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Un simpático joven llega al pueblo costero de Kimpton de Mar para disfrutar de sus vacaciones. Intenta por todos los medios agradar a Grace, quien lo ha convencido de viajar hasta allí. Sin embargo, se siente permanentemente humillado porque no pertenece a ese lugar tan elegante. Por un error insignificante terminará con una esmeralda robada en su bolsillo y deberá diseñar una astuta estrategia para salir airoso del problema.
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Seitenzahl: 27
Veröffentlichungsjahr: 2023
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Con gran esfuerzo, James Bond enfocó su atención nuevamente en el librito amarillo que tenía en la mano. En la portada se leía una sencilla pero agradable leyenda: “¿Usted quiere usted aumentar sus ingresos en trescientas libras al año?” El libro valía un chelín. James acaba de terminar de leer dos páginas de nítidos párrafos que aconsejaban cómo mirar al jefe a la cara y cómo cultivar una personalidad dinámica e irradiar eficiencia. Había llegado ahora a un tema delicado: “Hay que ser franco y al mismo tiempo discreto”, informó el librito amarillo. “Un hombre fuerte nunca dice todo lo que sabe”. James lo cerró y levantando la cabeza contempló el inmenso océano azul. Lo asaltaba una terrible sospecha... ¿podía él mismo ser un hombre fuerte? Un hombre fuerte hubiera dominado la situación en lugar de ser víctima de ella, y por sexagésima vez durante aquella mañana, James revisó sus errores.
Aquéllas eran sus vacaciones. ¡Sus vacaciones! ¡Ja, Ja! Risa sarcástica. ¿Quién lo había convencido de pasarlas en aquel balneario tan de moda, Kimpton de Mar? Grace. ¿Quién lo había obligado a gastar más de lo que podía? Grace. Y él había aceptado el plan con entusiasmo. Ella lo había empujado hasta allí, ¿y cuál era el resultado? Mientras él se alojaba en una triste pensión situada a un kilómetro y medio del mar, Grace, que debiera haber estado en una similar (no en la misma; los principios del círculo de James eran muy estrictos), había desertado y estaba nada menos que en el hotel Explanada, frente al mar.
Al parecer tenía amigos allí. ¡Amigos! James volvió a reír con sarcasmo. Su mente repasó los últimos tres años de paciente cortejo a Grace. Cuando se dio cuenta por primera vez de que él la pretendía se sintió halagada. Eso había sido antes de que se elevara a la altura de la gloria con un empleo en los salones de sombrerería de los señores Bardes en High Street. Antes, era James quien se sentía importante, pero ahora, cielos, la cosa había cambiado. Grace ganaba buen dinero, como suele decirse, y eso la había vuelto arrogante. Sí, así era, terriblemente altanera. James recordó un fragmento de un libro de versos, algo así como “dar gracias al cielo en ayunas por el amor de un buen hombre”. Pero nada de eso ocurría con Grace. Bien alimentada, con un suculento desayuno en el hotel Explanada, se olvidaba por completo del amor del buen hombre, y para peor, aceptaba las atenciones de un estúpido llamado Claud Sopworth. Un hombre sin valor moral, James estaba convencido de eso.