Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut - Abate Prévost - E-Book

Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut E-Book

Abate Prévost

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Beschreibung

Uno de los más intensos romances de la historia de la literatura. Manon Lescaut (1731) es el título abreviado del séptimo volumen de las Mémoires et aventures d'un homme de qualité, una novela escrita por el abate Prévost en 1731, cuyo título completo es Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut. En la época, se consideró que era escandalosa y fue inmediatamente prohibida por el Parlamento de París, pero esto no impidió que la obra circulara de forma clandestina con gran éxito. La novela cuenta la historia de un caballero, Des Grieux, y de su amante, Manon Lescaut. Des Grieux es un joven de buena familia destinado a ser clérigo. Se enamora perdidamente de Manon cuando la ve casualmente el día de su deportación a América. Él está dispuesto a todo por ella: renuncia a su fortuna, familia y prestigio; ambos sufren la cárcel, la pobreza y el destierro. Ella, caprichosa, no sabe vivir sin lujos y comodidades ama a Des Grieux, pero ama también la vida fácil. Pasión y virtud, deseo y templanza, el amor romántico atraviesa las páginas de Manon Lescaut, brillante construcción de una apasionada historia de amor en uno de los más intensos romances de la historia de la literatura.

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Akal / Clásicos de la Literatura / 19

Abate Prévost

HISTORIA DEL CABALLERO DES GRIEUX Y DE MANON LESCAUT

Ilustraciones: Maurice Leloir

Traducción: Esperanza Martínez Pérez

Manon Lescaut (1731) es el título abreviado del séptimo volumen de las Mémoires et aventures d’un homme de qualité, una novela escrita por el abate Prévost, cuyo título completo es Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut. En la época, se consideró escandalosa y fue inmediatamente prohibida por el Parlamento de París, pero esto no impidió que la obra circulara de forma clandestina con gran éxito. La novela cuenta la historia de un caballero, Des Grieux, y de su amante, Manon Lescaut. Des Grieux es un joven de buena familia destinado a ser clérigo que se enamora perdidamente de Manon cuando la ve casualmente el día de su deportación a América. Él está dispuesto a todo por ella: renuncia a su fortuna, familia y prestigio; ambos sufren la cárcel, la pobreza y el destierro. Ella, caprichosa, no sabe vivir sin lujos y comodidades, y aunque ama a Des Grieux, también quiere una vida fácil. Pasión y virtud, deseo y templanza, el amor romántico atraviesa las páginas de Manon Lescaut, brillante construcción de una apasionada historia de amor en uno de los más intensos romances de la historia de la literatura.

Diseño de portada

RAG

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Título original

Histoire du chevalier Des Grieux et de Manon Lescaut

© Ediciones Akal, S. A., 2019

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.akal.com

ISBN: 978-84-460-4739-1

Retrato del abate Prévost.

INTRODUCCIÓN

La novela de Manon Lescaut, escrita por el abate Prévost es considerada como un emblema del siglo XVIII, así como una de las obras maestras de la novela francesa, igualable a las de Balzac, Proust o Dostoievski. Su publicación renovó profundamente el arte de la novela, convirtiéndola en un género inmortal. Los amantes de esta historia, a pesar de ser amorales, cuentan con la empatía del lector y se han establecido como caracteres eternos, con un lugar especial entre los célebres amantes de la literatura tales como Romeo y Julieta o Tristán e Isolda. Manon Lescaut representa, por tanto, uno de los grandes mitos de amor de Occidente. Tal y como afirma Maupassant, esta obra es el preámbulo de la novela moderna, pues anuncia una nueva sensibilidad prerromántica donde los rasgos de observación se combinan con el estudio de los sentimientos y las pasiones. Por todo ello, esta novela ha apasionado tanto a escritores como a compositores durante varias generaciones, y cada uno ha aportado su propia interpretación del personaje femenino de Manon Lescaut.

El telón de fondo es una época de hundimiento de la autoridad política y debilitamiento del poder del monarca causado por el fallecimiento en 1715 del monarca Luis XIV, el Rey Sol, y la instauración de la Regencia del duque de Orleans (1715-1723). Los últimos años del reinado de Luis XIV se caracterizaron por la austeridad y el puritanismo, sin embargo, la Regencia dio paso a una atmósfera de liberación de cuerpos y mentes, que trajo consigo una depravación de las costumbres, corrupción, vicio y libertinaje. Manon Lescaut describe a la perfección el ambiente social de esta época, donde se observa la decadencia de París, ciudad en la que el juego y la prostitución cuentan con gran influencia. Nos encontramos, por lo tanto, ante un siglo de transformaciones económicas, sociales, intelectuales y políticas.

Panorama literario y cultural en el Siglo de las Luces

En cuanto al perfil literario, el siglo XVIII es también un siglo de apertura y transformaciones. Caben destacar dos orientaciones fundamentales: el movimiento de la Ilustración y el nacimiento de una sensibilidad que se denominará prerromántica.

Autores como Montesquieu, Diderot o Voltaire llevan a cabo una revolución en el ámbito del razonamiento crítico que precederá a la gran revolución de las instituciones y las tradiciones. Se interesan por cuestiones de orden político, social, moral o religioso de las que depende la felicidad del ser humano en la tierra. Las obras filosóficas se caracterizan por una lucidez de pensamiento que se adecuan a los estándares clasicistas. Algunas de las obras más influyentes de la época nos permitirán situarnos en el mismo periodo en el que se inserta nuestra novela: Gil Blas, de Lesage, Cartas persas, de Montesquieu, Juegos del amor y del azar, de Marivaux; Memorias, de Saint-Simon; La Enciclopedia, de Diderot y D’Alembert; Cándido, de Voltaire; El contrato social, de Rousseau.

La novela del siglo XVIII

La novela es el género literario por excelencia durante el siglo XVIII. Generalmente en prosa, es ideal para la difusión de los ideales del Siglo de las Luces, así como favorece el nacimiento de una nueva sensibilidad. Por otra parte, las obras se hacen más accesibles a un mayor número de personas, incluso en las zonas rurales. Las mujeres, muy influyentes en los salones de lectura, contribuyen en gran medida a su éxito. A inicios del siglo XVIII, los grandes escritores trabajan bajo la influencia del clasicismo y prevalece la importancia de los géneros tradicionales como la tragedia, la comedia o la novela. Al final del reinado de Luis XIV, la novela histórica se encuentra en su máximo esplendor y los viajes utópicos inspirados por Los viajes de Gulliver continúan siendo exitosos. Dos novelistas destacan en este periodo: Challe, con su dominio de la ironía en Las ilustres francesas (1713), y Lesage y su novela picaresca, Historia de Gil Blas de Santillana (1717).

A partir de 1715, la novela se renueva con nombres notables entre los que destacan Marivaux y el abate Prévost. En 1750 se publica la obra de referencia de la Ilustración, La Enciclopedia, proyecto titánico que constituye un faro del conocimiento. Sin embargo, a pesar de la llegada de estos ideales también continúa en esta época la censura tanto real como eclesiástica, si bien los escritores cuentan con el apoyo del público. Paul Bénichou escribió en esta época el ensayo Coronación del escritor, donde defiende el advenimiento de una Francia laica, en la que el poder espiritual pasaría a manos del hombre de letras. Otras obras relevantes de este periodo son Cándido (1759) de Voltaire, La nueva Eloisa (1762) de Rousseau, esta última, al igual que Manon Lescaut, será un punto de partida hacia el Romanticismo; Diderot, La religiosa (1760); Choderlos de Laclos publica Las amistades peligrosas (1782) novela libertina, sensible y pasional. La última década del siglo XVIII es un periodo turbulento debido al surgimiento de la Revolución francesa, acontecimiento que favorecerá el desarrollo de la novela a pesar del rápido restablecimiento de la censura. Algunos de los escritores que surgen en esta época son Louvet de Couvray o el Marqués de Sade.

Fuentes de inspiración de Manon Lescaut

La novela Manon Lescaut es fruto de una combinación de vivencias de su autor, tales como amores pasionales y desdichados, con ejemplos literarios. Si bien es cierto que no existen fuentes documentadas que confirmen que se trata de una obra biográfica, la vida del abate Prévost guarda cierta similitud con la del narrador y protagonista de esta novela, el caballero Des Grieux. La intensidad y sinceridad del relato nos permiten suponer que el autor se inspiró en algunos de sus infortunios y aventuras para la elaboración de esta historia.

En cuanto a las fuentes literarias en las que se inspira Manon Lescaut se observa un claro modelo en la novela picaresca inglesa Las fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders (1722) escrita por Daniel Defoe y que narra la historia de una escandalosa prostituta. El realismo y tono espontáneo de esta obra habría incitado a Prévost a evitar el uso del tono noble propio de la novela de tradición francesa. Otra influencia destacable es la novela de Robert Challe, Las ilustres francesas (1713), un compendio de historias sobre parejas enamoradas separadas por el destino, de gran semejanza con la obra de Prévost.

Una vida de exilios

Antoine François Prévost (Hesdin, 1697-Chantilly, 1763), más conocido por el epíteto eclesiástico de abate Prévost, fue un singular hombre de letras (novelista, historiador y traductor) y sacerdote que vivió una azarosa e itinerante vida, tal y como evidencia su apodo, «D’Exiles». Prévost nace en el seno de una familia burguesa de magistrados y eclesiásticos, y ya desde muy joven desarrolla un relevante interés por la vida religiosa, por lo que ingresa en el convento de los jesuitas de su ciudad natal. Pero la rigidez del convento le desagrada e, invadido por un espíritu de aventura, se alista en el ejército durante la Guerra de Sucesión española. Sin embargo, una vez firmada la Paz de Utrecht (1715), sus esperanzas de lograr una gloria militar se desvanecen y regresa a la orden jesuita, concretamente a la reconocida institución educativa de La Flèche. Al cabo de un año, retoma el oficio de las armas, esta vez obteniendo el rango de oficial. No obstante, no permanece más tiempo con el uniforme militar que con la sotana. Ingresa en la orden de los benedictinos, donde toma sus votos como sacerdote y es enviado a distintos monasterios de Normandía, alcanzando un éxito notable como predicador. Durante una estancia en la abadía de Saint-Germain-des-Prés, colabora en la escritura de la obra de los benedictinos Gallia christiana. En 1728, tras abandonar sin autorización el monasterio para dedicarse a las letras, recibe una orden directa del rey de expulsión del país, una lettre de cachet, por lo que decide refugiarse en Londres.

Durante su exilio en Inglaterra, se inicia en la literatura y cultura inglesas. Posteriormente parte a Holanda, donde una tormentosa relación le provoca una crisis moral y religiosa. Este episodio es sumamente influyente en la redacción de su obra más ambiciosa, Manon Lescaut. Es en Holanda donde publica esta novela en 1731, cuyo éxito le será de gran utilidad tanto para su frágil economía como para su reputación como escritor. Sin embargo, las deudas le obligan a regresar a Londres donde funda el renombrado diario de información y crítica Le Pour et le Contre, que recibe una excelente acogida por parte del público inglés. Allí concluye sus Memorias de un hombre de calidad que finalmente constarán de siete volúmenes. En 1734 solicita el permiso para retornar a Francia y es nuevamente admitido bajo la orden de los benedictinos como capellán de Louis François de Bourbon-Conti, príncipe de Conti, quien se convertirá en su protector. Su actividad como escritor es infatigable con títulos como El decano de Killerine, Historia de una griega moderna,Historia general de los viajes (15 vols). Además de las novelas, traduce varias obras del inglés, entre las que cabe destacar las novelas de Richardson: Pamela y ClarisseHarlowe.

En 1763 se retira a Chantilly con el propósito de disfrutar de una vida más austera y consagrar su pluma a elevar la religión para así expiar sus extravíos de juventud. Sin embargo, su muerte ese mismo año a causa de una crisis de apoplejía le impide llevar a cabo estos propósitos. Si bien Prévost fue un prolífero escritor, muchas de sus obras han permanecido en el olvido, y se puede decir que gracias a Manon Lescaut se le considera como un autor de referencia en la literatura francesa y universal.

Novela en forma de historia dentro de una historia

Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, publicada por primera vez en La Haya en 1731, forma parte del séptimo volumen de las Memorias de un hombre de calidad. Esta novela en forma de historia dentro de una historia narra la tormentosa, pasional y devoradora relación amorosa entre un joven caballero de familia noble, Des Grieux, y Manon Lescaut, una joven cortesana que escapa de su destino conventual a fin de disfrutar de los placeres carnales y materiales de la vida. En esta novela se diferencian tres partes: el nacimiento de un amor fatal; la decadencia de Des Grieux y la expiación. De forma sucinta, el argumento de la novela sería el siguiente: Des Grieux abandona sus riquezas, su herencia, su familia y su reputación social para huir con Manon a París, donde se sumerge en los bajos fondos del París de la Regencia. Frente a ellos, sólo se interponen la realidad y las actitudes de ambos ante la presión social. Manon, por su parte, es seducida por las riquezas materiales y joyas del viejo e influyente Geronte, lo cual será el desencadenante de posteriores infortunios. La novela narra una pasión irracional, destructiva y cegadora que desencadena la fatalidad y la tragedia. Por un lado, este amor compensa todas las penalidades vividas por los amantes. Por otro lado, la pasión es analizada desde una perspectiva moral con el fin de constatar lúcidamente su temible poder.

Entre la novela picaresca y la bizantina

En el marco de esta historia breve e intensa, escrita en un estilo simple y directo, pues se trata de una narración oral, Prévost combina las descripciones realistas con la fuerza del sentimiento. Son los perpetuos giros en la trama los que estrechan progresivamente la narración, haciéndola más cautivadora y seduciendo al lector. El esquema de la novela, que parte de un testimonio oral, es diferente al de una estructura tradicional y cuenta con reminiscencias de otros géneros. Por un lado, la novela picaresca, originada en el Siglo de Oro español, con el Lazarillo de Tormes como gran referente, y con gran influencia posterior en la narrativa europea, donde la astucia y el ingenio dirigen la trama de aventuras y peripecias. Por otro lado, la novela bizantina, de gran popularidad en Europa durante los siglos XVI y XVII, en la cual sus protagonistas deben superar una serie de desventuras para superarse. Elementos de estos dos géneros confluyen a la perfección en Manon Lescaut, pues los amantes se profesan un amor no aceptado socialmente y deben usar su ingenio para sobrevivir.

Por otra parte, Prévost cuenta con un narrador-personaje, factor que incrementa considerablemente la emoción, ya que el propio narrador se conmueve al evocar los acontecimientos. Con una retórica perfecta y adaptando su discurso a cada interlocutor, Prévost logra hacer del caballero Des Grieux un perfecto narrador. Además, no duda en interpelar frecuentemente al lector para mantener su atención y buscar su aprobación. Asimismo, confiar la narración al personaje que sufre un amor desdichado es sorprendente, puesto que el lector sólo recibe su versión de la trama. Sin duda, se trata de un narrador muy humano, incluso con necesidades vitales como pueden ser comer o descansar, que anuncia acontecimientos venideros.

Temas de inspiración romántica

A través de sus personajes y de la exploración de los misterios de la pasión amorosa, Prévost consigue otorgar a la obra un valor humano innegable. La sociedad que los rodea y los castiga no surge como la voz de la sabiduría, sino como una entidad represiva dominada por la depravación de los valores. A lo largo de la obra, el autor analiza los siguientes temas:

•Testimonio de las costumbres: esta novela retrata a la perfección el panorama de las costumbres de la época, describiendo al detalle el París de inicios del siglo XVIII, y deja aflorar las acentuadas diferencias sociales de la época. En este sentido, es original la forma en la que el autor opone la fuerza del sentimiento y la pasión a los elementos de la vida cotidiana o a los comportamientos sociales. De esta forma, deja en evidencia una imposible coexistencia de las libertades del amor y las restricciones de la sociedad. El asombroso realismo de la obra se debe, en gran medida, al hecho de que se trate de una narración oral. Además, las descripciones sobre la vida en el Nuevo Mundo hacen de este autor un iniciador del exotismo literario.•Pintura de la pasión: el abate Prévost consigue un análisis psicológico sumamente humano que equipara esta novela a las grandes obras del clasicismo. Crea hábilmente un marco perfecto para el nacimiento de una gran pasión: Manon, cortesana seductora e incapaz de renunciar a la tentación de las riquezas, está concebida para embrujar a un joven ingenuo y exaltado, con una visión idealista del amor que implica plena devoción.•Aparición del ideal romántico: adelantándose a su tiempo, el abate Prévost anuncia con Manon Lescaut la inspiración romántica. En este sentido, y tal y como afirma Roland Virolle, podemos hablar de una obra de arte «de ilusión romántica», donde la sinceridad de los sentimientos de estos personajes importa más que sus actos, obteniendo así la empatía y compasión del lector. Se muestra una lucha de amor contra la sociedad, aún en el caso extremo de provocar la decadencia o el envilecimiento y, como muchas obras románticas del siglo XIX, termina en tragedia.•Moralidad: el esquema narrativo se inscribe visiblemente bajo una perspectiva moral con el retrato fiel de la pasión y la constatación de sus estragos en un alma débil. Los amantes son duramente castigados y su felicidad se ve constantemente amenazada.

Personajes

En el siglo XVIII, los autores proceden a diversificar las características de sus personajes, que están en búsqueda de libertad, siguiendo la senda de la contestación del poder emprendida por los novelistas del Siglo de las Luces.

Manon es una joven cortesana hermosa y espontánea, que representa la génesis de uno de los grandes mitos de la historia moderna y el prototipo en el que se basarán las heroínas de la literatura del siglo XIX. Esta mujer fatal que por su poder de atracción sensual provoca la desgracia tanto de los que la rodean como de sí misma se convierte con el tiempo en un mito, pues sólo cobra vida a través de la mirada de su amado y narrador de la historia y de la imaginación de cada lector. Manon anuncia la figura moderna de la antiheroína, de orígenes humildes y con grandes ansias de riquezas materiales y de placer que recurre a sus astucia y seducción para mejorar su condición social.

Des Grieux es un joven caballero de familia noble y con unas cualidades brillantes. De actitud ingenua y exaltada, confiesa su pasión fatal por la hermosa Manon y prevé su desdicha sin lograr tomar medidas para evitarla. Vicioso y virtuoso a la par, es el narrador de sus desventuras y su testimonio destaca por su gran sinceridad y espontaneidad. La vida de este personaje guarda gran similitud con la vida de Prévost, pues ambos cursaron una educación jesuita, huyeron del seminario y sucumbieron a las tentaciones de la pasión sin renegar de su formación moral y religiosa. Durante su búsqueda del amor ideal, el caballero Des Grieux convierte audazmente la pasión en excusa de todos sus errores y rompe las barreras de la religión y de la familia, de la moralidad y de la sociedad, siendo finalmente víctima de su propia rebelión.

Entre los personajes secundarios, destacan los siguientes: el marqués de Renoncour actúa como narrador del conjunto de Memorias de un hombre de calidad, donde evoca historias autobiográficas e invita a participar a otros narradores. En el caso de esta novela, el marqués primero describe su encuentro con Manon y Des Grieux, para luego, en el contexto de un nuevo encuentro años después, cederle la palabra a Des Grieux, que se convierte en personaje-narrador. Tiberge es el amigo fiel de Des Grieux que representa al hombre de razón de la novela. Es un eclesiástico virtuoso y generoso que encarna los mejores valores, sobre todo el de una amistad ejemplar y ciega. Lescaut es el hermano de Manon, soldado inquietante y tramposo.

Recepción en su época y posterior desarrollo del mito de Manon

Juzgada como escandalosa en la época, esta novela es inmediatamente prohibida y condenada a la hoguera en 1733. Esta reacción no hizo sino acrecentar su fama, contándose hasta veintiséis ediciones en vida del autor. Prévost publica en 1753 una nueva edición de Manon Lescaut, revisada, corregida y ampliada. En cuanto a la recepción en los círculos literarios de la época, la obra no deslumbró a todos sus contemporáneos, pues si bien el estilo pareció impresionarles, las situaciones les desconcertaron. Entre las críticas positivas en la época, destaca la del periódico Journal de la Cour, cuando en 1733 escribía este elogio sobre el autor afirmando que «Prévost es en prosa lo que Voltaire en verso». Voltaire, por su parte, apreció cómo Prévost logró hacer «del lenguaje de las pasiones su lengua materna».

Será en el siglo XIX, con el auge del Romanticismo, cuando el personaje de Manon se convierta en heroína por excelencia, en personaje mítico que termina por identificarse con el símbolo del eterno femenino: mujer ligera, venal que supera una serie de pruebas y que muere por causa del destino. Manon se percibe como una femme fatale, una verdadera embrujadora, que quedará inmortalizada en obras posteriores. Este mito desarrollado en el siglo XIX, fue incentivado por autores como Alfred de Musset, Gustave Flaubert, Alejandro Dumas hijo o Anatole France, quienes participaron en los prólogos de las distintas ediciones. Flaubert, por su parte, describía esta novela en una de sus cartas: «Lo más importante en Manon Lescaut es ese aire sentimental, la ingenuidad de la pasión que convierte a los dos héroes en tan reales». Por ello, el personaje de Manon es fuente de inspiración de figuras femeninas que aparecieron durante la segunda mitad del siglo XIX como Marguerite Gautier de Dumas hijo, Emma Bovary de Flaubert, la duquesa Sanseverine de Stendhal o Ana Karenina de Tolstói.

Finalmente, el personaje de Prévost alcanza la inmortalidad mediante su adaptación musical por parte de diversos compositores. Se pueden contar ocho óperas documentadas, dos ballets, numerosas adaptaciones teatrales, filmográficas y televisivas. Todas ellas nos permiten apreciar la versatilidad y complejidad de Manon Lescaut.

Óperas

1836 The maid of Artois, Michael Balfe

1856 Manon Lescaut, ópera-cómica, Daniel Auber

1883 Scholss de l’Orme, Richard Kleinmichel

1884 Manon, Jules Massenet

1893 Manon Lescaut, Giacomo Puccini

1894 Portrait de Manon, Jules Massenet

1925 Manon, Henri Busser

1952 Boulevard Solitude, Hans Werner Henze

Películas

1912 Manon Lescaut, Albert Capellani (francés)

1914 Manon Lescaut, Herbert Hall Winslow (inglés)

1918 Manon Lescaut, Mario Gargiulo (italiano)

1926 Manon Lescaut, Arthur Robison (alemán)

1949 Manon Lescaut, Carmine Gallone (italiano)

1949 Manon, Henri-George Clouzot

1968 Manon 70, Jean Aurel (francés), con Catherine Deneuve

Teatro

1941 Manon Lescaut, Vítězslav Nezval (checo)

Ballet

1830 Manon Lescaut, J. Fromental Halévy

1846 Giovanni Casati

1974 La historia de Manon, sir Kenneth MacMillan

Poemas

1945 Baladas a Manon

Televisión

1975 Manon Lescaut, serie, Sandro Bolchi

1978 Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, serie, Jean Delannoy

1980 Manon Lescaut, ópera de Puccini para la televisión, Renata Scotto y Plácido Domingo

1990 Manon Lescaut, serie, Liliana Cavani y Manuela Crivelli

1998 Manon Lescaut, serie, Pierre Jourdan

2005 Manon Lescaut, serie, Félix Breisach

2011 Manon Lescaut, serie, Gabriel Aghion

CRONOLOGÍA

1697: Antoine François Prévost d’Exiles (añadido por él posteriormente) ‒más conocido por su título eclesiástico de abate Prévost‒ nació en Hesdin (pequeña ciudad de Artois), el 1 de abril. Su padre, Liévin Prévost, era procurador del rey en Hesdin. Estudió con los jesuitas de La Flèche y de Ruan.

1712: Quiso seguir una vida religiosa y comenzó su noviciado con 16 años junto a su hermano Liévin-Norbert, en el colegio de Harcourt de los jesuitas.

1714: Tras ser sorprendido trabajando en una obra profana, es expulsado del noviciado. Camino a Roma para solicitar su reintegración, un oficial le persuade para que se enrole en el ejército. Sin embargo, tampoco se adaptó a esa vida militar. Desertó y huyó a Holanda.

1716: Se decretó una anmistía general por parte del duque de Orleans, lo que le permitió volver a Francia.

1717: Empieza un segundo noviciado con los jesuitas en La Flèche, donde es enviado para terminar filosofía.

1718-1719: Es sorprendido escribiendo Las memorias de un hombre de calidad, huye de nuevo para volver a enrolarse en el ejército, esta vez como oficial, en la campaña de Cataluña. Cuando termina la guerra, desaparece de nuevo, en Holanda.

1720: Finalmente, un amor traicionado le desencantó y quiso volver al estado religioso, entrando a formar parte de la orden de los benedictinos de la abadía de Jumièges.

1721: Pronunció sus votos en la abadía de Jumièges según la regla estricta de Saint Maur. Pasó siete años en distintos monasterios de la orden en Normandía. Escribe las Aventuras de Pomponio,caballero romano, una sátira antijesuita.

1722: Es enviado a la abadía de Bec-Hellouin, donde estudia tres años de teología, seguidos de un año de ejercicios espirituales. Se traslada a la abadía de Fécamp y, un año después, a la de Sées, donde comienza a trabajar en una traducción de la Historia mei temporis del presidente de Thou.

1724: El editor Valat de Ámsterdam publica sus Aventuras de Pomponio, caballero romano, a quien le había enviado el manuscrito.

1726: Es ordenado sacerdote por Pierre Sabatier y comienza a enseñar humanidades en el colegio de Saint-Germer.

1727: En la abadía de Saint-Germain-des-Prés, trabaja en la monumental obra colectiva de los benedictinos, Gallia christiana.

1728: Obtiene una aprobación para los dos primeros volúmenes de las Memorias y aventuras de un hombre de calidad retirado del mundo. Pide ser trasferido a una orden benedictina menos estricta y al serle denegado, abandona sin autorización el monasterio, recibe una lettre de cachet ‒carta con una orden directa y explícita del rey‒ y huye a Londres en donde aprenderá extensamente la historia y lengua inglesas lo que quedará reflejado en sus escritos futuros.

1729: Huye a Holanda en donde tendrá una relación con Hélèna «Lenki» Eckhardt, una mujer caprichosa y dominadora conocida simplemente como Lenki, que le acabó provocando la ruina. Publica los dos primeros volúmenes de las Memorias y aventuras de un hombre de calidad.

1731-1732: Publica en Utrecht los cuatro primeros tomos de El filósofo inglés o historia de monsieur Cleveland, hijo natural de Cromwell, escrita por él mismo y traducida del inglés por el autor de las Memorias de un hombre de calidad que se traducirán al inglés. Se sumerge en la traducción de la Historia sui temporis del presidente de Thou y publica la continuación de Memorias y aventuras de un hombre de calidad, cuyo último relato es la Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut, tal vez inspirada en sus propias aventuras, y que el Parlamento de París condenará a la hoguera.

1733: Lleno de deudas, regresa a Londres, ciudad en la que funda Le Pour et le Contre, periódico dedicado al conocimiento de la literatura y cultura inglesas, que seguirá editando de modo casi ininterrumpido hasta 1740.

1734: Se reconcilia con los benedictinos y realiza otro noviciado de algunos meses en el monasterio de La Croix-Saint-Leufroy, cerca de Évreux.

1735-1740: Escribe la novela El decano de Killerin.

1736: Es nombrado capellán de Louis François de Bourbon-Conti, príncipe de Conti, que se convertirá en su protector.

1738-1739: Los tres últimos tomos del Filósofo inglés aparecen en París de modo clandestino.

1740: Escribe Historia de una Griega moderna e Historia de Margarita d’Anjou

1741: Publica Las Campañas filosóficas y Memorias para servir a la historia de Malta.

1746-1759: Va publicando, a petición del canciller d’Ague­sseau, la monumental Historia general de los viajes (15 vols.).

1751: Traduce Cartas inglesas o historia de Miss Clarisse Harlove de Samuel Richardson.

1755: Traduce de Nuevas cartas inglesas o historia del caballero Grandisson también de Samuel Richardson.

1763: Pasa sus últimos años en París. Muere en Chantilly, 25 de noviembre a causa de un aneurisma en el bosque al regresar de una visita a los benedictinos de Saint-Nicolas-d’Acy.

HISTORIA DEL CABALLERO DES GRIEUX Y DE MANON LESCAUT

Portadilla de la edición francesa de 1885 con el retrato de su protagonista femenina, Manon Lescaut.

NOTA DEL AUTOR[1]

No me pareció oportuno incluir en mis Memorias[2] las aventuras del desgraciado caballero Des Grieux, aunque hubiese podido hacerlo, pero pensé que al no estar relacionadas directamente, el lector encontraría mayor satisfacción al verlas por separado. Un relato tan extenso habría interferido demasiado en el hilo de mi propia historia. Lejos de mí pretender con esta obra alcanzar la categoría de un buen escritor, pero tampoco ignoro que una narración debe abreviar numerosas circunstancias que la entorpecerían y terminarían aburriendo. Siguiendo el precepto de Horacio:

Ut jam nunc dicat jam nunc debentia dici

Pleraque differat ac proesens in tempus omittat[3].

No es necesario acudir a tan autorizada opinión para probar una verdad tan obvia, ya que el sentido común debe presidir cualquier regla en este sentido. Si el público ha encontrado algo agradable e interesante en la historia de mi vida, me atrevo a adelantarle que no quedará insatisfecho del anexo. Apreciará en la conducta del señor Des Grieux un ejemplo terrible de la fuerza de las pasiones. Se trata de la descripción de un hombre cegado, que se niega a ser feliz para precipitarse por voluntad propia en las mayores desdichas; que, con todas las cualidades que conforman el más brillante mérito, prefiere elegir una vida oscura y vagabunda a las ventajas de la fortuna y de la naturaleza; que prevé sus desgracias sin quererlas evitar; que las asume y padece sin aplicar el remedio que se le ofrece continuamente, y que puede en cualquier momento terminar con ellas; en fin un carácter ambiguo, una mezcla de virtudes y vicios, un contraste permanente de buenos sentimientos y malas acciones. Este es el fondo del cuadro que voy a presentar a mis lectores. Las personas sensatas no verán en esta obra un inútil divertimento. Además del placer de una lectura agradable, encontrarán no pocas peripecias de las que puedan sacar una lección moral, y en mi opinión, instruir divirtiendo es hacer un gran favor al público.

Al reflexionar sobre los preceptos de la moral, a veces nos sorprende observar que están tan estimados como de­satendidos, y nos preguntamos por esta extravagancia del corazón humano que le hace apreciar ideas de bien y de perfección, de las que se aleja continuamente en la práctica. Por ejemplo, si las personas de cierto nivel de inteligencia y distinción se detienen a pensar en cuál es el tema de conversación más frecuente entre ellas, o incluso en sus ensoñaciones solitarias, comprobarán fácilmente que giran casi siempre sobre consideraciones morales. Los momentos más gratos de la vida para la gente de cierta distinción son los que, a solas o con un amigo, pasan charlando abiertamente de los encantos de la virtud, de los placeres de la amistad, de los medios para alcanzar la felicidad, de las debilidades de la naturaleza que nos alejan de ello y de los remedios que pueden curarlo. Horacio y Boileau[4] señalan estas conversaciones como uno de los rasgos más hermosos que definen la imagen de una vida feliz. ¿Cómo es que pasamos tan fácilmente de estas grandes especulaciones y nos ponemos de repente al nivel del común de los mortales? No creo equivocarme al aportar un argumento que explica bien esta contradicción entre nuestras ideas y nuestra conducta; y es que los preceptos de la moral se nutren de principios vagos y generales, y resulta muy difícil aplicarlos en concreto a nuestras costumbres y acciones. Pongamos un ejemplo. Las personas bien nacidas sienten que la amabilidad y la humanidad son virtudes agradables y tienden a practicarlas: ¿pero las llevan realmente a la práctica? Con frecuencia permanecen indecisas. ¿Es el momento oportuno? ¿Sabemos con certeza en qué medida? ¿No nos estaremos equivocando sobre el objeto? Cien dificultades parecidas interfieren. Tememos convertirnos en víctimas queriendo ser generosos y tolerantes, pasar por débiles pareciendo demasiado delicados y sensibles; en una palabra, excedernos o no llegar en el cumplimiento de los deberes que los conceptos generales de humanidad y amabilidad incluyen de una manera demasiado oscura. En esta incertidumbre, sólo la experiencia o el ejemplo pueden determinar razonablemente hacia qué lado debe inclinarse nuestro corazón. Ahora bien, la experiencia no siempre constituye una ventaja al alcance de todo el mundo; depende de las diferentes situaciones donde nos haya colocado la fortuna. Así que a la mayoría de las personas sólo les queda el ejemplo como regla para practicar la virtud. Y es precisamente para este tipo de lectores para el que obras como esta pueden resultar de gran utilidad; evidentemente, siempre que sean escritas por una persona honesta y con sentido común. Cada hecho contado aporta un rayo de luz y una enseñanza que sustituye a la experiencia; cada aventura es un modelo donde aprender; sólo hace falta acomodarlo a la circunstancia en que nos encontremos. La obra entera es un tratado de moral agradablemente llevado a la práctica.

Quizá un lector severo se ofenda al verme coger la pluma a mi edad[5] para escribir acerca de peripecias de amor y de fortuna: pero si la reflexión que acabo de hacer es acertada, quedo justificado; si no lo es, mi error servirá al menos para excusarme.

[1] La Historia del caballero Des Grieux y de Manon Lescaut formaba parte del tomo séptimo y último de Mémoires et aventures d’un homme de qualité qui s’est retiré du monde (1728-1731). El narrador de las memorias ficticias, el hombre de calidad, el marqués de Renoncour, da la palabra a Des Grieux quien a su vez cuenta sus aventuras. [N. de la T.]

[2] Siguiendo el gusto de la época, las Memorias reúnen historias de amores, que Prévost escribe a través del marqués de Renoncour. Esta narración de una pasión, donde las aspiraciones del caballero Des Grieux a la virtud se ven negadas por la fuerza del deseo y la pasión de la naturaleza humana, provocó que el Parlamento de París condenara inmediatamente la novela a la hoguera. 

[3] Horacio, Arte poética, vv. 43-44: «Que se diga enseguida lo que hay que decir enseguida y se reserve para el momento oportuno el detalle omitido». [N. de la T.]

[4] Nicolás Boileau (1636-1711), poeta y crítico francés que siguió al poeta latino Horacio, en su Epístola VI, «Al señor de Lamoignon».

[5] Se supone que escribe la novela, hacia 1728-1730, y en esa fecha el marqués de Renoncour tendría unos setenta años.

PRIMERA PARTE

 

Portadilla de la Primera parte con la representación de Eva.

Me siento obligado a dirigir a mi lector al tiempo de mi vida en que conocí al caballero Des Grieux. Aproximadamente fue unos cinco o seis años antes de mi viaje a España[1]. Aunque rara vez abandonaba mi soledad, la deferencia que sentía por mi hija me comprometía a algunos viajes cortos, que solía abreviar tanto como me era posible. Un día, volvía de Ruan donde me había rogado que fuera a interesarme por un asunto que se dilataba en el Parlamento, relativo a la sucesión de unas tierras procedentes de mi abuelo materno, y que ella reclamaba. Y habiendo reanudado mi camino por Evreux, donde pernocté la primera noche, llegué al día siguiente a cenar a Pacy distante a unas cinco o seis leguas[2]