wanderer - R. ELIZABETH S. C. SELIG - E-Book

Die Kinder der Wanderer E-Book

R. ELIZABETH S. C. SELIG

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Beschreibung

Diese Aufzeichnungen entstanden aufgrund meiner Lebenserfahrung als Kind von Wanderern, die aus Nordeuropa nach Südamerika auswanderten, sie entstammen der Erfahrung von Pionieren, die mit Natur und Glauben in einer fernen Welt ein neues Leben für sich und gemeinsam mit anderen aufbauten. Die Erfahrungen, die ich dort mit der Natur und der vegetarischen Ernährung machte, möchte ich hiermit weitergeben an die heutigen Kinder, denn diese wissen oft nicht, welche weiteren Optionen es neben den Lebensweisen in den Städten gibt. Es gibt neben der Ernährung und der Wertschätzung der Natur viele gute Traditionen, die nicht in Vergessenheit geraten sollten. Ich trage dazu meine Kenntnisse und meine Überzeugungen vor, wie ich sie tatsächlich im Leben beobachtet habe. Zudem ist es der Glaube, der mich in allem bestärkte! Mein Großmutter trug einen Button an der Bluse: "Ein Gebet ändert die Zukunft." Eine Ermunterung für ein ganzes Leben! Vor diesem Hintergrund beschreibe ich einige gute Trends, die die Kinder, die Gestalter unserer Zukunft, rüsten können.

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Seitenzahl: 115

Veröffentlichungsjahr: 2021

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R. Elizabeth S. C. Selig

Los Hijos de los Peregrinos Pioneros caminantes La pequeña Peregrina Palomita de la Paz

neopubli

Berlin 2021

Impreso

Textos y Editora: 2021 Copyright by R. Elizabeth Schmidt Cordoba

Todos los Derechos Reservados para la Autora

compañia de publicidad: R. Elizabeth Schmidt Cordoba, 13347 Berlin,

E-Mail: flora7(at)live.de

Impresión y Publicación: epubli – Un Servicio de Neopubli GmbH Berlin

Sobre la Autora

R. Elizabeth nació en 1969 en Sudamérica, hija de una Familia Pionera del norte de Europa.

Su Infancia creció en el Sur del Planeta educada por Peregrinos y misioneros que construían iglesias evangélicas, Templos a la Santa Trinidad, al Dios Santo Creador a Su Santo Espíritu y a Jesús.

Ella hizo cursos de Rescatista acuática y auxiliar de enfermería en son de La Paz con buenas Obras, trabajando en varios Países.

Es Vegetariana y colabora de Voluntaria con Niños refugiados, con superdotados y con discapacitados, ayudando en tareas escolares, artesanías y música.

Su proyecto" Palomita de la Paz" otorgar cursos de Primeros Auxilios a todo Niños especialmente refugiados.

Actualmente reside en Berlín y es Autora de Libros para Niños.

PARA MIS HIJOS

Los Hijos de los Peregrinos Pioneros Caminantes

Hoy al caminar mirando la preciosidad de las florecillas, las rosas silvestres con un manto de escarcha y nieve, me pregunté si la nievequedo ya perfumada, si esta primavera sobrevivirán los pimpollos.

Me gustaría poder memorizar esas bellezas de la naturaleza para traerlas a memoria, que fueran eternas las florecillas, dícese que uno memoriza lo que ve seguido y queda impregnado en la memoria y se recuerda, pero el caminar en las ciudades de calles grises y veredas solo apenas algunas florecillas de manzanillas corajudas parecieran revelarse y quedarse atrapadas en las grietas de los patios con un poquito de tierra entre las baldosas brillantes de colores en los barrios cercanos.

En mis macetas las rosas parecieran revelarse al invierno que las azota y me pregunto si esta vez el frio intenso las perdonó y sobrevivieron o no, quizá debería haberlas cubierto, como me recomendaron, con ramas de pinos de Navidad que me sobraron de la decoración, que están en mi jardín todavía.

La Brisa es refrescante y aliviada respiro profundamente el perfume de la primavera que despierta en cada brotecito y me alegro de sentir y ver los rayitos de sol cada vez más intensos que reflejan el Rocío destellante.

Escucho reír los niños en una placita cercana, que a pesar de la Pandemia Juegan y cantan exentos de las cuarentenas.

Sus risitas me recuerdan en un eco a mis tiempos pasados cuando yo era también una niña en busca de aventuras y travesuras diarias en tierras lejanas.

Cierro los ojos un instante intentando recordar las enseñanzas de mis ancestros y antepasados, que supieron ser sobrevivientes en otra era, siendo peregrinos en otras tierras, caminando hasta que la suela de sus botas se afinase, en busca de buenas Tierras de Paz, fértiles y prósperas, donde encontrar una pradera sin mucha vegetación para plantar, preservando la vegetación existente, ya que tarda tanto tiempo en crecer cada plantita buena, cada árbol.

Viajando a lejanas Tierras, recorriendo paisajes nuevos, mirando que hay detrás del Horizonte, donde la Naturaleza se despliega libre, donde se refugian los hijos de los Peregrinos, los pacifistas, los vegetarianos veganos, que se esmeraban igual a Noé a proteger las especies mansas las que sobreviven, seguramente solo a los cachorritos, que a veces heridos fueron abandonados y Noé el piadoso los sanaba y cuidaba, en el transcurso del tiempo, son Misterios,

Porque un oso adulto sería muy peligroso, entonces quizá habrá protegido primordialmente a los pequeños, hasta que con el tiempo fuesen seres mansos, a los cachorritos que luego cuidó y crio.

Pero que les han quedado a los actuales viajeros, más que sus gatitos guardados en sus mochilas que ronronean al andar alegres de pasear y miran en su Libertad.

También la misericordia de cuidar a los animalitos mansos que fueron encontrando, los cachorritos heridos abandonados, no solo con primeros auxilios simples, sino esmerándose en recuperarlos en el funcionamiento de andar, y si tuviese que ser poniéndoles en sus patitas invalidas un soporte que sostenga sus piernitas que no las arrastren y con rueditas de patines a una ardillita para que se pueda mover y trasladar, y luego mirar como alegre surcaba rápido por todos lados, o los gatitos callejeros abandonados o a los animalitos encontrados apresados en alguna trampa, etc. Los Veterinarios ya en las épocas modernas lograban con prótesis robóticas o biónicas crear la parte faltante, inclusive aletas para delfines o tortugas marinas, o para caballos, ovejas, cabras, gansos, patos, elefantes, etc.

La alegría de los seres, que sentían la libertad de movimiento otra vez, parecía reflejarse en su ímpetu de correr trasladándose a toda velocidad pareciendo disfrutar el viento y hasta una sonrisa se podía descifrar.

Los Peregrinos serian quizá descendientes mezcla de Nacionalidades norteñas de Vikingos o de que región tan Norteña cercana al Polo Norte Escandinavos quizá. Y desde lo más nórdico habitable viajarían si fuese posible a lo más sur posible del Planeta, aunque fuese necesario casi llegar al Polo Sur.

En los barcos de todas formas eran todos solo Viajantes, ya nadie preguntaba, no se sabía, si habían sido princesas u esclavos, todos eran llamados solo viajeros, en el mismo Barco.

Por un momento con el mismo destino sobre las aguas al navegar hacia el Horizonte desconocido, queriendo comenzar una nueva vida lejos de zonas de Guerras de tiempos pasados y estadísticas que se repetían en las ciudades y que estremeció todo el planeta, y muy fuerte al principio del siglo pasado.

Llegar a donde reine la Paz, solo con su confianza de lograr un buen comenzar, confiando es sus méritos de buenos artesanos, habiendo aprendido algunos de generaciones por generaciones el buen arte en diferentes oficios, se animaban a levantar poblados, sabían hacer sus casas, y cada uno sabia alguna habilidad, alguna artesanía.

Surgían amistades, alegres de encontrarse y de poder ayudarse de tener aliados de confianza y colaborar cada uno según sus posibilidades, sus conocimientos de artesanías, porque en zonas despobladas tendrían en autoabastecimiento de sobrevivir , solo lo que supieran producir, por eso se unían en amistades creando aldeas desde cero, sin hacer diferencias de clases sociales que antes regían en las ciudades, sino lo que importase sería el respeto, la correctitud, la bondad y las mismas ansias de sobrevivir y llegar a Puerto seguro algún día. Eso sabían los Peregrinos que a veces la única alternativa era soltar Velas y a la Mar, alejarse del peligro inminente de Guerra, tomando en cuenta esos rumores, susurros de buenos consejeros que preservan la vida de los buenos pobladores, de salir a tiempo de las ciudades peligrosas a zonas de campo o más lejanas, el que lo lograse. En esa época que avanzaba al comienzo del Siglo.

La única esperanza era obediente levantar plegarias al Cielo, al Creador del Universo que les envíe alguno de los siete vientos que acaricien las Velas de los Barcos y los Buenos Espíritus los guíen y acompañen, mientras las Corrientes de las aguas acunaban las naves llenas en buena dirección.

A buenos puertos por la costa un tiempo hasta animarse a dejarse llevar por el Jet Stream las Corrientes que también utilizan los seres acuáticos, la autopista de los Océanos que trazan sus propias rutas y hay que ser buen marinero para no viajar en contra de la corriente y saber el rumbo correcto al destino determinado, con ayuda de las posiciones de las estrellas, del sol y la experiencia de los ancianos sabios navegantes.

Lo más lejos posible, lejos de la zonas de Guerra, hacia el Sur donde los Océanos se encuentran y entremezclan, pero en zonas templadas cálidas buenas donde sobrevivir y no tan cerca de los Glaciares que se levantan cual Monte de nieve y Hielo, cual Inmenso cristal, refulgiendo entre las aguas y la luz resplandeciente centellante que seducen a los navegantes, que en otros tiempos antiguas naves no podían resistir la fuerza de las Corrientes y las olas lo llevaban a las costas heladas y quedaban atrapados en el hielo y ya no podían avanzar, solo los gigantes barcos rompehielos podían liberarlos.

Pero tardarían mucho demasiado tiempo en llegar, y a pie en el continente de hielo no era recomendable, eso advertían los helados vientos que ahí no eran los territorios para acampar.

Ni siquiera los gigantes del mar nadaban en esas aguas heladas y todos los seres se alejaban de esas montañas de eterno hielo Glacial.

Las esperanzas de los navegantes eran en sus mapas trazados los caminos de antiguas navíos que garantizaban sus exactos caminos seguros a llegar sanos y salvos, el ver en los mapas la costa cercana y algunos árboles dibujados, que ahí habría ya alguna tierra fértil no tan árida, y se pudiese sobrevivir, la alegría al divisar la costa y los árboles su porte alto al sol y el viento ayudándolos a llegar cual guardián indicando la senda a llegar.

Aunque los barcos con minucioso calcular a rebosar de provisiones, hasta fundar los nuevos poblados convendría tener algunas reservas, por si el invierno comenzaba porque al otro lado del continente las estaciones del verano nórdico se transformarían en el invierno sureño.

Los víveres y alimentos en el transcurso del tiempo alcanzaban ya bien y no había los temores de otros tiempos cuando por no lograr a tiempo llevar consigo cebollas, la enfermedad por falta de vitaminas y minerales les pasaron cuenta a los navegantes que se debilitaron, y muchos no había en otras épocas sobrevivido el viaje. Llegar a Puerto a salvo, que alegría y no importaba si había solo matorrales secos en el invierno, se veía todavía las extensas praderas el verde extendiéndose, era como una melodía a la vida triunfante de la naturaleza las plantas ejerciéndose sobre las praderas. La experiencia de los viajeros les enseñaba.

Era un poco extraño para los navegantes viajeros que no conocían todavía esos territorios y lugares, que el orden de las cuatro estaciones, no sea similar a la Zona Nórdica en pleno verano y cosechas, el llegar y ver de repente en la zona Sur del planeta al invierno, inquietó un poco a los Peregrinos.

Pero la gran sorpresa el tener por clima templado y más de una cosecha, el animarse a plantar otra vez, parecía irreal, pero funcionaba y podían recuperar sus cosechas y hacer grandes reservas, que tierras de abundancia si eran sembradas. Tierra de Providencias. Ahí a un lugar así, soñaban llegar mis antepasados, los más lejano posible, lejos de las guerras del antiguo continente, aunque llegasen a la Savannah o praderas sin poblados, no temían el tener que autoabastecerse, el sobrevivir, serian buenos trabajadores en libertad de prosperar y tendrían alimentos en abundancias para sus familias y el descansar seria tranquilo y el despertar cada mañana. Paz a cambio de un muy humilde comenzar desde cero, con paciencia y esperanzas con campamentos, ya experimentados practicando hasta los niños Boys Scout exploradores que aprendían a sobrevivir en la naturaleza y cuales eran buenas plantas porque florecillas para té, manzanillas, menta, las amarillas florecitas diente de león, crecían en todos lados en el planeta. Y los Ancianos con sus experiencias le enseñaban artesanías a cocer, tejer o con crochet a producir sus propias ropas plantando flores de algodón o con lana de sus ovejas bien cuidadas porque al ser vegetarianos las manadas de ovejas crecían y había para cada aldeano suficiente lana.

Las casas construidas eran únicas en todo el planeta y se reconocían entonces de donde procedían los peregrinos y viajeros. La experiencia de la vida ruda en lugares hostiles donde solo sobrevivían en aldeas los campesinos unidos, defendiéndose por las hordas de ataques de cuatreros, patotas, bandidos que los saqueaban, sus alimentos, cosechas, mujeres e hijos. Entonces por eso ya no hacían puertas a la calle sino habría que entrar por el patio y solo ventanas con hierro y lindaban a la vereda.

Ya muy pocos quedaban de los Viajeros que ahora se hacían aldeanos, los pioneros eran los sobrevivientes de lugares norteños donde las estadísticas mostraban las diferentes guerras en el tiempo, por ser antiguas colonias extranjeras no fueron tan bien cuidadas, al margen de la lejanía de sus colonias de Tierras otorgadas fiscales, más bien parecían barreras humanas a la frontera. Pero eran Familias humildes y no Fortificaciones armadas.

También el frio, porque los obligaban al ser extranjeros y ciudadanos de segunda categoría, los enviaban dónde nadie quería vivir ni trabajar a habitar en las zonas más frías del planeta, y eso les diezmo la población de inmigrantes. Al Margen que similar a tiempos de guerra les sacaban sus libertades y desparramaban las familias obligando a los padres a vivir en barracas cerca de fábricas y a las madrecitas luego también por falta de más trabajadores en las minas, fabricas campos y los niños quedaban solos a la suerte, el frio y la repentina decisión de las autoridades, que los trasladaban, no sobrevivieron ya entonces la unidad de muchas familias, solo las ancianas quedaban y los más pequeños niños y el frio los diezmo. Por eso cuando lograron emigrar después de muchos años los sobrevivientes, comprendiendo que desde muy pequeños y lo antes posible el enseñarles todo lo posible para que niños puedan sobrevivir solos, ante cualquier eventualidad de guerras o pandemias.

Ya en las nuevas colonias, ya no le otorgaban tierras fiscales para plantaciones ni permisos, si no tenían estudios certificados de Ingenieros agrónomos o forestales técnicos, etc.

Tampoco los aceptaban en las universidades a los egresados escolares de secundaria de sus países de origen, solo 5% de plazas lugar de estudio en Universidades para los extranjeros y así filtraban y disminuían la cantidad de estudiantes extranjeros, para que se resignasen y fueran simples trabajadores, que la economía necesitaba, la genta obrera, humilde que trabaja hasta el cansancio y necesitaban sus suplentes, porque muchos padecían rudas tareas, enfermándose por las hostiles condiciones en el frio, etc.

Al no tener buenos salarios no pudieron prosperar en su economía aunque eran muy buenos correctos trabajadores, porque había tabla de valores de salario y le daban solo el salario mínimo que bordeaba a la pobreza, más los alquileres tan altos impagables, que prefirieron ir al campo en busca de una vida más digna y mantener la unidad familiar, pero ya no le daban terrenos fiscales y en las plantaciones podían solo vivir en los lugares más despejados despoblados en las zonas bajas de la tierra, similar a los Hobbits de zonas norteñas, entonces en un montecito construían sus casas bajo tierra, o sea el montecito era la vivienda y los denominaron a esas aldeas, las vizcacheras, no eran trincheras sino similares a cuevas pero sobre la superficie.