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¿Puede la Ciencia Política aplicarse para resolver una oscura intriga y desarmar una conspiración de proporciones insospechadas? ¿Qué tienen en común el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, el antiguo Imperio Romano y la Revolución de Mayo? ¿Puede un Dragón sobrevolar siniestramente la bota de la provincia (o de la República Italiana) en la actual posmodernidad? ¿Puede la racionalidad y el método convivir mágicamente con la emoción y el devenir cósmico?...Mi nombre es Marcial Moreno, tengo 55 años y soy el Ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Le dediqué toda mi vida a la política. Es probable que por este motivo nunca me haya casado aunque la vida me sorprendió con una hija, Carolina, que hoy tiene 20 años. Me reconozco como un pésimo padre y en los últimos años bastante culposo. Meticuloso, obsesivo, ansioso, perseverante, apasionado por momentos y decepcionado del mundo y de la gente de la época que me tocó vivir. Me siento cansado, desencantado, pero a la vez con algunos destellos de esperanza. No sé, debe ser por la edad. Siento que necesito contarlo todo porque si no me va a estallar la cabeza. Escribir me va a permitir ordenar el relato y quizás comprender los sucesos. Por supuesto, si este escrito llega a tus manos tenés que saber que todos los personajes y situaciones que se describen en el mismo son producto de mi imaginación. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Soy político…creeme.
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Seitenzahl: 416
Veröffentlichungsjahr: 2018
JORGE MARQUEZ
Entre las Sombras del Silencio
La conjura del Dragón
Editorial Autores de Argentina
Marquez, Jorge
Entre las sombras del silencio : la conjura del dragón / Jorge Marquez. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2018.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-761-679-8
1. Novela. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail:[email protected]
Diseño y fotografía de portada: Georgina Marquez Bogado
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina –Printed in Argentina
A Élido y Josefa, porque decidieron proyectarse en mí.
A Mumi, porque me contiene, me arrulla, me acaricia y me abriga, y sobre todo, porque se arriesgó a construir nuestro maravilloso proyecto de vida.
A Georgina, por su análisis profundo y su crítica aguda que me obliga a mejorar mis textos.
A Luisina, Matías y Felipe, por sus consejos certeros que me permitieron revisar lo escrito.
A quienes compartieron pedazos de mi vida y que, formando parte de mi mundo interno, aparecen novelados como personajes de esta novela.
Jorge Alberto Marquez
Nació en 1964 en la ciudad de Rosario. Argentina. EstudióLicenciatura en Educación, Profesorado en Psicopedagogía y Psicología Social. Se recibió deMagister en Gestión Pública, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario.
Su vida profesional se la dedicó a la docencia y a la gestión pública, desempeñando varios cargos políticos en la Provincia de Santa Fe.
Introducción
Mi nombre es Marcial Moreno, tengo 55 años y soy el Ministro de Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Le dediqué toda mi vida a la política. Es probable que por este motivo nunca me haya casado aunque la vida me sorprendió con una hija, Carolina, que hoy tiene 20 años. Me reconozco como un pésimo padre y en los últimos años bastante culposo. Meticuloso, obsesivo, ansioso, perseverante, apasionado por momentos y decepcionado del mundo y de la gente de la época que me tocó vivir.
Me siento cansado, desencantado, pero a la vez con algunos destellos de esperanza. No sé, debe ser por la edad. Siento que necesito contarlo todo porque si no me va a estallar la cabeza. Escribir me va a permitir ordenar el relato y quizás comprender los sucesos.
Por supuesto, si este relato llega a tus manos tenés que saber que todos los personajes y situaciones que se describen en el mismo son producto de mi imaginación. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Soy político...creeme.
Primera Parte
El Dragón Despliega sus alas
Cuando el dragón despliega sus alas, la decisión está tomada. Se siente el amo del cielo. Busca a su presa que no tiene salida. Sabe que sólo es cuestión de tiempo.
LIBRO I
Máxima N° 1: Saber que la percepción es más importante que la realidad
Concentrarse en las percepciones de las personas para cambiar la realidad.
“Entonces Marco Polo habló: - Tu tablero, sir, es una taracea de dos maderas: ébano y arce. La tesela sobre la cual se fija tu mirada luminosa fue tallada en estrato del tronco que creció un año de sequía: ¿ves cómo se disponen las fibras? Aquí protubera un nudo apenas insinuado: una yema trató de despuntar un día de primavera precoz, pero la helada de la noche la obligó a desistir.- El Gran Kan no se había dado cuenta hasta entonces de que el extranjero supiera expresarse con tanta fluidez en su lengua, pero no era esto lo que le pasmaba-. Aquí hay un poro más grande: tal vez fue el nido de una larva; no de carcoma, porque apenas nacido hubiera seguido cavando, sino de un brugo que royó las hojas y fue la causa de que se eligiera el árbol para talarlo...Este borde lo talló el ebanista con la gubia para que se adhiriera al cuadrado vecino, más saliente...
La cantidad de cosas que se podían leer en un pedacito de madera liso y vacío abismaba a Kublai; ya Polo le estaba hablando de los bosques de ébano, de las balsas de troncos que descienden por ríos, de los atracaderos, de las mujeres de las ventanas...”
(CALVINO, Italo;Las ciudades invisibles)
Capítulo 1
La Cena
Llego relativamente temprano. Tengo un tema con el tiempo... mi ansiedad hace que sea obsesivamente puntual. Por otro lado, siempre me siento presionado por él. Me resulta escaso, y cuando lo tengo en abundancia me asusta, no sé qué hacer, por eso me lleno de actividades. Mi agenda siempre está que explota.
El Gobernador abre la puerta de su casa con una sonrisa que atraviesa su rostro redondo; su delgado pelo ceniza cae como un manantial sobre su frente permitiendo disimular su pronta calvicie irrefrenable. Se lo nota descontracturado y de buen humor, detrás de un conjunto deportivo que no logra esconder los kilos de más que la responsabilidad de la nueva gestión depositó implacablemente. Nos fundimos en un abrazo fraterno que denuncia muchos años de compartir sueños y militancia.
—¡Qué frio de mierda! Estoy calado hasta los huesos. –Digo tiritando mientras le extiendo un Fond de Cave Gran Reserva Malbec 2010, criado durante 18 meses en barricas de roble francés-.
—Pasá rápido que tengo el hogar encendido en el living –Me dice César mientras me quito el abrigo y lo cuelgo en el perchero thonet de pie de roble-.
Antes de sentarme en los cómodos sillones Chesterfild, al amparo del crepitar de los leños, miro mi cara en el espejo del recibidor. Mi piel cetrina refleja algunas arrugas desconocidas hasta hace poco y mis ojos denuncian un profundo cansancio. Noto cada vez con más frecuencia que mi cabello azabache comienza a platearse en las sienes y en el jopo. Me acomodo y relajo mientras quedo atrapado en la danza del fuego.
—¿Cómo están Selene y los chicos? –Pregunto saliendo del estado de ensueño-.
—Selene está en la cocina terminando de preparar el carré, y Flavia y Sebastián en los cuartos de arriba conectados a alguna red social. Cuando esté la comida bajan – Afirma mientras termina de preparar unos tragos-.
Nos miramos en silencio mientras saboreamos el aperitivo. Empiezo a buscar las palabras para describir la situación en la que nos encontramos:
—El escenario está difícil César, me parece que abrimos muchos frentes juntos y no sési vamos a tener espalda para soportar la presión.
—Es el momento Marcial –afirma con entusiasmo-, tenemos el respaldo popular del 57 por ciento de los votos de hace apenas seis meses. Los dos sostuvimos siempre que las grandes transformaciones teníamos que plantearlas en el período de “luna de miel” con el electorado, no vamos a tener un momento de mayor fortaleza –concluyó-.
—Eso no está en duda César, pero me parece que se está armando una bomba que todavía estamos a tiempo de desactivar si lo hacemos con inteligencia. No te planteo abandonar las transformaciones,que es el sentido de nuestros años de lucha, ni de bajar banderas, pero entendé que nos metimos de lleno con la industria farmacéutica, la banca privada, las empresas constructoras y el grupo agro exportador. El Ministro de Seguridad acaba de confirmar el descabezamiento de la cúpula policial y el desmembramiento del entramado de corrupción política, judicial y policial que sostenía la red de narcotráfico provincial. Los medios empiezan a ser fuertemente financiados para operar en contra...
—Me parece que nos tenemos que tranquilizar Marcial –interrumpe el Gobernador con un rictus de preocupación-, no llegamos acá para hacer la plancha. Es cierto que nos van a pegar y duro. Nos van a desprestigiar y se va a resentir nuestro apoyo popular, pero le habremos cambiado la cara a esta provincia. El riesgo será la reelección, pero tendremos tiempo para mostrar los logros y la mejora en la calidad de vida de la gente... No comen vidrio. Además –mostrando una sonrisa cómplice-, cuento con el mejor Ministro de Gobierno que nos ha dado la historia. Confío en tu habilidad para alinear a los jugadores y encontrar los consensos necesarios que nos aseguren la gobernabilidad.
—Por eso te pido que repensemos la estrategia y abramos un nuevo diálogo que nos permita negociar alguna flexibilidad en los tiempos de implementación o encontrar alguna compensación de bajo costo para nosotros, pero de mayor impacto para ellos, que atempere las medidas –insisto con cierta satisfacción por lo inusual, en estas lides políticas, de la manifestación de halagos-. Si algo tenemos claro es para qué estamos en política y pelotas no nos faltan, pero esto va más allá. Avanzamos cinco pasos y me parece que tenemos que retroceder uno ahora para poder dar tres más hacia adelante. El malestar es grande y se están juntando. Eso no es bueno. Ya los recibí un par de veces por sector. En el último encuentro intentaron demostrarme con números el perjuicio económico al que los sometíamos. Se sorprendieron cuando les distribuí el informe donde planteamos que el impacto de las políticas recortaba una parte de sus ganancias pero nunca poníamos en peligro la viabilidad de sus negocios. Les repartí también el listado de obras que ese dinero nos permitiría poner en marcha...
—¡Brillante! ¿Lo hiciste con todos? Cómo me hubiese gustado verles las caras.
—Con todos –afirmé-. La reacción no fue buena. Cuestionaron la validez de los datos y dejaron deslizar solapadas amenazas sobre el impacto en el empleo que estas políticas tendrían si insistimos con su implementación.
—¡HIJOS DE PUTA! Levantan la guita en pala y se cagan en la responsabilidad social que tienen con la comunidad.
—Pero lo importante es lo que te comenté –dije seriamente-, tengo información de que se están juntando. Algo están tramando y todavía no puedo averiguar qué. Eso me inquieta y no me gusta nada sentirme así.
— ¿Dónde se juntan? –Preguntó rápidamente el Gobernador-.
—En la casa de Julián Cáceres, Dueño del laboratorio JC, en el Country Marruecos. Por la Banca Privada fue Ernesto Thomson de Sol Bank, Roberto Tawer, de la Cámara de la Construcción y por los agro exportadores Jorge Martínez de Prosofe Agro. Pero lo más grave es que promediando la reunión se sumó Facundo Lezcano, de la banda del sur, que lo estamos investigando por tener conexiones presuntamente con el cartel de Sinaloa en la Provincia.
La cara del Gobernador se transformó. Podía sentir la fuerza con la que apretaba sus mandíbulas.
—¡Mierda! Eso no es bueno –Exclamó arrastrando las palabras-. Mirá como la necesidad yel espanto los está juntando –repetía con la vista perdida en el fuego mientras terminaba su Campari. Se produjo un largo silencio-. ¿Cuándo vas a tener información de lo que están tramando?
Lo miré a los ojos con la confianza que da la lucha compartida y el compromiso que nos trasciende en lograr mejorar la calidad de vida de la gente. El faro es claro y no permite que nos alejemos del camino. Él no me pregunta cómo accedo a la información y yo no me excuso con metodologías ni con valoraciones éticas o jurídicas. También tenemos claro que no la utilizamos para destruir adversarios. No es la forma que entendemos la política... o la vida.
—Dentro de siete días –Afirmo categóricamente-.
—Bien –sostuvo-, entonces vamos a esperar a tener el panorama completo. Empezá a prepararme las distintas opciones de negociación que les podríamos presentar. Fijate quién te da una mano del Gabinete y pedile absoluta discreción. Si se llega a filtrar algo de lo que estamos armando nos va a debilitar y vamos a tener que ceder más –concluyó-.
Apuro mi Campari mientras empiezo a sopesar mentalmente los distintos Ministros a convocar para diseñar las alternativas y las opciones a trabajar. No me detengo a disfrutarel haber conseguido el objetivo. Siento que tengo poco tiempo. Ahí está siempre presente mi problema con el tiempo. Detenerme a disfrutar es detener el tiempo y lo necesito para poner en marcha la nueva estrategia. La política es acción transformadora.
—¡Relajá esa cara Marcial! –sostiene en una amplia sonrisa poniéndose de pié-, ya no trabajamos más y ahora vas a probar una de las especialidades de Selene.
Mientras César se dirige a la cocina aprovecho para intentar dejar la mente en blanco y aflojarme. Son días de mucha tensión y está también lo de Lautaro. La calidez de la sala me ayuda. Los chicos bajan y me estrechan en un abrazo familiar. Selene ingresa con una fuente tapada que deposita en la mesa. Todo es alegría y satisfacción. Mientras nos saludamos afectuosamente entra César destapando el Fond de Cave con un comentario jocoso. Me siento bien. Me siento parte de una familia que no tuve la capacidad ni la suerte de formar. Nos sentamos distendidos bromeando sobre una publicación de Sebastián en facebook. No puedo evitar pensar en la sabiduría del comentario de Marlon Brando en el Padrino I donde afirma que durante la cena familiar no se habla de negocios. No está escrito en ningún manual, sin embargo se respeta a rajatabla.
—No vi la custodia policial en la puerta, ¿están escondidos? –le pregunto a César mientras vierte en mi copa el malbec de azul profundo-.
—Me pidieron autorización para ir hasta la casa de uno de los muchachos, parece que la esposa no encuentra la llave de la casa. En una hora están de vuelta.
—¡Miren y aprecien lo que les preparé con todo mi amor! –exclamóuna Selene radiante envuelta en un sacón de lana tejido artesanalmente en crochet, destapando orgullosamente la fuente de porcelana blanca-.
Todos dirigimos la vista con asombro y admiración. Entronado en el centro se encontraba el carré de cerdo a la mostaza fileteado, de un intenso color rojizo. Arriba ciruelas y duraznos cocidos en su jugo. Hacia los costados zanahorias y remolachas caramelizadas. En los extremos puré de manzana. Todo presagiaba una delicia extrema. Irrumpimos en aplausos y gritos que fueron correspondidos con una pomposa inclinación de rodillas de nuestra cocinera anfitriona.
—Ésta es una de mis especialidades que hago en pocas ocasiones –alardeó Selene mientras corría con delicadeza, de sus ojos verdes, un mechón de su cabello castaño claro con flequillo, a la vez que servía en cada plato las porciones correspondientes-. Es una receta que aprendí de mi abuela, se desglasa con vino blanco mientras se dora el ajo y la cebolla.
—Exquisito mi amor –le dijo César apretándole levemente su mano después de ingerir el primer bocado-.
El bullicio poco a poco se detuvo y podía oírse sutilmente de fondo la música que producían las hojas de losálamos sacudidas por la brisa. De vez en cuando, el ladrido de un perro. Todos parecían disfrutar la cena y la compañía en familia.
Cuando llevo la copa a mis labios descubro el perfume de frutas rojas maduras y un sutil aroma floral. El líquido aterciopelado combinado con roble ingresa en mi cuerpo invitándome al abandono. Salgo del éxtasis momentáneo con una observación inesperada de Selene:
—Veo una alianza de oro en tu dedo Marcial, ¿quizás alguna novedad de la qué todavía no estamos enterados?
—¿Perdón?, ¿Una alianza? –Levanto la mano izquierda para que todos la vean y, para sorpresa de los demás yace allí, en mi dedo anular, el reluciente anillo. En tono jovial hago una mueca picaresca y comento-, es de un amigo que me lo dejó en guarda hasta entregárselo a la pareja. Me lo puse en casa jugando para ver cómo me quedaba y me debo haber olvidado.
Disimulo mi asombro e intento no dar demasiadas explicaciones. Otra vez Lautaro. Lo saco de mi cabeza, todavía no estoy preparado.
—En la facu me dicen que los olvidos, los chistes y los lapsus, tienen que ver con el inconsciente que se está expresando –dispara Flavia mostrando una sonrisa pícara-
—¿Tendremos que ampliar la mesa? –comenta Selene cruzando una mirada cómplice con su hija-. Avisanos querido Marcial porque una sola fuente no va a alcanzar para saciar el apetito de todos –remata jocosamente-.
—No dudo que así sea. Nadie podría resistirse a una delicia como esta.
—¡Dejen en paz a este hombre que no va a venir más! –aclara César-.¿Por qué será que las mujeres no pueden ver a un hombre soltero? Enseguida están buscándole pareja para...
La frase queda cortada cuando un sonido intenso y seco irrumpe en la conversación. Por un segundo la casa se queda en silencio, roto cuando tres disparos de bala ingresan por el ventanal y se incrustan en la pared. Al principio quedamos perplejos y sin respuesta, mirándonos desconcertados, pero rápidamente nos recomponemos y nos tiramos debajo de la mesa. César abraza a los gritos a su esposa y a sus hijos aplastándolos con su cuerpo contra el piso. Yo marco automáticamente el número del Ministro de seguridad:
—¡Mandá ya móviles a la casa de César! ¡Nos están cagando a tiros! ¡Mandá urgente efectivos de tu total confianza! –grité con todas mis fuerzas.
Cuatro nuevas balas ingresan impactando en el borde de la mesa. Estaban tirando a matar. No podía creer lo que estaba pasando. ¡Querían matar al Gobernador de la Provincia y a su familia! Tenía que pensar algo rápido porque si no cumplirían su cometido.
Me arrastré hasta la puerta de entrada cuando tres nuevos proyectiles repican cerca de la familia. Descubro el interruptor de los focos que iluminan el jardín y de un salto lo acciono. Inmediatamente se iluminó todo el parque de acceso. Por un rato los disparos cesaron. Lo veo a César levantar la cabeza para tratar de entender qué estaba pasando.
—¡Agachá la cabeza y protegé a tu familia! –Le grité con desesperación-. ¡Ya lo llamé a Mauricio y está mandando gente!
Una ráfaga de proyectiles se estrellócontra el piso a escasos cinco centímetros del cuerpo de César. Tenía que hacer algo ya. Los perros no paraban de ladrar... ¡Los perros!.. ¡Qué boludo!
Salí corriendo sin importarme nada y me metí en la cocina. En el costado derecho estaba el cuarto donde se quedaban Pompeyo y Mario encerrados cuando la familia cenaba, para no molestar. No paraban de arañar la puerta desesperados. Tiré del picaporte y los ovejeros alemanes salieron disparados hacia la sala. Salí tras ellos y abrí la puerta principal liberándolos en el momento que se escuchaba el ulular de las sirenas policiales que se aproximaban a la residencia. Los perros o las sirenas o por los perros y las sirenas, el caso es que cesaron los disparos y fue como si el tiempo, también,se hubiese detenido.
Capítulo 2
Post cena
Dos patrulleros con cuatro agentes se detienen bruscamente en la puerta. Les indico a dos que ingresen y revisen el jardín en busca de los delincuentes y a los otros dos les pido que rastrillen las casas vecinas informando que se produjo un tiroteo en la zona y que estaban tras ellos. Suena mi celular. Es Mauricio que me dice que está a diez cuadras con cuatro móviles más y que lo ponga al tanto de la situación. Mientras le comento lo sucedido avanzo hacia la casa y me encuentro en la sala con César que me mira fijamente mientras de pie abraza muy fuerte a su familia.
—Ya está la policía, quedate tranquilo. Mauricio está por llegar. Los están buscando. Parece que se fugaron –Intento tranquilizarlo-.
Me sigue mirando sin poder articular una palabra. Puedo ver una nube imaginaria en sus ojos. No puede soltar a su familia. Su mente debe estar intentando comprender si esto es real. Lo dejo en ese estado cuando veo que se acercan los policías del interior de la finca haciendo gestos de no haber encontrado a nadie. Me acerco a ellos para que no vean el cuadro de situación de la sala.
—No hay nadie Jefe –sostiene uno de ellos-, revisamos todo y no encontramos nada. Cerca de la entrada se pueden ver vainas de lo que parece una 9 milímetros. No quisimos tocar nada. También encontramos lo que parece un dragón de metal, puede ser de plata –levanta su mano derecha con el celular y me muestra una foto donde aparece claramente el contorno de un dragón medieval desplegando sus alas-.
—Bien muchachos, necesito que entiendan que están acá porque son de total confianza del Ministro. Es importante ser discretos y evitar dar detalles. Hasta que podamos esclarecer este caso convendría sostener que se produjo un tiroteo entre delincuentes comunes con actitudes sospechosas en la zona y la custodia del Gobernador. ¿Puedo contar con ustedes?-
—Seguro Jefe, cuente con eso –asintieron-.
—Sería importante que se reúnan con el resto de los muchachos y le transmitan esta idea, Después recorran la casa de los vecinos preguntando si está todo bien y encárguense de sembrarles esta idea-.
—¿Y si alguno vio algo, Jefe?
—No creo –afirmo mostrando seguridad-, la noche está muy cerrada –sostengo mientras veo como se detienen los nuevos patrulleros y Mauricio me divisa y se aproxima con paso acelerado-. Es importante que se muestren seguros en el argumento para espantar cualquier sospecha. Ahora vayan a hablar con los compañeros y pongan el operativo en marcha -concluyo-.
Lo tomo a Mauricio del brazo y lo conduzco hacia la casa, sus ojos marrones expresan incredulidad y sorpresa. Cuando ingresamos lo encontramos a César solo ymuy serio. Ya no tiene esa mirada perdida y confusa. Está más armado.
—¿La familia? –pregunto mientras hacemos un círculo bastante apretado-.
—Están arriba, les dije que pongan algunas cosas en las maletas para ir una temporada a lo de la hermana de Selene. Ya llamé al chofer –Hace una pausa-, ¡Quéhijos de puta! –murmura apretando los dientes-.
—Necesito que me cuenten qué pasó exactamente –susurra Mauricio acariciando su barba rubia de cinco días-.
Rápidamente, lo ponemos al tanto de la situación contándole todos los detalles de los grupos de presión y los acontecimientos de esa misma noche.
—Tenías razón Marcial –afirma César-, estamos apretando demasiado –permanecemos un rato en silencio-. ¿¡Cómo pueden atreverse a tanto!? No lo entiendo. No tienen escrúpulos ni moral.
—Vamos por parte –afirmo con seguridad en la voz-. Acabo de darle instrucciones a los agentes para que digan que el tiroteo fue entre la seguridad del Gobernador y unos sospechosos que merodeaban la zona...
—¿Te parece Marcial? –pregunta Mauricioquitándose los anteojos con una mano mientras se masajea el puente de su nariz aguileña-, ¿No deberíamos darle parte al Juzgado?
—No lo creo conveniente –sostengo-. Intentaron matar al Gobernador con su familia presente. No lo lograron, pero generar una situación de caos, pánico y amedrentamiento no es un resultado despreciable para ellos. Sería la primera vez en la historia democrática de la Provincia que la máxima figura política es víctima de un atentado. Imagínense los titulares en los medios y la reacción de la gente. Tienen contactos en la prensa para empezar a especular con ideas sobre ajustes de cuentas mafiosos. A los pocos días van a empezar a preguntar ¿En qué cosas estará metido el Gobernador? De víctima a victimario, lo que es un clásico en nuestro país. Súmenle nuestra devoción por imaginar intrigas y complots en todos lados y tendremos un combo difícil de manejar. El cincuenta por ciento de nuestro tiempo deberá estar dedicado a defendernos de estos ataques –concluyo-.
—Entiendo, pero ¿no tendremos problemas con la Justicia por no denunciarlo? –Inquiere César empezando a aceptar la estrategia-.
—La investigación policial tiene que empezar ahora –le digo mirándolo fijamente a Mauricio-, con la máxima discreción posible y con tu personal de confianza. Tu policía está involucrada. Liberaron la zona y retiraron la custodia –espero para que asimile la información-. Es importante que no los castigues. Deben ser unos perejiles y no deben tener idea de lo que pasó acá, pero seguilos e investigalos. Tenemos que cambiar la custodia de César. Sacalos para arriba, que se sientan premiados así no sospechan –Lo dejo a Mauricio organizándose mentalmente y clavo la mirada en César-. Si en algún momento se filtra la información del atentado siempre podemos contar con el Fiscal Di Tulio y el Juez Defederico para sostener que ordenaron la investigación judicial desde el primer momento con secreto de sumario. Son confiables y nos deben favores. Yo prefiero no involucrarlos ahora porque cuantas más personas lo sepan más riesgos que se filtre tenemos.
Nos quedamos un rato en silencio. Se sienten ruidos en el piso de arriba de la familia empacando las valijas. Los perros están echados con la satisfacción de la tarea cumplida.
—Bien –interrumpe Mauricio-, me pongo a trabajar –empieza a marcar en su celular mientras se dirige hacia el jardín-.
—Contamos con esa investigación para pegarles en el hígado –le disparo mientras se retira. Se da vuelta con el celular pegado en la oreja y me levanta el pulgar de la otra mano mientras empieza a dar órdenes por teléfono-.
Vemos como Mauricio se aleja. César prepara dos whiskys. Nos sentamos con el primer trago y nuevamente soy yo quien rompe el silencio:
—Sería importante que salgas a la calle y hables con los vecinos que deben estar bastante alborotados. Indignate con ellos y comentales la ventaja de tener la custodia policial en la puerta. Mostrate preocupado por ellos y preguntales si está todo bien y si ninguno sufrió algún hecho de inseguridad. Prometeles que vamos a encontrar a los delincuentes.
—¿Te parece? Estoy preocupado por Selene y los chicos y debería...
—Deja que de Selene y los chicos me encargue yo –lo interrumpo-, hablar con los vecinos es fundamental para cerrar el relato. Mostrate confiado y sereno para que no sospechen nada.
Respira hondo y se levanta. Pone cara de animado y se dirige a la puerta de calle. Permanezco un rato sentado mientras apuro el whisky. Sé lo que tengo que hacer pero necesito poner la mente en blanco un momento y realizar un breve ejercicio de respiración profunda. Me dirijo pausadamente al primer piso advirtiendo a Selene de mi presencia. Les explico resumidamente las hipótesis que tenemos sobre lo que pasó y la necesidad de sostener el argumento planeado. Puedo ver en sus caras el miedo y la confusión. Trato de tranquilizarlos con la idea que todo el gobierno nos está cuidando, que en poco tiempo vamos a volver a la normalidad. Les digo que el Gobernador, entre viajes a las distintas localidades de la provincia y reuniones de trabajo en Buenos Aires, no va a estar durante la próxima quincena para que lo utilicen ante las probables preguntas de los familiares. Les pido que hagan vida normal y que se queden tranquilos que a su papá lo cuido yo. Lo llamo al chofer y le pido que ingrese por el garaje del fondo. Nos abrazamos los cuatro profundamente emocionados e infundiéndonos energía. Siento que son la familia que no pude construir. Nos reponemos y bajamos con los bolsos hacia el auto. Los veo partir. Siento ganas de llorar pero es algo que no me puedo permitir. Ahora no, esto todavía no terminó.
Cuando ingreso a la sala encuentro a la policía científica rotulando los orificios de bala, sacando fotos y desplegando la metodología para asegurar la preservación de las pruebas. En el jardín estaban realizando el mismo procedimiento en el lugar donde estaban apostados los tiradores. Me detengo a observar el dragón medieval de metal que tiene al costado un cartoncito con el número 4. Me da la impresión que es de acero quirúrgico.
—Quedate tranquilo que por ellos pongo las manos en el fuego –me dice Mauricio parándose a mi lado-, están haciendo un trabajo impecable.
Marco el número de Sergio Figueroa, el periodista de policiales del matutino local:
—Hola Sergio, voy a contarte una primicia, vos que me criticas siempre porque no te tengo en cuenta –sostengo sonriendo con complicidad-. Estoy cenando en la casa del Gobernador y la custodia se tiroteó con un grupito de sospechosos que estaban merodeando en el barrio. La situación está controlada y ningún vecino sufrió algún daño a su propiedad. Después le digo a Mauricio que te pase un parte. Por supuesto, no podés revelar la fuente –sostengo mientras Mauricio con la mirada me indica que entendió el mensaje-.
Salgo a la calle y lo veo a César en una animada charla con un grupo de vecinos. Está en su salsa. Tiene una capacidad para ser el centro de atención envidiable. El que habla conél se siente alagado y se queda con la sensación que estuvo con un gran amigo. Lo aparto amablemente diciendo que lo requieren en su vivienda. Se despide ampulosamente. Mientras ingresamos lo pongo al tanto de la situación familiar.
—Llegamos tarde –me dice-, ¿qué hacemos ahora? Me parece que si armamos la reunión que teníamos proyectada se va ver como debilidad, que con esta acción pudieron torcernos el brazo.
—Coincido –afirmo-, tenemos que cambiar la estrategia. Pero de eso ocupémonos mañana con la cabeza un poco más fresca.
Esperamos a que culminen los trabajos. Cuando “la científica” se retira hablo con el oficial y me quedo con el dragón de metal en custodia. Ya más relajados le muestro a César en el celular la página del Diario digital con la crónica policial de un tiroteo en su barrio y la actuación de su custodia para disgregar a los malvivientes.
—Te voy a estar toda la vida agradecido por tus rápidos reflejos que salvaron la vida de mi familia y la sangre fría con la que manejaste este despelote –me dice visiblemente emocionado mientras apoya su mano en mi hombro-.
¿Sangre fría? Es eso. ¿Soy de amianto, insensible? Estoy tan acostumbrado a trabajar en la emergencia, resolviendo temas que las circunstancias pintan como apocalípticos. Parece que todo debió ser resulto ayer, que si no se toma una medida inmediata las situaciones estallan. Tengo la sensación de tener a mi alcance una importante cantidad de platitos girando cada uno sobre el borde de un palo y si no les aplico paulatinamente la fuerza necesaria se van a terminar cayendo y eso ya no se podrá recuperar más. La tensión es permanente, la vigilancia es constante para que no me sorprendan. Esto fue igual. Aunque al estar nuestras vidas en juego tengamás dramatismo, la situación es la misma. Reaccioné de la forma cotidiana para la que estoy entrenado tras tantos años de trinchera.
—No me debés nada, el agradecido siempre voy a ser yo por el lugar que me das en el Gobierno.
—Te lo ganaste Marcial, no me imagino este trabajo sin vos.
Seguimos tomando un rato más en profundo silencio. Cuando llegué al departamento era de madrugada. No importa, con todo lo sucedido no iba a poder pegar un ojo. Lo importante es que la gente percibió una escaramuza en el barrio de César, y si percibió eso es porque eso pasó. Hace frío...mucho frío.
Capítulo 3
12 Máximas para mi Hija
No puedo dormir. Me pasa cada vez con mayor frecuencia. Decido levantarme. Veo la notebook en el escritorio y siento que me llama. La abro y sin pensar escribo en un documento nuevo el título: 12 máximas para Carolina. Me quedo un rato mirándolo sin poder avanzar en una sola frase. Siento que me impulsa el saber que mi vida está en peligro y que Carolina, mi hija, se inscribió en la carrera de Ciencias políticas.
—Mirá que loco papá –me dijo Caro con una mezcla de alegría y asombro-, después de dar tantas vueltas voy a terminar trabajando en política como vos.
Me cuesta asimilar la noticia. Recuerdo la frase de la película Casablanca donde Rick ( Humphrey Bogart), al entrar Ilsa (Ingrid Bergman) dice: -“De todos los cafés del mundo, ¡ella entra al mío!”-. No es el futuro que imaginé para mi hija. Tiemblo de sólo imaginarla en este barro con la jauría asechando. La veo tan frágil, tan chiquita. Pero la decisión está tomada y conociendo a mi cachorra nada va a hacerla cambiar de opinión. También juega en esta decisión la culpa por sentirme un padre ausente.
Recuerdo que la primer inspiración para escribir esta suerte de testamento la tuve de las clases de mi seño de tercer grado y primer amor, María de los Ángeles, sobre la vida del General Don José de San Martín y su hija Merceditas: -El General -decía ella con admiración y orgullo-, siempre estuvo preocupado para que Merceditas sea una persona de bien. Por eso redactó estas máximas como sabios consejos que un gran padre le da a su hijo. De esta manera, Merceditas crecería inspirada por estos valores de respeto a la Patria, solidaridad, el cuidado de la naturaleza, la obediencia a las personas y los buenos modales-.
Busqué en google y copie las 12 máximas sanmartinianas:
•Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una Mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre Animal, el Mundo es demasiado grande para nosotros dos.”
•Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira.
•Inspirarla gran Confianza y Amistad pero uniendo el respeto.
•Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres.
•Respeto sobre la propiedad ajena.
•Acostumbrarla a guardar un Secreto.
•Inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las Religiones.
•Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
•Que hable poco y lo preciso.
•Acostumbrarla a estar formal en la Mesa.
•Amor al Aseo y desprecio al Lujo.
•Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.
Siempre critiqué de grande esta forma de educar del Libertador, me pareció arrogante y de mal padre. Un tipo ausente para su familia que encontró al regreso de su gesta una hija caprichosa y maleducada criada por sus abuelos ante la enfermedad y muerte de su esposa.
Irónicamente la vida me enfrenta a una pantalla intentando redactar 12 máximas para la mía. Parece ser una fórmula aceptable para padres ausentes y culposos. La idea de la muerte, por los últimos acontecimientos, cobró fuerza en mi cabeza, y no tolero la imagen de dejar este mundo sin la posibilidad de transmitirle algunas certezas que aprendí duramente, para facilitarle en algo su camino. Lo hago con un profundo amor y miedo. Amor que no le di cuando más lo necesitó. Ojalá nunca tenga que leerlo.
LIBRO II
Máxima N° 2: Siempre tener claro para qué estamos en política.
Elegir la política para transformar el mundo.
“Sólo en la medida en que el hombre se expone una y otra vez a las aniquilaciones del mundo, puede surgir en él aquello que es indestructible. En esto yace la dignidad de atreverse. Así es que el objetivo de la práctica (de la expansión de la conciencia) no es desarrollar una actitud que le permita al hombre adquirir un estado de armonía y paz, en el cual nada puede molestarlo. Por el contrario, la práctica debe enseñarle a dejarse asaltar, perturbar, empujar, insultar, romper y vapulear, es decir, debe permitirle animarse a abandonar su anhelo fútil por la armonía, la ausencia de dolor y una vida cómoda, para poder descubrir, luchando contra las fuerzas que se le oponen, aquello que lo aguarda más allá del mundo de las polaridades. El primer requerimiento es tener el coraje para enfrentar la vida, para encontrar todo lo que es más peligroso en el mundo.”
Karlfriend Graf von Durckheim
Capítulo 4
El Anillo
La noche anterior a la cena con el Gobernador...
Entro en el restaurant y elijo una mesa escondida en el rincón más alejado. Siempre me gustó lo opaco, no mostrar las cartas. Con los años y dedicado profesionalmente a la política, este gusto devino en herramienta estratégica para gestionar exitosamente las acciones de gobierno.
Dejo mi saco en el respaldo de la silla y espero tranquilo la llegada de Julia. Estoy muy cansado y conmovido. Hoy no es noche para estar solo y Julia, desde hace poco tiempo, acompaña bien mi soledad.
Abre la puerta del lugar con gesto de impaciencia buscándome ansiosamente. Su rubia cabellera abundante cae cuidadosamente desprolija sobre su figura espigada. Me encuentra con la mirada de sus ojos azules y su expresión se relaja en una sonrisa. Camina hacia mí con el encanto de sentirse deseada y mientras me besa se deshace en disculpas por su breve tardanza.
—No sabés como está el tránsito –me dice acomodando su cartera y su abrigo en la silla contigua mientras se sienta. - Y lo difícil de encontrar un lugar para estacionar.
Nos tomamos de la mano con la alegre sensación que la vida,algunas veces, nos regala una caricia para mitigar la desesperación de sabernos condenados a la nada.
Mientras sostiene mi mano, Julia detiene la mirada en el detalle de mi dedo anular izquierdo. Me mira confundida y con asombro exclama: - ¿Por quétenés una alianza de oro si nunca te casaste?
Sostengo su mirada con imperturbable calma. El anillo brilla sobre mi dedo. Por unos minutos había olvidado que lo llevaba puesto. Mi rostro refleja alegría y tranquila seguridad mientras evalúo la posibilidad de mandarla a la mierda.
No tengo ganas de contarle la historia del anillo, ni cómo llegó hasta mí, ni por qué lo llevo puesto. Es una historia muy triste y muy privada. Además me duele mucho.
Por otro lado, no quiero quedarme solo esta noche. Julia me cae bien y me hace sentir muy cómodo.
Decido intentar una reflexión corta y ambigua que le de algún nivel mínimo de respuesta y, con suerte, pasar a otro tema.
—Es el anillo de un amigo que me pidió se lo guarde hasta recuperar a su esposa. No sabía dónde dejarlo y como tengo miedo de perderlo me lo puse... por seguridad.
Cuando termino la frase miro distraídamente buscando al mozo, le hago una seña para que venga y antes que pueda preguntarle a Julia qué le gustaría ordenar me avasalla a preguntas: - ¿Me decís en serio que tenés un amigo que se separó y te dejó el anillo? ¿Por qué no lo guarda él? ¿Y si no la recupera?
Ella seguía haciendo infinidad de cuestionamientos y suposiciones mientras yo dejaba mi cara de “está todo bien” en stand by y me replegaba en mi interioridad entendiendo que la batalla estaba perdida.
La verdad es que me cuesta hablar de ciertas cosas, me siento invadido rápidamente y me exaspera...hay cuestiones que prefiero evitar, que necesito guardar sólo para mí.
Esa es otra ventaja de la profesión:la comprensión rápida de la situación y la evaluación costo-beneficio de las opciones a seguir. Resulta una manera efectiva para no quedar enganchado rumiando argumentos que permitan mantener a flote la propuesta inicial. Me dediqué rápidamente a sopesar las opciones que abría el nuevo escenario.
Podía afirmar descaradamente que acababa de recibir un mensaje del Gobernador – mostrando de soslayo el celular-, que me convocaba en forma urgente a cenar conél para intentar resolver un problema que la coyuntura exigía como impostergable. De esta manera no tendría que dar explicación alguna y daría por terminada la noche.
Podía tambiénalegar dulcemente y con cara de complicidad que en verdad había comprado el anillo para alejar molestas féminas que enteradas de mi soltería estarían revoloteando insoportablemente para que las lleve al altar, y eso también evitaría el tema.
O podía sencillamente rendirme y contarle con detalles la verdad. Aunque la profesión me enseñó que la verdad en tiempos posmodernos no existe, la realidad es epistemológicamente incognoscible. Solamente captamos los fenómenos como contenidos perceptuales de conciencia, esto significa que lo real se sitúa en torno a cómo el otro percibe el fenómeno, la cosmovisión de la persona. La verdad aparece así como una construcción social, la posibilidad que tenemos los hombres de ponernos de acuerdo. Siempre me gustó esta ciencia de las apariencias.
O no es verdad acaso que nos urge tomar decisiones en el Gabinete para evitar una crisis que se avecina. O que soporto cada vez menos que me aborden sin disimulo como dando por sentado mi permanente disposición al encuentro sexual. ¿Qué es la verdad?
Cierro los ojos y me relajo un momento...aclaro mi mente y me pregunto qué quiero más. Decido que es una noche fría en Rosario, que siento un vacío que me aterra y que Julia, que huele a flores y canela, es hermosa y suave, y que necesito fundirme en un abrazo que genere la fantasía que un nosotros es posible.
—Si no te importa que la historia del anillo nos lleve toda la velada, te la cuento, pero te adelanto que es triste –digo con solemnidad-.
Suficiente. Quiénrechazaría bucear en una historia de amor frustrada.
—Soy todo oídos -expresa acodando sus brazos en la mesa mientras entrelaza sus dedos para apoyar la barbilla-.
Me quedo mirándola embelesado. Su delicada sonrisa en esa cara perfecta me eriza la piel. Me relajo y dispongo a comenzar el relato cuando irrumpe el mozo solicitando el pedido. Este es un momento clave de la velada. La carga erótica de la gastronomía depende de la exquisita selección del menú y del bouquet adecuado del vino. Salmón rosado a las finas hierbas con un chablis bien frape. Excelente elección. El mozo se aleja discretamente. Julia me clava sus ojos azules visiblemente ansiosa.
—Ahora si te escucho –dice relamiéndose anticipadamente ante la inminencia del relato-.
—La historia es de mi amigo Lautaro y su esposa Laura -afirmo con voz quejumbrosa-. Se conocían de jóvenes y se reencontraron después de mucho tiempo, un cinco de noviembre de hace cuatro años atrás. Lautaro me contó que ese encuentro fue mágico -Me detengo un momento abrumado por el recuerdo de mi amigo. Sonrío pensando en lo inexplicable de las coincidencias-. Un encuentro mágico afirmado por un mago. La profesión de Lautaro es la magia –sostengo-.
Julia se queda asombrada. No es común encontrarse con alguien que se dedique a eso.
—Guau! Un mago, que loco. ¿Y cómo es que se conocían de jóvenes? ¿Por qué no salieron antes?
Seguía formulando preguntas sobre ese pasado, los probables sitios de encuentros y otros temas que no llegue a registrar porque pensaba hasta dónde debería contar.
En mi labor cotidiana me acostumbré a “no decir diplomáticamente”, es decir hablar sin revelar verdaderos contenidos, en un “como si” comunicacional. Mostrar lo que uno siente y piensa nos expone y esa debilidad no es buena en mi profesión. La palabra dicha no puede ser detenida, aunque uno se arrepienta y pida perdón o intente mil formas de desdecirse. La palabra dicha ya no nos pertenece. Sin embargo, esta noche, no tengo ganas de cuidarme, necesito relajarme y permitir abandonarme. Quiero confiar en Julia.
—Vamos por parte que tenemos toda la cena. -Le dije dulcemente. - Lo primero en que quiero que repares, y confío en tu discreción, es en que Lautaro es un mago de verdad. No hace trucos ni es un ilusionista, es un mago genuino.
Me callo para esperar que asimile la información. Veo como su cara se va transformando en una mueca. Por un momento queda detenida en el tiempo hasta que reacciona.
—¿Me estas jodiendo? -dice inquisitivamente. -Los magos no existen –afirma-. ¿A dónde queres llegar con esto?¡Mira que sos versero vos! –exclama con un dejo de enojo.
Que me traten de mentiroso es algo a lo que estoy acostumbrado. Ser político en este país es sinónimo de embustero y ladrón. No importa que uno demuestre lo contrario, el sambenito está colgado. Por supuesto que personas del entorno íntimo también lo piensan y a veces utilizan el chiste como forma de suavizarlo... Ya no duele.
—Sé que suena loco pero es la pura verdad. Muchas veces pude presenciar como corporizaba objetos o influía, de alguna manera, en situaciones para que suceda algo concreto. Lo hablé muchas veces con él porque solamente confiaba en mi. La discreción es una herramienta que utilizo cotidianamente.
—Yo creí que esas cosas pasaban solo en las películas -dijo empezando a asimilar la posibilidad de su existencia. -¿Cómo puede ser?
—El tampoco lo entendía, solo empezó a sucederle. Tenía cinco años cuando pasó por primera vez. Deseaba mucho un juguete y en segundos este se materializóante sus ojos. Se asustó mucho. Con los años aprendió a aceptarlo aunque nunca lo hizo público. No quería ser un mono de circo.
—Todavía me cuesta digerirlo –dice cada vez con menos dudas-. Tener ese don, la posibilidad de hacer todo lo imaginable, tu amigo debe sentirse un Dios.
—Todo lo contrario, lo llenóde temores y de confusión. Lautaro siempre fue muy inseguro: - Es una gran responsabilidad –afirmaba con pesar-. Con esto no se jode. Él piensa que los caminos están marcados y que cualquier interferencia debe estar excepcionalmente justificada. También afirma que no corresponde usarla para fines personales. Mi amigo es un altruista.
—¡Qué bárbaro! Tener todo ese poder y no usarlo –sostuvo Julia mordiéndose el labio-.
El mozo interrumpióla charla ofreciéndonos un chablis de añeja cosecha. Hicimos un pequeño e íntimo brindis y mientras saboreábamos esta cepa redonda y frutada, deslizo hacia un costado la frapera para volver a tomar su mano y continuar con la historia.
—Lo usaba para causas justas, aunque en el último tiempo su magia se había extinguido: Es por la posmodernidad –afirmaba Lautaro-, no son tiempos para la magia. Necesito que crean, que apuesten a la felicidad como camino, que la vida es proyecto y mejor si ese proyecto es colectivo; y parece que la vida se ha convertido en un sinsentido, donde todo fue reemplazado por el placer, la inmediatez y lo estético –concluía-.
—Un Don con punto débil, como la criptonita de Superman –sostuvo con una sonrisa relajada-.
—Hasta que se reencontró con Laura y recuperósu magia –dije con cierto tono triunfal.
—Me dijiste que se reencontraron, ¿De dónde se conocían?
—En la adolescencia compartieron un taller de danzas folklóricas. La atracción entre ellos fue evidente, se sentían cómodos y felices, pero los dos estaban en pareja y eso fuedeterminante para que su relación no creciera. Aunque Lautaro me confesó que pudo robarle unos besos.
—¿Hizo magia para ella? –Preguntó con ansiedad-.
—Nunca se lo dijo, pero generó una tormenta en pleno taller que obligó a suspender los ensayos y le permitió esconderse en un rincón apartado y oscuro con ella para conocer el sabor de sus labios.
—Lautaro picarón –sostuvo Julia mientras disfrutaba del vino que había empezado a colorear sus mejillas-.
—También materializó una orquídea que dejo en ese acto prendida en su oreja derecha.
—Picarón y romántico, ya no quedan de esos hombre –dice mirándome intensamente a los ojos con reproche divertido-. ¿Qué pasó después?
—El taller terminó y no volvieron a verse más –afirmé con amarga resignación-. Durante más de dos décadas ni siquiera se cruzaron de casualidad en un shopping o en la peatonal o en algún boliche o bar. Hasta hace cuatro años que el destino... la vida... el karma... providencia, decidieron que esta historia debía continuar.
—Y el recuperó su magia.
—Gracias a ella –sostuve-, que lo miró, lo reconoció y en cinco segundos le hizo comprender que todos los sueños eran posibles.
—¿Dónde se encontraron? –preguntó Julia cada vez más compenetrada en la historia.
—Me tocaba dar una mezcla de conferencia y actividad política en un Congreso en Rosario y le pedí a Lautaro que me acompañe. Hacía un tiempo que no nos veíamos y era una excelente oportunidad para tomar un café y charlar de la vida. Laura era una de las asistentes al Congreso.
—¿A qué se dedica Laura?
—Qué buena pregunta –indiqué con desconcierto-. Cuando se lo pregunté a él con las mismas palabras me dijo con mucha alegría: -¡Es reparadora de sueños!
—¿Reparadora de sueños? –dijo Julia con desconcierto-. ¿Qué significa eso?
—Hablar con Lautaro no es una tarea sencilla. Él tiene sus códigos y sus metáforas y es complicado muchas veces comprender toda la magnitud de lo que quiere expresar –dije con sincero reconocimiento-. Recuerdo que le preguntéqué quería decir con eso, y él me respondía: -A reparar sueños rotos de las personas, a tratar de contribuir para que esas vidas sean más dignas y con sentido-. Nunca pude obtener otra respuesta.
Vuelve el mozo con los platos pedidos y los distribuye geométricamente en la mesa. El aroma y los colores de esta comida me envuelven y me transportan a lugares exóticos y tranquilos. Me relajo más. Hago un paneo por el restaurant y todo parece equilibrado y en su sitio. Me siento muy bien. Contar esta historia que me abruma es como sacarse un peso de encima. En cierta medida lo vivo como un homenaje a mi amigo. La miro a Julia y me gusta lo que veo. Maldigo por no tener el Don de la magia. La textura y el sabor de este salmón rosado gritan exquisitez.
—Y después de ese encuentro ¿Qué pasó? –Inquirió Julia animadamente-.
—No pudieron despegarse un día más –dije categóricamente-. Al año se casaron y se pusieron los anillos –alcé la mano izquierda para que lo viera nuevamente-. Un detalle curioso es que se trataron siempre de usted.
—Parece una pareja salida de otra época –balbuceó Julia mientras pasaba la servilleta por su labios-.
—Todo el comportamiento de ellos era profundamente respetuoso. Si, parecían de otra época.
—¿Habrán sido respetuosos en todos los aspectos de su vida? –insinuó con una sonrisa pícara mientras sus mejillas se cubrían de un tenue rubor.
La miro devolviendo su encantador gesto, anticipando también el momento de caricias y sudores que vamos a vivir.
—Lautaro era muy reservado a la hora de hablar de su relación de pareja, sin embargo, la amistad y confianza de toda la vida, y el asombro experimentado por él por su intensa y fogosa vida sexual, llegóal extremo de hacerle confesar que en el momento más supremo del acto, durante uno de los habituales encuentros donde sus cuerpos se fundían al punto de no poder distinguir dónde empezaba uno y terminaba el otro, pudieron detener el tiempo.
—¿Parar el tiempo? –dijo con asombro-. Habrá sido una metáfora de las que te tiene acostumbrado.
—Estaba muy excitado y también asustado –manifesté-. Me dijo: -No lo vas a creer pero detuvimos el tiempo. Por un instante todo se paró... y nos sentimos en la gloria-.