Escomienza la vida del glorioso confesor santo Domingo de Silos - Gonzalo de Berceo - E-Book

Escomienza la vida del glorioso confesor santo Domingo de Silos E-Book

Gonzalo de Berceo

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Beschreibung

La Vida de Santo Domingo de Silos, o, más exactamente, la Vida del glorioso confesor Sancto Domingo de Silos, es un poema medieval español obra del sacerdote Gonzalo de Berceo, primer autor español del cual tenemos conocimiento de su nombre, escrita en cuaderna vía, estrofa fundamental en las obras de la escuela poética denominada mester de clerecía.

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Gonzalo de Berceo

Vida de santo Domingo de Silos

Barcelona 2024

Linkgua-ediciones.com

Créditos

Título original: Vida de santo Domingo de Silos.

© 2024, Red ediciones S.L.

e-mail: [email protected]

Diseño de cubierta: Michel Mallard.

ISBN rústica ilustrada: 978-84-1126-785-4.

ISBN tapa dura: 978-84-9953-639-2.

ISBN ebook: 978-84-9897-816-2.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 7

La vida 7

Vida de Santo Domingo de Silos 7

Libro I 9

Libro II 53

Libro III 91

AMÉN 109

Libros a la carta 131

Brevísima presentación

La vida

Gonzalo de Berceo (Berceo, Logroño, 1195-d. 1264). España.

Pertenece a la tradición literaria llamada «mester de clerecía», integrada por eclesiásticos y hombres de letras. Se educó en el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja), en el que ofició como clérigo secular, y fue más tarde diácono (c. 1120) y presbítero (c. 1237).

Vida de Santo Domingo de Silos

Escomienza la Vida del glorioso confesor Sancto Domingo de Silos

Libro I

1 En el nomne del Padre que fizo toda cosa,

e de don Jesu Cristo, fijo de la Gloriosa,

e del Spíritu Sancto que egual d’ellos posa,

de un confesor sancto quiero fer una prosa.

2 Quiero fer una prosa en romanz paladino

en cual suele el pueblo fablar con so vecino,

ca non só tan letrado por fer otro latino,

bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

3 Quiero que lo sepades luego de la primera,

cúya es la historia, metervos en carrera:

es de sancto Domingo toda bien verdadera,

el que dicen de Silos que salva la frontera.

4 En el nomne de Dios que nomnamos primero,

suyo sea el precio, yo seré su obrero;

galardón del lacerio yo en Él lo espero,

qui por poco servicio da galardón larguero.

5 Señor sancto Domingo, dizlo la escriptura,

natural fue de Cañas, non de basa natura;

lealmientre fue fecho a toda derechura,

de todo muy derecho sin nula depresura.

6 Parientes hobo buenos, del Criador amigos,

que siguién los ejiemplos de los padres antigos;

bien sabién excusarse de ganar enemigos,

bien lis vinié en mientes de los buenos castigos.

7 Juan habié por nomne el su padre hondrado,

de linaje, de mañas, un homne señalado,

amador de derecho, de seso acabado,

non falsarié judicio por haber monedado.

8 El nomne de la madre decir no lo sabría,

como non fue escripto no lo devinaría,

mas hayan la su alma Dios e sancta María,

prosigamos el curso, tengamos nuestra vía.

9 La cepa era buena, engendró buen sarmiento,

non fue caña liviana, la que torna el viento,

ca de luego fue cuerdo, niño de buen cimiento,

de oír vanidades no lo prendié taliento.

10 Sirvié a los parientes de toda voluntad,

mostraba contra ellos toda humilidad;

trayé, maguer niñuelo, tan grand simplicidad

que se maravillaba toda la vecindad.

11 De risos nin de juegos habié poco cuidado,

a los que los usaban habielis poco grado;

maguer de pocos días era muy mesurado,

de grandes e de chicos era mucho amado.

12 Trayé encontra tierra los ojos apremidos,

por non catar follías tenielos bien nodridos;

los labros de la boca tenielos bien cosidos,

por non decir follías nin dichos corrompidos.

13 El pan que entre día li daban los parientes

no lo querié él todo meter entre los dientes;

partielo con los mozos que habié conocientes,

era mozo complido de mañas convenientes.

14 Creo yo una cosa, sé bien que es verdad,

que lo iba guiando el Rey de majestad,

ca face tales cosas la su benignidad,

que a la bestia muda da racïonidad.

15 Esa virtud obraba en esti su criado,

por esi condimiento vinié tan alumnado,

si non, de tales días non serié tan senado,

siempre es bien apreso qui de Dios es amado.

16 Si oyé razón buena, bien la sabié tener,

recordábala siempre, no la querié perder;

santiguaba su cebo cuando querié comer,

sí facié que se quiere que habié de beber.

17 Dicié el Pater Noster sobra muchas vegadas,

e el «Credo in Deum» con todas sus posadas,

con otras oraciones que habié costumnadas,

éranli estas nuevas al dïablo pesadas.

18 Vivié con sus parientes la sancta creatura,

el padre e la madre queriénlo sin mesura;

de nula otra cosa él non habié ardura,

en aguardar a ellos metié toda su cura.

19 Cuando fue peonciello que se podié mandar,

mandolo ir el padre las ovejas guardar;

obedeció el fijo, ca non quirié pecar,

ixió con su ganado, pensolo de guiar.

20 Guiaba so ganado como faz buen pastor,

tan bien no lo farié alguno más mayor;

non querié que entrasen en ajena labor,

las ovejas con elli habién muy grand sabor.

21 Dábalis pastos buenos, guardábalas de daño,

ca temié que del padre recibrié grand sosaño;

a rico nin a pobre non querié fer engaño,

que más querié de fiebre yacer todo un año.

22 Luego a la mañana sacábalos en cierto,

tenié en requerirlas el ojo bien abierto;

andaba cerca d’ellas prudient e muy espierto,

nin por sol nin por pluvia non fuyé a cubierto.

23 Tornaba a la tardi con ellas a posada,

su cayado en mano con su capa bellada;

a los que lo ficieron luego en la entrada,

besábalis las manos, la rodiella fincada.

24 El pastor que non duerme en ninguna sazón

e fizo los abisos que non haben fondón,

guardaba est ganado de toda lesïón,

non facié mal en ellas nin lobo nin ladrón.

25 Con la guarda sobeja que el pastor lis daba,

e con la sancta gracia que Dios lis ministraba,

aprobaba la grey, cutiano mejoraba,

tanto que a algunos envidia los tomaba.

26 Abel el protomártir fue el pastor primero,

a Dios en sacrificio dio el mejor cordero;

fízolo Dios por ende en cielo parcionero,

démosli al de Silos por egual compañero.

27 Los sanctos patriarcas todos fueron pastores,

que de la leÿ vieja fueron contenedores;

aún como leemos e somos sabidores,

pastor fue sant Millán e otros confesores.

28 De pastores leemos muchas buenas razones,

que isieron prudientes, fueron sanctos varones;

esto bien lo trovamos en muchas de lectiones,

que trae est oficio buenas terminationes.

29 Oficio es de precio, non cae en viltanza,

sin toda depresura, de grant significanza;

David tan noble rey, una fardida lanza,

pastor fue de primero sin ninguna dubdanza.

30 Nuestro Señor, don Cristo, tan alta podestad,

dijo que pastor era, e bueno de verdad;

obispos e abades, cuantos han dignidad,

pastores son clamados sobre la Cristiandad.

31 Señor sancto Domingo de primas fue pastor,

depués fue de las almas padre e guiador;

bueno fue en comienzo, a postresmas mejor,

el Reÿ de los Cielos nos dé el su amor.

32 Cuatro años andido pastor con el ganado,

de cuanto li echaron era mucho criado;

teniese el su padre por homne venturado,

que criado tan bueno li habié Dios prestado.

33 Movamos adelante, en esto non tardemos,

la materia es luenga, mucho non demoremos,

ca de las sus bondades maguer mucho andemos,

la milésima parte decir no la podemos.

34 El sancto pastorciello, pleno de buenas mañas,

andando con so grey por término de Cañas,

asmó de seer clérigo, saber buenas fazañas,

pora vevir honesto con más limpias compañas.

35 Plogo a los parientes cuando lo entendieron,

cambiáronli el hábito, otro mejor li dieron;

buscáronli maestro, el mejor que podieron,

leváronlo a glesia, a Dios lo ofrecieron.

36 Diéronli su cartiella a ley de monaciello,

asentose en tierra, tolliose el capiello;

en la mano derecha priso su estaquiello,

apriso fasta’l títol en poco de ratiello.

37 Vinié a su escuela el infant grand mañana,

non habié a decírgelo nin madre nin hermana;

non facié entre día luenga meridïana,

hobo algo apreso la primera semana.

38 Fue en poco de tiempo el infant salteriado,

de himnos e de cánticos bien e gent decorado,

evangelios e pístolas aprísolas privado,

algún mayor levaba el mosto más baldado.

39 Bien leyé e cantaba sin ninguna pereza,

mas tenié en el seso toda su agudeza,

ca sabié que en eso li yacié la proveza,

non querié el meollo perder por la corteza.

40 Fue alzado el mozo pleno de bendición,

salió de mancebía, ixió sancto varón;

facié Dios por él mucho, oyé su oración,

fue saliendo afuera la luz del corazón.

41 Ponié sobre su cuerpo unas graves sentencias,

jejunios e vigilias e otras abstinencias;

guardábase de yerros e de todas falencias,

non falsarié por nada las puestas convenencias.

42 El bispo de la tierra oyó d’est buen cristiano,

por cuanto era suyo tóvose por lozano;

mandol prender las órdenes, diógelas con su mano,

fue en poco de tiempo fecho misacantano.

43 Cantó la sancta misa el sacerdot novicio,

iba honestamientre en todo so oficio,

guardaba su eglesia, facié a Dios servicio,

non mostraba en ello nin pereza nin vicio.

44 Tal era como plata mozo cuatrogradero,

la plata tornó oro cuando fue pistolero;

el oro margarita en evangelistero,

cuando subió a preste semejó al lucero.

45 Toda Sancta Eclesia fue con él ensalzada,

e fue toda la tierra por elli alumnada;

serié Cañas por siempre rica e arribada

si elli non hobiese la seíja cambiada.

46 Castigaba los pueblos el padre ementado,

acordaba las yentes, partielas de pecado;

en visitar enfermos non era embargado,

si podié fer almosna, faciela de buen grado.

47 Contendié en bondades ivierno e verano,

qui gelo demandaba dabal consejo sano;

mientre el pan duraba nol cansaba la mano,

entenderlo podedes que era buen cristiano.

48 De cuanto nos decimos él mucho mejor era,

por tal era tenido en toda la ribera;

bien sabié al dïablo tenerli la frontera,

que no lo engañase por ninguna manera.

49 El preste benedicto de que fue ordenado,

sobo año e medio allí do fue criado;

era del pueblo todo querido e amado,

pero por una cosa andaba conturbado.

50 Fue las cosas del sieglo el bon homne asmando,

entendió como iban todas empeyorando;

falsedat e cobdicia eran fechas un bando,

otras muchas nemigas a ellas acostando.

51 Dicié: «Aï, ¡mezquino! si non cambio logar,

lo que yo non querría habré a cempellar;

el lino cab el fuego malo es de guardar,

suelen grandes periglos de tal cosa manar.

52 Si yo peco en otri, de Dios seré reptado,

si en mí pecar’ otri temo seré culpado;

más me vale buscar logar más apartado,

mejor me será eso que vevir en poblado.

53 Los que a Dios quisieron dar natural servicio,

por amor que podiesen guardarse de tot vicio,

esa vida ficieron la que yo fer cobdicio,

si guiarme quisiere el Don que dijo: ‘Sicio’.

54 En los primeros tiempos nuestros antecesores,

que de Sancta Eglesia fueron cimentadores,

de tal vida quisieron facerse sofridores,

sufrieron sed e famne, heladas e ardores.

55 Sant Joan el Babtista, luego en su niñez,

renuncïó el vino, sizra, carne e pez;

fuyó a los desiertos onde ganó tal prez

cual non dizrié nul homne nin alto nin rafez.

56 Antonio el buen padre e Paulo su calaño,

el que fue, como dicen, primero ermitaño,

visquieron en el yermo, un desierto extraño,

non comiendo pan bueno nin vistiendo buen paño.

57 María Egipciaca, pecadriz sin mesura,

moró mucho en yermo, logar de grand pavura;

redimió sus pecados sufriendo vida dura,

qui vive en tal vida es de buena ventura.

58 El confesor precioso que es nuestro vecino,

san Millán el caboso, de los pobres padrino,

andando por los yermos y abrió el camino,

por end subió al Cielo do non entra merino.

59 El su maestro bueno, san Felices clamado,

qui yacié en Billivio en la cueva cerrado,

fo ermitaño vero, en bondad acabado,

el maestro fue bueno e nudrió buen criado.

60 Esos fueron sin dubda homnes bien acordados,

qui por salvar las almas dejaron los poblados;

visquieron por los yermos mezquinos e lazrados,

por ent facen virtudes onde son adorados.

61 Muchos foron los padres que ficieron tal vida,

yace en Vitas Patrum d’ellos una partida;

toda gloria del mundo habienla aborrida

por ganar en los Cielos alegría complida.

62 El Salvador del mundo, que por nos carne priso,

de que fo bateado, cuando ayunar quiso,

por a nos dar ejiemplo al desierto se miso,

ende salió el demon, mas fo ent mal repiso.

63 Los monjes de Egipto, compañas benedictas,

por quebrantar sus carnes faciense heremitas;

tenién las voluntades en corazón más fitas,

fueron de tales homnes muchas cartas escriptas.

64 Yo pecador mezquino, en poblado, ¿qué fago?

Bien como e bien bebo, bien visto e bien yago;

de vevir en tal guisa sabe Dios non me pago,

ca trae esta vida un astroso falago.»

65 El sacerdot precioso, en qui todos fiaban,

desamparó a Cañas do mucho lo amaban,

parientes e amigos que mucho li costaban,

alzose a los yermos do homnes non moraban.

66 Cuando se vio solo del pueblo apartado,

folgó como si fuese de fiebre terminado;

rendió gracias a Cristo que lo habié guiado,

non tenié, bien sepades, pora cena pescado.

67 El ermitaño nuevo diose a grand lacerio,

faciendo muchas preces, rezando su salterio,

diciendo bien sus horas, todo su ministerio,

dábalis a las carnes poco de refrigerio.

68 Sufriendo vida dura, yaciendo en mal lecho,

prendié el homne bueno de sus carnes derecho;

el mortal enemigo sediel en su asecho,

d’estas aflictïones habié él grant despecho.

69 Porque facié mal tiempo, cayé fría helada,

o facié viento malo, oriella destemprada,

o niebla percodida o pedrisca irada,

él tod esti lacerio no lo preciaba nada.

70 Sufrié fiero lacerio las noches e los días,

tales como oyestes en otras fantasías,

mas esti buen cristiano, sucesor de Helías,

no lo preciaba todo cuanto tres chirivías.

71 Cuntió grand negligencia a los que lo sopieron,

el logar do estido que no lo escribieron;

o creo por ventura que no lo entendieron,

ca se cambiaba siempre, ende no lo dijieron.

72 Do quier que él estido, en val o en poblado,

era por el su mérito el logar más honrado,

ca por el homne bono, como diz el tractado,

e por el confesor es el logar sagrado.

73 Año e medio sovo en la ermitañía,

dizlo la escriptura ca yo no lo sabía;

cuando no lo leyese decir no lo querría,

ca afirmar la dubda grand pecado habría.

74 Todos los sus lacerios, todas las tentaciones,

no lo sabrién decir los que leen sermones;

si non los que sufrieron tales tribulaciones,

e pasaron por ellas con firmes corazones.

75 Oraba el bon homne de toda voluntad,