La aventura del señor Eastwood - Agatha Christie - E-Book

La aventura del señor Eastwood E-Book

Agatha Christie

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Beschreibung

Anthony Eastwood es un escritor de novelas policiales tratando de buscar inspiración frente a su página en blanco. Repentinamente recibe una llamada telefónica de una mujer que lo confunde con un tal Conrad y le pide desesperadamente que acuda en su ayuda. Eastwood acudirá y se verá envuelto en un interesante misterio. Será engañado y hasta desvalijado… pero contará con el impulso necesario para escribir una gran novela policial.

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Seitenzahl: 26

Veröffentlichungsjahr: 2023

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Capítulo 1

El señor Eastwood miró al techo, y luego al suelo. Desde allí, su mirada viajó lentamente hacia a la pared, y al fin, con un supremo esfuerzo volvió a posarla sobre la máquina de escribir que tenía frente a él. El blanco virgen de la página solo estaba deformado por un título en mayúsculas: “EL MISTERIO DEL SEGUNDO PEPINO”. Sintió una marea agradable. Anthony Eastwood intuyó que cualquiera que leyera aquel título se sentiría poderosamente intrigado y atraído. “El misterio del segundo pepino”, dirán. “¿De qué se trata? ¿Un pepino? ¿El segundo pepino? Tengo que leerlo”. Y quedarán encantados por la enorme habilidad con que este maestro de la ficción policial tejió una trama impresionante alrededor de un simple vegetal.

El título estaba muy bien. Anthony Eastwood sabía mejor que nadie cómo escribir la historia, el problema era que no podía avanzar. Los dos puntos esenciales de una novela eran el título y la trama... el resto, solo era trabajo preliminar. A veces, la marea llevaba la trama completa, y entonces todo iba viento en popa, pero en este caso el título continuaba adornando la parte superior de la página, y a Anthony no se le ocurría el menor vestigio de argumento.

Nuevamente, Eastwood buscó inspiración en el techo, en el suelo y en el empapelado que adornaba las paredes, pero fue en vano. “La protagonista se llamará Sonia”, pensó Anthony para alentarse. “O tal vez Dolores... tendrá un cutis pálido como el marfil... pero no por mala salud. Y tendrá ojos como estanques insondables. Al héroe lo llamaré George, o John, un nombre corto y muy inglés. Luego, el jardinero... supongo que tiene que haber un jardinero, hay que encajar ese condenado pepino como sea... el jardinero puede ser escocés, con un cómico pesimismo respecto a las heladas tempranas”.

Este sistema funcionaba algunas veces, pero aquella mañana estaba atascado. Aunque podía ver a Sonia, a George y al jardinero cómico con toda claridad, no demostraban la menor voluntad de cobrar vida y hacer cosas.

“Claro que podría ser un plátano en lugar de un pepino”, pensó Anthony desesperado. “O una lechuga, o una col de Bruselas, una col de Bruselas, vaya, ¿qué tal? Un cleptómano de Bruselas... un robo de bonos al portador, un siniestro barón belga... Por un momento creyó ver un destello de luz, pero enseguida volvió a apagarse. El barón belga no tomaba forma, y Anthony recordó de pronto que los pepinos y las heladas tempranas son incompatibles, lo que pareció poner fin a los jocosos comentarios del jardinero escocés.

—¡Demonios! —exclamó Eastwood.