In fraganti - Silvia Cintrano de la Torre - E-Book

In fraganti E-Book

Silvia Cintrano de la Torre

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Beschreibung

En una sociedad hipersexualizada… ¿Sabemos de educación sexual? In fraganti es un libro cercano que recoge las dudas más comunes sobre sexualidad que se plantean los adolescentes en algún momento de su desarrollo afectivo-social y que los adultos, a menudo, no saben responder. De manera clara y rigurosa Silvia busca responder a los aspectos más destacados de una asignatura tabú: la educación sexual.

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Primera edición digital: noviembre 2021 Campaña de crowdfunding: equipo de Libros.com Imagen de la cubierta: Andrea G. Portolés Maquetación: Ediciones M2050 Corrección: Verónica Sarria Revisión: Elena Carricajo

Versión digital realizada por Libros.com

© 2021 Silvia Cintrano de la Torre © 2021 Libros.com

[email protected]

ISBN digital: 978-84-18769-00-9

Silvia Cintrano de la Torre

In Fraganti Hablemos de Educación Sexual

A mis padres, que siempre me han dado una visión amplia de la sexualidad y han naturalizado continuamente una parcela tan importante del ser humano.

Índice

 

Portada

Créditos

Título y autor

Dedicatoria

Introducción

La sexualidad

Anatomía: ¿qué va dónde y cómo funciona?

Así se excita el cuerpo

Métodos anticonceptivos

Enfermedades e infecciones de transmisión sexual

Prácticas sexuales

Autoestimulación: gestionarse a uno mismo

Prácticas en pareja

Mitos y falsas creencias

Mecenas

Contraportada

Introducción

 

Hablemos de Educación Sexual: ¿para qué?

España destaca a nivel europeo y mundial en distintos campos: trasplantes, tolerancia, esperanza de vida... Sin embargo, sigue teniendo una asignatura pendiente, un tabú: la educación sexual.

La adolescencia es una etapa complicada, donde hemos tenido que encontrar nuestro lugar en el mundo y crear una identidad acerca de nuestra persona, incluyendo la sexualidad. En un mundo tecnológico, donde cualquier información está al alcance de un clic, en la etapa adolescente no siempre hemos sabido integrar la ingente cantidad de información que recibimos. Vivimos en una sociedad hipersexualizada, con muchas exigencias y falsas creencias en torno a la sexualidad, y tanto hijos como padres seguimos encontrando dificultades a la hora de aclarar ciertas dudas o de acercarnos a una educación sexual de calidad.

In Fraganti es un libro cercano y ligero que recoge las dudas más comunes sobre la sexualidad que nos hemos planteado de adolescentes (y que se plantean actualmente muchos de ellos) en algún momento de nuestro desarrollo afectivo-sexual, un tema del que se habla tanto, pero se forma tan poco. Es una manera de dar respuesta de la manera más clara y con la mayor rigurosidad científica a los aspectos más destacados de la educación sexual. Su contenido se divide en bloques temáticos y su estructura se ciñe a la fórmula pregunta (expuesta de manera literal según han planteado los adolescentes) y respuesta.

De este modo, el objetivo de este libro no es otro que crear una guía útil de consulta rápida para adolescentes, padres, profesores o adultos con diferentes dudas que no cuenten con las herramientas suficientes para darles respuesta.

En la actualidad, muchas de las dudas de los adolescentes van surgiendo por la evolución de la sociedad y de un planteamiento más amplio de la sexualidad. En ocasiones no son respondidas por el entorno cercano y, como ya se sabe, resulta sencillo acceder a la información (no siempre veraz), pero no a la formación que ayude a encajar todas las piezas.

Por ello, en estas páginas se intentan responder a las curiosidades que la sexualidad despierta en los jóvenes y traduce sus dudas a un lenguaje comprensible para todo el mundo, explicando cómo aprender a disfrutar de su deseo de forma sana y responsable a través de una mirada diferente y no centrada únicamente en el tema biológico y reproductivo.

Poner en relieve las preguntas que todos nos hacemos alguna vez y que a veces no nos hemos atrevido a pronunciar por pudor, vergüenzas o, simplemente, porque sabíamos que no iban a tener respuesta por parte de nuestro entorno cercano, ayuda a naturalizar un tema generalmente tratado como algo negativo a ocultar. Se trata de abordar las inquietudes más comunes, lo cual no significa que con este libro un adolescente adquiera todos los conocimientos necesarios para tener una buena educación sexual. Es un punto de partida para crear una base necesaria desde la que comenzar a observar y ampliar la propia sexualidad.

Por eso, In fraganti está dirigido tanto a adolescentes como a padres, docentes o a aquellas personas que consideran que no han recibido una educación sexual completa. O simplemente es perfecto para quienes tengan ciertas dudas y quieran ampliar su conocimiento sobre el tema, ya que nunca es tarde para seguir formándose en temas relacionados con vivir la sexualidad de forma plena.

La influencia del entorno

La sexualidad siempre ha sido un tema tabú que debía tratarse de manera más indirecta, o con conversaciones incómodas al llegar a cierta edad. Generalmente corresponde a que se entienda la sexualidad únicamente como sexo, y en ciertos contextos resulta una invasión de la intimidad o darle voz a una realidad que no se quiere aceptar, como en adolescentes o mayores. Sin embargo, la sexualidad es una característica de la naturaleza humana que nos acompaña durante toda la vida, por lo que resulta contradictorio no abordarlo de forma natural.

Es mucho más beneficioso para una persona aprender a vivirla de forma más libre y consciente desde el inicio de su desarrollo, a crear un ambiente de secretismo y prohibición que vaya generando actitudes y sentimientos negativos hacia la sexualidad, ya que, en algún momento por propia naturaleza, surgirán dudas, inquietudes y apetencias que chocarán con los mensajes recibidos hasta entonces, creando un sentimiento profundo de culpa e incomprensión. Evidentemente esto repercute directamente en la manera que tendrá de vivir su sexualidad, y qué expresiones de la misma se dará permiso a experimentar. Influye tanto el entorno de aprendizaje y la huella que deja en una persona, que son uno de los factores (junto a diversas circunstancias) que actúan sobre el posible desarrollo de ciertas disfunciones sexuales en la edad adulta. Es hasta ese punto que el entorno debe cuidarse para prevenir situaciones y sentimientos que acompañarán y definirán el comportamiento sexual de una persona a lo largo de su vida.

Por ello, el entorno en el que una persona se expresa, aprende a relacionarse con los demás, adquiere valores, actitudes, conocimientos y en general se desarrolle como persona, debe procurar ser un ambiente seguro, de comprensión y acompañamiento, en el que se sienta libre para poder pronunciarse y compartir sus dudas. Y no es un problema que no siempre se sepa dar una respuesta a lo planteado: somos humanos en proceso de aprendizaje constante, y tenemos nuestras limitaciones. No se debe tener miedo a no saber explicarse, a no tener conocimientos suficientes sobre las partes más técnicas: existen muchos materiales que se pueden utilizar (charlas, libros, juegos educativos, vídeos explicativos) y no hay problema en asumir que algo no se sabe y buscar información al respecto. Abordándolo de forma que promueva la búsqueda de respuestas con otras herramientas favorecerá un comportamiento autónomo en el que se sienta inquietud por adquirir nuevos recursos.

La educación sexual, como cualquier tipo de aprendizaje, es algo dinámico, que debe estar presente a lo largo de la vida para seguir adquiriendo conocimientos y vivir una sexualidad más completa y rica, pero el entorno cercano es el que debe sentar las bases de una sexualidad sana, libre, consciente y responsable, en la que se promuevan valores de respeto y libertad.

Hablar de dichos valores, de anatomía, de posibles consecuencias o peligros para prepararse, de anticonceptivos, libertad sexual, fomentar que tomen sus propias decisiones sin coacción o presión social, entre otros, no es promover o incitar a los jóvenes a mantener relaciones sexuales, sino facilitar que se sientan preparados para cuando decidan vivir su sexualidad de la manera que consideren.

Hay que destacar que no únicamente es el entorno cercano, ya sea laboral o estudiantil, el que influye en este aprendizaje, sino que el entorno social, los valores que se compartan o fomenten en el grupo, y las experiencias surgidas también tienen un peso importante. Sin embargo, no se puede tener control sobre todos los factores que lo determinarán, pero sí poder comprometerse con aquellos en los que se tiene cierta responsabilidad.

La sexualidad en diferentes etapas

La educación sexual es un proceso constante que debe adaptarse a cada etapa evolutiva de la persona. Por ello, es importante ajustar el mensaje siempre al nivel de comprensión y al ritmo de asimilación de la información, ya que tanto la sobreinformación como la ausencia de ella pueden resultar perjudiciales para el desarrollo de la curiosidad sobre la sexualidad, generando sentimientos negativos hacia el tema.

Ignorar la educación sexual durante toda la infancia y parte de la adolescencia y esperar a tener «la charla» generará una actitud aversiva a hablar sobre el tema, ya que parecerá forzado, artificial e incómodo para todos. Es importante haber ido teniendo conversaciones de forma natural, responder preguntas según lo demanden y naturalizar la existencia de la sexualidad. La no comunicación no significa que los hijos vayan a olvidar el tema, sino que los anima a buscar información de otra manera porque lo prohibido y lo oculto llama la atención. Y esto es un problema, porque las fuentes de información serán: o los amigos (que probablemente se sientan tan perdidos como ellos) o Internet (donde no toda la información es veraz y se necesita cierto criterio para poder discriminar).

Aunque a lo largo de las páginas de este libro se ponga el foco en las preguntas más comunes que surgen en la adolescencia, es importante conocer cómo abordar la educación sexual en las diferentes etapas evolutivas, ya que muchas preguntas planteadas hubieran sido resueltas previamente si se recibiera una buena educación sexual. Por ello, se proponen algunas pautas básicas que puedan ayudar a plantear diferentes cuestiones desde la infancia.

Infancia

En esta etapa de la vida aparecen diferentes juegos sexuales entre los niños que forman parte de la evolución natural, ya que son juegos de exploración. Dichos juegos pueden ser en solitario o con otros niños, y su función fundamental es conocer su cuerpo, satisfacer su curiosidad y darse placer. Es un proceso durante el cual comienzan a imitar conductas adultas. El problema es que los adultos lo ven desde su perspectiva, sin darse cuenta de que la función adulta poco tiene que ver con la infantil.

Si en este punto se castiga o regaña, el niño comenzará a desarrollar sentimientos negativos, reprimirá la conducta o creerá que hay que hacerlo a escondidas. En este caso dejarán de realizar ciertas acciones por la culpa, no por el castigo, por lo que educar emocionalmente es imprescindible. Naturalizar dichas conductas, no reprimirlas o castigarlas, son maneras de hacer que no se generen dichos sentimientos.

En el caso de que un padre vea este tipo de juegos y sienta malestar o incomodidad con lo que está ocurriendo, debería cambiar de actividad con los niños (pedirles que ayuden en la cocina, jugar con pinturas, etc.) y después, tranquilamente, hablar sobre la curiosidad del niño y lo ocurrido. Es un momento en el que es importante ir implantando normas sociales, lenguaje social sexual, moral sexual, etc.

El problema estaría únicamente si dichos juegos se realizaran entre niños de diferentes edades (puede haber conductas de abuso), el niño cambia de carácter rápidamente o exista demasiado interés por esa práctica.

Además, esta etapa proporciona un entorno propicio para comenzar a hablar con ellos de anatomía básica, ya que se naturaliza mucho más la desnudez y se comienza a tener conciencia de las diferencias entre los cuerpos. Sin embargo, a los seis años, aproximadamente, aparece el pudor, por lo que dar espacio a la intimidad y fomentar habilidades para poner límites con el propio cuerpo será necesario.

Pubertad

Es un proceso fisiológico que pone inicio a la adolescencia (la cual se refiere al proceso psicosocial), durante el cual existen numerosos cambios que afectan tanto a nivel físico como psicológico, social y sexual. Hay que tener en cuenta que existen diferencias individuales sobre el inicio de la pubertad, lo cual influye en la manera de vivirla.

Por estos cambios físicos se debe integrar una nueva imagen corporal que conlleva una repercusión en las emociones, los deseos, autoconcepto, etc. Se debe dar cabida a todo ello y aportar una explicación del proceso que se experimenta y los cambios que surgirán poco a poco. Además, las alteraciones hormonales hacen que se sienta y perciba de forma diferente, por lo que ayudar a entenderlo, a gestionar emocionalmente, a razonar, será una tarea imprescindible que facilitará la adaptación a la nueva realidad. Todo ello repercutirá en su sexualidad, pues podrán aprender a entender qué les pasa, por qué sienten apetencias nuevas, qué deben hacer para no dejarse llevar por las emociones y saber tomar decisiones sin precipitarse.

Adolescencia

En este proceso psicosocial la información debe ir dirigida a aprender a entender un concepto de sexualidad más amplio, a diferenciar entre mitos, creencias y datos objetivos, a tener valores y actitudes positivas de respeto (como por ejemplo ante la orientación sexual, la identidad sexual o prácticas de los demás). Se deben escuchar las dudas y los miedos sin que se sientan juzgados, ayudarles a expresarse, aunque sea usando su propio lenguaje poco científico, aprender a entender que sexualidad y sexo no es lo mismo, y que se puede vivir de muchas maneras diferentes. Todo ello tiene distintas formas de expresión, y no tiene por qué ir enfocado a relaciones sexuales, más concretamente al coito (ya que sin él la sociedad entiende que no hay relaciones «completas»).

Además, aprender a vivir una sexualidad sin riesgos: explicar métodos anticonceptivos, anatomía (cómo funciona el cuerpo humano), enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, etc. Los adolescentes tienen acceso a una ingente cantidad de información que en la mayoría de las ocasiones no saben integrar, por lo que en esta etapa es importante ayudarles en dicho proceso, discerniendo lo veraz de lo que no lo es.

Ayudarles a desarrollar la expresión emocional, tomar conciencia de las propias necesidades y habilidades para su expresión, además de fomentar una toma de decisiones desde la libertad y la intimidad, será fundamental en esta etapa.

La sexualidad

 

¿Cuál es la diferencia entre sexo y sexualidad?

Esta pregunta, que en un primer momento puede resultar sencilla y obvia, es la base para poder ampliar el conocimiento, romper con mitos y hacer un cambio de mirada hacia esta parcela de la naturaleza humana. Pero ¿qué diferencia hay entre ambos?

La sexualidad es una dimensión de la naturaleza del ser humano basada en un constructo biopsicosocial, es decir, el desarrollo de la sexualidad se ve influenciado por factores tanto biológicos como psicológicos y sociales. La parte biológica que influye es la necesidad de reproducción, de perpetuar la especie, limitándose a prácticas como el coito (penetración), buscando el embarazo. Sin embargo, no siempre este objetivo biológico está presente y la sexualidad existe más allá de la genitalidad, siendo lo más común la presencia de un objetivo psicológico, como es el placer y la búsqueda de emociones positivas, o uno social, en el que se pretende establecer un vínculo y comunicación, variando en función del contexto social en el que se desarrolle, como la época o el país.

Y, aunque el sexo, es decir, las prácticas y comportamientos sexuales, formen parte de la sexualidad, también lo es la forma de verse, vivirse y sentirse como seres sexuados y sexuales, las actitudes, la afectividad, las aptitudes, las opiniones, los valores, la orientación y la identidad sexual. Es un concepto extremadamente amplio que abarca multitud de expresiones, sentimientos, ideas y enfoques, tantos como personas.

¿La sexualidad aparece en la adolescencia?

Al ser una característica del ser humano, esta parcela acompaña durante toda la vida, desde el nacimiento hasta el fallecimiento. Sin embargo, no es una característica estática, sino que evoluciona en función del momento de la vida en la que uno se encuentre, el autoconocimiento que tenga sobre ello, las inquietudes, la experiencia, etc. Por tanto, la sexualidad se expresa de manera diferente según el momento del ciclo vital en el que uno se encuentre. Por ejemplo, no vive igual su sexualidad un bebé, que empieza a descubrir su cuerpo, su morfología y las sensaciones placenteras que experimenta, que una persona adolescente en búsqueda de vínculo, experiencia e intimidad explorando su orientación sexual. En ambos ejemplos la sexualidad está presente, pero con realidades muy distintas. Lo que sí se puede afirmar es que, en la adolescencia, al llegar a la madurez reproductiva se generan una serie de cambios, tanto físicos como psicológicos, en los que se empieza a desarrollar una mente más erotizada y, con ella, el impulso o deseo sexual de forma más consciente. Es por ello por lo que en esta etapa es fácil que los más jóvenes caigan en el error de reducir la sexualidad a sexo. De ahí la dificultad para diferenciar conceptos y asumir erróneamente que esta aparece cuando uno es sexualmente activo.

¿Qué es un rol de género?

Se definen como las características emocionales, conductuales e intelectuales que asumen una sociedad como propias de un sexo u otro únicamente por haber nacido con un sexo biológico. Son características que la sociedad atribuye como masculinas o femeninas, y tendrán mayor o menor aceptación en función del sexo de la persona que lo realice. En realidad, dichas características corresponden a lo entendido y aprendido en una sociedad como típicamente masculino o femenino, pero que poco o nada tienen que ver con características biológicas. Son mandatos, mensajes y demandas características de un contexto sociocultural específico, por lo que los roles de género dependerán del país y la época concreta. Muchos de ellos, por tanto, influyen en cómo vivirá una persona su sexualidad. Por ejemplo, ideas como «los hombres son los que tienen más deseo», «la masturbación no es para las chicas» o «ellos siempre deben tener ganas y nunca rechazan una oportunidad», generan unas expectativas que muchas veces van en contra de la realidad de las personas.