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"El rey Lear" es una de las obras literarias de tragedia más significativas y grandiosas del famoso escritor William Shakespeare. Con 5 actos maravillosamente realizados en verso y prosa destaca por su trama y por ser una de sus principales tragedias de ingratitud, una historia increíble.
"El rey Lear" comenzó a ser escrita en el año de 1605 y fue presentada por primera vez en 1606. En base a la edición de 1623 se realizó un reparto de cinco actos.
"El rey Lear" se basa en un cuento popular que aparece incorporado a la historia antigua de Inglaterra desde el siglo XII. Cuentan las crónicas que el viejo Lear quiso conocer el grado de afecto de sus tres hijas para designar sucesora a quien más le quisiera. Dos se deshicieron en halagos y la menor le contestó que le quería como padre y nada más. Le pareció poco al rey, que la castigó. El tiempo vendría a demostrar más tarde que era la única digna del trono que, por fin, tras una guerra con las hermanas, consiguió.
William Shakespeare amplía la trama e infunde a la historia una visión muy personal. Lo que en definitiva presenta es una experiencia extrema de dolor, locura y destrucción expresada crudamente y sin reservas.
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Veröffentlichungsjahr: 2025
EL REY LEAR
Dramatis personae
ACTO PRIMERO
Escena I
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
ACTO SEGUNDO
Escena I
Escena II
ACTO TERCERO
Escena I
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
Escena VII
ACTO CUARTO
Escena I
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
ACTO QUINTO
Escena I
Escena II
Escena III
APÉNDICE
Texto exclusivo de Q
Notas complementarias
Notas a pie de página
L EAR, rey de Britania
El R EY D E F RANCIA
El D UQUE D E B ORGOÑA
G ONERIL, hija mayor de Lear
R EGAN, hija segunda de Lear
C ORDELIA, hija menor de Lear
El Duque de A LBANY, esposo de Goneril
El Duque de C ORNWALL, esposo de Regan
El Conde de K ENT
El Conde de G LOSTER
E DGARD, hijo de Gloster
E DMOND, hijo bastardo de Gloster
El B UFÓN
O SWALD, mayordomo de Goneril
C URAN, cortesano
Un A NCIANO, siervo de Gloster
Un C APITÁN
Un H ERALDO
Caballeros, criados, mensajeros, soldados, acompañamiento.
Entran [ los Condes de] K ENTy [ de] G LOSTER, y E DMOND.
K ENT
Creí que el rey estimaba más al Duque de Albany que al de Cornwall.
G LOSTER
Eso creíamos nosotros. Pero ahora que divide su reino, no está claro a cuál de los dos aprecia más, pues los méritos están tan igualados que ni la propia minuciosidad sabría escoger entre uno y otro.
K ENT
Señor, este joven, ¿no es hijo vuestro?
G LOSTER
Su crianza ha estado a mi cargo. Reconocerle me ha dado siempre tal sonrojo que ahora ya estoy curtido.
K ENT
No concibo…
G LOSTER
Pues su madre sí que concibió. Por eso echó vientre y se encontró con un hijo en la cuna antes de tener un marido en la cama. ¿Se huele a pecado?
K ENT
No quisiera corregirlo, viendo el feliz resultado.
G LOSTER
También tengo otro hijo, señor, de legítimo origen, un año mayor que éste, pero no más querido. Y aunque este mozo vino al mundo por la vía del vicio sin que nadie lo llamase, su madre era hermosa, gozamos al engendrarlo y el bastardo debe ser reconocido.— Edmond, ¿conoces a este noble caballero?
E DMOND
No, señor.
G LOSTER
El Conde de Kent. Recuérdale siempre como mi honorable amigo.
E DMOND
A vuestro servicio, señor.
K ENT
Os doy mi amistad y aspiro a conoceros mejor.
E DMOND
Señor, me afanaré por merecerlo.
G LOSTER
Lleva fuera nueve años y se marcha otra vez [1].
Clarines.
Llega el rey.
Entran el rey L EAR, [ los Duques de] C ORNWALLy de A LBANY, G ONERIL, R EGAN, C ORDELIAy acompañamiento.
L EAR
Gloster, traed a los Señores de Francia y de Borgoña [2].
G LOSTER
Sí, majestad.
Sale.
L EAR
Mientras, voy a revelar mi propósito secreto
Dadme ese mapa. Sabed que he dividido
en tres mi reino y que es mi firme decisión
liberar mi vejez de tareas y cuidados,
asignándolos a sangre más joven, mientras yo,
descargado, camino hacia la muerte.
Mi yerno de Cornwall y tú, mi no menos querido
yerno de Albany, es mi voluntad en esta hora
hacer pública la dote de mis hijas
para evitar futuras disensiones. Los príncipes
de Francia y de Borgoña, rivales pretendientes
de mi hija menor, hacen amorosa permanencia
en esta corte y es forzoso responderles.
Decidme, hijas mías, puesto que renuncio
a poder, posesión de territorios
y cuidados de gobierno, cuál de vosotras
diré que me ama más, para que mi largeza
se prodigue con aquélla cuyo afecto
rivalice con sus méritos. Goneril,
mi primogénita, habla tú primero.
G ONERIL
Señor, os amo más de lo que expresan las palabras,
más que a vista, espacio y libertad,
mucho más de lo que estimen único o valioso;
no menos que a una vida de dicha, salud,
belleza y honra; tanto como nunca
amara hijo o fuese amado padre;
con un amor que apaga la voz y ahoga el habla.
Mucho más que todo esto os amo yo.
C ORDELIA [ aparte]
¿Qué dirá Cordelia? Amará en silencio.
L EAR
De todas estas tierras, desde esta raya a ésta,
ricas en umbrosas florestas y campiñas,
ríos caudalosos y muy extensos prados,
te proclamo dueña. Sean de los descendientes
tuyos y de Albany a perpetuidad.—
¿Qué dice mi segunda hija,
mi muy querida Regan, esposa de Cornwall?
R EGAN
Yo soy del mismo metal que mi hermana
y no me tengo en menos: en el fondo de mi alma
veo que ha expresado la medida de mi amor.
Pero se ha quedado corta, pues yo me declaro
enemiga de cualquier otro deleite
que alcancen los sentidos en su extrema
perfección y tan sólo me siento venturosa
en el amor de vuestra amada majestad.
C ORDELIA [ aparte]
Entonces, ¡pobre Cordelia!
Aunque no, pues sin duda mi cariño
pesará más que mi lengua.
L EAR
Quede para ti y los tuyos en herencia perpetua
este magno tercio de mi hermoso reino,
tan grande, rico y placentero
como el otorgado a Goneril.— Y ahora, mi bien,
aunque última y menor, cuyo amor juvenil
las viñas de Francia y los pastos de Borgoña
pretenden a porfía, ¿qué dirás por un tercio
aún más opulento que el de tus hermanas? [3] Habla.
C ORDELIA
Nada, señor.
L EAR
¿Nada?
C ORDELIA
Nada.
L EAR
De nada no sale nada. Habla otra vez.
C ORDELIA
Triste de mí, que no sé poner
el corazón en los labios. Amo a Vuestra Majestad
según mi obligación, ni más ni menos.
L EAR
Vamos, vamos, Cordelia. Corrige tus palabras,
no sea que malogres tu suerte.
C ORDELIA
Mi buen señor, me habéis dado vida,
crianza y cariño. Yo os correspondo como debo:
obedezco, os quiero y os honro de verdad.
¿Por qué tienen marido mis hermanas,
si os aman sólo a vos? Cuando me case,
el hombre que reciba mi promesa
tendrá la mitad de mi cariño, la mitad
de mi obediencia y mis desvelos. Seguro
que no me casaré como mis hermanas [*].
L EAR
Pero, ¿hablas con el corazón?
C ORDELIA
Sí, mi señor.
L EAR
¿Tan joven y tan áspera?
C ORDELIA
Tan joven, señor, y tan franca.
L EAR
Muy bien. Tu franqueza sea tu dote,
pues, por el sacro resplandor del sol,
por los ritos de Hécate [4] y la noche
y toda la influencia de los astros
que rigen nuestra vida y nuestra muerte,
reniego de cariño paternal,
parentesco y consanguinidad,
y desde ahora te juzgo una extraña
a mi ser y mi sentir. El bárbaro escita [5],
o aquél que sacia el hambre devorando
a su progenie, hallará en mi corazón
tanta concordia, lástima y consuelo
como tú, hija mía que fuiste.
K ENT
Majestad…
L EAR
¡Silencio, Kent!
No te pongas entre el dragón y su furia.
La quise de verdad y pensaba confiarme
a sus tiernos cuidados.— ¡Fuera de mi vista!—
Así como mi muerte será mi descanso,
así le niego ahora el corazón de un padre.—
¡Llamad al Rey de Francia! ¡De prisa!
¡Y al Duque de Borgoña!— Cornwall y Albany,
añadid su tercio al de mis otras dos hijas.
Que la case su orgullo, que para ella es franqueza.
A los dos conjuntamente os invisto
con mi poder, supremacía y magnos atributos
que rodean a la realeza. Yo me reservaré
cien caballeros, que habréis de mantener,
y residiré con vosotros
por turno mensual. No conservaré
más que el título y los honores de un monarca;
el mando, rentas y ejercicio del poder,
queridos hijos, vuestros son. Para confirmarlo,
compartid entre los dos esta corona.
K ENT
Regio Lear, a quien siempre
honré como mi rey, quise como a un padre,
seguí como señor, recordé como patrón
en mis plegarias…
L EAR
El arco está tenso; esquiva la flecha.
K ENT
Pues que se dispare, aunque la punta
me traspase el corazón. Kent será irreverente
si Lear está loco. ¿Qué pretendes, anciano?
¿Tú crees que el respeto teme hablar
cuando el poder se pliega a la lisonja?
Si la realeza cae en la locura,
el honor ha de ser franco. Conserva tu poder
y, con mejor acuerdo, frena
tu odioso arrebato. Respondo con mi vida
de que tu hija menor no te ama menos
y de que no están vacíos aquéllos
cuya voz apagada no resuena en el vacío.
L EAR
¡Kent, por tu vida, basta!
K ENT
Mi vida siempre tuve por apuesta
en las partidas contra tus enemigos
y no temo perderla por salvarte.
L EAR
¡Fuera de mi vista!
K ENT
Mira bien, Lear, déjame que sea
por siempre la guía de tus ojos.
L EAR
¡Por Apolo…!
K ENT
Pues, por Apolo, rey,
que invocas a tus dioses en vano.
L EAR
¡Miserable, descreído!
A LBANY y C ORNWALL
¡Deteneos, señor!
K ENT
Mata a tu médico y da la paga
a la inmunda enfermedad. Anula tu regalo
o, mientras pueda gritar esta garganta,
te diré que eres injusto.
L EAR
¡Óyeme, traidor, por tu lealtad escúchame!
Por intentar que falte a mi promesa,
cual yo nunca osé, e interponerte
con soberbia entre mi decisión y mi poder,
que ni mi carácter ni mi condición
pueden consentir, en prueba de mi potestad
aquí tienes tu premio. Cinco días te concedo
para que te proveas contra los males
de este mundo y el sexto vuelvas tu odiada espalda
a mis dominios. Si el séptimo día
encuentran en mi reino tu cuerpo desterrado,
será tu muerte. ¡Fuera! ¡Por Júpiter,
que no habrá revocación!
K ENT
Ya te dejo, rey, si ése es tu deseo;
fuera hay libertad y aquí está el destierro.
[ A C ORDELIA]
Los dioses, muchacha, te otorguen su amparo,
pues con tanto acierto piensas y has hablado.
[ A G ONERILy R EGAN]
Que vuestra elocuencia se pruebe en la acción,
y puedan dar fruto palabras de amor.—
Príncipes, adiós. En nuevo lugar
su viejo camino Kent proseguirá.
Sale.
Clarines. Entra [ el Conde de] G LOSTERcon [ el R EY D E] F RANCIA, [ el D UQUE D E] B ORGOÑAy acompañamiento.
C ORNWALL
Majestad, los príncipes de Francia y de Borgoña.
L EAR
Mi señor de Borgoña, me dirijo
a vos primero, rival con este rey
en la mano de mi hija. ¿Qué mínimo
aceptáis en pago de su dote
para no renunciar a vuestra petición?
D UQUE D E B ORGOÑA
Excelsa Majestad, no pido más
de lo que habéis ofrecido, ni vos
queréis dar menos.
L EAR
Muy noble duque, cuando ella
tenía mi cariño, cara fue su dote.
Mas ahora ha caído su precio. Ahí está:
si algo de este ser tan insignificante
o todo él, con mi disgusto añadido,
y nada más, satisface a Vuestra Alteza,
ahí la tenéis, es vuestra.
D UQUE D E B ORGOÑA
No sé qué responder.
L EAR
Con todas sus flaquezas, sin amigos,
adoptada por mi odio, con la dote
de mi maldición y el rechazo de mi juramento,
¿la tomáis o la dejáis?
D UQUE D E B ORGOÑA
Perdón, Majestad. En tales circunstancias
no es posible decidir.
L EAR
Entonces dejadla, pues por los dioses
que me hicieron, ésos son sus bienes.—
Gran rey, de vuestro afecto no osaría
desviarme para uniros con quien odio
y os ruego que pongáis vuestro cariño
en ser más digno que esta desgraciada
a quien la naturaleza se avergüenza
de reconocer por propia.
R EY D E F RANCIA
Es extraordinario que quien sólo hace un momento
era vuestro bien, objeto de vuestro elogio,
bálsamo de vuestra vejez, la mejor y predilecta,
en un instante incurra en tal atrocidad
que quede despojada de toda vuestra gracia.
O ha cometido una ofensa tan atroz
o vuestro afecto declarado caerá en falta.
y creer eso de ella requiere tanta fe
que sin milagro no lo admite la razón.
C ORDELIA [ a L EAR]
Suplico a Vuestra Majestad
que, si es porque no tengo labia ni soltura
para decir lo que no siento, pues lo que pretendo
lo hago antes de hablar, hagáis saber
que no es ninguna mancha, crimen o vileza,
indecencia, ni acto ignominioso
lo que me priva de vuestra gracia y favor,
sino algo cuya falta me enriquece:
mirada obsequiosa y una lengua
que me alegra no tener, aun cuando no tenerla
me haya costado vuestro afecto.
L EAR
Más te valdría no haber nacido,
antes que haberme contrariado.
R EY D E F RANCIA
¿Sólo es eso, un encogimiento
que a veces no permite demostrar
lo que pretende? Mi señor de Borgoña,
¿tomáis a la dama? No es amor
lo que se mezcla con cuestiones
ajenas a su objeto. ¿La tomáis?
Ella misma es una dote.
D UQUE D E B ORGOÑA
Majestad, dad la parte que vos mismo
propusisteis y tomo a Cordelia por esposa
y Duquesa de Borgoña.
L EAR
¡Nada! Lo he jurado y lo mantengo.
D UQUE D E B ORGOÑA
Me apena que por perder a vuestro padre
también perdáis un marido.
C ORDELIA
Quede en paz el Duque de Borgoña.
Si su amor es el rango y la fortuna,
yo no seré su esposa.
R EY D E F RANCIA
Hermosa Cordelia, tan rica por ser pobre,
excelsa por rechazada, querida por desairada,
te acojo con todas tus virtudes.
Si es lícito, me llevo lo que otros desechan.
¡Oh, dioses! ¡Qué extraño que tal desamor
encienda en mi afecto tanta admiración!—
Tu hija sin dote, a mí abandonada,
es, rey, nuestra reina de la bella Francia.—
La tibia Borgoña no ha dado hombre egregio
que pueda comprarme esta joya sin precio.—
Por mal que te traten, di adiós, mi Cordelia.
Ganarás con creces todo lo que pierdas.
L EAR
Ya la tienes, rey, pues tuya ahora es
la que fue mi hija, y no volveré
a verle la cara.— Vete sin que yo
te dé mi cariño ni mi bendición.
Venid, Duque de Borgoña.
Clarines. Salen [ todos menos el R EY D E F RANCIAy las hermanas].
R EY D E F RANCIA
Despídete de tus hermanas.
C ORDELIA
Alhajas de mi padre, Cordelia os deja
con ojos llorosos. Sé bien lo que sois, aunque,
como hermana, no puedo llamar a vuestras faltas
por su nombre. Quered a nuestro padre:
lo encomiendo a vuestro amor declarado.
Mas, ¡ay!, si gozase yo aún de su afecto,