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Descubre la magia de los cuentos de Andersen. Hans Christian Andersen es el autor de algunos de los cuentos clásicos infantiles más célebres: "La Sirenita", "El patito feo", "Pulgarcita"... En este libro encontrarás dieciséis de ellos bellamente ilustrados y adaptados para que los más pequeños los lean solos o acompañados. Un precioso regalo para completar tu biblioteca.
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Seitenzahl: 35
Veröffentlichungsjahr: 2025
La Sirenita8
El patito feo 12
La princesa del guisante 16
Pulgarcita 20
La Reina de las Nieves 24
El pequeño Tuck 28
La caja de yesca 32
El traje nuevo del emperador 36
Los cisnes salvajes 40
El soldadito de plomo 44
Las zapatillas rojas 48
Tesoro dorado 52
El ruiseñor 56
El hada del saúco 60
La colina de los elfos 64
La hucha 68
¡Hola! Me llamo Hans Christian Andersen, y soy el autor de los cuentos que vas a leer en este libro. Cuando era pequeño, en las noches frías de invierno, me reunía con mi familia y mis vecinos alrededor del fuego, y escuchaba las historias y relatos que contaban.
Por aquel entonces, cuando oscurecía, al no tener más luz que la de la hoguera o la de las velas, estas historias eran nuestro principal entretenimiento. A mí me encantaban, y me quedaba dormido pensando en sus personajes y en las aventuras que vivían.
Ya de mayor, decidí hacerme escritor. Además de redactar libros de viajes, novelas y obras de teatro, quise también inventarme cuentos para que otros niños pudieran escucharlos o leerlos como yo lo había hecho de pequeño.
Por suerte, mis relatos se hicieron muy famosos, y hoy casi todo el mundo los conoce y los disfruta. ¡Espero que tú también!
8
En el fondo del mar había un palacio de coral donde vivía el rey del mar con su familia. Su hija pequeña era una sirenita con una voz tan hermosa que los peces se deteníana escuchar su canto.
Pero la sirenita soñaba con algo más. «¿Cómo serála superficie?», se preguntaba.
Sus hermanas mayores ya habían subido a ver cómo era. Volvían contando maravillas: «Hay ciudades que se llenande luces por la noche. Y peces que vuelan por el aire(no sabían que se llamaban pájaros).Y el cielo se tiñede colores maravillosos al atardecer».
La sirenita las escuchaba impaciente. ¿Cuándo le llegaríasu turno?
Por fin, el día que cumplió quince años, su padre, el reydel mar, le dijo:
—Ya puedes subir, pero ten cuidado. El mundo de los humanos es muy distinto del nuestro.
La sirenita subió a la superficie y vio un barco. En él,un joven príncipe celebraba su cumpleaños. «¡Qué guapo es!», pensó la sirenita.
De repente, una tormenta sacudió el mar y el barco naufragó. El príncipe cayó al agua, y la sirenita nadó rápido para salvarlo. Lo llevó hasta la orilla y lo dejó en la arena.
Después volvió al fondo del océano, pero no conseguía olvidar al príncipe. Necesitaba unas piernas para volverjunto a él…
Decidió pedir ayuda a la bruja del mar.
11
—Te daré unas piernas, pero a cambio me quedarécon tu voz —dijo la bruja—. Y, si el príncipe se casa con otra,te convertirás en espuma.
—¡Acepto! —dijo la sirenita.
Con sus nuevas piernas, nadó hasta la orilla y fue a buscaral príncipe. A él le pareció encantadora.
—¿Quién eres? —le preguntó.
La sirenita no pudo responder. ¡Ya no tenía voz!
El príncipe se encariñó con ella y la convirtió en su paje. Pero recordaba la voz de la muchacha que le había salvado en el naufragio. Era a ella a quien quería. ¡La sirenita no podía decirle que esa persona era ella misma!
Al final, el príncipe conoció a una princesa que le recordó un poco a la mujer del naufragio y se casó con ella.
Con el corazón roto, la sirenita se lanzó a las olas. Pero, cuando estaba a punto de convertirse en espuma, las criaturas mágicas del aire vinieron a buscarla.
—Ven con nosotras —le dijeron—. Recuperarás tu voz.Serás invisible para los humanos, pero oirán tu cantoy te confundirán con la brisa.
La sirenita se convirtió en una criatura del aire, y todavía sigue cantando a la orilla del mar.
12
En una mañana soleada, los huevos de mamá pata comenzaron a romperse. De cada huevo salió un patito amarillo y precioso. Pero el último huevo era más grandey tardó más en abrirse. ¡Qué sorpresa cuando por fin lo hizo! De allí salió
