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La única verdad es la que lo explica todo. La única verdad, del autor que ha sido 14 veces superventas y del líder intelectual, Jon Gordon, te lleva a descubrir ideas revolucionarias, verdades ancestrales y estrategias prácticas para elevar tu mente, desbloquear tu poder y vivir la vida al máximo. La única verdad es que nuestro estado mental, los pensamientos que tenemos, las palabras que decimos, la vida que vivimos, el poder que tenemos y todo lo que experimentamos están bajo la influencia de la unión y la separación. A medida que aprendas sobre las fuerzas invisibles que debilitan tu estado mental y te aíslan, así como del poder oculto que eleva tu mente, te une y fortalece, verás la vida a través de una nueva lente, pensarás con más claridad y confianza y te elevarás a un nivel superior. Una vez que conozcas la única verdad, verás cómo influye en el liderazgo, el trabajo en equipo, la mentalidad, el rendimiento, las relaciones, las adicciones, las redes sociales, la ansiedad, la salud mental, la curación y, en última instancia, determina lo que creas y experimentas. Por ejemplo, un equipo dividido está desconectado y es impotente. Un equipo unido está conectado y es poderoso. Lo mismo ocurre contigo. Cuando te sientes en armonía, conectado y unido, te sientes fuerte. Cuando te sientes separado, te sientes desconectado y débil. La verdad es que no estamos hechos para ir por la vida la mayor parte del tiempo sintiéndonos ansiosos, desconectados, inseguros, desordenados, crónicamente estresados, preocupados y tristes. Estamos hechos para sanar las heridas de nuestra alma y estar completos. Estamos destinados a vivir con esperanza, claridad, poder, propósito y confianza. La única verdad te mostrará cómo.
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Seitenzahl: 173
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Para Kathryn, Jade y ColeOs quiero por siempre
«Jon Gordon es el mejor de todos. Él es a quien los tipos como yo miramos y decimos: “¿Cómo hace todo eso?”. Desde su aclamado pódcast hasta sus discursos ovacionados y sus libros superventas, lleva a la práctica lo que dice de una forma tan inspiradora. Empieza con este libro, pero ten en cuenta que, cuando lo termines, querrás leer todo lo que ha escrito y todo lo que escriba».
—Jon Acuff, autor superventas según The New York Times por sus libros Soundtracks y Piensa mejor sin pensar demasiado: La sorprendente solución para pensar diferente
«A Jon Gordon le apasiona unir al mundo y nos llama a la única verdad que puede hacerlo realidad. Tanto si estás tratando de encontrar realización personal como si estás decidido a llevar la sanación al mundo, encontrarás las ideas de este libro convincentes y poderosas».
—Erwin Raphael McManus, autor de Mind Shift, arquitecto de la vida, la mente y el liderazgo, y fundador de Mosaic
Libro I. Un estado mental superior
Introducción
1. Estados mentales
2. Las cinco D
3. Eleva tu estado mental
Libro II. Lo único que lo explica todo
1. La única verdad
2. La única verdad aplicada
3. El poder tras la única verdad
Libro III. La solución a la separación
1. El cerebro es una antena
2. La separación definitiva y la solución
3. Renovar tu mente para siempre
Plan de acción
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Créditos
Recuerdo aquel día, cuando jugaba al béisbol en las Ligas Menores, y me subí al montículo, lancé una pelota y golpeé a un bateador con ella. El siguiente bateador se acercó al plato y yo también lo golpeé. Miré a mi padre, que era el entrenador del equipo, él me devolvió la mirada de mala manera y me gritó que lanzara strikes. El siguiente bateador se puso en su lugar y el primer lanzamiento fue también fuera de la zona de strike. Entonces volví a lanzar mal. Miré a mi padre de nuevo y pude ver su enfado y la frustración en su cara. Cada vez que lo miraba, se quedaba mirándome y negando con la cabeza. Hice el siguiente lanzamiento y golpeé al bateador en la pierna. El cuarto bateador se acercó al plato y pude ver cómo temblaba mientras se preparaba para recibir el pelotazo. Todos los espectadores sabían que yo no podía encontrar la zona de strike y todos, incluido el bateador, sabían lo que iba a ocurrir a continuación. Sí, lo golpeé. Mi padre se dirigió al montículo, me sustituyó por otro lanzador, me dijo que fuera a jugar en la posición de torpedero, y por fin me sacó de mi miseria. Desde entonces he buscado formas de ser mentalmente fuerte.
En segundo de la ESO le conté a mi madre que estaba deprimido y que pensaba suicidarme. Ella empezó a gritar: «¿Cómo que quieres suicidarte? ¿Por qué dices eso?». Se asustó tanto que, de alguna manera, me espabilé para calmarla. Le dije: «Mamá, no pasa nada, estaré bien», y nunca volvimos a hablar de ello. Probablemente por eso, 40 años después, soy bueno reprimiendo mis emociones y, por eso, mi hermano dice que él «se come sus sentimientos».
En el instituto, antes de los partidos de fútbol y lacrosse, me hablaba a mí mismo durante el calentamiento y me animaba para prepararme para el juego. Me decía cosas como «Lo tienes. Vas a jugar muy bien. A por ello. Eres un guerrero. Ojo de tigre». Entrenaba mucho, trabajaba muy duro y siempre tenía que ganarme la titularidad. Los entrenadores nunca me lo pusieron fácil. A menudo me preguntaba por qué siempre tenía que demostrar mi valía mientras que otros jugadores eran nombrados titulares sin competición ni concurso. Años después, me di cuenta de que eso me hizo más fuerte y valiente, y me enseñó lo que necesitaría para triunfar en la universidad y en la vida.
Varias universidades me ficharon para sus equipos de fútbol, pero decidí ir a la única universidad que me había reclutado para el lacrosse, la Universidad de Cornell. Viajé como estudiante de primer año, fui titular tres años y tuve un desempeño académico decente. Sin embargo, sé que podría haber sido mucho mejor. Jugaba con mucho miedo y me preocupaba más por cometer errores y que me mandaran al banquillo que por divertirme jugando. Sufrí muchas lesiones y rara vez jugué por completo sano. Luché mental y físicamente con la presión, el estrés y las exigencias de ser un atleta de primera división y, sin embargo, nunca me di por vencido. Abandonar no era una opción. Aguanté y perseveré, pero describiría mi tiempo en el terreno de juego como un trabajo, no como una alegría. Jugaba con el puño cerrado, no con la cara sonriente. Ojalá hubiera podido hacerlo de otra manera, pero por desgracia nadie me dijo que había una forma diferente.
Después de la universidad me convertí en empresario, conocí a mi mujer, tuve dos hijos y luego vi cómo mi vida y mi carrera se desmoronaban ante mis ojos cuando la empresa en la que trabajaba se hundió durante la quiebra de las puntocom. Me había vuelto más negativo, miserable y temeroso que nunca, y culpaba a mi mujer de que nuestra vida fuera tan mal y de que yo no cumpliera mis sueños. Ella se hartó de mi negatividad y me dijo que me quería, pero que no iba a pasar su vida casada con alguien que era tan desgraciado y que, si yo no cambiaba, se había acabado. Me miré al espejo y supe que muchas cosas tenían que cambiar, así que empecé a convertirme en una persona más positiva y fuerte mentalmente. Ella quería que tomara medicación, pero yo le dije que quería intentarlo de una forma más holística.
Empecé a investigar el campo emergente de la psicología positiva. Leí varios estudios sobre la gratitud, la felicidad, la meditación y el optimismo, y empecé a poner en práctica algunas de estas ideas nuevas y apasionantes. Empecé a dar «paseos de agradecimiento», sobre los que hablaré más adelante en este libro, y a practicar la autoconversación como hacía en el instituto. Empecé a meditar, lo que me llevó a dar paseos de oración, y empecé a escribir un diario de éxito por las noches. Mientras ponía en práctica estas ideas y descubría mejoras muy necesarias, empecé a compartir mis ideas y prácticas con otras personas a través de una newsletter o boletín electrónico semanal, lo que me llevó a escribir libros y a dar conferencias. Ahora, 20 años después, soy un mejor marido y padre que ha ayudado a millones de personas a desarrollar una mentalidad positiva y me he convertido en un líder positivo.
Ahora me doy cuenta de que toda mi vida ha sido una búsqueda para mejorar y ayudar a los demás a mejorar también. He buscado las claves para mejorar la salud mental y hacerme mentalmente fuerte. He buscado y compartido las herramientas, los hábitos y las respuestas para superar el miedo que nos destroza, la negatividad que sabotea nuestros objetivos, la presión que sacude nuestros cimientos y la ansiedad que nos limita y debilita. He investigado y leído, aprendido y enseñado, entrenado y desarrollado, escrito y compartido innumerables ideas en mis libros para ayudar a otros a ganar la batalla de su mente. A medida que me he vuelto más positivo y fuerte mentalmente, he podido ayudar a otros a hacer lo mismo. He tenido muchas ideas y respuestas, pero no tenía la respuesta.
Hace años aprendí de mi amigo Garret Kramer sobre el estado mental alto y el bajo, pero el verano pasado quedó claro que era parte de la única verdad y que era la respuesta que había estado buscando. Mientras caminaba cada día y pensaba en la mente, el cerebro, el alma, la conciencia, la energía y nuestra experiencia y realidad cotidianas, me llené de una mayor comprensión de cómo funciona todo y de una forma práctica y poderosa de trasmitirlo. Pasé el verano enseñándoselo a mariscales de campo de la NFL, directores generales de la NHL, superestrellas de la NBA, entrenadores profesionales y universitarios, así como a adolescentes que luchaban contra la ansiedad y la depresión. Luego lo compartí con varios equipos profesionales y universitarios durante entrenamientos en el campo, así como en varias reuniones de ventas de grandes empresas. La respuesta fue increíble y no se parecía a nada que hubiera compartido antes. Supe que necesitaba escribir este libro inmediatamente para impactar a tanta gente como fuera posible, incluyéndote a ti.
Estoy por completo convencido de que todo en mi vida me ha conducido a este momento para compartir la única verdad contigo. El dolor, el sufrimiento, la experiencia en el montículo de lanzamiento, la lucha contra la depresión, el miedo que casi me hizo desmoronarme, la negatividad que casi me destruye a mí y a mi matrimonio, las ideas que he tenido, los equipos con los que he trabajado, las conversaciones que he sostenido con mis amigos Garret Kramer, Erwin McManus, Malachi Rhodes, además de los libros que he escrito antes, todo me ha preparado para compartir este cambio de vida, y este siguiente y superior nivel de enseñanza y comprensión contigo, aquí y ahora.
En las páginas del presente volumen voy a compartir contigo la clave para la fortaleza mental, el alto rendimiento, la salud mental y para vivir con poder y paz. Sé que son afirmaciones atrevidas, pero estoy seguro de que, una vez que leas y aprendas lo que te enseño en este libro, todo tendrá sentido y asentirás con la cabeza. Estas ideas resonarán profundamente en ti porque son la verdad que ya existe dentro de ti. En el fondo ya conoces la verdad que estoy a punto de enseñarte. Es por eso por lo que a medida que leas este libro sentirás más que estás recordando que aprendiendo, ya que comparto ejemplos que confirman lo que has pensado, sentido y experimentado antes. Solo que no tenías palabras ni un marco para explicarlo. Pero ahora los tienes, y me emociona ver cómo recordar, entender y vivir la única verdad impacta en tu mentalidad, perspectiva y vida.
La única verdad y la forma definitiva de dominar tu estado mental comienzan con una pregunta que responderé en el capítulo 1.
Un día estás atrapado en un atasco y te molesta; al día siguiente, con el mismo tráfico, ya no. ¿Es el tráfico el que te hace sentir de una determinada manera? Si así fuera, te haría sentir siempre igual y haría que todo el mundo se sintiera igual. Un día estás escuchando una canción o un pódcast o simplemente estás de buen humor, y el tráfico no te molesta. Otro día vas con prisa, tienes que hacer un montón de recados, y mientras estás sentado en el tráfico empiezas a gritar. Entonces, si no es el tráfico, ¿qué es?
Veamos otros ejemplos para encontrar la respuesta. Un vendedor hace llamadas todos los días para captar nuevos clientes y negocios. Un día recibe el rechazo de un cliente potencial y eso lo molesta mucho. Se siente inseguro y empieza a cuestionarse a sí mismo, su capacidad y su futuro. Otro día, se enfrenta exactamente al mismo tipo de rechazo, pero sigue adelante y hace otra llamada con la confianza de que tendrá éxito. ¿Es el rechazo lo que le ha hecho sentirse así?
Pensemos en la pandemia de 2020. Muchos batallaron con su salud mental durante y después de la pandemia, mientras que para otros fue un momento de avanzar y prosperar en su vida interior. Si lees muchos de los artículos de aquel momento, ves las noticias y escuchas conversaciones, notarás que la gente culpaba a la pandemia por hacer que las personas estuvieran de una determinada manera, pero, como hemos visto en ejemplos anteriores, si hubiera sido únicamente la pandemia en sí, entonces todo el mundo habría respondido a ella de la misma manera. El hecho de que no lo hicieran nos indica que hay otra razón. Para averiguarlo, veamos un último ejemplo.
¿Recuerdas cuando en la escuela tenías que entregar un trabajo o un proyecto y no podías empezar? Estabas paralizado por el miedo o mentalmente atascado y eras incapaz de escribirlo o de realizarlo. Pero entonces tenías un momento de iluminación y eras capaz de hacerlo. ¿Qué había ocurrido? ¿Qué había cambiado? ¿Había sido el trabajo o el proyecto lo que te hizo sentir de una manera determinada?
La respuesta es que no es la circunstancia, el entorno, la pandemia, el examen, el proyecto o el acontecimiento lo que te hace sentir de determinada manera. Parece que sí, pero no es así. Una mirada más atenta revela que siempre es tu estado mental, tu estado de ánimo. Si este es bajo o débil, cuando se produce la circunstancia, te afecta de una determinada manera. Si tu estado mental es elevado o fuerte cuando ocurre esa circunstancia, eres capaz de sobreponerte a ella, superarla y seguir adelante. Cuando cometes un error en el campo, en el escenario, en una reunión o en una llamada de ventas y tu estado mental es bajo, realmente te molesta y empiezas a cuestionarte a ti mismo y a cuestionar tu rendimiento. Pero si cometes el mismo error en un estado de ánimo elevado, lo olvidas y sigues adelante. Tienes la mentalidad de la siguiente jugada, del siguiente momento, y esperas la siguiente oportunidad. Todos hemos experimentado lo que se siente cuando se está en un estado mental bajo o débil B lo bien que se siente cuando se está en un estado mental elevado o fuerte.
Un estado mental bajo o débil se caracteriza por sinnúmero de pensamientos, mucho desorden, miedo, ansiedad, preocupación, inseguridad y/o duda. Un estado mental elevado o fuerte consiste en mucha claridad, concentración, creencia y confianza. Si alguna vez has estado en la zona o absorto en el momento de hacer algo que te gusta sin pensar mucho, así es como se siente un estado mental elevado. Y si alguna vez te has sentido temeroso, con un montón de pensamientos arremolinándose en tu cabeza, haciéndote sentir ansioso y cansado, entonces sabes cómo se siente un estado mental bajo.
Esta imagen de dos círculos representa tu estado mental. Una mente está llena de pensamientos y desorden, mientras que la otra tiene menos pensamientos y más claridad. ¿Qué mente está en un estado elevado y cuál funcionará a un nivel superior? Todas las personas a las que he enseñado esto y he hecho estas mismas preguntas me han dado la misma respuesta. El círculo de la derecha. La mente con menos pensamientos y más claridad es el estado mental superior y fuerte. Todos sabemos intuitivamente la verdad y conocemos la respuesta.
En este punto, como la mayoría de la gente, es probable que estés pensando mucho en esta imagen y preguntándote cómo tener menos desorden para pasar de un estado mental débil a uno fuerte, o cómo mantener un estado mental fuerte cuando es fuerte. Prometo que voy a compartir la mejor manera de lograr y mantener un estado mental fuerte y Elevado, pero antes de hacerlo es esencial entender cómo funcionan los pensamientos y qué es lo que baja o debilita nuestro estado mental.
Imagina que estás en una montaña rusa y nunca habías estado en una antes. No sabes si la montaña rusa volverá a subir. Así que, mientras vas cuesta abajo, piensas que la montaña rusa se va a estrellar. ¿Qué querrías hacer en ese momento si pensaras que el carro en el que estás se va a estrellar contra el suelo? Querrías saltar y escapar. Cuando estás en un estado mental débil, quieres saltar y escapar. Por eso, las personas beben en exceso, se drogan, se enganchan a los videojuegos y hacen todo tipo de cosas para escapar de la sensación que tienen cuando se encuentran en un estado de ánimo débil. Como atleta, no quieres el balón cuando estás en un estado de ánimo bajo; deseas escapar, así que esperas que el balón no venga hacia ti, o se lo pasas a tu compañero de equipo. Como vendedor, no quieres hacer la llamada de ventas cuando estás en un estado de ánimo bajo. Como artista, no quieres subir al escenario con un estado de ánimo bajo. Como adolescente, no quieres ir a la escuela o incluso salir de la cama cuando estás en un estado de ánimo bajo. Quieres escapar de los sentimientos incómodos y a menudo quieres escapar de la realidad de la vida.
Además de querer escapar cuando estás en un estado de ánimo bajo o débil, también puedes encontrarte buscando respuestas. Tienes muchas dudas y la inseguridad puede hacerte pensar que algo va mal. Empiezas a buscar respuestas para intentar arreglar la sensación de que algo está roto. Esto conduce a más pensamientos y más desorden y, por ende, a un estado mental más bajo.
Permíteme hacer una analogía con el béisbol. Un bateador batea 0-4, 0-3 y 0-4 en tres partidos seguidos. Sin un hit en tres partidos seguidos, empieza a pensar que algo va mal. Examina su swing y se pregunta si hay algo roto, que no va bien. Cuanto más piensa en ello, más ansiedad siente. Su pensamiento acelerado aumenta el desorden y debilita su estado mental, lo que le hace experimentar un bajón importante, que conduce a más preguntas, más pensamientos, más desorden, más frustración y, en resumen, a un estado mental aún más débil. ¿Te suena familiar? Nos pasa a todos en nuestras profesiones y en la vida cotidiana. Piensa en un chico en una cita. Dice algo que molesta a la chica que le gusta y la cita va fatal. En su siguiente cita con otra chica, se muestra cauto y ansioso y no quiere decir algo equivocado. Tiene el pensamiento acelerado y un estado de ánimo débil. La energía no fluye y ella rechaza una segunda cita. Ahora el chico se cuestiona todo y se siente aún más inseguro, lo que puede llevarlo a una espiral descendente. Entonces, ¿qué debes hacer cuando te ocurra esto?
Nuestra realidad es un mundo de dualidad. Hay luz y oscuridad, bien y mal, arriba y abajo, amor y odio, alto y bajo. Como seres humanos, experimentamos altibajos del pensamiento, estados mentales elevados y estados mentales bajos. Puede que incluso experimentes diferentes estados con pocos minutos de diferencia o que experimentes un estado durante un periodo de tiempo más largo antes de experimentar otro estado. Puede que el viernes por la noche experimentes un estado elevado y el domingo por la noche un estado bajo, mientras piensas en la semana que tienes por delante. Tu estado de ánimo es como una montaña rusa, así que experimentas altibajos a lo largo del día, la semana, el mes, el año y la vida.
Cuando sientas que la montaña rusa se estrella y experimentas un estado de bajón, la clave es reconocer lo que está pasando y no saltar de ella. No intentes escapar. Date cuenta de que estar en un estado de ánimo bajo es normal. Forma parte del ser humano. No hay nada malo ni nada roto. Solo estás experimentando las idas y venidas naturales del pensamiento. Es posible que sientas cierta incomodidad o incluso dolor, pero mantente en el juego, en la montaña rusa. No tienes que arreglar nada. Deja de buscar respuestas. Deja de intentar arreglar algo que no está roto. En el momento en que reconoces que no son las circunstancias las que te hacen sentir de cierta manera, que no eres una víctima, y que tener un estado de ánimo bajo es normal y no una razón para escapar, tu estado de ánimo se eleva y eres capaz de subir a lo más alto de la montaña rusa.
Cuanto más practiques esto a lo largo del tiempo, más te darás cuenta de que las montañas rusas del pensamiento se vuelven menos empinadas. La distancia entre los altibajos se reduce. Sigues teniendo idas y venidas, pero el viaje se vuelve más tranquilo y menos aterrador. Cuando te das cuenta de que la montaña rusa de pensamientos es normal y de que no te pasa nada, sientes un cambio inmediato en tu estado de ánimo. Eso se debe a que la verdad emerge y te aporta más claridad a ti y a tu vida. Ahora entiendes mejor cómo funcionan los pensamientos. No eres el único que experimenta el flujo y reflujo del pensamiento. Todo el mundo lo vive. Es normal tener una variedad de pensamientos, sentimientos y emociones. Simplemente, eres humano. Con demasiada frecuencia, la psicología te pone una etiqueta y te hace sentir como si algo estuviera mal en ti, lo que te lleva a arreglar lo que está roto, lo que conduce a más pensamientos acelerados, más desorden, más ansiedad y a sentirte aún peor. Aunque la intención es buena, el resultado suele ser malo. En muchos casos, la respuesta no es arreglar lo que está roto, sino recordar que estás en el camino hacia la plenitud, como veremos una y otra vez en este libro.
